Introducción
Las constantes transformaciones en el campo político, económico, ambiental, social, cultural y tecnológico que se generan en la actualidad, hacen del quehacer diario de la sociedad, un constante aprendizaje para disminuir los riesgos y que prevalezca la vida. Sin embargo, nuevas causalidades hacen que la humanidad se encuentre en constante reto, por ello, contribuir a la preparación profesional, técnica y humana de cada ciudadano es una premisa constante de la educación y específicamente de la Educación Superior.
La Educación Superior logra cumplir con su encargo social, a partir de la gestión de sus procesos claves, estratégicos y de apoyo. Los procesos clave o sustantivos, como la docencia, la investigación y la extensión universitaria, deben estar acorde a los nuevos cambios y transformaciones, para lograr dar solución y respuesta a la emergencia social.
“Precisamente la extensión universitaria ha devenido como el proceso sustantivo de toda IES que se identifica con el rol de promover la cultura, en su más amplia acepción, en la comunidad intra y extrauniversitaria, la cual se articula con la formación y la investigación y junto con estas contribuye al desarrollo sociocultural y de los valores. Su esencia radia en el proceso de interacción dialéctica universidad - sociedad”. (Batista Mainegra, 2016, p. 18)
Este proceso permite el diálogo interactivo con la sociedad, a partir de la gestión de los procesos que lo conforman en interacción con los otros procesos sustantivos, permitiendo la transformación humana y social. Esta interacción debe estar en concordancia a los intereses y expectativas de ambas partes para solucionar los problemas existentes, por ello, debe estar planificada y organizada, para que se ejecute con calidad y el control de lo realizado permita su mejora continua.
La gestión del proceso extensionista debe estar acorde a la institución, su entorno y en particular, ajustado a la medida de cada perfil profesional, es vital en la gestión de los procesos sustantivos que desde la profesión se permita el real intercambio e integración de los procesos claves, y así lograr mayor impacto en la sociedad.
En la actualidad el mundo se encuentra azotado por múltiples problemas y fenómenos naturales, entre ellos, el que se ha convertido actualmente en protagonista de preocupación y ocupación es la pandemia del COVID-19, producido por el virus SARS-CoV-2. Los científicos de diversas áreas del conocimiento junto a directivos del estado en muchas regiones del mundo, han estado inmersos en investigaciones que permitan disminuir el impacto de la pandemia; sin embargo, en muchas ocasiones su impronta no ha estado acompañada del comportamiento de la sociedad, el conocimiento y responsabilidad real de la población acerca de las medidas de higiene y conservación de la salud individual y colectiva, es un tema a seguir trabajando.
“En ese contexto, la educación superior no sólo debe proveer sólidas destrezas para el mundo actual y futuro, sino también contribuir a la educación de ciudadanos éticos y comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia”. (Batista Mainegra, 2016, p. 1)
Ante este hecho, el proceso extensionista debe modificar y actualizar su accionar y continuar con la transformación social por el bien de la humanidad, es por ello, que el objetivo del presente trabajo es analizar el papel de la extensión universitaria en el contexto actual para contribuir a la salud individual y colectiva como parte de la misión social de la educación superior.
Desarrollo
La tradición cultural en las Instituciones de Educación Superior (IES) ha sido separar el conocimiento producido por las ciencias exactas y naturales, del realizado por las humanidades, sin embargo, lo trascendental de la educación en la actualidad ante los retos de transformaciones en las maneras de concebir y desarrollar los procesos “exige la promoción de una formación humana en todos los niveles, que potencie una evolución en las formas de inteligencia capaz de utilizar el dato, la información, el saber no solo para crear nuevos modos de relacionarnos armónicamente ser humano-naturaleza reconfigurando el sentido la vida misma, sino que sea posible inter-mediar entre la visión global y el hacer local de la educación para co-construir una visión educadora planetaria que soporte el proyecto de llegar a ser una sociedad culturalmente más evolucionada y sostenible”. (Alzate Ortiz & Castañeda Patiño, 2020, p. 3)
Esta línea de pensamiento se pondera en el proceso extensionista, en el cual el estudiante a partir de sus conocimientos de la docencia, la investigación y la extensión logra poner en práctica un pensamiento y raciocinio integral que contribuya a soluciones prácticas y humanas, desde su perfil profesional. Asumiendo el modelo de desarrollo integral en función de la democratización del saber, para gestionar la extensión universitaria donde se pondera la calidad de vida del ser humano.
