INTRODUCCIÓN
Al hacer un análisis sobre la producción agropecuaria en Ecuador, Requelme y Bonifaz (2012) plantearon que ofrece muy diversos escenarios naturales, climas y microclimas que propician prácticas culturales, variadas y disímiles, en muchos casos para trabajar la tierra. Según los autores el sector señalado presenta una caracterización compleja y diversa, cuyo indispensable estudio implica necesariamente un desafío.
En este sentido Filian et al. (2019) caracterizaron los sistemas de producción agrícola con ganadería vacuna en la cuenca baja del río Guayas, provincia Los Ríos, Ecuador, y encontraron que los indicadores que se relacionaron con los residuos y los alimentos utilizados determinaron más del 50 % de la variabilidad total de los sistemas estudiados y enfatizaron en la necesidad de establecer estrategias de alimentación que garanticen la sostenibilidad de la ganadería vacuna en la región.
En relación con la alimentación Orjales et al. (2018) señalaron que constituye uno de los objetivos primarios en los sistemas de producción vacunos y es esencial para el mantenimiento, reproducción, producción y la salud de los rebaños. Por su parte Giselli et al. (2015) al evaluar las posibilidades de la ganadería en la costa ecuatoriana, expresaron que se combina con la agricultura, principalmente bovinos de doble propósito con las producciones de maíz (Zea mays L.), arroz (Oryza sativa L.), banano (Musa acuminata Colla), palma africana (Elaeis guineensis Jacq.) y caña de azúcar (Saccharum officinarum L.). También León et al. (2018) al referir las posibilidades de la utilización de los pastos en la región objeto de estudio, expusieron que presentan gran potencial para el establecimiento de sistemas pastoriles.
A pesar de lo expuesto, se subutilizan los residuos y los pastos se caracterizan por su baja productividad, sujetos a desbalances estacionales, determinados, entre otros factores, por inundaciones frecuentes en determinados períodos del año, aspectos que dificultan el manejo en la finca y establecen la necesidad de reubicar los animales en zonas de mayor drenaje y disponibilidad de alimentos.
En la actualidad las fincas con ganadería en la cuenca baja del río Guayas se diferencian por su heterogeneidad, determinada: por sus dimensiones físicas, componentes de agrobiodiversidad, sistemas de alimentación, manejo y las posibilidades para mantener durante el año los animales en sus predios. Al tener en cuenta lo expresado el trabajo tiene como objetivo evaluar el balance forrajero según tipologías de fincas agrícolas con ganadería vacuna de la cuenca baja del río Guayas, provincia Los Ríos, Ecuador.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en la la Cuenca baja del Río Guayas, de la provincia de Los Ríos, Ecuador, formada por valles fluviales y llanuras aluviales costeras con pocas depresiones (sabanas), en su mayoría fértiles. Presenta una gran variedad de suelos, donde predominan los Inceptisol con un 47,2 %, seguido por los Entisol con el 37,2 % y los Alfisol con un 8,4 %. El clima es tropical megatérmico semihúmedo y se caracteriza por registrar únicamente un máximo lluvioso y una estación seca muy marcada, acompañada de temperaturas medias entre 24 a 26°C y lluvias que van desde 1 250 a 2 000 mm (AOICORP, 2014).
Acorde con León, Bonifaz y Gutiérrez, (2018), la actividad económica fundamental de la región es la agropecuaria, donde predominan los cultivos del arroz (Oryza sativa L.), el banano (Musa acuminata Colla), el cacao (Theobroma cacao L.), la soya (Glycine max L.), la caña de azúcar (Saccharum officinarum L.) y los pastos, representados por guinea (Panicum maximum Jacq.), estrella (Cynodon nlemfuensis Vanderhyst, Bull.), gordura (Melinis minutiflora P. Beauv.), árboles leguminosos como algarrobo (Prosopis glandulosa Torr.), acacia forrajera (Leucaena leucocephala Lam. de Wit) y cascol (Caesalpinia coriaria Jacq. Willd.). Además, pueden encontrarse áreas establecidas con pará (Urochloa mutica Forssk. T. Q. Nguyen), signal (Urochloa decumbens Stapf R. D. Webster), janeiro (Eriochloa polystachya Kunth) y Taiwán (Cenchrus purpureus Schumach. Morrone).
