INTRODUCCIÓN
Las enfermedades reumáticas (ER) son un grupo de alrededor de 250 enfermedades que afectan principalmente los huesos, músculos y articulaciones. De forma General son descritas como enfermedades sistémicas ya que también afectan distintos órganos y sistemas de órganos del cuerpo humano. Son consideradas unas de las enfermedades más antiguas que se conozca. Sus primeros reportes fueron realizados por Hipócrates en el año 300 A.C.1,2
Epidemiológicamente se reporta que las ER afectan al 40 % de la población mundial; estas cifras pueden variar en dependencia del tipo de estudio, de la enfermedad estudiada y de la zona geográfica donde se realice la investigación. En Estados Unidos se reporta que alrededor del 60 % de las personas tienen diagnóstico de enfermedades reumáticas. México reporta por cientos de afectación en la población que llegan hasta 55 %. En países de América, como es el caso de Cuba, se describen que las enfermedades reumáticas afectan al 40 % de la población, ocupando la osteoartrosis y la artritis reumatoide un lugar privilegiado.3,4
De forma general se describe la presencia de dolor, inflamación y deformidad como las principales manifestaciones clínicas de las ER. Estas son las responsables de la aparición de la discapacidad funcional y de la disminución de la percepción de calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). La toma sistémica se caracteriza por afectar cualquier órgano de la economía humana; como destaque para la toma neurológica, respiratoria, cardiovascular y renal entre otras.5-8
En su inmensa mayoría el diagnóstico de las ER es eminentemente clínico; resaltando la importancia que tiene el método clínico para el diagnóstico de estas enfermedades. Sin embargo, existen determinadas características imagenológicos y de laboratorio qué facilitan su diagnóstico. Dentro de este último grupo juegan un papel destacado los marcadores inmunológicos. De ahí que conocer el comportamiento de los mismos resulte de vital importancia para lograr el diagnóstico temprano de las ER y prevenir de esta forma la discapacidad y la disminución de la precepción de CVRS.9
Es por esto, que teniendo en cuenta la elevada frecuencia de aparición de las ER, los distintos niveles de discapacidad y afectación de la CVRS que producen, la importancia de realizar un diagnóstico temprano y la no existencia de estudios en Ecuador que aborden este tema; se deciden realizar esta investigación con el objetivo de describir los distintos marcadores inmunológicos utilizados en el diagnóstico de las ER.
MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica para conocer los distintos marcadores inmunología los que se utilizan en el diagnóstico de las ER. La revisión incluyó los artículos publicados en los últimos cinco años y que estuvieran relacionados con la temática planteada. Los descriptores utilizados fueron escritos en idioma español, inglés y portugués. La búsqueda se realizó en bases de datos de alto impacto como Scopus e Ice Web of Ciencia y otras bases de datos regionales como Latindex, Scielo, Redalyc y Lilacs.
Se obtuvieron un total de 129 artículos, que brindaron la información necesaria para cumplir el objetivo específico planteado para el estudio. Las revistas con mayor número de artículos incluidos en la investigación fueron la Revista Cubana de Reumatología (28,76 %), la Revista Colombiana de Reumatología y la revista Reumatología Clínica (22,37 %).
Para la recolección de la información se confeccionó una base de datos en Microsoft Excel, el procesamiento de la información se realizó de forma automatizada utilizando el programa estadístico SPSS en su versión 19,5 de Windows.
