INTRODUCCIÓN
Para la pedagogía, a nivel internacional, constituye una necesidad la creación de nuevos perfiles profesionales, vinculados a soluciones efectivas que den respuesta a las problemáticas e incertidumbres, siempre crecientes de la sociedad y el acelerado desarrollo de las tecnologías de la informática y las comunicaciones. Es un reto que enfrenta, en el caso cubano, el impacto de la inflación, la crisis postpandemia, la actualización del modelo de desarrollo económico y social socialista cubano y la agudizada labor de subversión anticubana.
Lo anterior demanda, desde la investigación científica, la formación de profesionales capaces de favorecer la movilización y convocatoria en función de que todos se involucren en el proyecto de desarrollo sostenible emprendido por la nación y la transformación social.
La génesis del liderazgo para la dirección está en los documentos y discursos de los dirigentes del primer Partido, en la conducta de los integrantes del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y el Ejército Rebelde, así como en el proceso de fundación y desarrollo del actual PCC. Los métodos y estilos de conducción de las masas de Ernesto Guevara, Raúl Castro y Fidel Castro han merecido el reconocimiento del pueblo como líderes revolucionarios. Según Torres Díaz,1) la praxis de Fidel proporciona un legado de verdaderas clases de pedagogía revolucionaria.
El Partido Comunista de Cuba (PCC), en el 8vo Congreso, convoca a “pensar desde la pedagogía en cómo llegar a esa sociedad mejor que queremos construir y dar respuesta a la insatisfacción con lo logrado en cuanto a liderazgo. No lo hemos desarrollado”.2 Esto demanda la superación de los docentes encargados de la formación del profesional de la dirección, en consonancia con los retos actuales de la educación.
En el logro de tales propósitos, interactúan necesariamente, la teoría con la práctica de dirección, que exige del docente una preparación profunda para el discernimiento, dominio, trasmisión de las esencias de las políticas trazadas contenidas en los documentos rectores y su salida a través de los procesos sustantivos.
Las complejidades enunciadas y el escenario en que tiene lugar la superación exigen la articulación docente y metodológica de novedosas herramientas teórico-prácticas que tributen a la solución de los problemas de la dirección y presupone una mirada colaborativa de todos los sujetos que intervienen en el proceso educativo (estudiantes, docentes y directivos institucionales).
El análisis sobre el estado de la superación revela insuficiencias asociadas a la interacción con los documentos rectores y la formación del liderazgo por el docente de la Facultad del PCC “Cándido González Morales”. Implica la necesidad de actualizar el soporte teórico y metodológico para dinamizar el protagonismo docente, dicho elemento se constituye en una situación problémica: insuficiencias en la superación profesional del docente en la formación del liderazgo para la dirección.
Por tanto, el objetivo del artículo es fundamentar la superación profesional como reto del docente, en la formación del liderazgo para la dirección. Propone una sistematización de los principales fundamentos teóricos de la superación, el trabajo interdisciplinar, a partir de los documentos rectores del Partido en y desde la docencia.
MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica con un análisis crítico-reflexivo, se consideraron tesis de doctorado, maestría, artículos originales y de revisión publicados entre el 2020 y 2023 en español e inglés. La búsqueda fue realizada en las bases de datos SciELO y Google Académico entre diciembre de 2023 y marzo de 2024. Las palabras clave utilizadas fueron: superación, liderazgo, dirección y retos. Tras la identificación de los estudios preseleccionados, se llevó a cabo la lectura de los títulos y resúmenes para comprobar su pertinencia con el estudio, luego se seleccionaron los documentos que permitieron el cumplimiento del objetivo y los juicios críticos. Fueron revisados un total de 65 textos y se seleccionaron 20 para conformar el texto final.
DESARROLLO
La formación del liderazgo para la dirección
La finalidad de la formación es el desarrollo de la conciencia crítica, la creatividad y la autonomía para la transformación de la sociedad como esencia de la libertad.
