Introducción
La infancia es una etapa de alta relevancia ya que esta se caracteriza por tener dos fenómenos los cuales son: el crecimiento y el desarrollo, ahora bien, para que dichos fenómenos se generen de forma habitual y correcta es indispensable una buena alimentación, cuando no se cumplen estos fenómenos se desequilibra y se altera la nutrición, como consecuencia se ve afectada dando paso a la interrupción del crecimiento y el correcto desarrollo de los infantes la cual conlleva a una desnutrición infantil a causa de esto los niños son los más vulnerables ante las enfermedades y la muerte (Andrellucchi, 2006)
En el orbe y especialmente en los países en vía de progreso, los parásitos intestinales y la desnutrición producen gran morbilidad, principalmente entre la urbe infantil. La agrupación entre desnutrición y los diferentes parásitos intestinales, así como los dispositivos de dicha agrupación han sido dificultosos de delinear. Con pedestal a ilustraciones ejecutadas por la Organización Mundial de la Salud, se estiman que 2000 millones de individuos están en riesgo de enfermar, 300 millones poseen morbilidad inexorable coligada y 155000 sucumben cada año en todo el mundo por exhibir enfermedades causadas por parásitos intestinales; y de ellos en Latinoamérica entre el 20% al 30% de las almas se localizan afectadas con parasitosis, aumentando en un 50% a 95% en las localidades agrarias, por las circunstancias de vida que envuelven la falta de servicios básicos, escasas instrucciones de la localidad sobre la salud, falta de ambientes sanitarios, entre las principales que encontramos (de León, 2019)
Los inconvenientes de la parasitosis intestinal como Chilomastix Mesnili y la desnutrición, son apreciados como la primordial causa en el desperfecto del desconocimiento y la defección académica, en cuanto a la desnutrición causada por el Chilomastix Mesnili ya que estos cuadros se encuentran apretadamente emparentados tanto en sus causas, como en los instrumentos que causa su representación en el organismo digestivo. La parasitosis perturba de carácter directo al estado nutricional del niño, pues se acrecienta la perdida de hierro y vitamina A; asimismo, la perdida de nutrientes que ingiere el menor que infiere en el aumento de los niveles de anorexia (Agudelo, 2008). En Ecuador los varios síntomas y manifestaciones de la parasitosis constituyen las diez primeras causas de consulta pediátrica. Durante la infancia es frecuente la anemia en niños parasitados que a largo plazo se convierte en alteraciones del desarrollo ponderal, psicomotriz e intelectual.
La relación entre la parasitosis intestinal, específicamente causada por Chilomastix mesnili, y la desnutrición es una preocupación importante en la salud infantil. Estos dos problemas de salud están estrechamente relacionados tanto en sus causas como en los efectos que tienen en el organismo digestivo. A continuación, valoraré algunos aspectos relevantes de esta relación:
Causas compartidas: Tanto la parasitosis intestinal como la desnutrición pueden estar relacionadas con condiciones socioeconómicas desfavorables, falta de acceso a servicios básicos de salud y saneamiento, así como prácticas de higiene inadecuadas. Estos factores contribuyen a la propagación de los parásitos intestinales y a una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales, lo que puede resultar en desnutrición.
Impacto en el desarrollo académico: La parasitosis intestinal y la desnutrición pueden tener un impacto negativo significativo en el desarrollo académico de los niños. La presencia de parásitos intestinales puede causar síntomas gastrointestinales, como diarrea crónica y dolor abdominal, que afectan el bienestar general y la capacidad de concentración de los niños en el entorno escolar. Además, la desnutrición puede provocar retraso en el crecimiento, falta de energía y dificultades de aprendizaje.
Consecuencias a largo plazo: La combinación de parasitosis intestinal y desnutrición puede tener consecuencias a largo plazo en la salud y el desarrollo de los niños. La desnutrición durante los primeros años de vida puede afectar el desarrollo físico y cognitivo, lo que puede influir en el rendimiento académico a largo plazo. Además, la presencia de parásitos intestinales crónicos puede provocar una mayor susceptibilidad a otras enfermedades y comprometer el sistema inmunológico de los niños.
