INTRODUCCIÓN
En los últimos tiempos la Educación Primaria en perfeccionamiento tiene como objetivo ser más flexible, adecuada a la comunidad donde se encuentra e incluye y acoge en sus aulas a grupos heterogéneos de educandos con diferentes discapacidades, con un predominio significativo en los que poseen discapacidad intelectual.
Esto implica hacer grandes esfuerzos para aumentar el nivel de conocimiento del docente sobre los educandos con discapacidad intelectual, ya que no es posible ningún cambio en la educación sin la adecuada preparación y participación del docente, por esto es importante brindarle la ayuda oportuna en correspondencia con las misiones que le corresponden en la sociedad y que comienza desde su formación.
La formación del docente de la Educación Primaria en la capital es heterogénea por cuanto múltiples han sido las vías empleadas para ello, de ahí que el nivel profesional y experiencias en la actividad a diferente y desde esta realidad actúa en la educación de los educandos con discapacidad intelectual. El municipio Boyeros es demostración de lo antes expresado, pues cuenta con docentes egresados de la formación emergentes, de las escuelas pedagógicas, jubilados reincorporados, auxiliares pedagógicas, maestros primarios sin duodécimo grado, en formación, licenciados y máster, estos en menor cantidad; todo con el objetivo de contar con la cobertura que satisfaga la demanda en esta educación, afectada por las inestabilidades del personal. Las incorporaciones sucesivas de personal docente a la Educación Primaria justifica la requerida actualización de sus conocimientos en correspondencia con las exigencias del perfeccionamiento, el redimensionamiento del proceso de inclusión educativa de educandos con discapacidad intelectual lo que amplía y complejiza su labor en este nivel educativo.
Nuestra experiencia como sicopedagogas del Centro de Diagnóstico y Orientación y profesoras de la facultad de Educación Infantil, en el desempeño de nuestras funciones, en visitas realizadas de ayuda metodológica, de orientación y seguimiento en las escuelas primarias del municipio Boyeros, permitió corroborar que los docentes carecen de las habilidades, recursos y apoyos, métodos de educación y enseñanza que le permitan brindar la atención educativa que cada educando requiere y en esta medida resolver las situaciones de aprendizaje que se presentan con todos y cada uno de los educandos en el grupo y así favorecer, en particular, el logro efectivo de la inclusión educativa de educandos con discapacidad intelectual. Entre las insuficiencias identificadas se encuentran:
Insuficientes conocimientos sobre el procedimiento que se debe emplear en el proceso de inclusión educativa de los educandos con discapacidad intelectual.
Limitado conocimiento sobre las características sicopedagógicas de los educandos con discapacidad intelectual.
Escasa atención a las diferencias individuales dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Pocos conocimientos y habilidades en el diseño de estrategias educativas para la atención al educando con discapacidad intelectual.
Pobre trabajo de orientación y preparación a las familias de estos educandos desde la escuela hacia la comunidad.
Lo anterior conduce a la necesidad de reflexionar sobre la preparación del docente de la Educación Primaria, para el logro de la inclusión educativa de educandos con discapacidad intelectual, del municipio Boyeros, en la provincia La Habana.
DESARROLLO
El perfeccionamiento que se realiza en el sistema de educación, como parte de las transformaciones que tienen lugar en la sociedad cubana, reclama especialmente dela Educación Primaria, un nuevo estilo de trabajo del docente y de la escuela donde se atienda la diversidad y la individualidad de cada educando y se lleve a superiores niveles los resultados de la labor educativa. Por lo que resulta necesario que el docente que interactúe con el educando sea el más preparado y reúna las cualidades de un evangelio vivo; un docente flexible, responsable, humano, creativo, osado, con mucho sentido de pertenecía y un alto nivel de profesionalidad.
Lo expresado constituye una preocupación de autores que han tratado el tema de la preparación del docente con el propósito de la optimización del proceso educativo y elevar su calidad, entre ellos: Añorga (1996), Valcárcel (1999), Ferrer (2002 y 2005), Castillo (2013), entre otros. Sus aportes están vinculados con la actividad pedagógica profesional del docente en su formación inicial y permanente, el desarrollo de habilidades pedagógico profesionales, las competencias, con la finalidad del mejoramiento profesional y humano de este.
