Introducción
El seguimiento a la reserva deportiva cubana de los deportes de combate es una prioridad de la Dirección de Ciencia, Tecnología e Innovación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), por cuanto estos deportes han contribuido notoriamente a garantizar un lugar cimero en el medallero olímpico.
El hecho de tener, a lo largo de más de 30 años, resultados relevantes en los deportes de combate implica que nuestro sistema de selección y desarrollo de talentos deportivos ha sido próspero, pero teniendo en cuenta que se complejiza el contexto ya que se han diversificado los países con resultados, que existe un constante cambio de reglamentación para hacer más espectaculares las competiciones y el impetuoso desarrollo tecnológico mundial, seguimos perfeccionando nuestro sistema de selección para hacerlo más sostenible.
"El desarrollo continuo del deporte está ligado a un desarrollo creciente de la tecnología de la que hoy dependen no solo la mayoría de las disciplinas deportivas, sino toda la práctica de la actividad física" Jiménez, J. B. (2018). Tanto los procesos de preparación deportiva, como los de control son dependientes de las ciencias aplicadas. Los medios e instrumentos de preparación y medición de resultados, así como las instalaciones de competición, tienen cada vez mayores exigencias en la introducción de nuevos equipamientos con el objetivo de proteger a los atletas, implantar nuevos records, facilitar la práctica y contribuir a la obtención de la forma deportiva.
En esta vorágine de desarrollo aplicado al deporte, no podrían quedar rezagados los métodos para obtener al deportista que muestre mayor actitud y aptitud ante la asimilación de las altas cargas de entrenamiento que exige la competición actual. Ese individuo que alcanza los más altos logros en uno y raramente en varios deportes es lo que definimos como talento deportivo (Bompa, 1987; Leiva, 2010). Kozek, J. (1998) considera que su condición "es un atributo extremadamente complejo, genéticamente determinado, complicado en su estructura y sujeto a las condiciones del medioambiente.
Un análisis más profundo lo realiza Passow & Rudnitski (1993) cuando expresa que:
"Los niños dotados y talentosos son aquellos que, en virtud de sus habilidades sobresalientes, son capaces de un alto rendimiento. Los niños capaces de un alto rendimiento incluyen aquellos que han demostrado sus logros y/o habilidades potenciales en cualquiera de las siguientes áreas, ya sean aisladas o combinadas: 1) habilidad intelectual general, 2) aptitudes académicas específicas, 3) pensamiento creativo o productivo, 4) habilidad de liderazgo, 5) artes visuales e interpretativas, 6) habilidades psicomotoras. Pérez, Furlán, & Heredia, (2015) coinciden en que varios autores definen el talento como "potencial individual para el logro excepcional en uno o más dominios".
García Manso, Campos, Lizaur, & Pablos, (2003) no solo hacen referencia a las potencialidades de los atletas, sino a su disposición y definen al talento deportivo como el atleta con capacidad de poder y querer realizar rendimientos elevados en el campo del deporte.
Para soportar los esfuerzos que demandan el deporte actual y las dificultades de detectar tempranamente a este potencial atlético, la pesquisa o búsqueda del talento a nivel mundial se ha convertido en una de las cuestiones más importantes y emblemáticas a resolver en el campo de las ciencias aplicadas al deporte. En tal sentido, los procesos de captación y selección deportiva están regidos por acciones, muchas veces, de tipo agresiva, tal y como se define en algunas literaturas contemporáneas (Calero-Morales, 2019; Calero, Morales. & Taboada, 2011).
Para deportes de finalidad táctica como los de combate, donde los elementos técnicos y la preparación física, psicológica y teórica, resultan recursos para imponer el juego y solucionar las situaciones en condiciones de oposición (Córdova, Rodríguez, Madrigal, & Cazco, 2020), los modelos de selección natural o piramidales son muy eficientes si se cuenta con los amplios recursos que demandan para soportarlos, que no son más que infraestructura y medios para volúmenes competitivos desde una amplia base hasta la élite. Si estos modelos piramidales se complementan en su estructura, con pruebas predictivas de desarrollo, desde las edades tempranas en función de las exigencias de la actividad competitiva dada, se optimiza el proceso de selección ya que solo se contemplarían los atletas con potencialidades para combatir.
