INTRODUCCIÓN
La historia de la educación y de la infancia recoge una documentada, extensa y deprimente historia de violencia perpetrada contra niños, niñas y adolescentes.1,2 El fenómeno se manifiesta de múltiples formas como resultado de la conjugación de diversos factores y en disimiles contextos donde infantes y adolescentes interactúan, constituyendo una vulneración a su integridad y derechos. Su naturalización impide a víctimas, agresores y espectadores no lo perciban como un problema.3-6
En Cuba, la protección integral a la infancia y adolescencia se concibe mediante mecanismos y sistemas de atención especializada. La política de tolerancia cero ante la violencia y el abuso sexual contra esta población se reconoce por organismos internacionales e investigadores. No obstante, urge la necesidad de evidenciar resultados teóricos, metodológicos y prácticos que favorezcan la prevención del fenómeno en el contexto de la comunidad educativa de forma integral.
Las investigaciones sobre la violencia que afecta a niños, niñas y adolescentes en Cuba, son escasos, fragmentados y dispersos.7) En ellas, se reconocen que la naturalización e invisibilización del fenómeno favorece la aceptación de su empleo para someter y controlar, infantes y adolescentes.7-12
Ante esa realidad, en el marco del proyecto de investigación “Estudio sobre el bullying homofóbico en instituciones educativas cubanas” de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (UCPEJV) de La Habana (2016-2020) asociado al Programa Nacional “Sociedad Cubana. Retos y perspectivas en el proceso de actualización del modelo económico y social” en colaboración con varias instituciones nacionales (Universidad de Pinar del Rio, escuelas asociadas a la UNESCO, el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas de Santa Clara y la red telemática del Ministerio de Educación (RIMED) e internacionales (Ministerio de Educación de República Dominicana) se realizó un estudio sobre la problemática.
En el proceso investigativo se asumió el método dialéctico-materialista como método general para la construcción del conocimiento necesario en el tratamiento de la problemática antes descrita. En todo momento se tuvo en cuenta el enfoque mixto de investigación, empelándose para ello métodos del nivel teórico, empírico y estadístico para la sistematización de la violencia que afecta a niños y adolescentes en diversos contextos y su respectiva atención educativa como parte del desempeño profesional de los docentes en estrecho vínculo con instituciones y agentes de la comunidad educativa.
Consecuentemente se constató que, a pesar de la existencia de investigaciones nacionales e internacionales sobre la temática, objeto de estudio, se carecen de ideas científicas que permitan direccionar, desde el punto de vista teórico y metodológico, la atención educativa de los infantes y adolescentes implicados en situaciones de violencia en la comunidad educativa.
El estudio exploratorio se realizó entre el 2018-2019, en las escuelas asociadas a la UNESCO (de diferentes niveles de educación y provincias del país). El diagnóstico arrojó en los docentes, necesidades teóricas, metodológicas y prácticas en relación con la visibilización y la prevención de la violencia, así como con la implementación de buenas prácticas en función de corregir-compensar las secuelas que esta provoca en infantes y adolescentes implicados.
La investigación tuvo como objetivo concebir la atención educativa de los niños y los adolescentes en situaciones de violencia, desde la escuela con un enfoque biopsicosocial e inclusivo y carácter preventivo.
MÉTODOS
El proceso investigativo asumió el método dialéctico-materialista como método general para la construcción del conocimiento necesario en el tratamiento de la problemática antes descrita. El estudio se desarrolló en el período comprendido entre el año 2018 y el 2020. Participaron 75 docentes de las escuelas cubanas asociadas a la UNESCO (100 %), pertenecientes a diferentes niveles educativos del Sistema Nacional de Educación.
Los métodos teóricos empleados como el análisis y la síntesis, la inducción-deducción, permitieron el procesamiento de las cualidades que distinguen el tema en cuestión y la profundización en las regularidades esenciales de la violencia que se origina en la comunidad educativa y su respectiva atención educativa por parte de los docentes. De igual forma posibilitaron la interpretación de los datos empíricos. El método sistémico-estructural, permitió la orientación integral de la investigación, teniendo en cuenta las relaciones de subordinación y de coordinación entre sus componentes estructurales y funcionales.
La selección de los métodos empíricos como la observación, posibilitó constatar cómo los docentes implementan desde sus clases recursos psicopedagógicos para prevenir el surgimiento de situaciones de violencia, así como corregir-compensar las secuelas que estas ocasionan en la personalidad de niños, niñas y adolescentes. La entrevista corroboró el nivel de preparación de los docentes sobre los aspectos teóricos, metodológicos y prácticos en relación con el proceso de atención educativa de infantes y adolescentes en situaciones de violencia en la comunidad educativa.
