INTRODUCCIÓN
El impacto creciente que tienen hoy las enfermedades cardiovasculares (ECV) en la salud y la conexión necesaria entre este grupo de enfermedades y la prevención de factores de riesgo cardiovascular en edades tempranas de la vida, son dos elementos importantes para considerarlos un problema prioritario.
Las ECV representan a nivel mundial un serio problema, tanto en términos de salud como económico y social. Constituyen las principales causas de enfermedad prevenible, de discapacidad y de muerte prematura.1
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente 17,5 millones de personas en el mundo, es decir, el 31 % de las defunciones totales ocurren a causa de alguna enfermedad cardiovascular (ECV); de ellas, 7,4 millones se debe a infarto agudo de miocardio (IAM) y 6,7 millones a accidente cerebrovascular (ACV). El sustrato anatomopatológico de este problema es la aterosclerosis.1,2
La enfermedad cardiovascular secundaria a aterosclerosis es la principal causa de morbimortalidad en la población adulta a nivel mundial. A pesar de la excepcionalidad, en la población pediátrica, de las manifestaciones clínicas de aterosclerosis (enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y arteriopatía periférica), la presencia de factores de riesgo para enfermedad cardiovascular y de hábitos que favorecen su desarrollo, se reconocen ya desde edades tempranas.
En los últimos años, se ha observado un aumento en la prevalencia de factores de riesgo para desarrollar la enfermedad cardiovascular en edades precoces, por lo que constituye un reto para el quehacer diario del médico pediatra, la detección, evaluación y el manejo de los factores de riesgo en la edad infantil y adolescente.3
Por consiguiente, el Sistema Nacional de Salud (SNS) perfecciona en la Atención Primaria de Salud (APS), como su principal escenario, las funciones fundamentales: la promoción, la prevención, curación y rehabilitación a través de un equipo interdisciplinario capacitado para solucionar los problemas de salud del individuo, la familia y la comunidad desde la práctica, con una utilización mínima de recursos y tiempo que favorece a la sociedad y al paciente.4
Por tanto, el primer paso para prevenir el desarrollo de la enfermedad es la toma de medidas oportunas para eliminar o minimizar estos factores y constituye una tarea principal de médicos y enfermeras de familia, pediatras, padres y familiares.5
En este sentido, se sugiere que desde edades tempranas debe realizarse la prevención de enfermedades ateroscleróticas (EA), basados en la evidencia de que las EA comienzan en la niñez, por la presencia de factores de riesgo cardiovascular (FRCV) en niños y el tiempo de exposición a estos con los cambios deletéreos arteriales en la niñez, riesgo y morbimortalidad cardiovascular (CV) en el adulto y la optimización del control de FRCV en jóvenes y la mejora en la morbimortalidad CV.6
A pesar de que existen evidencias de estudios de forma directa e indirecta sobre la influencia de los factores de riesgo cardiovascular en la génesis de las ECV, es escasa la evidencia sobre las prácticas en la prevención individual de factores de riesgo cardiovascular en pediatría.7) De manera que, a juicio de los autores, constituye un aspecto a solucionar de forma intencionada con acciones de superación que permitan el mejoramiento permanente de los profesionales de la salud y específicamente, los especialistas en Pediatría.
El proceso de atención a los factores de riesgo cardiovascular en la APS surge de la interacción docente-asistencial, espacio donde se integran procesos y conocimientos entre el equipo básico de salud y el pediatra del grupo básico, las familias y las comunidades. Es fundamental, en los modos de actuación del pediatra de la APS, la aplicación del método clínico, epidemiológico, métodos que se interrelacionan entre sí, como medio indispensable para valorar, diagnosticar, planificar, ejecutar, evaluar e intervenir en la salud de la población infantil y darles solución a los problemas de manera independiente o con el trabajo en equipo, según lo requiera la situación identificada y así prevenir la aparición temprana de los factores de riesgo cardiovascular.
Desde esta perspectiva, los autores coinciden con Bravo8) en la necesidad de que los profesionales de la salud, en particular, los especialistas de Pediatría de la APS, a partir de la motivación, no solo adopten la superación profesional como un estilo de vida para mejorar el desempeño, sino también para cumplir el encargo social. Por ello, la calidad de un servicio de salud parte del desempeño de los trabajadores en el cumplimiento de sus funciones laborales y sociales.
