Introducción
La depresión en los adolescentes es un problema grave de salud mental que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades, se ha asociado con diferentes factores y aquellos de tipo familiar cobran cada vez mayor relevancia. En ese sentido, la presente revisión se enfoca en la incidencia y prevalencia de la depresión que ha ido en aumento entre los adolescentes y entre los factores que pueden desencadenar la depresión se encuentra la disfunción familiar.
Al respecto, siendo la familia la unidad encargada de la educación de los hijos, es a través de los padres que se aprende una serie de actitudes, valores, comportamientos para adaptarse a la sociedad y es el principal apoyo socioafectivo en los primeros años de vida; por lo que es muy importante determinar los factores de riesgo que pueden afectar la dinámica familiar y los problemas de salud mental Ramírez-Caján & Díaz-Gervasi, 2017). Los factores de protección son aquellas condiciones personales o ambientales que reducen la probabilidad de que un adolescente tenga problemas de uso de sustancias y consumo de alcohol. Con respecto a la familia, podemos encontrar factores de protección y factores de riesgo hacia el adolescente, la carencia de apoyo, la deserción escolar, el trato violento y la poca permanencia en el hogar que experimentan los jóvenes, conforman dichos factores, mientras que las relaciones familiares basadas en la cohesión, afectividad, comunicación se transforman en un factor de primer orden, y pueden menguar los efectos adversos que se ocasionan en el entorno social.
Asimismo, la depresión en los adolescentes puede provocar un deterioro social y educativo y es un factor de riesgo importante para el suicidio y el abuso de sustancias. Por lo tanto, predecir y prevenir este trastorno es extremadamente importante (Fiorilli, et al., 2019) ya que la depresión se caracteriza por la tristeza, sentimiento de culpa, apatía, problemas personales, autoestima baja, autoculpa, pensamiento suicida que se encuentran dentro del factor afectivo-cognitivo; así como la irritabilidad, incapacidad para trabajar, disturbios del sueño, disturbios del apetito y fatiga que constituye el factor somático.
Por tanto, a fin de contribuir a generar políticas públicas que se orienten a mejorar la atención en salud mental de los adolescentes, se debe prestar especial atención en las familias como una intervención temprana que involucre a los adolescentes y a sus familias para una mayor sostenibilidad, ya que es la base de la sociedad, surge la siguiente pregunta que forma parte del objetivo a revisar ¿Qué se conoce de la disfuncionalidad familiar y depresión en adolescentes en los últimos 5 años?
Por otro lado, el objetivo general de esta revisión sistemática es: conocer la relación de la disfuncionalidad familiar y depresión en adolescentes entre los años 2016-2020.
Materiales y métodos
Se realizó la búsqueda de artículos científicos en las bases de datos Scopus, Web of Science y Ebsco. Se tuvo en cuenta como rango de fechas desde el 2016 hasta el 2020. No se consideró artículos que no incluían las variables a analizar o artículos que no se encuentran indexados, ni aquellos artículos que no incluían el rango de esta etapa de la vida como es la adolescencia.
Los descriptores empleados para la búsqueda en idioma español fueron: depresión, desórdenes depresivos, funcionalidad familiar y adolescentes; mientras que, en inglés se utilizaron descriptores como: depression, depressive disorders, family functioning and adolescents.
Estos descriptores fueron combinados al momento de la exploración usando los operadores booleanos para así ampliar los criterios de búsqueda que permitan un mejor filtro y análisis. Se utilizó el diagrama de flujo de la declaración de PRISMA, teniendo un total de 157 artículos originales preseleccionados, ya en la realización de los procesos de exclusión tanto por títulos, resúmenes, metodologías y duplicidades se estableció una selección de 21 artículos.
Resultados y discusión
El procedimiento de análisis se aplicó a los 21 estudios. Dentro de la ubicación geográfica se puede apreciar que Colombia es el país en el cual se evidencia con la mayor cantidad de publicaciones con relación a la disfuncionalidad familiar y depresión del adolescente con un total de 6 publicaciones, luego se encuentra China con 4 publicaciones, seguido de México con 3 publicaciones y finalmente Asia, Perú, Albania, España, Noruega, Cuba, Puerto Rico y Ecuador con 1 publicación.
De las 21 investigaciones, el 42,85 % corresponden a la subcategoría cohesión, el 9,52% a la armonía, un 9,52% a la permeabilidad, el 28,57% a la afectividad, el 47,62% a la comunicación, el 23,8% a roles y el 28,57 % a la adaptabilidad. Se evidencian que las subcategorías se relacionan entre ellas y estas a su vez se relacionan con la categoría depresión. El 85,71% de los estudios incluidos tuvo un enfoque cuantitativo, el 9,52% es de enfoque cualitativo y también el 4,76% tuvo un enfoque mixto.