Selección de la muestra y las variables para el estudio
Se aplicó un muestreo completamente aleatorio en la región de estudio (Toro, 2011; Álvarez et al., 2014), de un total de 680 fincas fueron escogidas 76 que incluyeron a la ganadería vacuna de conjunto con la actividad agrícola, las que fueron consideradas como casos para el estudio. En relación con la toma de información en las fincas se siguió la metodología utilizada por Giller et al. (2011); esta se inició con un diagnóstico rural rápido, implementado a través de entrevistas y análisis documental. Se utilizó una encuesta empleada por Filian et al. (2019). Para complementar la información se contó con los registros de producción existentes en las oficinas territoriales del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la localidad.
Se seleccionaron 12 variables, que se dividieron en dos grupos como se describe a continuación. El primer grupo estuvo formado por las variables de entrada donde se incluyeron: área de ganadería (ha); porcentaje del área ganadera en relación al área total de la finca (%); carga animal (UGM/ha) calculada en relación al área total de la finca; días utilizados en la finca (días) representados por el número de días al año que permanecen los animales en la explotación; residuos utilizados para la alimentación animal a partir de cultivos cosechados en la finca (kg MS/ha/año); producción de pastos en las fincas (kg MS/ha/año); necesidad de consumo de los animales (kg MS/ha) calculada a partir del procedimiento descrito por Pérez Infante (2010); alimentos introducidos en la finca (kg MS/ha) que incluyen forrajes y residuos de cosecha provenientes de otras áreas y balance forrajero (kg MS/ha) según la metodología utilizada por Macedo et al. (2008). En relación con las variables de salida fueron seleccionadas las siguientes: producción de leche y carne vacuna (kg/ha); obtenidas a partir del cociente establecido entre la producción total anual en ambas y el área total de la finca; ingresos por la actividad ganadera (dólares/ha), representados por las ventas de leche y carne en el año y la contribución de la ganadería a las ganancias totales de la finca (%), calculada a partir del porcentaje que se establece entre las ganancias provenientes de la ganadería y la total de la finca.
Se verificó la normalidad de los datos a partir de las dócimas de Kolmogorov-Smirov (1933) y la de Levene (1960) para la homogeneidad de varianza; las muestras no cumplieron con los supuestos para estos análisis. Según criterios de Juárez et al. (2017) se utilizaron como medida de tendencia central y dispersión la media, la mediana y el rango intercuartil.
Procedimiento para el análisis de la información
En una primera etapa fueron utilizadas las variables de entrada para clasificar los casos en estudio; se tomó como criterio el porcentaje de las necesidades anuales de alimentos cubiertas en la finca. Para la clasificación se empleó el análisis de conglomerados k-media, que particiona en grupos disjuntos; el análisis generó grupos de fincas, de tal modo que las ubicadas dentro del mismo grupo eran similares entre sí y las puestas en diferentes grupos fueron diferentes. Para obtener una distribución más heterogenea se seleccionados cuatro grupos, lo que permitió caracterizar mejor a cada uno, para ello se siguieron los criterios de Segura y Torrez (2014) y Javadi et al. (2017).
