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Arquitectura y Urbanismo

versión On-line ISSN 1815-5898

Arquitectura y Urbanismo vol.34 no.1 La Habana ene.-abr. 2013

 

CON CRITERIO/ CRÍTICA DE ARQUITECTURA

 

La dimensión humana de la arquitectura. Aprendiendo del Team 10

 

The human dimension of architecture. Learning from Team10

 

 

José Fernández-Llebrez Muñoz

Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia, España.

 

 


RESUMEN

Con la excusa del quincuagésimo aniversario del libro de Alison Smithson Team 10 Primer, el presente artículo aborda la caracterización del concepto ‘dimensión humana de la arquitectura’. Se define la dimensión humana de la arquitectura como el modo consciente en que ésta considera la interacción con sus futuros usuarios, con el claro objetivo de elaborar propuestas encaminadas a introducir mejoras en sus vidas. La discusión del asunto se acota fundamentalmente en el periodo de la arquitectura moderna, y en particular en el contexto de aquellos jóvenes revolucionarios de la tercera generación del Movimiento Moderno (Team 10) que certificaron el final de los todopoderosos CIAM, siendo el discurso teórico del grupo el principal objeto de estudio. Para argumentar esta cuestión se incorpora al artículo material original de Aldo van Eyck y de la propia Alison Smithson. Como colofón, el testimonio del arquitecto Juhani Pallasmaa es aprovechado para realizar un planteamiento reflexivo acerca del panorama arquitectónico contemporáneo.

Palabras clave: team 10, arquitectura, sociedad, dimensión humana de la arquitectura, crítica de arquitectura, Aldo van Eyck, Alison Smithson, Juhani Pallasmaa.


ABSTRACT

Taking advantage of the fiftieth anniversary of Alison Smithson’s book Team 10 Primer, this paper discusses the characterization of the concept ‘human dimension of architecture’. In essence, the human dimension means the way in which architecture consciously takes into account future interaction with its users, with the clear goal of developing designs aimed at improving their lives. The discussion of the matter is mainly delimited in the period of modern architecture, and more specifically concerns the context of those revolutionary young architects of the third generation of the Modern Movement (Team 10) who certified the death of the all-powerful CIAM, being the theoretical discourse of the group the main topic of study. To argue this issue the paper includes original material from Aldo van Eyck and Alison Smithson. Finally, the discourse of the Finish architect Juhani Pallasmaa is taken into account to reflect on contemporary architectural scene.

Key Words: team 10, architecture, society, human dimension of architecture, architectural review, Aldo van Eyck, Alison Smithson, Juhani Pallasmaa.


 

 

INTRODUCCIÓN

En 2012 se ha cumplido el cincuenta aniversario de la aparición del Team 10 Primer1, la publicación de Alison Smithson [1] que recogía la esencia y los logros de aquel fascinante grupo de arquitectos revolucionarios del panorama arquitectónico internacional de la segunda mitad del siglo XX. Tanto en papel como en ladrillo, muchas y significativas fueron sus aportaciones a la historia de la arquitectura reciente. No obstante, más allá de las destacadas individualidades que convivieron en su seno, el principal legado del Team 10 reside en la ‘dimensión humana’ de su arquitectura; es decir, en la manera como entendían que esta (la arquitectura) debía inspirarse e influir positivamente en los modos de vida de las personas. En particular, la presente investigación se centra en la parte más propositiva de la herencia arquitectónica del grupo; esto es, en su discurso teórico. Si por un lado durante décadas la obra construida de los miembros del Team 10 —en comparación con la escrita— ha experimentado una difusión mucho mayor entre los medios y publicaciones especializadas, también parece evidente que, si bien en muchos casos es posible apreciar cómo unas mismas premisas teóricas terminan por condicionar una sucesión o conjunto de proyectos, es en los textos escritos donde con mayor claridad se pueden plasmar —y por tanto estudiar— las motivaciones (humanas en este caso) latentes en un determinado planteamiento arquitectónico.