Es por ello que, como proceso universitario, al igual que el resto de los procesos de las IES, su gestión debe sustentarse en fundamentos científicos, según Ramos, et al. (2018), a partir de una “mayor relevancia y significación de la función de investigación en el contexto de las funciones universitarias” y la necesidad de “enfocar el vínculo recíproco de los procesos sustantivos desde y hacia el proceso de investigación”. (p. 132)
Este accionar científico que fundamenta la acción profesional, no solo debe ser tarea de aquellos directamente relacionados a la investigación, sino de cada profesional en su área de experticia. Por ello, se hace imprescindible que en la educación superior, docentes y estudiantes comprendan el vínculo insoslayable entre la docencia, la investigación y la extensión universitaria y su nivel de aplicabilidad a la vida cotidiana, donde “los procesos de extensión, cuando son concebidos desde una perspectiva integral, pueden enriquecer y transformar los procesos educativos universitarios, abriendo a su vez nuevas potencialidades para la investigación”. (Cano Menoni & Castro Vilaboa, 2016, p. 334)
Lo expuesto anteriormente está en concordancia con la Conferencia Mundial de Educación Superior, celebrada en Francia, en cuya declaración final se insta a las IES al desarrollo de áreas de investigación y enseñanza que respondan a los temas o asuntos relacionados con el bienestar de la población y establecer un fundamento sólido para la ciencia y la tecnología relevantes para los problemas locales (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2009).
Siguiendo esta línea de pensamiento, las IES, para dar cumplimiento a esta misión, como instituciones creativas, formativas y transformadoras, requieren aglutinar todo su quehacer y proyectarlo, a través de un proceso fundamental, la extensión universitaria, que coincidiendo con Cano Menoni & Castro Vilaboa (2016), es un “proceso educativo transformador … que contribuye a la producción de conocimiento nuevo, que vincula críticamente el saber académico con el saber popular … que aporten a superar problemáticas significativas a nivel social … generando compromiso universitario con la sociedad y con la resolución de sus problemas”. (p. 316)
El compromiso del hombre con la sociedad, depende de múltiples factores, es por ello, que las IES deben jugar un papel decisivo en la conformación del carácter social de los individuos, comenzando con la concientización de que el conocimiento no es privativo de ningún ser humano. Se debe trabajar en las IES en formar las capacidades y habilidades que permitan brindar soluciones a problemas reales, a partir de la profesión; asumir tareas de transformación social como parte de proyectos extensionistas, o de proyectos de investigación que respondan a demandas económicas, políticas, sociales y ambientales por el bien de la humanidad; este debe ser, el deber ser de las IES con la formación de sus integrantes.
La interacción constante del saber, desde el aula, se pondrá de manifiesto en la comunidad, una vez se adquiera la habilidad desde el proceso de enseñanza-aprendizaje, aprender desde el ejemplo, ha marcado huellas en la historia y marca pauta para procedimientos en todas las áreas del conocimiento y el quehacer de la vida cotidiana.
Cada profesión aporta al desarrollo social y a la calidad de vida de la población, su importancia radica en la visión que se tenga y del papel que juega cada una en un momento dado de la historia de la humanidad. El contexto modifica acciones y estilos de vida, haciendo del hombre el ser pensante capaz de adaptarse y transformar la realidad, es por ello, que las IES deben utilizar sus capacidades y habilidades, para transformar con calidad creciente la formación de la comunidad universitaria y la sociedad.