Cada grupo se consideró como un tipo de finca y fue codificado en relación a los valores medios obtenidos, como se describe a continuación: bajo (menores necesidades de alimentos), medio bajo (valores intermedios con menores necesidades de forrajes) medio alto (valores intermedios con mayores necesidades de forrajes) y alto (necesidades de alimentos cubiertas en la finca). En una segunda etapa se relacionaron las variables de salida, con los grupos de fincas derivadas del análisis anterior. Finalmente se realizó un análisis de correlación simple entre las variables de entrada y salida utilizadas en la investigación, para ello se empleó el coeficiente de Spearman. El paquete estadístico utilizado para los análisis fue el IBM SPSS Statistics 22 (2013).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El resultado obtenido según tipologías de fincas formadas en la región de estudio se muestra en la Tabla 1. La primera tipología (baja) integró el mayor número de casos y representó el 47 % de la muestra. Se caracterizó por la menor área total y porcentaje de área ganadera (30 %), con la menor carga y valores bajos en relación con los días utilizados en la finca para la actividad objeto de análisis (solo 247 días mantiene a los vacunos en sus predios). Al respecto Haro (2003) planteó que los grupos de productores que cultivan en menos de 10 ha de tierras, son considerados pequeños; según el autor son los que prevalecen y poseen una producción mixta que incluye los cultivos y la ganadería, en este caso con ganado criollo, escasa tecnología, suelos de mediana a baja fertilidad y bajos rendimientos. En el grupo considerado bajo, la ganadería constituye una alternativa para el autoabastecimiento familiar de leche e ingresos provenientes de las ventas de animales, solo en determinados momentos del año. Las fincas que se integraron en la tipología denominada baja, tuvieron balances forrajeros negativos, aunque las deficiencias de alimentos fueron menores a las encontradas en el segundo y tercer agrupamiento; la condición estuvo determinada por la menor carga, que posibilitó asegurar una mayor disponibilidad de alimentos en la etapa que mantienen los animales en sus predios.
Al analizar las tipologías de fincas que pertenecieron al segundo y tercer agrupamiento (media baja y media alta respectivamente), se encontraron valores semejantes en cuanto a los días que son capaces de mantener los animales en las fincas y a la carga animal, aspectos que determinaron comportamientos similares a pesar de las diferencias de áreas y proporción de ganadería.
Las fincas incluidas en la categoría media-baja tuvieron mayor cantidad de residuos aportados para la alimentación animal en correspondencia con la mayor área agrícola, no así la cantidad de pastos disponibles; por el contrario, en la tipología media alta la cantidad de residuo consumido fue menor, sin embargo, la producción de pastos fue mayor que la encontrada en las restantes tipologías. Este comportamiento estuvo determinado por la mayor área total y porcentaje dedicado a la ganadería. Al analizar la cantidad de alimentos introducidos en ambas categorías, no cubrieron las deficiencias que existieron en relación a la producción de pastos y residuos en las fincas y estuvieron por debajo de las necesidades de consumo de los animales, aspectos que determinaron balances forrajeros negativos.
En coincidencia con los resultados, Márquez et al. (2008) evaluaron sistemas que combinan la ganadería de cría con cultivos en llanuras con inundación en México y señalaron que el incremento de la carga animal ha sido la medida principal para mejorar la productividad, sin que necesariamente se acompañe de acciones tendientes a aumentar la capacidad de carga de las praderas, lo que ha llevado a su sobreexplotación y degradación. Los autores bajo estas condiciones recomendaron 1,9 ha para mantener una unidad animal durante un año. También Pereda et al. (2017) evaluaron en suelos de mediana fertilidad este indicador; para ello utilizaron explotaciones ganaderas con diferentes grados de integración agrícola y encontraron valores máximos de 1,5 UGM/ha, los que fueron considerados como extremos para las condiciones presentadas en las explotaciones.