En el manifiesto de Doorn, elaborado en 1954 durante la primera reunión ‘familiar’ del Team 10, quedaba patente la convergencia del grupo respecto a la consideración del factor humano como piedra angular de sus propuestas arquitectónicas. Si en el punto 3 se decía que “el ‘hábitat’ se ocupa de la casa particular en un tipo de comunidad particular”, y en el punto 4 se introducían los distintos tipos de comunidades consideradas (casa agrícola aislada, pueblo, ciudades pequeñas, grandes ciudades), en el séptimo y penúltimo punto se concluía diciendo que debían “[…] estudiar por tanto qué viviendas y agrupaciones son necesarias para generar comunidades adaptadas […]”. Sin embargo, a pesar de la solida postura externa que caracterizó al grupo durante su recorrido, es igualmente cierto que se produjeron importantes fricciones en su seno, destacando en este sentido la ‘rivalidad’ existente entre los miembros británicos y neerlandeses. Si bien la consulta —por ejemplo— de la documentación original relativa a los CIAM custodiada en el Netherlands Architecture Institute (NAi) de Róterdam permite apreciar tal hecho, varios autores se han interesado en recoger y desarrollar tal información, como sucede con el crítico belga Francis Strauven quien, en su libro “Aldo van Eyck: The Shape of Relativity” [2], se hace eco de las diferentes discusiones (muchas veces a través de correspondencia escrita) protagonizadas por Alison y Peter Smithson, y Aldo van Eyck y Bakema. En cualquier caso, en general las divergencias surgidas estaban más relacionadas con el modo de ‘formalizar’ el discurso teórico del grupo que con el trasfondo (humano) generador del mismo. En este sentido, podría considerarse que estas ‘formalizaciones’ incluyen tanto la manera de dirigir y coordinar la celebración de los congresos por parte del Team 10 (Dubrovnik-Otterlo) en cuanto a la forma y las temáticas bajo las que celebrar las diferentes sesiones críticas, como el modo de entender y afrontar las respectivas realizaciones arquitectónicas. A este respecto, hay que pensar que, más allá de la compartida sensibilidad del grupo por los aspectos sociales (humanos) de la arquitectura, los integrantes del Team 10 nunca proyectaron en equipo, con la excepción de diversas colaboraciones personales o específicas. No es de extrañar por tanto que, del mismo modo que en ocasiones discreparon en cuanto a los contenidos a tratar en los congresos de arquitectura moderna, también muchas veces fueron críticos a la hora de valorar los proyectos de unos y otros.

De acuerdo con la procedencia eminentemente europea de los miembros del Team 10, el grueso de sus diseños se desarrolló dentro del viejo continente, logrando en muchos casos acometer intervenciones paradigmáticas. Así, en las propuestas para el nuevo distrito de Rotterdam de Pendrecht / Alexanderpolder (1953 ó 1956), Bakema y los demás arquitectos de Opbouw partieron de la idea del barrio o vecindario como unidad básica para investigar sobre nuevas alternativas en el diseño urbano de áreas residenciales; algo similar sucedió en el proyecto de nueva planta de la población neerlandesa de Nagele (1948-54), esta vez con Aldo van Eyck y el grupo “de 8” a la cabeza; con la urbanización Robin Hood Gardens (1969-72) o con el proyecto del Golden Lane Housing (1952) el matrimonio Smithson ensayaba alternativas al urbanismo racionalista del Movimiento Moderno (basado en la zonificación) con la intención de generar un hábitat urbano coherente con los modos de vida —y de ‘asociación’— de sus futuros ususarios; en la extensión urbana de Bagnols-sur-Cèze (1956-61), Candilis, Josic y Woods se preocuparon por generar una zona residencial capaz de acoger óptimamente a las familias de los trabajadores de la próxima central nuclear, a la vez que tenía en consideración el origen y configuración romano de la pequeña población francesa; con el ‘Master plan’ de Urbino, Giancarlo De Carlo buscó “proporcionar a la ciudad una estructura física que le permitiera a la zona funcionar en un contexto moderno”; y así con otros tantos proyectos, en ocasiones ajenos al preponderante ámbito de la vivienda colectiva, que casi parecían querer generar un hábitat propio y reflexivo, adaptado a los futuros usuarios, como el Orfanato de Ámsterdam (1955-60) o la Universidad Libre en Berlín (1963-1973). Sin embargo —y curiosamente fuera de este ámbito europeo—, pocas realizaciones arquitectónicas despertaron tanto interés y elogios unánimes en el grupo como lo que se denominó el “hábitat para el gran número” (habitat du plus grand nombre). Presentadas en el IX CIAM de Aix-en-Provence (1953), se trataba de intervenciones de vivienda colectiva desarrolladas principalmente en el norte de África, llevadas a cabo por GAMMA (Groupe d’architectes modernes Marocains), entre los cuales destacaba la presencia de George Candilis, Shadrach Woods, Victor Bodiansky, o Michel Ecochard. La gran aportación de estas experiencias aportadas radicaba en la combinación de un lenguaje arquitectónico todavía vinculado a la arquitectura moderna, con una consideración por aquellos elementos distintivos de la cultura vernácula del lugar, incluyendo un ‘aprendizaje’ por las formas, materiales y procesos constructivos tradicionales (figura 1).