También se realizó la consulta a expertos mediante una encuesta, que posibilitó constatar el nivel de validez teórica de la propuesta, como vía de solución a la situación problemática identificada. El empleo integrado de los métodos permitió emitir criterios sobre los aspectos esenciales que distinguen el fenómeno en estudio.
RESULTADOS
El diagnóstico de los 75 docentes (100 %) arrojó insuficiencias para concebir estratégicamente la atención educativa de niños y adolescentes en situaciones de violencia en la comunidad educativa. Lo anterior se evidencia en los siguientes resultados:13
El 90 % posee insuficientes conocimientos sobre los diferentes aspectos que abarcan las definiciones sobre la violencia, signos de alerta y roles que asumen los educandos implicados en estas situaciones.
El 85 % presenta insuficiencias para nombrar las diferentes formas de expresión de la violencia, frente a un 52 % que identifica algunas consecuencias de la violencia en el desarrollo de la personalidad de infantes y adolescentes.
El 93,3 % considera que la violencia se origina en la familia y en el marco de las relaciones interpersonales. No identifican otros factores.
El 64 % reconoce el carácter preventivo de las situaciones de violencia en la escuela, no siendo así con el correctivo-compensatorio. Mientras que el 93,3 % conoce pocos recursos psicopedagógicos que le permitan la prevención y atención a la violencia que afecta a niños y adolescentes, así como insuficiente bibliografía científica que les permita profundizar en el estudio del fenómeno, lo que dificulta la labor educativa de los docentes.
A partir de estos resultados se elaboró una estrategia para la atención educativa a niños, adolescentes en situaciones de violencia en la comunidad educativa.
DISCUSIÓN
La necesidad de investigaciones que aborden la violencia que afecta a niños y adolescentes para contribuir a su protección integral constituye un tema prioritario a nivel global4,6 y en Cuba.7,10-12 La invisibilización del fenómeno, el desconocimiento e incomprensión de los factores que inciden en su aparición, obstaculiza la ejecución de actividades pedagógicas que contribuyan a la prevención y corrección-compensación de las secuelas que origina en niños y adolescentes las situaciones la violencia.
En el estudio se aborda la violencia como fenómeno social, multifactorial y complejo; el proceso de atención educativa a niños, niñas y adolescentes en situaciones de violencia y el papel de la escuela en la prevención, corrección y compensación de las secuelas que origina la problemática en el desarrollo de su personalidad. Tales aspectos, constituyeron premisas para concebir la atención educativa a niños, niñas y adolescentes, desde un enfoque biopsicosocial e inclusivo y carácter preventivo que contribuya al logro de una cultura de paz y no violencia en la comunidad educativa.
Investigaciones de diferentes latitudes del orbe coinciden en señalar que la violencia es una conducta humana, que se apoya en un esquema de dominio-sumisión, con la intención de someter y controlar a una persona o grupos de estas,6,14-17 así como “desde el posicionamiento de instituciones cuyas políticas y estrategias contemplen modos de actuar (o de no hacerlo) que afectan directamente los derechos de las personas”.18p.344)
Reconocer y comprender que, en la aparición de la violencia “intervienen factores individuales, socioeconómicos, culturales y ambientales (desastres naturales, tecnológicos y sanitarios), los cuales repercuten de forma negativa en el ser humano por las grandes secuelas que deja, tanto para el desarrollo de su personalidad como para la sociedad en general”17p.1) en términos económicos, políticos, médicos, jurídicos y educativos, es esencial.
Diversos estudios reconocen el carácter multifactorial de la violencia y la heterogeneidad de los sujetos implicados.6,9,10,11,13,14,17) Los más recientes señalan que, la crisis actual provocada por la pandemia del Coronavirus, exacerba los factores de riesgo y deteriora los factores de protección, lo cual hace que niños y adolescentes queden más expuestos a ser víctimas de disimiles formas de violencia, llegando a que estas situaciones de violencia aumenten, fundamentalmente, la violencia física, sexual y psicológica tal y como ha sucedido en pandemias y otras situaciones de emergencias anteriores.6,16
La violencia se vincula estrechamente con las formas de actuar, pensar y sentir de los sujetos individuales y grupales. En esa dirección hay que destacar que, “todo acto de violencia incluye las acciones u omisiones intencionales, lo cual es importante tenerlo en cuenta con el propósito de enfatizar no solo las que se utilizan de forma voluntaria, sino también aquellas que se dejan de hacer. A la vez, que exige analizar el fenómeno en el marco de los intereses y valores aceptados por cada sociedad en cada momento histórico concreto”.17p.2).