Al respecto, cada proceso universitario debe aportar al principal rol actual que es la salvaguarda de la vida y la calidad de vida del ser humano. En función de ello, el proceso extensionista se ha caracterizado por su trabajo comunitario, de promoción del arte, la ciencia, la salud y la transformación social, teniendo en cuenta la importancia del ámbito educativo universitario, al respecto Batista Mainegra (2016), plantea, que es un “escenario donde se favorecen procesos de aprendizaje, convivencia y crecimiento individual y social para el logro del bienestar integral de la persona y su calidad de vida, es un lugar ideal para el desarrollo de acciones de promoción de la salud (PS), de amplio alcance y repercusión, ya que, como institución social, ejerce gran influencia en los estudiantes, de manera que, sus familias y comunidad en general, también se ven beneficiadas con dichas acciones”. (p. 3)
Por tanto, las IES son espacios idóneos para llevar a cabo acciones de PS, tal es así, que en función de ello, el accionar del proceso extensionista no se ha quedado rezagado en la batalla contra la pandemia del COVID-19, múltiples son las acciones que se han realizado, sin embargo, lo que ha ocurrido con la pandemia, marca un reto para cada proceso universitario, ya que deben tener en cuenta para su gestión, no solo las cuestiones propias del proceso, sino aplicar las condiciones del entorno, al que se suma la promoción de salud.
La salud es un tema recurrente de análisis e investigación de todos los sectores relacionados con su preservación y cuidado, en la educación superior dentro de las actividades del proceso extensionista se ha caracterizado por formar parte de su accionar diario; sin embargo, en las IES, ha estado enmarcado en muchas ocasiones en función de una única línea de trabajo, en dependencia de aquellas que más han aquejado a la salud mundial y en especial en las edades de aquellos que asisten a la ES, obviando su carácter transversal.
“Todo esto a pesar de apreciarse en la actualidad y fundamentalmente en la cultura occidental, una tendencia al redimensionamiento del concepto de salud, con una profundización en los aspectos socioecológicos y en donde la vida humana se concibe como una consecuencia del equilibrio con el ambiente y en interacción continua. De esta forma, el tríptico ambiente-cultura-individuo es parte indisoluble de un análisis inter y transdisciplinario del tema en cuestión”. (Batista Mainegra, 2016, p. 27)
En tal sentido, los autores del presente artículo coinciden con Díaz, et al. (2012), cuando declaran que “la clave para que una persona pueda decidir estar sana, es primero, que tenga conocimientos precisos, fiables sobre cómo alcanzar un buen estado de salud, y sobre los riesgos para la salud que se presentan en su vida cotidiana” (p. 303). A partir de lo cual, se hace necesario que las IES desarrollen programas de promoción cultural, “a través de los cuales, se transmita información básica sobre la salud, convirtiéndolos en verdaderos programas de promoción de salud”. (Batista Mainegra, 2016, p. 28)
“De esta manera, a través de la extensión universitaria, se presenta la promoción de salud como un proceso de construcción colectivo, dirigido fundamentalmente a incidir sobre las causas y determinantes de la salud para mejorarla, lo que implica trabajar con la gente y no sobre ella, valorar tanto el interés por el individuo como por el medio ambiente, involucrar en la acción a todos los sectores sociales, hacer de la comunidad y del ámbito local el núcleo central del trabajo y subrayar los aspectos positivos, a la hora de determinar los objetivos y en el momento de seleccionar las estrategias de acción”. (Batista Mainegra, 2016, p. 28)
En función de lo planteado anteriormente, con la premisa que los avances tecnológicos son propicios para la gestión de los procesos universitarios, y de acuerdo a la estrategia y plan de acción sobre la promoción de la salud en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019-2030 (Organización Panamericana de la Salud, 2019) que busca “renovar la promoción de la salud por medio de acciones sociales, políticas y técnicas … con el fin de mejorar la salud y reducir las inequidades en la salud en el marco de la Agenda 2030”, se impone modificar las acciones de extensión universitaria con el empleo de las TIC acorde a los momentos actuales, ya que, las tecnologías permiten “reorientar la praxis docente en la educación, así como los escenarios de trabajo y de interacción entre la sociedad”. (Paz Pérez, et al., 2018, p. 193)
Es menester de las IES, asumir con mayor preponderancia las TIC en el proceso extensionista, de forma armónica, permitiendo construir y promover conocimientos, a partir del intercambio de vivencias; teniendo en cuenta que “las políticas de extensión no pueden ser estáticas y deben adaptarse a su entorno, las cuales deben ser asumidas por toda la comunidad universitaria”. (Martelo Gómez et al., 2017, p. 55)
En la actualidad los jóvenes se desenvuelven continuamente en las redes sociales, con una velocidad de aprendizaje que sobrepasa en ocasiones, las capacidades y habilidades de los profesores, los cuales deben superarse constantemente, en función de la formación social.
