Introducción
EI saber leer constituye uno de los factores esenciales para la formación integral de la persona, en cuánto al alcance de niveles de desarrollo en la expresión oral y escrita, la ortografía y en las habilidades intelectuales para emitir juicios, argumentos, valoraciones, puntos de vista y modos de actuación, según la interpretación que haga del mundo que le rodea en función de la transformación de sí mismo y de los problemas sociales.
El hábito de la lectura ha sido una preocupación de los agentes educativos y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura desde hace varios años, citemos que 1972 se proclamó como Año Internacional del Libro y en lo adelante esta organización ha recalcado la necesidad que todo el mundo se preocupe por fomentar el hábito de leer; con la idea de que no importa el nivel educativo, todos asumen responsabilidad en provocar el querer leer (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 1975).
Estudios de medición del comportamiento lector realizados por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en 2012, en el que intervinieron 11 países evidenciaron que es alto el porcentaje de no lectores en la región, las encuestas en cuanto a la lectura de libros al menos una vez al año por persona, muestran a Colombia con 2.2, México con 2.9, Brasil con 4.4, Argentina con 4.6 y Chile con 5.4, aunque Ecuador no participa en el estudio, es evidente la necesidad de contribuir al tema.
El hábito de lectura en Ecuador, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) en 2012, muestra el estudio aplicado a personas de 16 años o más, en 5 ciudades del nivel urbano. En los resultados se expresó que el 26,5% no tiene el hábito de leer, dentro de las razones se enuncian la falta de interés, no les hace falta, no tienen tiempo, problemas de concentración, entre otros. En relación con el tiempo dedicado a la lectura el 50,3% lee entre 1 a 2 horas semanales, mientras que el 13,5% lo hace de a 3 a 4 horas. Por grupos de edad las personas de 16 a 24 años son las que más leen con el 83%, mientras los de más de 65 son los que menos leen con el 62%. Resulta importante destacar que el 33% de los jóvenes lo hacen para atender las obligaciones académicas, mientras que el 32% por conocer sobre algún tema. En general, no se lee por placer o superación personal.
Respecto a la lectura en los estudiantes universitarios se han realizado varios estudios e investigaciones en la región, se citan: “Hábitos de lectura en estudiantes universitarios”, de Alterio & Pére (2004); “Los universitarios y la lectura”, de Gilardoni (2013); “La importancia del hábito de la lectura, reacción y pensamiento”, de Flores (2016); “Representaciones, hábitos y dificultades de composición del texto escrito en estudiantes universitarios: un estudio exploratorio” de Álvarez & Fabregat (2017); y “La aplicación de un programa para mejorar la velocidad y comprensión de lectura en estudiantes universitarios” de Barboza & Ventura (2017), entre otros.
Por otra parte, resulta de gran valor la realización de múltiples eventos y congresos internacionales en la región que constituyen verdaderos espacios para socializar la temática; se significa la pertinencia del Congreso Internacional Pedagogía de 2007 al 2017, como excelente oportunidad para el intercambio de experiencias, aunar fuerzas y esfuerzos que propicien el hábito de la lectura en función de una educación de calidad para todos durante toda la vida.
La lectura es clave en el contexto universitario, siendo una parte importante en las actividades académicas, científicas, de vinculación con la comunidad, como vía de acceso a la información y al conocimiento, y como elemento imprescindible para la adquisición de las competencias profesionales y una cultura general. Los estudiantes universitarios requieren del hábito de la lectura para realizar las múltiples tareas de aprendizaje, a las que se enfrentan de manera cotidiana, a partir de las exigencias de consultar variada bibliografía física, digital y realizar búsquedas en internet y como medio para hacer un buen uso del tiempo libre.
Leer conlleva a entrar en contacto con las problemáticas de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento del hombre. Leer un texto permite conocer, grandes pensadores, invenciones y acontecimientos de todos los tiempos, comprender pensamientos, descubrir propósitos, reflexionar hacia lo interno por medio de preguntas y tratar de hallar respuestas. En otras palabras, leer es responder a las exigencias del saber, a las necesidades e inquietudes del conocimiento, es conceder valor al querer saber, cuando se lee se busca comprender y adoptar una postura o actitud, pensar para valorar, refutar o compartir las ideas que nos proponen.
