Introducción
En Latinoamérica a finales del siglo XX, la educación universitaria se encuentra en la búsqueda constante de la calidad educativa, dando la importancia a demandas de enseñanza por encontrarse con una realidad distinta, con desafíos por efectos de la globalización. Dando paso a distintos enfoques educativos, buscando competencias para poder enfrentar al mundo con los profesionales egresados acorde al contexto laboral, es cuando aparecen las diferentes estrategias de aprendizaje. Con un enfoque por competencias para la educación a todo nivel se fortalecen las competencias colaborativas y cooperativas, como aprendizajes activos.
Es en el 2014 que el Perú, promulga la nueva ley universitaria 30220, considerando requisitos mínimos principalmente en infraestructura, reflejando un déficit bastante alto en distintas casas de estudios a nivel superior, confrontando a esta realidad para el 2019, la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria en Perú ejecutó la ley a cabalidad, cerrando varias universidades. Es donde las universidades licenciadas logran un prestigio y aumentan su alumnado, logrando captar a alumnos en casas de estudio cerradas, dando la oportunidad de una continuidad universitaria para muchos alumnos. Además, se lanza la acreditación para cada facultad por medio del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa, logrando reconocer la calidad para cada currícula educativa dirigida a la búsqueda de competencias, y apoyándose en distintas estrategias pedagógicas de aprendizaje para lograr estas competencias, como en el aprendizaje cooperativo, forzando a la investigación, al intercambio cultural y a la responsabilidad social (Rosas, 2017).
El uso del aprendizaje cooperativo es cada vez más frecuente, es por esa razón que, para impulsar una formación de calidad, la investigación en metodologías cooperativas, debe ser una prioridad, ya que ésta formará profesionales con capacidad reflexiva, innovadora y crítica (Bermejo, et al, 2020). En las actividades académicas en general, es el aprendizaje cooperativo muy necesario para la incorporación y la participación de los alumnos más vulnerables, ya que mejora la interacción social y académica. Potencializando la participación y el aprendizaje individual, de profesor-alumno y de grupo (Muntaner & Forteza, 2021). Se considera esta metodología como un elemento primordial para la formación académica del estudiante universitario, sin embargo, con la dificultad de adaptación para distintas plataformas digitales se muestran como un reto (Fernández-Martín, 2020). Es por ello que, los estudiantes y docentes vienen enfrentando con distintas herramientas digitales este proceso de adaptación de mejor manera a medida que pase el tiempo.
La educación va de la mano con la realidad o el contexto en el que se vive, en un mundo globalizado como el de hoy se ve la necesidad de ampliar el horizonte y buscar distintas competencias, con ello se buscan diferentes las estrategias metodológicas para una enseñanza activa que logre un aprendizaje significativo con competencias acordes al contexto dando respuesta a un profesional actualizado y preparado para el mundo de hoy.
Muchas universidades consideraban principalmente las competencias duras como únicas para un estudiante competente, dejando de lado las habilidades blandas que son vitales para la competencia de un profesional; es por ello que ahora en la currícula se busca lograr una competencia de tipo colaborativa o cooperativa para impulsar las relaciones interpersonales con el entorno, además de responsabilidad, ética y capacidad afectiva (Juárez, et al., 2019). Se debe tener en consideración que el protagonista del aprendizaje es el alumno, siendo el docente el guía de este proceso, contando con el soporte, asesoría y orientación del docente (Hernández, et al., 2021). Para Álvarez & Puigdellí, este enfoque busca estimular el diálogo, el análisis y la reflexión en equipo, con la guía del docente puede presentarse como un recurso para mejorar la educación, dando un papel importante al aspecto emocional que el aprendizaje requiere (Gutiérrez-Fresneda, et al., 2020).
Un aprendizaje cooperativo impulsa la innovación estructural y conceptual del mismo, propiciando una participación activa en el estudiante. Presenta también una participación grupal activa en las diferentes tareas y en el proceso final como equipo, lo cual consigue una influencia positiva en el aprendizaje de cada uno de los estudiantes (Muntaner & Forteza, 2021).
