Introducción
La estimulación desde los primeros años de vida constituye un aspecto fundamental para el desarrollo integral de los niños, por lo tanto, es importante tomar en cuenta las actividades que el docente realice en el proceso de enseñanza - aprendizaje, para el trabajo dentro del ámbito educativo en el área de la motricidad fina, estas deben ser las más adecuadas, puesto que desarrollarán las habilidades al ejecutar pequeños movimientos que se producen en las muñecas, manos y dedos, que hacen mejorar la fuerza muscular y la coordinación óculo - manual.
Según Pérez (2017), “la estimulación se basa en una serie de actividades realizadas desde edades tempranas, que proporcionan la interacción adecuada con el medio que otorga un desarrollo general o en áreas específicas”.
Conforme a lo descrito, se considera que la motricidad fina son todas aquellas acciones que comprometen el uso de las partes del cuerpo (muñeca, manos, dedos), que mediante juegos van a potenciar las funciones cerebrales para facilitar un aprendizaje. El niño desde los primeros años de vida realiza movimientos, y los perfecciona conforme va madurando su Sistema Nervioso Central (SNC), a los 5 años ha adquirido una mejor coordinación y es capaz de ejecutar tareas de mayor complejidad, pero existen pequeños que desde edades tempranas manifiestan dificultades en esta área y no presentan una adecuada prensión, posición manual que puede afectar en un futuro el manejo de la mano para la escritura, la importancia de la estimulación en el área motora fina en esta etapa hace que los docentes dirijan su atención a la búsqueda de vías que potencien al máximo su desarrollo, por eso se hace necesario conocer los indicadores motores que presentan, es decir los movimientos finos que ejecutan las manos y dedos, en el momento de realizar actividades manuales.
El trabajo investigativo parte desde las experiencias adquiridas en el desempeño de las Prácticas Pre-Profesionales de las estudiantes, quienes observaron que los niños de 5 años en la institución educativa donde asisten presentan incapacidad para realizar actividades relacionadas con la motricidad fina, conociendo la importancia de esta área en el proceso de enseñanza - aprendizaje, se estableció junto con los docentes de las asignaturas que se relacionan con este ámbito, elaborar un plan de actividades para la estimulación que sea una vía para el fortalecimiento de las necesidades de los niños según su madurez neurológica (5 años) con respecto al mal funcionamiento de la motricidad fina, mediante actividades lúdicas que perfeccionen el movimiento, precisión y coordinación de sus manos - dedos en el momento que manipulen los materiales.
Desarrollo
El aprendizaje de los niños ha sido un tema de mucho interés, no solo para las familias, sino también para la sociedad donde se desenvuelven, y a lo largo del tiempo han variado los métodos de enseñanza, con el propósito de que mejore la calidad de enseñanza y por ende el niño desarrolle sus destrezas, aptitudes, habilidades, adquiriendo así, nuevos conocimientos basados de acuerdo al número de experiencias durante su vida.
Cuando se habla del aprendizaje desde una visión cognitivista, se puede considerar a Vigotsky (1979), quien fundamenta que, todas las funciones superiores se originan como relaciones entre seres humanos. De igual forma considera Saavedra & Castro (2015), citando a Guidano (1995), según sus aportaciones de que “la calidad de la relación establecida con otros, resulta gravitante para la comprensión de la experiencia del sujeto, a tal punto que su propia supervivencia dependerá de la relación vincular establecida con otros”, desde esta perspectiva se afirma que, el aprendizaje se potencia en la interacción que tienen con el medio, puesto que los escenarios sociales logran que los niños interioricen lo vivido y adquieran logros evolutivos que fortalecen su independencia.
El aprendizaje en el área motora de los niños se adquiere mientras permanece en actividad, en el momento que manipula los objetos y los relaciona con las experiencias obtenidas, cabe indicar que en ciertos niños pueden existir dificultades en el desarrollo de la motricidad tanto gruesa como fina que algunas veces puede ser por falta de estimulación.