La actividad profesional de las autoras en vinculación con el tema, la experiencia docente, así como la aplicación de encuestas a estudiantes, entrevistas a docentes con experiencia en la educación superior, la observación a clases y la revisión de documentos - tareas y trabajos de investigación- permiten constatar debilidades teóricas y de proceder, en relación con el hábito de la lectura en los estudiantes universitarios de la carrera Ciencias de la Educación, mención Educación Básica, declarando las insuficiencias siguientes:
No siempre existe una adecuada planificación, organización, ejecución y evaluación del hábito de la lectura en los estudiantes de la carrera.
La preponderancia de la lectura en las asignaturas relacionadas con la Lengua - literatura.
No se potencia la lectura de libros elementales para el profesional de la educación.
No se realizan presentaciones de libros que forman parte de la cultura general integral del profesional.
Las tareas docentes en función de la lectura carecen de un enfoque interdisciplinar.
Es insuficiente el número de estudiantes que visita el CRAI, en función de leer libros para el estudio y la investigación o para el disfrute.
Lo precedente se manifiesta en los estudiantes de la manera siguiente:
Por lo general, es bajo el hábito de lectura de la bibliografía básica indicada en las diferentes asignaturas para la realización de las actividades independientes y el estudio.
Los estudiantes no leen libros que forman parte de la bibliografía complementaria.
La mayor parte de los estudiantes no ha leído los libros básicos de la profesión.
La totalidad de los estudiantes no ha leído obras que forman parte de la literatura universal.
No se aprecia una cultura de leer la prensa, revistas científicas, libros que favorezcan su acervo cultural, dedican una gran parte del tiempo en Facebook, en la televisión, entre otras formas novedosas de entretenimiento con imágenes.
Una gran parte de los estudiantes no compran libros, aun cuando se conoce que los precios son altos, no lo ven como una necesidad.
En consecuencia, se puede expresar que la mayoría de los estudiantes no les gusta leer, lo hacen por la obligación de cumplir los deberes y no están conscientes de la necesidad de la lectura para su formación profesional.
Por consiguiente, se plantea como problema científico: ¿Cómo contribuir a desarrollar el hábito de lectura en los estudiantes de la carrera Ciencias de la Educación?
Desarrollo
El profesional de la educación de hoy debe ser parte activa del momento histórico que le ha tocado vivir, ser capaz de resolver los problemas del desempeño que que inciden en la realidad educativa y transformarlos, siendo el propio hábito de lectura un problema profesional pedagógico que deberá resolver en sus estudiantes, lo que exige de él como futuro profesional ser un buen lector, irradiar cultura, ser conocedor de las principales obras literarias, en otras palabras leer debe ser parte del actuar del profesional. Ello merita de un proceso de formación del profesional que potencie el hábito de lectura, en aras de un pensamiento crítico, reflexivo, creativo, desde una organización sistémica que promocione la integración disciplinar, el reconocimiento de saberes, la interacción comunicativa (oral, escrita y digital) para la distribución, aplicación y apropiación del saber científico, tecnológico y cultural.
Es significativo, según el objeto de estudio, el análisis del término leer, hábito y hábito de la lectura. En ese orden, leer según la definición de la Real Academia Española (2006) es un verbo transitivo cuyo significado comprende “entender o interpretar un texto de determinado modo”.
Según Solé (1998, p. 52), “leer es mucho más que poseer un caudal de estrategias, leer es sobre todo una actividad voluntaria y placentera”. La definición expresa el carácter voluntario del acto y el significado de satisfacción que tiene para el lector.
La valoración de Remolina (2013), permite entender que en la definición de leer se disponen de tres categorías. Ellas son: la operacionalidad cognitiva, comprendida por las acciones que del verbo leer describen los verbos entender e interpretar, ya que la acción del verbo leer estará asociada al dominio de la cognición; el código representacional, identifica el objeto sobre el cual recae la acción cognitiva de entender e interpretar a la cual pertenecería el texto; por último, la modalidad interpretativa, es la manera como el sujeto entiende o interpreta el objeto o código representacional sometido al acto de leer.
