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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina
versión On-line ISSN 2308-0132
Estudios del Desarrollo Social vol.4 no.3 La Habana sep.-dic. 2016
La comunidad emergente. Una aproximación a la realidad de los inmigrantes espontáneos no controlados en la ciudad de Guantánamo
The Emerging Community. An Approach to the Reality of Spontaneous Uncontrolled Immigrants in Guantanamo City
MSc. David Rubio Méndez
Facultad de Educación a Distancia, Universidad de La Habana, Cuba.
RESUMEN
El presente estudio aborda la realidad de la inmigración espontánea no controlada en la ciudad de Guantánamo, y su relación con el engrosamiento de comunidades urbanas no planificadas (comunidades emergentes). La investigación se contextualiza en la comunidad Palmira, ubicada al noreste de la ciudad de Guantánamo, cuya formación ha estado asociada a un proceso sostenido de inmigración espontánea no controlada, procedente de varios municipios de la provincia. En el estudio se describe el origen de los desplazamientos a partir de la aplicación de métodos cuantitativos y cualitativos; significando la comprensión fenomenológica del proceso de formación de la comunidad y la reconfiguración de la identidad colectiva.
PALABRAS CLAVE: inmigración, identidad colectiva, comunidad, vulnerabilidad social, impacto cultural.
ABSTRACT
This research explains the reality of spontaneous uncontrolled immigration in Guantánamo city, and its relationship with the enlargement of the unplanned urban communities (emerging communities). The research is contextualized in the Palmira community, located to northeast of Guantanamo city, whose formation has been associated with sustained process of spontaneous uncontrolled immigration, from various municipalities in the province. In the study, the origin of the displacements described from the application of quantitative and qualitative methods; emphasizing in the phenomenological understanding of the formation of the community and the reconfiguration of collective identity.
KEYWORDS: immigration, collective identity, community, social vulnerability, cultural impact.
El presente estudio aborda la realidad de la inmigración espontánea no controlada(1) en la ciudad de Guantánamo, fundamentalmente la procedente de asentamientos rurales, poblados y pequeñas ciudades municipales; y su relación con el engrosamiento de comunidades urbanas no planificadas (comunidades emergentes)(2), ubicadas en la periferia de la ciudad.
La investigación se contextualiza específica-mente en la comunidad Palmira, ubicada al noreste de la ciudad de Guantánamo. La misma es clasificada como precaria por las autoridades del planeamiento físico, y su formación ha estado asociada a un proceso sostenido de inmigración espontánea no controlada, procedente de varios municipios de la provincia. Por esta razón fue escogida para el estudio de caso, teniendo en cuenta que, en sus 35 años de formada, ha logrado la consolidación como comunidad, no obstante poseer la mayor variedad de orígenes residenciales.
El estudio en la Comunidad Palmira se lleva a cabo, a partir del año 2011, con la colaboración de los especialistas del Grupo para el Desarrollo Integral de la Ciudad, profesores y estudiantes del departamento de Sociología y Estudios Socio-culturales de la Universidad de Guantánamo. El objetivo propuesto con el acercamiento a esta realidad, en su etapa inicial, consiste en la descripción de la variable origen de los desplazamientos, por medio de un cuestionario aplicado a los residentes de la comunidad, escogiendo una muestra de 149 viviendas (61.2%), de las 242 existentes hasta ese momento, logrando caracterizar a 458 (65.2%) de los 702 habitantes estimados hasta el 2010. Hasta el 2015 la cantidad de viviendas y la población de Palmira habían aumentado considerablemente. Las viviendas se incrementaron en esta etapa en un 33%, y la población en un 22%.(3) Para la medición de esta variable se establecen cuatro clasificaciones principales:
a) desde la ciudad de Guantánamo
b) desde asentamientos de la franja de base (rurales concentrados y dispersos), y asentamientos de base urbanos de otros municipios de la provincia
c) desde otras ciudades del país.
d) desde asentamientos rurales y cabeceras municipales de otras provincias.