El objetivo del artículo es sistematizar los referentes teóricos que sustentan el desempeño profesional del pediatra de la atención primaria de salud en la atención a los factores de riesgo cardiovascular.
MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica sistemática para desarrollar un análisis crítico reflexivo sobre el contenido de las bibliografías; se consideraron tesis de doctorado, maestría, artículos originales y de revisión publicados entre 2009 y 2022 en español e inglés. La búsqueda fue realizada en las bases de datos SciELO y Google Académico entre enero de 2020 y julio de 2022; las palabras clave utilizadas fueron: enfermedades cardiovasculares, desempeño profesional, factores de riesgo, atención primaria de salud y pediatra.
Una vez identificados los artículos de interés, se consideraron como criterios de inclusión los siguientes: que trataran del desempeño profesional, que abordaran esta temática en el sector salud y que se refirieran al desempeño profesional en la atención primaria de salud en Cuba. Tras la identificación de los estudios preseleccionados, se llevó a cabo la lectura de los títulos y resúmenes para comprobar su pertinencia con el estudio; luego se seleccionaron los fragmentos que permitieron el cumplimiento del objetivo y los juicios críticos. Fueron revisados en total 85 artículos de los que se seleccionaron 25 para conformar el texto final.
DESARROLLO
Reflexión crítica de los referentes teóricos que sustentan el desempeño profesional
En la actualidad, el profesional de la salud requiere alta competitividad y habilidades para transferir, aplicar y diseñar nuevas tecnologías, así como tomar decisiones con rapidez; poseer estas capacidades confiere un valor adicional a sus resultados que se traducen en un desempeño de calidad.9
Desde la diversidad de posiciones investigativas consultadas, se reconocen puntos de partida y con ello, parte del universo de términos relacionados con la definición de desempeño y diferentes acepciones: desempeño laboral, desempeño profesional pedagógico, desempeño pedagógico y desempeño desde el puesto de trabajo, entre otros.
Por otro lado, este término se relaciona con capacidad, idoneidad, acción, dominio, modo de actuación, forma en que se realiza una actividad profesional. Hurtado10 plantea: “… Es una variable importante que no solo permite resolver los problemas de la práctica profesional, sino asumir posiciones creativas novedosas e innovadoras que facilita a los profesionales enfrentar las problemáticas de una sociedad cambiante”.
Según el diccionario de la Real Academia Española, el desempeño “es la acción y efecto de desempeñar o desempeñarse” en tanto que desempeñarse expresa la acción de “cumplir con una responsabilidad, realizar una acción que ha sido aceptada como una obligación, como un servicio por el cual se obtiene una satisfacción; la palabra se extiende al conjunto de acciones que se realizan para lograr un objetivo”.11) En esta perspectiva, a partir de una visión general, se considera el modo de actuación como parte del desempeño, al referirse a la realización de tareas específicas vinculadas con el objeto de trabajo, o sea, concreción mediante la actividad.
En el desempeño profesional de los especialistas de la salud cubana existe una íntima relación entre la adecuada interpretación y concientización del proceso salud-enfermedad, a partir del mejoramiento del estado de salud de la población, en vínculo estrecho con el paciente, la familia y la comunidad en la atención biopsicosocial.
En este sentido, los autores coinciden con Hurtado10 en que para los profesionales de la salud el desempeño profesional está orientado a la búsqueda del bienestar de la población en estrecha relación con la satisfacción de las necesidades de la triada del paciente, familia y comunidad al dar respuestas certeras al proceso salud enfermedad.
Estudios similares sobre el modo de actuación han sido tratados por autores de la Educación Avanzada. Pichs12 distingue el término comportamiento en relación con los valores, conocimientos, habilidades y al contexto de actuación ”… enmarcado en un sistema de relaciones, normas y procedimientos que deben cumplirse para un resultado satisfactorio”.
En el sistema de salud cubano, el desempeño profesional es el comportamiento o la conducta real de los trabajadores, en el orden profesional, técnico e interpersonal concebidos en la atención del proceso salud-enfermedad de la población, donde existe una reciprocidad entre los factores que distinguen el desempeño profesional y la integridad de la calidad de los servicios de salud.13
Los autores concuerdan con Ramos14 al expresar que existe una relación directa entre mejoramiento del desempeño y la calidad de los servicios de salud, cuando el profesional desde su comportamiento es capaz de cumplir con efectividad, competencia, compromiso y humanismo sus funciones y obtener como resultado la calidad en los servicios de salud.