En el Glosario de términos de Educación Avanzada se plantea que la preparación es un proceso y resultado de la forma de superación adaptada o de las vías más utilizadas para la transformación de los maestros (Añorga, 1996: 42). Por lo que en esta investigación se utilizará la terminología de preparación.
Como lo reconoce Ferrer, la preparación del docente es necesaria, para que sea portador de los conocimientos, las habilidades y los valores requeridos que les permitan influir en los cambios que lógicamente se le realizan al currículo de las asignaturas, para adecuarlas a las potencialidades de los alumnos del grupo escolar y a su estilo de trabajo propio (Ferrer, 2002: 16).
Castillo lo concibe como un proceso de transformación individual que le permita cambiar el contexto escolar en el que actúa, como resultado del perfeccionamiento y la actualización de los contenidos, métodos de la ciencia y valores, que se logra en la interacción de lo grupal e individual, unido a la experiencia teórica-práctica del docente y el compromiso individual asumido (Castillo, 2013: 29).
Todos estos autores exponen elementos importantes para la preparación del docente, entre los que se destacan: proceso pedagógico permanente, sistemático, donde se ejecutan acciones diversas encaminadas a procurar modos superiores de actuación profesional y teniendo en cuenta los elementos organizativos necesarios que favorezcan la formación integral de los educandos que atienden directamente con las adecuaciones correspondientes.
Se concibe la preparación del docente como un proceso pedagógico permanente que permite la apropiación de conocimientos teóricos y metodológicos que posibiliten modos de actuación exitosos en su práctica educativa, que favorezcan el aprendizaje de sus educandos facilitando las ayudas y apoyos requeridos, al diseñar y desarrollar proyectos de aprendizaje que le permitan adaptar el currículo al contexto sociocultural de los educandos, respetando la variabilidad de su desarrollo, al descubrir oportunamente sus debilidades, fortalezas y estilo de trabajo propio.
Mientras se fundamenta esta forma de proceder y se diseña como política del sistema educativo, no se permanece pasivamente esperando a tener condiciones, sino que se trabaja para ello. Se promueven acciones que perfeccionan tanto a la Educación Primaria como la Especial, las acerca, la integra.
El perfeccionamiento de la labor educativa, desarrolladora, diferenciada y más personalizada en la Educación Primaria debe conducir a que más niños encuentren solución a sus necesidades en este contexto educativo y cada vez menos necesiten ser ubicados en la escuela especial.
Existe una tesis vigotskiana en la que se pronuncia por acercar cada vez más la escuela primaria a la especial. Es esta una de las ideas más fuertes para sustentar la tendencia que privilegia la contextualización y adaptación en contraposición con la excesiva especialización.
En Cuba existen leyes, decretos, disposiciones, y regulaciones contenidas en los diferentes cuerpos legales como el Código de la Niñez y la Juventud (artículos 19 al 30), el Código de la familia (artículos 38, 39 inciso b, 42, 51 y 85), el Código Civil, el Código del Trabajo y el Código Penal, que regulan el ejercicio pleno de los derechos de las personas sin ser excluidas, procurando desarrollar un sistema de garantías que articule de manera coherente y operativa las políticas, planes y programas con una concepción política, social, cultural hacia las personas con discapacidad, respetando su individualidad.
La esencia misma de la política educacional cubana, desde el triunfo de la Revolución en 1959, es de naturaleza inclusiva y se propuso abarcar a todos con la educación. Esto se expresa en el pensamiento del Apóstol José Martí y de su principal continuador, Fidel Castro, que las sintetizó como: “Nuestra educación tiene un carácter universal: se ha creado, se ha constituido y se ha desarrollado en beneficio de todos los niños del país; tenemos que a todos atenderlos, tenemos que a todos educarlos, tenemos que enseñarles a todos lo que se les pueda enseñar, ¡a todos y a cada uno de ellos! Ese es el principio […]” (Castro, 1987: 8).
