Introducción
El deficiente rendimiento académico es un problema frecuente que enfrentan desde hace muchos años todos los estudiantes en el mundo, especialmente los latinoamericanos en los diferentes niveles educativos, incluyendo Perú. Según la revisión bibliográfica realizada por los autores, este problema tiene sus raíces en las enseñanzas primaria y secundaria. En la universidad se agudiza aún más, porque los estudiantes traen consigo deficiencias en matemáticas, ciencias básicas y comprensión de la lectura. También arrastran faltas ortográficas, redacción sin coherencia y sin ilación.
Los estudiantes que se incorporan a la enseñanza universitaria tienen que enfrentarse y asimilar un bagaje abrumador de conocimientos más profundos, de materias o disciplinas en su mayoría nuevas para ellos, tienen que adaptarse al ritmo riguroso del trabajo académico y, además, deben poseer capacidades cognitivas desarrolladas, métodos, técnicas y sobre todo hábitos de estudio eficaces.
Los hábitos de estudio se definen como la costumbre, conducta, disposición del alumno e interés, frente a su quehacer académico. Los resultados negativos que obtengan los estudiantes serán tan desfavorables para ellos como para la sociedad en general, puesto que el egreso de profesionales no aptos y no acordes con este universo tan cambiante y exigente a la vez será un impedimento en la resolución de problemas de la vida cotidiana.
El interés por los hábitos de estudio de los alumnos universitarios se ha convertido en un tema de actualidad tanto a nivel nacional como internacional debido al alto porcentaje de reprobación. Uno de los mayores desafíos que enfrenta actualmente el sistema educativo nacional es el bajo rendimiento académico que presentan los estudiantes en áreas del conocimiento como español y matemáticas. El nivel universitario no es ajeno a esta problemática.
En el desarrollo de los cursos universitarios se observan alumnos con bajo rendimiento académico frente a otros que sí se destacan. En la mayoría de los casos, este hecho se relaciona de forma directa con los hábitos de estudio empleados por cada uno de los estudiantes universitarios durante su vida académica.
La mayoría de los alumnos no cuenta con adecuados hábitos de estudio, tales como: el uso adecuado del tiempo, leer y sacar buen provecho de lo que se lee, tomar notas, hacer un bosquejo, confeccionar mapas mentales, utilizar adecuadamente el centro de acceso a la información y el repaso diario de las clases. La práctica de técnicas inadecuadas conlleva a que los alumnos presenten serias dificultades a lo largo de su vida universitaria, todo ello se ve reflejado por las bajas competencias adquiridas por los alumnos en las diferentes materias de estudio y es evidenciado por los bajos rendimientos académicos en el aula de clase y en su futura vida profesional.
En la actualidad observamos en la práctica docente, que el estudiante desconoce hábitos adecuados, es en la mayoría de las veces un mero receptor pasivo, un repetidor de la información recibida, no realiza una lectura crítica, estudia a última hora, tampoco busca información adicional a la proporcionada en clase, no es crítico con su aprendizaje, menos aún valora y critica su aprendizaje, tampoco compara y reconstruye la información. No es un alumno proactivo capaz de descubrir, explicar y crear.
La escuela y la universidad en particular debieran tener como misión la habilitación de las técnicas elementales de estudio que les permitan a los educandos operar, no solo durante sus estudios formativos, sino para toda la vida. Esta es una misión que pareciera que el Estado peruano y las instituciones educativas del país, y fundamentalmente las universidades vienen descuidando desde hace mucho tiempo.
Jara, et al. (2008), indican que “las causas del bajo rendimiento de los estudiantes están relacionadas con la dificultad para el autoaprendizaje, escasos conocimientos básicos sobre las ciencias; así como la constante práctica de un aprendizaje memorístico”. El bajo rendimiento académico del estudiante refleja una situación que afecta a toda la comunidad estudiantil: estudiantes, padres, maestros y en consecuencia a toda la sociedad.
Por ello, en la presente investigación los autores se plantean conocer y analizar los niveles y relaciones de hábitos de estudio y rendimiento académico que poseen los estudiantes del segundo año de la escuela académica profesional de Medicina de la Facultad de medicina en el 2017.