Al analizar la tipología denominada alta, mantuvieron sus animales por 280 días (mayor número de días), de esto se dedican el 60 % a la producción vacuna con cargas que están en el rango adecuado, si se tiene en cuenta la cantidad de alimento que son capaces de producir e introducir a las fincas y las necesidades de consumo de los animales. Los resultados obtenidos en este grupo tienen relación con los reportados por Funes (2008) quien evaluó diferentes proporciones de integración de la ganadería con la actividad agrícola en varias regiones de Cuba y obtuvo el mejor resultado en la proporción 70 a 30 %. El autor señalado -al evaluar el potencial de un programa para la conversión hacia la autosuficiencia alimentaria en el sector agropecuario cubano en tres fases-, propuso proporciones de cultivos en áreas de ganadería que van desde el 30 al 50 % en fincas con áreas no mayores a las 20 ha, con lo que se obtendrá alta eficiencia productiva y energética y la posibilidad de alimentar, desde el punto de vista energético y proteico, a 9,9 y 14,4 personas respectivamente (Funes, 2016). Si consideramos los resultados presentados por el autor citado y la distribución de los componentes agrícolas y pecuarios que mostraron las fincas ubicadas en la tipología alta (40 % cultivos y 60 % ganadería), podría inferirse que la mayor cantidad de días para mantener sus animales estuvo relacionada con la mejor distribución y utilización de los recursos forrajeros en sus predios (pastos y residuos) y los alimentos que introdujeron de áreas extras al sistema de producción.
Variables de entrada | Bajo n=36 | Medio Bajo n=13 | Medio alto n=11 | Alto n=16 | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Media | DE | Media | DE | Media | DE | Media | DE | ||
Días utilizados en la finca (días) | 247 (238) RIC=30,0 | 23,1 | 255 (245) RIC =30,0 | 15,1 | 256 (245) RIC =30,0 | 15,1 | 280,6 (275) RIC =30,0 | 44,1 | |
Área de ganadería (ha) | 3,4 (3) RIC=3,0 | 2,3 | 31,7 (20) RIC=31,5 | 16,2 | 89,0 (90) RIC=10,0 | 11,3 | 19,5 (19) RIC=16,0 | 9,05 | |
% de área ganadera | 32 (25) RIC=33,0 | 21,4 | 50 (42) RIC=42,0 | 25,2 | 90 (81,7) RIC=10,0 | 11,6 | 60 (63) RIC=52 | 28,0 | |
Carga (UGM/ha) | 0,4 (0,4) RIC=0,1 | 0,1 | 0,7 (0,7) RIC=0,0 | 0,0 | 0,8 (0,8) RIC=0,0 | 0,0 | 0,5 (0,5) RIC=0,2 | 0,1 | |
Residuos utilizados (kg MS/ha/año) | 7,3 (4,4) RIC=6,7 | 8,3 | 32,4 (33,5) RIC=28,5 | 18,5 | 14,2 (11,1) RIC=11,2 | 15,9 | 18,7 (8,9) RIC=29,9 | 17,2 | |
Producción de pastos (kg MS/ha/año) | 5,6 (5,1) RIC=4,9 | 3,8 | 54,1 (36,2) RIC=55,7 | 28,8 | 150,3 (145,0) RIC=16,1 | 25,0 | 35,5 (34,4) RIC=27,1 | 16,6 | |
Necesidad de Consumo (kg MS/ha) | 19,0 (14,6) RIC=15,1 | 13,3 | 159,2 (160,0) RIC=38,9 | 25,8 | 298,3 (298,6) RIC=72,8 | 43,0 | 68,2 (71,6) RIC=34,0 | 23,6 | |
Alimentos introducidos en la finca (kg MS/ha) | 5,6 (4,6) RIC=4,4 | 3,0 | 23,1 (26,2) RIC=23,0 | 12,9 | 40,9 (31,6) RIC=48,9 | 21,0 | 18,4 (22,0) RIC=14,8 | 8,1 | |
BF final (kg MS/ha)* | -0,7 (-0,9) RIC=9,4 | 7,4 | -49,6 (-40,2) RIC=26,9 | 24,5 | -92,8 (-117,6) RIC=77,5 | 34,5 | 4,5 (4,1) RIC=14,7 | 16,6 |
n: número de casos; DE: desviación estándar, (): mediana; RIC: rango intercuartil
*Solo se tiene en cuenta el consumo que hacen los animales en los días utilizados en la finca
Al analizar los estadigrafos de dispersión para las variables de salidas según tipologías de fincas formadas (Tabla 2), se observó que el grupo denominado bajo obtuvo las menores producciones medias de leche y carne; sin embargo presenta los mayores rendimientos totales cuando se compara con el resto de las tipologías obtenidas, lo que estuvo determinado por el aporte que realizó en productos la actividad agrícola; en correspondencia con el comportamiento mostrado en los indicadores evaluados, los ingresos provenientes de la ganadería y el porcentaje que tiene en los ingresos totales, solo representó el 17 %. Los casos que se ubicaron en esta tipología fueron los que menor número de días mantienen sus animales y menor área dedicaron a la actividad ganadera con un balance forrajero negativo, condición que justifica el resultado presentado en las variables relacionadas con la producción ganadera. Al respecto la FAO (2018) señala que el 92 % de la ganadería ecuatoriana, corresponde a la agricultura familiar, localizado en pequeñas fincas con bajos niveles de tecnificación y una producción destinada fundamentalmente al autoconsumo e intercambio mínimo de excedentes.
