Introducción
La región de Huancavelica se encuentra entre 1903 y 5303 msnm. Es una población alto andina que mantiene tradiciones ancestrales muy arraigadas; según Andrade (2019), el 64,29% de la población tiene como lengua materna el quechua; no obstante, en la actualidad los medios de comunicación, el comercio, el avance tecnológico y la migración dinamizan la vida de los pobladores, alterando las costumbres como la forma de vestir, profesar la religión y el modo de contraer matrimonio.
Según Castilla (2016), la historia de la sociedad describe que los matrimonios concertados fueron frecuentes en Europa, entre los siglos XVII y XVIII en las clases sociales altas, pero poco a poco esta tradición se fue extinguiendo.
Según Abundis & Orteja (2010), en China, los padres se encargaban de concertar los casorios de sus hijos. Para ello el novio entregaba dinero o regalos muy costosos a los padres de la mujer. En caso de que no quedara satisfecho con la belleza de la novia durante la presentación o primer encuentro, podía desistir del matrimonio y devolverla a sus padres. Sin embargo, lo que había dado de dote por ella, ya no lo recuperaba; pero estaba obligado a pagar el valor de los regalos que hubiera recibido por motivo del matrimonio.
Por otro lado, en los Mazahuas (México), en el matrimonio se involucran los parientes de la pareja y los padrinos de bautizo del muchacho. Una vez celebrada la boda, la mujer pasa a residir a la casa de su marido, se incorpora a las labores del hogar y las tareas que requieran de su habilidades y conocimientos (Oehmichen, 2002). En la comunidad de Nizag-Ecuador, a diferencia de otras comunidades del Cantón Alausí, aún conservan el matrimonio tradicional con algunos cambios dentro de los procedimientos rituales (Duta, 2017).
Los matrimonios concertados se formalizan a través de un acuerdo entre los padres del novio y la novia (Cosculluela, 2014). Este tipo de matrimonio se caracteriza por que los padres de los novios toman la iniciativa a la hora de buscar consorte para sus descendientes, ya que consideran que es una decisión de gran trascendencia para la familia y especulan que los hijos o hijas elegirán de manera equivocada a la pareja (Beltrán, 2016). Muchas veces la razón principal de este tipo de matrimonio es mantener el estatus social y económico (Gómez, 2007). En el Perú se tiene referencia del caso de Sara Vargas, una mujer muy bien posicionada en el siglo XVII, preocupada por el futuro de sus hijos, optó para los varones una formación superior y para las hijas se esforzó por concertar los mejores matrimonios con hijos de personalidades notables de la ciudad, las cuantiosas dotes que recibieron cuentan por sí solas la importancia de mantener su nivel económico y de la imagen que ella buscaba (Hernández, 2008).
El proceso del matrimonio concertado se desarrolla de forma muy discreta, sobre todo en el entorno de la novia. La razón principal del secretismo se debe al temor que la muchacha huya con otro pretendiente, deshonrando a la familia (Castilla, 2016), pues las mujeres que se casan en contra de las decisiones de sus familiares traen consigo vergüenza y son mal vistas por la comunidad (Khurshid, 2020). El ritual del matrimonio, es una práctica cambiante que depende de la estructura económica local, regional y nacional, que ha sido influenciado por el cambio económico, social, político y cultural (Fernández, 2018). Por su parte, Torres (2015), considera que el matrimonio concertado es una manifestación de prácticas basadas en las normas tradicionales, que se realizan mediante un acuerdo entre el pretendiente acompañado de su familia y los padres o familiares de la novia.
