INTRODUCCIÓN
Desde el surgimiento del judo en 1882, se han codificado 42 técnicas, de ellas se han modificado 40, estructuradas en cinco grupos de ocho técnicas por cada uno, lo que se conoce como el Gokyo o sistema de 5 grupos del tachi waza. El ne waza no se contempló en este programa.
El ne waza tuvo su origen años posteriores a la creación del judo y en él no estuvieron implícitos los movimientos del mismo, pues estos tuvieron lugar a través de los Kosen, (Rodríguez, 2020). Estas competiciones, que fueron creadas por los profesores y estudiantes universitarios de Japón de aquel entonces, consisten en combates en el suelo; esta forma de competir prendió rápidamente en el judo japonés y en el mundo, por lo que aparece en el programa Nage No Kazeizo del Kodokan en 1920, donde por primera vez se codifica en tres grupos: osae waza, shime waza y kansetsu waza, como actualmente se conocen.
Por tal motivo, el judo se compone por dos campos: tachi waza y ne waza. En 1997, se publica el sistema técnico conocido como las 100 técnicas del Kodokan y estructurado en 68 técnicas para el Tachi waza o judo arriba y 32 para el ne waza o judo abajo. Posteriormente, la Federación Internacional de judo (IJF) crea o acepta otro sistema de técnicas, pero no hay variaciones significativas.
Como se puede constatar, existen más técnicas en el tachi waza que en el ne waza. Ese mismo balance es lo que se lleva a clases para estructurar el contenido y tiempo de práctica. De esta manera, si se cuenta con dos horas de entrenamiento, se tienen diez minutos para el trabajo del ne waza; por tanto, los atletas manifiestan sus temores basados en las técnicas de ne waza.
El judo cubano ha tenido un lastre en el rendimiento de competición exógenas y endógenas, ese lastre ha gravitado en los deficientes desempeños de rendimiento de las competiciones en el suelo y las causas son multifactoriales; por ello, uno de los objetivos de nuestra investigación es señalar las mismas, de forma tal que se tenga una aproximación sobre las causas que la provocan, ya que se han visto los efectos y no se corresponden con la realidad objetiva.
El ne waza es un campo poco estudiado por los investigadores pues se ha visto antecedido por el tachi waza que abarca un mayor volumen de técnicas, es por donde inicia el combate y goza de mayor preferencia por los judokas, debido a la espectacularidad que manifiestan las proyecciones; esto ha sido corroborado por varios autores como Miarka et al. (2014,2020) y Sacripanti (2015).
En la literatura especializada, se puede distinguir que el aspecto táctico del proceso de preparación del judoka se plantea de forma ambigua en algunos casos y en otros, orientados hacia el trabajo de tachi waza. Sin embargo, existen varias investigaciones Franchini et al. (2008), Carratalá et al. (2010), Bocioaca (2014), Segedi et al. (2014), Sacripanti (2015), Boguszewski (2010, Boguszewski 2016), Osipovet al. (2016), Lima et al. (2018), Stankovic et al. (2019), Miarka et al. (2014, 2020) y Agostinho y Franchini (2021) relacionadas con el análisis competitivo en diferentes categorías de edades que tienen en cuenta indicadores que incluyen el trabajo en el suelo, las que se toman como referencia en la presente investigación.
Los indicadores empleados en las investigaciones anteriores no permiten caracterizar el ejercicio competitivo del ne waza y, por ende, el desempeño táctico de los judokas, de manera que se posibilite una mejor comprensión sobre esta modalidad o estilo de combate.
A pesar del bajo rendimiento de los judokas pineros y los altos resultados que presentan otras provincias en este deporte, se aprecia que la concepción teórica que respalda el proceso de formación en la categoría escolar correspondiente al período 2013-2021 es insuficiente, en cuanto al tratamiento metodológico de la preparación táctica en las situaciones del combate en el ne waza, pues en ninguno de estos documentos se evidencian contenidos tácticos ajustados a esta finalidad.
El objetivo técnico-táctico enunciado presenta como única distinción la relación de grados kyu y adolece de sistematicidad, pues se orienta el trabajo solamente a profundizar en los elementos básicos del judo arriba y judo abajo y de esta manera, se niega la finalidad táctica de la actividad; además, no se sugiere test alguno para la evaluación y control de este proceso táctico del combate de judo en el suelo, en particular.