En la segunda etapa de la investigación el objetivo se extiende a la comprensión fenomenológica del proceso de formación de la comunidad y la reconfiguración de la identidad colectiva, para lo que se aplicaron métodos y técnicas cualitativas como la observación etnográfica y las entrevistas en profundidad, significando las historias de vida, en las que los propios sujetos narran sus experiencias, percepciones y representaciones en torno al cambio experimentado con el proceso de desplazamiento-asentamiento en la comunidad receptora. Los datos obtenidos a partir de una encuesta en torno a la variable origen de los desplazamientos se triangulan con otros resultantes de las entrevistas en profundidad y las observaciones.
Breve panorama de los procesos migratorios en Guantánamo
La ciudad de Guantánamo constituyó hasta mediados del siglo XX una importante zona receptora de inmigrantes urbanos procedentes de varias regiones del país, atraídos por la Base Naval de Guantánamo y las ventajas que implicaba en el orden de ofertas de empleo y de servicios de comercio, gastronómicos y de ocio (casas de juegos, burdeles, etc.). También en este período ocurre una importante inmigración antillana, proveniente de Haití y Jamaica (Espronceda, 2001)(4); y aunque muy pocos de estos inmigrantes se asentaron inicialmente en la ciudad, se ha registrado su establecimiento en barrios urbanos, fundamentalmente en "San Justo" y "Loma del Chivo", sirviendo luego como red de apoyo para el desplazamiento hacia la ciudad de muchos de los asentados al inicio en la zona rural.
Durante el período inicial del proceso revolucionario cubano (1959-1970) ocurrieron discretos movimientos migratorios del campo a la ciudad, cuyos asentamientos fueron favorecidos por la ley de reforma urbana, posibilitando a muchas familias de inmigrantes establecerse en el centro urbano, en viviendas abandonadas por personas que emigraron hacia los Estados Unidos.
Otro momento inmigratorio importante para la ciudad de Guantánamo se logra en el período comprendido entre 1970-1980 como resultado de un proceso de crecimiento industrial y de los servicios -como educación y salud-, constituyendo al mismo tiempo un importante éxodo de la población rural hacia la ciudad provincial. Una parte considerable de esta inmigración es clasificada como dirigida y espontánea contro-lada, la que responde a la formación de profesionales en ramas diversas de la producción y los servicios, y que por intereses estatales son ubicados en la cabecera provincial con garantías de viviendas. Al mismo tiempo este tipo de inmigración constituía un factor de llamada a familiares asentados en zonas rurales.
Durante este período se produce también una significativa inmigración urbana espontánea no controlada.
Su asentamiento ocurre fundamentalmente en la periferia de la ciudad, contribuyendo de modo significativo a la formación de comunidades no planificadas.
En la década de 1990, el período de crisis económica, en el que se registra una abrupta caída del PIB en un 35% y que conllevó el cese del proceso inversionista que favorecía el desarrollo en las provincias del país, impactó en los procesos migratorios en Guantánamo al igual que en el resto del territorio nacional.
Las ciudades provinciales pierden atractivo para los inmigrantes urbanos intraprovinciales, en cambio se incrementa considerablemente la emigración hacia la ciudad de La Habana y en menor medida hacia otras ciudades de atracción, observándose una considerable reducción del saldo migratorio positivo intraprovincial(5).
Específicamente la ciudad de Guantánamo muestra una disminución del saldo positivo intraprovincial, de 5.09 registrado en el período 86-90, a 1.80 registrado en el período 91-95.
En cambio el saldo negativo interprovincial en el municipio Guantánamo se incrementa de -5.94 a -9.64, según las tasas observadas en los períodos 86-90 y 91-95 respectivamente; proceso que ocurre de manera similar en otras provincias del país, con mayor incidencia en las provincias orientales, atenuado con la aprobación y puesta en práctica en 1997 del Decreto Ley 217(6).
En este orden Guantánamo resulta una de las principales provincias emisoras de migrantes netamente espontáneos (no controlados) hacia la ciudad de La Habana (Morejón, 2007)(7).