Dentro de esta arista, diversos estudios consideran el desempeño en su carácter procesal. Suele relacionarse con la aplicación de métodos en relaciones de carácter social para el cumplimiento de su contenido de trabajo15 como expresión de la formación permanente y continuada en los modos actuación para satisfacer las exigencias del servicio que atiende y de las funciones propias de su calificador de cargo. De la misma manera, en todos los casos se requiere la valoración, evaluación y certificación de formas sistemáticas y bajo la expresión de indicadores de calidad.16
Ortiz17, en su tesis doctoral “Modelo pedagógico para el mejoramiento del desempeño docente con enfoque de competencias en la especialidad de Pediatría”, al conceptualizar el desempeño docente con enfoque de competencias relaciona el comportamiento con las competencias y enfatiza que “… tiene como ejes la aplicación de los métodos científicos de la profesión y la integración docente-asistencial-investigativa, principalmente durante la educación en el trabajo como principio rector de la educación médica cubana”.17 Se asume la orientación de la definición dada por la autora basada en la educación en el trabajo, primer principio y rector de las ciencias médicas desarrollado en el marco de la integración docente-asistencial-investigativa.
Al respecto, Valcárcel y Díaz18 al referirse a la educación en el trabajo afirman que esta “… potencia el desarrollo de la creatividad y la capacidad resolutiva individual y colectiva, permite el desarrollo de nuevos estilos de actuación, perfecciona las relaciones interpersonales y fomenta los valores ético-morales en íntima interrelación con la comunidad”. Los autores de la presente investigación comparten este criterio y reconocen su importancia en el escenario de la APS.
Los autores coinciden también, con lo planteado por Ortiz que el desempeño debe tener como eje principal crear las capacidades para lograr la calidad, por lo tanto, deben estar orientadas desde el inicio hacia el desempeño como expresión de la competencia, tanto en el contexto docente, asistencial como investigativo y propiciar su integración.
Miguez define el desempeño de los docentes en el proceso pedagógico como “un proceso consciente e intencionado de asimilación y trasmisión creadora de los significados que adquiere la práctica de la profesión en su doble condición de médico y pedagogo, (…) al mostrar dominio desde lo político-ideológico, profesional-pedagógico y de preparación”.19) Los autores coinciden con Miguez en que los docentes de forma general, pero también en la especialidad de Pediatría, son expertos en la disciplina que imparten; sin embargo, es necesaria además una formación pedagógica que no siempre se exige o es insuficiente.
Candelaria20 al conceptualizar el desempeño profesional del médico de familia en Nefrogeriatría expresa que el médico de familia, en la ejecución de los modos de actuación relacionados con sus funciones, debe prestar especial atención a la aplicación del método clínico-epidemiológico, la promoción de salud y prevención de enfermedades y demostrar el saber, el saber hacer y el ser, como expresión de una actitud positiva ante la superación que contribuya a mejorar el estado de salud de los pacientes, en vínculo estrecho con el grupo básico de trabajo.
Otros autores como Muñoz21) y Guerra22 abordan el proceso de desempeño profesional desde el objeto de estudio o el campo de acción. En este sentido y a partir de la sistematización realizada, los autores consideran que cada definición expresada en contextos diferentes a pesar de sus limitaciones conceptuales, todas en su conjunto han constituido etapas en la construcción y enriquecimiento del concepto de desempeño como un proceso, a través de la integración y profundización conceptual, en particular, en las ciencias de la educación médica, área del conocimiento joven y en construcción.
En este punto se asume lo planteado por Solis23 que existe una relación directa entre el desempeño y los modos de actuación en la que se articulan de manera coherente y continua los núcleos o pilares básicos del aprendizaje: aprender a conocer, a hacer, a convivir y a ser.
A partir de la sistematización del desempeño se concuerda con Zazo24 en que las definiciones anteriores revelan su carácter multidimensional, en tanto se refieren a conocimientos, modos de actuación y capacidades que se ponen en práctica en aspectos o áreas específicas de la labor profesional. Se coincide en el carácter humanista y la responsabilidad en el cumplimiento de las funciones.
