INTRODUCCIÓN
El desarrollo cognitivo es la interiorización de las habilidades que nos permiten adaptarnos al medio ambiente (Vygotski, 2009). Por tanto, el sujeto está determinado por la cultura contextual en donde se desarrolla y que determina su adaptación (Decety et al., 2018; Villaseñor-Cabrera et al., 2018). La sucesión de experiencias permite al sujeto abstraer la información que le rodea en forma de representaciones mentales de dicha realidad y trabajar cognitivamente con ella; incluso sin la presencia de los objetos a las que se refieren (Piaget, 1925; Scarpina et al, 2022; Vilchez, 2022, 2021, 2020a, 2020b, 2020c, 2019a, 2019b, 2018a, 2018b). Este proceso significa el intercambio de significados socialmente consensuados denominados signos (Vygotski, 2009); transmitidos a través de la herramienta cultural más potente de la que dispone el ser humano: el lenguaje (Civila et al. 2020; Garzón-Orjuela et al., 2019). Por ello, civilizarse significa transmitir la información antepasada de generación en generación por medio de mediadores (Villalta-Páucar, et al., 2013).
Con este andamiaje cognitivo (Azorín-Abellán, 2018) el sujeto consigue razonar el mundo que le rodea (incluidas situaciones con las que nunca ha tenido un contacto directo como el aborto). Por tanto, el pensamiento es la máxima expresión del procesamiento y desarrollo cognitivo (Vygotski, 2009). En este sentido, las funciones ejecutivas (FEs) son las habilidades de modulación de la información pensada (Magen, 2017); son nuestro bagaje a priori (Kant, 1948) con el que lidiamos con diferentes contextos y el grado de eficacia (inteligencia) con el que lo hacemos (Hampshire et al., 2012). En este sentido, el razonamiento abstracto sería el resultado de la capacidad de modulación de información de las funciones ejecutivas siguiendo una línea lógica y con una meta clara (que suele ser la resolución de un problema (Gómez et. al., 2018). Este concepto ha venido a denominarse como inteligencia fluida (Cattell, 1963), como la capacidad cognitiva general que aumenta a lo largo del ciclo vital (Inhelder & Piaget, 1955). El racionamiento académico ha sido medido, entre otros, con analogías abstractas no verbales (Raviolo, 2009) para separar de esta habilidad los factores culturales que dependen del lenguaje (Spearman, 1924). En este tipo de analogías, se analizan los rasgos perceptivos de los elementos, más que su semántica; es esencial, por tanto, la capacidad de abstracción inductiva de las leyes lógicas que relacionan las figuras entre sí (Blum et al., 2011).
El racionamiento académico es, por tanto, la máxima expresión del Pensamiento (Vygotski, 2009) y, por ende, su nivel define la inteligencia (Spearman, 1924). En este sentido, se suele confundir inteligencia con rendimiento académico (Barraza-López & González, 2016). El rendimiento académico es un índice de la adaptación del ser humano que evalúa el grado en el que el sujeto ha adquirido los conocimientos que se le han transmitido dentro del sistema educativo (Edel, 2003). No obstante, por desgracia, esto no implica necesariamente que el sistema educativo desarrolle significativamente las habilidades cognitivas de los estudiantes, como se ha evidenciado en la literatura (Vilchez, 2020c; Vilchez y Orellana-Palacios, 2021).
El presente estudio toma como objetivo esclarecer la relación entre el desarrollo cognitivo y la actitud de los estudiantes universitarios ante el aborto. Para ello se ha tomado tanto la nota media de bachillerato como el Examen Nacional de Evaluación Educativa Ser Bachiller (SBAC) de acceso a la Universidad de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT) del Ecuador como, igualmente, la nota media de los alumnos en las respectivas carreras cursadas. De igual forma, se ha seleccionado un cuestionario que mide la variable que postulamos como esencial en la representación del desarrollo cognitivo (el racionamiento académico). Todo ello, con el objetivo principal de conocer si existe alguna relación significativa entre estas variables y un concepto que está muy ideologizado y, con ello, justificado como es la actitud hacia el aborto. Se desea saber si el desarrollo cognitivo o el rendimiento académico de los sujetos predice tanto la actitud favorable como en contra hacia este acto.
MÉTODOS
La investigación es de tipo cuantitativo, transversal y con alcance correlacional y cuasi-experimental (Hernandez-Sampieri et al., 2015).
