Introducción
Al iniciar un texto con rigor académico se requiere tener formación investigativa que se adquiere en la trayectoria académica universitaria. Por ello, la asignatura de Metodología de la Investigación proporciona las competencias fundamentales para abordar una investigación a partir de la racionalidad lógica, objetiva y reflexiva. Situación que permite no disgregar esfuerzo y tiempo en la producción de un nuevo conocimiento.
Asimismo, implica la utilización de una serie de procedimientos desde una postura argumentativa para resolver un problema o necesidad. Entonces, la metodología de la investigación consiste en un método planificado y organizado que pone en práctica un saber en una disciplina específica y va a depender del enfoque epistemológico que se asuma en la investigación.
Según Jhoelmn (2006), “cualquier clase de investigación que quiera emprenderse requiere de la utilización de una metodología de investigación la cual se dedica principalmente al estudio de métodos y técnicas para realizar investigaciones y determina el cómo se desarrollará el problema planteado dentro de ella. Seleccionar las diversas alternativas fundamentalmente es uno de los pasos más importantes y decisivos en la elaboración de un proyecto, dado que el camino correcto llevará a obtener de la investigación resultados validos que respondan a los objetivos inicialmente planteados”. (p.49)
Se trata de establecer un proceso metodológico que permita, de manera ordenada y coherente, llevar a cabo una investigación para producir conocimiento con el mayor grado de rigor académico, y confiabilidad. Por tal motivo, la metodología de la investigación también determina el tipo de estudio a realizar a partir de un paradigma de investigación que va más allá de concretar una estructura metodológica, la cual se aplica al pie de la letra según la normativa de cada universidad.
En consecuencia, el estudiante debe tener nociones previas de epistemología que en ideas de Navarro (2014), se evidencia que, “es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento en el que tiene lugar la generación de nuevas ideas” (p.6). Ahora bien, para iniciar una investigación científica, es importante profundizar en el origen de ese conocimiento mediante un proceso mental que conlleve a la construcción de teoría o la innovación de un producto tecnológico que garantice la solución de un problema.
No obstante, se puede aprender a investigar, es cuestión de que la persona desarrolle el pensamiento positivo en su mejor disposición hacia la investigación, que a la vez activa el pensamiento creativo para producir ideas originales en la solución de necesidades o requerimientos de la sociedad. Al mismo tiempo, el acto de investigar demanda valores virtuosos de disciplina, responsabilidad, compromiso, organización, y hábitos de lectura. Además, exhorta aplicar correctamente el método científico.
Por consiguiente, Machado (2009), señala que, “no hay verdadera educación superior sin actividad de investigación explícita o implícita. Esta forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje y tiene un gran valor en la preparación profesional universitaria”. Un nuevo reto para la formación investigativa debido a los cambios generados en el contexto social actual que es justamente donde se van a desempeñar los futuros egresados.
Del mismo modo, Sánchez (2014), afirma que “este hacer del saber-hacer no es un pragmatismo ni un actuar espontáneo, menos aún un actuar a tontas y a locas. Es un actuar ilustrado, reposado: es un operar reflexivo. Es un saber hacer y que el estudiante más que hablarle de la ciencia, hay que enseñarle a hacer ciencia”. (p.2)
Por esta razón, se resalta la importancia que tiene la formación investigativa adquirida durante la preparación académica que fortalece los conocimientos fundamentales para el desarrollo de textos académicos. En efecto, Trujillo, Zambrano & Vargas (2004), refieren que, la metodología de la investigación en la educación superior es una herramienta base en el desarrollo de las actividades académicas y científicas que admite el análisis reflexivo y critico frente a un hecho o cuestión que a la vez despliega la capacidad argumentativa de los conceptos o teorías trabajados fijando una posición al respecto.