Para Bardina Torres et al.3 la formación es el “proceso educativo integral, activo de liberación y desarrollo de autonomía y resultado emancipatorio, a lo largo de la vida, producto de un conjunto de actividades organizadas de modo sistemático y coherente, que permiten al individuo poder actuar consciente y creadoramente en la transformación y desarrollo de sí y del mundo como función suprema de existencia humana”.
Esta definición concede valor al complejo contexto en que se desarrolla el dirigente. La formación no solo presupone una conducta para sí, va dirigida a influir en los demás, a desarrollar una ideología revolucionaria; por tanto, de manera recíproca ocurre un proceso de autonomía y trabajo emancipatorio que contribuye al desempeño idóneo para la transformación de la sociedad y de sí mismo.
En el proceso de formación del liderazgo para la dirección, el contenido de la superación del docente es fundamental para cumplir su encargo social, elemento que cobra valor porque devela el carácter político y pedagógico del docente en su labor de formador y a la vez, receptor de dicha formación para su desempeño profesional y su actuación cotidiana.
La inserción del docente en la comunidad como demanda social reafirma la necesidad de concebir el tratamiento a la superación vinculada con las problemáticas políticas y procesos del contexto. Las herramientas de la pedagogía para la labor docente-educativa y en la práctica de la dirección política, como protagonista desde el proceso formativo, contribuyen a brindar argumentos y reflexiones en torno a dichas problemáticas, el sostenimiento del sistema político cubano, el tratamiento a incertidumbres, situaciones emergentes y convierten al docente en participante directo de los procesos, en vínculo con las organizaciones políticas y de masas.
Las exigencias pedagógicas demandan procedimientos metodológicos para el tratamiento pedagógico de la formación del liderazgo a partir de contenidos contextuales cuyos componentes cognitivos, afectivos y actitudinales se relacionan con la asertividad, la persuasión, el compromiso social, la creatividad, la capacidad de influencia y convocatoria en sus educandos sobre la base de actividades dinámicas y participativas; de modo que las acciones que desarrolla el docente se expresan en el hacer, tanto como en el saber, e inciden de manera significativa en los más diversos contextos de actuación: el colectivo, la institución, la sociedad y el propio docente. Depende de la subjetividad y el talento de este.
El análisis indica la necesidad de potenciar en los docentes la capacidad de integrar conocimientos, habilidades, hábitos, valores, métodos, medios de enseñanza y normas de comportamiento, objetivo alcanzable a través de espacios que promueven la reflexión, análisis y comprensión del valor, aplicabilidad e integración de lo aprendido a través de la superación profesional, así como las metas cognitivas que deben alcanzar.
La práctica de estas ideas conduce al tratamiento de las particularidades de cada docente, pondera experiencias de aprendizaje significativo desde la integralidad e intenciona el empleo de herramientas para interactuar y aprender sobre la base de la problematización de los contenidos que según Lissabet et al.4 contribuye a la efectiva planificación, organización, ejecución y evaluación del proceso enseñanza aprendizaje por el docente y a que el estudiante se enfrente a la búsqueda y formulación de problemas con datos tomados de la práctica social.
En tal sentido, debe planificarse la labor docente para lograr una conducta proactiva y creadora que genere trabajo en equipo y proyección hacia metas grupales en correspondencia con el diagnóstico, las fortalezas y potencialidades del claustro.
En esta línea de pensamiento, Bairon Jaramillo et al.5 aseveran que la proactividad es uno de los productos del trabajo cooperativo, en el cual los integrantes del equipo a pesar del control por parte del docente, actúan con naturalidad y este comportamiento es latente en los procederes activos. El aprendizaje activo se replica, de igual forma, en contextos al margen de las tareas cooperativas, desarrolla en los miembros del colectivo iniciativas hacia la contribución y la colaboración con otros.