Con todo, el origen de la diversidad de iniciativas arquitectónicas acometidas por el Team 10 reside en el talante común compartido por todos sus miembros, expresado sin fisuras a partir fundamentalmente del discurso teórico esencial. En la medida que son los textos más propositivos los que en cierto modo condensan tal actitud, es también ahí donde se concentran los verdaderos rasgos distintivos del grupo, siendo el participado concepto de dimensión humana de la arquitectura el componente esencial del pensamiento latente. Teniendo en cuenta que la mayoría de publicaciones se ocupan de profundizar sobre las diferentes individualidades que integraban este heterogéneo colectivo (con notables excepciones como el libro de Max Risselada y Dirk van den Heuvel “Team 10: 1953-1981. In search of a Utopia of the Present” [3]), y con mayor profusión sobre la obra construida, es un objetivo del artículo centrarse en esta parte del discurso teórico del grupo, a partir también de una definición explícita y personal del concepto de ‘dimensión humana de la arquitectura’. Concepto de dimensión humana de la arquitectura En general, resulta evidente que en el mundo civilizado ‘arquitectura’ y ‘sociedad’ se relacionan de tal modo que casi podrían describirse como interdependientes. Aunque es cierto que las personas necesitan de un marco arquitectónico donde desarrollar la mayoría de las actividades que componen su vida diaria, no lo es menos que la arquitectura sin usuarios no tiene razón de ser. Sin embargo, el concepto que aquí se aborda va más allá de esta obligada relación, recurriendo ante todo a aspectos cualitativos. En esencia, se entiende la dimensión humana de la arquitectura como el modo consciente en que ésta considera la interacción con sus futuros usuarios, con el claro objetivo de elaborar propuestas encaminadas a introducir mejoras en sus vidas. Varios son los términos clave que caracterizan la definición. Las palabras “consciente” y “considera” explicitan que existe una reflexión intencionada y voluntaria sobre el papel desempeñado por el usuario en arquitectura, consecuencia por tanto de una preocupación o interés previo por el tema; en este sentido, puede entenderse que, si no se da esta circunstancia (la consideración consciente), con dificultad podrá hablarse de la dimensión humana de la arquitectura. Y por otro lado, la palabra “interacción” evidencia que existe un intercambio, un recorrido de ida y vuelta entre la arquitectura y sus usuarios, de manera que el arquitecto percibe y reflexiona primero sobre los condicionantes concretos de éstos para, posteriormente, tratar de elaborar propuestas capaces de mejorarlos.