El diseño de la investigación es no experimental de corte transversal. Para la recolección de datos se tomó el inventario de hábitos de estudio de Vicuña (2005), y para la variable rendimiento se trabajó con los promedios de las notas de cuatro asignaturas de los estudiantes, la muestra estuvo conformada por 60 estudiantes; el instrumento pasó por un proceso de validación y confiabilidad antes de aplicarse. Los datos se procesaron estadísticamente con el cálculo del coeficiente de correlación Rho de Spearman. Se determinó que existe una correlación significativa positiva entre las dos variables bajo estudio.
Desarrollo
Se entiende por hábitos de estudio al modo como el individuo se enfrenta cotidianamente a su quehacer académico. Es decir, es la costumbre natural de procurar aprender permanentemente, esto implica la forma en que el individuo se organiza en cuanto a tiempo, espacio, técnicas y métodos concretos que utiliza para estudiar.
Para Ortega (2012), los hábitos son formas adquiridas de actuar que se presentan automáticamente. El individuo que adquiere un hábito actúa sin necesidad de darse cuenta, de ahí que se haya dicho que no son otra cosa que un reflejo firmemente establecido.
Los hábitos de estudio son una forma de conducta que nos permite aprender y reproducir ciertas habilidades que convierten al hombre en un ser importante y eficiente.
La formación de hábitos está inmersa en la base de la educación. Sin hábito sería imposible aprender porque la educación consiste en gran medida en el proceso de formación de hábitos, que varían de los más simples a los muy complejos.
En efecto, los hábitos de estudios son modos de actuar y estudiar fijados por entrenamiento, para reproducir los mismos actos con creciente facilidad. Las diversas actividades fisiológicas (actividades corporales), cognoscitivas (pensamientos, sentimientos, voluntad, percepciones, sensaciones, atención, juicio, memoria, etc.) así como la adquisición y condicionamiento de la conducta social (adquisición de aprendizajes, modos y estilos de vida interpersonal) están sujetos muy fuertemente a las leyes de la formación de hábitos.
Como se puede apreciar, el hábito influye directa y significativamente en nuestras vidas, sin ellos no podríamos aprender, adaptarnos, progresar y desarrollarnos. Es a través de los hábitos que adquirimos habilidades formativas. Cuanto mayor sea el número de buenos o malos hábitos, seremos más o menos eficientes y adaptados. Los buenos hábitos moldean el buen carácter, por ende, los hábitos debieran ser significativamente considerados por el maestro.
Por tanto, los hábitos de estudio forman parte de la realidad educativa universitaria, es en ella donde se adquieren y se fortalecen, y de no ser las adecuadas, es necesario proceder a la implementación de políticas adecuadas de acción correctiva que permita al estudiantado en general la adquisición de técnicas acorde con su naturaleza potencial, y lograr la optimización en su rendimiento académico formativo. Uno de los fines de la educación peruana es el moldear el buen carácter del estudiante estableciendo correctos hábitos físicos, mentales y morales, es por ello que los hábitos debieran tener prioridad significativa para el maestro.
Pico (2014), define los hábitos de estudio como “las distintas acciones emprendidas por el estudiante para adquirir conocimientos a través de sus apuntes en clase, libros de texto, guías entregadas por el profesor, páginas de internet o cualquier fuente consultada para este fin y así alcanzar una meta propuesta por él mismo”.
Ventajas del establecimiento de hábitos de estudio
Aumentar la cantidad de material que se puede aprender en una unidad de tiempo.
Reducir el número de repeticiones hasta su asimilación y consecuentemente reducir el tiempo que podría dedicársele. Deben, por lo tanto, cultivarse en la escuela como metas que los alumnos han de alcanzar bajo la orientación segura del profesor.
Horna (2001), al referirse al proceso formativo de métodos de estudio propone tres clases de factores que se deben tener en cuenta en dicho desarrollo; delimitándolos como componentes personales o psicofísicos, ambientales e instrumentales.
Las cualidades personales comienzan con la actitud positiva, la aspiración, la disciplina, la perseverancia, la organización individual, el adecuado uso del tiempo; el tener un buen estado físico y psicológico. Estos ayudan de gran manera al aprendizaje; si bien el individuo en muchas ocasiones carece de dominio sobre estos aspectos, sin embargo, puede progresar en ellos, mediante actividad física, tiempo de descanso conveniente, dieta alimenticia apropiada, con énfasis en las primeras comidas del día, excluyendo alimentos pesados y con una conveniente distensión.