En tal sentido, resulta imprescindible, que los docentes, en el tratamiento a los contenidos, propicien la comunicación, la participación, el intercambio de opiniones y experiencias para generar espacios reflexivos sobre los estilos de liderazgo y dotarlos de las herramientas necesarias para que influyan en los estudiantes y los inspiren a transformar las ideas en acciones, ser flexibles, responsables, creativos y perseverantes.
De tal modo, docentes y estudiantes lograrán actuar de forma diferente y serán capaces de anticiparse a los problemas, prevenirlos y buscar nuevas oportunidades que les permitan emprender la acción y aventurarse, a pesar de la incertidumbre. A tono con dicha esencia y gran sentido práctico-formativo sentenció Castro Ruz6: “El futuro desarrollo de nuestra educación tendrá una enorme connotación política, social y humana, la educación es el instrumento por excelencia en la búsqueda de la igualdad, el bienestar y la justicia social”.
Un desempeño proactivo implica, además: tener autocontrol emocional, sobre todo en situaciones de estrés, estar focalizado, centrarse en el trabajo y buscar recursos que le faciliten la tarea, ser dinámico y promover cambios; por tanto, la proactividad se adquiere y conlleva disciplina.
Lo anterior demanda del trabajo cooperativo del claustro de la institución, que “los miembros del grupo perciban que están unidos entre sí (interdependencia positiva) de manera que no puedan triunfar sin que los demás triunfen: responsabilidad individual y grupal.5
El trabajo cooperativo ocurre en “procesos de interformación, donde los miembros aprenden mutuamente y reconfiguran el objeto de estudio a partir del diálogo, la participación y la construcción del conocimiento7; en tanto, “pondera en gran proporción el desarrollo de habilidades interactivas y afectivas entre los integrantes, propiciando la ayuda mutua como algo natural en el proceso”.5
La complejidad de la actuación integral que se enuncia en el tratamiento del contenido por parte del docente favorece la formación profesional para el liderazgo, sustentada en la estrecha relación entre el saber ser y el saber hacer, de manera que afloran convicciones, conductas proactivas, empatía, ejemplaridad y la capacidad de influencia en los otros.
Díaz Canel8 plantea al respecto: “Los esquemas de gobernanza para el desarrollo sostenible y la inclusión social requieren de una mayor participación ciudadana en la que las personas no se comporten como beneficiarios pasivos, sino que se involucren como actores en los procesos de generación de soluciones a sus problemas (…) participen en la creación de oportunidades y en la toma de decisiones”.
Este enfoque señala la necesidad de gestionar, desde la docencia, las líneas temáticas relacionadas con la necesidad social de transitar, en la conducción de la sociedad, del dirigente-dirigido al líder-seguidores, tanto en el ámbito local y territorial, como en el ámbito nacional, de modo que tribute a la formación y consolidación de actitudes y saberes.
En este punto, resultan de interés los aportes de Torres Díaz1 cuando señala que “líder político es: cuadro con una actuación referente por sus conocimientos, habilidades, sentimientos, valores y autoridad moral manifiesta e implicación colectiva para la transformación de la sociedad, fundamentalmente por medio del consenso, la orientación de la conducta hacia el desempeño idóneo en la influencia recíproca y retroalimentación de aprendizajes, la orientación, persuasión y convencimiento para la convocatoria y movilización de las masas, su asertividad con pertinencia y poder de verificación”.
Esta autora define la formación del líder político como: proceso educativo complejo en constante enriquecimiento interdisciplinar, multidisciplinar y transdisciplinar en el que se integran conocimientos, habilidades, actitudes, valores, motivaciones y convicciones que se establecen y consolidan en el cuadro para dirigir, orientar y controlar a cada una de las estructuras partidistas, la UJC, las organizaciones de masas, el gobierno, la administración y la sociedad en general.
