Introducción
El 12 de diciembre de 2019 surgió un brote a causa de un nuevo coronavirus humano, denominado SARS-CoV-2 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por el Comité Internacional para la Taxonomía de los Virus (CITV). El virus se notificó por primera vez en Wuhan (China), y desde entonces decenas de miles de casos se han registrado en todo el mundo, lo que motivó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretara el estado de emergencia sanitaria internacional el 30 de enero de 2020 y posteriormente el estado de pandemia.1
El espectro clínico de la COVID-19 es variado y la identificación de los factores asociados con la enfermedad se ha descrito en varios estudios de investigación. El virus descubierto es un coronavirus novedoso mutado y la población general carece de inmunidad contra la nueva cepa. Además, hay más de una ruta de transmisión para este virus. Estos factores provocaron que el nuevo coronavirus se volviera epidémico.2,3
A la fecha del presente estudio, el SARS-CoV-2 ha infectado a más de 68,8 millones de personas en todo el mundo, mientras que la cifra de decesos supera los 1,57 millones y la de los recuperados los 44,2 millones de personas.4
La pandemia y su gran capacidad de contagio movilizó a científicos de todo el mundo y liberó financiamiento para investigaciones encaminadas a la caracterización del virus, el diseño de protocolos para su contención y la búsqueda de posibles tratamientos para frenar la enfermedad. La velocidad de los avances científicos se ha visto acelerada gracias a las prácticas de la ciencia abierta, las cuales han permitido la proliferación de artículos que comparten resultados, modelos y tratamientos preliminares.
En este contexto, la producción científica mundial experimenta un crecimiento exponencial, por lo que el análisis de la información registrada permitirá determinar las tendencias y regularidades presentes en las publicaciones sobre COVID-19, así como la amplia cantidad de países e instituciones contribuyentes, los temas más investigados y las soluciones propuestas que han sido eficaces en el enfrentamiento a la pandemia.
Los análisis de la producción científica asociados a este fenómeno5,6,7,8,9 corroboran el ritmo acelerado de publicaciones y el incremento de la colaboración científica nacional e internacional, evidencia científica sobre el virus para identificar y predecir la adaptación, evolución, transmisión y patogenicidad de la enfermedad y la identificación de los principales frentes de investigación.
La falta de un tratamiento respaldado por suficiente evidencia científica ha llevado al empleo de diferentes pautas terapéuticas y a modificaciones rápidas de los protocolos. Recientes revisiones y editoriales han destacado la falta de terapias probadas y la necesidad de ensayos clínicos que permitan establecer prototipos de tratamiento basados en la evidencia.10,11,12
Por tanto, el análisis de las investigaciones sobre posibles tratamientos que pudieran tener efectos contra el coronavirus puede ser de gran ayuda para conocer los contenidos generados y la efectividad de los tratamientos que evidencian un resultado positivo en el pronóstico de los pacientes.
Este potencial propósito abre nuevas líneas de investigación de gran envergadura y complejidad que demandará el análisis de diferentes campos del conocimiento. En consonancia con lo anteriormente expuesto, la presente investigación se plantea el objetivo de caracterizar la producción científica sobre tratamientos contra la COVID-19 registrada en la base de datos SCOPUS en el período 2019 - junio de 2020.
Métodos
Se realizó un estudio observacional y descriptivo, de carácter transversal. Se utilizaron aplicaciones de técnicas estadísticas para describir los aspectos de producción y diseminación de conocimiento científico.13 Para la selección de la muestra se utilizaron los siguientes criterios de inclusión: publicaciones con la modalidad de artículos en acceso abierto que abordaran como temática de estudio los tratamientos propuestos en el enfrentamiento a la pandemia causada por la COVID-19, en revistas indexadas en la base de datos SCOPUS, entre el año 2019 y junio de 2020.
La búsqueda fue realizada el 15 de junio de 2020 en los campos Article Title, Abstracts, Keywords, y se utilizaron los términos de búsqueda: SARS-CoV-2, COVID-19, Coronavirus disease 2019, Coronavirus infections 2019, 2019-nCoV, 2019 Novel coronavirus, Treatment, Treatment outcome, Therap, Therapeutic, Intervention. La ecuación de búsqueda que se empleó fue: [(SARS-CoV-2) OR (COVID-19) OR (Coronavirus disease 2019) OR (Coronavirus infections 2019) OR (2019-nCoV) OR (2019 Novel coronavirus) AND (Treatment OR Treatment outcome OR Therap OR Therapeutic OR Intervention)] year:(2019 OR 2020) accessType: OA.