Los pueblos andinos del Perú consideran que el matrimonio constituye una riqueza cultural valiosa, que conserva los saberes ancestrales prehispánicos. Estos, hoy en día, en algunas comunidades, contribuyen al turismo vivencial (Duta, 2017). De acuerdo a la descripción de Sueyo & Sueyo (2017), en los pueblos originarios amazónicos del Perú, en el proceso del matrimonio concertado, los padres decidían conceder a sus hijas al joven que demostraba habilidades de buen cazador, competente en preparar la chacra, dialogante con sus interlocutores y generoso. Era esencial que los jóvenes cumplan con los protocolos de su costumbre, y el que no tenía esas cualidades podía quedar soltero de por vida; para que eso no suceda, los padres estaban en la obligación de enseñar y entrenar a sus hijos varones; además, cuidaban de las muchachas que no eran de su gracia. Por costumbre los varones debían de ser castos hasta el matrimonio, de lo contrario se creía que podían morir. En las épocas de abundancia de forrajes por las lluvias, llamado “tiempo de gordura de los animales”, los jóvenes aprovechaban para cazar, coger cargas de leña, ayudar en la apertura de nuevas chacras y siembra, como una forma de donación (dote amazónico) a los suegros; estas acciones duraban dos a tres años.
Del mismo modo, Varese (2019), menciona que en la comunidad de los ashánincas el matrimonio concertado tenía dos vertientes: La monogámica donde el joven pretendiente pasa por un conjunto de pruebas donde tiene que demostrar su destreza durante la caza, pesca, siembra, cosecha de sus productos y las prácticas de las danzas costumbristas; pero, eso no era todo, el nuevo yerno o esposo de la hija debía ir a vivir al hogar de la familia de la novia y ayudar en todos los quehaceres durante un año y medio como período de prueba. En la vertiente poligámica el varón se une con varias mujeres, que serán sus esposas formales, pudiendo ser hermana o no; tenían que vivir en armonía; esta forma de matrimonio representa una ventaja para la familia, ya que genera mayores recursos para sustentar el hogar. Asimismo, el varón tenía que estar a la altura de sostener la familia numerosa. Actualmente, este tipo de ritual se está perdiendo entre los descendientes ashánincas, ya que los jóvenes prefieren convivir antes de casarse, o dedicarse a sus estudios técnicos o profesionales, tratando de adaptarse a la modernidad y la globalización.
En ese contexto, los jóvenes varones seleccionan a la novia o pareja, tomando en cuenta la habilidad y personalidad de las jóvenes. Una mujer para tener esposo tenía que saber las actividades básicas del hogar (cocinar, tejer, lavar y criar ganados); en cuanto al varón, debe tener competencias para trabajar la chacra, construir su vivienda y apoyar de manera incondicional a su pareja y familia. Este tipo de matrimonio, en esta región del Perú, tuvo su plenitud antes de la Reforma Agraria de 1970, que luego declinó a finales del milenio llegando a su ocaso en la segunda década del presente siglo debido a que se van estableciendo nuevas formas de enamorar y esposar a la pareja. Sin embargo; Gómez (2007), sostiene que los matrimonios concertados hoy en día todavía son fenómenos frecuentes en algunas comunidades y pueblos de Asia, Medio Oriente, África, América latina, Sudeste asiático, Gitanas, en algunas regiones de Asia Oriental y en algunos países desarrollados dentro de algunas familias reales. Estos matrimonios se encuentran vinculados con la edad, religión, clase social, proximidad geográfica, etnias y nivel educativo.
Por su parte Gavilán (2020), menciona que en los Aymaras (Chile) aún no se eliminan los principios de la pareja conyugal basadas en el dominio de lo masculino, al cual contribuye Brault & Schensul (2018), al abordar que las mujeres casadas en la India sufren riesgos físicos y verbales por parte de su esposo, además forman parte de la violencia de género. Estos casos también son muy frecuentes en Shuar (Perú) donde la mujer es una pobre esclava que no conoce descanso; en cambio el varón está representado como el señor despótico que realiza mínimas actividades en el hogar.
En las últimas décadas se ha observado la disminución de los matrimonios concertados en Huancavelica, Perú, lo mismo sucede en los países asiáticos puesto que recientemente la forma más común de casarse es por fuga (Allendorf, 2013). También, Pande (2016), menciona que los matrimonios por concierto entre indios y británicos hoy en día son mucho más flexibles. Sin embargo, Sabbe, et al. (2019), afirman que los matrimonios concertados en Marruecos son muy comunes y muchas personas que se casan por este tipo de matrimonio son muy felices. Con una posición adversa, indica Barcons (2018), que los matrimonios concertados son una forma de promover la violencia de género, que conlleva a la vulneración de derechos fundamentales de la persona como la libre determinación, el consentimiento libre del matrimonio, la integridad física y moral.