Buenas prácticas de estudio
a) La lectura configura el hábito de mayor importancia para el estudio. Es el avance precedente, la manera habitual de realizar conexión con una materia, a menos que los recursos audiovisuales sustituyan esa función.
En términos generales puede definirse la lectura como un procedimiento, que tiene como fases: identificar vocablos, comprender ideas, comparar el juicio del autor con la posición particular, examinar lo leído.
Estas dos últimas fases corresponden principalmente a la denominada lectura crítica. En el rango universitario, este tipo de lectura consigue un valor propio para obtener un aprendizaje significativo, dado que involucra crear una vinculación de lo conocido (saberes preliminares) con los nuevos datos que se nos presentan.
b) El subrayado y las anotaciones al margen y resaltar textos ayudan a destacar lo más significativo de la información, mientras se desarrolla la lectura; permitirá luego resumirla como herramientas para estructurarla.
c) La lectura rápida del texto suministra una visión general del contenido del texto. La finalidad de esta forma de lectura es comprender el texto de forma global, sin demorarse en detalles específicos.
d) En la lectura párrafo a párrafo se deben resaltar las palabras básicas que constituyen las ideas fundamentales y las ideas accesorias, así como los detalles de mayor relieve. Previamente a subrayar, resulta indispensable entender íntegramente el contenido del párrafo o página.
Resulta posible emplear también diferentes tipos de signos, flechas o símbolos que sirvan para puntualizar, relevar o conectar unos contenidos con otros. Cuando por su trascendencia resulte indispensable resaltar varias líneas consecutivas, es más útil colocarlas entre corchetes o paréntesis.
Otras técnicas útiles son:
Técnicas de síntesis.
Organizar jerárquicamente las ideas.
Delimitar el tamaño del texto que se debe estudiar.
Favorecer la relectura. Decidir previamente aquello que se empleará como respuesta en la evaluación y aquello de lo cual podría prescindirse.
Realizar un resumen.
Realizar un esquema.
Realizar un cuadro comparativo.
Diseñar mapas conceptuales cuyo objetivo es constituir relaciones significativas entre conceptos en forma de proposiciones.
Construcción de proposiciones entre los conceptos que se brindan y los conceptos que ya se conocen (a través de los enlaces).
Diferenciación entre los elementos o acontecimientos concretos y los más generales que incluyan estos objetos o acontecimientos.
Elementos que se deben tomar en cuenta para el estudio
La planificación.
El primer objetivo que se debe lograr es hacer una planificación del tiempo que hay que dedicar al estudio. Es importante no dejarlo todo para el último día y crear diariamente un hábito de estudio. Organizarse para estudiar todos los días y a una hora determinada produce una inercia que provoca un mayor aprovechamiento del tiempo de estudio. No se debe enfocar el estudio como un mero trámite para aprobar un examen, sino para adquirir conocimientos que nos enriquecerán en todos los aspectos.
El lugar de estudio.
El hábito de la lectura.
Organizar el tiempo.
Organizar el espacio.
Normas para aprovechar el tiempo.
La atención y la concentración son fundamentales para aprovechar las horas de estudio y las explicaciones dadas por el profesor en clase. Para muchos de nosotros esto es un verdadero problema. La necesidad de estar atentos y de concentrarse en el estudio es algo básico.
Existen muchos elementos que influyen en la atención: La motivación y el interés con que estudiamos, las preocupaciones como problemas familiares, problemas con los compañeros, problemas con los amigos, preocupaciones sexuales o amorosas, problemas de dinero, etc.
Consejos prácticos para aumentar las horas de estudio:
Programar las actividades, tanto las diarias como las semanales.
Dividir claramente el estudio de la diversión.
No dejar para más adelante el comienzo del estudio.
Aprovechar también los ratos libres.
Anticipar los estudios respecto a sus fechas límites.
Consecuencia de los malos hábitos de estudio
Incapacidad para lograr el aprendizaje autónomo.
Actitudes negativas alejándoles del acto valorativo.
Deserción académica.
Bajo rendimiento académico.
Incapacidad para el liderazgo.
Incapacidad para integrarse a grupos de estudio.
Mondragón, et al. (2016), investigaron sobre hábito de estudio y rendimiento académico en estudiantes de la licenciatura en Administración de la Unidad Académica Profesional Tejupilco dependiente de la Universidad Autónoma del Estado de México, estudiando a 173 alumnos hombres y mujeres del período 2016.
