INTRODUCCIÓN
La familia desempeña un papel fundamental como primer ambiente del desarrollo en donde se establecen los vínculos parentales iniciales; ejerciendo una influencia significativa en las dinámicas interpersonales del individuo (Pascual & Ruiz, 2022). Estos vínculos están directamente relacionados con la calidad de la comunicación dentro del núcleo familiar (Amezcua et al., 2002). En este sentido, los ambientes familiares caracterizados por una adecuada cohesión, expresividad y organización con bajo nivel de conflicto proporcionan a los adolescentes más posibilidades de desarrollar un autoconcepto sano (Taniguchi & Dailey, 2020). Por tanto, la comunicación familiar basada en la expresión de afectos, discusión de ideas y mediación de conflictos permite a sus miembros la percepción de bienestar y satisfacción (Copez-Lonzoy et al., 2016); es el instrumento que padres e hijos utilizan para renegociar sus roles, buscando mayor mutualidad y reciprocidad (Tesson & Youniss, 1995). Del mismo modo, transmite al adolescente herramientas para enfrentar situaciones de riesgo (Del Barrio del Campo & Salcines Talledo, 2012) y, por tanto, propician el desarrollo saludable del autoconcepto en el adolescente (Malca-Romero & Rivera-Jiménez, 2019). La familia brinda una retroalimentación clave para la construcción del yo (Álvarez et al., 2015). Por otra parte, una comunicación problemática repercute en un menor autoconcepto académico, emocional y familiar, siendo el núcleo de mayores problemas psicosociales (Fuentes et al., 2015).
En esta línea de la investigación, se evidencia una relación significativa entre las dimensiones de la implicación familiar percibida y las dimensiones del autoconcepto, sobre todo en los estudios del académico (Álvarez et al., 2015). En el ámbito de la comunicación familiar, se ha demostrado que, cuando ésta es abierta tiene una relación positiva con el autoconcepto escolar y familiar (León-Moreno & Musitu-Ferrer, 2019); la comunicación de tipo problemática, por el contrario, tiene una relación inversa con dichos autoconceptos. Por su parte, los adolescentes con alto autoconcepto puntúan mejor en comunicación abierta, en relación con adolescentes que presentan un bajo y medio autoconcepto (Castro Castañeda et al., 2021); mientras que, quienes tuvieron un bajo autoconcepto, reportan una comunicación ofensiva con ambos progenitores.
Respecto al autoconcepto, el constructo ha sido definido como la imagen, las percepciones y evaluaciones de la propia conducta y atributos que cada individuo realiza sobre sí mismo (Harter, 1990; Kalish, 1983; Piers & Herzberg, 2002). Se ha encontrado que los individuos podrían experimentar un mejor autoconcepto, cuando se crían en un entorno cálido y afectuoso, y un menor autoconcepto en un entorno frío y negligente (Streamer & Seery, 2015). Los adolescentes con bajo autoconcepto poseen una identidad desajustada y mantienen con sus padres una comunicación limitada (Castro Castañeda et al., 2019). El autoconcepto, en sus dimensiones académica, familiar, social y física, presenta una identidad más equilibrada producto de una adecuada comunicación (Castro Castañeda et al., 2021). La implicación familiar influye en el autoconcepto académico de los hijos (Álvarez et al., 2015) que, a su vez, repercute en el rendimiento académico de éstos (González-Pineda et al., 2002); mejorando el desarrollo del autoconcepto familiar mismo (León-Moreno & Musitu-Ferrer, 2019; Llanca-Sánchez & Armas-Zambrano, 2020) y el autoconcepto social (Estrada Araoz & Horta Murcia, 2020). En este sentido, la familia y el entorno social son dimensiones moderadoras en relación a la depresión e ideación suicida en adolescentes (Au et al., 2009).
El presente estudio profundiza en la relación e importancia de la comunicación familiar y el autoconcepto en adolescentes, considerando su implicación crucial en el ajuste psicosocial de este grupo. El objetivo de la investigación es matizar la percepción de la comunicación familiar y su influencia en el desarrollo del autoconcepto en adolescentes, enfocándose en la comunicación familiar desde la perspectiva del adolescente, reconociendo la escasez de investigaciones existentes en este ámbito específico.
MÉTODOS
Participaron 317 adolescentes escolarizados de una institución educativa estatal de la cuidad de Loja, Ecuador, que cursaban primero y segundo de bachillerato. De este grupo, el 64% fueron mujeres y el 36% fueron hombres, con edades de entre 14 a 17 años (M = 15.86; DT = 0.759). El diseño de la investigación fue cuantitativo, correlacional-transversal y exploratorio.
