Introducción
La familia ejerce una influencia importante en la vida de la adolescente a través de la dinámica diaria por la cual se caracteriza. Las relaciones intrafamiliares y los roles desempeñados toman protagonismo en los patrones comportamentales que se repiten entre una generación y la siguiente. En ese sentido, cualquier evento que ocurre en la vida de las adolescentes y particularmente las decisiones en torno a la salud sexual y reproductiva están influenciadas por la historia familiar y, a su vez, tienen un efecto sobre el funcionamiento de la misma.
El trabajo que se presenta profundiza en casos específicos de embarazo adolescente, y pone en perspectiva la necesidad de atender a este indicador con el fin de disminuir su incidencia en el país. Se aplicó y desarrolló en el período 2012-2015 y realiza una mirada al desarrollo de los procesos intrafamiliares que actúan como contexto al momento del embarazo adolescente.
Elementos metodológicos
Se utilizó el análisis de contenido de la información recogida con ayuda del programa estadístico SPSS para procesar las técnicas cualitativas. El acceso al campo se produjo en diferentes momentos del período 2012-2015 en los municipios San Miguel del Padrón (provincia de La Habana) y Campechuela (provincia de Granma). Se contactó con las direcciones de salud de los municipios, donde se obtuvo información general sobre el Programa Materno Infantil (PAMI). A partir de aquí se ubicaron las áreas de salud con mayor prevalencia e incidencia del embarazo y maternidad adolescente y la ubicación de los servicios de ginecología infanto-juvenil de regulación menstrual. Una vez en las áreas y servicios de salud, se obtuvo los horarios de consultas, lo que posibilitó la creación de mapas sociales, espaciales y temporales, para organizar la estancia en el campo de trabajo y la interacción con los sujetos de estudio.
Se trabajó con una muestra de 73 adolescentes, con las siguientes características (tabla 1).
Resultados
Características socioeconómicas y condiciones de vida de las familias de estudio
Calidad de la vivienda: Las condiciones de la vivienda son percibidas por las adolescentes entre buenas y regulares, pocas refieren que viven en malas condiciones. Consideran que las condiciones de sus viviendas son buenas porque están construidas con paredes de mampostería, techo de placa y fibrocemento, piso de mosaicos y baño interior. Las viviendas percibidas por ellas como regulares se caracterizan por ser de ladrillos las paredes, techo de zinc, aunque con algunas filtraciones. Las que son percibidas en mal estado son casas de tablas, con uno o dos espacios habitacionales para todas las actividades, piso de tierra o cemento y filtraciones. M, 14 años: No son buenas. Yo quisiera vivir en una casa de mampostería pero no se puede. Espero algún día vivir mejor.
Fuente de ingreso: Las fuentes de ingresos provienen fundamentalmente del trabajo estatal, el cuentapropismo y la pensión de jubilación, y fueron percibidos como regulares por las adolescentes. Refieren que estos alcanzan para satisfacer las necesidades básicas: AE, 16 años: No son muy buenos que digamos, diría que regular. DM, 17 años: Regulares, pero no dejamos de comer, de desayunar y almorzar.
Estado higiénico-sanitario: El estado higiénico-sanitario de las viviendas (a partir de la observación realizada en la visita al hogar para las entrevistas a las familias) no siempre fue el adecuado. Si bien en algunos casos se observó higiene y organización, en las viviendas de condiciones más precarias fue difícil encontrar las medidas de aseo necesarias.
Composición y estructura de la familia de origenI
Inserción socioclasista: Son familias con una inserción socioclasistaII fundamentalmente de tipo obrera y cuentapropista. OC, 16 años: Mi mamá trabaja a veces en una casa particular. Madre de OC: a veces me pongo en la máquina de coser y hago cosas, inventar para poder criar a mis hijos, vendo refresco (…). Predominaron las familias con miembros que han concluido el noveno grado, algunos alcanzaron 12 grado y muy pocos lograron una carrera universitaria. Según datos del Censo de 2012, en San Miguel del Padrón, los niveles educacionales que más predominan son el técnico medio (16,40%), preuniversitario (23,5%) y secundaria básica (26,7%). En ese sentido, estas familias no solo se caracterizaron por una simetría en cuanto a la inserción socioclasista y el nivel de escolaridad (ya que sus miembros son obreros y alcanzan un nivel básico y medio de escolaridad); sino que están en correspondencia con las particularidades del municipio.