Sin embargo, cuando los estudiantes deben elaborar un texto académico, a modo de ejemplo, el Trabajo de Fin de Grado, presentan ciertas limitaciones tanto en la selección de la metodología de investigación como en la descripción del problema. Cabe citar a Carrasquera (2011), profesor universitario y asesor metodológico quien realizó un estudio mediante la aplicación de una encuesta a los alumnos universitarios para determinar las dificultades en el momento de la elaboración del trabajo de grado donde obtuvo los siguientes resultados:
El 45%, de los alumnos manifestaron que tenían problemas en la elección del tema.
17%, opinó que presentan dificultades en relacionar el tema con el área de estudio.
Un 10%, en la construcción de la propuesta.
El 10%, en la recopilación de los datos.
18%, indicaron otras dificultades entre las cuales están: falta de motivación, deficiencias en la dirección de las tesis, poca disponibilidad de tiempo, déficit de conocimiento en metodología, poca creatividad, falta de práctica en la investigación científica.
En el caso de los estudiantes del Nivel de Ajuste Curricular (NAC) en la Universidad Tecnológica Israel, Ecuador desde la experiencia de los autores como docentes en el periodo 2019/2020, se puede acotar que los participantes presentan ciertas dificultades y limitaciones en la formación investigativa entre las cuales están:
Pocos hábitos de lectura.
Falta de léxico para argumentar sus ideas.
Lectura compresiva muy reducida lo cual obstaculiza producir nuevas ideas.
Dificultad para escribir en la producción de textos académicos.
Ausencia de conocimientos previos de metodología al comenzar la carrera de estudio.
Bajo interés para investigar.
No consultan la bibliografía recomendada indicada en los sílabos.
La mayoría de los alumnos tienen limitaciones en la construcción del discurso oral cuando van a realizar una exposición.
En este sentido, la asignatura de Metodología de la investigación contribuye para que el estudiante cultive hábitos de lectura, por ende, aprenda a escribir desde un escritor novel, situación que maximiza el pensamiento crítico-reflexivo y objetivo. Concomitantemente, aprenda a categorizar las diversas informaciones en ese constante bombardeo que brinda internet. Al mismo tiempo, comunique la información trabajada que conduce a comprender lo leído para generar un conocimiento a partir de un pensamiento abstracto.
Tal como lo indica Arias (2008), la metodología conduce al estudiante a analizar, discernir, evaluar y juzgar juicios emitidos para luego construir una verdad con la mayor objetividad posible. En su modo práctico orienta al estudiante en la realización de estudios-diagnósticos a fin de jerarquizar prioridades, tomar decisiones que favorecen en la solución de un problema social.
Por tanto, se hace indispensable que el estudiante universitario aprenda a investigar para que vincule los conocimientos adquiridos en cada asignatura que cursa en el plan de estudio correspondiente a la carrera seleccionada donde el experto de la materia de metodología debe enseñarles cómo hacerlo aprovechando al máximo las experiencias con los contenidos desarrollados durante la trayectoria académica.
Al respecto, Arias, et al. (2008), indica que la Metodología de la investigación se vincula con todas las áreas del conocimiento de la vida universitaria. Cada materia constituye un objeto o tema de investigación que requiere la elaboración y presentación de informes escritos que pone de manifiesto las actividades intelectuales básicas como la lectura y la escritura.
Del mismo modo, Hernández, Fernández & Batista (2010), señalan que, en estos tiempos de globalización un egresado universitario que no tenga conocimientos sobre investigación se encuentra en desventajas frente a otros profesionales de todo el mundo. Por lo que, las instituciones educativas buscan diferenciar a sus alumnos del resto, potenciando la formación investigativa con la finalidad de prepararlos para ser más competitivos en un contexto complejo. No saber respecto a los métodos de investigación implica rezagarse.
En derivación, esta materia desarrolla en el estudiante universitario las competencias investigativas no sólo para aprender a investigar sino también aprender a leer para escribir y pensar. Según Isla, Seijo & Espinoza (2013), viene a ser una capacidad que se va desplegando y pone en práctica un conjunto de recursos, conocimientos, habilidades frente a distintas situaciones en el ámbito académico, y en el plano personal para producir nuevos conocimientos en una disciplina o área a fin. Aunado a que ayuda a promover el pensamiento abstracto y la reflexión permanente.