Utilizaron el instrumento cualitativo Inventario de Hábitos de Estudio, se encontró que los hábitos de estudio no se relacionan con el rendimiento académico. De acuerdo a los resultados, el estudiante solo asiste a la universidad para obtener buenas notas y no tiene el interés en aprender a aprender; por el contrario, solo memoriza la información conforme se lo piden los docentes.
Ellos concluyeron que esto es consecuencia de la educación tradicional, como también que la influencia del rendimiento académico se debe a otros factores como el contexto social, familiar, económico y algunos más complejos como las estructuras cognitivas, afectivas y emocionales de cada estudiante, por lo que esta investigación abre el abanico para realizar futuras investigaciones e identificar los factores que influyen directamente en el rendimiento académico en la región sur del Estado de México.
De la Peña, et al. (2015), realizaron un estudio respecto del rendimiento académico de alumnos en enfermería y su relación con su hábito de estudio y estilo de aprendizaje en la Facultad de Estudios Superiores (FES) de Zaragoza, Universidad Autónoma de México. Encontraron que los alumnos cubren características de más de un estilo de aprendizaje que llegan a influir en sus hábitos de estudio por las cualidades que tiene cada estudiante y a su vez el plan de estudios de la carrera de enfermería les permite desarrollar y aplicar las habilidades en el proceso de enseñanza aprendizaje. Los resultados muestran que existe un área de oportunidad importante en cuanto a propuestas pedagógicas encaminadas a desarrollar los hábitos de estudio de los estudiantes de la FES Zaragoza para favorecer su promedio final de egreso.
Echeverría (2015), estudió la relación entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico de las alumnas de tercero básico del Colegio el Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Guatemala. Su objetivo fue determinar la relación entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico. El estudio se realizó en 72 estudiantes, todas alumnas. El instrumento utilizado fue "Cuestionario de Hábitos y Técnicas de Estudio" (CHTE) de 56 preguntas, agrupados en siete escalas. Tener un plan de trabajo y un lugar adecuado para el estudio influye en la actitud hacia el estudio, pero no muestra relación estadística con el rendimiento académico. Quedó pendiente seguir profundizando la relación entre la motivación y el aprendizaje.
Vicuña (2005), considera cinco dimensiones: Forma de estudio, resolución de tareas, preparación para los exámenes, forma de escuchar la clase y acompañamiento durante el estudio. Otros estudios se pueden encontrar en Cruz Núñez & Quiñones Urquijo (2011); Cepeda (2013); y Pineda & Alcántara (2017).
Dimensión forma de estudio
Vicuña (2005), establece como indicadores para medir esta dimensión cuando se “registra información en clase, ordena la información, pregunta en clase, se distrae fácilmente”. (p. 35)
Existe una variedad de métodos o formas de estudiar, los más usados para aprender con libros son la lectura rápida, subrayar las ideas principales, entre otros. Para que el estudiante mejore su rendimiento debe estudiar con eficiencia, entendiéndose el término como adquirir el máximo de conocimientos con el menor esfuerzo, para Vildoso (2003), implica un análisis del tiempo, en educación superior depende de la autoeducación y del esfuerzo personal manteniéndose esto durante varios años si se desarrollan hábitos regulares.
El autor afirma también que las principales dificultades del estudiante al empezar un curso en educación superior son la adaptación a los métodos y técnicas desconocidas, la distribución del tiempo y el establecer un plan de estudio.
Es labor del docente y de los padres colaborar en la formación de hábitos de estudio, brindar orientaciones a los estudiantes para que utilicen diversas técnicas de formas de estudiar, aunque hay que tener presente que cada estudiante puede elaborar su forma de estudiar; para ello utiliza diversas estrategias que le faciliten organizar la información que va a aprender, en ello se puede apoyar en los organizadores gráficos.
Los organizadores visuales son una forma de cómo el estudiante presenta la información de manera ordenada, son un instrumento para poner en práctica el aprendizaje significativo, entre ellos están los mapas mentales, los mapas conceptuales, etc.
Dimensión resolución de tareas
Vicuña (2005), refiere como indicadores en esta dimensión, “saber si el alumno realiza resúmenes, responde sin comprender, prioriza orden y presentación, pide ayuda a otras personas, organiza su tiempo, categoriza sus tareas”. (p.35)
Muchas veces el estudiante no sabe organizar su tiempo entre las diversas obligaciones que tiene, el tiempo no debe controlar al estudiante, es el estudiante quien debe tener el tiempo ocupado por ello es recomendable elaborar el horario personal en el cual el estudiante coloca el tiempo que le dedicará a cada asignatura, pero es necesario respetar los horarios que se establecen.