Necesidad de intervenciones integrales: Dado que la parasitosis intestinal y la desnutrición están estrechamente relacionadas y comparten causas comunes, es crucial abordar ambos problemas de manera integral. Esto implica implementar intervenciones que incluyan la promoción de prácticas de higiene adecuadas, mejorar el acceso a servicios de salud y saneamiento, proporcionar una alimentación equilibrada y fortalecer la educación y concientización sobre estos temas.
En conclusión, la relación entre la parasitosis intestinal causada por Chilomastix mesnili y la desnutrición es evidente y preocupante, especialmente en la infancia. Ambos problemas de salud están influenciados por factores similares y pueden tener un impacto negativo en el desarrollo académico y en la salud a largo plazo de los niños. Es esencial abordarlos de manera integral mediante intervenciones que aborden las causas subyacentes y promuevan prácticas saludables para mejorar la calidad de vida y el rendimiento académico de los niños afectados.
Materiales y métodos
Se realizó una investigación documental, se dieron a conocer criterios de autores y resultados de investigaciones disponibles en todas las bibliografías en artículos existentes en la base de datos como Scielo, otros medios consultados Página Institucionales La Organización Mundial De Salud, Revistas Cultura de los Cuidados, Organización Panamericana de la Salud.
La afirmación de que las parasitosis intestinales son una enfermedad frecuente y con un alto nivel de morbilidad en la población infantil es correcta. Las enfermedades por parásitos intestinales representan una carga significativa de enfermedad en todo el mundo, especialmente en áreas con condiciones socioeconómicas desfavorables y sistemas de salud limitados.
El hecho de que los niños sean especialmente vulnerables a las parasitosis intestinales se debe a varios factores. En primer lugar, los niños tienden a tener una menor inmunidad en comparación con los adultos, lo que los hace más susceptibles a las infecciones parasitarias. Además, los niños suelen estar expuestos a un mayor riesgo de contaminación debido a su comportamiento exploratorio, menor conocimiento sobre prácticas de higiene adecuadas y una menor capacidad para comprender y seguir medidas preventivas.
La desnutrición es una consecuencia común y grave de las parasitosis intestinales en la población infantil. Los parásitos intestinales consumen los nutrientes que los niños necesitan para su crecimiento y desarrollo adecuados, lo que puede llevar a la malabsorción de nutrientes esenciales y, en última instancia, a la desnutrición. Además, los parásitos pueden causar daño directo al revestimiento intestinal y provocar síntomas como diarrea crónica, dolor abdominal y anemia, que también contribuyen a la malnutrición.
La falta de servicios básicos, como acceso a agua potable, saneamiento adecuado y atención médica de calidad, puede agravar aún más la carga de las parasitosis intestinales en los niños. La carencia de hábitos de higiene alimentaria y prácticas de saneamiento adecuadas también juegan un papel importante en la propagación de las infecciones parasitarias. La falta de conocimiento sobre los riesgos y la prevención de las parasitosis intestinales por parte de los padres y cuidadores también contribuye a la alta incidencia de estas enfermedades en los niños.
Resumiendo, las parasitosis intestinales son una enfermedad frecuente y con un alto impacto en la salud de la población infantil. La desnutrición es una complicación grave asociada a estas infecciones, y factores como la falta de servicios básicos, malos hábitos de higiene y falta de conocimiento contribuyen a la alta prevalencia de parasitosis y desnutrición en los niños. Es fundamental implementar estrategias integrales de prevención, educación y tratamiento para reducir la carga de estas enfermedades y mejorar la salud y el bienestar de los niños.
Chilomastix mesnili
Es uno de los protozoos flagelados que fue probablemente observado por primera vez por Davaine en 1845, quien lo denominó en 1860 como Cercomonas intestinalis. La primera descripción correcta la ofreció Wenyon en 1910, y Alexeieff en 1920 creó el género Chilomastix para las especies descritas por Wenyon como Macrostoma mesnili o Tetramitus mesnili.
Este es un protozoo común en el hombre a nivel mundial, aunque con una frecuencia menor que Entamoeba y Giardia.
Su frecuencia puede variar entre 1 y 10 % en dependencia de las poblaciones estudiadas y aunque no son patógenos, hablan a favor de transmisión local y de índices de contaminación fecal-oral en una comunidad.