Por ello, es tan importante que el participante aprenda a relacionar todas las materias que proporciona el plan de estudio de su carrera universitaria ya que le servirá de soporte para producir nuevas ideas en la elaboración de textos académicos. De igual forma, asumir una actitud investigadora en el quehacer profesional y personal para cuestionar todo aquello que le rodea desde la óptica objetiva, lógica y argumentativa.
Desarrollo
Importancia de la Metodología de investigación
Son muchos los autores expertos en Metodología de la investigación que han contribuido con sus conocimientos que sirven de base para realizar un trabajo con rigor académico. En este sentido, Tamayo (2007), indica que la metodología es un proceso metódico mediante la aplicación del método científico que muestra paso a paso cómo realizar una investigación científica.
Por eso, se debe planear cuidadosamente la metodología en torno a un problema con la intención de producir un conocimiento objetivo y fidedigno. Comprende una estructura de investigación que da cuenta de todos los procedimientos utilizados para terminar con la presentación y divulgación de los resultados o conclusiones de dicho estudio.
De lo anterior se deduce que, la materia de Metodología de la investigación proporciona las herramientas teórico - prácticas que consiente desarrollar las competencias investigativas, a la vez conduce a elaborar un texto académico que exterioriza la madurez intelectual del estudiante universitario. Así como el dominio en una temática, su postura crítica frente a un hecho y la capacidad de indagación a partir de un razonamiento lógico, reflexivo, y sistemático que produce descubrir nuevos hechos o datos sobre un problema o necesidad cuya solución necesita ser resuelta.
Además, se concibe como un proceso que sustentado en el método científico intenta adquirir, aplicar y crear conocimientos. Cuando se planea de forma adecuada, la metodología aprueba tener un proceso claro y objetivo para recabar, registrar, analizar los datos obtenidos de las fuentes consultadas que facilita los elementos indispensables para elaborar, y sustentar un informe final que justifique la investigación.
Entonces, es importante conocer los paradigmas de la investigación que establecen los pasos a seguir con sus respectivos métodos, técnicas e instrumentos para lograr el objetivo propuesto. Por tanto, requiere asumir la investigación desde una postura objetiva que elimina la visión subjetiva y personal del investigador. En consecuencia, se puede agregar que la metodología admite actuar de manera ordenada, organizada y sistemática pues las improvisaciones ocasionan inconsistencias teóricas en el desarrollo de la investigación. Además, permite revisar y reflexionar permanentemente cada etapa del proceso investigativo.
De allí, la relevancia de escoger un método que se adecue a los objetivos planteados por el investigador. Por ello, el proceso metodológico no consiste en una camisa de fuerza, sino que orienta la estructura del diseño seleccionado que delinea los pasos a cumplir ordenadamente en esa investigación a partir de una postura flexible y sujeta a modificaciones para lograr examinar los datos a fin de cumplir con los objetivos propuestos en la investigación científica.
De este modo, la investigación en las Ciencias Sociales se puede abordar desde la metodología cuantitativa que está inspirada en el positivismo de Auguste Comte que conduce a aplicar el método científico cuya finalidad es asegurar el rigor de cientificidad. Entre las características más notorias de este paradigma están:
Relacionado con las ciencias exactas:
Utiliza el razonamiento hipotético-deductivo para formular leyes generales.
La explicación científica es de causa y efecto.
Excluye las creencias y percepciones del sujeto.
Explica, controla y predice los fenómenos.
Principio de objetividad a través de un proceso medible y cuantificable.
Emplea métodos estadísticos donde el objeto de estudio es susceptible de comprobación y control experimental.
Correlación de variables:
Generaliza los resultados de manera universal.
El rigor y la credibilidad científica se basan en la validez interna.