Este estudio se realizó utilizando una de las bases de datos electrónicas más grandes y actualizadas del mundo. SCOPUS se utilizó como fuente para el análisis métrico por ser la mayor base de datos de citas y referencias bibliográficas revisada por pares, que recoge la mayor producción de publicaciones de medicina y literatura científica del mundo. Varias investigaciones revelan que SCOPUS ofrece ventajas sobre otras bases de datos como PubMed y Web of Sicence (WoS). Por ejemplo, el volumen de literatura disponible a través de SCOPUS es mayor. Además, proporciona análisis de citas y un motor de búsqueda amigable y tiene 100 % de cobertura de Medline.14,15
Como resultado de la ecuación de búsqueda empleada se obtuvo de la base de datos SCOPUS (http://www.scopus.com) un total de 896 artículos y se accedió a los textos completos publicados. Los registros fueron importados directamente para el programa EndNote desarrollado por Thomson Reuters. Posteriormente se procedió a la normalización de los metadatos de los autores, las instituciones y los países. Como parte de la depuración de la información obtenida se eliminaron registros duplicados e incompletos o que no correspondieron al tema específico objeto de análisis (n= 54) y finalmente la producción a analizar constó de 842 registros que conformaron la muestra del presente estudio.
Para el análisis de los datos bibliométricos y de contenido de las publicaciones objeto de estudio se utilizó el programa R, concretamente el paquete Bibliometrix,16 lo que permitió la obtención de matrices, la visualización y el análisis de la co-ocurrencia de términos, así como la colaboración entre países e instituciones. Se utilizó VOSviewer (http://www.vosviewer.com/) para la visualización y el análisis de la colaboración entre investigadores. Además, se empleó Microsoft Excel 2019 para generar las tablas y los gráficos.
Para el análisis de la dimensión cualitativa de la producción científica se utilizó la plataforma SCImago Journal & Country Rank (https://www.scimagojr.com), desarrollada por el grupo SCImago; así se logró definir la visibilidad de las revistas donde publican los investigadores. Se identificó el indicador de impacto y prestigio (SCImago Journal Rank), y el cuartil en que se encuentran las revistas en cada categoría temática según este valor, así como el Índice H de las revistas y autores. El siguiente cuadro expone la información sobre los indicadores analizados y su descripción.17,18
Resultados
La producción científica indexada en SCOPUS en el año 2019 fue de 31 artículos y de 811 en el año 2020, para un total de 842 contribuciones, lo que manifiesta la explosión de información asociada a este fenómeno a lo largo del presente año. El 55 % fueron artículos de investigación, mientras que el resto fueron artículos de revisión (23,8 %), cartas (10,1 %), notas (5 %), editoriales (4,7 %), ponencias y contribuciones cortas (0,7 %).
Los documentos fueron publicados por un total de 5 603 autores, con afiliación en 2 161 instituciones, provenientes de 59 países. El idioma principal de las publicaciones fue el inglés (96,7 %). También se encontraron otros idiomas como español (1,1 %), alemán (1 %), húngaro (0,7 %), ruso, francés (0,2 %) y portugués (0,1 %).
La tabla 1 muestra la información relativa a los países de procedencia de los autores, tipos de autorías y ratio de colaboraciones internacionales. China se ubica como el país líder de la producción científica sobre tratamientos contra la COVID-19 con el 27 % de la producción mundial. Le siguen los Estados Unidos de América con 16 %, Italia con 10 %, India con 4,4 % y el Reino Unido con 4 %. El 88 % de los artículos son de autores que pertenecen al mismo país. Los países que presentan el mayor porcentaje de colaboraciones internacionales son Irán e Italia (6 y 3 % respectivamente).
*Porcentaje del total (842) que representan los artículos de ese país. **Número de artículos donde solo hay un autor o todos los autores pertenecen al mismo país. ***Número de artículos cuyos autores son al menos de dos países diferentes. ****Del total de artículos de un país, el porcentaje que tienen con colaboraciones internacionales. SCR: Standard Competition Ranking; TP: Total de publicaciones; Freq: Frecuencia; MCP; Multiple Country Publications; MCP Ratio.