Se considera que, a pesar de la actualización y el progreso tecnológico en el judo cubano, existe un consenso general a nivel provincial sobre la ausencia del dominio pleno de las habilidades mínimas que permiten resolver con éxito las situaciones tácticas del combate en el ne waza.
Se pudo constatar en los entrenamientos y competiciones que los judokas escolares manifestaron un limitado desempeño táctico en el ne waza, lo que llevó incluso a perder ventajosas oportunidades de lograr la victoria frente a su oponente y atentó contra el propósito de obtener resultados deportivos que garantizaran el reconocimiento individual y social.
Por lo que devienen como propósitos de la investigación: analizar el desempeño táctico del ne waza en judokas escolares de la Isla de la Juventud y determinar las causas que generan el bajo desempeño en este campo, durante los Juegos Escolares Nacionales.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se realizó en el contexto de los Juegos Escolares Nacionales de Judo: Holguín 2018, con la representación de la delegación pinera. Se trabajó con una muestra de 31 sujetos que representa el 100 % de la población y estuvo compuesta por 16 judokas de ambos sexos, en las categorías de edades 13-14 y 15-16 lo que reprsenta que representó el 52 % y 15 expertos de judo seleccionados por su pericia, a través del método "Delphy" criterio de experto. Los primeros fueron sometidos a observación durante el ejercicio competitivo y a los segundos, se les aplicó una entrevista para conocer las causas que se le atribuyen al bajo desempeño táctico en el ne waza.
Se utilizaron métodos y técnicas de investigación del nivel teórico, empírico y estadístico-matemático que permitieron determinar elementos cualitativos y cuantitativos que favorecieron el cumplimiento de los objetivos.
Mediante la revisión bibliográfica, se determinaron los indicadores para la presente investigación, estos fueron:
la manifestación del campo táctico,
el predominio de los tipos de ne waza,
el tiempo-movimiento,
estructura temporal de la actividad ofensiva,
la frecuencia y variabilidad de técnicas y
el resultado.
Según Copello (2003), el campo táctico está compuesto por tipos de situaciones como (ataques directos, acciones defensivas, combinaciones y contrataques) en los que se aplican las acciones tácticas. En esta investigación, se cuantificó la frecuencia en que se expresaron.
En cuanto a los tipos de ne waza, se hizo referencia al osae waza (inmovilizaciones), shime waza (estrangulaciones) y kansetsu waza (luxaciones), con este indicador se identificó el orden jerárquico que la muestra, objeto de estudio, eligió para el logro de la victoria. En tanto, con el indicador tiempo-movimiento, se determinó la frecuencia y el tiempo total de trabajo en el suelo, para tal propósito se dividió el tiempo de combate en cada minuto (Miarka, 2014) y de esta manera se percibió donde es mayor el volumen.
La frecuencia se determinó por las veces en que se evidenció el trabajo en el suelo, y el tiempo tomado en segundos se controló desde el instante en que inicia el trabajo en el suelo hasta que el árbitro decretó el mate o el soremade. En cuanto a la frecuencia de técnicas utilizadas, se cuantificaron las veces que se repitió la técnica ejecutada y la cantidad de técnicas utilizadas para la variabilidad. El indicador resultado se expresó en las victorias y derrotas obtenidas durante el ejercicio competitivo en el ne waza.
Se elaboró un protocolo para la observación de las manifestaciones de los indicadores durante el combate que se puso a la consideración de tres observadores previamente preparados. Se grabaron los combates correspondientes a la muestra objeto de estudio con el empleo de dos cámaras videos Panasonic Full HD HC-V770.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se observaron un total de 32 combates que se concentraron fundamentalmente en la etapa eliminatoria y cuartos de finales, de los cuales solo 15 tuvieron manifestaciones en el ne waza, lo que representó el 46,8 %. Como se aprecia en la Tabla 1, la diferencia del total de combates entre sexos no fue significativa, similar resultado se mostró en los combates en el ne waza. Los observadores contabilizaron 14 ataques, de ellos solo fueron efectivos tres para un 12.5 %; de igual manera, la diferencia entre sexos no fue significativa y se contabilizaron un total de cinco acciones defensivas (Tabla 1).