Se observa que cohesión, armonía, permeabilidad, afectividad, comunicación, roles y adaptabilidad son subcategorías fundamentales de la disfuncionalidad familiar.
Con respecto a la categoría depresión en adolescentes, se considera agrupar en la subcategoría factor afectivo cognitivo (tristeza, sentimiento de culpa, apatía, problemas personales, autoestima baja, autoculpa, pensamiento suicida) y factor somático (irritabilidad, incapacidad para trabajar, disturbios del sueño, disturbios del apetito, fatiga); de las 21 investigaciones encontradas, el 85,71 % corresponde a la subcategoría factor afectivo cognitivo y el 14,28% a la subcategoría factor somático. Estas subcategorías ayudarán a analizar de manera coherente el propósito y objetivo de la investigación entorno a conocer la relación de la disfuncionalidad familiar y depresión en adolescentes entre los años 2016-2020, el cual se discute a continuación.
Esta revisión sistemática recogió 21 estudios sobre las categorías de la disfuncionalidad familiar y la depresión en los adolescentes, que nos permite hacer la discusión de esta investigación.
En relación con la comunicación y la depresión en los adolescentes se encontró que es fundamental una convivencia familiar saludable en un ambiente de aprobación, tolerancia, con límites que beneficien la convivencia y el intercambio entre los miembros(Ruiz Cárdenas, et al., 2020). Sin embargo la diferencia de percepción de los adolescentes con trastorno depresivo y sus padres, podría utilizarse para encontrar el punto de ruptura de los problemas familiares desde el ángulo de la relación familiar (Chen, et al., 2017). También las familias en sus particularidades son la base para la promoción de relaciones intrafamiliares (Agudelo & Estrada, 2016). De esta manera los autores han coincidido en que una buena comunicación entre padres e hijos permite mantener un clima de armonía y fomenta en el adolescente la confianza, sintiéndose fortalecido ante la inseguridad que sufre, producto de los cambios propios de su edad; esta comunicación debe ser abierta, fluida, empática y fundamentada en el diálogo.
Con respecto a la cohesión y la depresión en los adolescentes se encontró que la cohesión familiar es un factor protector para la buena salud mental y la no propensión a trastornos mentales (Buitrago, et al., 2017). Es necesario las intervenciones destinadas a fomentar la autoconfianza y la cohesión familiar ya que podrían ser eficaces para prevenir los síntomas depresivos en los adolescentes, independientemente de su exposición a eventos negativos (Askeland, et al., 2020). Investigaciones han demostrado la importancia de analizar la cohesión familiar (el vínculo emocional entre los miembros de la familia) como una subcategoría que incide en la salud mental del individuo, por lo que es necesario considerar un entorno familiar satisfactorio y tratarlo como un factor protector, de lo contrario debido a las necesidades de desarrollo de los jóvenes, esto puede considerarse un factor de riesgo, ya que el entorno familiar en ocasiones puede ser la causa de diversos problemas.
Acerca de la afectividad y la depresión en los adolescentes se halló que es fundamental involucrar a los padres en los procesos de formación que se brindan en diferentes contextos y que contribuyen en la prevención del suicidio (Bahamón, et al., 2018). En cuanto al funcionamiento familiar la conducta agresiva de los niños predice sintomatología depresiva, empeora la comunicación tanto con el padre como con la madre, así como el sentimiento de unión afectiva entre los miembros de la familia (Estévez, et al., 2018). Además, la organización familiar en los niños y la expresión emocional de la familia en las niñas se asocian con un menor riesgo de ideación suicida (Cong, et al., 2019).
En la actualidad, interactuar y mostrar afecto con la familia se ha vuelto complicado, ya que las familias suelen estar llenas de diferentes actividades y no tiene tiempo para ese tipo de muestras de interés. De hecho, con todos los avances tecnológicos y el mal uso de los medios de comunicación se ha perdido esa unión en familia, es más fácil ver a una familia en donde cada quien se ensimisma con su celular, se aísla con el internet o la televisión, que ver a una familia que comparte momentos de calidad y afecto. Es importante señalar que incluso en presencia de conflictos y dificultades, el ambiente familiar debe ser de preocupación y cuidado por cada uno de los integrantes de la familia.
