Introducción
La entrada en el siglo XXI y el desarrollo científico-técnico que le antecedió y le acompaña, exige de profundas reflexiones. El papel de las universidades en la formación académica y educación en valores de los futuros profesionales, así como su creciente responsabilidad con la investigación científica, exigen incorporar a sus contenidos, elementos axiológicos que les permitan cumplir a plenitud sus obligaciones y responsabilidades sociales.
Los valores representan un contenido esencial de los principios morales que caracterizan y distinguen a las personas en la sociedad; se interiorizan en forma de convicciones personales, e integran conocimientos, sentimientos y vivencias que mueven la voluntad y se manifiestan en la vida cotidiana, en los modos de actuación de las personas en la práctica social.
Relacionado con ello, estudiosos de la temática de los valores y su educación afirman, que la calidad de la formación profesional no solo depende de los conocimientos y habilidades que desarrolla el estudiante en el currículo universitario, sino de manera esencial, de los intereses y valores que regulan su actuación profesional (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 1998; González, 2020)
Reynosa, et al. (2019), al referirse a los principales retos socioculturales en América Latina, advierten acerca de la necesidad de atender y reforzar la problemática de la educación axiológica en todos los niveles educativos.
En correspondencia, el Programa Director para la educación en el sistema de valores de la Revolución Cubana, el Grupo Coordinador Nacional (Cuba. Ministerio de Educación, 2012), declara como valores fundamentales: patriotismo, antiimperialismo, dignidad, laboriosidad, responsabilidad, solidaridad, humanismo (sensibilidad), honestidad, honradez y justicia.
En este sentido es tarea fundamental dirigir la atención a los procesos y funciones sustantivas asignadas a la Universidad en la formación y desarrollo integral de los futuros profesionales, dada la necesidad de contar con jóvenes responsables y comprometidos con el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Díaz-Canel (2014), en uno de sus discursos en el orden educacional sostuvo: "tenemos que lograr que nuestros estudiantes se formen integralmente, que sean revolucionarios por convicción y por sentimientos, que sean decentes, que amen a los pueblos, a la humanidad, a la tierra y también al medio ambiente”.
Desde esta perspectiva, las universidades de ciencias médicas cubanas (García, et al., 2015; Salas & Salas, 2017); acorde al currículo de cada una de las carreras, trazan estrategias educativas para una educación integral responsable y efectiva, que coadyuva a la formación de la personalidad de profesionales humanistas, responsables, éticos, honestos, modestos, desinteresados, solidarios e internacionalistas, que se incorporen al Sistema Nacional de Salud, sean ejemplo de actuación y garanticen la atención y calidad de vida de la población, ya sea en Cuba o en cualquier parte del mundo.
Tal aspecto se torna muy significativo ante complejas situaciones de desastres y epidemiológicas como la provocada actualmente por el nuevo Coronavirus . (Cuba. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, 2019; Pérez, et al., 2020; Serra, 2020), la cual reclama de un comportamiento acorde a los valores fundamentales y representativos del profesional de la salud.
Un ejemplo de ello, se aprecia en el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, creado por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en septiembre de 2005, el cual ha estado presente con 28 brigadas en 22 países, donde más de 7 950 profesionales han enfrentado efectos de 16 inundaciones, ocho huracanes, ocho terremotos, así como cuatro epidemias; y ante la actual epidemia de la COVID-19, ha sido ejemplo de altruismo, humanismo y solidaridad desde Cuba hacia los pueblos del Mundo (Barnés, 2020).
En este mismo orden se destacan los valores del profesional cubano de la salud en la reciente misión realizada ante la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus en el hermano país del Perú, los cuales cumplieron con rigor y éxito labores en la primera línea de contención de la enfermedad en puestos de Salud, en el diagnóstico de casos, en el seguimiento clínico a los casos positivos, así como en pesquisaje en sitios en los que muchos pobladores no habían sido atendidos nunca por un médico (Antón, 2020).
Muy a tono con la temática merece destacar la intervención realizada por prestigiosos periodistas en la mesa redonda, del pasado 8 de febrero Mesa Redonda (2021), donde se resalta acerca del valor responsabilidad (en lo individual y lo colectivo), se acentúa acerca de la necesidad de la búsqueda de un equilibrio entre ambos, y se destaca cómo la responsabilidad individual entraña un compromiso social, que parte de la necesaria interacción con los grupos sociales. Tal aspecto merece consideración y autorreflexión por parte de todos los involucrados en la tarea de enfrentamiento a la COVID-19, especialmente los estudiantes de diversas carreras de la salud que están asumiendo acciones preventivas y promocionales como la identificación de los focos de propagación, la información y atención diferenciada a los grupos de riesgo y vulnerables, así como contribuir a lograr que la población se una al sistema de salud para participar en el combate de esta enfermedad, asunto que también reclama concientizar la prevención de riesgos personales.