Tamaño de las familias y promedio de miembros: Se caracterizaron por ser medianas,III con un promedio en el caso de San Miguel del Padrón de 4,55 miembros, y las mismas son bigeneracionales o trigeneracionales. Existe en las familias de Campechuela un promedio de 4,42 miembros, siendo mayor que el promedio de personas por viviendas del municipio (2,99 personas por vivienda) según el Censo de 2012 (ONEI-Campechuela, 2013), también bigeneracionales o trigeneracionales.
Las familias de origen de las adolescentes se distinguen por su diversidad tipológica. Según su ontogénesis algunas son extensas con presencia de abuelas y/o abuelos, aunque siempre con presencia de madre y/o del padre de la adolescente. Existen familias nucleares completas, es decir biparentales; aunque la mayoría destaca por la ausencia del padre, lo que lleva a grupos familiares monoparentales y reconstituidos; es la madre, en estos casos, la jefa de hogar.
Ciclo vital de la familia: En la mayoría de las familias coexisten varias etapas del ciclo vital, similar a lo que se ha constatado en varios estudios de la sociedad cubana (Arés, 2010; Benítez, 2002).
La mayoría de las familias se encuentra atravesando varias etapas del ciclo vital, las más frecuentes son la etapa de extensión y la de contracción.IV El tránsito de las mismas, deriva generalmente en la coexistencia de crisis que deben ser superadas en la dinámica familiar en que se insertan las adolescentes. En el caso de las crisis normativas, todas las familias se encuentran vivenciando la adolescencia debido a la edad de las hijas. Sin embargo, la mayoría enfrenta paralelamente la emancipación y/o procreación de estas adolescentes en medio de condiciones económicas y de viviendas no favorecedoras. Madre DM: No es lo que más yo hubiese querido porque son adolescentes (…) pero peor es que usted le diga algo y que se estén escondiendo y eso, ahora ellos están tranquilos. Madre YH: Yo pensaba en aquel tiempo en el qué dirán, que ahora me iban a desprestigiar a mí porque ella cometió un error pero yo tuve parte de culpa ahí. En ese sentido, el análisis deja ver que las crisis normativas en estas familias no solo son provocadas por el curso de las etapas que corresponden, sino por la ocurrencia de las mismas antes del momento esperado. Se evidencia también la jubilación y vejez, elemento característico de contextos donde predominan las familias extendidas.
En el caso de las paranormativasV son evidentes en algunos casos separaciones familiares, así como enfermedades en las madres y abuelas de las adolescentes que afectan negativamente el funcionamiento familiar; de modo que la atención a estas situaciones resta tiempo que debería ser dedicado a la función educativa de las adolescentes y en ocasiones conduce a las irregularidades de su comportamiento. Madre de M, 14 años: Yo soy de Baracoa y nunca pensé llegar aquí. Llegué aquí porque mi mamá es alcohólica.
Las crisis por desmoralización, evidentes en conductas de rompimiento de normas sociales y morales de algún miembro cumpliendo sanción penal en la cárcel, se revelan como crisis que desorganizan la vida familiar y la desestructura (Molina, 2017). En ese sentido, Y comenta: Con mi papá nunca he vivido. Él vivió un tiempo con nosotros pero después se buscó una mujer en La Habana y se puso a vender droga y se metió en el juego de la bolita y estuvo preso 5 años. Madre (W): una hermana mía que el hijo está preso. Por la juntamenta con un grupito, asaltaron por un celular. Y sin necesidad porque el papá va a Estados Unidos como ir de aquí a la esquina. Con 18 años lleva 7 meses y sin necesidad.
El embarazo en la adolescencia, si llega a su término o se interrumpe, se suma a estas crisis como una vivencia estresante, al ocurrir antes del momento esperado. Cambia la dinámica familiar, ya sea para cuidar la salud de la hija o bien para sobrecargar el rol de los padres de las adolescentes, quienes ahora tienen que fortalecer la función económica. Asimismo ahora se tienen que responsabilizar por la crianza y educación de un nuevo miembro. Madre de C: yo tengo que recordarle que ya ella no es una niña y que además tiene una hija, que ella eso no se lo mete en la cabeza, ella piensa que esto es una muñeca, tengo que estar arriba de ella, esta es su hija, tiene que cuidarla y ante todo está ella.
Funcionamiento familiar según las relaciones internas
Las madres son quienes mayor interacción social establecen con las adolescentes. Sin embargo, la comunicación respecto a la sexualidad de las hijas en pocos casos constituye un tema frecuente de conversación, por lo que no contribuye al pleno desarrollo de la salud sexual y reproductiva.