Dimensión preparación para los exámenes
Las pruebas son controles objetivamente realizados, muchas veces los estudiantes esperan el último momento para prepararse olvidándose que esto se da poco a poco en cada sesión que van desarrollando.
Para Vicuña (2005), en esta dimensión se consideran indicadores como “estudiar al último momento, copia del compañero, olvida lo que estudia, elabora resúmenes”. (p.35)
En esta dimensión el estudiante debe considerar los exámenes como actividades que tienen el propósito de establecer cómo se encuentra el alumno en el aprendizaje. Muchas veces con respecto a este tema, se comete el error de estudiar en las vísperas del examen y luego al día siguiente se llega al mismo cansado.
Dimensión forma de escuchar la clase
Ella implica una acción meditativa que favorece el crecimiento intelectual y espiritual, este indicador permite conocer las acciones que realiza el universitario durante las clases como: tomar apuntes, subrayar lecturas, pensar soñando despierto, conversar con amigos, estar más atento a las bromas de los amigos que a la clase, pensar lo que hará a la salida de clases, solicitar al profesor la definición de una palabra que no se conoce, ordenar los apuntes al terminar la clase.
Vicuña, (2005), presenta indicadores como “saber si registra información en clase, ordena esta información, pregunta en clase, se distrae fácilmente”. (p. 35)
Para López (2009), desarrollar la capacidad de escuchar implica que el docente se prepara para lograr mantener a los estudiantes alertas y atentos desde el comienzo y que sepan escuchar comprensivamente.
Grados & Alfaro (2013), sostienen que hay una distinción entre escuchar y oír al manifestar que esta distinción lleva a diferenciar entre la concepción de un auditorio silencioso, pasivo y un individuo activo que pone en marcha sus procesos cognitivos para comprender lo que escucha, que sabe pedir ayuda o aclaraciones cuando no entiende parte de la interpretación y que sabe reparar un error de interpretación. Por otra parte, en la vida cotidiana apenas se dan situaciones en las que un oyente silencioso atiende a un parlamento formal, sino que hay una verdadera interacción espontánea e improvisada.
Captar la atención de un alumno es hoy uno de los mayores desafíos de un profesor. En la era del videojuego y de Internet, la capacidad de concentración del estudiante ha disminuido dramáticamente.
Dimensión acompañamiento durante el estudio
Vicuña (2005), cita como indicadores a tomar en cuenta lo siguiente: “Existe interrupción en clase y casa, requiere de tranquilidad en clase y en su casa, consume alimentos cuando estudia”. En esta dimensión juega un rol importante la concentración que debe tener cada estudiante a la hora de estudiar sin que la pierda, para López (2009), concentrarse es la habilidad de atender, es un proceso voluntario el cual mejora mucho con la práctica.
Variable rendimiento académico
El rendimiento académico es la expresión de capacidades del estudiante desarrolladas y actualizadas a través del proceso enseñanza aprendizaje, determinando así un nivel de funcionamiento y logros académicos en términos cuantitativos y cualitativos a lo largo del período educativo. Se consideran dos aspectos básicos: por un lado, el aprendizaje y por otro la evaluación de dicho aprendizaje.
Cualquiera que fuera la dificultad presentada en uno de estos aspectos, repercutirá en el rendimiento académico del alumno. Es decir, si no ha realizado un buen aprendizaje o la evaluación no es representativa del nivel de conocimientos adquiridos, el rendimiento escolar de dicho alumno se verá interferido por una u otra razón.
Andrade (2018), manifestó que el rendimiento académico puede entenderse como el resultado de las actividades que los estudiantes realizan en relación con la estimulación educativa (institución educativa) o ambiente familiar y social que haya recibido.
Figueroa (2004), define el rendimiento académico como “el producto de la asimilación del contenido de los programas de estudio, expresado en calificaciones dentro de una escala convencional y establecida por el ministerio de educación”. Esto quiere decir que es un resultado cuantitativo que se alcanza en el proceso de aprendizaje de conocimientos, acorde a las evaluaciones que realiza el docente mediante pruebas, trabajos y varias actividades complementarias. Además, el rendimiento académico es un indicador del nivel o grado de conocimientos, habilidades, destrezas, competencias, actitudes, alcanzados por los estudiantes en el proceso de enseñanza aprendizaje, esto se da partir de los procesos de evaluación y se expresan en una nota numérica.