Este estudio parte de la premisa de considerar a la violencia como un “fenómeno social y multifactorial que tiene sus orígenes en el desequilibrio de poder entre los miembros de la comunidad educativa, provocando daños, tanto para quien la aplica como para quien la sufre. Se considera a su vez, prevenible”. 17p.4) En este contexto y en el marco de la investigación educativa se entiende por miembros de la comunidad educativa a:
“Todo el universo de personas que participan en la educación y el desarrollo de las niñas, los niños y adolescentes, es decir, los integrantes de la familia (madre, padre, hermanos, abuelos, entre otros), los sujetos del entorno social (coetáneos, adultos, vecinos), el personal docente y no docente de la escuela”.17p.4)
La violencia se manifiesta en diversos contextos sociales (familia, escuela, centro laboral, comunidad). Su comprensión exige entender la estructura o el contexto donde se produce el acto violento13 las vivencias y roles que ocupan los sujetos implicados, las características de las acciones u omisiones que constituyen violencia, así como el derecho que resulta vulnerado14,15 las estrategias y modelos de relaciones que se emplean para ejercer el poder.16
Lo anterior representa para los docentes una problemática a enfrentar, cuando no cuentan con metodologías y habilidades profesionales pedagógicas que le permitan atender la realidad educativa de niños y adolescentes. Le corresponde a la escuela trabajar en función de la atención educativa de infantes y adolescentes en situaciones de violencia y por ende en la prevención de la violencia que les afecta en la comunidad educativa. Para ello es primordial entender la atención educativa como “un proceso donde se proyectan acciones coordinadas entre las diferentes agencias educativas en general y la escuela en particular, que actúan en varias esferas de la personalidad y se estructuran de manera estratégica para aprovechar al máximo las potencialidades educativas”.16p.9)
El trabajo preventivo y correctivo-compensatorio “debe contemplar el contexto de la comunidad educativa de manera integral y convertirse en componente esencial para la preparación de los docentes en función del diseño y la ejecución de la atención educativa de niños, niñas y adolescentes en situaciones de violencia encaminadas a evitar que se produzcan y reproduzcan situaciones de violencia o reducir, neutralizar y eliminar los efectos que estos puedan causarle a los niños, las niñas y los adolescentes”.19p.10)
La compensación está muy ligada a la corrección, entendida esta última no solo en el sentido de que las acciones compensatorias propician reformar, rectificar y transformar el aprendizaje y la conducta de las niñas, los niños y adolescentes; sino también en su mirada hacia lo que corrige, elimina y repara las secuelas y los factores que provocan la situación de violencia.
La efectividad de la prevención y la corrección-compensación es una tarea bien compleja para los docentes, así como lo es también encontrar las ayudas y los apoyos necesarios para ello. La UNESCO20 recomienda la utilización de ayudas y apoyos como parte de los mecanismos de intervención desde la escuela, para el enfrentamiento a situaciones de violencia.
Se consideran las ayudas como las influencias (fuentes sociales de desarrollo), que ejercen los otros en la formación y el desarrollo de las funciones psíquicas superiores, por cuanto, se reconoce el papel que juega la comunidad educativa en la prevención y la corrección-compensación de los daños que puede ocasionar la violencia a los niños y adolescentes.
Las ayudas y los apoyos se relacionan estrechamente con la labor de orientación y seguimiento que, por naturaleza, distinguen la atención educativa de la violencia en el contexto escolar. Es la manera de reconocer y considerar el papel de la escuela, de conjunto con la familia y la comunidad, en la promoción de “sociedades pacíficas, justas e integradoras, sin miedo ni violencia”.21. p. 20)
Le corresponde a la escuela desarrollar de manera coordinada y coherente un sistema de influencias educativas que propicie transformaciones de diferente naturaleza en el sujeto que la recibe en función de prevenir y corregir-compensar, las secuelas que origina la violencia.
Para concebir la atención educativa de niños, niñas y adolescentes en situaciones de violencia, se requirió del diseño de una estrategia cuyas acciones psicopedagógicas posibilitaran la sensibilización, preparación y orientación de todos los miembros de la comunidad educativa, en relación con los recursos y apoyos en función de reducir, neutralizar y eliminar los efectos que las secuelas de la violencia originan en infantes y adolescentes.