En el caso de los van Eyck, Bakema, Smithsons, Candilis o Woods, la singularidad de este concepto reside en entender que cada individuo (y por extensión cada comunidad de individuos) presenta una serie de rasgos característicos que harán necesario proyectar de un modo específico. En un período en que los postulados de racionalidad, funcionalismo y estandarización promovidos por los CIAM dominaban el panorama arquitectónico internacional, fueron ellos los primeros en alzar la voz con contundencia reclamando un cambio de actitud: si la obra arquitectónica pretende responder adecuadamente a las necesidades y aspiraciones de sus usuarios, parece lógico que, en primer lugar, se atienda a los rasgos distintivos de éstos, diferentes —y además cambiantes— en espacio y tiempo. En un contexto socioeconómico como el actual, tras el que subyace una profunda crisis de valores extensible a todos los ámbitos —incluido el arquitectónico—, el caso del Team 10 se presenta como más sugerente e instructivo que nunca.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El material bibliográfico del que parte la elaboración del presente artículo lo constituyen ante todo los textos originales de los autores tratados. Es decir, mención aparte de la no existencia de una edición española para muchas de las publicaciones estudiadas, haber recurrido a las obras primitivas (en su mayor parte en lengua inglesa) ha permitido un acceso más directo a los respectivos discursos teóricos expresados. Así, el método de investigación desarrollado se basa en la elaboración de un discurso propio y específico estructurado a partir de dos premisas básicas: la lectura reflexiva de los textos considerados (de los que se extraen y traducen algunas citas relevantes), y la convicción de que es posible caracterizar el concepto de dimensión humana de la arquitectura (o también dimensión social de la arquitectura). Complementariamente, se incorpora al artículo material gráfico original de Aldo van Eyck, cedido por su hija, Tess van Eyck Wickham, actual responsable del archivo privado de su padre en Loenen aan de Vecht (Países Bajos).

 

RESULTADOS

Team 10. El individuo como realidad cambiante en la arquitectura del Movimiento Moderno

Los acontecimientos sociales, políticos y económicos de mediados del siglo pasado [4] suponen un factor clave para acotar y entender adecuadamente el contexto en el que surgen las voces críticas del grupo. Tras el cataclismo internacional que había supuesto la segunda guerra mundial, las democracias occidentales inician un proceso de reconstrucción y crecimiento interior que las lleva a disfrutar de una prolongada estabilidad (política, económica y social). La apuesta por un decidido intervencionismo del Estado constituye una de las piedras angulares del prolífico modelo económico capitalista de posguerra. Así, la estabilidad lograda en el ámbito de la economía termina por contagiar el escenario político interno de estas democracias, mientras que, a escala internacional, la tensión —a veces insostenible— entre los dos grandes ‘bloques’ (el capitalista y el comunista) marcará el devenir de los sucesivos años. Durante la década de los 50, este impresionante desarrollismo empieza a transformar la sociedad del ‘occidente capitalista’, provocando la desestructuración de los modos de vida tradicionales y una reacción en contra de los principios ideológicos característicos de la primera mitad del siglo —causantes para muchos de los grandes desastres acaecidos—. Ahora, el nuevo modelo social estará caracterizado por un pragmatismo2 preocupado en especial por la salvaguarda de las libertades individuales. De esta manera, a la vez que continúan produciéndose manifestaciones de un Movimiento Moderno ortodoxo, empieza a surgir una serie de testimonios que, en cierto modo vinculados al pensamiento existencialista, expresan su interés por las necesidades propias del individuo.

Si bien constituye un hecho un tanto controvertido, existe bibliografía específica que relaciona la arquitectura del Team 10 (en concreto la de algunos destacados miembros) con la filosofía existencialista. A modo de ejemplo, en su libro “Después del movimiento moderno: arquitectura de la segunda mitad del siglo XX” [5], Josep Maria Montaner se refiere a los Smithson o a José Antonio Coderch (y también por ejemplo a Ernesto Nathan Rogers) como arquitectos que “ya no proyectan para un hombre genérico e ideal sino para un hombre concreto, individual, con todas sus carencias; es decir, en cierta manera, el sujeto del materialismo realista que, a partir de 1949, propone Jean-Paul Sartre en sus escritos”; afirmando poco después que “De la misma manera que podemos encontrar relaciones entre los diversos existencialismos y los planteamientos de los arquitectos de la posguerra, cambios similares se explicitan en las propuestas de los artistas plásticos de aquellos años (Dubuffet, Paolozzi, Alberto Burri, Tàpies)”. En este sentido también, el propio Kenneth Frampton (entre otros) describe cómo el matrimonio Smithson mantuvo una interesante relación con artistas de la órbita existencialista como el artista y escultor Eduardo Paolozzi, o el fotógrafo Nigel Henderson, llegando a formar parte del Independent Group.3