Categorías/Sexos | Total de combates | Total de combates en el ne waza | Total de ataques | Total de ataques efectivos | Total de acciones defensivas |
13-14 años/ masculino | 8 | 2 | 3 | 1 | 0 |
13-14 años/ femenino | 9 | 4 | 5 | 1 | 2 |
15-16 años/ masculino | 6 | 4 | 3 | 1 | 1 |
15-16 años/ femenino | 9 | 5 | 3 | 0 | 2 |
Totales | 32 | 15 | 14 | 3 | 5 |
Como se aprecia en la Figura 1, de los tipos de situaciones que integran el campo táctico del judo en el ne waza existió una superioridad de los ataques directos respecto a las acciones defensivas, las combinaciones y contrataques y se tuvieron en cuenta los roles ofensivo y defensivo que se manifestaron durante el combate. Estudios comparativos en Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos (Boguszewski, 2010) revelaron diferencias entre la cantidad de ataques ofensivos; en el presente estudio, el total de ataques fue inferior a los estudios anteriores. En el sexo femenino, este comportamiento fue superior al sexo opuesto lo que reveló que hacen más por conseguir la victoria en este campo, este comportamiento se mostró diferente en el estudio de Segedi (2014). Sin embargo, las combinaciones y contrataques ni siquiera fueron considerados por ambos sexos.
En cuanto a las acciones defensivas, estas se manifestaron en oposición a los ataques del adversario; los observadores consideraron que, a pesar de existir bloqueos y salidas, estos fueron insuficientes, pues en la mayoría de los casos no impidieron la efectividad de los ataques del oponente. En la revisión especializada, no se encontraron referencias al respecto (Figura 1).
En la Figura 2, se observan como resultados que el orden jerárquico de los tipos de ne waza fue el siguiente: osae waza, kansetsu waza y shime waza, con una superioridad significativa del osae waza respecto a los demás (Boguszewski, 2016; Miarka et al., 2017, 2020 y Agostinho y Franchini, 2021).
No se encontraron diferencias significativas entre ambos sexos, la frecuencia de ejecución para el kansetsu waza fue mejor para las hembras que los varones, para el shime waza las diferencias entre ambos sexos fueron mínimas (Figura 2).
En cuanto a los tipos de ne waza predominante, algunas investigaciones se refieren a estos como técnicas más utilizadas (Miarka et al., 2014 y Boguszewski, 2010, Boguszewski 2016), pero el propósito es el mismo, revelar el orden jerárquico en que los judokas lo emplean como un factor principal para obtener la victoria. Estos estudios permiten conocer el carácter tendencial de este comportamiento en diferentes categorías de edades y sexo. El estudio realizado por Boguszewski (2010) muestra que el osae waza es más efectivo en hombres que en mujeres y que no se encuentran diferencias significativas entre ambos sexos, en cuanto a la eficacia de las acciones.
Por otra parte, son varios los autores (Franchini et al., 2013; Miarka et al., 2014, 2020; Boguszewski, 2016; Sterkowicz-Przybycién et al., 2017; Coswig et al., 2018; Stankovic et al., 2019 y Agostinho y Franchini, 2021) que han orientado sus estudios a la variable espacio-temporal en las competiciones, ello ha permitido se establezcan indicadores para su evaluación. En la presente investigación, se asume como indicador tiempo-movimiento (Miarka, 2020).
En cuanto al indicador de tiempo-movimiento (Figura 3), se apreció que entre el segundo y tercer minuto de combate se concentró la mayor frecuencia de trabajo en el suelo como consecuencia de la transición del judo pie al suelo, en que se reflejaron las condiciones para la continuidad del trabajo y la diferencia entre sexos no fue significativa.
En cuanto al tiempo total de trabajo en el ne waza, como se aprecia en la Figura 4, existe un mayor volumen entre el segundo y tercer minuto de combate y se encontraron diferencias significativas entre sexos; se reveló un patrón ascendente para los tres primeros minutos en ambos sexos, esto pudo deberse a la prolongación de los ataques que como característica tienen las acciones tácticas en este campo (Figura 4).