Sáez (1951), citado por Fernández (2014) define la lectura como
. El análisis permite expresar el carácter de sistematicidad y significatividad de la lectura para que pueda convertirse en una herramienta de desarrollo personal y profesional, clave en el futuro profesional.“una actividad instrumental en la cual no se lee por leer sino que se lee por algo y para algo. Siempre detrás de toda lectura ha de existir un deseo de conocer, un ansia de penetrar en la intimidad de las cosas”
En sentido general, la lectura es fundamental para el crecimiento personal y social del individuo, estimula la convivencia, los valores y las conductas sociales integradas, potencia el pensamiento creativo, estimula la conciencia crítica y reflexiva, es fuente inagotable de placer, razones válidas para que el fomento de la lectura sea una prioridad de todo sistema educativo.
El término hábito procede del origen latín habitus, según la Real Academia Española significa modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.
Según Aspe & López (1999), plantean que el hábito es la capacidad que el hombre tiene de un modo distinto de cómo es por naturaleza, aunque no vaya en contra de ella.
Los hábitos se adquieren y se obtienen por el ejercicio libre de los actos que cada quien desempeña, suponen la libre decisión de cada persona en actos que ejecuta de modo consciente, lo que se si quiere potenciar hábitos hay trabajar en la concientización de la necesidad del acto como condición indispensable para su automatización.
Los hábitos constituyen un elemento básico del aprendizaje, y también en ocasiones la falta de estos, como problema que debe tratarse cuando impiden o alteran el desarrollo de la persona.
El hábito de lectura conlleva a un comportamiento estructurado, donde la persona de manera inconsciente ha adquirido la competencia lectora. El hábito comprende la repetición frecuente del acto de leer y el conjunto de destrezas y habilidades implicadas en esta actividad, adquiridas gracias a su iteración y al progresivo dominio de sus mecanismos, y subyace la voluntad frente a la obligatoriedad.
En el hábito de lectura, se debe diferenciar aquel estudiante lector cuya periodicidad de lectura viene determinada por el cumplimiento de una prescripción, sobre todo, educativa o académica, como la entrega de tareas, trabajos o el aprobado de exámenes; de aquel estudiante lector que cultiva su derecho a la lectura como un ejercicio libre de disfrute y definición de la propia identidad.
Resulta interesante la relación entre el hábito lectura y el nivel de estudios, se enfatiza en la relevancia de la educación y la comprensión de la lectura como un instrumento clave para el desarrollo personal. En tal sentido, la Educación General Básica asume entre sus propósitos fundamentales que los jóvenes que concluyen los estudios de este nivel, serán ciudadanos capaces de disfrutar de la lectura y leer de manera crítica y creativa.
Esta educación constituye la piedra angular y asume alta responsabilidad para el alcance de tal designio, debido a que desde sus primeros grados se enseña a leer y a escribir, a comprender textos y se sientan las bases para el hábito de lectura, sin embargo los estudiantes transitan a las educaciones ulteriores, incluso de la educación universitaria con lagunas o baches en la lectura y faltos del hábito de lectura.
Es ahí donde asumen responsabilidad el resto de las educaciones, visto en dos vertientes, una el hábito de la lectura como proceso continuo, sistemático, intencionado e inacabado, por tanto, en permanente construcción y la otra como proceso con carácter diferenciado en la atención de potencialidades, necesidades, intereses, gustos y motivos de los estudiantes.
La educación universitaria asume el cambio y la adaptación a las exigencias sociales y necesidades de los individuos dejando atrás las insuficiencias de un modelo tradicionalista en un mundo que empieza a requerir otro tipo de individuo, crítico, reflexivo, con otras posibilidades de pensamiento y de toma de decisiones. En consecuencia, se determinan los criterios metodológicos para fomentar el hábito de lectura en los estudiantes universitarios expresados en:
Perseguir una educación integral que considere el hábito de lectura como una condición y factor de desarrollo en la formación de la personalidad del profesional con una visión que no deja de lado la importancia de la formación clásica en la literatura o en la filosofía, sólo que estas áreas de producción y reflexión no se piensan como exclusivas, sino indispensables para la promoción de las capacidades lúdicas y artísticas sino en las dimensiones de lo intelectual, lo técnico - pedagógico, lo físico, lo estético, lo ético y lo investigativo.
Potenciar las distintas áreas de saber, saber hacer y saber ser, el fortalecimiento de oportunidades de formación para el trabajo, lo que incluye el reconocimiento y la pertenencia a un país y a una sociedad en la que se requiere un ciudadano que asuma su compromiso por los problemas de la sociedad.
Considerar lo contextual a la época y al desarrollo histórico de la sociedad, requiere de una revisión constante de los procesos socioculturales y de los modelos educativos, lo cual muestra la relación de la educación, con la sociedad y el estado.