No siempre los roles están bien definidos, y los límites son difusos. En un caso en particular la madre no ejerce el rol de sustento de la familia y este es asumido (aunque no reconocido por la madre) por la hija, quien incluso siendo estudiante de secundaria básica realiza trabajos los fines de semana. M: Bueno, yo hacía negocios (…) vendía toallas en el campo, en Pinar del Río, con una amiguita que tenía 15 años. Madre de M: hace unos meses me empezó una crisis de neuralgia y cada vez que esfuerzo la mente me pasa, por eso ya no trabajo.
Las jerarquías de manera general están claras, siendo siempre la madre la que mantiene una posición de poder en el proceso de toma de decisiones respecto a la vida de la adolescente.
En la mayoría de los casos se evidencian estilos educativos que combinan el afecto con la permisividad, permitiendo exceso de libertades a los hijos en la toma de sus decisiones por lo que los padres carecen de control en la conducta y acciones de los adolescentes. Madre de YH: No sé, quizás la solté un poquito, no sé, yo siempre le di consejos como madre, tuve culpa yo también por permitirle quizás haber tenido novio.
En el caso particular del municipio Campechuela, la estructura de las familias con ausencia de uno de los padres o de convivencia solo con los abuelos, hizo más débil el control educativo, lo cual hace evidente que la calidad de la red se hace notar también en estas familias. La presencia de los abuelos redujo y reemplazó los roles de los padres, especialmente de la madre, en la crianza de los hijos y la transmisión de información, valores y normas. La influencia que recibieron las adolescentes se vio afectada por el nivel educacional de los abuelos (más bajo que el de los padres) y por valores, normas y reglas que responden a conservas culturalesVI de sus generaciones.
Se evidenció también, derivada de estilos educativos autoritarios, la violencia física a las adolescentes, identificándose la violencia intrafamiliar como un problema de algunas de estas familias. Madre de OC: No le soporto nada, cada vez que hace algo me altera, ya no le meto, pero llegó al punto de que le tuve que romper la cabeza porque es bocona, gritona, falta de respeto.
En las familias estudiadas, los símbolos o signos más utilizados son imágenes poco elaboradas, y las palabras. Se observó en la aplicación de la técnica dificultad y resistencia para elaborar símbolos, representar imágenes, lo cual puede estar vinculado entre otros elementos, al nivel cultural de estas familias. Los ejemplos más comunes fueron: unida, trabajadora, alegre, buena, respetuosa, sociable, solidaria, buenas relaciones, armonía, paz, humanitaria, comprensiva, tranquila, amistosa, responsable. Son escasos los objetos materiales, pocas familias representan la casa, aun cuando viven con dificultades socioeconómicas.
Patrón de reproducción familiar
Características de las madres y abuelas
Predominan en el estudio las madres con noveno grado de escolaridad, y se evidencia carencia de quienes alcanzan una carrera universitaria, aunque en el caso de San Miguel del Padrón algunas logran el 12 grado. Las abuelas regularmente alcanzaron el sexto grado.
Edad de inicio de la reproducción de madres y abuelas de las adolescentes
En ambos municipios más de la mitad de las madres fueron madres adolescentes y en el caso particular de Campechuela la tercera parte de las abuelas también lo fue. Las madres comenzaron a tener sus hijos a partir de los 15 años y las abuelas a partir de los 13 años, concentrándose generalmente alrededor de los 17 y 16 años respetivamente.
Ideal de fecundidad de la familia de origen: Número de hijos/as
El número de hijos que, según refirieron las madres de las adolescentes, hubieran deseado tener está entre 2 y 3. Las razones que argumentaron en términos de ese ideal están relacionadas con problemas económicos y compañía para los hermanos. Sin embargo, se evidencia que este ideal se sobrecumple para algunas, llegando a un número máximo de 5 hijos en Campechuela y 9 en San Miguel del Padrón. Este ideal encontrado en las madres de las adolescentes supera ligeramente el que ha sido registrado en otras investigaciones, de corte cualitativo, realizadas en Cuba y que lo sitúan en dos hijos (Rodríguez, 2013).
Nupcialidad y reproducción
Las madres y abuelas muestran una historia de nupcialidad de consensualidad, en la que se han unido una o dos veces generalmente. En el caso de Campechuela ese el mismo tipo de patrón que hasta el momento han seguido las hijas. Según Molina (2017), este patrón del estado conyugal ha sido documentando en Cuba desde décadas anteriores (Álvarez, 1982; Farnós, 1985; Catasús, 1991; CEDEM-ONE-MINSAP, 1995; citados por Molina, 2017), y pareciera ser que continúa como un modelo de reproducción de madres a hijas. Asimismo, según Trilce (2016) el matrimonio ha dejado de ser el espacio de iniciación sexual y procreación de la familia y las uniones consensuales aparecen no como alternativa al mismo, sino como etapa previa; y es precisamente esta etapa previa la que las adolescentes están comenzando a edades precoces. En el caso de San Miguel del Padrón, las adolescentes efectivamente han convivido en unión consensual una o dos veces pero en algunos casos han tenido un mayor número de parejas (que se encuentra entre 3 y 5) con las cuales han convivido por pequeños períodos de tiempo, y en ese sentido estas han estado expuestas durante más tiempo al riesgo de concebir.