En la Figura 5, se aprecia la actividad ofensiva de los judokas en el tercer minuto, pero la efectividad de los ataques fue de un 16 %. Sin embargo, en el segundo minuto la actividad ofensiva fue menor, pero se alcanzó una efectividad más alta (40 %). La frecuencia de técnicas más utilizadas por los judokas pineros en las acciones tácticas fueron: kesa gatame (4), kami shiho gatame (3), juji gatame (4) y koshi jime (2) y la primera y la tercera fueron las más efectivas. Para obtener la victoria durante el combate, los judokas se apoyaron en una variabilidad de cuatro técnicas; en este sentido, se necesita como promedio el dominio de dos técnicas en este campo, según el criterio de algunos autores, por lo que se considera un aspecto positivo para esta investigación (Figura 5).
En cuanto al indicador resultado del desempeño táctico en el ne waza, se lograron tres victorias, dos de ellas como consecuencia de proyecciones que dan continuidad al trabajo en el suelo; sin embargo, se contabilizaron cinco derrotas, por lo que los judokas perdieron más de los que ganaron.
Como resultado de la entrevista realizada a los expertos, respecto a las causas por las cuales los judokas cubanos son pocos eficientes y eficaces en el trabajo de ne waza, se valoró:
La falta de exigencia asociada al desinterés por parte de los entrenadores.
La insuficiente capacitación de los entrenadores en el trabajo en el ne waza.
La escasa información actualizada sobre el tema, así como los cursos que se convocan sobre el mismo.
La mayoría de los entrenadores no les gusta el trabajo de ne waza y transmiten la misma actitud a sus discípulos que en muchos casos se convierten en entrenadores.
Las escasas competiciones de ne waza en general sobre viraje e inmovilización, virajes y estrangulaciones y virajes y luxación.
La evaluación técnica de los objetivos pedagógicos en los Juegos Escolares, se consideró superficial.
No se le dedicó el tiempo requerido a la práctica.
El insuficiente el empleo de ejercicios especiales y específicos del ne waza en las sesiones de entrenamiento, pues se brinda mayor importancia al tachi waza, al buscar la espectacularidad de las proyecciones.
La pobre cultura por parte de los árbitros, pues se tendió mayormente a decretar el mate en los combates cuando los competidores van al ne waza y no dejaron trabajarlo.
Insuficiente conciencia de la importancia del trabajo ofensivo y defensivo de los judokas en el ne waza para la formación integral en este deporte y la influencia de sus resultados, ya que mejora en gran medida las habilidades y capacidades para el tachi waza.
El propósito de esta investigación fue analizar el desempeño táctico de los judokas escolares y las causas del bajo desempeño en este campo. La muestra seleccionada ejecutó muy pocos combates y apenas tres sujetos alcanzaron los cuartos de finales, pero terminaron antes del tiempo de combate; además, la diferencia entre sexo no fue significativa, lo que coincide con los estudios de Miarka et al. (2014, 2020).
Con respecto a la manifestación del campo táctico en el ne waza, los resultados en la investigación mostraron una mayor orientación hacia los ataques directos y las acciones defensivas y el constante cambio de roles que se manifiesta durante el combate. Se refieren que este sea el comportamiento típico del ne waza y sugieren realizar estudios con una mayor población. Aunque las hembras alcanzaron un índice superior a los varones, la diferencia fue mínima.
Al no reflejarse acciones combinadas y contrataques, se infiere que se debió a la complejidad de movimientos, lo que requiere de habilidad y destreza para ejecutar las acciones tácticas con un empleo inteligente del gasto energético y para ello, los judokas no estuvieron debidamente preparados. A consideración de los autores, se debió prestar especial atención al trabajo de acciones combinadas y contrataques, así como, a la preparación física demandada para este campo.
Respecto al predominio de los tipos de ne waza, los observadores distinguieron al osae waza como factor fundamental para obtener la victoria (Sterkowicz-Przybycién et al., 2017), seguido del kansetsu waza y el shime waza, esto evidenció el orden de preferencia de la muestra objeto de estudio que se constató como tendencia jerárquica apreciada en otros estudios (Boguszewski, 2016). Se infirió que el resultado influyó el desarrollo de habilidades y destrezas alcanzado en la formación de los judokas, además de la sencillez en la ejecución de los movimientos. Este resultado coincidió con estudios comparativos donde se encontraron altos porcentaje en la ejecución de osae waza. (Boguszewski, 2016; Miarka et al., 2014, 2020 y Agostinho y Franchini, 2021) Se consideró que, en la formación de los judokas, se debe establecer una adecuada relación entre los tipos de ne waza que aseguren el correcto desempeño en este campo.