Varias instituciones e investigadores han estado innovando en la flexibilidad del proceso formativo, trabajando modalidades híbridas y virtuales (Rosales Gracia, et al., 2008), donde “las tecnologías de la información y las comunicaciones se conciben como habilitadoras y catalizadoras de la gestión del conocimiento en tanto posibilitan la creación de condiciones y contextos favorables para el desarrollo y la expansión del conocimiento de un individuo o un grupo”. (Alfonso Sánchez & Ponjuán Dante, 2016, p. 143)
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en la Declaración de Qingdao (2015), adjudica a las TIC un papel cada vez más estratégico y establece que “para lograr la meta de educación inclusiva y con calidad equitativa, así como aprendizaje a lo largo de la vida para el 2030, las TIC-incluyendo aprendizaje móvil-deben apuntalarse para fortalecer los sistemas educativos, la diseminación del conocimiento, el acceso a la información, el aprendizaje de calidad y efectivo y una provisión más eficiente de servicios”. (p. 1)
Esto conllevaría a cambios en la cultura organizacional, en todos los procesos universitarios y sobre todo en la concepción del proceso formativo, al cual contribuyen los procesos sustantivos, lo cual constituye un reto necesario de estos tiempos.
Se convive en un mundo de tecnología y un bombardeo constante de información por diversos medios de comunicación, siendo las redes sociales los espacios más utilizados, “las redes sociales son herramientas clave para la comunicación en muchos ámbitos, incluyendo el educativo … promueven nuevas formas de aprendizaje, como el aprendizaje colaborativo, todo un mundo de información y posibilidades de interconectividad”. (Buxarrais Estrada, 2016, p. 16)
El uso de la tecnología es un tema de debate constante entre profesionales de la ES, la cual debe ser usada para una educación crítica y emancipadora. Este tipo de educación es cada vez más necesaria ante la creciente divulgación de noticias falsas, llevando al análisis y búsqueda de la información para realizar juicios certeros de la situación, lo cual debe ser tema recurrente en la formación en todas las áreas del conocimiento.
Las exigencias y necesidades del público externo e interno hacia las IES, conllevan a que las instituciones universitarias emitan respuestas asertivas. Respuestas oportunas y apropiadas para la formación de profesionales críticos, capaces de convertirse en agentes de transformación e innovación, con potencial para continuar aprendiendo a lo largo de la vida y con altos niveles de correspondencia entre la formación profesional impartida y las necesidades técnicas o sociales que atenderá en el ejercicio de sus funciones.
Por lo tanto, gestionar el proceso de extensión universitaria acorde a las necesidades de los nuevos tiempos precisa una relación de interacción permanente con la realidad mediante un contacto reflexivo. Esto genera nuevas formas de interpretarla y entenderla para intentar transformarla en función de valores democráticos de justicia y equidad.
Por ello, teniendo en cuenta el análisis del contexto, el papel de las IES en la transformación social, la utilización de las TIC y las redes sociales, así como el deber ser del proceso extensionista, se proponen acciones extensionistas que contribuirán al compromiso social de la IES en los momentos actuales, teniendo en cuenta los procesos que se gestionan dentro del proceso extensionista propuestos por González Aportela (2016); y como parte de la mejora continua del Sistema de Gestión de la calidad del proceso extensionista, la cual permite la actualización y búsqueda constante de su perfeccionamiento, acorde a la concepción de calidad que se asume por los autores.
