La formación de los cirujanos, con la metodología tradicional, atraviesa, actualmente, con diversos obstáculos como: el tiempo de formación, las habilidades que deben adquirirse, la preocupación por garantizar la seguridad del paciente y los gastos en insumos.
Los laboratorios de simulación quirúrgica constituyen una modalidad educativa importante en la formación de los futuros cirujanos y especialistas quirúrgicos en los contextos actuales. La simulación ha permitido disminuir la brecha del aprendizaje y ha demostrado resultados favorables en la disminución del tiempo y en el aumento de la calidad en la práctica quirúrgica.1
En las ciencias quirúrgicas, las actividades docentes tienen como objetivo facilitar la adquisición de habilidades de comunicación, clínicas, psicomotrices y de trabajo en equipo. La ayuda de simuladores, con el fin de estimular y favorecer el aprendizaje, imitando en lo posible, un escenario clínico más o menos complejo, facilita alcanzar estos objetivos.2
En el informe del Instituto de Medicina de Estados Unidos de 1999, con el título “To err is human”, se estimaba en cerca de 100.000 muertes anuales ocurridas en los hospitales del país como consecuencia de errores en la práctica sanitaria. Este documento generó una nueva visión en la investigación de los resultados en Medicina.3
Las modalidades de simulación son varias y su grado de sofisticación es muy diverso. Van desde el empleo de animales, órganos y cadáveres, el uso de maniquíes, hasta los modelos simples informatizados que permiten el manejo de situaciones clínicas complejas y de alto riesgo, en condiciones similares a la vida real. Existen también simuladores informáticos que permiten entrenar y evaluar el conocimiento clínico y la toma de decisiones hasta herramientas más sofisticadas como la realidad virtual que pueden reproducir diversas tareas clínicas, como la ecografía, la colonoscopia, la broncoscopia o la cirugía laparoscópica y robótica.3
El primer laboratorio de habilidades estructurado en una facultad de Medicina europea se estableció formalmente en la Universidad de Maastricht, en Holanda, en 1974. En el contexto académico médico actual es una constante en la totalidad de las facultades de Medicina de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, Israel y de otros países europeos desarrollados.3
Desde finales de los 90 en Cuba, se incorporaron a las diferentes etapas del proceso educativo (pregrado, posgrado y formación continua), el uso de simuladores estáticos para procedimientos y valoración médica en las clases prácticas de Ginecología, Obstetricia, Cirugía, Pediatría, Anestesiología, Oftalmología y Odontología y surge el concepto de la educación médica basada en las simulaciones, ayuda fundamental para asegurar el aprendizaje del estudiante y del médico y mejorar la seguridad del paciente, su familia y la sociedad.4
En Cuba, el primer prototipo simulador virtual fue desarrollado en el Instituto Oftalmológico “Ramón Pando Ferrer” en el año 2015 y permitió la realización de algunos ejercicios de coordinación con una o ambas manos sobre el cristalino virtual, similares a los existentes en simuladores de factura internacional.5
La Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara posee un Laboratorio de Cirugía Experimental que se ha convertido en un valioso espacio de innovación tecnológica al servicio de las especialidades quirúrgicas en la provincia de Villa Clara, que hasta la fecha, se ha limitado a la simulación con algunos modelos animales.8
La simulación representa una modalidad revolucionaria en la formación médica. Permite eliminar los problemas éticos, dado que no es lícito que un profesional de la salud se entrene con pacientes si no ha adquirido los conocimientos y habilidades previas, debe adquirir estas habilidades mediante sistemas que le permitan repetir un proceder o técnica las veces que sea necesario, hasta dominarlas con las garantías para realizarla de forma segura en pacientes reales.3
Contribuye a mejorar la formación de los recursos humanos en Medicina en los tres contextos: errores humanos, gastos económicos y seguridad. Por ello, la OMS promueve los programas para la seguridad y los derechos de los pacientes.6
Las ventajas que brinda la simulación como técnica y herramienta en la enseñanza en Ciencias de la Salud, nunca reemplazará la esencia de la relación médico-paciente y la aplicación del método clínico. Sir William Osler, Padre de la Medicina Moderna, dijo: “La enseñanza, al lado de la cama del paciente”.7
En las ciencias quirúrgicas enseñar habilidades y valores en los estudiantes, mediante la educación en el trabajo, permitirá lograr una buena relación con el paciente y aplicar con eficacia el método clínico, elementos esenciales en la formación. El cirujano desde el primer contacto con el paciente debe trasmitir seguridad y confianza para obtener el consentimiento informado de la cirugía, que se logra en gran medida, con una adecuada comunicación del proceder y sus posibles complicaciones. El éxito de la cirugía dependerá también de las habilidades comunicativas del cirujano con el paciente y la familia.
Desde el punto de vista pedagógico, la simulación promueve en los estudiantes la integración de conocimientos, habilidades y actitudes que confluyen en una experiencia significativa de aprendizaje, fomentando la evaluación formativa y la retroalimentación como elementos fundamentales del enseñar y el aprender, motiva la reflexión sobre el propio desempeño y la planificación de acciones para fortalecer o mejorar el rendimiento en eventos posteriores.9
Esto implica también, lograr cambios en la formación del profesor para aplicar modelos de simulación quirúrgica. Al respecto, Botello Jaimes señala que la formación del profesor en esta área debe ser formal con rigor universitario, se debe cambiar el modelo de enseñanza tradicional integrando las competencias, la evaluación con los lineamientos curriculares de la universidad, cambiar el paradigma de enseñanza por aprendizaje y el de castigar el error, por el de aprender del error.10
El autor, en su desempeño como jefe del departamento de Ciencias Quirúrgicas, en la facultad de Medicina de Villa Clara, en conjunto con profesores de experiencia y alumnos ayudantes, pretende mediante un proyecto de desarrollo, extender las técnicas de simulación con modelos de órganos humanos e incorporar novedosas herramientas de simulación como la cirugía laparoscópica que permitirá formar a residentes y especialistas de las ciencias quirúrgicas.
Cuba es sometida a un bloqueo con efectos negativos en todas las esferas de la economía y de la sociedad. El sector de la salud ha sido uno de los más afectados al no poder adquirir oportunamente equipos, medicamentos e insumos médicos necesarios, que han limitado de forma significativa, las actividades quirúrgicas en la provincia de Villa Clara y consecuentemente, se ha afectado la formación teórico-práctica de los estudiantes, residentes y especialistas de las ciencias quirúrgicas. La simulación permite hacer más eficiente el proceso de enseñanza aprendizaje, al disminuir los costos y las complicaciones de los pacientes.
Las Universidades de Ciencias Médicas en Cuba pudieran tener, en los laboratorios de simulación quirúrgica, una alternativa de enseñanza ante las afectaciones económicas que provoca el bloqueo. La creación de un laboratorio de simulación quirúrgica en Villa Clara, como instrumento valioso que permite perfeccionar la formación de habilidades teórico-prácticas en los estudiantes y especialistas, contribuirá a la motivación, preparación y desempeño de los estudiantes, profesionales, así como a la superación profesional.