Las investigadoras asumen estas definiciones de líder político y formación del líder político de Torres Díaz1 como sustentos teóricos de la investigación porque confirman las exigencias en el desempeño del docente para el tratamiento de la formación del liderazgo en la dirección, en vínculo con la formación humanista, el desarrollo de procederes y el ejemplo. Para lograr este propósito resulta pertinente, comprender la influencia activa de los docentes en la actuación consecuente del estudiantado para “el abordaje previo y durante las clases de la solución de retos”.9
Al respecto, Pérez Cruz et al.10 plantean que estos demandan la influencia educativa de los directivos para el bienestar sustentable, ello resultará en la auténtica trascendencia y perdurabilidad de las políticas estatales siempre y cuando la base de esta educación se halle en el discernimiento de las decisiones que norman los documentos rectores.
La superación de los docentes
La superación de los docentes de la Educación Superior constituye una prioridad para cumplir de forma exitosa, las complejas tareas que la sociedad demanda y un mejor desempeño de los directivos. Los componentes de la superación se establecen en las resoluciones del Ministerio de Educación Superior.
En la Resolución 47/2022: Reglamento del proceso docente y de dirección del trabajo para las carreras universitarias, artículo 157, se plantea que el profesor es el responsable de su superación constante, en correspondencia con el desarrollo de la rama del saber que imparte.11
En la Resolución 140/2019: Reglamento de la Educación de Posgrado de la República de Cuba, artículo 19, se enfatiza que la superación profesional tiene como objetivo contribuir a la educación permanente y la actualización sistemática de los graduados universitarios, el perfeccionamiento del desempeño de sus actividades profesionales y académicas, así como el enriquecimiento de su acervo cultural.12
Para esta investigación constituyen referentes en el estudio de la superación de los docentes de la Educación Superior: Montero (2021), Zayas-Bazán (2021), Rodríguez (2020) y López Collazo (2019), quienes coinciden en que el proceso de superación transcurre de manera continua, dirigido a la actualización permanente de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para mejorar el desempeño profesional en el contexto actual para la transformación de la práctica educativa en vínculo con las demandas de la sociedad.
Una de las definiciones de interés para la investigación es la asumida por Montero D,13 quien se refiere a una educación perenne que debe permitir al docente formar parte de la dinámica del cambio, tanto en la orientación, como en el proceso educativo, para enfrentar los desafíos derivados de los adelantos científicos y tecnológicos; además, asegura las condiciones para reflexionar sobre la efectividad de su realidad escolar y transformarla.
Montero D13 define la superación para el propio profesor y para la formación del profesional, teniendo en cuenta la necesidad de que el docente se supere conscientemente, logre actualizar sus conocimientos de forma continua para lograr la calidad del proceso enseñanza aprendizaje y se transforme a sí mismo, en el contexto de la institución docente.
Para Rodríguez,14 la superación conlleva determinados resultados y demuestra el desempeño profesional. Desde esta perspectiva, la superación del docente integra las necesidades individuales y las de la institución para asumir la docencia con un tratamiento integrador de los contenidos y obtiene un resultado, es evidencia de su desempeño profesional.
López Collazo,15 por otra parte, concibe la superación profesional para el mejoramiento del desempeño y la conducta humana; sus objetivos se orientan a ampliar, perfeccionar, actualizar, complementar conocimientos, habilidades y capacidades, consolidar valores, promover el desarrollo y modos de actuación profesional y Rico et al.11 enfatizan en la superación como agente de cambio de la realidad educativa, apoyándose en la experiencia profesional acumulada por cada docente.
Se destaca el sentido subjetivo del proceso de superación profesional que tiene un alto valor para la formación de los directivos, en tanto se enfatiza en su finalidad para el mejoramiento profesional y humano, para completar conocimientos, habilidades y capacidades y como agente de cambio; sin embargo, la concibe en el sentido para sí y para la profesión y no en función de la formación de ese profesional para transformar la sociedad.
