Introducción
Durante millones de años los équidos evolucionaron dando cobijo a variadas formas de vida parásitas; por lo cual, pueden considerarse como una parte normal de la fauna que habita su intestino (Nielsen, 2012). Sin embargo, las condiciones de vida impuestas y la selección practicada por el hombre propicia una mayor exposición y susceptibilidad a las enfermedades (Duarte et al., 2014).
El parasitismo gastrointestinal representa uno de los trastornos más comunes que afectan a los equinos de todo el mundo (Nielsen, 2015). Entre los trastornos que provocan se destacan: retardo en el crecimiento, disminución del peso, diarreas, cólicos, disminución de la capacidad física para el trabajo y el deporte, incluso la muerte (Thamsborg et al., 1998; Stancampiano et al., 2017; Aromaa et al., 2018).
Los animales que pacen en áreas contaminadas y no se tratan con antihelmínticos eficaces pueden acumular un gran número de parásitos (Matthews, 2014). Los nematodos gastrointestinales que afectan a los equinos lo componen siete Subórdenes, 12 familias, 29 géneros y 83 especies, de los cuales unas 63 especies son miembros de la familia Strongylidae que incluye a algunos de los más comunes y patogénicos parásitos de los caballos (Lichtenfels et al., 2008).
En Cuba, son escasas las investigaciones acerca de la identificación y la epidemiología de los nematodos que afectan a los equinos (Salas-Romero et al., 2014a). Sólo cuatro estudios abordaron la identificación morfométrica de los parásitos de los equinos en Cuba y otros pocos mediante el diagnóstico ovoscópico y larvoscópico. Los dos mayores estudios de clasificación (Pérez-Vigueras, 1936; Varus y Valle, 1966) no cuentan con versiones en formato electrónico y sólo se conservan escasos ejemplares impresos. Por lo cual, se considera preciso recopilar información sobre los parásitos de los equinos reportados hasta el momento en Cuba.
Desarrollo
El primer trabajo de identificación de la fauna parasitaria de los equinos en Cuba fue realizado por el doctor (Pérez-Vigueras, 1936), en equinos de la Habana. En el cual observó un total de 15 especies de parásitos entre los que se hallaron 14 nematodos: Strongylus equinus (Müller, 1780); Strongylus edentatus (Looss, 1900); Strongylus vulgaris (Looss, 1900); Triodontophorus tenuicollis (Boulenger, 1916); Oesophagodontus robustus (Giles, 1892); Cyathostomum tetracanthum (Mehlis, 1831) sinónimo empleado: Trichonema tetracanthum; Cyathostomum pateratum (Yorke and Macfie, 1919) sinónimo empleado: Trichonema pateratum; Cylicostephanus longibursatus (Yorke and Macfie, 1918) sinónimo empleado: Trichonema longibursatum; Oxyuris equi (Schrank 1788); Parascaris equorum (Goeze 1782); Habronema muscae (Carter 1861); Habronema megastoma (Rudolphi, 1819); Habronema microstoma (Schneider, 1866); Setaria equina (Abildgaard, 1789) y un cestodo: Anoplocephala perfoliata (Goeze 1782).
Años más tarde, Varus y Valle (1966) le dieron continuidad al trabajo realizado por Pérez-Vigueras (1936) a partir de la necropsia helmintológica total de cuatro equinos de la antigua Provincia de Oriente. Dichos autores observaron un total de 26 especies de vermes parásitos (25 nematodos y un cestodo). De los cuales 17 especies de nematodos constituyeron nuevos reportes para Cuba: Triodontophorus serratus (Looss, 1900); Triodontophorus brevicauda (Boulenger, 1916); Triodontophorus nipponicus (Yamaguti, 1943); Cylicostephanus calicatus (Looss, 1900) sinónimo empleado: Trichonema calicatum; Cyathostomum catinatum (Looss, 1900) sinónimo empleado Trichonema catinatum; Coronocyclus coronatus (Looss, 1900) sinónimo empleado Trichonema coronatum; Cylicocyclus insigne (Boulenger, 1917); Cylicocyclus nassatus (Looss, 1900); Cylicodontophorus bicoronatus (Looss, 1900) sinónimo empleado Cylicodontophorus bicoronatum; Parapoteriostomum euproctus (Boulenger, 1917) sinónimo empleado Cylicodontophorus euproctum; Coronocyclus sagittatus (Kotlán, 1920) sinónimo empleado Cylicodontophorus sagittatum; Cylicostephanus goldi (Boulenger, 1917) sinónimo empleado Schulzitrichonema goldi; Cylicostephanus hybridus (Kotlán, 1920) sinónimo empleado Schulzitrichonema hybridum; Coronocyclus labiatus (Looss, 1902) sinónimo empleado Schulzitrichonema labiatum; Coronocyclus labratus (Looss, 1900) sinónimo empleado Schulzitrichonema labratum y Gyalocephalus capitatus (Looss, 1900).