Existe una realidad objetiva única.
Incluye los tipos de investigación explotaría, descriptiva, correlacional, explicativa, experimental.
Emplea un diseño de investigación bien estructurado, predeterminado, secuencial, riguroso y probatorio (Monje, 2011).
En cambio, la investigación cualitativa se nutre epistemológicamente de la hermenéutica, la fenomenología y el interaccionismo simbólico. Esta corriente de pensamiento busca entender la realidad social a partir del mundo vivido del sujeto. Entre las características más importantes de este enfoque se encuentran:
Recoge la información según la interpretación que hace el sujeto objeto de estudio con sus propios significados.
Comprensión de la realidad dentro de un contexto todo/parte.
No busca la explicación de los hechos.
Emplea diversos métodos como la observación participativa, estudios de casos, etnografía.
Racionalidad inductiva.
No generaliza los datos.
Acude a un diseño de investigación abierto, flexible y construido durante el trabajo de campo.
Recurre a la teoría no como punto de referencia en la generación de hipótesis sino con la intención de orientar la investigación en sus diferentes etapas (Monje, 2011).
Conviene puntualizar que ambos paradigmas sus procesos son en una visión empírica. Por ello, recolectan los datos a partir de una realidad objetiva o construida del mundo vivido del sujeto. En tal caso, el investigador se mantiene al margen de intervención de cualquier tipo de afectividad en esa relación que se da entre el observador y el observado. Cabe mencionar que el enfoque cuantitativo busca la explicación de los hechos mientras que, el paradigma cualitativo la interpretación de la cuestión. Ambas tendencias producen un conocimiento de cientificidad que consiente su veracidad que implica una racionalidad deductiva o inductiva desde una estructura lógica y metódica del proceso de investigación.
Elaboración del texto académico
La escritura académica le exige al estudiante universitario tener hábitos de lectura y compresión lectora, así como identificar las diferentes fuentes de información con la finalidad de realizar el recorrido del estado del arte de la cuestión para saber qué se dice en el ámbito mundial, nacional, regional y local de la cosa a investigar. Por eso, es indispensable establecer qué se quiere investigar. Se recomienda efectuar una correcta revisión bibliográfica a través de las consultas de textos clásicos, páginas especializadas en internet y consultas a expertos.
Por otro lado, la investigación científica surge de plantearse ideas de lo que se pretende investigar que constituye el primer acercamiento con la investigación. Se debe tener en cuenta que la mayoría de las ideas iniciales son vagas por tanto necesitan de una mayor estructuración para concretarlas hasta precisar lo que se requiere investigar.
Entonces, desde la experiencia de los autores, se sugiere dedicar tiempo a la reflexión de dichas ideas y plantearse las siguientes preguntas que coadyuvan a delimitar la investigación: ¿Por qué es importante la investigación que quiero realizar? ¿Qué es lo más relevante del problema? ¿En qué contexto ubicaré el problema? ¿Qué conocimientos tengo en esa área o disciplina? ¿Cómo voy a planificar el proceso metodológico?
Tras haber dado respuestas a las interrogantes sugeridas anteriormente el investigador comienza a tener una noción más precisa de lo que quiere investigar. En este sentido, Monje (2011), refiere que existe un primer momento donde el investigador debe ordenar y sistematizar sus inquietudes y preguntas para establecer qué es lo que desea investigar y cuáles son los hechos que avalan la investigación para obtener conocimientos sólidos acerca del tema de interés. Después, debe conceptualizar el problema haciendo explícitas las teorías que fundamentan el objeto de estudio.
Ahora bien, una vez que el investigador, en este caso el estudiante universitario, ha profundizado en las ideas principales de su tema debe contextualizar el problema. Para ello sugerimos aplicar la técnica de lluvia de ideas con la intención de jerarquizar aquellos aspectos centrales que tengan un impacto mayor en la problemática a investigar; determinar las principales causas valiéndose de los datos estadísticos que respalden los efectos de la situación problemática. Ya delimitada la idea de investigación se procede a definir el problema.