Asumiendo como calidad en las IES “una construcción social, colectiva y cambiante de acuerdo con los objetivos y valores de la organización educativa y al entorno político, económico, ambiental y socio-cultural vigente, que permite ser utilizada como herramienta de gestión, pues lleva consigo la mejora continua de la organización en todos los niveles, a partir de la participación y compromiso activo de sus actores y teniendo como fin el cumplimiento del encargo institucional y la satisfacción de la sociedad”. (González Aportela, 2016, p. 31)
Las acciones que se proponen, no son excluyentes de las tradicionales, la materialización de la propuesta es realizar acciones mixtas, multimodales, donde se entrecrucen la modalidad presencial (escasa en estos tiempos de COVID-19) y la virtual.
La preparación y capacitación de los actores del proceso es crucial para la puesta en marcha de las acciones de mejora continua, pues la utilización de las diversas herramientas tecnológicas conlleva a la selección de los materiales, definir su contenido, imágenes, cómo hacerlas didácticas, interactivas y educativas, que conlleven a análisis, interacciones y transformación de la conducta de los individuos.
Para llevar a cabo esta actualización sería conveniente diseñar y poner en funcionamiento un sistema de información que, según Acosta Estrada, et al. (2017), constituyen un “soporte imprescindible que permite desarrollar y fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje; organizar las investigaciones en correspondencia con los intereses de la propia institución y de su entorno; automatizar los procesos administrativos y las actividades de vinculación con la comunidad”. (p. 104)
En esta misma línea de pensamiento y coincidiendo con Zambrano Loor, et al. (2020), se “reconoce que el mejor acceso a la información es un ingrediente de suma utilidad para las IES, en tanto facilita las acciones de planificación, diagnóstico, funcionamiento y supervisión de planes, proyectos y programas; además, contribuye a la evaluación de las actividades, resultados e impactos de la gestión universitaria”. (p. 145)
El sistema de información permitiría la consolidación de la información, el conocimiento de los avances y análisis de los resultados, pero no necesariamente permite el intercambio constante con la sociedad, por ello, no es la única forma de mejorar la calidad con el uso de la tecnología, sino que se deben crear espacios virtuales de debate, actualización de información y formas de interacción que conlleven al análisis e intercambio, lo cual posicionaría a la IES como institución cultural-virtual.
Los procesos que se gestionan dentro del proceso extensionista según González Aportela (2016) son:
Formación y capacitación.
Promoción de la cultura.
Gestión del movimiento de artistas aficionados.
Gestión del movimiento deportivo.
Gestión de las instalaciones culturales.
Gestión de proyectos.
Todos con un fuerte trabajo presencial para el logro de sus objetivos y metas. Sin embargo, el uso de las TICs, ha estado supeditado a la presencialidad. Para cada proceso se pueden usar las oportunidades de las redes sociales, en el caso Facebook, tal y como plantean De la Hoz, et al. (2015), “proporciona un espacio virtual en el que un grupo de trabajo puede discutir, opinar, organizar acontecimientos, enviar información, compartir ideas, propuestas y elaborar contenidos, creando así lo que se denomina una comunidad virtual de aprendizaje”. (p. 81)
La utilización de esta red social brinda varias aplicaciones de la plataforma que pueden ser utilizadas en educación, según exponen Conti de Freitas & Custódio Vieira (2018), tales como:
Grupos: permite agrupar usuarios con los mismos intereses, que pueden intercambiar información entre sí y trabajar como grupo.
Eventos: funciona como un calendario, los participantes pueden crear y agendar eventos;
Feed de noticias: Divulgación de información cortas y rápidas, que aparecen instantáneamente para los demás usuarios.
Quizzes: Aplicativos para la elaboración de cuestionarios, que permiten al usuario aprender por medio de preguntas y respuestas.
FlahsCards: un tipo de juego de información que permite construir varios términos y definiciones. Un sistema automáticamente generado para asociar un nombre con su definición corta, cuestionarios de V o F a partir de preguntas objetivas y respuestas escritas.
Podclass: aplicativo que posibilita compartir información de diversos tipos en un ambiente semejante al aprendizaje virtual de Moodle.