Agente Etiológico
Chilomastix mesnili es uno de los protozoos flagelados que ha sido clasificado taxonómicamente (Jaure, 2020)
Reino Protista
Subreino Protozoa
Phyllum Sarcomastigophora
Subphyllum Mastigophora
Clase Zoomastigophorea
Orden Diplomonadida
Familia Chilomastigidae
Género Chilomastix
Especies Mesnili
Tienen un núcleo esférico que mide de 3 a 4 µm y está situado hacia la parte media del polo anterior y posee un curiosona central bien definido, del cual se extienden unas cuantas fibrillas acromáticas hacia la membrana nuclear, que está revestida con placas de cromatina. A uno de los lados del núcleo se encuentra el citostoma, redondeado por delante y por detrás, estrecho y largo y con una estrangulación media (Rodríguez et al., 2020)
Suele presentar un tamaño inferior a 20 μm.
Carecen de ciertos orgánulos como son las mitocondrias y el aparato de Golgi.
Únicamente tiene un hospedador, es cosmopolita y tiene dos formas de vida en su ciclo vital:
Trofozoíto: presenta un tamaño en torno a 15 μm de longitud y una morfología piriforme. Posee 4 flagelos, uno de ellos, más corto, asociado al citostoma, zona especializada a través de la cual obtiene el alimento, y los otros 3, en la zona anterior, asociados a una función de motilidad. Tiene unúnico núcleo que se dispone en la zona anterior, cerca del punto de inserción de los flagelos. El trofozoito es la forma vegetativa que se alimenta y se reproduce.
Quiste: presenta un tamaño en torno a 10 μm de longitud y una morfología ovalada. No presenta flagelos ni citostoma, aunque se pueden llegar a apreciar restos de estas estructuras como los axonemas ntracitoplasmáticos. Tiene un único núcleo que se dispone más o menos en la zona central. El quiste es la forma vegetativa infectante y de resistencia. Alimentación por fagocitosis, a través del citostoma, de partículas del tracto digestivo.
Reproducción por división binaria longitudinal. No presentan reproducción sexual, solo asexual. (Chupillón et al., 2020)
Factores de Riesgo
Vive como comensal en el intestino grueso tanto del ser humano como de otros primates. Puesto que presenta un único hospedador, su ciclo vital es directo y tiene lugar a través de los quistes, que son eliminados por las heces y ya presentan capacidad infectiva. Cuando dichos quistes son ingeridos por un nuevo hospedador, los quistes llegan al intestino grueso donde generan trofozoítos que se alimentan y reproducen, dando lugar a nuevos quistes y cerrando así su ciclo vital. (Paredes & Santa-Cruz, 2021)
Prevención y promoción de salud
El sistema de prevención para el Chilomastix mesnili es el mismo que se aplica para las otras enfermedades causadas por parásitos intestinales. De los cuales consiste en prevenir la contaminación causada por las heces contentivas de formas parasitarias, una de las medidas más importantes se basa en prevenir o reducir la exposición a las heces infectivas (Ramírez et al., 2021)
Además, es importante mantener una correcta higiene personal, esto con el fin de evitar las autoinfecciones, es importante tener en cuenta algunas indicaciones para ayudar a prevenir dichas enfermedades causadas por parásitos intestinales a continuación se presentas algunos métodos de prevención:
Realizar exámenes regulares de control de parásitos intestinales
No comer carne cruda.
Consumir agua previamente hervida en caso de no estar seguros de su procedencia.
Control de vectores transmisores como lo son las moscas y las cucarachas
Consumir frutas y verduras bien lavadas
Lavarse con mucha frecuencia las manos después de ir al baño y antes de consumir alimentos
Evitar el contacto con sustancias que puedan estar contaminadas con material fecal humana u otros animales.
Educación sanitaria a la población especialmente a los niños
Para la prevención también es importante la realización de campañas educativas que ayuden a incentivar a los buenos hábitos de higiene como de alimentación con el objetivo de disminuir las infecciones producidas por parásitos.
Los niños son considerados como una población susceptible a las infecciones por parásitos intestinales ya que su sistema inmunológico aún no está completamente desarrollado (Díaz & Sabillón, 2021).