Al analizar la tipología media baja, se incrementa la respuesta en producción de leche y carne, incluso en el rendimiento total, cuando lo comparamos con la tipología baja. Los productores que se integraron en la tipología media baja presentaron mayor área total y proporción de ganadería (50 %), aspecto que se relaciona con mejores condiciones de manejo y alimentación que aseguran una mayor respuesta animal; sin embargo, a pesar de tener mayores ingresos totales, el porcentaje de ganancia proveniente de la ganadería no se diferenció de la tipología analizada anteriormente. Estas fincas priorizan la actividad agrícola, con mayores insumos y producciones derivadas de este sector, motivado por posibilidades de mercado y condiciones agroproductivas de la región.
Según Filian et al. (2019), los sistemas productivos en la cuenca baja del río Guayas, Ecuador, se han intensificado, determinado, entre otros factores, por el incremento en la utilización de los insumos, los que se destinan básicamente a la producción agrícola, aspecto que podría estar relacionado con los resultados alcanzados en la tipología media baja, con el mayor porcentaje de área dedicada a cultivos, en coincidencia con lo expresado por Peñuela y Fernández (2010), al estudiar la ganadería vacuna en sabanas inundables de la región de Orinoquia en Colombia, donde expresaron que a pesar de ser una actividad económica importante para el país, se lleva a cabo con poca asistencia técnica y capacitación por lo que reportan baja productividad y rentabilidad económica, con deterioro a los ecosistemas y el medio ambiente, aspectos semejantes a los encontrados en esta investigación.
La producción de leche y carne, en la tipología denominada alta, fue semejante a la media alta que dedicó el 90 % a la ganadería y superó a la baja y a la media baja; no resultó igual al evaluar el rendimiento total con un menor valor, cuando lo comparamos con las tipologías baja y media baja, las que presentaron mayor proporción agrícola, aspecto que influyó en el resultado obtenido. Al analizar el indicador rendimiento total en la categoría alta, superó a la tipología media alta, que dedicó el 90 % de su área a la actividad ganadera, en la categoría analizada, al igual que en las anteriores el porcentaje de cultivos varios determinó la respuesta presentada por el rendimiento total.
Relacionado con el tema Ocampo y Peñuela (2014) estudiaron la productividad de la ganadería de cría en las sabanas inundables del Orinoco y enfatizaron en la necesidad del enfoque sistémico para lograr un desarrollo favorable en su objetivo productivo y el entorno que la soporta. Los autores recalcaron en que la búsqueda de una mayor productividad, deberá estar enmarcada en la capacidad de análisis de cada uno de los componentes del sistema y sus relaciones. De esta manera, será factible identificar los aspectos positivos y aquellos que demandan un ajuste o modificación, para lograr la mayor productividad del sistema. Según los resultados obtenidos, los productores que se integraron en la tipología alta mantuvieron una carga global adecuada, aspecto que posibilitó un mejor manejo de los recursos forrajeros y un mejor balance en los componentes agrícola y ganadero del sistema de producción, lo que repercutió en la respuesta obtenida.