A criterio de Tamayo (2007), señala que el problema surge cuando el investigador encuentra una dificultad, la cual se origina a partir de una necesidad o situación por resolver. Posteriormente, realizar un análisis con los respectivos aportes teóricos y antecedentes del problema. Conviene puntualizar que, es importante efectuar el recorrido del estado de la cuestión pues permite determinar la forma cómo ha sido tratado el tema, cómo se encuentra el avance de ese conocimiento y sus tendencias actuales. Situación que facilita al investigador asumir una postura crítica frente a lo que se ha hecho y lo que falta por hacer en torno a una temática o problemática concreta para evitar duplicar esfuerzos o repetir lo que ya se ha dicho. También, refutar o comprender desde otro punto de vista el objeto de estudio. Esto demuestra que una investigación científica no puede considerarse como un producto terminado sino un aporte que puede generar otras teorías de solución.
Al respecto, Guevara (2016), refiere que el estado del arte consiste en revisar la literatura científica que ha sido publicada acerca de una temática específica, que conduce a inventariar y sistematizar la información. Este ejercicio no se puede quedar tan sólo en inventarios, matrices o listados. Para ello, es necesario trascender más allá de una simple revisión de la información logrando una reflexión crítica que accede a hacer nuevas comprensiones del objeto de estudio, a la vez consiente contextualizar el problema de la investigación.
En síntesis, la elaboración de un texto académico tiene siempre como objetivo avanzar en el conocimiento que nos interesa investigar. Por tanto, debe demostrar en la redacción de ese documento las ideas originales además de considerar las aportaciones previas realizadas por otros investigadores que lleva implícito la revisión bibliográfica y documental de un determinado tema. Condición que produce un nuevo discurso a partir de un proceso cognoscente reflexivo que visualiza la postura crítica del investigador sobre la cuestión que interesa indagar. Implica investigar, leer y comprender lo leído para poder escribir esas grandes ideas que generan un texto con rigor académico.
El Trabajo de Fin de Grado (TFG)
La producción de un texto académico consiste en la descripción de un problema o necesidad que se origina mediante una reflexión profunda que se da después de haber revisado la literatura correspondiente relacionada con el objeto de estudio para formular el planteamiento del problema. Un problema que será el punto de partida de una investigación. Conviene aclarar que un problema de investigación no sólo se origina de situaciones negativas, este también puede partir de hechos positivos (Bernal, 2000).
Cabe destacar que, el Trabajo de Fin de Grado (TFG) según el Manual de Procedimientos de la Universidad Tecnológica Israel (2011), describe que, “el trabajo de graduación o titulación constituye uno de los requisitos obligatorios para la obtención del título o grado en cualquiera de los niveles de formación” (p.3). En consecuencia, el estudiante tiene que elaborar y defender un proyecto de investigación conducente a una propuesta para resolver un problema o situación práctica en condiciones de aplicación, recursos, tiempos y resultados esperados.
Conviene puntualizar que, en la elaboración del trabajo de grado, el estudiante universitario debe partir de una idea que estará enmarcada en las líneas de investigación de la universidad donde curse sus estudios académicos. También, contar con un tutor para su respectiva orientación metodológica y de contenido. Una vez terminado el desarrollo de la investigación el estudiante presentará tres ejemplares de su TFG mediante un oficio dirigido al director de la carrera quien solicitará la designación del tribunal lector que estará conformado por tres docentes. Entonces, el alumno requiere haber cumplido con el 80%, de las asignaturas correspondientes a la malla curricular de la carrera estudiada para la defensa oral y pública de su trabajo de investigación.