En el inicio del presente milenio se está perdiendo muchas costumbres peculiares que están quedando sin registrar en los diferentes grupos culturales en la región, debido a la aculturación por influencia de los medios de comunicación, migraciones, la interacción con urbes regionales y nacionales, por lo que se formuló como objetivo de investigación describir los procedimientos rituales del matrimonio concertado en la región de Huancavelica.
Materiales y métodos
La investigación es de enfoque cualitativo y se hizo uso del método fenomenológico sobre un segmento de la vida de un grupo de ciudadanos que contrajeron matrimonio concertado considerado en la actualidad en ocaso. La población de estudio es infinita, porque no se tiene un registro gubernamental de los matrimonios por esa modalidad en la región de Huancavelica. Se optó por el muestreo no probabilístico bola de nieve, que ayudó a identificar personas que contrajeron matrimonio por concierto, y estos sugirieron a otros que se casaron por la misma modalidad (hombres y mujeres) entre 56 y 74 años, como se muestra en tabla 1. La técnica utilizada fue la entrevista individual y el instrumento el cuestionario de entrevista semiestructurado a profundidad constituido de 12 ítems que se elaboró a partir del objetivo. es necesario precisar que no se encontró para el estudio una muestra menor a 56 años de edad.
El cuestionario de entrevista (Tabla 1) fue validado por tres jueces expertos en el tema, que luego fue aplicado a la muestra en sus hogares, previa planificación y comunicación de los objetivos. Los criterios de inclusión para la muestra fueron las parejas que contrajeron matrimonio por concierto y que aceptaron voluntariamente participar en la investigación. Las entrevistas fueron grabadas previa autorización para facilitar la transcripción a Word de los testimonios, luego se pasó a una lectura crítica para la categorización, codificación e interpretación.
Resultados y discusión
De la entrevista administrada en la región de Huancavelica, el matrimonio concertado se inicia con la pretención del joven a la muchacha deseada. Los factores para la elección y aceptación del novio son: práctica de valores, destrezas y habilidades, quedando en segundo plano la belleza física. El procedimiento ritual se inicia con el envío de una carta mediante un mensajero con experiencia, a los padres de la muchacha. En ella da conocer la pretensión del hijo, de casarse con la hija del receptor. Si la carta no tiene respuesta en ocho días, entonces la petición ha sido aceptada; si la carta es devuelta dentro de los ocho días, la petición ha sido denegada. Las familias de las novias tenían la creencia de no rechazar al primer pretendiente, porque se consideraba de mal augurio para la hija; esto explica que en caso no se acepté al primer pretendiente podría quedar soltera o casarse más adelante con un viudo.
Por costumbre, las visitas a la casa de la novia se realizan tres veces. En la primera visita se reúnen los padres de ambos jóvenes de manera muy reservada para tomar acuerdos apropiados sobre el futuro de sus hijos; la discreción es con la finalidad de que la muchacha no se entere de los acuerdos que se está tomando, debido a que al enterarse podía huir de casa deshonrando a la familia. Muchas veces la muchacha se oponía con quejas y llantos en aceptar los acuerdos de su familia, pero era obligada y amenazada, para acatar los acuerdos. En la segunda visita, se reúnen casi todos los familiares de ambos jóvenes para la presentación del novio ante la familia de la novia, del mismo modo en esta visita el joven recibe tres fuertes azotes para que nunca le falte respeto a la novia ni a sus suegros. Antes de finalizar la reunión se toman acuerdos para la búsqueda de los padrinos de bodas, lo cual debía realizarse con toda la rigurosidad de la costumbre.
