Introducción
Las estrategias didácticas proyectan y orientan el que hacer pedagógico, para cumplir los objetivos institucionales en cuanto a la formación, entonces las estrategias didácticas “son guías de acción que orientan en la obtención de resultados que se pretenden alcanzar con el proceso de aprendizaje, da sentido y coordinación a todo lo que se hace para llegar al desarrollo de competencias en los estudiantes” (Hernández, Recalde & Luna, 2015, p. 80). De allí, que la docencia implica una serie de actividades estratégicamente planeadas que, no solo debe estar encaminadas a la transmisión de conocimientos sino además a procesos de enseñanza-aprendizaje, con la ejecución de estrategias didácticas que permitan emplear la información y el conocimiento para promover el desarrollo de competencias en el estudiante y no simplemente la generación de nuevos conocimientos.
Bajo este contexto, a nivel mundial se reconoce la importancia de la aplicación de estrategias didácticas para el logro de competencias en los estudiantes, resultados desprendidos de investigaciones demuestran que los docentes no desarrollan estrategias didácticas variadas, pues no tienen suficiente formación, tampoco se han capacitado sobre el tema, por tanto, desconocen los beneficios que aportan a su desempeño (Hernández… et al., 2015). Con ello se asume que, de manera general, los docentes no emplean con frecuencia estrategias didácticas que permita mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Más allá de la situación expuesta, el objetivo principal del presente estudio es analizar las estrategias didácticas aplicadas de manera específica en la zona rural, que es donde mayores limitaciones y problemas se presenta a nivel educativo. Al respecto García (2015), menciona que en las zonas rurales existe predominancia de métodos de enseñanza tradicional, con algunas aproximaciones a nuevas metodologías, de manera general se alude que las condiciones de estas zonas, junto con la falta de recursos, son los principales obstáculos que limitan el desarrollo de metodologías significativas para el proceso de enseñanza-aprendizaje, además que esta situación genera apatía y falta de motivación hacia la escolarización. De ahí que es necesario realizar una reflexión en torno a diversas estrategias y alternativas encaminadas a la transformación de la práctica docente donde a través del aprovechamiento del contexto rural se orienten procesos educativos dinámicos en pro de la motivación del estudiantado hacia el aprendizaje significativo.
Por su parte, Peirano, Puni & Astorga (2015), refieren que, pese a los enfoques impulsados por las Naciones Unidas hacia la nueva ruralidad, en América Latina y el Caribe se observa una disparidad considerable del proceso educativo entre las escuelas urbanas y las rurales, ya que la promoción de igualdad de oportunidades ha tenido muy poco impacto frente a las necesidades propias de los contextos rurales. Es así que las comunidades rurales lamentablemente se encuentran en “una suerte de rincón imperceptible ante aquellos entes encargados en la toma de decisiones donde hasta ahora, lo rural ha ocupado un espacio acotado y prácticamente invisible en la política”.
Valderrama, Barragán & Maya (2017), también se refieren al tema y destacan que el contexto rural es un escenario con grandes riquezas no solo en aspectos propios de su región, sino también en la cultura, lo que permite el desarrollo de actividades que contribuyen a la formación académica de los estudiantes. Por esto, tanto en Europa como en América Latina en los últimos años, se ha venido planteando un nuevo enfoque y una mirada a la ruralidad, que no limita su concepción solo al aspecto agrícola sino al nuevo ámbito rural donde convergen actividades económicas y sociales a partir de la relación de los recursos naturales y sus pobladores, aportando así sostenibilidad y progreso de la región, para lo cual es necesario crear nuevas demandas directas a los contextos escolares sobre prácticas de enseñanza y aprendizaje desde estas realidades. Puesto que se reconoce que “en las zonas rurales, las personas suelen tener menos acceso a las oportunidades educativas y menos logros académicos que sus pares de zonas urbanas”. (p. 32)
Por lo expuesto se asume de manera general que el proceso educativo de las zonas rurales es complejo y amerita mayor interés social, pues como lo expresa Bustos (2014), “las escuelas rurales de todo el mundo están dotadas y caracterizadas de diferentes formas, con diversas composiciones y volúmenes de alumnado, atienden exigencias didácticas originadas por las edades variadas de sus grupos escolares. Con más o menos profesorado, tecnología, recursos o instalaciones, las peculiaridades que la didáctica tiene en este contexto son parte de la realidad con la que se encuentran miles de docentes de los cinco continentes cada día en sus aulas”. (p. 120)
De ahí que es necesario repensar el proceso educativo desplegado en las zonas rurales y los propósitos que los centros educativos tienen con sus estudiantes, dado que de acuerdo a sus dinámicas sociales se da mayor importancia a aspectos productivos que desvalorizan la educación como un derecho fundamental para el desarrollo personal y profesional de sus pobladores.