Varias claves explican los cambios y aportaciones que introduce la génesis del pensamiento postmoderno en el ámbito cultural de la época. Para el caso que ahora se estudia, es fundamental atender a dos cuestiones: por un lado, la sociedad pasa a considerarse como una combinación creciente de complejidades (frente a la excesiva simplificación que de ella había hecho el Movimiento Moderno); y por otro lado —como ya se ha avanzado—, se experimenta un predominio de la filosofía existencialista entre la intelectualidad del momento. El rasgo fundamental de esta línea de pensamiento se basa no sólo en la mayor importancia que se le otorga a las necesidades individuales sobre las colectivas, sino a la consideración del usuario tipo como un hombre real, alejado del modelo moderno idealizado y ‘tipificado’. En arquitectura, esto se traducirá en un especial interés por la componente estructural y constructiva del proyecto, por las circulaciones, y por los espacios públicos como ámbitos de relación y socialización.

Con motivo del CIAM de 1953 en Aix-en-Provence surge el Team 104 y con ello un importante motor que avivará el contexto cultural y arquitectónico del momento. Max Risselada, Dirk van den Heuvel y el resto de investigadores de la Escuela de Arquitectura de Delft vinculados al Team 10 research project,5 consideran que, más allá del resto de importantes nombres propios vinculados al mismo, el núcleo (“inner circle”) de estas ‘reuniones’ de arquitectos lo integraban: Aldo Van Eyck, Jacob B. Bakema, George Candilis, Giancarlo de Carlo, Alison y Peter Smithson, y Shadrach Woods. Si bien inequívocamente heterogéneo, el espíritu colectivo del grupo inaugura en cierta forma una temática que será una constante en la teoría y la práctica arquitectónicas desde ese momento: la dicotomía entre continuidad y revisión del Movimiento Moderno.

Como señala el crítico y teórico británico Reyner Banham,6 [6] este período de los años 50 y 60 representa más un intento de ‘salvar’ la modernidad que de romper con ella, algo que sí sucederá en los años 70. De hecho, como sostiene una parte importante de la crítica, puede entenderse tanto que la ruptura del Team 10 respecto al Movimiento Moderno (o más ajustadamente ‘Arquitectura de la Modernidad’ según el profesor Juan Calduch [7] resulta parcial, como que es preceptivo hablar de continuidad entre segundo y el primero. Por ejemplo, en su célebre libro “La arquitectura moderna desde 1900” [8], William Curtis engloba la arquitectura de los diferentes miembros del Team 10 (distribuida por otro lado en diversos capítulos) en la “Parte 3” de la publicación, referida a la ‘transformación y difusión de la arquitectura moderna después de 1940’. De modo equivalente, en su libro de referencia “Historia crítica de la arquitectura moderna”, [9] Kenneth Frampton tampoco habla de ruptura, sino de “crítica y contracrítica” entre los CIAM y el Team 10 (tercer apartado de la Parte 3). Y de forma más explícita, Pere Hereu, Josep Maria Montaner y Jordi Oliveras, en su libro “Textos de arquitectura de la modernidad” [10], directamente clasifican el discurso arquitectónico del Team 10 bajo el título “Continuidad y revisión del Movimiento Moderno”.

Como ya se introducía al principio, en 1954 el Team 10 firma el Manifiesto de Doorn [11] a modo de documento fundacional. Entendido —sintomáticamente— más como una recopilación o sucesión de ideas compartidas que como una declaración formal al uso, dedican una especial atención a las circulaciones y declaran considerar la casa como elemento constitutivo de un sistema o ‘estructura’ mayor (barrio, pueblo, ciudad, etc.): “sólo tiene sentido considerar la casa como parte de una comunidad, resultado de la interacción entre unos y otros”. En paralelo, el texto destila una preocupación clara por todo aquello que afecta directa o indirectamente a las aspiraciones y las motivaciones del ser humano.

Para entender las pautas de las asociaciones humanas debemos considerar a cada comunidad en su entorno particular.

[…] Si la validez de la forma de una comunidad se basa en las pautas de vida, el primer principio deberá ser consecuentemente un análisis objetivo y permanente de la estructura humana y de sus cambios.