Slideshare: comparte representaciones de power point.
Divshare: Este programa permite almacenar archivos y con 10 gigabytes de espacio;
Docs: Este aplicativo permite gerenciar archivos de office, además de tener un tipo específico para hacer fichas de aprendizaje y otros programas para uso de fb.
Messenger: permite enviar mensajes para un usuario determinado o para grupos.
Messenger room: permite realizar vídeo conferencias com usuários (hasta 50 usuarios).
Por otra parte, existen otras redes sociales como WhatsApp, telegram, twitter, Instagram y Linkedln, que permiten intercambiar con los estudiantes y la sociedad.
WhatsApp y telegram, posibilitan comunicarse por mensajes individuales o por grupos, realizar video conferencias, compartir imágenes y videos, documentos de Word, pdf, ppt entre otros; twitter permite enviar mensajes cortos que pueden ser compartidos; Instagram posibilita promover imágenes de actividades, acciones o mensajes a trasmitir y Linkedln permite entre otros usos, establecer conexiones con otros investigadores o instituciones, así como colgar información de interés. Por otra parte, la plataforma google posibilita también varias opciones de intercambio, video conferencias, reuniones en grupo, aplicar encuestas, entre otros usos.
Las redes sociales “son plataformas que facilitan el intercambio de información, la interacción y la colaboración entre sus usuarios” (De la Hoz et al., 2015, p. 81). Es interesante que un profesor se apropie del conocimiento en el uso de las redes sociales y la tecnología, ya que muestra “en la práctica diversas oportunidades de desarrollar una actividad, de forma recíproca, formando experiencias tanto para el alumno como para el profesor, que van a actuar en sociedad”, según Conti de Freitas & Custódio Vieira (2018, p. 55).
A partir de lo expuesto anteriormente, se propone incrementar el uso de la virtualización en el proceso de extensión universitaria, donde se proponen diversas actividades que facilitarían la convocatoria, la promoción, el resultado y la evaluación de impacto; así como promover salud en tiempos de COVID.
Los procesos que se gestionan dentro del proceso extensionista se desglosan a continuación con las propuestas de acciones por proceso, cada acción se diseña y se monta en el sistema de información y se promueven en las redes sociales.
Proceso de Formación y capacitación:
Realizar las convocatorias de cursos libres, de verano, electivos vía online (por fb, WhatsApp, página web, telegram, plataformas educativas, entre otros).
Realizar el proceso de matrícula e informar la secuencia de actividades.
Diseñar las actividades docentes, tales como: clases, actividades educativas, interactivas, crear foro-debates de temas de interés en función del contenido, entre otras.
Proponer materiales audiovisuales que, pueden ser creados por los docentes o que estén accesibles para su visualización.
Realizar intercambios de dudas y comentarios tanto por vía individual o en grupos por las redes, según interés de los participantes.
Diseñar y aplicar cuestionarios de satisfacción de usuario en google o en otra plataforma, que pueda ser accesible de contestar por sus participantes, para determinar la satisfacción e impacto de los cursos.
Proceso de gestión del Movimiento de Artistas aficionados:
Realizar las convocatorias en las facultades y para los grupos institucionales vía online (por fb, WhatsApp, página web, telegram, entre otros).
Crear páginas en fb y grupos en las redes sociales para las convocatorias y actividades de los grupos institucionales (esta acción ya existe en muchas IES, pero no se emplea de manera sistemática).
Crear y subir a las redes sociales o plataformas educativas las clases de técnica específica por manifestación y los montajes de las obras.
Los estudiantes por su parte envían a sus profesores la secuencia de actividad aprendida grabada en vídeo para su seguimiento por parte de los profesores.
Los montajes de obras terminadas y espectáculos, se divulgan por las redes, y se obtienen evaluaciones, criterios y comentarios al respecto; lo que permitiría evaluar la calidad e impacto, según opinión de los usuarios en la red, según categoría.
Los espectáculos de los grupos artísticos realizados en diferentes escenarios se deben subir a las redes sociales para mayor promoción y evaluación de impacto.