DESARROLLO
Durante la realización de esta investigación se pudo constatar que las ER afectan para personas de cualquier edad y sexo. Presentan una distribución mundial y son consideradas como la cuarta causa de discapacidad. Como grupo son responsables de la pérdida de años de vida laboral y generan elevados costos para los servicios de salud.10,11
El diagnóstico de estas enfermedades es esencialmente clínico; se parte de los elementos que se obtengan del interrogatorio y el examen físico al paciente; en otras palabras, mediante la aplicación del método clínico. A pesar de esto se describen una serie de marcadores imagenológicos, de laboratorio e inmunológicos que ayudan a confirmar el diagnóstico de estas enfermedades.10,11
Muchos de los marcadores inmunológicos, teniendo en cuenta su importancia, se encuentran incluidos dentro de los criterios diagnósticos define el Colegio Americano de Reumatología (ACR) para enfermedades como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, miopatías inflamatorias y el síndrome de Sjögren entre otras. La presencia de auto anticuerpos constituye el principal a marcador inmunológico utilizado para el diagnóstico de estas enfermedades. Otros marcadores utilizados son los valores de diferentes fracciones del complemento (C3, C4 y C1q), determinación de inmunoglobulinas y del sistema de histocompatibilidad HLA.12
Los auto anticuerpos son producidos por el propio sistema inmune del paciente. Entre los de mayor significancia, y que constituye un auto anticuerpo especial, se encuentra el Anti Péptido Citrulinado Cíclico (Anti CCP); el mismo constituye un elemento patognomónico de la artritis reumatoide, cuenta con una sensibilidad de 98 % y una especificidad del 93 %; estas cifras lo referencian como el auto anticuerpo de mayor importancia en el diagnóstico de la artritis reumatoide.13,14
De forma general los anticuerpos se pueden clasificar en dos grupos fundamentales, los anticuerpos anti nucleares (ANA) y los anticuerpos extraíbles del núcleo (ENA). Los ANA son anticuerpos dirigidos a destruir la pared nuclear; los ENA son anticuerpos que se extraen después de destruido el núcleo, es decir después de que los ANA hayan realizado su función. Es por eso que teóricamente es imposible obtener resultados positivos de algún ENA sin tener ANA positivos.15,16
Dentro del grupo de los ENA, los que con mayor frecuencia se determinan son el Anti DNA de doble cadena y el Anti Smith; estos dos son anticuerpos de una elevada especificidad diagnóstico para el lupus eritematoso sistémico (LES). El anti Ro y Anti La, o también conocidos como Anti SSA y Anti SSB, son anticuerpos que se encuentran con elevada frecuencia junto a la positividad del ANA en los pacientes con síndrome de Sjögren; también pueden ser encontrados positivamente en los pacientes con LES.15,17,18
Otras enfermedades reumáticas que incluyen determinaciones de anticuerpos dentro de sus criterios diagnósticos son la esclerosis sistémica y el síndrome antifosfolipídico. En el caso de la primera afección se encuentra la presencia del Anti U1RNP, un ENA que constituye un elemento fundamental en el diagnóstico definitivo de esta enfermedad. En relación al síndrome antifosfolipídico, ya sea primario o secundario, incluye la positividad de una serie de ENA como son los anticuerpos antifosfolipídicos, el anticardiolipina y el anti Beta 2 glicoproteína.19-21
En el caso de las miopatías inflamatorias puede estar presente el anti Jo y el anti Kun entre otros. En los síndromes de superposición y en la enfermedad mixta del tejido conectivo (EMTC) la presencia de anticuerpos estará supeditada a las enfermedades superpuestas o al predominio de manifestaciones clínicas en la EMTC.22,23
En el caso de todas las enfermedades reumáticas, a excepción de artritis reumatoide, la osteoartrosis y la fibromialgia primaria, debe existir positividad de los ANA. En la artritis la positividad es del Anti CCP y la osteoartrosis y la fibromialgia primaria no incluyen dentro de sus mecanismos etiopatogénicos la presencia de auto anticuerpos; de forma similar ocurre en la afectación de tejidos blandos.
De igual forma se describen las alteraciones del complemento como un elemento a tener en cuenta en el diagnóstico del LES; la disminución de los valores de C3, C4 y C1q, aunque no muestran una elevada cesibilidad, si son considerados por muchos autores como un elemento de sospecha en el diagnóstico del LES.24
Los otros elementos inmunológicos que son descritos como de utilidad en el diagnóstico de las ER son la determinación de distintas inmunoglobulinas y la determinación de algunos elementos del sistema de histocompatibilidad, fundamentalmente el HLAB27 y el HLADR3 y HLADR4. Las inmunoglobulinas fueron muy utilizadas en épocas pasadas, antes del advenimiento de los auto anticuerpos, la identificación de os mismos ha relegado un segundo plano la necesidad de dosificar inmunoglobulinas para diagnosticas ER.25,26
En el caso de los marcadores de histocompatibilidad el de uso más común es el HLAB27, que se utiliza en la actualidad como marcador genético en los pacientes con Espondiloartropatías, en especial la espondilitis anquilosante. El HLADR3 y HLADR4 son relacionados con predisposición de artritis reumatoide. Otros marcadores similares son utilizados para el LES y el síndrome de Sjögren fundamentalmente, pero su utilización es prácticamente nula en comparación con la determinación de los auto anticuerpos específicos para estas afecciones.26-28
CONCLUSIONES
Los marcadores inmunológicos representan una ayuda considerable para los profesionales de la salud en su afán de realizar el diagnóstico oportuno y precoz de las enfermedades reumáticas. Conjuntamente con las manifestaciones clínicas y los demás hallazgos de laboratorio, constituyen los pilares del diagnóstico de estas afecciones.