Atendiendo a los estudios valorados, proyectamos detectar los atletas potencialmente talentosos para combatir y que posean un desarrollo cognitivo por encima de la media, con habilidades psicomotoras, con un pensamiento creativo, con una alta motivación, voluntad y disposición para entrenar, competir y ganar. Todo esto desde una finalidad táctica que es el componente esencial en la preparación de los atletas de deportes de combate. En tal sentido, se plantea como propósito de la investigación: sistematizar, desde un enfoque táctico, los componentes esenciales para la selección de atletas potencialmente talentosos para los deportes de combate, a partir de las exigencias de la competencia.
Materiales y métodos
Para la realización de esta investigación, se utilizaron métodos del nivel teórico y empírico como la revisión de documentos oficiales que permitió estudiar el estado de la selección de talentos de manera general y particularmente para los deportes de combate. Se utilizaron varias muestras en correspondencia con los objetivos de la tarea a realizar. Para diagnosticar el estado actual del proceso de selección de talentos de atletas de deportes de combate que transitan del eslabón de base a la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (Eide), se entrevistaron 36 especialistas que forman parte del colectivo seleccionador de las matrículas. Estaban conformados por dos directivos nacionales (Comisionado y Metodólogo), un directivo provincial (Comisionado) y tres entrenadores por deporte de combate. Todos los entrevistados son licenciados en Cultura Física, con más de seis años de experiencia como entrenador.
Para estos 36 especialistas, se utilizó una guía de entrevista de siete preguntas que abarcan todo el contenido que se deseaba conocer y permitió comprobar los conocimientos de los miembros del colectivo seleccionador para desempeñar su labor, su conocimiento acerca de la selección de talentos de atletas de combate y la importancia que les conceden a la misma para conformar la matrícula de la Eide, así como las pruebas aplicadas para medir dichos indicadores de selección. Las entrevistas se realizaron con profundidad ya que se grabaron durante las pruebas técnicas o de combate que se realizan para valorar los atletas en selección.
Las entrevistas a los Comisionados Provinciales, que constituyen los principales usuarios, permitieron conocer el desarrollo de los atletas que se habían seleccionado para la Eide en años anteriores, su estabilidad, principales resultados, niveles alcanzados en otras categorías, etc. También se pudo constatar cómo se lleva a cabo la selección de talentos del nivel de base a Eide, según lo dispuesto en el Programa Integral de Preparación del Deportista del Deporte de Esgrima (Pipd), que constituye el documento metodológico oficial de los deportes de combate en Cuba.
El método sistémico-estructural-funcional permitió relacionar los elementos de la herramienta metodológica propuesta, acorde con los resultados esperados.
Resultados
Son disímiles las propuestas que autores han referido para la selección de talentos, sin embargo, sus estudios han tenido mayor valor predictivo en deportes de finalidad técnica y capacitivas, es decir, en los que sus resultados dependen fundamentalmente de la ejecución técnica (gimnasias, natación sincronizada, saltos ornamentales, etc.) o de las capacidades físicas y coordinativas (atletismo, natación, halterofilia, etc.).
Para los deportes de finalidad táctica (juegos deportivos y combate (judo, luchas, esgrima, taekwondo, boxeo, kárate,) las soluciones científicas no han sido tan plausibles porque la selección se ha enmarcado en el proceso natural, contando con una base amplia de practicantes, en la pirámide de rendimiento y según se obtengan resultados competitivos, los atletas transitan hacia planos superiores.
La preparación deportiva en los deportes de combate se encamina fundamentalmente en alcanzar un rendimiento táctico, teniendo en cuenta su finalidad Córdova, Rodríguez, Madrigal, & Cazco, (2020) exponen que:
"Una definición de táctica, que satisface la manera en que entendemos cómo se conducen los combates de éxito, está enmarcada en el uso inteligente y eficiente de los recursos que se poseen (recursos físicos, técnicos, conductuales y de conocimientos, etc.) para imponer y solucionar situaciones".
Hace énfasis en imponer porque en varios estudios realizados a deportes de combate se establece que ganan más puntos y asaltos o combates los atletas que imponen su juego, es importante tomar la iniciativa.
"Es una realidad la necesidad de ser proactivo en los deportes de combate, no se trata de ser ofensivo o defensivo, se pueden combinar ambas cosas, pero de lo que se trata es de hacer que el contrario haga lo que uno quiere que haga, llevar la prioridad, conducir el combate. No esperar el momento perfecto, sino generar el momento…para ganar" (Córdova, Rodríguez, Madrigal, & Cazco, 2020).