El Currículo de Educación Inicial se fundamenta en la idea de que todo niño es único e irrepetible y que se debe tomar en cuenta sus necesidades, características individuales, ritmo de aprendizaje, así como también el respeto y valoración a la diversidad cultural en la que se desenvuelve. Por consiguiente, el Ministerio de Educación (2018), de Ecuador determina en el art. 343 de la Constitución de la República del Ecuador que “la educación tendrá como finalidad el desarrollo de capacidades y potencialidades individuales y colectivas de la población, que posibiliten el aprendizaje, la generación y utilización de conocimientos, técnicas, saberes, artes y cultura”, se habla entonces del uso de la estimulación en el plan de actividades para lograr el desarrollo integral en los niños.
Toda institución educativa, ya sea de tipo particular o fiscal, debe planificar el proceso de aprendizaje que sirva de guía a los docentes, este es orientado por el currículo de educación nacional, organizado por áreas, niveles y subniveles educativos, tienen una selección de contenidos básicos que responden a los requerimientos sociales que tienen la finalidad de garantizar una formación de calidad, para esto debe ser flexible, adecuarse a las diferentes necesidades, características, estilo de aprendizaje de cada niño, que logre dar a todos la oportunidad de alcanzar un aprendizaje.
En ecuador, el Ministerio de Educación (2014), plantea en la educación inicial “tres ejes de aprendizaje (personal - social, descubrimiento natural - cultural y expresión - comunicación) estos contienen diferentes ámbitos identificados para cada subnivel (inicial 1 - 2), la intención es formar desde edades tempranas personas capaces de desenvolverse a través de las experiencias vividas”.
Cabe considerar que todo niño es el centro del proceso de enseñanza - aprendizaje, por tanto, el currículo debe caracterizarse por su flexibilidad, esto permite al docente el enriquecimiento del mismo, adecuándolo a las características del alumnado, creando una planificación única y abierta.
El presente trabajo se vincula con la ejecución de las Practicas Pre - Profesionales (PPP) que realizan las estudiantes de la carrera de Educación Inicial y las asignaturas de estimulación, psicomotricidad y diseño curricular, que fortalecen el desempeño de las alumnas en los Centro de Desarrollo Infantil (CDI), cumpliendo con los establecidos en el Reglamento del Régimen Académico Institucional (Ecuador. Universidad Metropolitana, 2019) que dice en el artículo 53, que “las prácticas pre - profesionales y pasantías en las carreras de tercer nivel son actividades de aprendizaje orientadas a la aplicación de conocimientos y/o al desarrollo de competencias profesionales”.
Desde esta óptica y siendo este un componente educativo regido por actividades que fortalecen la práctica del conocimiento teórico de las asignaturas indicadas, las estudiantes visualizaron dificultad en el trabajo con los niños del CDI en lo relacionado a la parte motora fina, razón por la cual se establece un parámetro de edad cronológica (5 años) que será la población de estudio y el área que se quiere estimular la motricidad fina, para lo cual se tomará en consideración el ámbito de trabajo que corresponde a la expresión corporal y motricidad en donde se plantea desarrollar las habilidades motoras finas a través de procesos senso-perceptivos que permitan una adecuada estructuración de su esquema corporal y coordinación en la ejecución de movimientos y desplazamientos.
El desarrollo motor en los niños es de gran significación en el proceso de adquisición de las habilidades básicas de aprendizaje, mantener la capacidad de equilibrio, coordinación, orientación espacial, desarrollo de la pinza digital, deben ser estimuladas de manera adecuada, dado que estos factores facilitaran posteriormente el desarrollo de actividades como es el poder leer y escribir en el nivel escolar.
El desarrollo motor y las capacidades senso-perceptivas evolucionan de manera paralela, esto depende de la maduración del Sistema Nervioso Central (SNC), Barrera, Flor & Flor (2018), citan lo referido por Deval, 2006, y exponen que “el desarrollo físico es considerado durante los primeros años de vida como la base sobre la que se establece el avance psicológico, aunque éste sea bastante independiente de las características físicas”.