Desde la perspectiva de la autoría, es menor la de tipo individual (48 autores publicaron trabajos individuales), por lo que predomina la autoría múltiple (el resto de las publicaciones). La media de los autores por documentos es de 6,65, mientras que la media de documentos por autores es de 0,15.
La figura 1 muestra la distribución de frecuencia de la productividad científica de los autores según la Ley de Lotka. De un total de 5 603 autores, el 88,4 % (N = 4 954) publicaron 1 solo documento, mientras que un solo autor publicó 21 documentos. El porcentaje de autores disminuye de 88,4 % a 0,1 %, mientras que el número de contribuciones aumenta de 1 a 21.
La distribución de la frecuencia autoral se ajusta a los niveles propuestos por la ley de Lotka. Se realiza el listado de los autores, de manera que fue posible identificar los grandes, medianos y pequeños productores. La importancia del modelo aplicado al presente análisis es que permite determinar el núcleo de investigadores élite que lideran la investigación relativa al tema objeto de estudio. Un total de 21 autores (0,4 %) integraron el núcleo de los más productivos (grandes productores: 10 o más artículos), mientras que el 11,2 % (N= 628) publicaron entre 2 y 9 artículos (medianos productores) y el 88,4 % (4 954) contribuyeron con 1 publicación (pequeños productores).
La figura 2 muestra el mapa de red de coautoría obtenido con el programa VOSviewer, donde cada círculo (nodo) representa a un investigador. En la red de coautoría los nodos o vértices simbolizan a los autores y los vínculos son las relaciones en la producción científica. Mediante esta red se identifican los autores que trabajan en colaboración y los que lo hacen en solitario.
Para el análisis de la colaboración científica entre autores se seleccionó un máximo de 25 autores por documentos y los que poseen al menos 2 publicaciones (N= 2). De los 4 572 autores, 358 (7,8 %) cumplen el umbral. El mapa de visualización entrega 16 clústeres de autores, cuya fuerza de asociación oscila entre 1-122 y un total de 3 481 enlaces.
De acuerdo con la red de colaboración, los investigadores con mayor cercanía en el mapa de visualización son los que poseen mayor relación de coautoría, y los colores muestran clústeres de investigadores que conforman los grupos de investigación sobre tratamientos contra la COVID-19. El análisis de los patrones de colaboración para los autores muestra que Liu Y es el autor con mayor relación de colaboración (71), seguido por Zhang L (45), Wang J (37) y Wang Y (32), este último el autor más productivo. La conformación de los 16 clústeres oscila entre 5 y 42 investigadores, lo que evidencia una elevada tendencia al trabajo colaborativo entre diferentes autores en el enfrentamiento a la enfermedad. Este estudio muestra un patrón determinante en la colaboración nacional.
El autor más productivo es Wang Y, con presencia de autoría en 21 artículos. Yeming Wang es Doctor Médico del Departamento de Medicina Respiratoria del Hospital Amistad China-Japón y Especialista en estudio clínico de la infección por influenza. Ha trabajado en investigaciones relacionadas con las características clínicas de pacientes infectados con el nuevo coronavirus 2019 en Wuhan, China, y la evaluación de la eficacia y seguridad de tratamientos, como remdesivir intravenoso, lopinavir-ritonavir, terapéutica antiviral potencial en pacientes adultos con COVID-19 grave, entre otras investigaciones.
Para el análisis del núcleo de las revistas más productivas se estableció la correlación entre revistas, número de artículos, el indicador SJR, cuartil e índice H, como se muestra en la tabla 2.
SCR: Standard competition ranking; TP: Total de publicaciones; SJR: SCImago Journal Rank 2019; Q: Cuartil, H ( Índice H).
El mayor porcentaje de la producción científica se concentra en revistas clasificadas en el cuartil 1, con indicador de impacto e índice H elevados, lo que evidencia su visibilidad y potencial calidad e impacto.
En la primera posición del núcleo de las revistas más productivas se ubica el Journal of Medical Virology, indexada en el cuartil 2 de Scimago, con un SJR de 0,86 y un índice H de 111, clasificada en las categorías de virología y enfermedades infecciosas.