Se considera como teorías que fundamentan el aprendizaje cooperativo, la teoría de la interdependencia social planteada por Jonhson & Jonhson (1974), en Jonhson, Jonhson & Smith (2014), quienes señalan la estructura de la interdependencia social, como las personas interactúan observando y cooperando en el grupo. Así mismo, se puede decir que esta teoría está directamente relacionada con la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget (1950), y la teoría de sociocultural de Vygotski (1978); teniendo como premisa que Piaget alude el aprendizaje a la aceleración del progreso cognitivo, forzando a que se dé un acuerdo con el equipo, así mismo para Vygotsky las interrelaciones sociales son el eje principal del funcionamiento mental humano y el desarrollo del mismo. Ambos coinciden que el aprendizaje es social, se construye desde la cooperación por aprender, comprender y resolver controversias.
Para Johnson, et al. (2013), señalan que el aprendizaje cooperativo se considera una metodología didáctica que busca congregar en pequeños grupos a estudiante para unir esfuerzos con los demás para ampliar su aprendizaje y el de su equipo (Johnson & Johnson, 2014). Para Perlado, et al., citado por Muntaner & Forteza (2021), el aprendizaje cooperativo es el método que consigue una alta probabilidad de mejora en los resultados del aprendizaje en el alumno, logrando la capacidad de abarcar estudiantes de diversos ámbitos y pensamientos, alcanzando un desarrollo grupal e individual en el proceso.
Sánchez-Molina, et al. (2021), refieren que este modelo beneficia al docente y al alumnado, así mismo, señala que tiene una relación con mejoras socio afectivas y emocionales en el desarrollo de la personalidad del estudiante. Es también, el aprendizaje cooperativo, de suma importancia para inculcar valores fundamentales de convivencia en sociedad (Montanero & Tabares, 2020). Es necesario reconocer que, para conseguir buenos resultados, tanto la implementación, su desarrollo y su seguimiento presentan complicaciones que requieren esfuerzo y trabajo de parte de sus actores.
El aprendizaje cooperativo se le denomina como una metodología de aprendizaje centrada en el alumno, si se aplica correctamente se logrará la generación de competencias y habilidades que se verán reflejadas en su vida profesional y social (Sánchez-Miguel, et al., 2020). Además, se presenta como un método pedagógico basado en los resultados del desarrollo de actividades en pequeños grupos diversos de trabajo, donde cada alumno, se convierte intrínsecamente en responsable de su propio aprendizaje muy plural en contenidos (Bermejo, et al, 2020). Para Pujolàs, el aprendizaje cooperativo es una manera de organizar actividades formativas en las diversas áreas curriculares propiciando que tanto individualmente como en equipo, los involucrados interactúen sobre las bases de la necesidad de la fluida interacción del docente con el alumnado. Así mismo, éste autor refiere que, para atender la diversidad del alumnado, el aprendizaje cooperativo en un aula inclusiva es un elemento muy necesario (Muntaner & Forteza, 2021).
Además, se debe hacer hincapié que esta estrategia ayuda de manera efectiva a las personas con dificultades, es por ello que el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, señala que forman ambientes de aprendizaje con personas con y sin discapacidad, beneficiando a todos los participantes, ya que genera la posibilidad de impulsar las aulas heterogéneas logrando una inclusión educativa; y brindando habilidades blandas para los participantes sin discapacidad de empatía y sensibilidad (Guasp, 2021); (Reche & Lantarón, 2020).
Según la evaluación de las características sus dimensiones se constituyen: Interdependencia positiva, responsabilidad individual, interacción cara a cara, habilidades interpersonales y de equipo y evaluación grupal.
Para Estrada, et al. (2016), la unión en grupos reducidos a alumnos no es siempre generar la cooperación, sino debe contar con las cinco características como interdependencia positiva, responsabilidad individual, interacción cara a cara, habilidades interpersonales y de equipo y evaluación grupal. Siendo la interdependencia positiva, la necesidad de llevar el trabajo con éxito juntos, se distingue una interacción entre el grupo, con lograr objetivos que se complementen entre los individuos del grupo. Cuando se habla de responsabilidad individual, es necesario que se verifique que los colaboradores trabajen de manera particular, sumándose al equipo. Para señalar sobre habilidades interpersonales y de equipo, se debe tomar en cuenta que se diferencian por la interacción que se tienen cada uno y la sinergia que deben llegar a tener.
