Introducción
Los resultados de la investigación de Chala (2017), dejaron claro que para la enseñanza de la lectura en grado primero, el profesor debe estar lo suficientemente motivado y preparado pedagógicamente, en correspondencia con la individualidad del escolar e incluso haciendo uso de ciertas herramientas que forman parte de la cotidianeidad como: las TIC, el arte y la lúdica.
El perfil del profesor que orienta a escolares en la postmodernidad, debe tener horizontes claros del quehacer educativo en su aula de clase y de las habilidades que debe formar y desarrollar en los escolares. En el marco de la lectura el profesor debe tener en cuenta el enfoque con que va a orientar el proceso, ya que los resultados a mediano plazo estarán permeados por los procesos iniciales y enseñar a leer en grado primero es un desafío, cuyos éxitos se irán viendo en el transcurso de los avances de la escolaridad del niño.
El profesor como investigador pedagógico del aula (Calvo, 2000), debe dar razones científicamente claras del enfoque que está utilizando, de las estrategias didácticas que usa y de los resultados que espera. En el presente artículo, se hará alusión al proyecto experimental que lleva a cabo la investigadora Chala (2017), y que ha compartido con profesores de grado primero, en instituciones educativas del Oriente de la ciudad de Cali, Colombia.
Una de las grandes preocupaciones del profesor que asume la enseñanza de la lectura en grado primero, es pensar si logra o no la meta de que los escolares aprendan a leer. “Los profesores en su quehacer diario se ven enfrentados a situaciones que van desde el qué y el cómo enseñar, hasta la comprensión de alguna dificultad o alguna confusión con solo escuchar la pregunta del escolar”. (Calvo, 2000)
La anterior reflexión conduce a pensar, que el profesor como mediador pedagógico, requiere ser un investigador en el aula, para diagnosticar de entrada las experiencias previas que tiene el escolar en relación con la lectura para de esa manera identificar qué tipo de experiencias lectoras posee; qué estilo de aprendizaje lo identifica, según la clasificación de los neurolinguistas (Blander & Grinder, 1982); qué inteligencia ha desarrollado durante el nivel de preescolar (Gardner, 2008), etc. Además de lo anterior el profesor para organizar su plan de trabajo sobre la lectura en grado primero, debe tener en cuenta el enfoque inicial con el cual permitirá que sus escolares reconozcan, identifiquen y aprendan los símbolos gramaticales, grafemas y fonemas en garantía de aprender a leer y sin que queden vacíos gramaticales notorios en los procesos posteriores. “El docente, es responsable de la investigación pedagógica”. (Calvo, 2000)
Lo anteriormente expresado significa, que el profesor del grado primero para enseñar a leer, debe conocer las ventajas y contraindicaciones del enfoque que va a escoger para iniciar su proceso de intervención pedagógica. En la investigación realizada por Chala (2017), se localizaron resultados que datan del bajo nivel de interés de los escolares por aprender a leer, e incluso se manifiesta que quieren estar jugando y desatender las explicaciones que dan los y las profesoras.
La preferencia del niño por el juego en lugar del aprendizaje de la lectura se puede explicar a partir de las características de este. “El juego, instrumento privilegiado de intervención educativa: es un medio excelente para el desarrollo psicomotor, social, cognitivo y lingüístico del niño/a. El juego desarrolla el lenguaje, el control de las emociones, la curiosidad, la autonomía, la exploración, la libertad, la fantasía, la empatía, la cooperación, habilidades sociales y comunicativas, motoras, la interacción entre iguales, etc.” (García, 2014). A partir de estos atributos, Chala (2017), en su proyecto experimental de intervención para la formación y desarrollo de habilidades lectoras en el oriente de Cali, propone el juego, del orden llamativo, significativo e intencional para la lectura en grado primero, por medio de las cuales los escolares se interesen por las actividades a realizar y al mismo tiempo adquieran habilidades comunicativas.