Ambiente del parasito Chilomastix Mesnili
El parasito Chilomastix Mesnili es un flagelado el cual vive en el colon, este tiene un periodo biológico directo que no implica hospedadores intermediarios este posee estadios de trofozoíto y de quiste, que se excretan en las heces y se piensan estadios diagnósticos. Los trofozoítos se desintegran al poco tiempo de ser excretados de tal forma que el quiste es el estadio infectante. Los trofozoítos muestran una sección caudal tiesa y una grieta en espiral que se prolonga por medio del área ventral corporal, lo cual ayuda a su desplazamiento característico rotatorio y giratorio. El organismo muestra además un citostoma conspicuo que se alarga 1/3 a 1/2 de la longitud corporal. Muestra 3 flagelos en el extremo anterior y uno sobre el citostoma. El quiste uninucleado tiene la tradicional forma de limón. El núcleo del trofozoíto y el quiste poseen muchas veces una concentración o “burbuja” de cromatina durante un área de la membrana nuclear que provoca que el núcleo se vea “truncado” (Alva & Bances, 2022).
Maneras de contagio
La manera más recurrente de transmisión es de persona a persona por el mecanismo fecal oral. Esto involucra la ingestión de alimentos o agua contaminados por partículas fecales con quistes parasitarios.
Parásito Chilomastix Mensili en la comunidad
Enfocándonos en el parasito Chilomastix Mesnili en breve es un protozoo perteneciente al grupo de los flagelados, el cual ataca al intestino delgado, particularmente en el colon el cual no presenta ningún tipo de patología. Por consiguiente, Kevin et al en la “Prevalencia de parasitosis intestinal en estudiantes del Centro Educativo Comunitario Intercultural Bilingüe de Educación Básica Belén 15 de Julio y de la Unidad Educativa Túpac Yupanqui de la Parroquia Chugchilán de Moreta - Cantón Sigchos de la Provincia Cotopaxi - Zona 3” (Garrido & Grijalva, 2017), la OMS indica que en lugares donde no existe una atención adecuada da un porcentaje del 50% hasta 95% en grupos indígenas.
En la población los parásitos intestinales son un problema grave ya que existe una escase de conocimiento en hábitos higiénicos, condiciones inestables en donde viven, mal saneamiento ambiental, en los infantes la desnutrición es crónica y se lo encuentra como un problema todavía mayor, por consiguiente, se observa un descenso en el crecimiento, desarrollo y su capacidad de aprender. Datos publicados por el INEC las estadísticas en la provincia Cotopaxi de la población urbana, tiene un porcentaje del 29%, mientras que el 71% corresponde a las zonas rurales, donde se encuentra localizada la parroquia de Chugchilán que es de interés para el estudio que se realizó, debido a las condiciones en las que se encuentran como contaminación del agua ya sea por heces fecales o basura que es arrojada por los habitantes.
La desnutrición por el parasito de Chilomastix mesnili
La asociación entre desnutrición y el parásito Chilomastix Mesnili, así como los mecanismos de esa agrupación fueron difíciles de delinear, esto se debería a que el peso, la talla y, generalmente, el estado nutricional de un niño durante su crecimiento se puede presenciar enfermedades que tienen la posibilidad de influir su desarrollo a partir de la vida intrauterina, las conductas alimentarias inadecuadas pueden generar enfermedades que retrasan su aumento y desarrollo a lo extenso de la niñez, la infancia y la pubertad, en medio de las cuales el parasito Chilomastix Mesnilli es uno de ellos. El parásito induce y agrava la malnutrición generando una disminución en la ingestión de alimentos (hiporexia/anorexia), mala digestión, mala absorción, pérdidas crónicas de nutrientes por heces (enteropatía perdedora de proteínas, pérdidas sanguíneas) y disminución en las reservas de hierro y otros micronutrientes.
La desnutrición causada por el parásito Chilomastix mesnili es una preocupación importante en la salud infantil. Chilomastix mesnili es un protozoo parásito que puede habitar el intestino humano, y su presencia en los niños puede tener graves consecuencias en su estado nutricional y bienestar general. A continuación, valoraré algunos aspectos relevantes relacionados con esta problemática:
Impacto en el estado nutricional: Chilomastix mesnili puede afectar negativamente la absorción de nutrientes en el intestino, lo que puede resultar en una mala absorción de vitaminas, minerales y otros componentes esenciales para el crecimiento y desarrollo de los niños. La desnutrición causada por este parásito puede llevar a retraso en el crecimiento, pérdida de peso, deficiencias nutricionales y compromiso del sistema inmunológico, lo que aumenta la vulnerabilidad a otras enfermedades.
