Introducción
Hoy en día, la evaluación se considera una variable esencial en los procesos pedagógicos y didácticos de la enseñanza y aprendizaje. Esta busca contribuir al desarrollo de la formación integral del estudiante. Esta concepción es contraria a la evaluación como medición y punición, puesto que la escuela desde el punto de vista del encargo social su función actual es formar dentro de un ambiente de alteridad. En este sentido, la evaluación como proceso continuo y valorativo de productos debe cumplir una función de alcanzar a formar al estudiante.
El nuevo Currículo Nacional (Perú. Ministerio de Educación, 2017), respecto a la evaluación se dispone de un enfoque formativo de la evaluación para los aprendizajes. Este documento funcional implica un carácter integral de reflexión para la valoración en todos los momentos del accionar del estudiante en sus procesos formativos en la escuela. Esto implica la valoración progresiva en base a las evidencias que debe brindar el estudiante en los procesos formativos de las diferentes actividades que se desarrolle de manera presencial, semipresencial o virtual. A partir del enfoque formativo de los aprendizajes se tiene como fin la valoración de las competencias trabajadas por el estudiante teniendo en cuenta los rasgos de estructurado, sistemático y retroalimentador.
Para Fraile, et al. (2013), la evaluación formativa orienta el estilo de aprendizaje y la adaptación a la necesidad de quien aprende; así como se integra a los procesos de la enseñanza-aprendizaje. Por cuanto los procesos de la evaluación formativa se presentan en la práctica pedagógica es una forma de valorar lo que evidencia el estudiante en sus aprendizajes.
La investigación teóricamente busca reconocer a partir de autores investigadores el desarrollo e importancia sobre la evaluación formativa en los procesos de enseñanza-aprendizaje donde los actores son los docentes y los estudiantes quienes cumplen roles particulares que se complementa de manera integral, sostenida, estratégica, continua y retroalimentadora en la gestión de la evaluación.
Socialmente se busca explicar la relación generada producto de la complementación en este proceso que debe servir para desarrollar aprendizajes, autoestima y reforzar lo aprendido. De tal forma que el estudiante esté contexto porque no sólo aprende durante los procesos de enseñanza-aprendizaje sino en la valoración de productos con la retroalimentación requerida para que el estudiante esté contexto con su formación.
Epistemológicamente se busca desarrollar un conocimiento a partir de investigaciones desarrolladas por autores sobre la evaluación formativa teniendo en cuenta que el sujeto que se forma es la persona. Ante esto se acota el conocimiento teórico en función de las valoraciones que emergen a partir de la relación de los actores en los procesos de aprendizaje y valoración productos de los estudiantes.
El estudio tiene como fin reconocer la importancia que tiene la evaluación formativa para la formación integral del estudiante. Cómo objetivos específicos: buscar fuentes que faciliten el estudio de la evaluación formativa en el marco de los roles que cumplen el docente y el estudiante en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Analizar los puntos de vista de la evaluación formativa a fin de encontrar constructos que esclarezcan la orientación de la misma.
Metodología
El presente artículo ha hecho uso de la metodología de la investigación bibliográfica, como característica común de los artículos de revisión, para el recojo de información se han trabajado técnicas de análisis documental, teniendo como principal recurso la gestión bibliográfica que nos permitió crear una base de datos que incorpora fundamentalmente artículos científicos en la modalidad de artículos originales como resultados de una investigación y artículos de revisión que están relacionados con las palabras clave tics, buenas prácticas y educación.
Los artículos analizados han sido seleccionados en base a criterios como revistas que sean actualizadas ubicadas en el área de Educación relacionados con los descriptores claves establecidos en el objetivo general del presente artículo y que han sido buscados en bases de revistas indexadas que exigen revisión por pares que nos da la garantía de un valor externo de la información considerada a analizar. En este caso se ha considerado la revisión de 12 artículos científicos de los cuales 8 son artículos originales de resultados y 4 artículos de revisión.
Desarrollo
Díaz & Santibañez (2018), en su estudio, usando el análisis documental y los grupos focales en la temática desarrolla temas relacionados con las concepciones sobre evaluación y práctica en los docentes. Los autores indican que la evaluación refleja el desarrollo de los aprendizajes de los estudiantes permitiendo el mejoramiento de las prácticas profesionales. Esta forma de trabajo tiene su base en la reflexión y las prácticas pedagógicas. Para ello utilizaron los instrumentos como son la lista de cotejo, rúbrica, la escala de apreciación.
Bizarro & Sucari (2019), realizan una investigación referido a la evaluación formativa en el marco del enfoque por competencias. La investigación tuvo por fin desarrolla una revisión bibliográfica sobre la problemática existe en la evaluación formativa en el nivel básico de estudio. La investigación fue cualitativa con una metodología de análisis documental El trabajo analiza la práctica pedagógica en función de las dificultades en los procesos de planificación, ejecución y evaluación de los aprendizajes inserto en el enfoque por competencias. Lo que implica una reflexión sobre las preguntas qué se entiende, cómo se desarrolla, qué se evalúa, para que evaluamos, cuando evaluar, cómo se evalúa, quienes evalúan y para qué se evalúa. En las conclusiones acotan que los elementos importantes de la evaluación formativa son la retroalimentación, las evidencias, la reflexión y la generación de autonomía.
Portocarrero (2017), en su trabajo de investigación sobre las estrategias de evaluación formativa. La investigación tuvo por fin implementar con estrategias las experiencias de aprendizaje de la evaluación formativa en los docentes con el fin de mejorar la práctica pedagógica de la institución educativa del nivel básico. La investigación corresponde al enfoque cualitativo en su tipo sociocrítica. La muestra fue de 20 estudiantes quienes participaron de manera activa en el proceso de la investigación. En las conclusiones sustenta que los elementos importantes de la evaluación formativa son a la autoevaluación, reflexión, retroalimentación coevaluación y diálogo de grupos. Asimismo, indica que este tipo de evaluación tiene beneficios para los actores que facilita la interrelación entre ambos generando climas propicios para el aprendizaje.
La evaluación formativa, en su historia fue acuñado por primera vez por Michael Scriven en 1967 quien planteó en contraste con la evaluación sumativa. A la sazón lo utilizó como forma de mejoramiento del currículo en el proceso ejecutivo y como mejora de la calidad de los aprendizajes. Más adelante Castillo & Bolívar (2002), refieren que la evaluación formativa desarrolla los desempeños de los estudiantes porque utiliza la retroalimentación como proceso formativo mejorando las limitaciones, dificultades o errores que hubiese en el proceso aportando actitudes que favorecen el proyecto vital de relación entre el estudiante y el maestro. De aquí que Ecclestone (2010), explicó que, en la evaluación para el aprendizaje, la tarea del alumno es cerrar la brecha entre el estado actual de comprensión y el objetivo de aprendizaje. El papel del profesor es comunicar los objetivos adecuados y promover la autoevaluación a medida que los alumnos trabajan para alcanzar los objetivos. La retroalimentación en el aula debe operar de maestro a alumnos y de alumnos a maestro.
Martínez (2012), plantea cuatro fases en la evaluación formativa: información sobre los procesos de enseñanza- aprendizaje, toma de decisiones instruccionales, mejora el desempeño y sirve de motivación al estudiante. De aquí que la evaluación formativa guía el proceso de los aprendizajes del estudiante y se incluye dentro del enfoque integral que tiene su base en la retroalimentación; esto es reconoce los logros y reorienta en base a la reflexión de los procesos a la mejora del desempeño.
Mense & Crain-Dorough (2017), sostienen que debe ser considerado formativa cuando la práctica pedagógica corresponde a una evaluación permanente que tiene una intencionalidad de aporte siempre a la mejora de los aprendizajes que contrasta con una evaluación clasificatoria o certificadora.
Quintana (2018), entiende la evaluación formativa como un proceso donde se brinda la oportunidad de retroalimentación teniendo en cuenta los productos como evidencias del desempeño. Añade que los rasgos son estructurados y sistemática promoviendo la reflexión en torno a las formas cómo aprende en estudiante y cómo es el proceso de enseñanza por parte del docente. Este tipo de evaluación favorece el clima de trabajo y relación entre docentes y estudiantes.
Para Popham (2013), sostiene que la regulación es un componente muy relevante en la evaluación formativa donde los docentes emplean las evidencias como productos para determinar la situación de desempeño del estudiante sobre el cual se reflexiona y se ajusta los procedimientos instructivos a los procesos de aprendizaje, así como las estrategias. En este proceso, Medrano, et al. (2015), plantean la funcionalidad de toda evidencia obtenida en la evaluación donde el maestro tiene que cumplir la tarea sobre las evidencias de interpretación y la toma de decisiones para los posteriores pasos de la instrucción para el mejoramiento de los nuevos productos. En este sentido López (2012), reconoce la postura humanizadora de la evaluación formativa que tiene procesos de verificación, valoración y toma de decisiones cuyo propósito consiste en la optimización de los procesos de aprendizaje desde una visión humanizadora y no sólo buscar la calificación. De aquí se puede concluir que la evaluación formativa se enfoca en el proceso de los aprendizajes que es una actividad estructurada y permanente que mejora el aprendizaje en base a la retroalimentación. Fomenta la autoevaluación dejando se sólo privativo del docente.
Popham (2013), plantea que la evaluación formativa tiene los rasgos de ser procesual, planificado, regulado, participativa y retro alimentadora. Planificado y continuo, toma en cuenta una serie de acciones para tener un diagnóstico preciso de la situación del estudiante. Integral, integra la totalidad de componentes, no sólo el trabajo cognitivo sino la capacidad creativa, crítica, analítica, reflexiva que son útiles para el futuro de la persona. Compartida, los roles del maestro estudiante se comparten y cada uno tiene sus responsabilidades, así por ejemplo la autoevaluación es una forma de que el estudiante valore su esfuerzo desarrollando su autoestima e independencia para el trabajo autónomo e independiente. Reguladora, el estudiante tiene la oportunidad de autorregularse en función de los aprendizajes mejorando aquellos que todavía no la ha alcanzado. Retroalimentadora brinda la oportunidad para que el estudiante mejore sus aprendizajes. Participativa, el estudiante tiene la oportunidad para participar en la auto y coevaluación como parte del proceso de aprendizaje.
Las funciones de la evaluación formativa según Brenes (1989), citado por Quintana (2018), son los siguientes: evalúa las dificultades del proceso de aprendizaje. Retroalimenta a los actores de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Reformula y reajusta las acciones del estudiante y docente. Contribuye al desarrollo de los objetivos teniendo en cuenta los aprendizajes. Motiva al alumno a la participación activa. Informa y orienta de los progresos en los procesos de aprendizaje.
Para Rosales (2014) presenta otras funciones como el enfoque en el currículo para un trabajo con éxito del estudiante. Incluye la observación y análisis de las tareas diarias como dibujos, exposición, solución de prácticas, entre otros; situación que permite mejores resultados y mejora de los procesos ajustando hacia los desempeños que se desean alcanzar. Aprecia los procesos y los resultados del estudiante facilitando la demanda social. Interpreta los resultados para la toma consciencia de las decisiones para el mejoramiento de la instrucción.
Respecto al proceso de la evaluación formativa Heritage (2010), se orienta al cumplimiento de las capacidades y desempeños que se desea lograr. Por ello determina un proceso siguiente. Planteamiento de objetivos y definición de criterios. Los objetivos son guías que orientan el proceso y los criterios de logro facilitan ir desarrollando el proceso. La obtención de evidencias de los aprendizajes debe facilitar el desarrollo de los aprendizajes. La interpretación de las evidencias se realiza en base a los criterios seleccionados por ello el estudiante tiene la oportunidad de realizar el avance y seguimiento de sus aprendizajes en base a los criterios propuestos. Reconocimiento de brechas (contraste de capacidades y logros obtenidos) para la reflexión y toma de decisiones para el mejoramiento de la instrucción y los aprendizajes. Las brechas permiten la retroalimentación y el posterior aborde y profundización. Este proceso de retroalimentar según Stobart (2010), debe tener las condiciones siguientes: motivación del aprendiz, la oportunidad del momento que se use y medios apropiados para el uso.
Para Heritage (2010), existen dos tipos de retroalimentación: la formativa para el proceso de enseñanza donde el docente brinda la oportunidad del manejo de herramientas para que el estudiante participe. La formativa para el aprendizaje optimiza los aprendizajes de los estudiantes desde los procesos participativos hasta la auto y coevaluación que ejecuta. En la evaluación formativa se puede generar un andamiaje para la instrucción de los aprendizajes.
El rol del docente según Serrano (2002), cumple los siguientes roles en la evaluación formativa: a) define, identifica y sistematiza competencias e indicadores de evaluación, instrumentos, criterios, tiempos, fases, valoraciones y calificaciones. b) Determina métodos y estrategias para que los estudiantes participen activamente en el desarrollo de los procesos de los aprendizajes, así como revisen de manera personal sus trabajos y mejoren partiendo de los errores que cometen plateando acciones y soluciones ante las dificultades y saber reflexionar sobre sus errores y aciertos. A partir de esto explica Anijovich & Gonzales (2011), que se tiene en cuenta que la evaluación no debe ser privativo del docente sino los roles deben ser compartidos. c) Promueve y valora el trabajo de equipos en el proceso de la evaluación desarrollando la auto, co y heteroevaluación,
Estos procesos evaluadores requieren de generar climas propicios y acogedores para que los estudiantes se sientan colaboradores de sus propios aprendizajes, consejeros y comentaristas de los logros y dificultades de los aprendizajes suyos y de los demás. d) registra, analiza y decide sobre los logros y dificultades de los estudiantes en función de la mejora de las dificultades de los estudiantes. Sostiene de modo frecuente entrevistas con los estudiantes para desarrollar diálogos de sensibilización, de trabajo y desarrollo de los aprendizajes para reforzar lo cognitivo y socioemocional con el fin de que el estudiante se sienta importante en el desarrollo de los aprendizajes. f) desarrollo reflexivo y analítico de la participación como facilitador y desarrollo de los aprendizajes. Parra (2014), explica que el docente fomenta cambios, motiva, generador de experiencias de aprendizaje, dinamizar cultural, promotor de alternativas de solución, planificador para la solución de problemas, organizador de situaciones de aprendizaje, Evalúa y decide periódicamente proyectos para el beneficio de los estudiantes, padres de familia y personal docente y administrativo, llevando a una autocrítica de modo constructivo.