Con respecto al tiempo-movimiento, los observadores determinaron que entre el segundo y tercer minuto de combate se concentró la mayor frecuencia de trabajo en el suelo, se encontraron deducciones similares en otros estudios Boguszewski (2016), Sterkowicz-Przybycién et al. (2017) y Coswig et al. (2018), se planteó que estos resultados se debieron a que los judokas emplearon el primer minuto para descifrar las posibilidades tácticas del adversario o para ocultar las suyas, también se consideró que el judoka se sintió superior a su rival en este campo, por tanto, lo empleó como forma fundamental para obtener la victoria. Pudo suceder, además, que una vez alcanzada la ventaja por medio de una proyección se dedicó a utilizar el ne waza como táctica para conservar dicha ventaja.
En cuanto al tiempo de trabajo en el suelo, se obtuvo 27,73 y 59,43 segundos para las hembras y los varones respectivamente, se encontraron diferencias significativas entre sexos, el tiempo de trabajo representó entre el 15,4 % y 33 % del tiempo de combate reglamentario; resultados similares se encontraron en otros estudios comparativos donde se reconocen que son más largos los periodos de combate de pie respecto a los combates de suelo. Se observó que los judokas iniciaron el ataque, pero no siempre lo concluyeron, estos desaprovecharon las oportunidades que, desde la transición piesuelo, se les presentaron.
Respecto a la frecuencia de técnicas utilizadas en el ataque, los observadores encontraron que no hubo diferencias significativas entre ellas (se consideró el tamaño de la muestra y la cantidad de ataques realizados); sobresalió el kesa gatame y el juji gatame como las de mayor preferencia en estas categorías de edades. En la investigación realizada, sí se tuvieron en cuenta las técnicas de kansetsu y shime waza a diferencia de otros estudios. (Miarka et al., 2014 y Boguszewski, 2016)
La efectividad de los ataques realizados fue de un 23 % , se obtuvieron tres victorias, dos de ellas por inmovilización y una por luxación; en este caso, la actividad ofensiva táctica se reflejó a través del uso de palancas de brazo y cuello y desplazamientos desde el lateral derecho del oponente hacia su cabeza, todos los ataques se realizaron por el lateral derecho; en cuanto a la defensiva táctica, se empelaron bloqueos de mano y cadera, separación del agarres y enganches de piernas como aspectos positivos y como aspectos negativos, no se colocaron de frente al oponente y el poco uso de los giros. A pesar de todo el esfuerzo, no fue suficiente para evitar las cinco derrotas, lo que se consideró estuvo influenciado por la percepción errónea de la situación de combate y al uso deficiente de la fuerza.
Desde la variabilidad de técnicas, según algunos estudios, se plantea que para tener un buen resultado en el ne waza se necesita dominar al menos dos técnicas, en el presente estudio se identificaron cuatro técnicas, que demuestran ser las más populares para esta categoría de edad, de ahí los valores de frecuencia en su utilización.
Las posibles causas que propiciaron el bajo desempeño táctico de los judokas escolares durante el combate en el ne waza son elementos a tener en consideración por los entrenadores, esto permite comprender cómo se está desarrollando el proceso formativo de sus discípulos en este campo.
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos demostraron el desempeño táctico de los judokas escolares con bajo desarrollo de combates en el ne waza, poca realización de ataques y su baja efectividad sin diferencias significativas entre sexos. Prevaleció el osae waza como factor fundamental para obtener la victoria y el kansetsu waza desplazó al shime waza como segunda opción jerárquica de preferencia en estas edades. Se ratificó el poco tiempo dedicado al trabajo en el suelo durante el combate, así como la frecuencia de trabajo. La frecuencia y variabilidad técnica fueron valoradas de aceptables. La actividad táctica ofensiva y defensiva no fueron suficientes, se perdió más de los que se ganó.
Los hallazgos en esta investigación enfatizaron en la importancia de la preparación táctica en el ne waza. Los datos recopilados de los eventos nacionales fueron usados por los entrenadores para perfeccionar la planificación de los planes de entrenamientos y así lograr una adecuada orientación de la preparación mediante la selección de medios, métodos, control y evaluación del proceso.