Síntomas y diagnóstico: Los síntomas de la infección por Chilomastix mesnili pueden variar, pero a menudo incluyen diarrea crónica, dolor abdominal, pérdida de apetito y debilidad general. El diagnóstico se realiza mediante la identificación de los quistes del parásito en muestras de heces mediante análisis de laboratorio especializados.
Abordaje terapéutico: El tratamiento de la desnutrición causada por Chilomastix mesnili se basa en dos aspectos fundamentales: eliminar el parásito y mejorar el estado nutricional del niño. Los antiparasitarios específicos pueden ser utilizados para eliminar la infección, mientras que la terapia nutricional se enfoca en brindar una alimentación adecuada y equilibrada para corregir las deficiencias nutricionales y promover la recuperación del niño.
Prevención y educación: La prevención juega un papel crucial en la reducción de la incidencia de la desnutrición por Chilomastix mesnili. Es fundamental promover prácticas adecuadas de higiene, como el lavado de manos con agua y jabón, el consumo de agua potable y la adecuada manipulación de alimentos. La educación dirigida a padres, cuidadores y niños sobre la transmisión, los riesgos y las medidas preventivas también es esencial para prevenir la infección y sus consecuencias en el estado nutricional.
Al educar a las personas sobre el abordaje terapéutico de la desnutrición causada por Chilomastix mesnili, es importante destacar los siguientes elementos:
Conocimiento sobre la infección: Es fundamental proporcionar información clara y precisa sobre el parásito Chilomastix mesnili, su modo de transmisión y los riesgos asociados a la infección. Explicar cómo el parásito puede afectar la absorción de nutrientes en el intestino y provocar desnutrición ayudará a las personas a comprender la importancia de abordar esta condición de manera adecuada.
Promoción de prácticas de higiene: Enseñar y reforzar medidas de higiene adecuadas es esencial para prevenir la infección y su propagación. Esto incluye la importancia de lavarse las manos con agua y jabón antes de comer y después de ir al baño, consumir agua potable y asegurarse de que los alimentos estén limpios y bien cocidos.
Acceso a tratamiento médico: Es importante informar a las personas sobre la disponibilidad de tratamiento médico específico para eliminar la infección por Chilomastix mesnili. Explicar la importancia de buscar atención médica y seguir el tratamiento prescrito ayudará a garantizar una recuperación exitosa y prevenir la recurrencia de la infección.
Terapia nutricional: Destacar la importancia de una alimentación adecuada y equilibrada para mejorar el estado nutricional es fundamental. Educar a las personas sobre los nutrientes esenciales, la importancia de consumir alimentos ricos en vitaminas, minerales y proteínas, y cómo planificar comidas balanceadas puede ayudar a mejorar la nutrición de los individuos afectados por la desnutrición causada por Chilomastix mesnili.
Seguimiento y cuidado continuo: Explicar la importancia de un seguimiento regular con profesionales de la salud después del tratamiento es esencial. Esto permitirá evaluar la respuesta al tratamiento, realizar un monitoreo del estado nutricional y brindar apoyo y orientación adicional en caso de ser necesario.
Importancia de la prevención: Además del abordaje terapéutico, resaltar la relevancia de la prevención es esencial. Educar a las personas sobre las medidas preventivas, como mantener una buena higiene personal y ambiental, puede ayudar a reducir la incidencia de la infección por Chilomastix mesnili y, por lo tanto, la aparición de la desnutrición asociada.
Al brindar una educación comprensiva y detallada sobre estos aspectos, se puede empoderar a las personas para que tomen medidas preventivas, busquen atención médica y sigan los tratamientos adecuados, y adopten una alimentación saludable que contribuya a mejorar el estado nutricional y prevenir la recurrencia de la desnutrición causada por Chilomastix mesnili.
En conclusión, la desnutrición causada por el parásito Chilomastix mesnili es una preocupación significativa en la salud infantil. El impacto en el estado nutricional de los niños puede ser grave, lo que subraya la importancia de la detección temprana, el tratamiento adecuado y la implementación de medidas preventivas. Es necesario abordar de manera integral tanto la infección parasitaria como los problemas nutricionales asociados para garantizar el bienestar y el desarrollo saludable de los niños afectados.