Zayas Bazán16 plantea que la superación profesional debe desarrollarse como una actividad planificada, permanente y progresiva de forma sistemática, con un fin profesional, promover el desarrollo de hábitos, habilidades y conocimientos que le faciliten la dirección acertada en el cumplimiento de sus funciones. Esto significa que, a partir de las propias experiencias de cada profesional, se adquieran herramientas para diseñar, ejecutar, controlar, evaluar el sistema de superación que deberá estar en correspondencia con los objetivos generales de la educación, los adelantos científicos, tecnológicos y los referentes del desarrollo económico, político y social del país.
En esta definición se exponen elementos de la superación profesional de suma importancia porque parten de la conciencia del propio docente, la necesidad de superarse, conocer sus potencialidades y debilidades e incluye las demandas de preparación tecnológica en su sentido amplio, mediadas por el estado de la situación económica y sociopolítica, todo ello en correspondencia con el desarrollo profesional y particular del estudiante que es donde se mide el impacto de esa superación.
El estudio de estos autores permite una mirada integradora a la superación como proceso, donde se distinguen no solo el autorreconocimiento de las necesidades del docente para la materia que imparte, sino que esta, como se plantea en la Resolución 75/15 del MES17, debe potenciar una mirada interdisciplinar dada su finalidad, que se corrobora en la necesidad de una “superación integral política, ideológica, científica, profesional, pedagógica, económica, jurídica y para influir en la formación de profesionales competentes y comprometidos con la Revolución”.
Es evidente que en la superación del docente se entrelazan las necesidades individuales, las demandas colectivas propias de la institución, las de las organizaciones políticas y de masas y otros actores sociales, a partir de la teoría marxista-leninista y la Historia de Cuba, la interpretación de los documentos y políticas aprobadas en los congresos del Partido, la integración de las disciplinas docentes y la formación especializada en dirección.
Los autores asumen la definición de superación de Veloz et al.18) como proceso pedagógico, sistémico, planificado e integral que transcurre durante el desempeño de las funciones docentes o directivas para la satisfacción de necesidades, potencialidades e intereses del profesor en vínculo con el área del conocimiento científico dirección política de la sociedad y la práctica política, de acuerdo con las exigencias sociales y del contexto.
Se asume esta definición ya que sitúa al docente y su desempeño vinculado con la práctica política como elemento distintivo de la Facultad del Partido, dada la necesidad de abordar problemáticas complejas en los distintos contextos profesionales en que se desempeña este y sugiere la colaboración y cooperación de todos los implicados en la superación con el objetivo de lograr una mayor orientación para el cumplimiento de la misión encomendada.
En la Facultad del PCC se han definido los retos de la superación para el docente desde una perspectiva holística donde se aprecia su alcance e intencionalidad:
Potenciar la formación del liderazgo en la dirección, en tanto se precisa transitar del dirigente-dirigido o subordinado al líder-seguidores.
Preparación interdisciplinar (política, ideológica, económica, pedagógica, científica e investigativa) para contribuir a resolver los problemas de la práctica pedagógica y la solución de los problemas de la sociedad y las organizaciones.
Dar respuesta a través del empleo de las nuevas tecnologías y herramientas científico-metodológicas a las incertidumbres, oportunidades y situaciones emergentes que afectan la educación.
Potenciar desde el proceso de enseñanza aprendizaje la formación de conductas proactivas, creadoras y solidarias que generen credibilidad, confianza, empatía, convicción, motiven e inspiren al profesor y a los que educa.
Propiciar el pensamiento reflexivo, el trabajo en equipo, los métodos problematizadores en función de las demandas la institución, las organizaciones y la sociedad.
Conocer y aplicar los fundamentos del marxismo y el leninismo, así como el pensamiento de Díaz-Canel, sustentado en el pensamiento y la acción de Fidel Castro y la filosofía pedagógica martiana, en estrecha articulación con el desarrollo del conocimiento científico para elaborar las respuestas frente a los problemas y contribuir a formular soluciones, a tono con las realidades y demandas de la sociedad cubana actual.