Al ordenar los datos según el modelo matemático de Bradford, se obtuvo que los artículos fueron publicados en 472 revistas (Fig. 3). Para determinar las zonas, se dividió la cantidad total de artículos en tres partes (842/3), por lo que se distribuyeron las publicaciones en zonas: 1 o núcleo, 2 y 3, en correspondencia con la cantidad de artículos publicados y la frecuencia acumulada.
La zona nuclear está conformada por el 8,7 % de las revistas y concentra el 33 % del total de la producción analizada. Se observa la tendencia de concentración de publicaciones sobre tratamientos contra la COVID-19 en revistas publicadas en Estados Unidos y el Reino Unido. En la zona 2 se agrupa el 34,1 % de los artículos en el 32,6 % de las revistas, mientras que en la zona 3 el 58,7 % de las revistas abarcan el 32,9 % de la producción total.
De acuerdo con las áreas temáticas (Subject area) cubiertas por SCOPUS en el campo de la medicina, la producción científica sobre tratamientos contra la COVID-19 se distribuyó de la siguiente manera: Medicine (83 %), Biochemistry, Genetics and Molecular Biology (17,4 %), Immunology and Microbiology (14,2 %), Pharmacology, Toxicology and Pharmaceutics (9,2 %) y Neuroscience (3,3 %).
En la figura 4 se puede observar el análisis de la red de co-ocurrencias de palabras clave (interacción entre palabras clave), donde los colores indican agrupaciones de palabras clave relativamente relacionados entre sí según la fortaleza de la asociación y la diferencia visual de clústeres. Para cada palabra clave el tamaño de fuente de la etiqueta y el tamaño del rectángulo se basan en el peso correspondiente. Se calculó el número de enlaces entre ellas, por lo que las que presentan colores circulares similares se consideran un grupo (lo que significa que tienen una estrecha interrelación).
Los términos con mayor representación fueron: human (467), betacoronavirus (414), coronavirus disease 2019 (387), coronavirus infection (324), pandemic (306), pneumonia (288), virus pneumonia (283), viral (261), coronavirus infections (256), humans (250), female (231) y pandemics (228).
Con respecto a los tratamientos contra la COVID-19, los términos con mayor frecuencia fueron: treatment outcome (208), hydroxychloroquine (121), antivirus agent (84), chloroquine (74), lopinavir plus ritonavir (74), remdesivir (70), drug efficacy (62), azithromycin (59), angiotensin converting enzyme 2 (51), artificial ventilation (50), interleukin 6 (46), tocilizumab (45), c reactive protein (44), lopinavir (42), ribavirin (41), ritonavir (39) y antibodies (36).
Como resultado del análisis de las afiliaciones de los autores y las temáticas con mayor producción científica, se establece la correlación entre países, autores y palabras clave (Fig. 5). El análisis demostró las temáticas específicas con mayor representación en las publicaciones y los autores más representativos con sus correspondientes países. Se evidencia un predominio de los autores chinos con investigaciones que abordan diversos temas sobre el coronavirus y los tratamientos. Además, Estados Unidos, Israel, Alemania, Reino Unido y Canadá poseen contribuciones significativas basadas en la descripción de casos y los protocolos de atención.
Con respecto a las afiliaciones de los autores, de acuerdo con la distribución de las instituciones contribuyentes, la más frecuente es la Huazhong University of Science and Technology con un total de 102 publicaciones (12,1 %). La Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong es una universidad pública de investigación ubicada en el subdistrito de Guanshan, distrito de Hongshan, Wuhan, provincia de Hubei, China. Le siguen Wuhan University y Zhongnan Hospital of Wuhan University con 30 (3,6 %) y 25 (3 %) contribuciones respectivamente. Estos resultados corroboran la posición de China como el país con mayor representación de autores que publican investigaciones sobre tratamientos contra la COVID-19 (Fig. 4).
Continúan en el ranking de instituciones Harvard Medical School, con 24 artículos (2,9 %), Fudan University, 22 (2,6 %), Renmin Hospital of Wuhan University, 21 (2,5 %) y University of Minnesota 21 (2,5 %). El resto de las publicaciones se realizó por autores de instituciones provenientes de diversos países. En este sentido, resulta importante resaltar que existen fuertes vínculos de colaboración entre las instituciones pertenecientes a un mismo país (colaboración nacional). En total existen 52 nodos, entre los que se destaca la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong con una frecuencia de 41 relaciones de colaboración, seguido por la universidad de Toronto (15 relaciones) y la Universidad de Milán (8).