Ante esta realidad demandante de atención, se desarrolla el presente trabajo investigativo, mismo que presenta un análisis de la influencia de las estrategias didácticas aplicadas en los procesos educativos de la zona rural, donde se pretende identificar las estrategias aplicadas en el proceso educativo, además de analizar las causas y consecuencias en el contexto de la educación rural ya que al no existir antecedentes del tema de estudio dentro del Ecuador y de la localidad es sustancial ejecutar una investigación que constituya la línea base para futuras intervenciones en búsqueda de la igualdad de oportunidades educativas.
Desarrollo
El proceso educativo en zonas rurales es un panorama que requiere ser analizado por los múltiples problemas que se han originado en todas las esferas sociales, pues como lo expone Gajardo (2015), por décadas ha existido una distancia cultural entre las familias campesinas y el sistema educativo, ello debido a que la escuela tiende a desvalorizar la cultura y raramente utiliza recursos del medio para la generación de aprendizajes.
Además, que, los procesos que ocurren fuera de ella tampoco contribuyen al desarrollo de competencias para enfrentar mejor las oportunidades de trabajo, ni aumentan los niveles de productividad ni aseguran la adquisición de habilidades y destrezas para un buen desempeño ocupacional.
Para Bolaños & Rodríguez (2016), el proceso educativo rural debe basarse en cuatro pilares: la igualdad de acceso, igualdad de supervivencia escolar, igualdad de logro y la igualdad de los resultados y ello se debe a múltiples factores como la falta de gestión, recursos, personal docente y pedagogías acertadas a dicha realidad.
Vera & Salvo (2015), afirman que el proceso educativo rural requiere de cuatro componentes: docentes, estudiantes, padres de familia y comunidad, pues esta integración permite que los docentes puedan manejar tanto los códigos culturales como los conocimientos que imperan en este ámbito, aprovechando mejor lo que estos ya saben, como base para nuevas enseñanzas.
Ávila (2017), alude que para esto es necesario la construcción de un currículo educativo adaptado a lo que sucede en el entorno, por lo que este proceso debe realizarse a través de mecanismos de participación de todos sus agentes.
Por lo que, la construcción de procesos educativos exitosos dependen de un currículo participativo y contextualizado, estrategias metodológicas contextualizadas, proyectos productivos y saberes pedagógicos, además de una transformación en las prácticas culturales, en los entornos familiares y comunitarios, realidades y prácticas en función de la calidad educativa.
Las estrategias de enseñanza son herramientas que facilitan la transmisión de conocimientos entre el docente y el alumno, estas pueden ser variadas en dependencia del contexto y las necesidades socioculturales. En el área rural estas estrategias deben atender a las necesidades potenciales de los educandos y del ámbito en el que van a desenvolverse.
A criterio de Orozco (2016), las estrategias didácticas son componentes esenciales del proceso de enseñanza-aprendizaje. Son el sistema de acciones y operaciones, tanto físicas como mentales que facilitan la confrontación (interactividad) del sujeto que aprende con el objetivo de conocimiento y la relación de ayuda y cooperación con otros colegas durante el proceso de aprendizaje para realizar una tarea con la calidad requerida.
Por su parte, Orellana (2017), menciona que una estrategia didáctica es más que solo aplicar una técnica con un listado de actividades o tareas para llevar a cabo si no, más bien que la estrategia didáctica
Se concibe como la estructura de actividad en la que se hacen reales los objetivos contenidos. Esta estructura implica un proceso que nace desde un punto de partida, que son los contenidos de información, puede ser nueva o previa que las personas participantes ya poseen sobre el tema y de ahí hasta el punto en que se espera llegar.
Flores, Ávila, Rojas, Sáenz, Acosta & Díaz (2017), refieren que las estrategias didácticas son procedimientos y recursos que utiliza el docente para promover aprendizajes significativos, facilitando intencionalmente un procesamiento de nuevos contenidos de manera profunda y consciente. Existen dos grandes estrategias didácticas; las de aprendizaje y las de enseñanza.
