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INTRODUCCIÓN
La actividad científica, desde sus diferentes aristas, debe tener como premisa los principios éticos a favor del desarrollo investigativo fidedigno, coherente y con respeto a la dignidad humana.1 En el contexto académico, cobra vital importancia, porque es un indicador básico de la calidad en las universidades.2
Sánchez Ambriz et al.,3 encontraron en el ámbito universitario la tendencia a formar profesionales con conocimientos teórico-prácticos y dejar a un lado la actividad de la investigación científica; también, observaron en programas de estudio que pocas asignaturas poseen contenidos que faciliten el dominio de los eslabones del conocimiento, lo que representa una amenaza para la creación de nuevos conocimientos y su transferencia.
Espinoza Freire,4) destaca la importancia de la ética como garante del rigor científico en las indagaciones en las investigaciones cualitativas que se caracterizan por las relaciones que se establecen entre el investigador y los participantes y que también debe estar presente en las investigaciones pedagógicas.
Cuadros Contreras,5 por otra parte, puntualiza que convendría apelar a una noción de ética centrada en la promoción de virtudes más que en la disposición de reglas o principios, por muy útiles que estos puedan ser.
En el campo de las ciencias médicas, los docentes tienen la alta responsabilidad, con sus alumnos, la sociedad y con ellos mismos, de que los estudiantes se conviertan en profesionales con un desempeño conforme con los principios bioéticos de una sociedad socialista,6) lo que implica también, cumplir con los de la ética.
Los docentes deben tener presente que el estudiante de Medicina requiere de una formación ético-profesional donde su modo de actuación sea consecuente con el encargo social, con un desempeño profesional responsable y comprometido con la solución de los problemas en el medio donde se desenvuelve.7
En el entorno académico de las ciencias médicas, la ética en la actividad docente e investigativa debe salvaguardar el respeto a la dignidad humana, la fiabilidad y veracidad de los hallazgos, principalmente porque esta práctica permite fomentar valores ineludiblemente humanistas. Estas tareas tienen vigencia en Cuba, refrendadas en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.8
El presente estudio tiene como objetivo indagar acerca de la ética en la actividad docente e investigativa desde las ciencias médicas en Cuba.
MÉTODOS
Se realizó una búsqueda del tema en revistas científicas de las bases de datos: Scielo, PubMed, Scopus, Redalyc y el repositorio de tesis doctorales de Infomed, en los últimos 10 años, entre el 31 de mayo 2013 y el 31 mayo de 2023, así como normativas vigentes del Ministerio de Salud Pública de Cuba relacionadas con la ética. La limitación temporal se tuvo en cuenta para buscar los artículos más actualizados. Luego, se complementó la búsqueda a través de las referencias bibliográficas, para detectar publicaciones que no fueron identificadas electrónicamente. Las palabras clave utilizadas fueron: ética, investigación, ética investigativa y su equivalente en español e inglés.
Fueron consultados 89 artículos sobre el tema. Posteriormente, se realizó la selección de ellos basados en los siguientes criterios de inclusión: publicaciones en inglés o español, artículos que hayan evaluado la ética en la actividad docente e investigativa de los profesores en las ciencias médicas, se tuvo acceso al texto completo y con resultados acordes a los objetivos planteados.
Se excluyeron estudios que sus contenidos no respondieran a los objetivos de la investigación o que sus resultados no tuvieran actualidad. Finalmente, se obtuvieron 25 artículos que cumplían los criterios de inclusión.
DESARROLLO
Ética e investigación científica
La ética es una ciencia derivada de la filosofía que estudia el funcionamiento de las leyes que rigen la moral en la sociedad y en los procesos internos del hombre, sobre todo para contrarrestar hechos insólitos en la historia.9 Por ello, el proceso investigativo cumple una función reveladora de la esencia de las cosas y, a su vez, de la esencia de los procesos internos de las personas que intervienen en él.