La UNESCO (2016), plantea que “una estrategia rectora de cada acción, desde el desarrollo de marcos de política hasta el trabajo con las familias. El desarrollo de contenidos educativos y mecanismos de entrega, es decir, lo que se les enseñan y cómo se les enseña, a los estudiantes es una piedra angular de los esfuerzos de prevención del sistema educativo”.22p.6)
El primer elemento de la estructura de la estrategia se relaciona con los fundamentos filosóficos, sociológicos, psicológicos, pedagógicos, jurídicos y legales. Estos permitieron determinar el resto de sus componentes y acciones, así como sus relaciones de coordinación y subordinación para lograr el objetivo propuesto.
La estrategia propuesta tuvo como objetivo general: fundamentar la atención educativa a niños, niñas y adolescentes en situaciones de violencia desde la escuela con un enfoque biopsicosocial e inclusivo y un carácter preventivo. Para su futura implementación se establecieron 3 fases (diagnóstico, diseño y ejecución y evaluación), las que contienen acciones generales, a corto, mediano y largo plazos; así como recursos, métodos y procedimientos propios del tema en cuestión.
La primera fase: identificación de las necesidades y potencialidades de los sujetos y contextos: implica el diagnóstico de niños y adolescentes (víctimas, agresores y espectadores) en situaciones de violencia, los miembros de la comunidad educativa y los entornos sociales en los que se producen estas situaciones, con el fin de identificar sus necesidades, potencialidades y en correspondencia, proyectar la atención educativa. Para ello es necesario:
a) Seleccionar y aplicar métodos e instrumentos que permiten estudiar exhaustivamente, los factores condicionantes y predisponentes que inciden en la aparición de la situación de violencia.
b) Determinar indicadores (a partir de los signos de alerta( a evaluar en los instrumentos seleccionados, de modo que permitan estudiar la situación social de desarrollo de cada niño y adolescente involucrado en situaciones de violencia.
c) Elaborar y aplicar instrumentos a todos los miembros de la comunidad educativa implicados en la situación de violencia, los cuales deben estar en correspondencia con los indicadores determinados con anterioridad.
d) Análisis y procesamiento de los resultados obtenidos, lo que permitirá la elaboración de la caracterización psicopedagógica correspondiente.
La segunda fase: diseño y ejecución de las acciones de atención educativa para la prevención y corrección compensación de las necesidades del estudiantado. Debe estar encaminada a la elaboración e implementación de acciones para la sensibilización, preparación y orientación de los miembros de la comunidad educativa para la prevención de la violencia y la corrección-compensación de las secuelas que pueden presentar niños y adolescentes en estas situaciones. Estas acciones tienen un carácter secuencial y se interrelacionan entre sí al ofrecer de forma personalizada, las ayudas y los apoyos. Deben ajustarse a las circunstancias particulares del suceso y los recursos disponibles. que propicien la participación integrada de los agentes y agencias socializadoras, con carácter multidisciplinario, intersectorial y sistémico. En esta fase se pueden encontrar:
Sugerencias de acciones a desarrollar en la escuela para la atención educativa de los educandos implicados en situaciones de violencia;
propuestas de actividades para sensibilizar, preparar y orientar a todos los miembros en la prevención de la violencia en la comunidad educativa;
propuestas de actividades psicoterapéuticas en función de la corrección y compensación de las secuelas originadas en los educandos implicados en situaciones de violencia en la comunidad educativa;
diversos recursos educativos a emplear en la labor de sensibilización, preparación y orientación de todos los miembros de la comunidad educativa sobre la violencia y su enfrentamiento desde la escuela, tales como:
El libro. La atención educativa de niños y adolescentes en situaciones de violencia en la escuela;
Folleto: La violencia como fenómeno social;
Folleto: La prevención y corrección-compensación de las secuelas que originan en el estudiantado las situaciones de violencia;
Folleto: Importancia de la escuela en la atención educativa del estudiantado afectado por las situaciones de violencia;
Trípticos y audiovisuales.
La tercera fase: seguimiento y la evaluación sistemática de las acciones estratégicas diseñadas. Se caracteriza por lo sistémico y lo sistemático, lo dinámico y lo flexible, en la realización de las diferentes formas de evaluación y control. Centra su atención en el seguimiento y evaluación de las acciones estratégicas diseñadas y ejecutadas. La implementación de esta fase conduce a la aplicación del primer paso, es decir, a la identificación de la situación de violencia en la escuela y a la caracterización psicopedagógica. Por tanto, se hace necesario aplicar los métodos e instrumentos inicialmente aplicados, lo que permitirá efectuar la correspondiente comparación de los resultados obtenidos y la constatación de los niveles de desarrollo que se alcancen. De ser necesario, ello conduce al rediseño gradual y progresivo de las acciones de atención educativa con fines preventivos y correctivos-compensatorios, de la situación de violencia en la escuela. De esta manera, sistemáticamente se evalúan y rediseñan los recursos que se determinaron en la atención educativa, en función de los avances o retrocesos que pueden alcanzar los educandos dentro del proceso en cuestión.
