Introducción
Según la OMS las personas de 60 a 74 años son consideradas de edad avanzada, de 75 a 90 años viejas o ancianas, y los que sobrepasan los 90 años se les denomina grandes, viejos o longevos. A todo individuo mayor de 50 años se le llamará de forma indistinta de la tercera edad (Quintanar, 2010).
En México se considera Adulto Mayor a una persona que tiene 60 años o más, además de que implica el inicio de una etapa en la cual las personas pueden llegar a ser más vulnerables de forma física, social y económica (Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco, 2020).
La información censal de los años 1990 y 2020 indica que la población de 60 años y más pasó de 5 a 15.1 millones, lo cual representa 6 % y 12 % de la población total, respectivamente. Este incremento evidencia el proceso de envejecimiento que se observa a nivel mundial (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2021), INEGI por sus siglas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2050 se estima que los adultos mayores conformarán cerca del 28.0 % de la población mundial (Organización Mundial de la Salud, 2019).
De acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en 1970 la esperanza de vida era de 59.9 años y aumentó a 75.2 años en 2020 (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2020), además, se reportó que en Nuevo León la esperanza de vida es de 79.1 años en mujeres y de 72.9 en hombres en el año 2020 (CONAPO, 2021).
La calidad de vida, de acuerdo con la OMS, es la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto influenciado por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con el entorno (Herrera Cela & Mora Santacruz, 2016).
En ese contexto y rango etario, Larco Herrera, Alvarado Mercado & Chávez Sánchez, (2020), insisten en destacar que la familia constituye un factor importante en la calidad de vida, tanto que la Organización Panamericana de la Salud reconoce que influye como un mecanismo de atención, apoyo, cuidado y afecto para el adulto mayor.
El concepto de calidad de vida relacionada con la salud incorpora esencialmente la percepción del paciente, como una necesidad en la evaluación de resultados en salud, por lo que es necesario desarrollar instrumentos que demuestren una medida válida y confiable, y que además aporten evidencia empírica con base científica (Botero de Mejía & Pico Merchán, 2007).
El envejecimiento saludable normalmente no se identifica con la ausencia de enfermedades, sino con la capacidad para el funcionamiento autónomo, y para mantener y conservar la calidad de vida, y cambia en función del contexto económico y cultural.
Para alcanzar las metas del envejecimiento saludable no basta con hacer más de lo que ya se hace, o hacerlo mejor; sino que se necesita un cambio en los sistemas de salud (Organización Panamericana de la Salud, 2017).
El objetivo de la investigación consiste en describir las características clínico-sociodemográficas que afectan a la calidad de vida de adultos mayores que residen en Monterrey, Nuevo León y su área metropolitana.
Materiales y métodos
Debido a la gran cantidad de adultos mayores que forman parte de la sociedad neolonesa se ha buscado implementar un estudio que sea coherente, integral y adecuado para una población que ha tenido un aumento exponencial en las últimas décadas.
Las características clínicas, sociales y demográficas son esenciales para determinar el nivel de bienestar en este grupo de edad, ya que acciones reales y eficientes tienen un impacto benéfico en la calidad de vida de los adultos mayores que residen en Monterrey Nuevo León y su área metropolitana.
Para esto, se realizó un estudio descriptivo, transversal, con una muestra de adultos mayores que cumplían con lo siguiente:
Criterios de inclusión:
Criterios de exclusión: adulto mayor con deterioro cognitivo.
Criterios de eliminación: instrumento con llenado incompleto
Se realizó un cálculo de tamaño de muestra por medio de una fórmula de estimación de una proporción en una población finita, tomando en cuenta una proporción de 50 % adultos mayores con buena calidad de vida, una precisión del 10 %, un poder de 97.5 % y un nivel de significancia a dos colas de 0.05, con lo cual se requieren al menos 90 pacientes en el estudio. El número de encuestados para esta investigación fue de 100 adultos mayores. (n =100)
Para esta investigación se emplearon 2 instrumentos: el cuestionario WHOQOL-OLD y un cuestionario de características clínicas y demográficas. Según un estudio comparativo realizado en Brasil con 600 personas adultas mayores se evidenció que la fiabilidad del WHOQOL-OLD se encontraba entre 0.50 a 0.70 presentando un mejor ajuste y menor probabilidad de error (De Melo et al., 2018).
El instrumento WHOQOL-OLD de la OMS tiene como objetivo evaluar la calidad de vida en el adulto mayor. (Herrera Santí et al., 2015). Este se encuentra dividido en seis facetas o dimensiones, que evalúan distintos aspectos:
Dimensión 1: Capacidad sensorial, con preguntas como “¿En qué medida los problemas con su vista, oído, gusto, olfato y tacto afectan su vida diaria?”.
Dimensión 2: Autonomía, con preguntas cómo “¿Cuánta libertad tiene para tomar sus propias decisiones?”.
Dimensión 3: Actividades pasadas, presentes y futuras, con preguntas como “¿Cuánto siente que ha recibido el reconocimiento que merece en la vida?”.
Dimensión 4: Participación/aislamiento social, con preguntas como “¿En qué grado está satisfecho con su nivel de actividad?”.
Dimensión 5: Intimidad, con preguntas como “¿En qué medida tiene oportunidades para amar?”.
Dimensión 6: Muerte y agonía, con preguntas como “¿En qué grado está asustado de morir?”.
Además de incluir un apartado de Satisfacción de salud y calidad de vida.