Desde esta perspectiva, los escenarios formativos reales en el primer nivel de atención de salud, favorecen las condiciones para la educación integral de los estudiantes de las carreras de la salud, particularmente el fortalecimiento de valores, al permitirles interactuar con el individuo, la familia y la comunidad en el proceso salud- enfermedad, visto el hombre en su integridad biopsicosocial a través de su ciclo vital y en constante interacción con su medio natural y sociocultural, que sustenta la práctica como premisa y propósito de toda educación, por lo que es necesario comprender la necesidad de partir de la misma para regresar a ella con nuevas cualidades en el desarrollo personal.
A fin de favorecer una educación intencionada en la tarea asignada a estudiantes y profesores de las Facultades de Ciencias Médicas, en los propios escenarios formativos reales de la Atención Primaria de Salud (APS) al garantizar la pesquisa de enfrentamiento a la epidemia en los consultorios No.4 y No 21 pertenecientes al Policlínico Salvador Allende del municipio Boyeros; la autora al frente de un grupo de estudiantes de diverso perfil de carreras de la salud, realizó una tarea investigativa como parte de su Proyecto de Investigación relacionado con la temática de los valores y su educación, en la que los estudiantes, como actores fundamentales, pudieran autorreflexionar desde su participación real, acerca del sentido personal y profesional de un comportamiento acorde a los valores más representativos del profesional de la salud y desde ello, determinar cuáles merecían ser más fortalecidos para favorecer la eficiencia en el desempeño en situaciones similares.
Lo anteriormente expuesto evidencia una necesidad que genera un problema científico. ¿Qué valores requieren ser más fortalecidos en los estudiantes de las diferentes carreras de la salud desde sus vivencias en pesquisa de enfrentamiento a la COVID-19?
En correspondencia, el objetivo fue determinar los valores que requieren ser más fortalecidos en pesquisa de enfrentamiento a la COVID-19 por los estudiantes de las diferentes carreras de la salud.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio transversal descriptivo en los consultorios No 4 y No 21 de La Pastora, pertenecientes al Policlínico Salvador Allende, Municipio Boyeros, en los meses de enero-febrero -marzo 2021. Los sujetos de estudio lo conformaron un grupo de 15 estudiantes provenientes de diferentes perfiles de carreras de la salud (Medicina, Enfermería, Imagenología, Terapia Ocupacional) lo cual permitió, desde sus propias visiones y autorreflexiones, obtener valiosa información sobre la misma situación, en el mismo escenario real, y en el período descrito. Para el desarrollo del estudio fueron utilizados como métodos el histórico-lógico y el análisis y la síntesis de la información. El cuestionario fue el instrumento aplicado para la determinación de cuáles valores requerían ser más fortalecidos, así como su fundamentación, durante la participación real y desde sus vivencias, en la misión que se les asignó para enfrentar la COVID-19. (Anexo 1)
Resultados y discusión
En la tabla 1 se aprecia que la totalidad de los estudiantes desde la propia vivencia durante la participación real en la misión que se les asignó en la pesquisa activa, aseguran que los valores que requieren ser más fortalecidos en este orden son: la responsabilidad, la laboriosidad y el humanismo, resultado que, por tratarse de escenarios reales de desempeños y riesgos, adquiere valor especial, aún mayor que si se hubiera obtenido en situaciones supuestas o bajo otras condiciones.
La tabla 2 muestra los criterios que predominan en la mayoría de los estudiantes respecto al valor responsabilidad durante la participación en la tarea de enfrentamiento a la COVID-19. Se puede apreciar que los criterios que se consideraron con mayor repercusión son los que aparecen en la tabla identificados, en ese orden, con los números 1, 2, 6 y 7. Se destaca que el 100% de los estudiantes al ser conscientes del riesgo personal que implica la tarea en los escenarios reales desde sus propias vivencias, determinaron que el valor responsabilidad es el que debe fortalecerse con mayor prioridad que el resto, en la misión encomendada, lo asumen como parte de ella, y expresan su relación con la calidad de la misión encomendada.
No | Criterios | Frecuencia | % |
---|---|---|---|
1 | Cuando somos responsables somos conscientes del riesgo al contagio | 15 | 100 |
2 | Si carecemos de responsabilidad en este momento, no podremos controlar ni erradicar la enfermedad | 13 | 80 |
3 | La responsabilidad favorece la identificación rápida, el aislamiento, y el seguimiento de los contactos. | 9 | 60 |
4 | La responsabilidad se aprecia en los momentos que hay que tomar decisiones. | 8 | 53,3 |
5 | Con responsabilidad ayudamos a que la población se mantenga sana y cuidada al prevenir casos futuros. | 10 | 66,6 |
6 | La responsabilidad hay que educarla pues es la que favorece el cuidado hacia los demás y hacia nosotros. | 11 | 73,3 |
7 | La responsabilidad se valora en el cumplimiento de medidas de protección como la higiene, el uso del nasobuco y el contacto desprotegido con cualquier persona. | 12 | 86,6 |
Conclusiones
Los estudiantes de diverso perfil de carreras de la salud, determinaron desde la propia situación real de desempeño en pesquisa de enfrentamiento a la COVID_19, que los valores que requieren ser fortalecidos para desempeñarse satisfactoriamente en tales situaciones son: la responsabilidad, la laboriosidad y el humanismo, dándoles mayor prioridad dentro de ellos, a la responsabilidad, dada su relación con la calidad de la misión encomendada.