En cuanto a la adaptación y la depresión en los adolescentes se encontró que se debe implementar estrategias de intervención desde edades tempranas, con la finalidad de prevenir la aparición de sintomatología depresiva, a través de la estimulación de la regulación emocional y que, también, impliquen la intervención de docentes y padres (Renzo, et al., 2018). Sin embargo, la familia como refugio más seguro para niños/adolescentes pierde su sentido cuando se vive el divorcio de los padres, el conflicto entre padres tiene efectos directos e indirectos sobre la adaptación a largo plazo de los niños (Tallushi, et al., 2017). Se concluye que el funcionamiento familiar brinda confianza en las decisiones tomadas por los adolescentes, mejorando su capacidad de excluir situaciones de riesgo social disminuyendo así la vulnerabilidad al consumo de drogas (Mateo-Crisóstomo, et al., 2018). De acuerdo a lo anterior, el significado de la familia como un grupo dinámico y flexible en constante cambio significa que, debido a la influencia del entorno externo y los cambios dentro de la familia, se ha desarrollado la capacidad de adaptación a diversas situaciones, es decir la habilidad de la familia para negociar, manejar la disciplina, cambiar roles, normas y estructura de poder en respuesta a las exigencias que se les plantea.
En referencia al rol y la depresión en los adolescentes se encontró que es importante la construcción de estrategias preventivas orientadas al ambiente familiar, con el fin de mejorar el manejo de diferentes dinámicas familiares (Klimenko, et al., 2018). También el maltrato físico y psicológico dentro del ambiente intrafamiliar disfuncional influye en el comportamiento de los adolescentes (Almache, et al., 2018). Al mismo tiempo se propone una solución multidimensional, que involucra la participación de escuelas, compañeros y padres para disminuir la tasa de suicidio, proporcionando a los adolescentes las herramientas necesarias para promover la resiliencia incluso frente a factores estresantes (Kwak & Ickovics 2019).
Los estudios han demostrado que la salud mental de los hijos está estrechamente relacionada con la salud mental de sus padres, aunque no determinada. Hoy en día se invierte mucha energía, tiempo y dinero en la prevención de las enfermedades mentales de los hijos. Sin embargo, la salud mental, el bienestar de los padres y la armonía de la dinámica familiar a menudo se pasan por alto siendo elementos base de la educación y la formación de los hijos. Padres con salud mental tienen mayor probabilidad y recursos para fomentar un entorno adaptativo y protector que les permita educar hijos que sean capaces de desarrollarse plenamente.
Relacionado con la armonía y la depresión en los adolescentes se encontró que es importante el entorno familiar y el entorno escolar en el desarrollo social y emocional en la adolescencia (Moscoso, et al., 2016). Por otra parte se debe prestar mucha atención a la relación entre las relaciones familiares y los acontecimientos vitales negativos y al desarrollo de intervenciones preventivas basadas en la familia relacionadas con los síntomas depresivos de los adolescentes (Ren, et al., 2019). De igual manera, la armonía familiar es el entendimiento entre los miembros de la familia, que se manifiesta en una mentalidad armoniosa, diálogo y dedicación, que basados en valores y principios de vida, pueden vivir en armonía y promover el sano crecimiento de sus miembros.
Con respecto a la permeabilidad y la depresión en los adolescentes se examinó un modelo de mediación múltiple, en el que la soledad y la autoestima median las relaciones entre la disfunción familiar y la ansiedad y depresión de los adolescentes para prevenirlo o reducirlo (Wang, et al., 2020). Es relevante también el trabajo con la familia en la prevención y atención a escolares con intentos suicida, ya que esto nos muestra aspectos importantes dentro de su funcionamiento, que es imprescindible considerar en beneficio del bienestar de los escolares y su grupo de convivencia (González, et al., 2017). En efecto la permeabilidad se manifiesta en la posibilidad de solicitar y permitir la ayuda desde fuera de la familia es decir el apoyo social los amigos, compañeros, otras familias, y otras instituciones sociales.
Conclusiones
En relación con los objetivos de investigación, según los estudios empíricos analizados, la relación del funcionamiento familiar en la depresión adolescente, lleva consigo el estudio de subcategorías como la cohesión, afectividad, comunicación, armonía, permeabilidad, roles y adaptación; señalando estas como las más relevantes para exponer este suceso, se determinó que la comunicación representa el aspecto más estudiado, seguido por la cohesión, la afectividad, la adaptabilidad y otras subcategorías; por lo expuesto, se reconoce su conexión ya que la presencia de una en el entorno familiar puede predisponer la aparición de la otra.
Algunos indicadores de disfuncionalidad familiar son; carencia de límites, inadecuada asignación de roles, reglas poco flexibles, dificultad para adaptarse a los cambios, irrespeto emocional, incapacidad de expresar sentimientos y la falta de estrategia para resolver conflictos. En tal sentido, la disfuncionalidad familiar está relacionada con la depresión en adolescentes, ya que la familia es fundamental para un desarrollo psicológico y emocional apropiado, al no cumplir su función, los adolescentes se verán afectados, no solo por los cambios propios de la edad, sino también por el entorno problemático de la familia.