Se proponen acciones lúdicas diversas que apoyen el proceso de enseñanza-aprendizaje de los escolares, que apunten a los modos de aprendizaje de los niños y las niñas, porque no todos aprenden igual y tienen diversos ritmos, pero lo que sí es común es la necesidad de motivar a los niños para aprender a leer, usando estrategias: lúdicas, artísticas y multimediales en un clima de creatividad y pedagogía, asimismo la diferencia de saber enmarcar en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectura, la conformación de las situaciones comunicativas en las cuales ellos requieren poner a funcionar sus habilidades y su interés por conocer y participar de su aprendizaje, en esto el docente es responsable de conducir y orientar el proceso y sus objetivos. (Colombia. Ministerio de Educación Nacional, 1994)
La gran expectativa que tiene la sociedad en el profesor que trabaja en grado primero, se refleja en la esperanza de los maestros de los demás grados de escolaridad: Enseñar a leer bien, sin que queden vacíos que en el futuro retrasen los procesos. En esta medida la siguiente reflexión fortalece esta idea: La lectura constituye uno de los ejes fundamentales del currículo, ya que es considerado “uno de los aprendizajes más importantes, indiscutidos e indiscutibles, que proporciona la escolarización” (Cassany & Luna, 1998). Todo lo anteriormente dicho, se enmarca en la necesidad de que el profesor en grado primero debe ser un estudioso de la pedagogía y de la didáctica.
Desarrollo
Leer es una habilidad lingüística, y para su formación y desarrollo en los primeros grados de la educación primaria, requiere del método inductivo, que parta de lo más elemental del entramado gramatical hasta lo más complejo, acompañado de los posteriores procesos de la conexidad lectoescritura. En este caso, si se parte con la enseñanza del alfabeto desde lo visual identificando cada letra y desde lo auditivo fonético, escuchando el sonido pronunciado y de igual modo, lo psicomotriz, diseñando la letra en distintos espacios (cuaderno, vacío, pizarra, con el cuerpo), de esta manera queda claro, un inicio integral del proceso desde el entramado alfabético. Posteriormente continuar con la formación de sílabas simples (ma, pa, sol,) y luego las complejas como: bru, tra, flu, tri; de tal forma que al formar palabras, ya posea la experiencia: visual, auditiva y fonética para leer los grafemas y leerlos en el nivel de fonemas al juntar las sílabas formando palabras. Desde aquí se puede afirmar que: “La psicolingüística ha demostrado que la unidad mínima que percibe el cerebro humano es la sílaba”(Frias, 2002). A partir del reconocimiento de la sílaba se puede hablar de un primer contexto global, donde para el nuevo lector no solo pronuncia una letra sino dos y tres al mismo tiempo; del mismo modo se podrá encontrar con la lectura simultánea de dos o más palabras, según el avance de su proceso de lectura.
Desde lo analizado anteriormente se puede afirmar que “la lectura implica construir significados, es decir comprender, pero también deviene en un instrumento útil para aprender significativamente” (Serrano, 2000). Lo significativo del proceso descrito, está mediado por el juego, la multimedia y la música. Las palabras que se vayan logrando aprender a leer entran a formar parte de diversos juegos para su debida discriminación visual y búsqueda del rótulo correspondiente para leerlo; el alfabeto para su dominio fonético requiere de la mediación musical mediante sus respectivas rondas infantiles. Es claro que “el juego posee una considerable importancia, que cumple una finalidad, si no necesaria por lo menos útil”. (Huisinga, 2007)
Enseñar a leer es un proceso secuencial
Aprender a leer, es un proceso que va desde lo simple a lo complejo y en este particular Cassany (2006), plantea que “el contenido surge de la suma del significado de todos los vocablos y oraciones”. Esto corrobora la idea de enseñar la lectura desde un enfoque sistémico, iniciando desde lo alfabético gramatical, continuando hacia un enfoque globalizador cuando ya el escolar tenga una experiencia lingüística significativa, que le permita partir desde una oración para llegar a una palabra y desde esa palabra construir nuevas oraciones para su correspondiente lectura. Cuando se ha llegado a utilizar la globalización en la lectura, indica que se puede estar en condiciones para la lectura lingüística, donde el significado se encuentra en el texto, pero para llegar a comprender, se requiere de la identificación de los signos que contribuyen en la organización del texto. En términos del enfoque sistémico se puede afirmar que este facilita estructurar el proceso de enseñanza en las dimensiones, funciones, componentes, niveles y leyes como sistema. Es decir, el proceso de enseñanza aprendizaje de la lectura se perfecciona o mejora a partir de la aplicación del enfoque sistémico porque se sistematiza la jerarquía del sistema, la estructura y las relaciones funcionales de la enseñanza sobre las bases psicológicas, lingüístico-literaria y didácticas de esta en el contexto socio-cultural y educativo (Sánchez, 2017).