La tercera visita se realiza en la casa de la novia con la participación de los familiares de ambos novios y los padrinos de boda. Mientras ambas familias van dialogando y conociéndose, la madrina como representante de la madre, va a despertar a la novia que está dormida en su habitación. Este rito se realiza en tres etapas. En la primera etapa, la madrina enciende la vela para despertarla; en la segunda le lleva ropa nueva para que se cambie y en la última etapa, comunica a la muchacha la decisión que los padres tomaron para el matrimonio con el pretendiente, después la acompaña al ambiente donde están reunidas ambas familias, seguidamente el novio se arrodilla y pide permiso a los familiares de la muchacha para casarse con ella. Una vez aceptado, los familiares de los novios se encargan de expresar recomendaciones y augurios a los futuros esposos, para una convivencia armónica. La novia puede manifestar tranquilidad y satisfacción o miedo y temor, en la mayoría de los casos, tristeza y llanto incesante. En esta reunión como en las anteriores, hay abundantes potajes de comida, licor, hoja de coca, cigarro, música y cantos alusivos a la ocasión.
En la ceremonia central, el matrimonio religioso inicia en la parroquia del distrito, al cual pertenece el novio. Durante el acto religioso, el sacerdote solicita a los novios orar el “credo” en voz alta; de no saber el credo, el matrimonio podría suspenderse. En algunas provincias de la región, el novio entrega las arras de matrimonio a la novia, en presencia del padrino o durante la boda religiosa, que son 13 o más de monedas de nueve décimos, heredadas de sus padres o conseguidas por la familia del novio u otros bienes, para entregar a la novia en símbolo de patrimonio de la nueva familia, para cualquier ocasión; la familia de la novia también puede entregar las arras de boda a pesar de no ser una exigencia.
Al culminar con la misa religiosa del matrimonio, los familiares e invitados esperan en el atrio de la parroquia con pétalos de flores blancas y abundante arroz que son lanzados sobre los recién casados como símbolo de felicidad y abundancia, a continuación, se pasa a celebrar el matrimonio civil en las instalaciones de la Municipalidad, conducido por el alcalde. El matrimonio religioso y civil concluye con un pasacalle desde la iglesia hasta la casa de celebración que puede ser distancias muy lejanos de horas de caminata, escoltados por killis. Los killis son estandartes artesanales armados sobre una cruz de varas, su función es invocar la buena fortuna para los recién casados; el killi, es construido con mantas y adornado por juguetes de plástico, muñecos, carritos y flores, elaborados por familiares, amigos y vecinos de los novios a manera de reciprocidad, el número de killis dependerá del número de amigos y familiares del novio, tal como se muestra en la figura 1. Una vez que llegan a la casa se da inicio a la fiesta en honor a la conformación de una nueva familia. En fiesta se hace entrega de algunos regalos de acuerdo a la posibilidad económica de los asistentes y familiares.
La fiesta concluye con el puñuchiy (hacer dormir), que consiste en el acompañamiento de los padrinos a los recién casados hasta la alcoba preparada, mientras los concurrentes cantan al compás del arpa, violín y bandurria, temas satíricos alusivos al primer encuentro íntimo de los flamantes esposos.
En este caso, el ritual del matrimonio se realiza con mucho rigor por la trascendencia del acontecimiento y las creencias de los parientes de la mujer. En caso de no cumplirse meticulosamente los procedimientos, la familia de la mujer podría rechazar la boda por incumplir a la costumbre. Otro hecho importante que toman en cuenta los familiares del novio, es que, todos los acompañantes a la ceremonia deben regresar a su casa, de lo contrario se consideraba un mal vaticinio para los recién casados.
Durante las entrevistas, se identificó que todas las parejas que se casaron por concierto en la región, aún seguían juntas y no se encontró información de divorcios o separaciones, porque manifestaron que el matrimonio es hasta el final de las vidas “primero me caso, luego llega el amor”; asimismo, el amor no solo es al aspecto físico, sino a las virtudes de la pareja. Respecto a ello, Cosculluela (2014), sostiene que el divorcio es poco común en matrimonios concertados, porque cuando existen problemas en la pareja, se recurre a la familia y se busca limar los problemas con el fin de mejorar la relación del matrimonio. Es necesario precisar que en algunos matrimonios por concierto también hay violencia en sus diferentes dimensiones a la mujer y el hogar, pero cuando esto sucedía se recurría a los padrinos o a la familia, así evitaban acudir a las autoridades locales.