Si se quieren identificar los atletas potencialmente talentosos para combatir, cualquier modelo o diseño metodológico o sistema, no puede desconocerse la finalidad táctica de los deportes de combate.
Avelar-Rosa, Gomes, Figueiredo, & López-Ros, (2015), en la figura 1, explican en qué consiste el "Saber Luchar" y las invariantes del conocimiento técnico y táctico que son comunes a los deportes de combate. Dejan evidente las estructuras internas que soportan la actividad combativa de estos deportes y la similitud táctica entre ellas. Más allá del "saber tocar", "saber proyectar", "saber inmovilizar", "saber estrangular" o "saber luxar", que son las habilidades generales que garantizan puntos a estos deportes de combate, los autores coinciden en que se necesitan gestionar estas prácticas a partir de las estrategias que se trazan para ganar donde la dimensión táctica es prioritaria en esta gestión (Figura 1).
Los autores antes citados representan el "saber luchar", como el dominio y relación de las acciones de transición, determinantes de las acciones de finalización, en articulación con los elementos de gestión táctica. En consonancia con el desarrollo e intensidad de esta interrelación, se construye la "intención táctica", manifestación de un "saber luchar" de calidad (Figura 1).
Se coincide con los autores antes mencionados, cuando explican que: "La intención táctica representa la utilización contextualizada, intencional y espontánea de los recursos técnico tácticos, demostrando no solamente el dominio del "saber luchar", sino también la manifestación de este conocimiento con alto nivel práxico y dialéctico". Por tal motivo, se entiende que la intención táctica o las habilidades tácticas, asociadas a ser proactivo, llevar la iniciativa, ser creativo, tener percepción visual, sentido del tiempo, del momento y la distancia y otras por estudiar, permitirán reducir la incertidumbre asociada a las infinitas manifestaciones de acciones en oposición que se suscitan en los combates y garantizan un escenario más favorable para tomar las decisiones, obtener puntuaciones y ganar. La selección de atletas potencialmente talentosos en estas y otras habilidades tácticas serán los que estamos buscando para evaluar predictivamente, si pudieran obtener resultados relevantes en los deportes de combate.
Cuba tiene experiencia en la selección natural. ya que concedió la práctica masiva de los deportes, destinando importantes presupuestos para desarrollarlos, lo que permitió alcanzar niveles de rendimiento similares a los países del llamado primer mundo. Se reconoce la pirámide por la que transitan los deportistas desde el eslabón de base hasta la élite donde la primera fase, base de la pirámide, es sólida, con un volumen amplio de practicantes y se afina en función de la calidad de los atletas hasta llegar a los de mayor pericia luctatoria y consecuentemente mejores resultados. El tránsito por esta pirámide no es homogéneo, aunque en su mayoría se respetan las maduraciones biológicas y, sobre todo, el desarrollo de las potencialidades para el rendimiento táctico.
Según Lorenzo (2001), en cada fase de la pirámide se deben desarrollar paulatinamente las habilidades y capacidades que garanticen el éxito deportivo posterior. Puede comenzar la primera fase de fundamentos donde se desarrolla la familiarización con los deportes de combate, aunque el objetivo fundamental es el aprendizaje motor, con el fin de mejorar las cualidades coordinativas.
La segunda fase de iniciación deportiva donde se plantea el inicio en varias disciplinas deportivas a la vez, por lo que pudieran vincularse los niños a más de un deporte de combate, aunque se aconseja combinar deportes individuales y deportes colectivos. La tercera fase es de especialización y se comienza con un entrenamiento sistemático para un solo deporte o también un deporte de combate en más de una modalidad, ejemplo esgrima florete y esgrima sable. En esta fase, se necesita competir y demostrar, para evaluar, el rendimiento táctico. La cuarta y última fase de máximo rendimiento donde su objetivo es la optimización de la forma deportiva para obtener los más altos rendimientos tácticos y resultados en la competición.
En esta búsqueda del procedimiento metodológico para la selección científica de talentos para los deportes de combate, no se puede dejar de mencionar las fases establecidas por Bloom & Sosniak (1985) para la evolución de la maestría, habilidad o pericia deportiva hasta alcanzar la experticia o perfección (Tabla 1).