En ese sentido, Peacok Aldana et al. plantean que las regulaciones éticas de las investigaciones clínicas han tenido un recorrido largo y controversial, hasta definirse normas éticas que reglamentan la planificación y conducción de ensayos clínicos, asimismo se modifican y enriquecen acorde con las necesidades de salud del ser humano.10) Por consiguiente, los investigadores, patrocinadores, comités de ética de la investigación y autoridades de salud deben asegurarse de que los estudios propuestos tengan solidez científica, un conocimiento de base adecuado y puedan generar información valiosa. El valor social y científico no puede legitimar que los participantes en el estudio o las comunidades anfitrionas sean sometidas a maltratos o injusticias.11
Los primeros intentos de establecer reglamentaciones éticas en la investigación científica se remontan al año 1947 con la promulgación del Código de Nuremberg, relacionado con el área de la investigación médica; este surgió a raíz del juicio de Nuremberg, en el cual se juzgó a los médicos nazis por su participación en experimentos con prisioneros en los campos de concentración.12) El código Nuremberg señaló la necesidad del consentimiento voluntario del paciente en la realización de cualquier tipo de investigación o práctica, por lo que al principio de beneficencia del juramento hipocrático, se le añadió el de la autonomía del paciente. Estos principios fueron ampliados luego por la Declaración de Helsinki (1964) y el Informe Belmont (1978), textos en los que por primera vez, se integraron en un sistema la beneficencia, la autonomía y la justicia.13
El principio bioético de justicia, junto con los de autonomía, beneficencia y no maleficencia constituyen la estructura cardinal de la bioética médica de donde se derivan aquellos principios de ética aplicables, tanto a la práctica médica como a la investigación. En el campo de las ciencias de la salud, supone la aplicación de los avances científicos, técnicos y tecnológicos alcanzados en beneficio de las personas y la comunidad y que deben ser utilizados desde una perspectiva de responsabilidad social.14 Por consiguiente, el conocimiento científico debe ser trasmitido y así puede evaluarse, científicamente, los resultados.
En relación con la producción científica se ha planteado que los datos, textos, figuras o ideas originadas por otros autores deben ser reconocidos de forma objetiva y apropiadamente en el artículo sin expresar mentira, falsificación o manipulación. Todo lo anterior puede ser considerado como proceso negligente. El plagio en todas sus formas y las declaraciones fraudulentas o deliberadamente inexactas constituyen una conducta carente de ética y son inaceptables e indicarán una mala práctica en la forma de concebir el trabajo enviado.11
Los autores deben garantizar que el artículo no haya sido publicado y no esté siendo considerado para su publicación en otro medio; en caso necesario, puede presentarse con el conocimiento y aprobación de la institución de afiliación de los autores, así como con el consentimiento de cada uno de los autores y la declaración de conflictos de interés, si los hubiera.10
Las autoras de la presente investigación coinciden con lo anterior porque en la legitimidad debe primar la justicia y cada estudio debe ser expuesto con veracidad científica.
Ética y docencia
La ética docente forma parte del compromiso moral del profesional que ejerce la educación porque demanda de su entrega absoluta y de la vocación marcada que permite enseñar con el ejemplo, contribuir a la formación personal, académica y profesional sobre la base de los valores éticos, para entregar a la sociedad personas y profesionales íntegros, respetuosos, solidarios, tolerantes, justos y auténticos.15
Para Montgomery Urday,16 la ética profesional docente es una de las manifestaciones de la ética aplicada y está dirigida a la prestación de un servicio para lograr un determinado beneficio en el campo educativo. Así, el profesor universitario para el buen ejercicio de su profesión debe poseer valores y actitudes que muestren la ética en la enseñanza.
Investigadores del tema como Vázquez Martínez17 plantean que la ética docente-asistencial se refiere al estudio de la moral en el proceso de educación médica en las unidades médicas, a las costumbres, la labor profesional, normas existentes en el espacio docente-asistencial; este, definido como el lugar en el que convergen los procesos de educación y atención clínica y en el que los pacientes son un fin, en cuanto a la atención médica y también, un medio en relación con la educación médica.
Se coincide con Matos Ceballos et al.18 cuando plantea que los modos de actuación y las conductas en los diferentes contextos de la vida son condicionados por lo personológico como ente social, de manera que cada individuo posee su escala de valores y configura su comportamiento.
Las autoras consideran que, indudablemente, el profesor es piedra angular para la adquisición de valores del educando desde la docencia, la investigación y la asistencia.