Huertas (2015), al referirse al rendimiento académico señala que “existen pruebas abundantes de que hay relación de dependencia entre rendimiento académico e intelectual, sin embargo, hay estudios actuales que señalan que no solamente la inteligencia está relacionada con tal aspecto".
Si bien la inteligencia está relacionada con el rendimiento académico, esto no significa que deba identificarse con él, pues dicho rendimiento depende de la influencia de muchos otros factores. Según Mella & Ortíz (1999), se ha analizado tomando en cuenta dos conjuntos de causas: aquellos aspectos relacionados con la institución como el sistema educativo, y aquellos que los alumnos exhiben a partir de su contexto social, de sus capacidades personales y sus motivaciones. Otros estudios de interés sobre el tema se encuentran en Huertas (2015); Calle (2017); y Cuayla (2018).
Después de recolectar los datos en torno a las variables se procedió a analizar los resultados descriptivos, se obtuvieron los resultados que se muestran en la Tabla 1.
Los resultados con respecto a la dimensión “formas de estudiar” de los estudiantes de segundo año de la escuela de Medicina de la facultad de medicina en 2017, se muestran en la Tabla 2.
Respecto a la dimensión “resolución de tareas”, los resultados se muestran en la Tabla 3.
Los porcientos de la dimensión preparación para los exámenes se muestran en la Tabla 4.
La Tabla 5 resume los resultados de la dimensión “formas de escuchar la clase”.
La Tabla 6 contiene los resultados de la dimensión “acompañamiento al estudio”.
La Tabla 7 contiene los resultados de las encuestas respecto a la variable “rendimiento académico”.
Frecuencia | Porcentaje | ||
---|---|---|---|
Válido | Inicio | 40 | 66,7 |
En proceso | 14 | 23,3 | |
Logro | 5 | 8,3 | |
Logro destacado | 1 | 1,7 | |
Total | 60 | 100,0 |
Para realizar el procesamiento de contrastación de la hipótesis se utilizó el coeficiente de correlación Rho de Spearman con los siguientes parámetros:
Nivel de significación: ( = 0,05.
La fórmula es la siguiente:
, donde D es la diferencia entre los valores de x e y correspondientes a un mismo estudiante. N es el número de estudiantes, en este caso 60.
La regla de decisión es la siguiente:
Si ( ≥ α no se rechaza la hipótesis nula H0 que es: no existe correlación entre las poblaciones representadas por x e y.
En caso contrario se rechaza la hipótesis nula. Se tiene −1≤(≤1, donde:
, significa que no existe correlación entre las variables.
Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
Hipótesis general
H0: Los “hábitos de estudio” no se relacionan con el “rendimiento académico” para los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Ha: Los “hábitos de estudio” se relacionan con el “rendimiento académico” de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Los datos presentados respecto a la hipótesis estadística planteada permiten señalar que existe un coeficiente de correlación de Rho de Spearman = 0,749, lo que se interpreta al 95% que la correlación es positiva y suficientemente significativa al nivel 0,05 bilateral, con p = 0,000 (p < 0,05), rechazándose la hipótesis nula y aceptándose que los hábitos de estudio se relacionan con el rendimiento académico.
Hipótesis específicas
Hipótesis específica 1
H0: La “forma de estudio” no se relaciona con el “rendimiento académico” de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Ha: La “forma de estudio” se relaciona con el “rendimiento académico” de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Los datos presentados respecto a esta hipótesis específica planteada permiten señalar que existe un coeficiente de correlación de Rho de Spearman = 0,739, lo que se interpreta al 95%, que la correlación es positiva y significativa al nivel 0,05 bilateral, con p = 0,000 (p <0,05), rechazándose la hipótesis nula y aceptándose que la forma de estudio se relaciona con el rendimiento académico.
Hipótesis específica 2
H0: La “resolución de tareas” no se relaciona con el “rendimiento académico” de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Ha: La “resolución de tareas” se relaciona con el “rendimiento académico” de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Los datos presentados respecto a la hipótesis específica segunda planteada permiten señalar que existe un coeficiente de correlación Rho de Spearman = 0,705 lo que se interpreta al 95%, que la correlación es significativa al nivel 0,05 bilateral, con p = 0,000 (p < 0,05), rechazándose la hipótesis nula y aceptándose que la resolución de tareas se relaciona con el rendimiento académico.