Tal análisis no habría de incluir sólo “lo que acontece”, “los hábitos del organismo, modos de vida y relaciones con lo que le rodea como, por ejemplo, vivir en ciertos lugares, ir a la escuela, acudir en medios de locomoción al puesto de trabajo e ir de tiendas, sino también ‘lo que motiva’, las razones para ir a determinadas escuelas, elegir tal tipo de trabajo y acudir a unas tiendas concretas”. En otras palabras, intenta descubrir unas pautas de realidad que incluyen aspiraciones humanas [12].

De esta manera y a modo de inmejorable muestra, en este extracto del artículo que Alison Smithson publicó en el número de julio de 1956 de la revista Architectural Design, se puede constatar el concepto de dimensión humana que manejaban dentro del grupo. Al identificar ‘lo que acontece’ con la mayoría de los factores o elementos perceptibles que condicionan la arquitectura, y diferenciarlo de ‘lo que motiva’, la arquitecta británica está manifestando su apuesta por aquellas cuestiones inherentes al género humano que van más allá de lo puramente tangible. En definitiva, Alison Smithson está expresando la importancia de que los arquitectos tengan como cometido fundamental satisfacer tanto las necesidades físicas como las espirituales de las personas (“aspiraciones humanas”), de manera que cada propuesta arquitectónica pueda estimular su crecimiento en cuerpo y en mente.

Sin embargo, a buen seguro nadie como el holandés Aldo van Eyck para ejemplarizar esa figura del arquitecto que, partiendo de la órbita CIAM, es capaz de detectar las grandes carencias y olvidos de la arquitectura de la Modernidad de su tiempo, caracterizada por la frialdad en la relación con sus futuros y diferenciados usuarios (o lo que es lo mismo con la sociedad en general). Aunque dentro del Team 10 se pueden encontrar figuras políticamente más comprometidas —como por ejemplo su coetáneo y compatriota Jaap Bakema—, para el interés del estudio propuesto pocas voces condensan una actitud y compromiso con las personas tan sensible como el caso de Aldo van Eyck. Más allá de cualquier mero activismo político, su caso es paradigma de arquitecto que, a lo largo de la vida, hace suya la reivindicación de proyectar y construir a la medida de sus usuarios reales (Figuras 2).

Así, como buen ejemplo de este talante desafectado y sensible, se recuperan ahora unas palabras de Aldo van Eyck extraídas de su declaración7 titulada “Wheels or no wheels, man is essentially a pedestrian” [13] (con ruedas o sin ruedas, el hombre es esencialmente un peatón), donde se trata de la relación entre la arquitectura (en concreto el planeamiento urbano) y un usuario muy concreto: el niño.

Una ciudad, si es en efecto una ciudad, tiene un ritmo muy complejo, basado en muchos tipos de movimiento, humano, mecánico y natural. El primero está paradójicamente suprimido, el segundo tiránicamente enfatizado, el tercero inadecuadamente expresado.

Con ruedas o sin ruedas, el hombre es en esencia un peatón. Si en verdad quiere serlo, si llegará a serlo de nuevo, o si ya no lo quiere ser más es bastante arbitrario. ¡Lo es! ¡Acera significa de hecho lo que es!8 Satisfacer las necesidades del peatón significa satisfacer las necesidades del niño. Una ciudad que pasa por alto la presencia del niño es un lugar pobre. Sus movimientos serán incompletos y opresivos. El niño no puede redescubrir la ciudad a menos que la ciudad redescubra al niño.

 

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Sin lugar a dudas, la frase final de esta cita de Aldo van Eyck condensa el espíritu del título del presente artículo mucho mejor que cualquiera de las elaboradas definiciones que pudieran llegar a componerse. En definitiva, el concepto ‘dimensión humana de la arquitectura’ hace alusión a una convicción, a una actitud; a la concepción del arquitecto como agente social capaz de mejorar los modos de vida de las personas a través de un trabajo comprometido con las necesidades (físicas y espirituales) de los futuros usuarios. En este sentido, si algo caracteriza —e ilustra— el discurso común del Team 10, es que sea cual sea la intervención arquitectónica propuesta, debe estar inspirada en las características concretas de esos usuarios, alentándoles así a que satisfagan sus propias aspiraciones personales (y no solo las del arquitecto).