Ruiz Pérez, (1999) refiere que son varios los estudios que tratan de analizar cómo los atletas expertos o de una alta maestría deportiva han llegado a sus resultados, indagando en los itinerarios de vida desarrollados, pero, en definitiva, el interés por estudiar el desarrollo de la pericia en el deporte ha residido en cuatro aspectos fundamentales que, vistos desde los deportes de combate, serían: Conocer cómo interactúan el conocimiento de base, las habilidades técnicas y las situaciones en el combate, analizar el tipo de procesos cognitivos implicados en los diferentes deportes de combate, dilucidar las relaciones entre el conocimiento y la competencia para combatir y encontrar las posibles aplicaciones pedagógicas, es decir, cómo se preparan y entrenar para ganar en los deportes de combate.
Lorenzo (2001), explicando la preparación deportiva a largo plazo, superpone esta teoría de las fases de la pericia de Bloom (2005) con la ya conocida pirámide de alto rendimiento, destacando cómo es importante tener en cuenta esta simultaneidad de contenidos, si se quiere entrenar para el logro de los mayores resultados deportivos (Figura 2).
Para la detección y selección del nivel de base deportivo en los deportes de combate, que es motivo de estudio, es interesante observar el paralelismo que muestra la Figura 2. Cómo la fase de Inicio de Bloom coincide con las dos primeras fases de la pirámide para el alto rendimiento. A decir de Lorenzo (2001):
"durante la infancia, además de plantearse la necesidad de establecer una formación psicomotriz amplia y multilateral, a través de medios diversos y variados, debemos incluir como necesario para favorecer ese desarrollo del deportista, el apoyo de la familia y de los entrenadores y plantearle al niño aprendizajes significativos y divertidos".
La propuesta que se deriva de la presente investigación se concentra a en la primera fase selectiva, desde el eslabón de base al alto rendimiento escolar y establece su diseño a partir de lo planteado por Godik, (1989) sobre los fundamentos del control integral del entrenamiento deportivo. Este autor lo considera como:
"la comprobación multilateral del nivel de la preparación del deportista, realizado durante investigaciones integrales profundas o por etapas, el registro de los indicadores de los estados físicos y psíquicos del nivel técnico-táctico y de las particularidades de la actividad competitiva".
A partir de esto, se pregunta entonces, ¿qué elementos debe contener el proceso de selección y desarrollo de atletas potencialmente talentosos para los deportes de combate?
En las fuentes estudiadas, se distinguen dos metodologías, bien diferenciadas, que están contenidas en nuestra propuesta para dar seguimiento a los talentos porque no todo está en los genes, también hay factores sociales decisivos para seleccionar un talento. Pero lo distintivo es que se potenciarán los estudios desde una visión de finalidad táctica que es la exigencia que garantiza imponerse en el combate, crear escenarios y solucionar situaciones para ganar. Se medirán indicadores que evalúen las potencialidades para tomar y ejecutar decisiones para crear, etc., (Tipán & Morales, 2018; Flores Abad, Arancibia Cid, & Calero Morales, 2014; Flores, Calero, Arancibia, & García, 2014), es decir, las que garantizan el desarrollo táctico y las que determinan el rendimiento táctico de los atletas de los deportes de combate.
Por tanto, se trabaja para elaborar un modelo de selección de talentos con una visión de finalidad táctica para los deportes de combate, desde la perspectiva de las ciencias de la salud y la metodología cuantitativa, que incluye baterías de pruebas para valorar a los deportistas y desde la perspectiva de las ciencias sociales y la metodología cualitativa donde se encuentran, entre otras cuestiones, los análisis de las trayectorias vitales de los deportistas de élite.
Un acercamiento al orden metodológico fue descrito por Madrigal et al., (2020) colaboradores en el 1er. Boletín del Centro de Investigaciones del Deporte cubano (CIDC vs Covid19), pero en discusiones para enriquecer la teoría a partir de lo que de manera práctica se lleva a cabo en la investigación, se esclarecieron estos aspectos. Por lo que una herramienta, que formará parte del modelo de selección de talentos con finalidad táctica para los deportes de combate, se concentra en los siguientes pasos metodológicos:
Determinación de los perfiles de exigencia de los deportes de combate a partir del análisis sistémico de la actividad competitiva.
Identificación y ponderación de los factores que determinan el rendimiento deportivo.
La selección o creación de las pruebas idóneas que permitan evaluar los indicadores de los factores que determinan el rendimiento.
La organización del proceso de evaluación y la normalización de las baterías de pruebas.
La elaboración de la metodología para la aplicación de las baterías de pruebas.
La aplicación controlada de las baterías de pruebas.
Estudio predictivo de rendimiento, en correspondencia con las demandas del ejercicio competitivo a partir del análisis matemático-estadístico de los resultados de la aplicación de las pruebas.
Identificación de los mejores atletas con potencialidades para combatir.
Algunos aspectos del contenido que se definen para los pasos metodológicos, declarados anteriormente, son los siguientes:
Determinación de los perfiles de exigencia de los deportes de combate a partir del análisis sistémico de la actividad competitiva
Son diversos los autores que han determinado los parámetros para caracterizar eficientemente la competencia. Para deportes de combate Copello, (2007), propone los siguientes indicadores de la Tabla 2. Un ejemplo simplificado para la esgrima de esta caracterización se deja claro en el artículo de Madrigal, Córdova, & Heredia (2017).
De esta meticulosa caracterización de la actividad competitiva, teniendo en cuenta modalidad, sexo, división de peso, para el que se quiere hacer el modelo, germina el perfil de exigencias del deporte y, por consiguiente, el perfil de referencia que demandan los deportistas para esta actividad competitiva de combate.
Identificación y ponderación de los factores que determinan el rendimiento deportivo
Teniendo en cuenta las exigencias que demanda el combate, se necesita identificar los factores que determinan el rendimiento, ordenarlos o ponderarlos a partir de su importancia para la obtención de resultados. Este perfil de referencia, que demandan los deportes de combate, será imprescindible para determinar los deportistas talentosos, por supuesto teniendo en cuenta las posibilidades reales de los atletas en las edades de selección.
Este paso es significativo ya que marca la diferencia en lo que tradicionalmente establecen los modelos de selección. Algunos autores han expuesto obviamente la necesidad de que el modelo de selección se parezca al deporte para el que vamos a seleccionar el talento, pero no han sido específicos en cuanto a qué, en los deportes de combate, de finalidad táctica, se necesitan variables e indicadores que permitan evaluar las exigencias tácticas que ellos demandan (pensamiento táctico, creatividad, iniciativa, proactividad, solución, inteligencia, etc.). El éxito deportivo en los deportes de combate depende de la preparación física (capacitiva) y técnica (acciones y habilidades), pero fundamentalmente de la táctica o uso inteligente de esos y todos los recursos que se posean, además de una elevada disposición para ganar.
Los deportes de combates que compiten a nivel olímpico, dígase: boxeo, taekwondo y kárate, resultan ser combinaciones de técnicas y habilidades altamente complejas. Los combates se desarrollan en condiciones variables con gran rapidez y cambios continuos de la interrelación de la distancia de todos los segmentos corporales, que determinan el tiempo táctico para realizar la acción, que evalúan constantemente los contrincantes para determinar la ejecución de las acciones de ataque y defensa. También, en el caso de la esgrima, incluyen el manejo del arma, que demanda la utilización de habilidades finas en su totalidad adquiridas, producto del manejo del florete, la espada o el sable, que validan la efectividad. Los restantes deportes de combate, el Judo y las Luchas, que inician con acciones de los agarres, dependen de un alto grado de desarrollo de las sensopercepciones, equilibrio, capacidades físicas especificas entre otras, por lo que se requiere dominar gran cantidad de elementos técnico-tácticos y el atleta debe estar constantemente concentrado en los movimientos del contrario y en aquellos elementos que son significativos para mantener el equilibrio del centro de gravedad.
En general, todos los deportes de combate dependen de una buena concentración, anticipación, estabilidad de la atención y experticia para percibir y dar respuesta a las acciones del contrario, sin dejarse engañar por las fintas o elementos no significativos y se magnifica la necesidad de desarrollar percepciones tácticas altamente especializadas. Los deportes que se corresponden con este grupo presentan una estructura de rendimiento compleja. El combate exige efectividad de realización, que depende de la percepción de los estímulos, la elaboración por el sistema nervioso central (SNC) de la solución y el uso racional de las habilidades y capacidades que apoyan las respuestas motoras. En estos deportes de combate, de finalidad táctica, contrastando los indicadores que caracterizan la competición con las exigencias que demanda, podemos concluir que los factores de la personalidad del atleta, tendientes al desarrollo de habilidades tácticas, son los que necesitamos evaluar para contribuir a obtener altos resultados.
Estos indicadores que determinan el rendimiento para combatir confluyen indistintamente, combinados en el combate, pero tienen un peso específico dentro de la competición para asestar golpes, toques, estrangulaciones, etc. y obtener puntos en el combate, por lo que es necesario ponderarlos para determinar su incidencia e importancia para el rendimiento y así llegar al perfil de referencia del atleta ideal para los deportes de combate. Se necesitará de especialistas y expertos de los deportes de combate para determinar los indicadores de rendimiento y su nivel de implicación en la obtención de resultados. Es una valoración altamente especializada que requiere no solo de conocedores de la actividad competitiva del combate, sino de practicantes e investigadores de alto rendimiento.
La selección o creación de las pruebas idóneas que permitan evaluar los indicadores de los factores que determinan el rendimiento
A partir de que se identifique el perfil de referencia del atleta ideal para los deportes de combate, se seleccionarán o crearán las pruebas idóneas que garanticen medir estas exigencias, respetando los períodos sensitivos del desarrollo y la confiabilidad de los resultados para un estudio pronóstico. Esto permitirá conocer de manera multifactorial las potencialidades que tiene el deportista para alcanzar niveles importantes en las competiciones de combate. La valoración integral de sus potencialidades y de la combinación de estas para la obtención de resultados es lo que permitirá seleccionar a los atletas del eslabón de base a la escuela de rendimiento, con condiciones para obtener posibles resultados.
En este paso, es donde primará la visión de finalidad táctica para determinarlas pruebas e indicadores que sean capaces de evaluar el rendimiento táctico. Esto se hará de lo simple a lo complejo como explicamos anteriormente, teniendo en cuenta la maduración biológica de los niños, pero permitirá valorar en alguna medida el comportamiento para tomar y ejecutar decisiones, rendimiento cognitivo motriz, comprensión y desarrollo de los juegos y todo lo relacionado con el desarrollo táctico en la iniciación.
El diseño o selección y la evaluación de las pruebas, con una visión de finalidad táctica, se convierten en el medio fundamental para la obtención de los deportistas potencialmente talentosos para competir en los deportes de combate. Estas pruebas tendrán que ser confiables (consistencia interna y estabilidad) y deberán tener validez predictiva, donde se tengan en cuenta las teorías contemporáneas de la inteligencia y las aptitudes cognitivas y el desarrollo del pensamiento táctico.
Teniendo en cuenta estos aspectos generales, se pueden asignar las pruebas idóneas y contextualizadas para medir lo que la actividad demanda. Para un mejor entendimiento y análisis de las mismas, esta investigación propone agruparlas por dimensiones; dígase condicional coordinativa, técnico-táctica, médico-biológica, psicológica y social. Algunos aspectos se ven reflejados en la Figura 3 que aparece a continuación.
Dentro de las valoraciones psicológicas se priorizarán las que evalúan el pensamiento táctico que debe prevalecer en los deportes de combate porque es la premisa fundamental para el desarrollo de la táctica. Sus indicadores tendrán que ver con sus particularidades de operatividad, rapidez, flexibilidad, previsión y todo lo que garantice la efectividad que caracteriza a este tipo de pensamiento. Un indicador importante será la creatividad, así como la proactividad y la iniciativa, entre otros.
Águila, Cantero, & García, (2006) dejaron esclarecido acerca del aspecto conceptual de la táctica como habilidad preferentemente mental. Se considera la pericia luctatoria manifestada, no solo en saber hacer (posiciones, movimientos y acciones) y en saber utilizar (el elemento técnico), sino en saber crear (procedimientos, vías, escenarios y condiciones) y en saber decidir (el momento oportuno, la distancia, el tipo de acción y la conducta) para lograr puntos en el combate y ganar.
En este sentido, se han identificado pruebas para medir: habilidad de resolución de problemas, pensamiento abstracto, capacidad para modificar estrategias incorrectas, flexibilidad e inhibición de respuestas incorrectas, lógica, memoria motora, cambio de estrategia, preferencia neuromotora y uso del feedback (retroalimentación) a partir de la experiencia.
La organización del proceso de evaluación y la normalización de las baterías de pruebas
El otro paso lógico sería agruparlos en baterías según los requisitos, exigencias y características de las pruebas y las características propias de la edad de los deportistas a medir para garantizar el máximo rendimiento de los individuos.
La factibilidad de realización. (agrupación de pruebas que no falseen el resultado de otra, relación trabajo-descanso)
Comprobación de los medios de medición (equipos que arrojen resultados fiables)
Selección del equipo de medición. (especialistas y expertos de combates, con percepciones especializadas en esta actividad, previamente capacitados para la realización y medición de las pruebas)
Condiciones similares de realización. (evaluación de los atletas en cada prueba bajo condiciones similares)
Esto brindaría la confiabilidad requerida para la contratación de los resultados.
La elaboración de la metodología para la aplicación de las baterías de pruebas
La metodología es la encargada de gestionar y plasmar ordenadamente la realización del proceso. Establece el control de los procedimientos y técnicas que se aplican de manera sistémica y registra los resultados. Para su confección, proponemos una adaptación a la más usada para implantar un sistema de mejora continua: Ciclo PDCA (o círculo de Deming). Este método de gestión se desglosa en las cuatro fases: planeación, ejecución, verificación y mejora; directamente interrelacionadas y esquematizadas de manera circular ya que la última fase siempre da paso a la primera del proceso sucesivo. Estas características orientan, como su objetivo, a estandarizar y consolidar metodologías efectivas a través de la autoevaluación del propio método creado.
Este sistema de mejora continua le imprime un gran peso a la retroalimentación y perfeccionamiento, mediante acciones correctivas y preventivas, haciéndolo flexible y cambiante a partir de la consolidación de los puntos fuertes y el desarrollo de las áreas de mejora. Estas características se corresponden de manera proporcional con las versátiles exigencias del deporte contemporáneo y, en especial, con los de combates. El reglamento, entrenamiento y expectativas de rendimiento se han movido de manera vertiginosa en los últimos 15 años para los deportes de combate, por lo que esta variante de planeación permite readaptar el proceso en cuanto las condiciones competitivas cambien. Se deben confeccionar protocolos de seguimiento con el fin de consolidar, plasmar y evidenciar toda la información, por fases, del proceso de aplicación de las baterías de pruebas para la selección de los atletas potenciales y de manera simultánea se aplican los protocolos de evaluación de eficiencia de la herramienta diseñada. El análisis de los resultados, garantiza el diagnóstico y la retroalimentación de procesos futuros.
La aplicación controlada de las baterías de pruebas
Los métodos de selección de talentos reflejan, fundamentalmente, dos modalidades evaluativas: prueba censal y prueba controlada. La prueba censal consiste en la aplicación de determinadas pruebas a casi la totalidad de una población de similares características; esto genera rangos de calificación, llamados percentiles, los cuales se establecen como referentes de comparación. Para conocer el nivel de desarrollo del atleta, se contrastan los percentiles preestablecidos con el resultado individual del evaluado, y su ubicación en el rango evidencia su desarrollo actual. Esta variante es generalmente para aplicar en muestras grandes ya que existen mayores probabilidades de que haya uno o varios individuos en los rangos del percentil 90. Para una eficiente aplicación de esta variante, se necesita que estos percentiles estén actualizados y adecuados a la población que se evalúa. En la otra variante, las pruebas controladas se le aplican a una muestra determinada donde la evaluación depende de la ubicación del resultado individual en correspondencia con la del grupo. En caso de poseer una muestra pequeña, estas son las pruebas más objetivas para la selección ya que el sujeto se evalúa dentro de su propia población, que es la única existente.
Estudio predictivo de rendimiento en correspondencia con las demandas del ejercicio competitivo, a partir del análisis matemático-estadístico de los resultados las pruebas aplicadas
Este análisis se realizará mediante el contraste de los datos arrojados por las pruebas que se le hicieron a cada uno de los sujetos que se inician en los deportes de combate. Es importante separar los datos por sexo, peso (en caso de deporte por pesajes) y edad biológica, para que la evaluación sea fiable al desarrollo funcional del niño en la selección temprana. Cada uno de estos datos se llevará a una escala preestablecida, según la ponderación (incidencia y peso en la obtención de resultados) de los factores que determinan el rendimiento que definirá la evaluación de la prueba según la importancia del indicador para la práctica de los deportes de combate. Se comparan los resultados según la edad biológica de los individuos, agrupados en un rango de un año.
Identificación de los mejores atletas con potencialidades para combatir
Se designarán los mejores índices por dimensiones: (condicional coordinativa, técnico-táctica, medico-biológica, psicológica y social) y de manera general saldrán los de mayores potencialidades integrales. Los datos se registrarán y servirán de comparación para los próximos procesos selectivos en categorías superiores, como diagnóstico del desarrollo individual y para engrosar las referencias de la base de datos de selección de próximos años.