Metodología en los cuidados de enfermería en niños con el parásito chilomastix mesnili
Las metodologías son un conjunto de enfoques, técnicas y estrategias sistemáticas que se utilizan para llevar a cabo un proceso de investigación, estudio o trabajo en cualquier campo del conocimiento. Estas metodologías proporcionan un marco estructurado y organizado que guía la planificación, desarrollo y evaluación de una tarea específica.
En el contexto de la medicina, las metodologías son fundamentales para la investigación, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, así como para el cuidado de los pacientes. Permiten establecer pasos y procedimientos claros que aseguran la validez, la precisión y la eficiencia en el proceso de investigación o atención médica.
Existen diferentes tipos de metodologías utilizadas en medicina, como la metodología científica, que incluye la formulación de hipótesis, el diseño de estudios y la recopilación de datos; la metodología clínica, que implica la evaluación y el diagnóstico de pacientes; y la metodología de atención de enfermería, que se enfoca en la prestación de cuidados de enfermería de manera sistemática y basada en evidencia.
Las metodologías proporcionan una estructura para la recolección y análisis de datos, la interpretación de resultados y la toma de decisiones fundamentadas. También ayudan a estandarizar los procesos, asegurando la reproducibilidad y la comparabilidad de los resultados obtenidos.
En resumen, las metodologías son herramientas y enfoques utilizados en la medicina y en otros campos para garantizar la eficiencia, la rigurosidad y la validez en la realización de investigaciones, diagnósticos, tratamientos y cuidados. Son fundamentales para el avance del conocimiento y la mejora de la calidad en la práctica médica.
En este sentido, las enfermedades causadas por parásitos intestinales conllevan a una desnutrición, por lo cual el paciente que haya sufrido de dicha enfermedad por parásitos tiende a padecer déficit en el desarrollo físico y mental, por lo cual es importante la intervención en cuidados de enfermería para el paciente en la cual se debe controlar:
Su estado nutricional esto incluye una dieta rica en fibra con el objetivo de evitar el estreñimiento.
Hidratación: observando si existen manifestaciones de desequilibrio electrolítico
Vigilar los trastornos del sueño, ajustar el ambiente tanto la claridad como la temperatura, para así favorecer el sueño
En el caso que exista plurito administrar antipruriginoso según la indicación médica
Educación para la salud tanto para el paciente como sus familiares, destacando la importancia del lavado de manos.
Fomentar la higiene personal en el niño para así evitar complicaciones
Fomentar una dieta saludable
En el caso de que exista diarrea se debe registrar el color, el volumen, la frecuencia y la consistencia de las deposiciones
Educar sanitariamente al enfermo para evitar futuras parasitaciones de él y su grupo familiar.
Es importante que el personal de enfermería tome conciencia de este problema que afecta a los niños y que establezca en su ámbito de competencias intervenciones y campañas encaminadas a la prevención de la parasitosis, no dejando a un lado también la promoción de los hábitos saludables.
Metodología para la enseñanza en el campo médico
Las metodologías son un conjunto de enfoques, técnicas y estrategias sistemáticas que se utilizan para llevar a cabo un proceso de investigación, estudio o trabajo en cualquier campo del conocimiento. Estas metodologías proporcionan un marco estructurado y organizado que guía la planificación, desarrollo y evaluación de una tarea específica.
En el contexto de la medicina, las metodologías son fundamentales para la investigación, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, así como para el cuidado de los pacientes. Permiten establecer pasos y procedimientos claros que aseguran la validez, la precisión y la eficiencia en el proceso de investigación o atención médica.
Existen diferentes tipos de metodologías utilizadas en medicina, como la metodología científica, que incluye la formulación de hipótesis, el diseño de estudios y la recopilación de datos; la metodología clínica, que implica la evaluación y el diagnóstico de pacientes; y la metodología de atención de enfermería, que se enfoca en la prestación de cuidados de enfermería de manera sistemática y basada en evidencia.
Las metodologías proporcionan una estructura para la recolección y análisis de datos, la interpretación de resultados y la toma de decisiones fundamentadas. También ayudan a estandarizar los procesos, asegurando la reproducibilidad y la comparabilidad de los resultados obtenidos.