Sujetos del proceso, la lectura responde a las características, potencialidades, intereses y oportunidades de liderazgo y protagonismo estudiantil para la contribución al hábito de la lectura del hábito educativo en el proceso educativo.
Atender a la formación científica y la humanista, la lectura dirigida a saber investigar, dado que no puede pensarse en un individuo que no indague y haga suyo lo que se enseña para transformar y mejorar su medio acompañada de actitudes positivas y valores como expresión de emociones y sentimientos.
Concebir la unidad de lo cognoscitivo y lo afectivo, apunta al conocimiento y disfrute de lo estético. La lectura en función del amor, el trato adecuado y respetuoso, donde se estimule la pedagogía diferenciada, inclusiva y el interés por promover una pedagogía de la ternura.
Variedad de espacios para la lectura, desterrando la apatía, el desinterés, el menosprecio, las actitudes de estudiantes y docentes, con frecuencia, muestran el sentido negativo y formas tradicionales de hacer para dar paso a formas más atractivas y novedosas de estimular la lectura que rebasan el espacio áulico a múltiples espacios.
Mediante una lectura sistemática se puede obtener conocimientos de la actividad política, económica, científica y cultural de un país y de la profesión que se quiere desempeñar, a la vez, que se amplía el vocabulario para entender mejor la lengua de una forma práctica, mejora la ortografía y una ayuda a la interpretación del medio. Por otro lado, la lectura de obras y publicaciones científico - técnicas, permite un mejor aprovechamiento del tiempo para la obtención de información, pues a partir de la inferencia de los significados del texto el estudiante debe activar sus conocimientos, todos los saberes que posee; de esta forma se convierte en un lector activo que logra la apropiación activa y creadora de los significados. No obstante, en la práctica docente universitaria no siempre fomenta las relaciones interdisciplinarias.
Poder contribuir el hábito de la lectura conlleva a romper con lo tradicional en busca de obras literarias que sean analizadas desde la concepción de un currículo abierto, flexible, dinámico y holístico, que asuma un enfoque interdisciplinar, en la búsqueda de la interacción, intercambio y cooperación, en tanto se establecen interconexiones con la lengua materna, la cultura, el comportamiento ético, lo afectivo-cognitivo en la integración de materias. Por consiguiente, los referentes teóricos de Romero, Maldonado, Armas & Salazar (2017), y según los criterios de las autoras se definen cuatro momentos expresados de la manera siguiente:
Momento 1: •
Momento 2: •
Análisis profundo del contenido del libro y de las asignaturas a integrar que permiten determinar los contenidos comunes, precisándose sobre qué líneas se pueden interrelacionar los contenidos, según la afinidad de estos, desde el punto de vista de conceptos, regularidades, habilidades, métodos, procedimientos, valores, actividades prácticas y otros.
Momento 3: •
Definición de los nodos cognitivos en relación con el libro. Este consiste en integrar los contenidos según los invariantes del conocimiento y sobre la base de las competencias, los conocimientos, las habilidades de los programas de las asignaturas, los objetivos formativos y el perfil de salida del profesional
Momento 4: •
Determinación del contenido de las actividades prácticas integradoras y las formas de organización; las vías y los métodos más factibles para el logro de los objetivos propuestos y la evaluación. Concibe la planificación de la tarea interdisciplinaria. El docente se encuentra en condiciones de planificar la tarea con un enfoque integrador. Las tareas deben caracterizarse por su carácter contextualizado y realista, su naturaleza interdisciplinaria, el llamado a desarrollar procedimientos y recursos complejos y diversos.
Los fundamentos teóricos expuestos sustentan las acciones para contribuir al hábito de la lectura en los estudiantes de la carrera Ciencias de la Educación. Universidad Metropolitana del Ecuador, las que expresan a continuación:
Realización de un taller para la presentación, discusión y reflexión acerca del diagnóstico, estrategia y pronóstico de las acciones dirigidas a fomentar el hábito de la lectura a corto, mediano y largo plazo, de forma grupal.