Variables de salida | Bajo | Medio bajo | Medio alto | Alto | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Media | DE | Media | DE | Media | DE | Media | DE | ||
Producción de leche (kg/ha) | 175,5 (165,6) RIC=72,0 | 57,0 | 303,5 (304,9) RIC=19,9 | 19,7 | 339,1 (354,2) RIC=5,8 | 18,5 | 331,0 (365,2) RIC=83,5 | 59,8 | |
Producción de carne (kg/ha) | 25,4 (24,6) RIC=9,15 | 11,1 | 69,5 (70,0) RIC=25,2 | 12,8 | 79,7 (81,3) RIC=32,3 | 76,3 (73,6) RIC=29,3 | 16,8 | ||
Rendimiento total (kg/ha) | 1,0 (1,1) RIC=0,8 | 0,4 | 1,2 (1,5) RIC=0,8 | 0,4 | 0,6 (0,6) RIC=0,1 | 0,1 | 0,8 (0,8) RIC=1,1 | 0,5 | |
Ingresos ganaderos (dólares/ha) | 138,6 (134,3) RIC=55,7 | 48,2 | 309,0 (302,4) RIC=85,0 | 43,8 | 381,6 (359,1) RIC=111,6 | 49,5 | 234,4 (216,2) RIC=84,5 | 63,4 | |
Contribución de la ganadería a las ganancias totales de la finca (%) | 17 (6,6) RIC=7,8 | 29,8 | 17 (11,6) RIC=14,0 | 10,2 | 57 (44,3) RIC=55,7 | 29,0 | 24 (17,7) RIC=27,1 | 26,7 |
DE: desviación estándar, (): mediana; RIC: rango intercuartil
Al analizar las correlaciones (Tabla 3), se encontraron valores altos con significación (P ≤ 0,01) en gran parte de las variables de entrada y salida estudiadas, aspecto que demuestra la relación que entre ellas. Sin embargo, no existieron diferencias significativas entre el área total y los días utilizados en la finca para la actividad ganadera, aspecto que demuestra las posibilidades que ofreció el área para el desarrollo de otras funciones productivas no vinculadas con la ganadería; resultados semejantes se tuvieron en la relación entre el área de cultivos varios con la carga, los días utilizados en la finca y la producción de leche, aspectos que corroboran la baja utilización de los residuos provenientes del área agrícola por la ganadería y de forma particular en la producción de leche.
En tres de las tipologías obtenidas las altas cargas constituyen uno de los factores que determinaron balances forrajeros negativos y como resultado menor capacidad para mantener los animales durante el año en las fincas. Al estudiar las correlaciones presentadas por la variable carga no se encontró significación con los días utilizados en la finca, ni con los residuos empleados. Al respecto Estelrich y Castaldo (2014), relacionaron la carga con la presión que se ejerce en el pastoreo y señalaron que la capacidad de un sistema ganadero está determinada por factores relacionados con el ambiente, donde se incluye el tipo de suelo, la topografía y el clima, así como la comunidad vegetal que involucra su estructura, la riqueza y abundancia específica, factores que repercuten, según el autor, en la biomasa disponible que sería el determinante principal de la receptividad ganadera de un área o de una región. Los análisis realizados por los autores mencionados demuestran la necesidad de buscar una carga adecuada, en correspondencia con las características edafoclimáticas y capacidad de producción y utilización de la biomasa disponible para la alimentación de los animales.