Para Guerra, et al. (2019), plantean que la interacción cara a cara interviene en el intercambio de actividades cognitivas, procedimentales y afectivas. Así como la evaluación grupal, se lleva a cabo por el control y las indicaciones, sobre el manejo de cómo se desempeña el equipo, con los métodos que usan para la comprensión, explicación, interrogación y contestaciones, discusión y debate.
Para la aplicación de la estrategia, no se denominan cooperativas si los alumnos no se encuentran organizados en equipos donde se exponga una interdependencia positiva, resaltando esta última como esencial para que exista una cooperación (Sánchez-Miguel, et al., 2020).
Materiales y métodos
El presente trabajo es de tipo básica de enfoque cuantitativo, no experimental, tipo descriptivo con diseño de corte transversal. Para la población se toma un conjunto total constituido por 30 estudiantes de un aula de doctorado de educación de una universidad de nacional de Lima - Perú, los mismos que contestaron al cuestionario de manera anónima. Como técnica se considera una encuesta estructurada y como instrumento un cuestionario.
El cuestionario consistió de 20 preguntas, considerando las dimensiones: Interdependencia positiva (pregunta 1 a la 4), Responsabilidad Individual (pregunta 5 a la 8), Interacción cara a cara (pregunta 9 a la 12), Habilidades interpersonales y de equipo (pregunta 13 a la 16) y Evaluación grupal (pregunta 17 a la 20). Para el cuestionario se consideró la escala ordinal, se trabajó con la escala de Likert, con la posterior conversión a tres niveles (bueno, regular y malo).
Como señala Hernández-Sampieri & Mendoza (2018), la escala de Likert es un tipo de escala ordinal, ya que sus intervalos son ignorados. Para la confiabilidad del instrumento se aplicó la fórmula de Alfa de Cronbach teniendo como resultado α= 0.94. Además, se realiza una validación por juicio de tres expertos.
Se trabajó en base a la variable y sus dimensiones, cuantificándolas en indicadores según los rangos, obteniendo así el cálculo de baremos para los niveles y rangos. Para el procesamiento de datos se usó el programa IBM SPSS versión 24.
Resultados y discusión
Como resultado se obtuvo de acuerdo a los datos desde la percepción de los estudiantes el 63% alcanza un nivel alto de aprendizaje cooperativo, mientras que el 33% un nivel medio y el 3% un nivel bajo. Interpretando que la metodología activa del aprendizaje cooperativo se utiliza como principal estrategia para muchos estudiantes de doctorado en educación. Considerando como relevante este dato para la investigación.
Para la dimensión Interdependencia positiva, desde la percepción de los estudiantes de doctorado de una universidad nacional, se muestra un nivel de 67% alto de la dimensión interdependencia positiva y un nivel medio de 33% de interdependencia positiva.
Para la dimensión responsabilidad individual desde la percepción de los estudiantes de doctorado de una universidad nacional, se muestra un nivel de 73% alto de la dimensión responsabilidad individual, un nivel medio de 20%, y un nivel bajo de 7% de responsabilidad individual.
Para la dimensión Interacción cara a cara desde la percepción de los estudiantes de doctorado de una universidad nacional, se muestra un nivel de 63% alto de la dimensión Interacción cara a cara y un nivel medio de 37% de Interacción cara a cara.
Para la dimensión habilidades interpersonales y de equipo desde la percepción de los estudiantes de doctorado de una universidad nacional, se muestra un nivel de 55% alto de la dimensión habilidades interpersonales y de equipo y un nivel medio de 45%.
Para la dimensión evaluación grupal desde la percepción de los estudiantes de doctorado de una universidad nacional, se muestra un nivel de 58% alto de la dimensión evaluación grupal, un nivel medio de 32% y un nivel bajo de 10%.