Ejecución de actividades metodológicas en la carrera dirigidas a potenciar el hábito de la lectura tomando como punto de partida el resultado del diagnóstico pedagógico integral de los estudiantes, concepciones y criterios metodológicos del hábito de lectura, la interrelación de la lectura y el desarrollo de las macrohabilidades de la Lengua desde la concepción de cada asignatura y la planificación de los PEAs (A. 1, A. 2). La interrelación de la lectura con los procesos y actividades que comprenden la vinculación con la sociedad, la investigación, las prácticas preprofesionales y las actividades de bienestar estudiantil (A. 3).
Discusiones de obras literarias universales o propias de la educación como espacios para leer pasajes, comentar, analizar o debatir sobre libros llevándolos a la realidad social y profesional pedagógica.
Foros, debates, paneles y mesas redondas que podrá contar con autores de libros o referidos a obras literarias necesarias para la cultura del futuro pedagogo.
Entrevistas de lectura entre el docente y un estudiante, y entre un estudiante y otro estudiante, la cual versará de las actividades lectoras personales y grupales que este último está realizando. Durante esta actividad, la estudiante conversa sobre el libro que está leyendo o que ha leído; formula sus opiniones; hace comentarios sobre el tema, valora los personajes, los temas o géneros que prefiere; dice qué libros le interesaría leer; qué significado ha tenido para él su contenido en lo personal y lo profesional.
Dramatizaciones de obras, concibe la selección de unas obras leídas por el grupo para su dramatización, lo que conlleva a que la totalidad de los estudiantes la lea y asuma un personaje. La obra podrá ser presentada en la escuela y en la comunidad.
Implementación una mini biblioteca en el aula especializada de la carrera que cumpla con sus funciones propias y proporcione libros que deben ser leídos y consultados y trabajos de los estudiantes que contribuyen a su actividad pedagógica profesional.
Té o café literario, permite la lectura breves, informativas, recreativas y de actualidad para ocupar el tiempo libre que puede ser periódicos, revistas, libros de referencia como atlas, diccionarios, almanaques, entre otros.
Feria de lectura con la totalidad de los estudiantes y docentes de la carrera, en la que cada estudiante y docente presentará un libro, lo que implica la lectura con anterioridad del libro, el diseño de actividades de lectura y la valoración para su formación profesional. Se contará con la presencia de docentes, graduados y estudiantes de la Educación Básica.
Presentaciones de libros de autores que son docentes de la carrera u otros, con la participación de estudiantes que estimule el deseo de acercarse a leer la obra realizada por alguien cercano y alcanzable, en consecuencia favorecer a su crecimiento profesional.
Visitas a la biblioteca municipal con el objetivo inicial dialogar con los bibliotecarios, conocer sus salas y servicios, la participación en actividades lectoras y la asignación de responsabilidades lectoras dirigidas a tareas de investigación.
Donaciones de libros de la institución y la carrera a escuelas de la Educación Básica que incluyan la presentación de libros a cargo de los estudiantes, lo que conlleva a la lectura previa de cada obra.
Los resultados obtenidos de la implementación en la práctica de las acciones para contribuir al hábito de la lectura demostraron la efectividad de la misma, a partir del perfeccionamiento de los PEAs de las asignaturas de Pedagogía General, Didáctica Crítica, Diseño curricular, Sociología, entre otras. La presentación de 20 libros, 4 dramatizaciones de obras literarias, la creación de una mini biblioteca en el aula especializada de la carrera y la ejecución de 2 mesas redondas, lo que permitió elevar a un nivel superior la lectura de textos por parte de estudiantes y docentes, lo que posibilita el saber, saber hacer y saber ser en relación con el perfil del profesional.
Conclusiones
La indagación realizada acerca del hábito de la lectura en los estudiantes de la educación superior permitió determinar los fundamentos teórico-metodológicos y a la vez contribuir a este proceso rompiendo con concepciones y herramientas tradicionales, en tanto se exponen criterios metodológicos y momentos que posibilitan el enfoque interdisciplinario de la lectura.
Las acciones dirigidas a los estudiantes de la carrera Ciencias de la Educación de la Universidad Metropolitana del Ecuador responde a las exigencias sociales y necesidades de los estudiantes, promueve la reflexión del hábito de la lectura teniendo en cuenta la educación integral, al estudiante como sujeto del proceso, lo contextual, la variedad de espacios y la unidad de cognitivo y lo afectivo.
La implementación de las acciones favoreció al hábito de la lectura posibilitando a su vez, elevar el nivel de conocimientos, habilidades y actitudes en relación con el perfil del profesional.