Anticoncepción
Las madres y las abuelas mostraron poca información sobre los métodos anticonceptivos y solo refirieron dos tipos, sin tener conocimiento profundo sobre los mismos. El más usado por ellas es el DIU. En el caso de las adolescentes, se observa conocimiento sobre el DIU, las píldoras y el condón, siendo este último el de mayor uso. La dificultad radica en que generalmente este uso es discontinuo, por lo que es mayor la probabilidad de embarazo y la recurrencia al aborto. Se evidencia aquí que el conocimiento y uso sistemático de los anticonceptivos influyen sobre la fecundidad, así como postula Bongaarts (1982) en la teoría de los determinantes próximos.
Aborto
En este caso la zona de residencia constituyó un diferencial sustantivo, pues mientras que en Campechuela pocas madres y abuelas se habían realizado interrupciones de embarazo, en San Miguel del Padrón la mayoría de las madres se habían realizado entre una y dos interrupciones. Las madres se realizaron más abortos que las abuelas y refieren que se casaban para tener hijos. (…) me casé para parir (Madre de RFY, 17 años). No obstante, hay consenso en la consideración de que lo mejor es no recurrir al aborto.
Subjetividad familiar
En la subjetividad familiar resalta la repetición de patrones de comportamiento reproductivo desde las dos generaciones anteriores. Esto se constata en las entrevistas a las madres de las adolescentes, dejando ver que ellas también tuvieron sus primeros embarazos en esta etapa y en algunos casos la decisión y/o crianza del nuevo miembro fue ejercida por sus madres. Madre de YH: Yo siento que se está repitiendo un poco la historia mía. Madre de CP: ella a veces se le enfrenta a la abuela, y yo tengo que recordarle que ya ella no es una niña.
En otros casos se reproducen comportamientos que fortalecen el funcionamiento familiar. Madre D: Bueno, yo la he formado como mi mamá y mi papá me criaron a mí. Yo me considero una mujer buena, trabajadora. Nosotros nos parecemos mucho, aunque tenemos algunas diferencias. Por ejemplo como somos de otra época hablamos cosas que mi mamá nunca conversa. Madre W: Son respetuosos, son cariñosos conmigo. Somos trabajadores. Todo lo que mi mamá nos inculcó yo se los inculco a ellos.
Afrontamiento y apoyo de la familia al embarazo en la adolescencia
Ante la noticia del embarazo de la adolescente, en casi todos los casos los primeros sentimientos de la familia son de enojo, rechazo y frustración; y aunque posteriormente aceptan y apoyan a las muchachas, la preocupación es un contenido subjetivo que se mantiene durante todo el proceso de maternidad. Madre CP: tengo que recordarle que tiene una hija, cosa que a ella no se lo mete en la cabeza. Incluso en algunos casos quien se prepara para el rol de crianza del nuevo miembro es la madre de la adolescente: Madre YH: ella no va a asumir la responsabilidad, la que la va a asumir soy yo, ella es una niña, ¡¿qué más le voy a pedir?!
Proceso de formación de la nueva familia
Las etapas generales del ciclo de vida de una nueva familia no cumplen en el caso de estas adolescentes la secuencia regular.
La etapa de preparación para la formación de la familia, el noviazgo o cortejo, tiene una duración muy corta.
Se transita del noviazgo o cortejo a la etapa de extensión o ampliación de la familia.
La formación de esta familia no es una decisión autónoma de la pareja, que se une con el propósito de establecer proyectos familiares.
Los vínculos afectivos en la pareja no son lo suficientemente fuertes y estables para mantener la relación y la cohabitación, por lo que es la adolescente y su familia quienes se ocupan del nuevo miembro.
Conclusiones
La familia aparece como un espacio de transmisión de valores en el cual los comportamientos reproductivos se repiten de una generación a otra.
Los comportamientos que más comúnmente se repiten son: la edad de inicio de la reproducción, el tipo de unión y la anticoncepción.
Se puede describir un patrón que se caracteriza por el inicio temprano de la reproducción, la unión consensual y una difusión escasa de los métodos anticonceptivos de una generación a otra.
Existe un distanciamiento en la comunicación sobre temas de sexualidad y bajo control educativo.