En este sentido, un buen desempeño no solo exige ser competente, sino que requiere de las restantes condiciones señaladas. Al respecto, Solis23 asevera que en el desempeño hay que estudiar la organización del proceso de trabajo en su conjunto y tener en cuenta las condiciones del área laboral y el estado de las condiciones personales del trabajador, que son esenciales en su calidad.
Regularidades identificadas en la sistematización del desempeño profesional
En las definiciones de los diferentes autores, se identificaron las siguientes regularidades:
Vínculo con la capacidad, conducta, habilidad, idoneidad, comportamiento, competencia de los profesionales al desempeñarse, lo que destaca su carácter procesal al admitir la relación dialéctica entre ellos.
Lleva implícita la probabilidad de evaluar y fomentar reformas en la conducta, compromisos u obligaciones y las formas de desempeño diario en un marco concreto.
Se refiere al cumplimiento de las funciones en el contexto y nivel donde labora.
Vinculación con el proceso de superación profesional, conlleva posiciones cooperativas, solidarias, humanistas y de ciencia e innovación tecnológica.
Se demuestra su carácter social y pedagógico al llevar implícito procesos competitivos, flexibles y abiertos donde se observa la combinación integrada de un saber, un saber hacer, un saber ser y un saber ser con los demás, condición indispensable de todo profesional para constituirse en fuerza socialmente activa.
Puede tener un carácter preventivo relacionado con factores de riesgo y asociado con los objetos de diferentes profesiones, lo que expresa el carácter inter y multidisciplinario del desempeño.
Las regularidades identificadas le permitieron a los autores definir de manera operacional el desempeño profesional del pediatra de la atención primaria para centrarse en los factores de riesgo cardiovascular: proceso mediante el cual el especialista en Pediatría es capaz de identificar los factores de riesgo cardiovascular con la aplicación del método clínico, epidemiológico, social, la integración docente-asistencial-investigativa desde los escenarios de la Atención Primaria de Salud, orientado a la actualización y mejora constante de los conocimientos y habilidades, vinculado al comportamiento ético-humanista para lograr un desempeño profesional efectivo.
Los autores consideran que en la definición anterior son evidentes las exigencias para el pediatra que labora en la APS, quien debe tener la preparación adecuada para desempeñarse profesionalmente, poseer las habilidades de sus funciones básicas que le permitan brindar una atención médica de elevada calidad técnica, científica y humana, a través del diseño, planeación, organización y orientación de acciones de promoción, prevención, curación y rehabilitación dirigidas al equipo básico de salud, al paciente, la familia y la comunidad y así minimizar la aparición de ECV en la adultez, con el control de los factores de riesgo cardiovascular en la niñez.
A propósito de este estudio, los investigadores reconocen la necesidad de transformar los recursos humanos que se desempeñan desde el grupo básico de salud (GBT) para la atención de los factores de riesgo cardiovascular en edades pediátricas como agentes de cambio de su entorno de acción.
El especialista en Pediatría debe planificar su labor armónica e integral, de conjunto con el equipo básico de salud, responsable máximo de la salud de la población, también identifica y concibe las diferentes actividades de educación en el trabajo; en el caso particular de la atención a los pacientes con factores de riesgo cardiovascular, las acciones deben ser preventivas y mediante su acción instructiva y educativa, el profesor promueve transformaciones en el contexto comunitario.
Modos de actuación del Pediatra en la APS
Los especialistas de Pediatría desarrollan sus actividades integradas a un GBT, de manera individual o conjunta, con el médico de familia, realizan diferentes acciones que se resumen a continuación:
Atención médica especializada, sistemática y periódica en el consultorio y en el hogar del paciente.
Actividades de prevención encaminadas a identificar y eliminar factores de riesgo dañinos a la salud del niño.
Actividades de promoción de salud al realizar actividades educativas con la familia y la comunidad en aspectos relacionados con la salud materno-infantil.
Actividades de rehabilitación al participar con el médico de familia y otros integrantes del equipo, en la rehabilitación basada en la comunidad y en la incorporación a la rehabilitación física o psíquica de los niños y jóvenes.