En relación con los participantes, dado que las variables utilizadas, tanto los índices de rendimiento académico como el razonamiento abstracto son procesos cognitivos básicos, el universo poblacional tomado como objetivo de extrapolación de los resultados fueron todas las personas pertenecientes al rango de edad de la muestra utilizada: 18-28 años (Edad M = 21.06 años, Edad DE = 2.12 años). Según el último censo del Ecuador, existen 4,656,563 de personas entre los 15 y 29 años (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos [INEC], 2010). La muestra de 581 universitarios (n = 227 hombres [39.07% del total], n = 354 mujeres [60.92%]), con un intervalo de confianza del 95%, una variabilidad del 50% (en el peor de los casos), supone asumir un error en su representatividad del 4%.
Para medir la actitud hacia el aborto, se utilizó la herramienta de Cucalón & Marcial (2017) con adecuaciones para el contexto ecuatoriano, este cuestionario desveló tener dos dimensiones: actitud hacia el aborto incondicional y actitud hacia el aborto circunstancial. De igual modo, el rendimiento académico se midió por parte de la nota de grado del bachillerato, calificación en el examen de la SENESCYT y calificación universitaria promedio en carrera. La medición del razonamiento abstracto fue realizada por medio del Test de Analogías Figurales (TAF) digitalizado (Blum et al., 2011)
La aplicación del TAF se dio de modo virtual. Todos los participantes fueron estudiantes universitarios que tuvieron disponibles tanto los constructos de actitud hacia el aborto como los índices de rendimiento académico especificados. Ningún estudiante recibió incentivo alguno por su participación en el estudio.
Para comprobar la normalidad de todas las variables manejadas en el análisis de datos se utilizó la prueba Kolmogorov-Smirnov. Dado que ninguna de las variables siguió una distribución normal, se calculó la correlación con el estadístico Tau b de Kendall. Como complemento de la significatividad de los datos, se calculó igualmente el Tamaño del Efecto (TE) (Thompson, 1998). Los valores de 0.21 a 0.49 se interpretan con un efecto pequeño, de 0.50 a 0.70 como moderado, mientras que valores equivalentes o superiores a 0.80 tienen un efecto grande, según la clasificación de Cohen (1992).
De igual modo, se agruparon las personas que, como actitud general, estaban tanto en desacuerdo como de acuerdo con el aborto. Se realizaron comparaciones cuasi-experimentales de dichos grupos aplicando una U-Mann Whitney.
La investigación consideró los principios éticos de la American Psychological Association (APA, 2010). Todos los participantes estuvieron de acuerdo con un consentimiento informado antes de realizar la prueba.
RESULTADOS
Como ya se ha especificado, ninguna de las variables utilizadas en el estudio sigue una distribución normal. Rendimiento académico: (a) nota de grado del bachillerato, Z = 0.09, p < .001; (b) calificación en el examen de la SENESCYT, Z = 0.09, p < .001; y (c) calificación universitaria promedio en carrera, Z = 0.04, p < .012. De igual modo, el RA tampoco sigue una distribución normal, Z = 0.09, p < .001. Por último, ni la puntuación total de la actitud hacia el aborto, Z = 0.09, p < .001, ni la Actitud hacia el aborto incondicional, Z = 0.09, p < .001, ni Actitud hacia el aborto circunstancial, Z = 0.21, p < .001, tampoco siguen una curva de la normal.
Análisis correlacional
Correlación entre los índices de rendimiento académico y razonamiento abstracto
Como es evidente, las variables de rendimiento académico correlacionan entre sí y con el razonamiento abstracto: (a) razonamiento abstracto y nota de grado del bachillerato, τ b (581) = .17, p < .001; (b) RA y calificación en el examen de la SENESCYT, τ b (581) = .23, p < .001; (c) RA y calificación universitaria promedio en carrera, τ b (581) = .09, p < .002; (d) nota de grado del bachillerato y calificación en el examen de la SENESCYT τ b (581) = .32, p < .001; (e) nota de grado del bachillerato y calificación universitaria promedio en carrera, τ b (581) = .29, p < .001; (f) calificación en el examen de la SENESCYT y calificación universitaria promedio en carrera, τ b (581) = .12, p < .001.
Correlaciones entre los índices de rendimiento académico, razonamiento abstracto y actitud hacia el aborto
Únicamente existe correlaciones significativas muy leves entre: (a) calificación universitaria promedio en carrera y la actitud total hacia el aborto, τ b (581) = .08, p < .008; (b) calificación universitaria promedio en carrera y actitud hacia el aborto incondicional, τ b (581) = .08, p < .009; y (c) calificación universitaria promedio en carrera y Actitud hacia el aborto circunstancial, τ b (581) = .08, p < .013.