Esto se debe a que los niños pasan por diferentes etapas antes de realizar un movimiento, es decir, que para controlar los movimientos finos tienen que aprender a desarrollar el manejo de sus manos y dedos para dar paso a actividades de mayor complejidad, a partir de los de 5 años, el niño ya ha logrado perfeccionar sus habilidades motoras finas (bajar y subir cierre, despegar velcro, abotonar y desabotonar, rasgar, trozar y pegar papel, realizar un dibujo, trazar líneas y formas, entre otras).
Los movimientos de miembros superiores se evidencian desde los primeros años de vida, y con el pasar de los años alcanzan el dominio de sus manos y dedos, por lo que las acciones son más precisas para lograr movimientos más finos, es así que Cabrera & Dupeyrón (2019), manifiestan que “la motricidad comienza alrededor del tercer o cuarto mes y se perfecciona en el segundo semestre con el movimiento de la mano hacia el objeto y la posibilidad de poner el dedo pulgar, lo que le permite sujetarlo con los dedos”.
Es decir que, a la edad de 5 años su pinza digital debe estar en un nivel máximo y tener la posibilidad de trasladar varios objetos mediante acciones que dependen de la coordinación de músculos, para producir movimientos pequeños y precisos. Como se mencionó anteriormente, existe en el CDI niños con problemas en su motricidad fina debido a una falta de estimulación por parte de los cuidadores, y porque los docentes utilizan técnicas poco atractivas que no llamen la atención de los niños, aspecto que impiden el desarrollo de las habilidades motoras fina, Chinome, Rodríguez & Parra (2017), indican que la estimulación temprana “proporciona estratégicas educativas que tienen como finalidad el uso de la neuro plasticidad cerebral bajo el objetivo de promover el desarrollo cerebral”. Según Barrero & Macías (2015), “la atención temprana debe ejercer su función preventiva adoptando las medidas precisas encaminadas a impedir que el niño se vea afectado en cualquier área de desarrollo”.
Cuando se estimula un niño a través de estrategias adecuadas, se producen conexiones cerebrales que favorecen el aprendizaje, se podría decir que cuando se hacen actividades en donde tenga que realizar pequeñas acciones, por ejemplo, en la parte fina untar sus dedos de ambas manos alternadamente en una masa de harina de manera repetitiva, se está estimulando los sentidos, la coordinación óculo - manual, se mejoran los movimientos disociativos de manos y dedos, cuando el niño no es estimulado presentará dificultades puesto que no existen esas conexiones neuronales que hacen que den una respuesta adecuada. Es por esta razón que se habla de la importancia que ejerce la estimulación desde tempranas edades, considerando siempre su edad de desarrollo, esto permitirá al niño desarrollarse de manera integral, aspecto que favorecerá su vida futura.
Durante el crecimiento, el niño adquiere sus destrezas y habilidades de manera natural en el desarrollo de la motricidad fina, pero con ayuda de una estimulación temprana, el alcance será más efectivo, por lo tanto, se debe trabajar con distintos materiales de manera directa que le proporcione un cúmulo de información para que el niño alcance una correcta precisión y coordinación con los movimientos de la mano y dedos. Es así que Cabrera & Dupeyrón (2019), citan a Bécquer 1999, quien asume el concepto de motricidad fina como “la armonía y precisión de los movimientos finos de los músculos de las manos, cara y los pies” (p. 38). El control de la motricidad fina se considera un punto esencial, puesto que al realizar movimientos muchos más precisos, se requiere de mayor coordinación, por consiguiente, el niño va a realizar acciones determinadas en donde sus movimientos requieren una mejor destreza, dentro de las habilidades motoras finas se pueden destacar: subir y bajar cierre, despegar velcros, abotonar y desabotonar, abrir y cerrar envases, hacer bolas de papel, recoger granos con pinza digital, hacer bolitas con los dedos y aplastarlos, rasgar, trozar, ensartar cuentas, encajar, apilar bloques, punzar, rayar, utilizar tijeras entre otras.
La motricidad fina, es un componente de suma importancia para que el niño adquiera un aprendizaje de las cosas que están a su alrededor, estas destrezas las adquiere conforme su maduración neurológica y la variedad de actividades motrices que hacen que adquiera un dominio en la posición de sus manos y dedos en el agarre de los objetos.