Discusión
Como se puede observar en los resultados del presente estudio, la producción científica mundial sobre tratamientos contra la COVID-19 es elevada, con un crecimiento exponencial diario. La distribución regional de las publicaciones se concentra principalmente en Asia (34,7 %) y Europa (32,9 %); la región de Las Américas representa el 29,5 % (América del Norte registra el 27,6 %), mientras Oceanía y África producen solamente el 1,5 y 1,4 % respectivamente.
El predominio del idioma inglés en las publicaciones confirma la hegemonía del mundo anglosajón, tanto en lo geográfico como en lo lingüístico19 y permite inferir que es escasa la participación de Latinoamérica y otros contextos en dicha producción científica.
Los resultados de la producción científica sobre tratamientos contra la COVID-19 evidencian una distribución desigual, donde la mayoría de los artículos están concentrados en una pequeña proporción de autores altamente productivos, quienes -en relación con los pequeños productores- tienen una regresión negativa aproximadamente igual a 2.
El análisis de co-ocurrencia de las palabras clave indicaron los frentes dominantes y emergentes de la investigación sobre tratamientos contra la COVID-19. Este resultado corrobora la tendencia actual de que los intereses en todo el planeta están enfocados en encontrar un tratamiento eficaz contra la COVID‑19 y, específicamente, en descubrir con rapidez los medicamentos efectivos en la regresión de la enfermedad y en la mejora de la tasa de supervivencia.
De forma genérica las publicaciones señalan como enfoques generales de investigación para el tratamiento de la enfermedad el empleo de medicamentos antivirales que afectan directamente a la capacidad del coronavirus para desarrollarse en el organismo; los medicamentos que pueden moderar la respuesta del sistema inmunitario; la terapia antiinflamatoria para tratar o prevenir lesiones pulmonares causadas por la inflamación asociada con la infección y los anticuerpos de sangre de sobrevivientes o fabricados en laboratorios (anticuerpos recombinantes), que son efectivos para atacar el virus.
Es posible distinguir claramente que el modelo propuesto por Samuel Bradford18 se ajusta a la muestra analizada en el presente estudio, lo que permite inferir que existe una concentración en el núcleo, es decir, un número de revistas utilizadas con más frecuencia por los autores y varios grupos o zonas (también denominadas zonas de Bradford) que incluyen el mismo número de artículos que el núcleo.
El análisis de la aplicación del modelo matemático de Bradford sobre la dispersión y concentración de la producción científica demostró que la zona nuclear concentra investigaciones relacionadas con los resultados clínicos en pacientes con COVID-19 tratados con tocilizumab, ácido glicirretínico, eritropoyetina humana recombinante, ribavirina y transfusión de plasma convaleciente.
Otro grupo de publicaciones20,21,22,23,24,25,26,27,28,29,30 muestra estudios sobre el uso de alfa tocoferol, ácido ascórbico, cloroquina, hidroxicloroquina, cinanserina, ciclosporina, derivados de diarilheptanoide, inhibidor de la dipeptidil, carboxipeptidasa, emodina, flavonoide, inmunoglobulina, interferón, interferón alfa, hierro, lopinavir más ritonavir, anticuerpo monoclonal, nelfinavir, nicotianamina, ácido graso omega 3, ácido graso poliinsaturado, promazina, inhibidor de proteasas, remdesivir, retinol, ribavirina, selenio, timopentina, timosina alfa1, grupo de vitamina B zinc, plasma, inmunización pasiva, arbidol, baloxavir marboxil, camrelizumab, carrizumab, favipiravir, glucocorticoides, agente inmunomodulador, ruxolitinib, timosina alfa1 y ciclosporina A.
Otra dimensión de publicaciones31,32,33,34,35 reveló el uso de teicoplanina, azitromicina, glicirricina, diacereína, baicalina, baloxavir marboxil, baricitinib, danoprevir, darunavir, dipiridamol, ebastina, emtricitabina, fingolimod, heparina, losartan, luteolina, metilprednisolona, oseltamivir, quercetina, tenofovir, tranilast, umifenovir, agentes moduladores redox, glutatión reducido y natalizumab.