Estrategias de enseñanza
Son utilizadas por el maestro para promover y facilitar el aprendizaje significativo de los estudiantes. Entre las estrategias didácticas para una enseñanza situada se incluyen: el método de problemas, método del juego de roles, método de situaciones (casos), método de indagación, tutoría, la enseñanza por descubrimiento y el método de proyectos (Jiménez & Robles, 2016).
Estrategias de aprendizaje
Son utilizadas por el estudiante para reconocer, aprender y aplicar la información y/o contenidos. Se trata de un procedimiento y al mismo tiempo de un instrumento psicopedagógico que el estudiante adquiere y emplea intencionalmente como recurso para aprender significativamente.
Estas poseen las siguientes características: flexibilidad en función de las condiciones de los contextos educativos, intencionalidad porque requiere de la aplicación de conocimientos metacognitivos, motivacional, las estrategias también deben responder a factores afectivos no solo al cumplimiento de metas (Jiménez & Robles, 2016).
Es importante resaltar que las estrategias didácticas están enfocadas al cumplimiento de los objetivos que se plantean en un determinado contexto de enseñanza ya aprendizaje, donde las estrategias de enseñanza y las de aprendizaje se ponen en práctica.
Las estrategias de enseñanza fomentan las instancias de aprendizaje, incitando la participación del alumnado, en cuanto a las estrategias de aprendizaje, es relevante destacar que los estudiantes son quienes las organizan para comprender contenidos o ideas clave.
Flores… et al. (2017), mencionan que los componentes fundamentales de las estrategias didácticas son:
Participantes activos en el proceso de enseñanza-aprendizaje: estudiante y docente.
Contenido a enseñar (conceptual, procedimental, actitudinal).
Condiciones espacio-temporales o ambiente de aprendizaje.
Concepciones y actitudes del estudiante con respecto a su propio proceso de aprendizaje.
Tiempo.
Conocimientos previos de los estudiantes.
Modalidad de trabajo utilizado (individual, pares, grupal).
Proceso de evaluación (diagnóstico, formativo, sumativo).
Para Campusano & Días (2017), la selección de una estrategia y/o técnica didáctica se debe considerar el ciclo del proceso formativo, nivel de complejidad del problema, nivel de cercanía con el contexto laboral, nivel de autonomía del estudiante en el aprendizaje y el nivel de mediación de parte del docente.
Es sustancial plantear estrategias didácticas que contemplen los objetivos de la enseñanza y aprendizaje a partir de los diversos métodos, los cuales deben dirigirse a las necesidades particulares de cada asignatura, por lo tanto, los docentes deben conocer y empelar una variedad de actividades que permitan concretar el proceso formativo.
Peirano… et al. (2015), exponen que un buen método de enseñanza no debe basarse en comunicar mucha ciencia al estudiante, sino dar a su entendimiento poderoso impulso y rumbo cierto. Es así que en la realidad educativa rural resulta determinante la selección de estrategias pedagógicas específicas que contemplen la organización del espacio y tiempo, así como también de los recursos curriculares adecuados para atender la diversidad de necesidades que se presentan. En este contexto, se destacan dos estrategias de enseñanza-aprendizaje que sirven de base para potenciar las oportunidades pedagógicas.
El Aprendizaje Basado en problemas ABP es uno de los más efectivos porque mediante la intencionalidad educativa se facilita el proceso de enseñanza al permitir tomar contacto con la realidad además que permite planificar verdaderas experiencias de aprendizaje de los contenidos curriculares y conceder la posibilidad de plantear y proponer proyectos que consideren sus propios intereses o del contexto cultural (Peirano… et al., 2015).
Este recorrido nos ha permitido resaltar que el proceso educativo y las estrategias didácticas pueden ser las mismas tanto en el ámbito rural como urbano, no obstante, en la ruralidad se requiere que sean contextualizadas para abarcar el escenario donde se ejecutan.
Para Gajardo (2015), el proceso educativo en zonas rurales se ha caracterizado por limitaciones y vacíos para responder a las necesidades del contexto. A más de ello, Bolaños & Rodríguez (2016), añaden que este proceso no se ha podido ejecutar satisfactoriamente debido a desigualdad de insumos, características y condiciones de trabajo de los docentes, ausencia de una normalidad mínima y de la carencia de pedagogías adecuadas.
Días, Osses, & Muñoz (2016), hacen notar que, si bien el proceso educativo rural se desarrolla en contextos socialmente vulnerables, existen tres condicionantes: la estructura curricular, la enseñanza y las estrategias de aprendizaje, mismas que deben ser utilizadas pedagógicamente para mejorar el proceso enseñanza-aprendizaje permitiendo la mantención del medio ambiente y las tradiciones que son bases fundamentales para el marco curricular del sistema educativo rural.