Es importante tomar en cuenta que, si se desea desarrollar los movimientos de la muñeca, mano y dedos en los niños, se debe realizar trabajos amplios para mantener un grado tanto de precisión como de coordinación, puesto que ellos, todavía tienen poca precisión y no respetan límite de hoja, pero no todos poseen las mismas destrezas, el dominio motor se va desarrollando durante un proceso con el refuerzo de actividades. En el momento que el niño realiza una tarea requiere del apoyo visual, a esto se denomina coordinación óculo - manual o viso motora, que es la capacidad para utilizar conjuntamente ojos y manos con la finalidad de cumplir con la tarea requerida, esta acción es debido a que existe una conexión con el cerebro que hace actuar coordinadamente el movimiento ocular y manual, por consiguiente, se habla de una habilidad cognitiva compleja en donde las manos deben dirigirse hacia los estímulos visuales.
La coordinación óculo - manual juega un papel muy importante para el desarrollo normal, y sobre todo para el aprendizaje en la edad preescolar, debido a que va evolucionando hasta el punto que su visión y el control manual se perfeccionan.
Durante la vida evolutiva el niño adquiere diversos tipos de prensión, hasta llegar a un determinado punto en donde adopta la posición anatómica adecuada de la mano y dedos en el momento de agarrar el objeto que se le presenta, esta depende de la forma y tamaño, dentro de los tipos de prensión se pueden determinar:
Prensión palmar: sostiene objetos en cilindro, es decir con todo el puño.
Prensión radial - palmar: el pulgar se independiza del resto de los dedos.
Prensión digital: uso del pulgar como apoyo junto con los demás dedos.
Prensión tridigital: control de movimiento de los dedos índice, pulgar y medio.
Prensión bidigital: en la que el dedo medio se usa como soporte, y los dedos índice y pulgar como instrumentos, se la denomina también trípode.
Las manos son una herramienta indispensable para conocer el mundo que le rodea, mientras crece va desarrollando, es decir, que da lugar a la manipulación de objetos como un lápiz en donde puede manejar el dedo índice y el pulgar. La pinza bidigital forma parte de la educación psicomotriz del preescolar, en donde su finalidad es desarrollar las habilidades y destrezas en los movimientos de manos y dedos, el docente como guía debe observar el desarrollo de cada etapa, eso le ayudará a conocer si el niño presenta o no alguna dificultad relacionada con la pinza bidigital.
La importancia de practicar el agarre de pinza es buscar ejercicios que fortalezcan la musculatura de las manos, esto favorecerá a la ejecución de trazos que facilitarán posteriormente la escritura.
Alrededor de los cinco años el niño ya ha adquirido la madurez necesaria para mantener la pinza bidigital de manera funcional porque muestran gradualmente mayores habilidades físicas e intelectuales que le permite un manejo adecuado, y dentro de estas se pueden indicar:
Se viste y desviste sin ayuda.
Utiliza tenedor, cuchara y (algunas veces) cuchillo de mesa.
Forma una torre de al menos 10 bloques de alto.
Realiza collares utilizando cuentas.
Elabora objetos reconocibles con plastilina.
Comienza a utilizar las tijeras con un propósito.
Dibuja o copiar formas básicas y cruces (es capaz de cruzar la línea media).
Dibuja a las personas con cuerpo.
Copia triángulos y otros patrones geométricos.
Escribe algunas letras.
Conforme a la madurez neurológica se perfeccionan sus destrezas artísticas y comienzan a expresarlo por medio del dibujo, modelado con masilla o plastilina, pero existen niños que requieren un poco más de refuerzo para el progreso de sus habilidades motoras finas. Muñiz, Calzado & Cortina (2010), citan lo referido por González (1998), “la motricidad refleja todos los movimientos del ser humano. Estos movimientos determinan el comportamiento motor de los niños /as de 0 a 6 años que se manifiestan por medio de habilidades motrices básicas, que expresan a su vez los movimientos naturales del hombre”.