Cada una de las etapas de la estrategia para la atención educativa a niños y adolescentes en situaciones de violencia se interrelacionan entre sí. Sus acciones desde la escuela y en conjunto con miembros y agencias de la comunidad educativa deben propiciar y fortalecer la integración inter e intradisciplinar, institucional y sectorial en función de lograr la formación y el desarrollo integral y armónico de infantes y adolescentes en situaciones de violencia, así como la transformación de los contextos en los cuales se desenvuelven.
Se considera que la estrategia propuesta responde a las necesidades de los docentes para concebir la atención educativa de niños y adolescentes en situaciones de violencia. La anterior afirmación se realiza sobre la base de los criterios emitidos por los expertos en el tema y los docentes, mediante la aplicación de una encuesta y una entrevista respectivamente, cuyos resultados fueron los siguientes:
El 100 % de docentes y expertos consideran que la propuesta está en correspondencia con la política educativa que establece el Ministerio de Educación y su actual proceso de perfeccionamiento; valoran la utilidad de la dinámica que se propone para el trabajo preventivo y correctivo-compensatorio como parte de la atención educativa de los educandos implicados en situaciones de la violencia en la escuela y destacan que el proceder metodológico y los indicadores que se ofrecen enriquecen los procedimientos para el trabajo educativo en las escuelas.
Para el 87,6 % de los docentes y el 95 % de los expertos las herramientas que se brindan para la atención educativa de infantes y adolescentes en situaciones de violencia permiten la identificación de las necesidades y potencialidades de todos los sujetos y contextos, lo cual posibilita coordinar acciones en función de la prevención corrección-compensación de las secuelas que originan estas situaciones.
El 86 % de los docentes refieren que los recursos educativos poseen un lenguaje comprensible y asequible tanto para la comunidad científica como para los docentes del Sistema Nacional de Educación.
El 100 % de los docentes consideró que los recursos y apoyos psicopedagógicos que se ofrecen posibilitan que los miembros de la comunidad educativa participen de forma activa en la atención educativa a niños y adolescentes en situaciones de violencia.
En relación a la utilidad práctica del resultado científico propuesto:
El 90 % de los consultados plantean que la propuesta es novedosa, en tanto, se concibe desde la escuela con un enfoque biopsicosocial y holístico de la educación para el desarrollo sostenible y responde al llamado de una educación integral, inclusiva, equitativa y de calidad, que garantice la promoción de una cultura de paz y no violencia en las escuelas.
El 95 % de las consultados consideran que es útil y funcional, por cuanto ofrece a los docentes, desde un enfoque socio histórico y cultural, procedimientos, recursos y apoyos psicopedagógicos para la prevención y corrección-compensación de las secuelas que originan en niños y adolescentes, las situaciones de violencia en la escuela.
En respuesta a la crisis del COVID-19 la atención a la violencia contra niños y adolescentes constituye una prioridad para los Estados4 y sistemas educativos. En respuesta a la situación de emergencia, se elaboró un curso en línea (MOOC) sobre: La atención educativa a niños y adolescentes en situaciones de violencia (disponible en https://violencia.mined.gob.cu y su variante portable se ubica en el paquete digital Mi mochila distribuido en Cuba por los Joven Club de computación.
El curso cuenta con una estructura didáctica flexible y dinámica que permite en un espacio virtual el autoaprendizaje de estudiantes en formación de las carreras pedagógicas, docentes en ejercicio, así como de miembros de la comunidad educativa, sobre la atención educativa de niños y adolescentes en situaciones de violencia.
La atención educativa a niños y adolescentes en situaciones de violencia desde la escuela con un enfoque biopsicosocial e inclusivo y con carácter preventivo, posibilita el trabajo de prevención, corrección-compensación de las secuelas que la violencia origina en infantes y adolescentes; responde a una necesidad social y sus acciones deben ofrecer la posibilidad de integración de las instituciones y miembros de las comunidades educativas bajo condiciones concretas de un territorio. Favorece la participación activa de sus actores, donde cada uno asume su rol de manera consciente y en una dinámica multiplicadora de acciones, proyección y evaluación de sus resultados.
Sus acciones deben sustentarse desde referentes teóricos y metodológicos que posibiliten el respeto a los derechos humanos, la protección integral de la infancia, su participación, la integración, la igualdad de oportunidades y no discriminación, así como en la educación de calidad y contribuye al cumplimiento de los derechos de la infancia y adolescencia y de los objetivos de desarrollo sostenible establecidos hasta el 2030.