Para evaluar la percepción de la comunicación familiar se empleó la Escala de Comunicación Padres-adolescentes (PACS) de Barnes & Olson (1985). En esta investigación se utilizó la versión validada de Bueno et al. (1998). La escala está conformada por 20 ítems con cinco opciones de respuesta en una escala tipo Likert que va de 1 (Completamente en desacuerdo) a 5 (Completamente de acuerdo). Este instrumento evalúa dos dimensiones de la comunicación familiar entre padres e hijos adolescentes: el grado de franqueza y magnitud de problemas (cada una con 10 ítems). La escala original presenta coeficientes Alfa de Cronbach de .88 para la escala general y de .87 y .78, para las dimensiones grado de franqueza y magnitud de problemas, respectivamente. En cuanto a los valores alfa obtenidos por Bueno para las dimensiones grado de franqueza es de .93 y magnitud de problemas es de .87, considerando la percepción del adolescente respecto a su padre. En el caso de la comunicación con la madre, el grado de franqueza presenta un alfa de .92 y la magnitud de problemas uno de .89.
El autoconcepto de los adolescentes, en cambio, fue evaluado a través del cuestionario de Autoconcepto Forma 5 (García & Musitu, 2001). El instrumento consta de 30 ítems que evalúan cinco dimensiones del autoconcepto: académico-laboral, social, emocional, físico y familiar. Este cuestionario es aplicado tanto a niños, adolescentes y adultos, quienes deben responder en una escala que va de 1 a 99 puntos, de 1 (Totalmente en desacuerdo) hasta 99 (Totalmente de acuerdo). En cuanto a su consistencia interna (Cronbach, 1951), la puntuación total del cuestionario es de .813 y para sus dimensiones académico-laboral de .869, social de .702, emocional de .821, físico de .773 y familiar de .840.
Para el análisis de los datos en la ejecución de este estudio se coordinó con las autoridades de la institución educativa, de las cuales se obtuvo la autorización respectiva. Además, los padres de familia autorizaron la participación de sus hijos en el estudio (asentimiento informado). Asimismo, se explicó a los adolescentes de forma detallada el estudio y ellos participaron de forma voluntaria (consentimiento informado). Con la intención de garantizar un riesgo mínimo para los participantes y los principios éticos en investigaciones con seres humanos, el estudio la aprobación ética de la Universidad Central del Ecuador, el cual está avalado por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador (Código 002-EXT-2023).
Se empleó una encuesta sociodemográfica que recopiló información sobre la edad, el sexo, el nivel educativo, el tipo de familia, entre otros. Se utilizó el software de administración de encuestas de Google (Google Forms). Antes de iniciar con el proceso, los adolescentes presentaron tanto el consentimiento como el asentimiento informados. Posteriormente, se efectuó el rellenado de datos en el centro de cómputo de la institución, donde el equipo de investigación brindó las orientaciones para completar los cuestionarios.
Tanto para la puntuación total de los cuestionarios como para sus sub-dimensiones, se comprobó la normalidad de la distribución de las poblaciones de datos por medio del estadístico Kolmorogov-Smirnov; la homogeneidad de las varianzas fue comprobada con la F de Levene. El fin de la comprobación de estos supuestos estadísticos era decidir el estadístico de contraste más adecuado para comprobar la correlación entre variables.
RESULTADOS
Existe una distribución equitativa de los participantes que están cursando Primero y Segundo de Bachillerato. Un 95.9% de la muestra afirmó tener hermanos; un 31.5% son los hermanos mayores, mientras que el 29% y 18.6% se ubican entre los segundos y terceros respectivamente en orden de nacimiento. En cuanto al tipo de familia de los adolescentes, destaca la tendencia dominante de las familias nucleares y monoparentales representando un 50.5% y 42.5%, respectivamente. En relación al nivel educativo de los padres, se observa que una proporción significativa tiene educación secundaria (padres 48.3%; madres 50.8%) o primaria (padres 34.4%; madres 34.7%). Finalmente, el nivel económico es mayoritariamente medio (88.3% de los participantes). En la tabla 1 aparece un resumen de los datos sociodemográficos recolectados.
La tabla 2 muestra la correlación entre la variable predictor de comunicación y la variable criterio de autoconcepto, a través de sus dimensiones grado de franqueza (comunicación) y las cinco dimensiones del autoconcepto (académico laboral, social, emocional, familiar y físico). Los resultados evidencian una correlación positiva significativa entre el grado de franqueza y todas las dimensiones de la escala de autoconcepto (AF5). Destacan las correlaciones más fuertes con el grado de franqueza como el autoconcepto familiar (.539**), el autoconcepto académico laboral (.238**) y el autoconcepto físico (.237**). Estos resultados muestran que la comunicación es el factor más importante para el propio concepto que los sujetos tienen de su propia familia. Del mismo modo, revierte sobre el desarrollo íntimamente del sujeto como en el campo académico y su autoestima (autoconcepto físico).