Las valoraciones realizadas corroboran la idea de las autoras del artículo porque el proceso didáctico de la lectura, no se concibe simplemente como algo que hay que enseñar, sino también en habilidades que se deben desarrollar en forma sistémica hasta convertirla en una competencia. Además de lo anterior, “la fluidez de la lectura es necesaria para la comprensión, leer con velocidad, precisión y respetando los signos de puntuación, facilita la comprensión del texto” (Jimenez & O'shanahan, 2008). Lo anterior indica que no solo leer es decodificar, sino ir a la comprensión de lo que allí dice. En esta misma línea lo declara Serrano (2000), al afirmar que “cuando el lector comprende lo que lee, está aprendiendo y está construyendo nuevos conocimientos”. Por eso es de vital importancia, que el docente en grado primero, siga un proceso sistémico que comience desde lo alfabético gramatical, donde el escolar tenga la oportunidad de apropiarse del saber simbólico y fonético de su lengua materna y no ir de principio, haciendo asociaciones que finalmente le van dejando vacíos para posteriores procesos que debe hacer más adelante.
La escritura y la lectura son dos procesos que enriquecen al usuario del lenguaje en forma paralela, por ende, la elaboración del material didáctico para enseñar a leer, cumple una doble misión: La lectura y la escritura. Para leer un escrito se requiere conocer de los signos lingüísticos plasmados y para escribirlos se requiere irlos leyendo, por ende “el avance de la adquisición de la lectura, implicaría el avance en la adquisición de la escritura”. (Valery, 2000)
En los anteriores renglones hay dos ciencias inmersas: La pedagogía representada por la didáctica y la lingüística a la hora de identificar a la lectura y a la escritura como dos habilidades que se aprenden en forma paralela. En los primeros grados de escolaridad se da siempre importancia a que se parta desde la lectura y el reconocimiento de los signos gráficos, sin desgastar la habilidad de la escritura en trascripción como ejercicio de lectura.
Los niños y las niñas que cursan grado primero entre los seis y siete años, muestran generalmente mucho interés por aprender y descubrir; en el caso de la lectura por contarse con un sistema alfabético artificial, los niños hacen resistencia o disfrutan de su aprendizaje, dependiendo del contexto cultural donde interactúen los escolares. Por ende, el profesor debe partir de la motivación adecuada para lograr los fines, a tal punto que se estimulen los órganos de los sentidos, para potenciar la lectura del texto desde lo visual y la estimulación de la dimensión prosódica y fonética con el oído. “Estos son los dos sentidos más ligados al desarrollo”. (Montessori, 2004)
También es necesario definir la importancia de hacer uso y acompañamiento de la literatura infantil, y aflorar todas la emociones y sensaciones que las imágenes, el contenido y los sonidos puedan suscitar en medio de cada niño: Es por ello que otro de los medios de enseñanza que se tienen en la formación de las habilidades lectoras es la adaptación de cuentos a juegos para la aproximación a la lectura y como segunda opción la adaptación de juegos para la lectura.