En esta etapa continúan las migraciones dirigidas hacia la ciudad de Guantánamo en respuesta a iniciativas estatales para resolver necesidades de la actividad económica y social, asimismo se mantiene la inmigración espontánea controlada. En esta última se distinguen egre-sados universitarios residentes en los municipios, cuyos motivos migratorios fundamentales recaen en las perspectivas de movilidad social, buscando ampliar sus posibilidades profesionales y mayores horizontes culturales. Se incluyen además otros inmigrantes que se desplazan por contraer matrimonio con personas de la ciudad y otros motivos familiares.
En el período 1998-2002, no obstante la variaciones en las corrientes migratorias observadas en el período anterior, Guantánamo continúa siendo una de las provincias más emisoras del país, al igual que Granma y Santiago de Cuba. No obstante, a partir de los datos obtenidos en el censo del 2002, se estima que en este período los movimientos migratorios internos se concentran fundamentalmente en las cabeceras provinciales (Montes, 2008)(8). Esta tendencia se mantiene en las migraciones intraprovinciales en Guantánamo, constituyendo la ciudad capital provincial en centro de atracción fundamental para los migrantes espontáneos no controlados provenientes de los municipios.
Comunidades emergentes en la ciudad de Guantánamo
Los datos obtenidos durante el trabajo de campo y las informaciones ofrecidas por los especialistas de la Dirección Municipal de Planificación Física (DMPF) nos permiten comprobar la siguiente hipótesis: el centro urbano, como red infraestructural y espacio de interacción sociocultural, no suele constituir la meta o el destino escogido por la mayoría de los inmigrantes que responden a la clasificación de espontáneos no controlados, fundamentalmente los que proceden de zonas rurales y se desplazan en familia. En cambio, estos desplazamientos ocurren preferentemente hacia los asentamientos ubicados en la periferia de la ciudad, ya establecidos por procesos migratorios anteriores, y hacia las áreas cultivables próximas a la periferia de la ciudad.
Como consecuencia de esta dinámica de desplazamiento, emergen varios asentamientos aislados, que luego contribuyen a la conformación de nuevas comunidades, clasificadas por las autoridades del planeamiento físico de la ciudad como barrios periféricos y precarios(9). En esta relación entre inmigración espontánea no controlada y la formación y crecimiento de las comunidades urbanas no planificadas se observan tres patrones fundamentales:
- Asentamientos aislados en áreas cultivables próximas o en los límites urbanos, de difícil acceso y con carencia total de infraestructura técnica y servicios básicos.
- Asentamientos concentrados en comunidades con determinada consolidación y existencia parcial de infraestructuras técnicas y servicios básicos, a partir de vínculos familiares y de vecindad.
- Asentamientos aislados y continuos en comunidades urbanas no planificadas con determinada consolidación, formando con el tiempo nuevos asentamientos al interior.
Durante el período comprendido entre 1970-1990 se forman más de 20 comunidades urbanas no planificadas en todas las direcciones de la ciudad de Guantánamo, asociadas a los procesos de inmigración espontánea no controlada, lo que ocurre fundamentalmente en los límites de la provincia. Hasta 1993 ya se observaba un incremento de 5 de estas comunidades, además de la permanencia de las ya establecidas, sumando unas 25 comunidades urbanas no planificadas en la ciudad cabecera provincial con una población de 20 954 habitantes en 5 096 viviendas(10).
En estas comunidades la mayoría de las viviendas fueron construidas con recursos propios sin tener en cuenta las regulaciones técnicas, utilizando incluso materiales de desecho. La disposición espacial de estas viviendas no permite el trazado regular de calles, muchas de las que aún se mantienen sin pavimentar. Se caracterizan además por la carencia de servicios de acueducto y alcantarillado, de electricidad y por deficientes condiciones higiénico-ambientales. En opinión de los especialistas de las direcciones municipal y provincial de Planificación Física, estas comunidades están ubicadas en zonas bajas donde el drenaje superficial es deficiente, con presencia de estructuras de fallas plegadas y la presencia de arcilla expansiva, por la sobresaturación del suelo. Además, se ubican en la franja de protección del río donde predomina el suelo aluvial propio de esas áreas, lo que implica un alto grado de vulnerabilidad a las inundaciones en épocas de intensas lluvias.