Por consiguiente, el Trabajo de Fin Grado en ideas de Roig (2018), debe ser una investigación original, autónoma y personal cuya elaboración podrá ser individual o coordinado, y que cada estudiante realizará bajo la orientación de un tutor que permita al alumnado mostrar de forma integrada los contenidos formativos recibidos, y las competencias adquiridas asociadas al título de grado donde demuestre la madurez en el desarrollo de las aptitudes y competencias en las que se ha sido formando.
Asimismo, este autor demuestra algunas dificultades que se presentan en el TFG:
El 83,3% de los alumnos desconocen la normativa en la elaboración del TFG y los objetivos que se pretende lograr con la asignatura de metodología de investigación.
Los estudiantes no están preparados para afrontar con éxito esta tarea.
En cuanto al número de alumnos tutelados un 66,7% de los docentes consideran que es excesivo el número de estudiantes asignados para su tutoría lo cual implica que existe un exceso de esfuerzo y de tiempo de sobrecarga de las actividades académicas. Estiman que tres trabajos sería lo ideal.
Un 50% de los docentes consideran que los estudiantes presentan cierta dejadez en la dedicación del tiempo y esfuerzo en la elaboración del trabajo final, además de que lo asumen como un mero trámite para la obtención del título de grado.
91,6% de los estudiantes no saben organizar y estructurar bien la confección del TFG a pesar de las instrucciones indicadas por el tutor lo que involucra limitaciones en la redacción de este.
Por otra parte, uno de los más importantes cambios en el continente europeo fue la inclusión de la asignatura del TFG en los planes de estudios de la educación universitaria. Tal como lo indican Sáenz & Ponce (2017), con esta asignatura se culmina la formación del estudiante quien debe exteriorizar que ha adquirido las competencias investigativas necesarias para realizar su trabajo de titulación. Entonces, se trata de demostrar que las asignaturas cursadas a lo largo del plan de estudio no son una colección de contenidos inconexos, sino que el estudiante ha sido capaz de asimilar y conjugar dichos conocimientos para convertirse en un profesional de un área específica.
Por tal motivo, una vez más se resalta la importancia que tiene la asignatura de metodología de la investigación para la formación investigativa del estudiante universitario en la producción de textos académicos, no sólo en la elaboración del TFG sino también en el desarrollo de informes, ensayos, resúmenes, entre otros deberes que debe cumplir el alumno en su preparación profesional; condiciones que, ameritan saber escribir bien, tener lectura compresiva, saber comunicar el lenguaje escrito-oral, a la vez requiere de una alta motivación y actitud para investigar con rigor académico.
Competencias investigativas del estudiante universitario
Las competencias investigativas exigen la preparación integral del estudiante universitario con la finalidad de desplegar en ellos y ellas los procesos cognitivos de alto nivel intelectual que les permite incrementar el pensamiento abstracto para asumir una visión argumentada frente a un hecho; actuar en incertidumbre que maximiza el pensamiento de respuesta para conducirse en consecuencia de manera óptima y positiva.
Por esta razón, Martínez, Medina & Salazar (2018), señalan que, las competencias investigativas deben abordarse desde un enfoque holístico y complejo para incrementar los procesos cognitivos, así como las habilidades, las capacidades y los componentes afectivos, motivacionales y la personalidad de quien aprende. Esto debe ser prioritario en las universidades puesto que posibilita el desarrollo profesional, y personal del estudiante universitario.
Del mismo modo, Tama, Calderón & Mosquera (2016), refieren que, las competencias son los conocimientos, habilidades, y destrezas que desarrolla una persona para comprender, transformar, y poner en práctica esos conocimientos en el contexto donde se desenvuelve tanto en el plano personal, social y laboral. Entonces, las competencias investigativas facilitan al futuro profesional universitario como sujeto cognoscente, la construcción del conocimiento científico con la finalidad de solucionar eficientemente los problemas inherentes a la comunidad social.