En resumen, las metodologías son herramientas y enfoques utilizados en la medicina y en otros campos para garantizar la eficiencia, la rigurosidad y la validez en la realización de investigaciones, diagnósticos, tratamientos y cuidados. Son fundamentales para el avance del conocimiento y la mejora de la calidad en la práctica médica.
Desnutrición infantil: La desnutrición es un problema de salud global que afecta principalmente a niños en países en desarrollo. Se caracteriza por una ingesta inadecuada de nutrientes esenciales, lo que resulta en un estado de malnutrición. La desnutrición puede tener consecuencias graves en el crecimiento y desarrollo de los niños, así como en su sistema inmunológico, aumentando la vulnerabilidad a enfermedades, incluyendo el parasitismo intestinal.
Parasitismo intestinal por Chilomastix mesnili: Chilomastix mesnili es un protozoo parásito que habita el intestino humano. La transmisión ocurre principalmente a través de la ingestión de alimentos o agua contaminados con quistes del parásito. En los niños desnutridos, la infección por Chilomastix mesnili puede ser más frecuente debido a la debilidad del sistema inmunológico y las condiciones precarias de higiene.
Evaluación de la desnutrición y el parasitismo intestinal: La metodología para el cuidado de enfermería en la desnutrición y el parasitismo intestinal debe incluir una evaluación integral de la condición del niño. Esto implica realizar una historia clínica detallada, incluyendo antecedentes alimentarios, crecimiento y desarrollo, así como la realización de pruebas de laboratorio para detectar la presencia de Chilomastix mesnili y otros parásitos intestinales.
Plan de cuidado individualizado: Una vez realizada la evaluación, se debe desarrollar un plan de cuidado individualizado para el niño. Esto implica establecer objetivos claros, como mejorar el estado nutricional y eliminar la infección por Chilomastix mesnili. El plan de cuidado debe incluir intervenciones específicas, como la suplementación nutricional adecuada, la promoción de una alimentación equilibrada, el tratamiento farmacológico para la infección parasitaria y la educación del niño y su familia sobre prácticas de higiene adecuadas.
Monitorización y seguimiento: Es fundamental realizar un seguimiento regular del niño para evaluar la eficacia del plan de cuidado y realizar ajustes según sea necesario. Esto implica evaluar el estado nutricional, controlar la eliminación de Chilomastix mesnili y otros parásitos intestinales, y brindar apoyo y educación continuos para garantizar la adherencia al tratamiento y la adopción de prácticas saludables.
Promoción de la salud y prevención: Además de proporcionar cuidados individuales, es esencial enfocarse en la promoción de la salud y la prevención de la desnutrición y el parasitismo intestinal. Esto implica educar a la comunidad, incluyendo a los padres y cuidadores, sobre la importancia de una alimentación adecuada, prácticas de higiene, saneamiento básico y el acceso a agua potable
Conclusión
Finalmente, las enfermedades por parásitos intestinales están constituido una elevada carga de enfermedad en todo el mundo y especialmente en los niños, se puede afirmar que las parasitosis intestinales son una enfermedad frecuente y con un alto nivel de morbilidad en la población infantil la cual causa efectos graves como la desnutrición, debido a la carencia de servicios básicos, hábitos de higiene alimentaria, el desconocimiento de los riesgos es determinantes para la presencia de parásitos intestinales en los infantes y por ende afecta el estado nutricional especialmente en los niños, la desnutrición también se debe a las los malos hábitos saludables y no dejando a un lado las malas condiciones higiénico- sanitarias de las personas en general.
Por lo tanto, es de vital importancia el estar atentos tanto en el hogar como en el ámbito hospitalario que se realice un adecuado manejo de higienización a las verduras y a los alimentos que pudiesen estar previamente contaminados así evitaríamos muchas enfermedades por parásitos intestinales además del parásito chilomastix mesnili.
Se recomienda al personal de salud brindar capacitaciones a la población vulnerable a padecer de esta enfermedad por parásitos, donde la población vulnerable deben ser informados de las causas y las consecuencias que puede ocasionar el mal manejo de los alimentos, además realizando también guías de intervención de enfermería con el objetivo de poder garantizar los conocimientos necesarios al paciente y así poder cuidar de su integridad, ya que a veces por la falta de conocimiento y hasta por la mínima imprudencia y sin darnos cuenta ponemos en riesgo la vida de los seres más queridos que nos rodean.