La dimensión estética del ser humano se materializa con las artes, las cuales se convierten en motivo pleno para despertar el interés en lo que el docente se propone enseñar. “Las artes enseñan a los niños que su sello personal es importante y que hay varias respuestas a las preguntas y varias soluciones a los problemas” (Eisner, 1994). La neurolingüística según Blander & Grinder (1982), propone tres estilos de aprendizaje comunes en los seres humanos: Auditivo, visual y kinestésico; por ende los escolares que tienen un estilo de aprendizaje auditivo, tienen la oportunidad de aprender a leer con actividades didácticas relacionadas con: rondas infantiles, karaoke, etc.; los escolares con estilo de aprendizaje visual, tienen una fortaleza hacia el aprendizaje de la lectura con material que se pueda observar y deje impresiones visuales en la mente del niño o de la niña.
El mundo de la postmodernidad ofrece ayudas educativas que dan la posibilidad de unir lo auditivo y lo visual, generando una mejor alternativa de aprendizaje para los niños y niñas y en el caso de la lectura el escolar asocia la imagen, la palabra y su correspondiente fonética, a esto es lo que se llama ayuda audiovisual. “La pedagogía que se realiza con ayuda de imágenes y sonidos, consiste en aplicar todos los hallazgos del lenguaje de los medios de comunicación, para servir de apoyo a las explicaciones del profesorado”. (Adame, 2009)
Además de lo auditivo y lo visual, está el estilo de aprendizaje kinestésico, donde el escolar con este estilo de aprendizaje maneja, toca las letras, asocia el material manipulándolo con su tacto, aprende y comprende desde el contacto físico, mediante juegos.
El presente artículo, paso a paso ha venido especificando que la tarea del docente en el grado primero, frente a la enseñanza de la lectura, es permeada por diversas disciplinas, a tal punto que aquí se corre el riesgo de dejar algunas fuera.
En el hecho de enseñar a leer, teniendo en cuenta palabras y oraciones que forman parte de la realidad social en que vive el niño, se entra en contacto con la sociolingüística: En tal sentido: “La sociolingüística como subdisciplina lingüística ha permitido dirigir el desarrollo del currículo y las prácticas de enseñanza de lenguas, teniendo en cuenta la riqueza de las interacciones comunicativas con todo el conjunto de elementos socioculturales para ir consolidando la dirección didáctica hacia los enfoques comunicativos de la lengua” (Arcia, 2006). En el campo de la sociolingüística, el escolar postmoderno en Hispanoamérica, a la hora de aprender su lengua materna, se ve afectado por la fuerte influencia del inglés, donde muchas palabras de este idioma extranjero están ya inmersos en el castellano y exigen de una fonética que se sale del marco del Castellano.
Se puede apreciar en el proceso de la lectura que funciona como un sistema y uno de los elementos que necesariamente la componen es la gramática como rama de la lingüística; sin desconocer que existen otros enfoques, pero que corresponden a momentos de mayor madurez del lector.
Al pasar a la psicolingüística, queda claro, que desde esta perspectiva, los signos lingüísticos se convierten en significados para el lector, más el significado mental que genera el texto; por eso en la enseñanza de la lectura en grado primero, es importante el material didáctico y las ayudas educativas que respondan a las individualidades de los escolares, acordes con las características neurolingüísticas de ellos, representadas en sus estilos de aprendizaje. “La psicolinguistica ha demostrado que la unidad mínima que percibe el cerebro humano es la sílaba”. (Frias, 2002)
Una gran fuente motivacional para los niños y niñas que cursan grado primero entre los seis y siete años de edad son: El juego y las actividades artísticas ya que: El juego posee una considerable importancia, que cumple una finalidad, si no necesaria por lo menos útil (Huisinga, 2007). Mediante el juego los escolares fortalecen su nivel socioafectivo con sus congéneres, aspecto que es fundamental para el desarrollo de la dimensión comunicativa, porque el ser humano es un ser social (Aristóteles, 2011).