El rol del estudiante según Quintana (2018), se desenvuelve de la siguiente manera en la evaluación formativa: reflexiona y asume su función de sus aprendizajes y evaluación de su participación y sus actitudes adoptadas frente a las tareas desarrolladas. Esto implica práctica y compromisos entorno a su aprendizaje. Analiza personalmente y luego en equipos sobre los procesos desarrollados compartiendo lo aprendido con compromiso y comunicación compartiendo sus experiencias de manera natural. Revisa, analiza y valora resultados de aprendizaje. Se considera la participación tiendo en cuenta la motivación, interés, actitud y técnica de aprendizaje.
Para Hamodi, et al. (2015), las estrategias que el docente utiliza para obtener información de las evidencias de los estudiantes. El docente practicará estrategias de análisis documental, producción textual, audio y videograbación. Por su parte, Medrano, et al. (2015), indican que se debe aplicar la heteroevaluación para recoger información de los desempeños del estudiante. Entre las estrategias determina que es la autoevaluación que es la valoración que realiza el educando de sí mismo bajo criterios de producción y evidencias. La coevaluación es una forma de evaluación entre pares de modo correlativa. La evaluación compartida o colaborativa donde el estudiante y docente está en diálogo sobre evaluación que se ejecuta. La evaluación conlleva una valoración y reflexión de la gestión de los actores del aula.
Entre las técnicas de evaluación tenemos la informal, semiformales y formales. Las informales corresponden a una corta duración adaptándose a los procesos de aprendizaje. Se realiza para no causar tensiones en el estudiante. Existen tipos como la observación y la exploración. La observación que se utiliza en las prácticas de forma ocasional e intencional en los procesos de enseñanza. Los instrumentos de la observación son lista, cotejo, registro anecdótico y diario de clase. La exploración se desarrolla a través de interrogantes que formula el docente en el proceso de la clase. Esta técnica se evidencia a través repeticiones, especificaciones, comentarios y reformulaciones.
Las estrategias semiformales tienen una elaboración más que las informales. Generalmente se da a través de respuestas extensas. Implica desarrollo y valoración de los estudiantes. Entre estos se encuentran los trabajos y ejercicios de los estudiantes que se realiza en clase. Tiene por fin desarrollar la comprensión y valoración por parte del docente en torno a las evidencias del accionar de las tareas del estudiante en el aula. También se encuentran los trabajos y tareas que los docentes encargan a sus estudiantes fuera de clase. Las tareas son las siguientes: ejercicios, visitas guiadas, trabajos de investigación, museos web, etc. A esto se agrega la evaluación de portafolios donde se incluyen dibujos, reflexiones, composiciones, cuestionarios de respuestas libres.
Las técnicas formales presentan mayor complejidad que se aplican en momentos necesarios que llevan un mayor control. Estas técnicas levan en su naturaleza una programación de periodos de tiempo. Entre estas se encuentran las pruebas que se aplican a los estudiantes que requieren confiabilidad y validez para que se pueda aplicar. Los mapas que son organizadores de información y se presentan como gráficos e imágenes. Presentan de manera jerarquizada y que gira sobre un tema. Las evaluaciones de desempeño que tiene significatividad en los aprendizajes de los estudiantes. Se valora la funcionalidad y la flexibilidad y sirve para valorar conceptos, procedimental y actitudinal.
Conclusiones
La revisión bibliográfica evidencia que la evaluación formativa en el marco de los roles que cumplen el docente y el estudiante en los procesos de enseñanza-aprendizaje son importantes para lograr una formación integral en los estudiantes.
Al realizar el análisis de los puntos de vista de la evaluación formativa podemos indicar que los elementos integrantes corresponden a un proceso reflexivo, sistemático, organizativo y retroalimentador que deben tener en cuenta los docentes en su función de guías de los procesos de enseñanza - aprendizaje.
Los roles que cumplen los docentes y los estudiantes tienen untos complementarios en los procesos de enseñanza y aprendizaje; donde por un lado se cumple con la planificación, organización, sistematicidad y desarrollar la retroalimentación adecuada.
La función de la evaluación formativa facilita el trabajo interactivo del docente con el estudiante brindando la oportunidad de mejorar los aprendizajes de los estudiantes y generar climas y relaciones adecuadas para entre los estudiantes y los docentes.
La función de retroalimentación es un proceso privativo a la evaluación formativa que facilita que la evaluación cumpla su función de mejoramiento a la formación de los estudiantes.