Los habitantes de estas comunidades, independientemente del lugar de procedencia, confrontan por igual las condiciones de "precariedad infraestructural", las que no solo impactan en el planeamiento, la imagen y el funcionamiento de la ciudad, sino que constituyen un problema para la calidad de vida de sus habitantes, además de implicaciones en la salud comunitaria.
Por estas razones, además de la ubicación de muchas de estas comunidades en zonas de inundación, en 1986 se decide por las autoridades del municipio Guantánamo la erradicación de algunas de ellas(11); aunque este proceso no mostró el éxito acorde a los resultados que se esperaban; en el presente aún persisten estas comunidades con incremento de su población y en similares condiciones ambientales.
Todo ello explica el impacto de los procesos de inmigración tanto en el orden estructural como en la subjetividad de estos grupos, no solo en el plano de las relaciones individuales-familiares, sino también en el orden estructural-cultural a partir de la interacción con las instituciones encargadas de normar el planeamiento físico de la ciudad y con grupos sociales de diversos referentes simbólicos. Así, estos grupos enfrentan determinadas resistencias a su inserción, desde las regulaciones estatales sobre la legalidad de vivienda, la relación desigual centro-periferia y el etiquetaje social desde la mirada de los residentes urbanos del centro de la ciudad.
Desde la visión institucional externa la formación de estas comunidades implica precariedad, problemas medioambientales por sus ubicaciones en zonas bajas, próximas a los ríos (Bano, Jaibo, Guaso), con peligro de inundación, por la proliferación de enfermedades trasmisibles, por las prácticas sociales en el manejo de las aguas contaminadas, por la carencia de servicios de acueducto y alcantarillado, por las viviendas con estados constructivos deficientes y por la reproducción de prácticas rurales (visión estigmatizada) o ruralización de la ciudad.
Para los residentes de la comunidad Palmira el cambio constituye una ventaja por la proximidad a la ciudad, lo que les facilita el acceso a la red de servicios urbanos, sobre todo los de salud. La totalidad de los entrevistados identifican la proximidad al Hospital General como la mayor de las ganancias al residir en la comunidad. Al mismo tiempo reconocen como ventaja la relativa corta distancia del centro de la ciudad. Perciben la comunidad como espacio de bienestar, solidaridad, equilibrio y tranquilidad; como posibilidad para la formación de las familias (nucleares), dado el déficit del fondo habitacional en el resto de la ciudad. Así lo evidencia el testimonio ofrecido por Urbano Rojas, uno de los fundadores de Palmira:
porque esto es un lugar muy cercano a la ciudad, tú tienes la parada de la guagua ahí mismo en la entrada, no es lo mismo vivir en Santa Catalina, que tiene un hospitalito, pero no es lo mismo tú vivir allí y que te dé cualquier cosa que sea de urgencia, y haya que remitirte para Guantánamo, y a veces no hay una ambulancia, o a veces está lloviendo y no hay quién entre o salga de esos lugares. Te puse un ejemplo de Santa Catalina que está ahí mismo como quien dice, ahora imagínate en Caridad de los Indios, o en Viento Frío; no es lo mismo que estar a cuatro pasos del hospital, que hasta a pie tú vas si puedes caminar; quieres ir al Coppelia, coges la guagua ahí mismo en la entrada, y si quieres ir a un restaurante pues también te vas, por eso es que la gente que viene son fundamentalmente de la parte montañosa de los municipios que son los que más trabajos pasan para estas cuestiones que te digo, diría yo buscando mejor forma de vida, a veces en la parte montañosa tú no tienes una energía eléctrica, a veces cocinas con leña, después que llega del trabajo lo que te queda es dormir, y aquí no, aquí tú tienes más diversión, te puedes ir para el cine, te puedes ir para un restaurante, puedes entrar a tiendas que hay más en la ciudad que en cualquier municipio, te puedes sentar en el parque a recrearte o a conversar con un amigo, y cuando quieres regresar a la casa solo esperas la guagua, o si está cercano vienes a pie, también las posibilidades de trabajar en algo distinto, que no sea el trabajo campesino, el campesino le está huyendo a la producción, está yendo para el pueblo (Urbano)
Los pobladores significan, además, como ventaja, el escaso tránsito de vehículos y personas extrañas por la comunidad ("en el barrio todos se conocen"), lo que facilita la convivencia; es usual el reconocimiento entre los vecinos por las familias de origen. Otro componente de relevancia en la percepción de la comunidad por sus vecinos es el liderazgo: el líder de la comunidad es reconocido como figura de autoridad, por su capacidad de gestión y movilización.