Por tanto, las habilidades motoras finas implican la precisión y armonía de los movimientos musculares en los dedos y manos en coordinación con los ojos en el momento que realiza una acción, estas se desarrollan con las experiencias vividas durante su proceso evolutivo. Para esto se requiere el uso de tácticas por parte del docente para mejorar las habilidades motrices, y que el niño no presente complicaciones posteriores en la escritura, se debe considerar que en estas etapas el cerebro tiene mayor plasticidad, esto hace que exista un incremento de interconexiones neuronales, y que a los 6 años ya el mecanismo de aprendizaje se asemeje a los de un adulto, por lo tanto, en los primeros 5 años la estimulación logra que el niño aprenda con mayor prontitud y eficiencia.
Desde esta perspectiva, los docentes tienen la misión de utilizar una metodología apropiada que genere oportunidades de aprendizaje en los niños, que respondan a los criterios curriculares, y, sobre todo, que se respete las diferencias individuales, los ritmos y estilos de aprendizajes, que utilicen mecanismos para el desarrollo de las destrezas motoras finas con actividades que les permitan explorar, experimentar y vivenciar al interactuar con los materiales.
El Ministerio de Educación (2014), de Ecuador propone dentro del ámbito corporal y motricidad, “desarrollar las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir de su propio cuerpo, sus funciones y posibilidad desde movimiento” (p. 17). Haciendo énfasis en este punto, y valiéndose de las Prácticas Pre-Profesionales que las estudiantes realizan como parte de su formación académica en el CDI, se ha identificado que los niños de 5 años que asisten a esta institución educativa presentan problemas relacionados con la motricidad fina, se evidencia que aún no tienen un nivel alto de maduración, coordinación, manipulación y un agarre apropiado de las manos y dedos, en las actividades que ejecutan, no existe las características que a su edad deberían tener, esto podría traer como consecuencias futuros problemas en la iniciación de la escritura cuando ingresen a la Educación Primaria.
De acuerdo a las falencias encontradas en lo referente a la motricidad fina en los niños de 5 años, que impide un buen manejo de la mayoría de tareas no solo motoras sino de Actividades de la Vida Diaria (AVD), se propone un plan de actividades para la estimulación en el ámbito corporal, específicamente relacionado con la motricidad fina, en donde se atienda las necesidades de los niños con respecto a la edad y a su mal funcionamiento en el grupo inicial 2, este plan se utilizará como estrategia metodológica lúdica, las actividades que se proponen servirán para perfeccionar el movimiento y coordinación de sus manos y dedos, y en el momento que manipulen el material, van adquirir experiencias motrices logrando que el niño conozca y sea consciente de lo que aprende. Cuellar, Tenreyro & Castellón, (2018), afirman que “a través de los juegos didácticos se puede lograr una mayor interiorización y profundización de los contenidos, por la repetición constante y variada, además su aplicación en las clases rompe con el formalismo, logrando un mayor protagonismo estudiantil”. No se trata de estimular en forma anárquica, presentando al niño el mayor número de estímulos, sino que consiste en un manejo con bases y técnicas científicas, basadas en el amplio conocimiento que se debe tener sobre el desarrollo del niño en sus diferentes edades.
Conclusiones
El desarrollo de las Prácticas Pre-Profesionales permitió el incremento de conocimiento de las estudiantes de la carrera de Educación Inicial de acuerdo al plan de estudio, así como también, detectar la necesidad existente en los niños de 5 años del CDI en donde realizaron sus prácticas.
El aprendizaje precisa de la calidad de estímulos que reciban los niños en los primeros años de vida, ya que favorece la capacidad de plasticidad cerebral, siendo un beneficio óptimo para el desarrollo motor fino.
La estimulación en el área motora fina en niños que se encuentran en la etapa preescolar es significativa, puesto que mediante juegos didácticos desarrollan habilidades y destrezas que garantizan el aprendizaje de la escritura.
El plan de actividades para la estimulación, diseñado desde la óptica de motricidad fina en niños de 5 años, potenciará las funciones neurológicas, esqueléticas y musculares, que mejoran el desarrollo de la coordinación y precisión óculo - manual en la ejecución de las actividades.