Elaboración de mensajes a partir de las manifestaciones artísticas en pos de promover salud y la transformación social.
Proceso de Gestión del movimiento deportivo: se utilizarían las acciones antes mencionadas, teniendo en cuenta las características de cada deporte.
Proceso Gestión de las instalaciones culturales:
Crear una página web, página en fb y grupos en las redes sociales que permitan la actualización constante de la instalación cultural (IC).
Actualizar y subir en las redes la programación cultural y los espacios que brindan las IC.
Grabar todas las actividades culturales realizadas para divulgarlas en las redes, si es posible, reproducir en vivo, esto permitiría alcanzar un mayor número de personas, ya que toda instalación cultural tiene espacio físico limitado y en ocasiones no puede ser accesible por toda la comunidad universitaria y la sociedad.
Crear foros-debate de temas de interés, como presentaciones de libros, películas, exposiciones de artes visuales, entre otras que se oferten en la instalación.
Crear espacios y sesiones de promoción de la cultura on line, donde se incite a visitar otras páginas culturales, posibilitar informaciones culturales, acceso a revistas o libros, noticias del ámbito cultural nacional e internacional que contribuyan a incrementar el acervo cultural y la apreciación artística.
Crear visitas virtuales a las instalaciones para dar a conocer su historia, los valores que atesora y protege, así como promover las actividades que usualmente gestiona.
Diseñar y aplicar cuestionarios de satisfacción de usuario en google o en otra plataforma, que pueda ser accesible de contestar por sus participantes, para determinar la satisfacción e impacto de las actividades.
Proceso Gestión de proyectos:
Diseñar y aplicar un sistema que permita subir los proyectos a una plataforma, con toda la información requerida, de fundamentación, objetivos, diagnóstico, actividades a realizar, actividades realizadas, evidencias, evaluación de impacto, entre otras.
Promover los proyectos en todos los medios de comunicación, permitiendo el acceso a la información de las actividades del proyecto y la participación.
Divulgar los resultados de impacto del proyecto y los resultados de satisfacción.
Proceso de Promoción de la cultura: estarían incluidas todas las acciones antes mencionadas, ya que en cada acción aislada donde se promueva cultura, mientras más personas tengan acceso a este recurso cultural, más se verán beneficiadas y podrán aportar a su transformación individual y colectiva.
De cada acción por proceso se obtienen evaluaciones, criterios y comentarios al respecto; lo que permitiría evaluar la calidad e impacto según opinión de los usuarios en la red. Teniendo en cuenta además la categoría del usuario, sí es especialista en el tema o un espectador; no obstante, todo criterio es válido a tener en cuenta para la mejora continua de las actividades. Por otra parte, el nivel de multiplicación y alcance sería superior al de las actividades presenciales.
Es importante destacar que se requiere que el sistema de información que se cree, se utilice al unísono con las redes sociales, que se encuentren interconectados de manera constante y sistemática, para lograr el desarrollo óptimo de la virtualización del proceso extensionista, para ello, se necesita personal calificado y capacitado en las áreas de la comunicación, informatización, gestión de las TIC y los procesos universitarios, en especial el proceso extensionista.
Teniendo en cuenta estas acciones de virtualización, en momentos de COVID-19, se hace imprescindible convocar a la comunidad universitaria a producir mensajes de bien público, mensajes de cuidado y preservación de la vida, para contribuir así, a elevar la percepción de riesgo de la población, cada acción se multiplica e incide en el comportamiento del individuo y hacia quien este incide directa o indirectamente.
En tiempos de COVID-19, numerosas han sido las acciones de promoción de salud utilizadas por profesores y estudiantes en las redes sociales, creando espacios de debate, de concientización ante un aislamiento social y físico necesario en tiempos de pandemia; estudiantes y profesores de diversas áreas del conocimiento mostraron su criterio y apoyo al aislamiento, se circularon videos, stickers, dibujos, temas musicales, conciertos on-line, funciones teatrales, entre otras, que buscaban la sensibilización y concientización de la población y que contribuyera a la percepción de riesgo. Grupos de artistas aficionados con su arte, mostraron su aporte, realizando el montaje de la obra online, desde cada casa, un ejemplo de hecho artístico se puede visualizar en la dirección que se ubica a continuación, https://www.facebook.com/odette.aportela/videos/2706842062916998.