A partir de los datos obtenidos en el muestreo y los registros etnográficos se constata la existencia de concentraciones residenciales al interior de la comunidad, lo que ha sido considerado como uno de los hallazgos fundamentales de la investigación. Este proceso de concentración residencial es clasificado operacionalmente, a propósito de la presente investigación, como conglomerados familiares o de paisanaje, lo que está asociado fundamentalmente a patrones de procedencia común (paisanaje) y de parentesco.
Las ventajas que resultan de la formación de conglomerados de paisanaje o parentesco en los inmigrantes, se manifiestan fundamentalmente en la primera etapa de residencia en la comunidad. Las redes de apoyo que se derivan de antiguos vecinos, amigos y parientes ya asentados les permiten a los inmigrantes atenuar el impacto de la llegada, facilitando la adaptación. No obstante, contiene el riesgo potencial de limitar las posibilidades de interacción con otros grupos residenciales ya establecidos en el sitio de acogida. Asimismo, puede conllevar a situaciones de inmovilidad social, que perpetúa la condición de desventaja inicial.
Por otra parte, se observa en la inmigración una relación estructural entre niveles de asentamiento de origen y destino, lo que responde a procesos de movilidad social aparejados a los procesos migratorios. Esta relación estructural observada en los inmigrantes entre niveles de asentamientos de origen y destino responde a procesos de movilidad social aparejados a los procesos migratorios.
El desplazamiento entre asentamientos de similares jerarquías político-admirativas, con similitudes infraestructurales y socioeconómicas, parece facilitar la adaptación y la inserción de los inmigrantes, pues los que proceden de los asentamientos rurales, trasladan a la comunidad de destino la lógica de posicionamiento y el relacionamiento social propias de las comunidades de origen. Este proceso de relación entre la inmigración y la estratificación social, observada en las primeras etapas del asentamiento en las comunidades de destino, parece limitar las posibilidades de movilidad social ascendente, propósito que subyace en las intenciones de los inmigrantes.
La comunidad Palmira. Estudio de caso
A partir de los resultados de la encuesta aplicada durante la fase exploratoria, y la posterior aplicación de las entrevistas en profundidad -y en específico los relatos de vida de algunos de los fundadores de la comunidad- se corrobora que la formación y consolidación de Palmira está asociada al proceso de inmigración urbana, aunque no está formada exclusivamente por personas que provienen de comunidades rurales de otros municipios de la provincia.
yo conozco bien toda la historia de la vida de Palmira. Se fundó en el mismo tiempo en que yo vine a vivir para acá, en el año 80, que era cuando yo, que en ese tiempo como yo le expliqué daban por la televisión aquel episodio de Juan Quinquín y Pueblo Mocho, y los alcaldes, uno en Palmira y otro en Pueblo Mocho y la gente se apoyaron en eso para darle nombre al nuevo barrio. Primero se metieron en Pueblo Mocho y después en Palmira, toda esta área de aquí se llamaba "El Cordón Caribe". La idea del nombre yo no sé de quién fue, pero yo sí sé por dónde comenzó; aquí había una mujer llamada Cira Pérez Rojas, ella trabajaba en el cordón, y no tenía donde vivir y le hicieron una casita, después eso fue una explosión lo que sucedió cuando ella hizo la casita ahí, aparecieron un montón de gente y comenzaron a armar sus casitas...yo lo que sé es que ella fue la primera que vino ilegalmente a armar su casa y después vino la explosión, lo mismo de la gente de aquí que de otros municipios, como le dije anterior, vino gente de El Salvador, siempre de la parte campesina, guajiros como les decimos, otros de Manuel Tames que sería el segundo en cantidad, otra gente que abunda son los que vinieron de La Tagua y Santa Catalina, los Tubos, que antes pertenecían a Guantánamo, que ahora son de Manuel Tames también, de todos esos lugares vinieron en una manada que no sé cómo llegaron.. (Urbano) (12)
De los residentes en Palmira, solo el 1.3% pueden ser considerados autóctonos, pues nacieron en esa localidad entre los años 1965 y 1980, antes de su conformación como comunidad, mientras que el 19% nacieron en la comunidad a partir de 1986.