Ya hace seis años (el 12 de agosto de 2006) el arquitecto finés Juhani Pallasmaa9 [14] declaraba en el suplemento de Babelia del diario El País [15] que “la arquitectura de hoy no es para la gente”. En una magnífica entrevista, Anatxu Zabalbeascoa obtenía jugosas y comprometidas afirmaciones de su ilustre invitado sobre la arquitectura de nuestros tiempos:

Existe una idea muy vaga sobre la finalidad de la arquitectura. Hoy se emplean los edificios como imágenes que reflejan el egocentrismo de un cliente y de un arquitecto artista. Y ése no es el fin de la arquitectura […] La arquitectura debería estar social y culturalmente orientada. Eso se ha perdido.

Pero además, Pallasmaa abordaba un aspecto que aún enlaza en mayor grado su entrevista con el contexto (arquitectónico y general) de la segunda mitad del siglo XX descrito con anterioridad. Así, tras afirmar que la arquitectura actual es “narcisista porque enfatiza al arquitecto, y nihilista porque aniquila las estructuras culturales”, declara que:

Hoy, los mismos arquitectos construyen por todo el mundo y los mismos edificios están en todas partes. Así es difícil que la arquitectura pueda reforzar ninguna cultura […] Critico la aplicación internacional de ciertos principios comerciales (figura 3).

 

CONCLUSIONES

En realidad, de un modo análogo al descrito para la maquinaria CIAM de mediados del siglo pasado, en efecto parece como si poderosos sectores de la arquitectura reciente carecieran de esa preocupación sensible por las aspiraciones (y las singularidades) de los usuarios reales, o ‘dimensión humana’. En efecto, muchos matices caracterizan y distinguen estos dos casos, en especial los relacionados con la cohesión (o no) del colectivo de arquitectos, y la búsqueda de una serie de planteamientos u objetivos previamente definidos. Sin embargo, la existencia de un rasgo diferencial complementario invita a la autocrítica: la propuesta de cambio abanderada por el Team 10 no contó entre sus motivaciones con ningún tipo de crisis económica generalizada. En este sentido, y mención aparte de la preocupación suscitada por el convulso panorama actual, esperemos que los difíciles tiempos que vivimos sirvan al menos para acelerar una más que necesaria reflexión colectiva sobre el rumbo humano y social de la arquitectura.

 

REFERENCIAS

1. SMITHSON, Alison. Team 10. Team 10 Primer. Londres: Ed. Studio Vista, 1968.

2. STRAUVEN, Francis. Aldo van Eyck: The shape of relativity. Amsterdam: Ed. Architectura & Natura, 1998.

3.RISSELADA, Max y Dirk VAN DEN HEUVEL. Team 10: 1953-81. in Search of a Utopia of the Present. Rotterdam: Ed. NAi, 2005.

4. PAREDES, Javier. Historia universal contemporánea II. De la primera guerra mundial a nuestros días. Barcelona: Ed. Arial, 2004.

5. MONTANER, Josep Maria. Después del movimiento moderno: arquitectura de la segunda mitad del siglo XX. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1993.

6. BANHAM, Reyner. “The New Brutalism”. Architectural Review. 1955, No. 12.

7. CALDUCH CERVERA, Juan. Modernidad y Arquitectura Moderna. Alicante: Ed. Club Universitario, 2001.

8. CURTIS, Williams J. R. La arquitectura Moderna desde 1900. 3ª ed. Londres: Ed. Phaidon, 2006.

9. FRAMPTON, Kenneth. Historia crítica de la arquitectura moderna. Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2002.

10. HEREU, Pere y Josep Maria MONTANER, OLIVERAS, Jordi. Textos de arquitectura de la Modernidad. Madrid: Ed. Nerea, 1994.

11. SMITHSON, Alison. “TEAM 10. El Manifiesto de Doorn”. En: SMITHSON, Alison. Team 10. Team 10 Primer. Londres: Ed. Studio Vista, 1968.