Los resultados obtenidos en estudios clínicos, estudios en animales y pruebas realizadas en laboratorios revelan que, entre las opciones terapéuticas con mayor eficacia en el tratamiento contra la enfermedad, se encuentran fármacos como el remdesivir y la hidroxicloroquina. También han destacado otras moléculas antivirales como el lopinavir o el ritonavir. Específicamente el remdesivir ha sido empleado en situaciones de emergencia durante la pandemia de la COVID-19 para tratar los pacientes hospitalizados con casos graves.36,37
A pesar del esfuerzo internacional y del establecimiento de las redes de colaboración en respuesta a la búsqueda de soluciones encaminadas a detener la pandemia, una de las debilidades que refleja la producción científica es el bajo nivel de colaboración internacional, aunque existe un alto nivel de colaboración nacional en los países. En la región de América del Norte, Europa y Asia, aproximadamente el 90 % de los documentos son publicaciones de un solo país, y esta es una tendencia general, no un fenómeno restringido a solo unos pocos países. De los países más productivos Irán es el que presenta mayores niveles de colaboración con resultados discretos.
Este comportamiento debe evolucionar, no solo por el hecho de que las publicaciones de varios países reciben más citas que los países individuales, tal y como lo destacan los procesos de internalización de la ciencia,38,39 sino especialmente teniendo en cuenta que la ciencia hace sinergia con las fortalezas de los distintos grupos de investigación, lo que trae resultados de mayor calidad.
La mayoría de las publicaciones sobre tratamientos efectivos contra la COVID-19 se publicaron en revistas prestigiosas e influyentes, con elevados índices de calidad, visibilidad e impacto (primeros y segundos cuartiles en el SJR), lo que revela una tendencia positiva relacionada con la calidad de las investigaciones y el aporte de importantes revistas a los análisis sobre el tema. Este resultado es importante si se tiene en cuenta que la publicación en revistas con indicadores más elevados (citas, impacto, cuartil), supone mayor cantidad de citas y de visibilidad.40
Registran mayor producción científica sobre el tema las revistas especializadas en medicina, enfermedades infecciosas y medicamentos como Trials, British Medical Journal y Journal of the American Medical Association. Además, la importancia de temas de investigación relacionados con inmunología, microbiología, cuidados críticos, medicina intensiva, farmacología, bioquímica, genética y biología molecular se enfatizó mediante la introducción de revistas especializadas, como Journal of Medical Virology, Critical Care, International Journal of Antimicrobial Agents, Pharmacological Research e International Journal of Molecular Sciences.
Lo cierto es que científicos de todo el mundo y de todas las áreas del conocimiento se encauzan en la búsqueda de soluciones para garantizar la sobrevivencia de la especie humana. La ciencia continúa en una batalla constante por el desarrollo de investigaciones que generen nuevos conocimientos y, en este sentido, se continúan difundiendo nuevos resultados que van desde pruebas de diagnóstico para detectar y limitar la propagación del virus, tratamientos para salvar vidas a corto plazo, conocimientos de ciencias sociales para comprender las repercusiones en la sociedad y en la conducta de la población, hasta vacunas para proporcionar protección a largo plazo.
A pesar de las prometedoras vacunas que hoy se ensayan en varios pacientes, puede que un tratamiento específico contra el coronavirus tarde en llegar,41,42,43 pero gracias a los diferentes tratamientos dirigidos a las complicaciones de la COVID-19 y a garantizar el soporte vital, se ha podido reducir la mortalidad. De no ser por ellos, la cifra de muertes en el mundo por coronavirus sería muy superior en la actualidad. Es fundamental que la labor de investigación mundial sea rápida y sólida, y que se efectúe a gran escala y de forma coordinada entre múltiples países.
Conclusiones
La producción científica internacional sobre tratamientos contra la COVID-19 muestra un ritmo de crecimiento sostenido como respuesta a la búsqueda de soluciones para reducir los índices de letalidad por el SARS-CoV-2. No obstante, se considera necesario continuar con análisis sistemáticos de las publicaciones científicas relacionadas con las propuestas de tratamientos específicos y las mejores prácticas en el enfrentamiento a la pandemia, lo que contribuirá, indudablemente, a tener una evidencia científica sólida. Las investigaciones se publican en revistas científicas de elevada visibilidad e impacto; sin embargo, se debe fortalecer la colaboración internacional entre investigadores especializados en tratamientos contra la enfermedad para alcanzar resultados de mayor calidad.