Hoy, 31 de marzo de 2020, el mismo día en que se hubiera hecho efectiva su jubilación, nos ha abandonado de esta vida terrenal, nuestro querido compañero, amigo, colega y hermano de luchas, el Dr. Alfredo Dueñas Herrera. No pudimos ofrecerle la merecida despedida laboral que sus compañeros de trabajo le habíamos planificado, precisamente por presentarse la enfermedad que finalmente le costó la vida. Quedaron definitivamente pendientes las palabras que yo debía decir ese día en tal ocasión y a manera de homenaje a su persona. Pienso ahora que en nombre de la Sociedad Cubana de Cardiología y de sus compañeros del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (ICCCV), donde él desplegó su incesante labor científica durante la mayor parte de su vida, debo -en su memoria-, dar a conocer una versión de las palabras que nunca le dijimos personalmente y que ahora intentamos hacer públicas.
Alfredo, como simplemente le llamábamos sus amigos, por esas cosas y coincidencias de la vida, no llegó a jubilarse, pero si lo hubiera hecho oficialmente, nunca se hubiera retirado de sus compromisos y empeños científicos y sociales, porque quienes lo conocimos aseguramos que la acción de retirarse no cabía en su pensamiento ni en su historia de vida. Por motivos de sus muchos años de trabajo y quebrantamientos de salud le había llegado el momento de iniciar una nueva etapa de su vida que se iniciaría de ahora en adelante a razón de su bien ganada jubilación.
El Dr. Dueñas, durante más de 5 décadas de trabajo médico, científico, administrativo, político, la mayor parte de ellas laborando en el ICCCV, supo ganarse la admiración y el respeto de todos sus compañeros, colegas y pacientes por el rigor, entusiasmo y honestidad con que desempeñó todas las tareas que en su fructífera vida le fueron asignadas. Desde sus inicios, como médico recién graduado, durante el Servicio Médico Rural, ya mostró sus dotes de buen profesional y de directivo, al haber ocupado importantes labores de dirección en Salud Pública, en la antigua región administrativa de Oriente Norte. Luego, en el Instituto de Cardiología recorrió las categorías de médico residente, especialista de dicha especialidad, Vicedirector de Asistencia Médica, Jefe del Departamento de Cardiología Preventiva, durante toda la vigencia de éste, y obtuvo las bien ganadas categorías docentes e investigativas de Profesor Consultante e Investigador Auxiliar. De igual manera participó como investigador principal de diversos proyectos investigativos y fue autor de muchas publicaciones médicas nacionales e internacionales. Por su amplio y diverso trabajo profesional es, sin dudas, considerado como Pionero de la Prevención y Epidemiología de las Enfermedades Cardiovasculares en Cuba, labor por la cual fue muy bien conocido dentro y fuera de nuestras fronteras. Así, nos consta que los más eminentes especialistas dedicados a este importante trabajo en los Estados Unidos de América, Reino Unido, España, Rusia y otros países del antiguo campo socialista y de Europa, así como de América Latina, conocen y reconocen su trabajo científico, lo cual sin dudas, ha proporcionado mucho prestigio, además de a su persona, a nuestro Instituto, a nuestro Sistema Nacional de Salud y a nuestro país.
No debemos pasar por alto su militancia socialista de muchos años, desde su juventud, ni su esmerada y actualizada preparación política que, durante muchos años, compartió con sus compañeros de su área de trabajo y del núcleo del Partido Comunista de Cuba, en el cual militó durante muchos años. Tampoco se puede olvidar su disposición a colaborar con pueblos hermanos cuando lo necesitaron en el honroso cumplimiento de misiones internacionalistas, en el Perú, en ocasión del nefasto terremoto que sacudió ese país en 1970 y en Angola, en ocasión de su guerra de liberación, también en la década del 70.
Fue significativa su designación como Cardiólogo Distinguido de Centroamérica y el Caribe, a proposición de la Sociedad Cubana de Cardiología, que se le concedió por la Sociedad Centroamericana y del Caribe de Cardiología, durante su correspondiente Congreso en Panamá en el año 2012 (Figura), entre otras muchas distinciones y condecoraciones recibidas a lo largo de su fructífera carrera.
No se trata de hacer en este momento un recorrido de su vida ni de su curriculum vitae, pues sería una labor infinita, sino simplemente resaltar algunos hechos relevantes de nuestro querido amigo, compañero y hermano, Alfredo Dueñas, que me vienen a la mente en este triste momento, en esta mañana de nuestra calurosa primavera en que lo despedimos físicamente.
El trato con sus pacientes, su labor profesional entre nosotros, sus enseñanzas y en definitiva, su ejemplo, nos servirán para tenerlo siempre presente en nuestras actividades cotidianas y nos serán de acicate para cumplir, cada día mejor, con nuestro principal compromiso de servir con humildad, sacrificio y eficiencia a la salud de nuestro pueblo, que como Alfredo nos insistía, era y es una de las más importante premisas de nuestra Revolución.
¡Por la obra de tu vida has ganado el derecho a descansar en paz, querido amigo!
Dr.C. Eduardo Rivas Estany
Presidente,
Sociedad Cubana de Cardiología
La Habana, 31 de marzo de 2020
“Año 62 de la Revolución”.