12. SMITHSON, Alison. “Alternatives to the Garden City Idea”. En: SMITHSON, Alison. Team 10. Team 10 Primer. Londres: Ed. Studio Vista, 1968.

13. EYCK, Aldo van. “Wheels or no wheels, man is essentially a pedestrian”. En: SMITHSON, Alison. Team 10. Team 10 Primer. Londres: Ed. Studio Vista, 1968.

14. PALLASMAA, Juhani. Los ojos de la piel. Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2006.

 

 

Citas

1 Aunque tres años antes (1959) Aldo van Eyck ya había publicado en la revista Forum un texto homónimo —más completo y certero según justifica el crítico Francis Strauven en su libro The Shape of Relativity— sintomáticamente titulado The story of another idea (La historia de otra idea), lo cierto es que el relato de la británica ha venido gozando, desde entonces, de una mayor difusión y conocimiento general.

2 Resulta muy representativa de esa prioridad del bienestar material por encima de diferentes valores humanos, la célebre frase del primer ministro británico Winston Churchill: “la democracia es el menos malo de los regímenes políticos concebibles”.

3 El Independent Group (IG) consistió en un grupo de pintores, escultores, arquitectos, críticos y escritores unidos por el propósito de desafiar el predominante modo como la modernidad había enfocado la cultura. Existe una vinculación del colectivo con el Institute of Contemporary Arts de Londres, y con la cronología comprendida entre 1952 y 1955.

4 La formación oficial del Team 10 se produce realmente el 30 de junio de 1954 en las oficinas centrales de la UNESCO en París, posterior por tanto al congreso de Aix (1953) y cinco meses después de la reunión del grupo en el “Encuentro de Doorn” (29-31 enero de 1954).

5 El Team 10 research project, surge como una iniciativa de Max Risselada (TU Delft), Jos Bosman (TU Eindhoven), Kirstin Feireiss (directora de NAi entonces), y Bernard Colenbrander (conservador de NAi entonces), con la idea de estudiar y revalorizar la tradición de la Arquitectura Moderna. Vinculada históricamente con el Team 10 (por ejemplo Van Eyck y Bakema fueron ilustres profesores durante años), la Escuela de Arquitectura de Delft ha venido desarrollando durante los últimos años una investigación de especial interés sobre el grupo, sobre todo por parte de un equipo de investigadores de la Chair of Architecture and Housing, con los profesores Max Risselada y Dirk van den Heuvel a la cabeza. A modo de ejemplo de las numerosas e interesantes actividades que han llevado a cabo podrían citarse exposiciones como Team 10 A Utopia of the Present (2005), libros como In Search of a Utopia of the Present (2005), o tesis doctorales como la desarrollada por el propio Dirk van den Heuvel dedicada al matrimonio Smithson.

6 Reyner Banham publica en The Architectural Review de diciembre de 1955 The New Brutalism, definiendo así los principales rasgos que definen esta ‘nueva manera’ de hacer arquitectura. El Brutalismo tendrá una estrecha relación con algunos miembros del Team 10, especialmente con el matrimonio Smithson.

7 Declaración publicada en 1962 en Team 10 Primer, también en el mismo año en la revista Architectural Design nº 12, en 1965 en edición paperback, y en 1968 en edición tapa dura.

8 La traducción al español hace perderse el juego de palabras de la versión inglesa de la que proviene. En inglés acera es sidewalk, palabra que se compone a partir de: side = lado, orilla; walk = caminar. Por tanto, una traducción literal sería “caminar por los lados”, o simplemente “caminar al lado”.

9 La entrevista de Juhani Pallasmaa se debe a una visita a España del arquiecto finés (verano de 2006) con motivo de su participación como jurado de los premios FAD. Además, ese mismo año la editorial Gustavo Gili estaba a punto de publicar su libro Los ojos de la piel (octubre de 2006).

 

 

Recibido: 01/10/2012
Aprobado: 03/01/2013

 

 

José Fernández-Llebrez Muñoz. Arquitecto. Investigador del Grupo de Recuperación del Patrimonio Cultural y profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia, España. Profesor visitante en la Hogeschool van Amsterdam, en la Delft University of Technology (TU Delft). Correo electrónico: trjofermu@csa.upv.es