Lo expuesto permite resaltar, que en Cuba la educación es inclusiva, es resultado de una genuina inclusión social, que se ha considerado desde el triunfo de la Revolución un asunto de derechos humanos, de justicia social, de equidad e igualdad de oportunidades para todos. Es un modelo que potencia la multisectorialidad e interdisciplinariedad, constituye un reto para el perfeccionamiento de las prácticas relacionadas con la inclusión educativa, aspecto medular para el fortalecimiento teórico-práctico de las ciencias pedagógicas, con el fin de garantizar la atención educativa de calidad a los educandos con necesidades educativas especiales asociadas o no a una discapacidad en cualquier contexto educativo.
Para Borges la inclusión educativa implica un perfeccionamiento de la didáctica que es la teoría que tiene una expresión metodológica y práctica, en tanto está sujeta a la lógica de un proceso de enseñanza- aprendizaje que insta a la constante creatividad del docente para que, utilizando las ayudas recursos y apoyos, fortalece al máximo posible los aprendizajes de todos y los dota de una educación que les permita insertarse en nuestra sociedad con los valores acordes con el proyecto social, y desde esta dirección, la defienda y contribuya a su perfeccionamiento (Borges, 2014).
Se asume la definición anterior por ser más a fin con el propósito de la investigación, donde se reconoce la inclusión educativa como una forma particular de atender las dificultades de aprendizaje desde un currículo para todos.
Derivado de las ideas anteriores se enfatiza, además, que la inclusión educativa no es algo que tenga que ver con facilitar el acceso a la educación primaria a los alumnos con discapacidad intelectual, para ser aislados en las aulas, se trata de posibilitar que todos puedan aprender lo mismo, aunque de formas diferentes, asegurándose así el derecho de todos a contar con las mismas oportunidades para aprender y el derecho de compartir y beneficiarse de una misma educación, por lo que resulta necesario que el docente que interactúe con el educando sea el más preparado, convirtiéndose en un facilitador comprometido con el cambio, con un amplio conocimiento de cada uno de sus educandos, sus intereses, motivaciones, necesidades y potencialidades, así como el establecimiento de un sistema bien organizado de estrategias de enseñanzas que permitan dar a los educandos las oportunidades y los apoyos necesarios para alcanzar los objetivos.
Consideramos que el docente actual está convocado a trabajar con propósitos coherentes, positivos, humanistas, potenciadores y más educativos, y que sus metas se coloquen en todos los educandos sin excluir uno solo, lo que inevitablemente se revertirá en una mayor calidad de la educación.
Sugerimos comenzar por el diagnóstico, que permite conocer las particularidades de los educandos con discapacidad intelectual, para de esta manera diseñar adecuadamente las ayudas que necesitan, teniendo en cuenta no solo las afectaciones en las diferentes áreas, sino las potencialidades que cada uno tiene para enfrentar y resolver las diferentes situaciones que en la vida se les presenta.
La profundización de los estudios realizados por pedagogos y sicólogos cubanos en los fundamentos de la teoría histórica-cultural de Vigotsky y los criterios más generalizados en el campo de la investigación, sobre el retraso mental o recientemente reconocida como discapacidad intelectual se han expresado por los doctores Áreas (1999), Torres (2002), Guerra (2005), Leyva y Barreda (2017) que, sin lugar a dudas, tienen el valor de constituir un precedente auténtico y nacional, que debe constituir una herramienta más en la preparación del docente de la Educación Primaria para facilitar la inclusión de educandos con discapacidad intelectual por esta enseñanza.
Este reto implica conocer de las regularidades y particularidades de estos educandos, así como de sus potencialidades para lograr un aprendizaje desarrollador, el cual queda bien abordado por Leiva y Barreda al plantear que la discapacidad intelectual es una condición relativamente estable del desarrollo que se caracteriza por limitaciones significativas y de diferentes grados en la actividad intelectual, en general, y en la adquisición de los aprendizajes conceptuales, prácticos y sociales revelados en los modos de actuación social, en particular; que requieren apoyos de diversa intensidad a lo largo de la vida.