Análisis de comparación de grupos
No se evidenció ningún efecto entre los sujetos que están o no de acuerdo con el aborto en ninguna de las variables de rendimiento académico ni de razonamiento abstracto. No hay diferencias significativas entre los sujetos en desacuerdo con el aborto (M = 42.49) y los sujetos de acuerdo con el aborto (M = 39.62) en el razonamiento abstracto, U (117, 370) = 0.78, p = .436. De la misma forma, no existe efecto entre los sujetos en desacuerdo con el aborto (M = 8.9) y los sujetos de acuerdo con el aborto (M = 8.87) en la nota de grado del bachillerato, U (117, 370) = 0.13, p = .896. De nuevo, no hay diferencias significativas entre los sujetos en desacuerdo con el aborto (M = 892.65) y los sujetos de acuerdo con el aborto (M = 867.63) en la calificación en el examen de la SENESCYT, U (117, 370) = 0.66, p = .506. Por último, no se evidenció efecto entre los sujetos en desacuerdo con el aborto (M = 77.75) y los sujetos de acuerdo con el aborto (M = 78.14) en la calificación universitaria promedio en carrera, U (117, 370) = 0.31, p = .758.
DISCUSIÓN
Los resultados evidencian la relación significativa entre calificación universitaria promedio en carrera, tanto la puntuación total del cuestionario de actitud hacia el aborto como sus dos sub-dimensiones (una de actitud incondicional y otra circunstancial). Llama la atención que en las comparaciones entre los sujetos que están o no de acuerdo con el aborto, en casi todos los índices (excepto la calificación universitaria promedio en carrera), aunque las diferencias no son significativas entre ellos, los sujetos que están en desacuerdo con el aborto evidencien mayor media de razonamiento abstracto, mayor nota de grado del bachillerato y mayor nota en el examen de la SENESCYT. Tanto la primera como la tercera medida son índices que podríamos denominar de desarrollo general (el razonamiento abstracto es una habilidad meta-cognitiva y el examen de la SENESCYT mide igualmente habilidades y conocimientos generales). De igual forma, la nota del bachillerato refleja conocimientos generales en el sentido de que dependen del rendimiento en distintas asignaturas.
Por contra, el rendimiento en la carrera elegida es un conocimiento más específico. Se podría considerar que es un conocimiento útil desarrollado en un contexto cada vez más ideologizado (Fernández-Heres, 2007). Existe un concepto muy relevante en este sentido y es el concepto del utilitarismo en el advenimiento de las ideologías (cf. Asociación Católiga de Propangandistas (ACdP), 2022) El pragmatismo reinante en la adaptación del ser humano al mundo actual hace que el sujeto mejor integrado es el sujeto con más éxito social. En este sentido, las personas que más rendimiento tienen en un sistema educativo de dudosa calidad (Vilchez, 2020a; Vilchez, J. L. & Orellana-Palacios, 2021) tienen una mayor actitud positiva hacia en aborto; y viceversa. En este sentido, podría pensarse que el mayor desarrollo cognitivo se relaciona con una mejor actitud hacia el aborto pero, en este sentido, es clave el dato de que no hay diferencias significativas entre los sujetos que están de acuerdo con el aborto con respecto a los sujetos que están en desacuerdo pero que éstos últimos, como media, sistemáticamente tienen mejor razonamiento abstracto, mejores notas en su bachillerato y mejor rendimiento en la prueba de la SENESCYT (que es selectiva para entrar en la Universidad).
CONCLUSIONES
Se requiere una reflexión tanto sobre la calidad de nuestro sistema educativo como sobre su efecto ideologizante. Aunque el rendimiento universitario está relacionado con el razonamiento abstracto, es la relación más débil de las calculadas. La habilidad que ha sido denominada como de mayor grado y más representativa del desarrollo cognitivo humano (Vygotski, 2009) es precisamente esta habilidad de razonamiento. La pregunta transcendental es ¿qué puede esperarse de un sistema educativo cuya evaluación no representa o representa de forma muy débil el máximo nivel de desarrollo intelectual? En estas circunstancias, los datos reflejan una nueva dimensión. La actitud hacia el aborto no correlaciona con el desarrollo cognitivo sino con la capacidad de adaptarse de un sujeto a un sistema defectuoso. Por tanto, se concluye que la capacidad de ideologizarse es producto de la acción de este mismo sistema, lo cual representa una infinidad de nuevas reflexiones acerca de hacia dónde van nuestras sociedades y qué papel está desempeñando precisamente la educación superior institucionalizada en esta deriva.