Hipótesis específica 3
H0: La “forma de preparación de exámenes” no se relaciona con el “rendimiento académico” de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Ha: La “forma de preparación de exámenes” se relaciona con el “rendimiento académico” de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Los datos presentados respecto a la hipótesis específica tercera planteada permiten señalar que existe un coeficiente de correlación de Rho de Spearman = 0,740 lo que se interpreta al 95%, que la correlación es positiva y significativa al nivel 0,05 bilateral, con p = 0,000 (p < 0,05), rechazándose la hipótesis nula y aceptándose que la forma de preparación de exámenes se relaciona con el rendimiento.
Hipótesis específica 4
H0: La “forma de escuchar la clase” no tiene relación con el “rendimiento académico”, en los estudiantes del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Ha: La “forma de escuchar la clase” tiene relación con el “rendimiento académico”, en los estudiantes del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Los datos presentados respecto a la hipótesis específica cuarta planteada permiten señalar que existe un coeficiente de correlación Rho de Spearman = 0,736, lo que se interpreta al 95%, que la correlación es positiva y significativa al nivel 0,05 bilateral, con un p = 0,000 (p < 0,05), rechazándose la hipótesis nula y aceptándose que la forma de escuchar la clase tiene relación con el rendimiento académico.
Hipótesis específica 5
H0: El “acompañamiento al estudio” no está relacionado con el “nivel del rendimiento académico” en los estudiantes del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Ha: El “acompañamiento al estudio” está relacionado con el “nivel del rendimiento académico”, en los estudiantes del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Los datos presentados respecto a la hipótesis específica quinta planteada permiten señalar que existe un coeficiente de correlación de Rho de Spearman = 0,596, lo que se interpreta al 95%, que la correlación es positiva y significativa al nivel 0,05 bilateral, con un p = 0,000 (p < 0,05), rechazándose la hipótesis nula y aceptándose que el acompañamiento al estudio está relacionado con el nivel del rendimiento académico.
La presente investigación pudo comprobar la validez de la hipótesis general que los hábitos de estudio se relacionan con el rendimiento académico de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017.
Conclusiones
Los datos procesados permitieron afirmar que se cumple la hipótesis planteada sobre que los hábitos de estudio se relacionan con el rendimiento académico de los alumnos del segundo año de la escuela profesional de Medicina de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2017. Esto se corroboró con el valor de p= 0,000 <0,05 correspondiente al coeficiente de correlación de Rho de Spearman = 0.749. Ello permite afirmar a su vez que si los docentes brindan a sus estudiantes estrategias que les permitan formar en ellos hábitos de estudio se puede disminuir el bajo rendimiento académico.
Esto implica que, si el estudiante registra información en clase, ordena la información, pregunta en clase y no se distrae fácilmente, ello mejoraría su rendimiento académico.
Por otra parte, se obtuvo que la resolución de tareas se relaciona con el rendimiento académico de los alumnos de la escuela profesional de Medicina, es por ello que es necesario hacer que los estudiantes realicen resúmenes, prioricen el orden y la presentación, pidan ayuda a otras personas, organicen su tiempo y categoricen sus tareas.
Además, se puede concluir que la forma de preparación de exámenes se relaciona con el rendimiento académico de los alumnos, por lo cual, si el estudiante estudia al último momento, realiza fraude, olvida lo que estudia, no elabora resúmenes, entonces su rendimiento irá bajando.
Se pudo determinar que la forma de escuchar la clase tiene relación con el rendimiento académico, o sea, si el estudiante registra información en clase, ordena esta información, pregunta en clase, esto ayudará a su buen rendimiento académico.
Finalmente se pudo determinar que el acompañamiento al estudio está relacionado con el nivel del rendimiento académico, de lo que se infiere que se requiere de tranquilidad en la clase y en la casa, y consumir alimentos mientras se estudia, entre otras medidas, todo esto ayudará a mejorar el rendimiento del estudiante.
En cuanto a las hipótesis específicas, también se encontraron correlaciones positivas entre cada una de las dimensiones: “forma de estudio”, “resolución de tareas”, “forma de preparación de exámenes”, “forma de escuchar la clase” y “acompañamiento al estudio”, con respecto al “rendimiento académico”.