Se asignan puntajes del 1 al 5 en cada una de las preguntas de cada dimensión, siendo 1 la percepción más baja y 5 la más alta, con lo que al finalizar la encuesta se puede clasificar la calidad de vida en mala (1-48), medianamente buena (49-72) y buena (73-120).
También se utilizó un cuestionario de características clínicas y demográficas tales como edad, sexo, estado civil, escolaridad, enfermedades metabólicas (diabetes, hipertensión y dislipidemias), etc., con lo cual se pudo identificar si alguna de estas características representaba un factor importante en cuanto al impacto, negativo o positivo, en la percepción de su calidad de vida.
Ambas encuestas se aplicaron de forma presencial a los adultos mayores de 60 sin deterioro cognitivo que acuden a consulta del Departamento de Medicina Familiar del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” y de forma telefónica a los adultos mayores que no pudieran acudir a la consulta mencionada.
Se optó por la forma telefónica ya que las encuestas se aplicaron durante el periodo enero-junio 2021, durante la pandemia de COVID-19, ya que los adultos mayores son un grupo de alto riesgo (Vega Riero, et al., 2020). En ambos formatos se obtuvo un consentimiento informado de forma verbal previo a la aplicación de las encuestas.
Resultados y discusión
Se vaciaron los resultados en una base de datos de Excel para posteriormente analizarlos con el programa SPSS en apartados de frecuencia cualitativa, distribución, estadística descriptiva cuantitativa, etc. La encuesta WHOQOL-OLD junto con el cuestionario de Características Clínicas y Demográficas se analizaron con Chi Cuadrado y Test de Fisher, correspondientemente, con lo que se identificó lo siguiente como lo más relevante de las diferentes dimensiones.
Se analizaron las variables numéricas y se encontró que se tuvo una distribución no paramétrica (p<0.001). Se identificó que la mediana de edad de la muestra de 100 encuestados fue de 67.5 (75-63).
De acuerdo a los puntos de corte del instrumento WHOQOL-OLD se identificó que la mayor parte de la población tiene una buena calidad de vida, ya que la media de puntaje resultó en 106.
En tal sentido, el equipo de investigación decidió restablecer los valores de los puntos de corte dentro de la población con puntos de corte arbitrario dividido entre 3, resultando en la siguiente clasificación de calidad de vida, según Hernández-Navor, et al. (2015):
La muestra de 100 participantes se encuentra conformada por 64 mujeres y 36 hombres. En cuanto a nivel educativo, 58 se encontraban a nivel primaria, 22 a nivel secundaria, 12 a nivel preparatoria y 8 a educación superior.
Con respecto a enfermedades metabólicas (diabetes, hipertensión, dislipidemias), 68 % presentaban alguna o múltiples de ellas, mientras que un 32 % no las presentaba.
Además, en cuanto a estado civil, la muestra estaba conformada por el siguiente número de personas en cada categoría: 53 casadas, 20 viudas, 13 solteras, 10 divorciadas y 4 en unión libre.
Se interpretaron resultados del total de encuestados por cada dimensión de la encuesta WHOQOL-OLD y se analizó cuántos obtuvieron un puntaje de calidad de vida mala, intermedia o buena de acuerdo a cada dimensión (ver tabla 1).
En la dimensión de Actividades Presentes, Pasadas y Futuras se encontró que los encuestados solteros fueron el grupo en el que menos se percibió una buena calidad de vida (69.23 %) y en el que más se percibió la calidad de vida como mala (7.69 %).
En cuanto a la dimensión Participación o Aislamiento Social, el grupo de encuestados que percibió una mala calidad de vida fue más alto en los hombres (8.33 %) que en las mujeres (1.56 %).
En cuanto a la dimensión de Intimidad, las mujeres obtuvieron un puntaje más alto en calidad de vida percibida como buena (96.87 %), a comparación de los hombres (80.55 %).
En cuanto a la satisfacción general de su calidad de vida y de salud, el 71.87 % de los encuestados sin enfermedades metabólicas percibieron tener una buena calidad de vida, a diferencia de un 55.88 % en los sujetos con enfermedades metabólicas.
Además, en cuanto a la percepción de calidad de vida de forma dicotómica, fue definida como buena en 84.37 % de los sujetos sin enfermedades metabólicas, en comparación con el 77.94 % en sujetos con enfermedades metabólicas.
En la misma categoría, el 87.5 % de las mujeres obtuvo un puntaje para buena calidad de vida, a diferencia de un 66.66 % de los hombres.
Previamente se expuso que tanto la familia como las relaciones sociales impactan en la calidad da vida del adulto mayor, lo cual es evidenciado mediante la aplicación de la encuesta WHOQOL-OLD. En sus resultados se aprecia que la dimensión de la calidad de vida más afectada por las condiciones sociodemográficas es la Dimensión 4: Participación/aislamiento Social.
En base a lo anterior se puede identificar que, en la muestra de adultos mayores de Monterrey Nuevo León, la calidad de vida es percibida de forma diferente en cada dimensión del cuestionario WHOQOL-OLD, dependiendo de factores como enfermedades metabólicas, sexo, estado civil, etcétera.
En los hombres el área más afectada la Intimidad y la Participación Social, así como satisfacción general en el adulto mayor con enfermedades metabólicas.
Con lo anterior se identifican áreas de oportunidad en las que pueden implementarse programas a futuro por parte del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” o por parte de alguna otra organización o institución.