Importancia de los comités de ética institucionales
Los Comités de Ética Médica son grupos interdisciplinarios insertados en la docencia y la investigación. Permiten adoptar decisiones difíciles que afectan a los pacientes y entrañan el riesgo de la incertidumbre, tanto en los resultados previsibles de determinadas terapias o intervenciones a utilizar en los enfermos, como en la valoración de la relación riesgos/beneficios con el empleo de una medida de soporte vital. Los Comités de Ética Médica desempeñan un papel fundamental en la evaluación de situaciones de difícil solución, pueden prestar asesoramiento y formular recomendaciones.19
La calidad de la atención en los servicios de salud está refrendada en disposiciones legales y normas jurídicas establecidas en Cuba por el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Justicia, recogidas en la Gaceta Oficial de la República de Cuba y actualmente vigentes. Recientemente, se aprobó la nueva Constitución de la República de Cuba, cuyo conocimiento por parte de los profesionales de la salud y todos los ciudadanos, en general, resulta indispensable para su control y cumplimiento.20
La ejecución de cualquier estudio con seres humanos o sus muestras biológicas, requiere de una valoración ética previa para evitar riesgos y problemas en el proceso. Resulta fundamental que, tanto los comité de ética como los profesionales e investigadores, aseguren que el avance científico se realice cumpliendo los principios éticos y legales con plena garantía de los derechos de los participantes en la investigación.21
Las autoras coinciden con Betancourt Betancourt et al.22) cuando expresan que la sensibilidad moral y la reflexión ética deben ser parte integrante del desarrollo científico y tecnológico, en el cual los Comités de Ética Médica desempeñan un papel esencial.
Ética y las nuevas tecnologías
Con la aplicación de nuevas tecnologías en la salud, la vida puede sostenerse durante largo tiempo, pero en ocasiones se preserva, sin esperanza de solución. Aparece entonces el dilema de cuándo persistir en el esfuerzo por conservar una vida. Estas fuertes y difíciles reflexiones relacionadas con el enfermo terminal hicieron que, en ocasiones, la bioética clínica solo se relacionara con la muerte y por el contrario, si bio es vida, la bioética como nueva disciplina integradora debe convertirse en una cultura para la vida.23,24,25
La búsqueda de nuevos conocimientos y el avance científico constituyen necesidades apremiantes en el contexto actual; la sociedad lo demanda y resulta necesario cumplir con este compromiso, sin obviar importantes preceptos éticos que permitan lograr resultados satisfactorios para beneficio de todos.12
Las autoras consideran que el docente universitario contemporáneo debe atemperarse más a la era tecnológica, plantearse cuestiones relevantes que involucren el conocimiento científico con un valor humanista y de respeto a la dignidad desde la asistencia y la educación en el trabajo; es en este contexto en el que se puede superar el reduccionismo profesional, superar la displicencia de apariencia tecnocrática, contribuir a la adquisición de verdaderos valores ciudadanos y trasmitir los valores fundamentales que pondera el sistema social cubano. La formación profesional no puede ser, de ningún modo, un asunto exclusivamente curricular, sino que, en el seno de las organizaciones e instituciones universitarias, debe activarse un debate profundo de problemáticas como el respeto a la dignidad humana y el de la reverencia hacia la vida, en todas sus formas.
En el contexto de la educación en el trabajo, se debe vincular la investigación a los valores éticos. Por la incertidumbre que pudiera ocasionar el uso de nuevas tecnologías en el orden terapéutico, debería destacarse con profundidad, por parte del docente, el sentir de los pacientes y familiares en cuanto a cómo perciben la información dada por parte de los profesionales de la salud ante un proceder o enfermedad, cómo les afecta o no, ya sea por desconocimiento, entendimiento, enfrentamiento o enfoque situacional.
Alcance y las limitaciones de los resultados alcanzados
Este artículo revela cómo la ética en la actividad docente e investigativa, desde el ámbito de las ciencias médicas, es un tema esencial que debe ser abordado y perfeccionar su aplicación, ya sea desde lo refrendado en las normativas vigentes referentes a la ética por el Ministerio de Salud Pública en Cuba, como atemperándolo a la era tecnológica actual, con respeto a los principios éticos promulgados en el siglo pasado, donde se pondera la dignidad humana.
La limitación principal de la investigación radica en que constituye un acercamiento al problema planteado que conlleva profundización y revela la necesidad de desarrollar nuevas investigaciones científicas que permitan profundizar en la transferencia de valores éticos por parte del docente y su vínculo con la actividad investigativa, en el ámbito de las ciencias médicas.
El aporte científico de esta investigación se fundamenta en que permite enriquecer el conocimiento en torno al tema: la importancia vital de la ética en la actividad docente e investigativa en las ciencias médicas, desde la mirada de la docencia para obtener una educación exitosa y de carácter humanista.
CONCLUSIONES
La ética, en el campo docente e investigativo de las ciencias médicas, tiene un valor humanista y educativo, el cual debe ser ponderado en todos los escenarios docentes universitarios, en aras de una asistencia más integral, desde la percepción humana del enfermo y sus familiares, en relación con la enfermedad que los aqueja y los procederes terapéuticos aplicados. Se destaca la importancia de posturas éticas en la docencia e investigación, con apego a la veracidad científica y el respeto a la dignidad humana.