En corolario, se puede inferir que las competencias investigativas son de gran utilidad en el plano personal-profesional-social-cultural pues generan exteriorizar los conocimientos adquiridos en la formación universitaria para darle aplicabilidad en la solución de los problemas o necesidades reales de la sociedad en la se está inmerso; comunicar de forma expedita nuevas ideas; depurar información para asumir una postura crítica ante una circunstancia que evitará emitir juicios a priori; aprender a adaptarse en un contexto incierto que es el tránsito de la vida a partir de un pensamiento creativo e innovador para hacer los ajustes necesarios en un reaprender haciendo.
Metodología empleada
Sobre la base de las ideas planteadas y teniendo en cuenta la alta misión que tiene la Educación Superior en la formación de las nuevas generaciones, se plantean las siguientes interrogantes de la investigación:
¿Cuál es la importancia de la asignatura Metodología de investigación en la formación investigativa del estudiante universitario?
¿Qué se entiende por Metodología de investigación?
¿Cuáles son los fundamentos teóricos y prácticos en la construcción de un texto académico?
El objetivo general del trabajo que se presenta consiste en:
Describir la importancia que tiene la asignatura de Metodología de investigación en la formación investigativa del estudiante universitario.
Fueron determinados como objetivos específicos:
Definir Metodología de investigación.
Resaltar la importancia de la Metodología de investigación para el desarrollo de las competencias investigativas.
Caracterizar los fundamentos teóricos y prácticos en la elaboración de un texto académico.
Se consideran pertinente declarar que el presente artículo se desarrolló por medio de la investigación documental que según Arias (2006), refiere que es un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación de la información que se obtiene en fuentes impresas o electrónicas para aportar nuevas ideas.
En este sentido, se consultaron diferentes autores para cumplir con la validez del contenido. Situación que generó lograr el objetivo general del estudio como fue describir la importancia que tiene la asignatura de metodología de la investigación en la formación investigativa del estudiante universitario. De allí que, se recogen las evidencias documentales y de investigación que avalan las categorías en su respectivo análisis (Tabla 1).
Categorías | Indicadores |
---|---|
Metodología de investigación | Bondades y limitaciones |
Competencias investigativas | Formación académica universitaria |
Elaboración de textos | Condiciones necesarias |
El análisis de los fundamentos teóricos-metodológicos implicados en esta investigación describen que la incorporación de la asignatura metodología de investigación a nivel de la educación universitaria es de gran utilidad para desarrollar las competencias investigativas de los estudiantes universitarios puesto que coadyuva a la construcción de textos académicos en la producción de nuevos conocimientos. Se debe destacar además que fomenta el pensamiento creativo y desarrolla el lenguaje escrito y la expresión oral para transmitir nuevas ideas. Estimula la curiosidad para indagar y profundizar en la información. Maximiza el pensamiento racional y reflexivo; además, fortalece la escritura crítica, por tanto, el hábito de lectura. Conlleva a pensar y reflexionar antes de escribir. No obstante, una gran mayoría de los estudiantes universitarios presentan dificultades en la elaboración de textos académicos lo cual deduce que es por la falta de experiencia en la investigación; pocos hábitos de lectura y de herramientas cognitivas para escribir correctamente.
Conclusiones
Las universidades en el ámbito mundial cada vez más están desarrollando la producción de investigación vinculada con la gestión social. Por tanto, la universidad como gestora del conocimiento con rigor científico tiene la responsabilidad directa con sus docentes de incentivar en los estudiantes el interés por la investigación no sólo para terminar el TFG sino con el propósito de fomentar la participación en la solución de los problemas o requerimientos de la sociedad actual.
Se resalta la importancia de la asignatura metodología de investigación en la formación investigativa del estudiante universitario pues potencia el pensamiento crítico y reflexivo para demostrar los conocimientos adquiridos en la trayectoria académica que conduce a producir una investigación científica en la solución de un problema presente en el contexto social.
La figura del tutor representa un pilar fundamental en ese proceso que iniciará el estudiante, dados a su experiencia metodológica y de contenido. Por ello, su función no debe asumirse a la ligera ya que de él depende la culminación exitosa del proyecto de investigación.