Los juegos además de contribuir a la socialización con los semejantes, permiten despertar la curiosidad por conocer y descifrar los mensajes que desde el ambiente social dan informaciones, entre tanto, “El juego, instrumento privilegiado de intervención educativa: es un medio excelente para el desarrollo psicomotor, social, cognitivo y lingüístico del niño/a. El juego desarrolla el lenguaje, el control de las emociones, la curiosidad, la autonomía, la exploración, la libertad, la fantasía, la empatía, la cooperación, habilidades sociales y comunicativas, motoras, la interacción entre iguales, etc”. (García, 2014)
En el caso que concierne a esta habilidad del lenguaje lectura, se puede asegurar que la lectura en grado primero, no es un producto sino que es un proceso que se inicia de manera formal en la escuela. Entre tanto, “aprender a leer es una extensión natural de aprender a hablar, por lo que el aprendizaje de la lectoescritura se realiza sobre la base de los mismos procesos cognitivos y estrategias que el niño ha desarrollado al adquirir la lengua materna” (Barzone, 1987). Se rescata en este caso, la importancia de las canciones de cuna, que tanto favorecieron al niño y a la niña para aprender la lengua materna con ritmo, compás, musicalidad y afinación. No se puede perder de vista que, la música provoca en los niños/as un aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración; es una manera de expresarse; estimula la imaginación infantil; al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio y el desarrollo muscular; brinda la oportunidad para que estos interactúen entre sí y con los adultos; etc. (Sarget, 2003).
Muchos maestros en el proyecto experimental propuesto por Chalá (2017), en el oriente de Cali, Colombia, se valen de las canciones infantiles, donde los niños y niñas en su alegría de cantarlas, hacen el esfuerzo de ponerse al día en la lectura con el ánimo de formar parte del coro. De este modo queda claro, de qué manera el arte musical, las artes gráficas mediante rótulos y dibujos se convierten en actividades estéticas provocadoras para motivar hacia el interés de aprender a leer; ya que por testimonios de profesores participantes del proyecto experimental en mención, la interacción con los juegos didácticos como: El bingo lector y las tablillas de los lectores, se convierten en instrumentos que además de dinamizar la clase de lectura, se roban el interés de los niños y niñas de primero y permiten el avance significativo del proceso.
Y cómo no decir, los personajes de cuentos se volvieron animados y lograron salir de las páginas de los textos literarios para jugar con los niños, a ser amigos e identificar por medio de etiquetas escritas la fruta preferida de Nandi en el poblado de Tindi; juegan a ser grandes pintores y exhibir los diferentes personajes de la historia del arte en Willie y sus pinturas; de qué manera los niños deben entablar un lenguaje para relacionarse como terrícolas y extraterrestres en el contexto del Señor Minino, para mencionar algunas de los múltiples opciones de esta investigación en curso sobre la lúdica y la formación de habilidades lectoras.
El computador como interfaz de la postmodernidad, ofrece una herramienta pedagógica denominada multimedia, la cual además de ofrecer impactos visuales como imágenes, rótulos, etc., también aporta sonidos; de igual modo ofrece estímulos audiovisuales. Los medios audiovisuales permiten percibir en forma simultánea sonidos e imágenes.(Adame, 2009).
El poder de los medios audiovisuales es tan grande, que le permiten al escolar poder escuchar sonidos y ver las imágenes, acercando al aprendiz a un ambiente de aprendizaje significativo y estimulante.
Enseñar a leer con herramientas de multimedia facilita el aprendizaje de un buen número de escolares, a partir de la incorporación, tanto de lo visual como de lo auditivo, porque allí los escolares pueden escuchar: sílabas, palabras, oraciones y párrafos con la debida prosodia y fonética del idioma que se aprende; igualmente, se pueden asociar imágenes con palabras; las acciones que se perciben en los videos con oraciones pronunciadas y escritas al mismo tiempo.
Desde esta misma perspectiva, se puede esbozar que: La pedagogía que se realiza con ayuda de imágenes y sonidos, consiste en aplicar todos los hallazgos del lenguaje de los medios de comunicación, para servir de apoyo a la explicación del profesorado (Adame, 2009). De lo anterior es claro entender, que el escolar postmoderno, tiene herramientas que favorecen el aprendizaje de la lectura con mucha facilidad en grado primero, siempre y cuando las herramientas multimediales sean tenidas en cuenta a la hora de programar pedagógicamente las clases; es decir haciendo una intervención pedagógica desde las TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento), ya que las TIC, sin una programación pedagógica clara, le hace perder sentido y valor a las herramientas multimediales, porque se entrarían a usar sin unos propósitos claros. Además: “La enseñanza y el aprendizaje de habilidades básicas en entornos virtuales, se orienta a las principales habilidades de carácter transversal consideradas en la mayoría de los informes internacionales como habilidades imprescindibles para sobrevivir en la sociedad-red”. (Coll & Monereo, 2008)
Por lo general las herramientas tecnológicas, van acompañadas de una propuesta más o menos explícita, global y precisa, según los casos sobre las formas de utilizarlas, para la puesta en marcha y desarrollo de las actividades de la enseñanza. (Coll, 2008)
Los profesores participantes del proyecto experimental para el aprendizaje de la lectura con la intervención de estrategias contemporáneas, coordinado por la investigadora (Chalá, 2017), muestran testimonios de maestros que valiéndose de la aplicación multimedial PowerPoint, insertan archivos de multimedia para que sus escolares aprendan a leer sílabas, palabras, oraciones y párrafos, donde las imágenes allí insertadas, solo basta dar enter, para mostrar la acción de lo que el escolar ha leído en forma oral.
Conclusiones
La lectura en grado primero, como una competencia a desarrollar en el ambiente escolar, y como una habilidad comunicativa que se irá profundizando en el transcurso de la formación básica en sucesivos niveles de comprensión, debe tener unos inicios eficaces para procurar que, cuando el escolar transite por niveles avanzados en su proceso, no vaya a tener dificultades que pueden ser causadas por la superficialidad en la planeación curricular. El profesor como investigador del aula, debe conocer los estilos de aprendizaje de sus escolares para programar las acciones pertinentes y los recursos y materiales didácticos para abordar la enseñanza desde una realidad contextual y al mismo tiempo diagnosticar sobre el estado en que recibe a sus escolares para propender por una planeación curricular que se corresponda con la realidad.
El profesor de grado primero encargado de asumir la enseñanza de la lectura, debe tener en cuenta que tiene a cargo escolares pobladores de tiempos postmodernos donde las herramientas de multimedia son las propicias para cautivar la atención de los escolares y al mismo tiempo aportan razones suficientes para que los escolares sientan la necesidad de aprender.
Vale la pena en este espacio de conclusiones afirmar que: “Se aprende mejor, cuando las palabras se presentan con sus correspondientes dibujos, más que cuando se presentan aisladamente”(Mayer, 2001). Esta reflexión clarifica sobre la importancia didáctica del profesor como facilitador del aprendizaje, no solo desde la multimedia sino también desde lo lúdico y artístico, ya que estos dos últimos componentes ofrecen al escolar la oportunidad de relacionarse con estrategias atractivas que finalmente lo conducen a no ver en el caso de la lectura un proceso tedioso, sino como un hecho fascinante que permite participar de juegos e interactuar con lo bello del arte.
Lo anteriormente descrito debe ir acompañado de una planificación pedagógicamente estratégica, que comience desde una proyección sistémica desde lo alfabéticamente global y gramatical, donde el escolar encuentre las bases y fundamentos para enfrentarse a los niveles de comprensión sin vacíos.