Se caracteriza por la variabilidad y diferencias de expresión en el funcionamiento. Surge antes de los 18 años. Su grado de profundidad se relaciona con la intensidad de los apoyos que una persona necesita a lo largo de su vida.
En el libro Precisiones para la atención educativa a educandos primarios con necesidades educativas especiales asociadas, o no, a discapacidades, además del concepto antes abordado se plantean algunas sugerencias metodológicas al docente de la Educación Primaria para el trabajo con el educando con discapacidad intelectual.
Los educandos con discapacidad intelectual no constituyen una categoría homogénea, pues estas personas presentan una evolución variable, en la cual lo individual se combina con lo común y varía con respecto a sí mismo y a los de su grupo. Por ello, es necesario admitir que cada uno es un individuo en particular con su personalidad propia, sus fortalezas y sus potencialidades de desarrollo como ocurre con el resto de la población en cada una de las edades.
Atendiendo a estas características y a la posibilidad de compensación a través del descubrimiento de sus potencialidades es que se obtiene un correcto trabajo de inclusión con estos educandos, pues alcanzan niveles de desarrollo que se complementen de manera social y laboral, desarrollan habilidades sociales, se apropian de recursos para valerse en la vida cotidiana de manera autónomo, adquieren objetivos educativos de diferentes niveles, ya sean por programas curriculares generales o adaptados, así como por programas curriculares funcionales, todo bajo la influencia educativa del docente, para lograr compensar las insuficiencias en el desarrollo de los procesos de la actividad cognoscitiva y corregir comportamientos inadecuados.
En Cuba la atención educativa a los educandos con discapacidad intelectual constituye una prioridad que asumen los diferentes profesionales involucrados en su educación, así como los miembros de su familia y otros agentes educativos. La escuela igualmente tiene que ser cada vez más una institución para todos, a la que asista la diversidad de educandos, que se atienda la individualidad sobre todas las cosas y se promueva el desarrollo hasta límites insospechados. Una escuela inclusiva, concebida y organizada de manera diferente, en la que se pueda transformar recursos financieros y humanos, conocimientos referidos a la forma de promover el desarrollo mediante una enseñanza desarrollada que haga detonar en pedazos la actual.
Precisamente, para que el educando con discapacidad intelectual pueda tener una participación activa en diferentes escenarios sociales es necesario aprovechar sus fortalezas para contribuir a su formación integral.
Pero, junto con el respaldo normativo, es fundamental que el sistema educativo apoye la acción educativa con mejoras a lo interno y externo de los centros educacionales. En este sentido es necesario que ciertas condiciones mínimas se puedan ofrecer para que la educación de calidad no sea una utopía.
El desafío actual se concreta en ser responsables de ofrecer oportunidades de acceso y calidad educativa a todos sin distinción.
Cabe preguntar qué es lo que necesita la práctica educativa para asumir los principios inclusivos de forma renovadora y luego reflexionar sobre qué se necesita en cada centro educativo para garantizar que todos los educandos puedan aprender en un ambiente donde se respete su derecho, donde su diversidad sea vista como una riqueza, como una potencialidad.
CONCLUSIONES
Si todos pensaran como propia la idea de la inclusión social, laboral y escolar de las personas con discapacidad intelectual, este reto, no se vería como utopía en algunos momentos y espacios; quizás eso ayude a pensar que mañana podamos ser quienes reclamemos igualdad, justicia y respeto. Si tomamos conciencia de que lo esencial es que todos somos seres humanos y que vivimos en los mismos espacios, no realizaríamos otras reflexiones. Declarar la inclusión educativa y social como finalidad en la atención a la diversidad en Cuba implica que la educación se oriente más allá del ámbito educativo y trascienda al ámbito de la participación social, es decir, apunta hacia todas las esferas que de algún modo tienen que ver con la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual.