INTRODUCCIÓN
En la defensa personal del profesional de las fuerzas navales, se realizan combates, acciones múltiples en mar y tierra, donde pueden atacar varias personas de diferentes pesos y tallas, quienes utilizan diferentes herramientas de ataque. Dentro de estas armas, se incluyen armas blancas y de fuego de diferentes calibres (Mullerson, 2019). La Defensa Personal es una disciplina de combate que, tanto en el ámbito internacional como nacional, posee una importancia significativa por los beneficios que esta reporta en lo individual y lo colectivo. Esta actividad mejora las condiciones mentales y físicas de los practicantes, (Esparza, 2019). Por otro lado, se fortalece la educación y la formación de valores. En ella, se manifiesta una filosofía que incide en la conducta ética para la utilización de sus habilidades, elementos estos que conducen a realizar estudios e investigaciones (Wagner, 2019; Ferreira, 2020; Parry, 2019).
Las metodologías de las disciplinas de combates han sido tratadas por diferentes autores, las que constituyen fuentes teóricas directas de la presente investigación. Como muestras de estas disciplinas, se incluyen deportes como el judo, que incorporan las exigencias de combate en etapas específicas de desarrollo, (Mildestein et al., 2019). Esta condición favorece la efectividad técnico-táctica en los combates como el karate do; (Sánchez et al., 2020) y sobre la enseñanza de las técnicas de otros deportes de combate como el taekwondo y la lucha (González-Catalá, Morales, 2017; Escalona et al., 2021).
Para el caso específico de los deportes de combate aplicados a las fuerzas militares, incluidas las navales, la literatura especializada aborda diversos temas sobre cómo preparar a las fuerzas profesionales. Estas fuentes incluyen el entrenamiento representativo con elementos que aporten un menor riesgo a las fuerzas, tal y como lo describe Staller et al., (2019). Se integra, además, una disminución de las lesiones del personal de entrada inicial al ejército (Hauschild et al., 2018).
Por otra parte, en el caso específico de las fuerzas navales, la literatura describe los efectos de los entrenamientos especializados como la defensa personal en marines en el índice de lesiones, (Jensen et al., 2019). Para este propósito, se proponen acciones en función de contrarrestar los efectos negativos o entrenamientos especializados y complementarios en la preparación personal a favor de la obtención de distinciones en el cuerpo de marines (Nicewarner, 2001).
La defensa personal ocupa un lugar importante en la preparación de los oficiales del enfrentamiento. Esta dota a los oficiales de una adecuada integralidad teórica, psicológica, física, técnica, táctica y combativa para su actuación profesional. Ella funciona de conjunto con la formación de una cultura general que les facilite cumplir las exigencias que demanda la sociedad en los momentos actuales. La sociedad exige el cumplimiento de la ley y el orden, por lo que confía en sus fuerzas militares para tal efecto social. Estos requerimientos del Estado y la población colocan a los oficiales navales ante el reto de estar cada día más preparados para afrontar sus funciones profesionales (Guttieri, 2021).
El objetivo de la defensa personal en la Fuerza Naval Ecuatoriana es precisamente defenderse ante el enemigo y reducir a la obediencia a uno o más adversarios en un período corto de tiempo, preferentemente sin el empleo del arma de fuego. Mediante su práctica, se adquieren hábitos, habilidades, destrezas, capacidades y competencias profesionales que les permiten resolver con energía, autoridad y racionalidad cualquier situación por imprevisible que esta sea.
Combatir en la defensa personal es un contenido difícil, complejo y, a la vez, importante, que debe desarrollarse en los profesionales de las fuerzas navales. Es esta dimensión la que ofrece la posibilidad más cercana a la realidad, de aplicar los conocimientos, hábitos, habilidades, así como simular desde distintas aristas el enfrentamiento (Ginés, 2019; Esparza, 2019). En las condiciones actuales de la formación para la actuación profesional de los futuros oficiales, se presentan limitaciones en el uso de competencias exigidas en función de un desempeño exitoso. Los retos se plantean en asumir decisiones al aplicar el contenido de los combates de defensa personal en la solución de las situaciones dinámicas que les impone el enfrentamiento a las actividades delictivas y subversivas. Se suman a este estudio los aspectos en la sistematización de los contendidos de la preparación defensiva del personal naval de la República del Ecuador.
En la defensa personal, las competencias profesionales resultan un tópico poco tratado en el entorno nacional. En ese mismo sentido, se manifiestan debilidades en desarrollar un proceso pedagógico que atienda la formación de competencias dirigidas a la solución con éxito de problemas profesionales, desde el contenido de las disciplinas de combate.
Lo anteriormente expuesto devela la necesidad impostergable de emplear novedosas vías para formar a los futuros oficiales de la Fuerza Naval. Este es concebido desde un proceso donde se adiestren en la utilización de competencias específicas para la profesión, que los autores asumen como competencia combativa profesional del ejercicio de la profesión del oficial de la Fuerza Naval. Por ello, en un proceso de implementación práctica de alguna estrategia de intervención relacionada y se requiere establecer diagnósticos (Barroso et al., 2015) con vistas a delimitar alcances y limitaciones en el futuro proceso de intervención.
En tal sentido, se ha planteado como propósito de la investigación diagnosticar necesidades en la defensa personal sistemática de la Escuela Superior Naval, en la República del Ecuador.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación es de corte exploratoria con enfoque descriptivo-explicativo y correlacional, seleccionado bajo un muestreo intencional no probabilístico a 20 oficiales navales con experiencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Fuerza Naval Ecuatoriana. Este trabajo se enmarca fundamentalmente en el aspecto de la defensa personal, sobre el cual contestaron cuatro preguntas directamente relacionadas con un futuro proceso de intervención; este aspecto incluye varios modelos de entrenamientos sistemáticos de defensa personal para el personal naval.
Los criterios de inclusión para la selección de los especialistas contemplan entre otros elementos: pertenecer a la Fuerza Naval de Ecuador, ser entrenadores de defensa personal con una experiencia superior a los diez años y realizar una firma de consentimiento informado. Los oficiales respondieron a las siguientes preguntas mediante las encuestas aplicadas.
Dominan las técnicas de karate-do, boxeo, judo (P1).
Aplica correctamente las técnicas del karate-do (P2)
Aplica correctamente las técnicas del boxeo (P3)
Aplica correctamente las técnicas del judo (P4).
Las preguntas poseen un sistema de respuestas cerradas evidenciadas en la tabla 1 (B=bien; R=regular; M=mal; sí; no; a Veces), las cuales son sometidas a un procesamiento porcentual. Por otra parte, los especialistas evalúan teóricamente la necesidad de implementar un entrenamiento sistemático de defensa personal en la Escuela Superior Naval a través del análisis de cuatro indicadores dispuestos a continuación:
Pertinencia: relacionado con la oportunidad, adecuación, conveniencia, que viene a propósito, relevante, apropiado o congruente con aquello que se espera resolverá el problema.
Factibilidad: si es posible conseguir la meta diseñada.
Prioridad: relacionado con la necesidad de implementación de dichos contenidos de la preparación coordinativa en un modelo clásico de entrenamiento deportivo.
Integralidad: relacionado con la idea de totalidad, la vinculación dialéctica de cada componente de un sistema determinado.
Los cuatro indicadores de análisis permiten justificar teóricamente el diseño ulterior de una estrategia de intervención con contenidos de la preparación física, orientados a perfeccionar el proceso de defensa personal en la Fuerza Naval Ecuatoriana. En tal sentido, los indicadores se evalúan en cinco ítems o niveles tipo escala de Likert; estos se muestran dispuestos como método investigativo de campo sobre la opinión teórica de un sujeto en un tema determinado. Los niveles se describen a continuación:
Un punto: muy baja.
Dos puntos: baja.
Tres puntos: regular.
Cuatro puntos: alta.
Cinco puntos: muy alta.
Una vez determinado la no existencia de una distribución normal de los datos a través de la Prueba de Shapiro-Wilk, se aplica la Prueba W de Kendall. Se asume como satisfactoria la prueba siempre y cuando el índice de concordancia sea igual o mayor a 0.5.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La tabla 1 muestra los resultados emitidos por los especialistas en las cuatro preguntas cerradas. Se evidencian como parte de la penúltima y última fila la frecuencia absoluta (FA) y la frecuencia porcentual (FP), respectivamente (Tabla 1).
Tal y como evidencia la tabla 1, los 20 especialistas en su autoevaluación como parte de la primera pregunta (P1) determinan que el 45 % domina técnicas de karate-do, boxeo y judo. Se autocalifican cualitativamente con el rango de bien, mientras que el 25 % de los especialistas consideró dominar de forma regular las tres artes marciales mencionadas. Por otra parte, el 30 % de los especialistas consideró que sus competencias en karate-do, boxeo y judo son aún deficientes.
En el caso de la segunda pregunta (P2), los especialistas se autoevaluaron con una calificación del 45 % al considerar que aplican correctamente las técnicas de kárate do (bien). Se comportan los resultados así frente a un 40 % que determinó un nivel regular, y un 15 % que se autoevaluó con un nivel cualitativo deficiente o malo. Para el caso de la tercera pregunta, el 65 % de los especialistas consideró poseer un nivel bueno en las técnicas de boxeo, mientras que el 35 % consideró poseer un nivel regular. No existe un nivel de categoría malo para el caso del boxeo, indicativo de que dicha arte marcial es la de mayores conocimientos en la Fuerza Naval.
Para el caso específico de la aplicación correcta de las técnicas de juego (P4), los especialistas se autoevaluaron con un nivel bueno en un 40 %, mientras los autoevaluados con un nivel de regular fueron el 35 % y con un nivel malo el 25 %.
Todo lo anterior demuestra teóricamente la necesidad de modelos de entrenamientos sistemáticos que perfeccionen la defensa personal en la Fuerza Naval ; se consideran diversos elementos propios del proceso de enseñanza-aprendizaje como el rango etario del marino, el género y el estado de salud, entre otros, (Origua Ríos et al., 2018) Paralelo a estos resultados, se tiene presente el estado funcional durante el proceso de implementación de la actividad controlada, tal y como lo define Romanenko et al., (2018).
Por otra parte, las evaluaciones emitidas con la escala de Likert en los cuatros indicadores que analizan teóricamente la futura propuesta de intervención (Tabla 2).
Los especialistas consultados puntuaron los cuatro indicadores con una calificación general que oscila entre regular a alta (Tabla 2). Se obtiene el indicador Pertinencia un puntaje promedio de 4.30 puntos; se adquiere una calificación cualitativa de alta. Lo anterior es importante, dado que los especialistas teóricamente consideran necesario el diseño e implementación de una estrategia de entrenamiento que mejore la defensa personal en los profesionales de la marina ecuatoriana, incluyéndose a ellos mismos.
En el caso del indicador factibilidad, el puntaje fue el menor de los registrados (.40 puntos); se obtiene una calificación cualitativa de regular. En dicho caso, los especialistas consideran que el solo hecho de diseñar una estrategia de entrenamiento de defensa personal para la Fuerza Naval Ecuatoriana, tiene necesariamente efectividad. Esto se ha originado como resultado del proceso burocrático que deberían pasar. Se suma a esto la necesidad de implementar acciones de superación profesional por parte de los instructores de artes marciales que actualmente laboran en la naval. Se deduce que este es un proceso bien complicado desde el punto de vista práctico. En tal sentido, una de las recomendaciones de la presente investigación es trazar acciones de concientización, superación profesional y actualización en el área, auxiliándose de instructores extranjeros, según los convenios de cooperación que podrán tener las fuerzas armadas, incluyendo la naval.
En el caso del indicador prioridad, se alcanzó el puntaje promedio más alto (4.55 puntos), para una calificación cualitativa entre alta a muy alta. Lo anterior evidencia la alta necesidad traducida en prioridad que posee un proceso de intervención como el planteado. Este aspecto ha sido corroborado con las autoevaluaciones que los especialistas en defensa personal, que laboran en la Fuerza Naval han emitido como parte de la tabla 1. Los mismos poseen un porcentaje significativos de especialistas con problemas en artes marciales básicas como el karate do, el boxeo y el judo.
El indicador Integralidad obtuvo una calificación promedio de 4.40 puntos, cualitativamente calificado de alta. Lo anterior es indicativo de que la estrategia de entrenamiento sistemático en defensa personal debe tener presente diversas artes marciales de forma integral. Visto de esta manera es un proceso más efectivo en cuanto a defensa personal. En tal sentido, autores como Mihalache, (2018) evidencian el papel de la preparación multilateral en futuros oficiales. Autores como García et al., (2018) consideran prioritarios en el proceso de enseñanza-aprendizaje el desarrollo de deportes de combate de las etapas iniciales, con vistas a perfeccionar el proceso de selección de talentos.
Una vez analizado los indicadores dispuestos en la tabla 2, la Prueba W de Kendall (Tabla 3) y (Tabla 4) revela un índice de concordancia entre los especialistas de nivel aceptable (0.526). Por tanto, hay consenso entre todos los especialistas de la importancia de diseñar un proceso de entrenamiento sistemático de defensa personal para la Escuela Superior Naval; se tienen presentes indicadores tales como la pertinencia, la factibilidad, prioridad e integralidad del contenido de la preparación a planificar.
La importancia del diagnóstico reviste en la determinación temprana de limitaciones y ventajas del proceso a implementar; este es un caso aplicado en las fuerzas armadas del Ecuador. Entre numerosos trabajos consultados sobre actividad física aplicada se encuentran los dispuestos en Jaramillo, Sotomayor (2017) y en Ordoñez et al., (2017). El diagnóstico permite la toma de decisiones relacionadas, (Barroso et al., 2015; Barzaga-Sablón et al., 2019) que, para la presente investigación, permite justificar teórica y metodológicamente la investigación, así como las acciones estratégicas que deban tomarse para implementar prospectivamente un proceso de intervención determinado, tal y como sería el diseño e implementación de un entrenamiento sistemático de defensa personal en la Escuela Superior Naval.
CONCLUSIONES
La presente investigación, mediante la consulta a especialistas, evidencia la necesidad de implementar un proceso de entrenamiento sistemático de defensa personal en la Escuela Superior Naval. Estos demuestran la efectividad de los indicadores de pertinencia, su factibilidad, su prioridad e integralidad en el diseño de un proceso prospectivo para brindar superación profesional al personal naval ecuatoriano en el aspecto de la defensa personal.