Actividades docentes con énfasis en la participación del médico, tanto residentes como especialistas de Medicina General Integral a través de: interconsultas (intercambio científico-técnico), actividades de terreno, guardias médicas y reuniones docentes como formas de educación en el trabajo, así como actividades docentes educativas en la formación del estudiante de Medicina en la asignatura de Pediatría (cuarto año), en la asignatura de Medicina General Integral (quinto año) y en la estancia de atención a la familia de la práctica preprofesional.
Actividades investigativas: desarrollo de investigaciones con el rigor científico requerido que correspondan a las necesidades identificadas en la situación de salud de la población infantil y de la atención materno infantil.
Actividades de evaluación y control dirigidas fundamentalmente a medir los resultados alcanzados dados por los cambios favorables en la salud de la población infantil y en la atención materno-infantil.
En opinión de los autores, estas acciones demuestran la responsabilidad del pediatra en su desempeño profesional clínico, epidemiológico, ético y humanista, se destaca la importancia de la observación y la orientación preventiva de la salud de los niños. Por ello, debe prestar una asistencia de calidad en circunstancias variables, donde las alternativas terapéuticas y diagnósticas se acrecientan día a día, así como las expectativas de los familiares de los pacientes. Sin lugar a duda, el pediatra se convierte en el actor principal en la prevención y creación de estilos de vida sanos de los adultos del futuro.
Representa un desafío para el sistema de salud y el desempeño diario del pediatra lograr la detección, evaluación y manejo de los FRCV en edad infantil y adolescente. Se necesita una percepción de riesgo y un manejo integral desde el punto de vista clínico-epidemiológico para que perciban la importancia de la prevención de estos FRCV, de gran significación cualitativa, tanto en el individuo como en la sociedad.
La aparición precoz de señales de la ECV y sus consecuencias en la adultez trae consigo la necesidad de desarrollar acciones de superación que le permitan al pediatra de la APS estar actualizado y en vigilancia clínico-epidemiológica frente a una enfermedad que comienza en la niñez y por no presentarse en edades pediátricas, no se considera un problema de salud en la actualidad. No identificar estos FRCV de manera temprana, provoca un elevado riesgo y morbilidad cardiovascular en la vida adulta, situación que se minimizaría con su identificación.
Varios investigadores han estudiado el proceso de mejoramiento del desempeño. López25 propone una estrategia de superación profesional para el médico de familia en la atención médica integral a la salud del trabajador en los consultorios del municipio de Santa Clara.
Las posiciones teóricas de los investigadores permitió identificar aspectos comunes para la categoría mejoramiento del desempeño profesional y su vínculo con los procesos formativos, de preparación y superación: la necesidad de actualización profesional, el empoderamiento y la autonomía para la toma de decisiones pertinentes, rápidas y certeras, transformación en gestores de los procesos de ciencia, tecnología e innovación y la concepción de la evaluación como proceso y resultado del desempeño profesional.
Para lograr elevar la calidad del desempeño profesional del especialista en Pediatría, los autores proponen diferentes alternativas de superación con el objetivo de prepararlos con vistas a desarrollar un modo integral de actuación en la atención a los factores de riesgo cardiovascular y contribuir a enfrentar la problemática con una visión integradora como profesor del grupo básico de salud en la APS.
Desde los sustentos descritos, se manifiesta la necesidad de abordar teóricamente los procesos que permiten la superación para el mejoramiento del desempeño del especialista de Pediatría en la atención a los factores de riesgo cardiovascular en la APS.
Aporte científico
El aporte científico radica en la sistematización realizada que permitió la elaboración operacional de la definición de desempeño profesional del pediatra de la APS para la atención a los factores de riesgo cardiovascular, enriquece el área de la formación permanente y continuada como principio de las Ciencias de la Educación Médica, contribuye a un mejor desempeño profesional y posibilita elevar la calidad y eficiencia de la atención al paciente, la familia y la comunidad.
CONCLUSIONES
La sistematización realizada permitió elaborar de manera operacional la definición de desempeño profesional del pediatra de la APS en la atención a los factores de riesgo cardiovascular. A partir de esta, se podrán elaborar estrategias que propicien la participación consciente, creadora, activa y orientadora de los especialistas de Pediatría en los grupos básicos de trabajo en la APS, que estimulen la creación de juicios de valor para contribuir al mejoramiento profesional.