Tabla 2: Correlación entre la dimensión grado de franqueza y las dimensiones de la escala de autoconcepto (AF5)
AF5 Académico laboral | AF5 Social | AF5 Emocional | AF5 Familiar | AF5 Físico | ||
PACS Grado de franqueza | Coeficiente de correlación | .238** | .212** | .170** | .539** | .237** |
Sig. (bilateral) | .001 | .001 | .002 | .001 | .001 | |
N | 317 | 317 | 317 | 317 | 317 | |
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La tabla 3 presentan los resultados de las correlaciones entre la dimensión magnitud de problemas (PACS) y las dimensiones del autoconcepto (AF5). En primer lugar, existen correlaciones negativas significativas entre magnitud de problemas y las dimensiones del autoconcepto familiar (-.258**) y emocional (-.168**), respectivamente. Estos valores muestran la tendencia en la que, a medida que aumenta la magnitud de problemas, el autoconcepto familiar y emocional tiende a disminuir de manera significativa. En segundo lugar, se encontró una correlación negativa entre magnitud de problemas y la dimensión académico laboral (-.113*), lo cual sugiere que los problemas llegan a afectar al ámbito académico-laboral. Finalmente, no se encontraron correlaciones significativas con respecto a las dimensiones físico y social del AF5.
Tabla 3: Correlación entre la dimensión magnitud de problemas y las dimensiones de la escala de autoconcepto (AF5)
AF5 Académico laboral | AF5 Social | AF5 Emocional | AF5 Familiar | AF5 Físico | ||
PACS Magnitud de problemas | Coeficiente de correlación | -.113* | -0.095 | -.168** | -.258** | -0.109 |
Sig. (bilateral) | .044 | .09 | .003 | .001 | .053 | |
317 | 317 | 317 | 317 | 317 | ||
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*La correlación es significativa a nivel .05 (bilateral). |
CONCLUSIONES
La comunicación familiar es un factor que influye de manera relevante en el autoconcepto de los adolescentes (Ümmet et al., 2023; Orth & Wyk 2022). Este estudio detalla la relación entre la comunicación familiar y diversas dimensiones del desarrollo del autoconcepto en adolescentes. Los hallazgos revelaron que una comunicación abierta y franca (PACS) se relaciona positivamente con las distintas dimensiones del autoconcepto; especialmente con el autoconcepto de la propia familia. Esto resalta la relevancia de una comunicación saludable en el contexto familiar, considerando que promueve el bienestar psicológico dentro de este contexto y el posterior adecuado ajuste psicosocial de los adolescentes. Los resultados son consistentes con investigaciones previas en las que concluyen que la comunicación abierta y franca influyen en la construcción del autoconcepto de los adolescentes (Castro Castañeda et al., 2021; Jiménez et al., 2007).
Por otro lado, se encontró una relación inversa de la dimensión magnitud de problemas de la escala de comunicación PACS con todas las dimensiones de la escala de autoconcepto AF5, sin embargo, sólo es significativa con respecto al autoconcepto familiar, social y académico. Esto respalda la intervención de la una comunicación problemática en el seno familiar para prevenir los efectos negativos en estos ámbitos. Los resultados son importantes, pues se corresponden con investigaciones previas que relacionan la comunicación problemática con un menor autoconcepto en los jóvenes (Castro Castañeda et al., 2021) y, por ende, con problemas de ajuste psicosocial en la adolescencia (Fuentes et al., 2015; Jiménez et al., 2007). Estos resultados van en línea con estudios anteriores que coinciden en desvelar la relación entre el autoconcepto académico y la comunicación abierta de los adolescentes mejicanos, tanto con respecto a la madre como con respecto al padre (Castro Castañeda et al., 2021; León-Moreno & Musito-Ferrer, 2019). De igual modo, se encontró que el autoconcepto emocional correlaciona negativamente con la comunicación ofensiva tanto con la madre como con el padre.
Los resultados obtenidos, apoyan la necesidad de fomentar espacios de comunicación positiva, abierta y saludable en el entorno familiar. La comunicación se convierte en un factor de protección en los diversos estadios del autoconcepto de los adolescentes (Carrascosa et al., 2016; Gómez Cobos, 2008; León-Moreno & Musito- Ferrer, 2019; Páramo, 2011). Se concluye que los entornos familiares deben incorporar mecanismos de comunicación participativos, afectivos y asertivos que los logren constituir ambientes seguros para sus integrantes, garantizado que los adolescentes en particular formen un autoconcepto adecuado de sí mismos (OMS, 2021).