Propiciar una adecuada interacción con los documentos rectores del PCC que se manifieste como modo de actuación.
Que sea consciente, y a su vez, un modelo de actuación para los otros.
A juicio de las autoras, en el contexto en que se desarrolla la investigación, resulta necesario transformar el proceso de superación desde lo cooperativo y lo transformador, de modo que el docente, éticamente comprometido con los retos de la construcción de la sociedad cubana actual, se sienta motivado para perfeccionar su práctica educativa, el desarrollo de saberes en colectivo, sus habilidades de comunicación, así como el dominio y comprensión interdisciplinar de la realidad circundante, en función de la formación del liderazgo para la dirección.
En tal sentido, se enfatiza que es necesario superar a este docente a partir de la realidad cubana que tiene su expresión en los documentos rectores del Partido Comunista de Cuba, donde se establecen las normas fundamentales que rigen la vida organizativa del país, recogen su estrategia y táctica, las direcciones fundamentales del trabajo, tareas futuras a cumplir y garantizar la unidad de acción para el desarrollo económico, político y social.19
Por tanto, constituye una prioridad el trabajo con los documentos rectores porque transversalizan todo el proceso docente educativo, según el criterio de Hernández,20 son el resultado de una actividad científica especial, en la cual los puntos más significativos del saber científico en las distintas ramas y esferas de la vida social se llevan a los documentos partidistas, contribuyen a la divulgación de las experiencias en la construcción del socialismo y contienen conocimientos de un elevado grado de generalización y de concreción de la teoría marxista-leninista.
La interacción con dichos documentos, como parte de la superación del docente, evidencia a juicio de las autoras, la intencionalidad política formativa, el contexto en que se desarrolla y la transposición didáctica. Aun cuando se reconoce las potencialidades del claustro y su compromiso revolucionario y pedagógico, se advierte la limitada existencia de alternativas metodológicas que propicien su superación. Por tanto, fueron definidos los indicadores del desempeño profesional del docente de la Facultad del PCC en la superación, reto para la formación del dirigente político.
Estimula la creación de conocimientos sobre los documentos normativos, las políticas y los fundamentos del liderazgo para la dirección política.
Combina experiencias propias y grupales para la solución de problemas para el ejercicio de la dirección política.
Orienta la solución de problemas profesionales desde recursos teóricos, en vínculo con la práctica de liderazgo para la dirección política.
Realiza experimentos de convocatoria y movilización para la defensa del sistema socialista sobre la base de los nuevos conocimientos de liderazgo para la dirección política.
Identifica un contenido político de aspectos centrales de la sociedad en vínculo con los documentos rectores.
Contextualiza el significado del nuevo contenido de los documentos rectores en los programas y temas.
Orienta el establecimiento progresivo de relaciones interdisciplinarias.
Trasmite satisfacción en la interacción con los documentos rectores que fundamentan la irreversibilidad del socialismo en Cuba.
Aporte científico
El aporte científico de este trabajo se expresa en la fundamentación de la necesidad de la superación profesional de los docentes para la formación del liderazgo para la dirección, desde la interacción con los documentos rectores del PCC para alcanzar nuevos métodos particulares y colectivos, adquirir conocimientos, habilidades y valores que enriquecen el crecimiento personal.
CONCLUSIONES
La revisión bibliográfica realizada ha permitido fundamentar la superación profesional como reto del docente en la formación del liderazgo para la dirección, sistematizar la interacción teoría-práctica que, desde la superación y en consonancia con los retos de la educación superior, influyen en la formación de nuevos perfiles profesionales. Sugiere una formación vinculada con las soluciones efectivas a las problemáticas, incertidumbres y contingencias, el empleo de herramientas que, desde la docencia, tributen a la trasformación social a partir de la movilización y convocatoria en los más diversos contextos de actuación, así como el tránsito, en la conducción de la sociedad, del dirigente-dirigido, al líder-seguidores.