Se observa de acuerdo a los resultados obtenidos que la metodología activa está influyendo de una manera alta en los estudiantes de doctorado de educación; teniendo en cuenta que ellos son maestros de escuelas de nivel básico, se toma en consideración que estos aplican este recurso en sus alumnos también, siendo este aporte de importancia para las generaciones futuras.
En estudiantes de doctorado de educación de una universidad nacional, 2021, de acuerdo a lo expuesto con los resultados es que coincide con la teoría planteada por Piaget y Vygotsky, quienes mencionan que el aprendizaje cooperativo genera la aceleración del progreso cognitivo, forzando a que se dé un acuerdo con el equipo y creando competencias (Jonhson, et al., 1997). Es por ello que la demanda de esta metodología, pues se observa que da resultados a nivel cognitivo.
Para diversas teorías o enfoques de aprendizaje, como el enfoque constructivista, esta metodología busca lograr un conflicto cognitivo promovida por la interacción social, además agrega que el aprendizaje debe estructurarse de tal forma que se considere la cooperación, la colaboración y la discusión que se genera al exponer las posturas de cada integrante del grupo, con ello, se impulsa al logro de un aprendizaje. Para la teoría sociocultural de Vygotski (1979), calza con el propósito que tiene con el aprendizaje cooperativo, pues, señala que sobre la construcción del conocimiento se da de acuerdo a la experiencia compartida, que es lo que el aprendizaje cooperativo busca con sus dimensiones (De la Barra & Carbone, 2020).
En este sentido, el aprendizaje cooperativo se muestra como una buena propuesta de estrategia pedagógica disponible para aplicar en el contexto educativo, ya que con esta metodología se ve resultados sobre la formación integral del estudiante (Sánchez-Miguel, et al, 2020).
La introducción del aprendizaje cooperativo requiere de tiempo, formación y perseverancia de los maestros, afrontando y solucionando muchos problemas en el camino. Es común que los profesores, en principio, desistan de emplear este modelo ya que concluyen rechazo o inconvenientes a la adaptación en el estudiante. Son las investigaciones más actualizadas las que no ofrecen margen de duda a este proceso y revelan la aplicación sesgada o parcial de este, impulsando solo el aspecto grupal o trabajo en equipo sin ahondar en lo que realmente ofrece el aprendizaje cooperativo como modelo pedagógico (Martin & Jiménez, 2021). Es así, que para Bermejo, et al. (2020), señalan que, para un grupo de alumnos de educación primaria, la corresponsabilidad en el transcurso de la enseñanza-aprendizaje ayuda a elevar la moral y mejora los resultados en su autoevaluación, evaluación de la asignatura y el trabajo del educador. Queda elevado al título de importante la interacción alumnado-profesorado, desarrollando una estrecha cooperación entre ambos actores. El uso del aprendizaje cooperativo como integrador, creativo, y facilitador de conocimientos, coadyuva al desarrollo del estudiante.
Conclusiones
Los estudiantes de doctorado de educación de una universidad nacional de Lima - Perú, se aplican, conocen y fomentan la estrategia del aprendizaje cooperativo en el proceso de enseñanza aprendizaje, señalando que el 63% lo hacen de manera regular, además consideran las dimensiones del aprendizaje cooperativo.
Se concluye que los estudiantes de doctorado de educación de una universidad nacional de Lima - Perú, aplican, conocen y fomentan la responsabilidad individual con un nivel alto de 73%. Por lo demás, se concluye que los estudiantes de doctorado de educación de una universidad nacional de Lima - Perú, aplican, conocen y fomentan la interacción cara a cara con un nivel alto de 63%. Además, se llega a la conclusión que los estudiantes de doctorado de educación de una universidad nacional de Lima - Perú, aplican, conocen y fomentan las habilidades interpersonales y de equipo con un nivel alto de 55%. Así mismo, se concluye que los estudiantes de doctorado de educación de una universidad nacional de Lima - Perú, aplican, conocen y fomentan la evaluación grupal con un nivel alto de 58%.