En resumen, en los ocho puntos anteriores, se caracteriza la actividad competitiva de los deportes de combate para saber exactamente las exigencias de esa competición y las capacidades que son condicionantes y determinantes para alcanzar un elevado rendimiento, y se determinan los indicadores que debemos medir en los atletas para determinar las potencialidades que tienen para competir en los deportes de combate. Se realiza un proceso de elucidación de los factores que garantizan el rendimiento y por criterio de expertos determinarán la jerarquía de los mismos, ya sean solos o combinados, que garantizarán los resultados en los deportes de combate.
La figura 4 que se observa a continuación es una herramienta que integra los pasos metodológicos explicados con anterioridad, detalla la relación multifactorial que se pone de manifiesto en la selección de atletas potencialmente talentosos para los deportes de combate donde, tomando al medio como modelador del sujeto, actúan las exigencias de la actividad competitiva, las demandas de esfuerzos, los soportes biológicos y energéticos que las sustentan y las capacidades necesarias para cubrir las requerimientos de la actividad competitiva. Estos requisitos arrojarán los indicadores que soportarán el proceso de selección para predecir el atleta de mayores potencialidades para asimilar las cargas para combatir (Figura 4).
Las encuestas y entrevistas realizadas confirmaron que la selección de talentos con finalidad táctica complementa la pirámide natural de selección de talentos que se realiza en Cuba y permitirá optimizar este proceso para todos los deportes de combate. Asimismo, coinciden que se necesita un trabajo entre todos los factores implicados en el proceso para que la selección salga con la integralidad requerida. En relación con el orden metodológico propuesto que integrará el modelo de selección, los 36 entrevistados consideran que es pertinente.
Estas evaluaciones, en el caso de la selección temprana, deben estar en correspondencia con la edad de los niños, su nivel de maduración biológica y las fases sensitivas del desarrollo para descartar los requisitos que no generan información confiable. Se aplicarán las pruebas a los niños y su evaluación comparada en la población o contra percentiles; arrojará de manera predictiva un atleta que esté en correspondencia con la totalidad o la mayor parte de las características que demanda la actividad competitiva dada.
Posteriormente, su seguimiento en categorías superiores demandaría un proceso que se gestaría con métodos similares, pero que incluiría evaluaciones más específicas de su desarrollo técnico-táctico y cognitivo y de sus resultados en competencias. Se tendrá en cuenta, también, la capacidad para gestionar emociones, situaciones de stress y la presión propia de las competiciones, así como la disposición permanente para triunfar.
Será necesario asumir un mapa de desarrollo del conocimiento táctico que dependerá de las potencialidades que tiene el deportista de combate para, en un contexto táctico, imponer su juego, seleccionar la respuesta correcta con respecto a la situación táctica que se presenta y adecuar la respuesta teniendo en cuenta, también, la evolución del contrario en la situación táctica en la que se encuentra.
A modo de conclusión, se plantea que el talento es una configuración psicológica de la personalidad con una estructuración muy compleja y multidimensional, donde no solo se potencian los aspectos intelectuales como las capacidades generales y específicas, la inteligencia y la pericia, sino también la motivación, la voluntad, la creatividad y la capacidad de innovar.
En la gestión del talento para los deportes de combate, la dimensión táctica es definitoria para alcanzar la pericia luctatoria, por lo que se reitera la necesidad de que la evaluación tenga una finalidad táctica porque necesitamos un atleta con potencialidades para responder espontáneamente en el momento táctico preciso, porque se trata de un atleta que combate en condiciones de oposición táctica por estar limitado en momento, espacio y tiempo. El sentido táctico define la calidad y rapidez de la proacción y la reacción de un atleta de combate. Involucra la capacidad de percibir, analizar, decidir y ejecutar una acción elegida entre su memoria y repertorio psicomotriz para crear escenarios e imponer su juego ganador o ajustarla a las condiciones impuestas por el contrario y responder acertadamente. El sentido táctico traduce la inteligencia para combatir el judoca, esgrimista, luchador, taekwondin, karateca o boxeador.
El orden metodológico y la herramienta multifactorial, que formarán parte del modelo, sistematizan el contenido desde la competencia, pasando por los esfuerzos que se generarán, determinando las capacidades que le corresponden y sus soportes biológicos, por lo que es pertinente para cualquier deporte de combate que se caracterice previamente.
El proceso selectivo y formativo de un deportista es absolutamente específico a cada deporte, especialidad, a cada maduración biológica y a cada cultura. A partir de estas condicionantes investigadas, se necesitarán más estudios de tipo longitudinal e internacionales para contextualizar aún más los procesos.