A más de ello, Ávila (2017), afirma que el proceso educativo rural intíma la construcción de un currículo con componentes adaptados a las necesidades comunitarias con el claro objetivo de desarrollar en los estudiantes habilidades para que se encuentren mejores opciones de vida.
Vera & Salvo (2015), exponen que para mejorar el proceso educativo y conseguir escuelas rurales exitosas se requiere de disciplina y percepción de autoeficacia del estudiante, pues estos factores son importantes elementos para potenciar la práctica pedagógica.
La época actual requiere transformaciones que contribuyan a la resolución de problemas potenciales, sobre todo en el ámbito educativo rural, donde las estrategias didácticas deben adaptarse a las necesidades del contexto. Por ello Bustos (2014), expresa que las estrategias didácticas que deben aplicarse en la ruralidad son las activas-participativas porque estas preparan al alumno para generar autonomía, iniciativa, reflexión, experimentación, creatividad y competencia para su inserción en la cotidianidad.
Peirano… et al. (2015), aluden que las estrategias didácticas como el acompañamiento pedagógico, ABP, los procesos cooperativos para la construcción de comunidades de aprendizaje bajo un panorama de innovación tecnológica permitirán fortalecer la practica pedagógica e incluir a los alumnos en situaciones reales de la comunidad lo que permitirá el desarrollo de habilidades y competencias eficaces en el entorno rural.
Por su parte, Remacha & Belletich (2015), refieren que la metodología ABP junto con la EEAR podrían tener mejores resultados porque permiten edificar un modelo educacional constructivista donde se puede contextualizar los aprendizajes escolares al entorno con ello se consigue una mayor implicación de los estudiantes para que estos puedan comprender e intervenir en el mundo que los rodea dando un nuevo sentido a su aprendizaje.
García & García (2017), sostienen que una ambientación o sostenibilización curricular donde se pueda desarrollar actividades, trabajar contenidos del currículo, motivar al alumnado y relacionar el mundo académico con la vida cotidiana, es la base de la educación rural por ello las estrategias didácticas deben ser ambientalistas y basarse en la ciencia, tecnología, procedimientos y valores socioculturales.
Finalmente, Castro (2018), se inclina por el trabajo colaborativo, ya que esta metodología permite una interacción más cercana entre los miembros del grupo (docente-alumnos, alumnos-alumnos), pues cuando se trabaja en común se genera mayor profundización del tema lo que desencadena una construcción colectiva del conocimiento.
Conclusiones
Se pudo determinar que las estrategias didácticas son guías de acción orientadas a la obtención de resultados académicos exitosos, no obstante, la evidencia teórica existente hace notar que, dentro del contexto rural, estas estrategias se caracterizan por ser tradicionales, con algunas aproximaciones a nuevas metodologías, además que las condiciones de estas zonas, junto con la falta de recursos, son los principales obstáculos para el desarrollo de metodologías significativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las causas del carente uso de estrategias didácticas en el proceso educativo rural son: la falta de insumos, escasa capacitación, características y condiciones de trabajo de los docentes, ausencia de una normalidad mínima de alumnos, desinterés de padres de familia y comunidad, lo que genera apatía y falta de motivación hacia la escolarización y con el paso del tiempo menor acceso a oportunidades educativas, escasos logros académicos y limitado desempeño laboral en comparación con sus pares de zonas urbanas. De ahí que surge la necesidad de que se lleven a cabo otras investigaciones que den paso a procesos de intervención para favorecer a la educación rural mejorando su panorama hacia el futuro.
Tras la revisión documental se pudo determinar que las estrategias aplicadas en el proceso educativo de zonas rurales son variadas, pues hay autores que se inclinan por las metodologías activas-participativas porque estas preparan al alumno para generar autonomía, iniciativa, reflexión, creatividad y competencia para su inserción en la cotidianidad. El acompañamiento pedagógico y los métodos cooperativos o colaborativas también son una alternativa exitosa en este contexto, ya que permiten fortalecer la práctica pedagógica, realizar una construcción colectiva del conocimiento e incluir a los alumnos en situaciones reales. Así mismo, la metodología ABP junto con la EEAR ha arrojado buenos resultados en la ruralidad porque permiten edificar un modelo educacional constructivista donde se puede contextualizar los aprendizajes escolares al entorno, pero todo ello debe estar enriquecido con valores socioculturales.