En 1977, Prieto y Orta (1977) al necropsiar 35 equinos de las provincias de La Habana, Camagüey y Oriente observaron dos nuevas especies de cestodos para los equinos de Cuba: Anoplocephala magna y Paranoplocephala mamillana. Por lo que, en la actualidad las tres especies de cestodos de los équidos se encuentran reportados. Posteriormente se detectó mediante necropsia helmintológica de 16 equinos de la provincia de Villa Clara una prevalencia de A. perfoliata del 87,5 % con una intensidad de invasión de 80 a 450 parásitos por animal (Hernández y Brito, 2011).
Más recientemente, a partir de las investigaciones realizadas por el grupo de parasitología de la Universidad de Camagüey fue hallada la especie de nematodo Cylicostephanus minutus (Depositado en CZACC No. 11.7044) en equinos del Rancho Turiguanó en Ciego de Ávila (Salas-Romero et al., 2017a) y en equinos de cocheo de la ciudad de Camagüey, obtenidos mediante la colecta in vivo a partir del material fecal de los equinos posterior a la desparasitación. Además, se detectó el género Poteriostomum mediante análisis larvoscópico en rebaños de varias provincias del país (Salas-Romero et al., 2014b; Salas-Romero et al., 2017b; Salas-Romero et al., 2018).
Según Salas-Romero (2018) hasta el momento, al menos nueve de las especies de ciatostomas han desarrollado resistencia a los benzimidazoles en diversos rebaños equinos de Cuba: pertenecientes a las especies Cylicocyclus nassatus (Looss, 1900), Cylicostephanus longibursatus (Yorke y Macfie, 1918), Cyathostomum catinatum (Looss, 1900), Cyathostomum pateratum (Yorke and Macfie, 1919), Cylicostephanus goldi (Boulenger, 1917), Coronocyclus coronatus (Looss, 1900), Cylicostephanus minutus (Yorke y Macfie, 1918), Coronocyclus labiatus (Looss, 1902), Cylicostephanus calicatus (Looss, 1900) y Habronema muscae (Carter, 1865). Por su parte las especies Cylicocyclus nassatus, Cylicostephanus longibursatus y Cyathostomum catinatum fueron las más prevalentes. Además, las tres especies totalizaron más del 90 % de los nematodos identificados en el 80 % de los rebaños estudiados (Salas-Romero, 2018).
Otros parásitos no helmintos resultan frecuentes en los equinos de Cuba. Entre los protozoosis sanguíneas de los équidos se encuentran reportadas las especies Babesia caballi y Theileria equi (Espaine y Lines, 1996), con prevalencias del 25 y 73 %, respectivamente, con 20 % de infecciones concomitantes (Díaz-Sánchez et al., 2018).
Entre los artrópodos, varias especies de Ixódidos fueron reportadas anteriormente (Espaine y Lines, 1996). Dermacentor nitens, Amblyoma cajennense resultaron parásitos comúnmente observados por los autores del presente trabajo en las condiciones cubanas, aunque también Rhipicephalus (Boophilus) microplus suele verse parasitando a los équidos. El impacto de las garrapatosis en los equinos resulta considerable en rebaños como San Vicente (Jimaguayú, Camagüey), donde las grandes infestaciones en animales jóvenes llegan a provocar necrosis de áreas extensas de piel incluso la muerte de crías (datos no publicados por los autores), además del efecto vector que pueden realizar.
Hasta la fecha las especies Gastrophilus nasalis y G. intestinalis están reportadas en Cuba (Espaine y Lines, 1996). La gastrofilosis constituye un hallazgo de necropsia en caballos con cólicos en Rancho Turiguanó, por lo que se le han atribuido algunos decesos en esta localidad. En equinos de Camagüey ha sido observada in vivo en las heces posterior al tratamiento con ivermectina (datos no publicados por los autores).
Conclusiones
Debido al gran número de especies de nematodos descritos en los últimos años en la literatura internacional y lo poco estudiado del tema en Cuba, es muy probable que la helmintofauna equina en la Isla esté compuesta por un mayor número de especies que las referidas en este documento. Por lo cual se requiere, con el fin de adecuar los programas de lucha y control, realizar estudios más abarcadores del tema.