La educación debe formar parte de cada mensaje que ubiquemos en las redes, debe lograr trasmitir un mensaje que contribuya al acervo cultural, al nivel de apreciación artístico, al conocimiento de información fidedigna. Cada mensaje debe ser creativo, identitario e intencionado, solo así, se dejará una huella positiva en las redes por un bien social.
La virtualización de la Extensión Universitaria tiene numerosos retos que enfrentar tales como:
La resistencia al cambio. Aunque se ha venido trabajando, es difícil para los docentes y estudiantes que están adaptados a la presencialidad.
La cultura organizacional, la cual está estructurada para la modalidad presencial.
La falta de recursos financieros, humanos y materiales, que contribuyan al buen desenvolvimiento de las acciones; tales como la conectividad, la tecnología adecuada, el equipamiento, entre otros.
Escasos conocimientos del uso de las redes sociales para la gestión de los procesos.
Escasa cultura de trabajo con las redes sociales en la gestión de los procesos.
La capacitación constante ante las nuevas tecnologías y modificaciones en las redes sociales.
El monitoreo constante de la información que se dispone en los espacios de formación.
Estos son algunos de los retos a superar en todo momento, por lo que, se hace necesario establecer dentro de las acciones de capacitación de los actores del proceso extensionista, formas de superación relacionadas con las TIC, las redes sociales, el uso de la tecnología y mecanismos de información.
Adicionalmente se debe continuar perfeccionando otros aspectos tales como:
Trabajar con los valores de la organización para aumentar el compromiso, la motivación y la disposición al cambio.
Realizar investigaciones que contribuyan al conocimiento y profundización de esta área del saber y socialización de las buenas prácticas.
Promover el trabajo en equipo y la participación sistemática de los actores.
establecer mecanismos para garantizar el flujo de información necesaria para la gestión por procesos.
Retroalimentación continua de la gestión por procesos e información a los actores de estos resultados.
Desarrollar una vigilancia epistemológica que permita detectar oportunamente la presencia de barreras culturales para poder contrarrestarlas, convirtiéndose en una herramienta de evaluación permanente que permite realizar los ajustes necesarios oportunamente y lograr una sistematización en el desarrollo de las acciones, con el público meta y en espacios seleccionados, buscando la sostenibilidad del Sistema de Gestión de calidad.
Es por ello, que se deben diseñar e implementar mecanismos e instrumentos generalizables, a partir de las TICs, para la gestión del proceso extensionista, vinculado a la utilización de las redes sociales, con la participación activa de actores y usuarios, que permitan retroalimentar el proceso y su funcionamiento, detectar barreras culturales y evaluar la gestión e impacto del proceso extensionista y la institución en la transformación social.
Conclusiones
La virtualización del proceso extensionista ubica en contexto un proceso que, integrado a la docencia y la investigación, es capaz de dialogar constantemente con la realidad y transformarla, por ello, la actualización y materialización de sus acciones a través de los espacios de redes sociales, incrementa el alcance, impacto y permite evaluar desde diferentes ópticas el trabajo de formación con la comunidad universitaria y la sociedad, sin descartar las acciones tradicionales.
El proceso extensionista debe velar por el posicionamiento de la institución en función de la transformación individual y colectiva, partiendo del contexto, flexibilidad en sus mecanismos de actuación, actualidad y creatividad, debe mantener y ponderar la identidad institucional y nacional, que su gestión contribuya a incrementar el acervo cultural, la apreciación artística y literaria, el dialogo consensuado y respetuoso, el respeto a la paz, la libertad, el conocimiento, el cuidado del medio ambiente por un desarrollo sostenible, y la capacidad de actuación en función de la profesión y de la humanidad.
Debe ser capaz de adaptarse y reinventarse desde bases científicas y de avance tecnológico en pos de la salud individual y colectiva, debe ser ejemplo del espíritu de la institución y la nación.