Los resultados obtenidos son similares al estudio de Sueyo & Sueyo (2017), quienes indicaron que en los pueblos originarios amazónicos del Perú, el matrimonio concertado consiste en que los padres deciden entregar a sus hijas al joven que demuestra habilidades de buen cazador, agricultor, que es buena persona, dialogante con sus interlocutores y comprensivo con los demás. Esto coincide con el matrimonio en la región de Huancavelica, en donde también se toma en cuenta la personalidad y la habilidad del joven en el trabajo (agricultura y ganadería); diferenciándose en Huancavelica por la mayor influencia de la religión católica (matrimonio religioso) y las normas nacionales (matrimonio civil), las cuales no se observan en los pueblos originarios amazónicos del Perú. Del mismo modo, Varese (2019), da a conocer que en la comunidad de los ashánincas, para llevar a cabo un matrimonio concertado, el joven pretendiente pasaba por un conjunto de pruebas donde demostraba su destreza en la caza, pesca, siembra, cosecha, navegación con la lancha y las habilidades en las danzas costumbristas. Lo mismo sucede con las personas del ámbito de estudio que pasan por un conjunto de valoraciones antes de su aceptación.
Por otra parte, Abundis & Orteja (2010), mencionaron que en China, los padres se encargan de concertar los compromisos. Para ello, el novio entrega dotes materiales, dinero o regalos muy costosos a los padres de la novia. Si al ver por primera vez a la novia, no quedaba satisfecho con su belleza, entonces, podía devolverla a sus padres, pero lo que había entregado como dote ya no lo recuperaba. Asimismo, estaba prohibido casarse entre personas de distinta clase social o perteneciente a la familia. Entonces, tanto en China como en Huancavelica, existieron matrimonios concertados; sin embargo, existen diferencias sustanciales en los procedimientos rituales: mientras que en China valoran las dotes tangibles y la belleza física, en la región de Huancavelica, las familias valoran lo intangible tal como las habilidades y la personalidad del novio. Esta notable diferencia se percibe en la delimitación de estudio porque la investigación se realizó en clases populares o bajas y las referencias describen los matrimonios concertados en culturas occidentales y orientales de clase alta.
El matrimonio concertado en la región de Huancavelica tiene cuatro procedimientos rituales muy peculiares y establecidos: a) envío de correspondencia a los padres de la novia, b) tres visitas por la familia del pretendiente a la casa de la novia c) matrimonio religioso - civil, y d) celebración. Según el estudio de Duta (2017), la comunidad de Nizag-Ecuador, a diferencia de muchas comunidades del Cantón Alausí, aún conservan el matrimonio tradicional con algunos cambios dentro del proceso. Del mismo modo ocurre en Huancavelica, ya que en la actualidad aún se practica el matrimonio concertado, pero con menor frecuencia, debido a que los jóvenes están experimentando nuevas formas de enamoramiento por influencia de los medios de comunicación y las migraciones. Por lo mismo, las diferencias en los procedimientos rituales de los matrimonios concertados, como los factores de multiculturalidad, migraciones, clases sociales, globalización e influencia de los medios de comunicación. Al respecto, Fernández (2018), explica que el ritual del matrimonio, es una práctica cambiante que depende de la estructura económica local, regional y nacional, influenciada por el cambio económico, social, político y cultural.
Conclusiones
Se concluye que los procedimientos del ritual del matrimonio concertado en la región de Huancavelica, Perú, es atípico se practican sin dote de bienes materiales, solo tomando en cuenta las cualidades de la novia y el novio, con influencia de la religión católica y las normas de derechos civiles nacionales, como resultado del sincretismo cultural y religioso andino-hispánico que perdura hasta la actualidad.