El coeficiente de correlación presentado para los días utilizados en la finca al año fue bajo por lo general para todas las variables con el que se relacionó. Solo se encontró significación (P ≤ 0,05) con la producción de pastos y la producción de alimentos en la finca, elementos que constituyen la base del mantenimiento de los animales; sin embargo no se halló correlación con los residuos producidos, las necesidades de consumo y los alimentos introducidos, aspectos que como se explicó anteriormente no se tienen en cuenta y son determinantes para garantizar la estabilidad de los animales y asegurar sus necesidades nutritivas. Resultados semejantes se obtuvieron al evaluar la relación de los días utilizados para la producción animal con las variables producción de leche, carne, los ingresos totales y de estos, los aportados por la ganadería y evidencian en sentido general que la actividad ganadera no constituye una prioridad, por el contrario, es una alternativa para el autoconsumo familiar y en determinados momentos es utilizada para contrarrestar los desbalances y deficiencias económicas originadas por la actividad agrícola. Al respecto Torres et al. (2014), expresaron la necesidad de implementar tecnologías que desarrollen a la ganadería vacuna de doble propósito en la región de la costa ecuatoriana; los autores resaltaron además que el ganado vacuno responde a un sistema mixto de agricultura con ganadería de doble propósito de baja demanda de insumos externos, con importantes limitaciones forrajeras, situada en zonas marginales, deprimidas económicamente.
Fueron encontrados bajos coeficientes de correlación para las varibles residuos utilizados y la producción de leche, así como al evaluar la producción de pastos con la contribución que hacen los ingresos provenientes de la actividad ganadera a los ingresos totales. Los resultados presentados demuestran la baja utilización que se hace de los recursos alimentarios en las fincas, con bajos ingresos y aportes a la economía de la región.
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | |
1 | 1,000 | ,556** | ,856** | ,675** | ,168 | ,555** | ,859** | ,944** | ,974** | ,813** | ,673** | ,747** | ,752** | ,456** |
2 | 1,000 | ,317** | ,194 | ,132 | ,962** | ,324** | ,573** | ,492** | ,243* | ,193 | ,313** | ,301** | -,373** | |
3 | 1,000 | ,711** | ,227* | ,317** | ,997** | ,922** | ,874** | ,770** | ,711** | ,752** | ,751** | ,557** | ||
4 | 1,000 | ,174 | ,194 | ,709** | ,701** | ,799** | ,730** | ,999** | ,915** | ,961** | ,624** | |||
5 | 1,000 | ,133 | ,281* | ,230* | ,189 | ,185 | ,169 | ,191 | ,167 | ,181 | ||||
6 | 1,000 | ,323** | ,572** | ,492** | ,243* | ,194 | ,313** | ,301** | -,374** | |||||
7 | 1,000 | ,925** | ,876** | ,771** | ,709** | ,749** | ,745** | ,558** | ||||||
8 | 1,000 | ,931** | ,749** | ,701** | ,768** | ,766** | ,358** | |||||||
9 | 1,000 | ,861** | ,798** | ,849** | ,857** | ,546** | ||||||||
10 | 1,000 | ,728** | ,744** | ,756** | ,621** | |||||||||
11 | 1,000 | ,914** | ,960** | ,622** | ||||||||||
12 | 1,000 | ,980** | ,568** | |||||||||||
13 | 1,000 | ,593** | ||||||||||||
14 | 1,000 |
1, Área total real, ha; 2, Área de cultivos, ha; 3,Area de ganadería, ha; 4.Carga UGM/ha; 5, Días utilizados en la finca; 6, Residuos utilizados (kgMS/ha/año); 7, Producción de pastos (kgMS/ha/año); 8, Producción de alimentos en las fincas (kgMS/ha); 9, Necesidad de consumo (kgMS/ha); 10, Alimentos introducidos en la finca al año (kgMS/ha); 11, Producción de leche (kg/ha); 12, Producción de carne neta (kg)/ha; 13, Ingresos ganaderos (dólares/ha); 14, Contribución de los ingresos por ganadería a los ingresos totales de la finca *Indica correlación significativa P < 0,05; **Indica correlación significativa P < 0,01