El 79.7% son inmigrantes desde diversas procedencias, cuyos desplazamientos comienzan a partir de los años 80, proceso que se sostiene hasta la fecha. De ellos un 48.5% proceden de la propia ciudad de Guantánamo. Los que proceden de asentamientos rurales (franja de base), o de asentamientos de base urbanos suman un 50.7%, al incluir los desplazamientos ocurridos desde otros municipios de la provincia Guantánamo y desde asentamientos rurales y de base urbanos de otras provincias, específica-mente desde Santiago de Cuba(13).
En el análisis del origen de los desplazamientos se definen siete períodos con intervalos de cinco años, exceptuando el período inicial (1970-1980), referido al proceso de formación de la comunidad, en el que la inmigración es incipiente (solo un 5% del total de los desplazamientos ocurridos).
En este orden los datos obtenidos describen, en general, un crecimiento sostenido con variabilidad en cada período. Se observa como tendencia el predominio de los desplazamientos procedentes de otros municipios de la provincia hasta el año 2000, en que comienza a decrecer.
En cambio, a partir de este momento se incrementan los desplazamientos ocurridos desde varios puntos emisores de la propia ciudad de Guantánamo, alcanzando en el período 2006-2010 casi el 18% del total de los desplazamientos ocurridos en 30 años.
A partir del análisis de la incidencia de la familia como variable relacionada con los procesos de inmigración, se corrobora que el 66.4% de los inmigrantes encuestados se desplazan con sus familias, con matrimonios ya formados y el 32.3% forman familias luego del desplazamiento; estos últimos resultan puentes de atracción a personas no residentes en la comunidad. Muchas de estas nuevas familias son de procedencias múltiples, incluyendo los nacidos en la comunidad con personas de otros municipios.
De los matrimonios formados antes del desplazamiento, solo el 19.4% son de procedencias diferentes (matrimonios o familias mixtas), predominando la relación rural-rural, por encima de la ciudad-rural y ciudad-ciudad. De los matrimonios formados luego del desplazamiento, cuando alguno de los cónyuges ya residía en el barrio, el 90.4% son de procedencias diferentes (matrimonios mixtos); estos, en un 59.4%, resultan de segundas nupcias -familias reconstituidas y reensambladas. Así no solo se observa mixtura en cuanto a la procedencia en los matrimonios formados, sino también en cuanto al tiempo de residencia en la comunidad.
A partir del muestreo aplicado, se constata la coexistencia de personas de orígenes residen-ciales diferentes, desde 8 municipios de la provincia Guantánamo, más los que refieren proceder de Santiago de Cuba, Holguín, Matanzas y La Habana. Acorde a los asentamientos, se registra la procedencia desde 26 asentamientos rurales diferentes, 4 asentamientos urbanos (cabeceras municipales) y 9 puntos emisores desde la propia ciudad de Guantánamo, lo que suman 39 orígenes diferentes.
Se constata además la formación de patrones de concentración residencial en conglomerados familiares y de paisanaje, (Comas y Pujadas, 1991)(14); en muchos casos la concentración residencial se manifiesta como estructuras poli-residenciales contiguas(15). Esta manifestación extrema de conglomerados familiares ha sido observada en familias procedentes de asentamientos rurales de El Salvador y San Antonio del Sur, cuyas residencias en la comunidad datan de hace más de 20 años.
.esos López-Barriento eran familias todos, como 13 familias que todos eran parientes e hicieron las casitas pegados unos a otros, otros vinieron de Caridad de Los Indios. Las primeras personas que yo conocí aquí, son de la Caridad de Los Indios lo que bajó de la Caridad de los Indios también fue una explosión . Aquí hay una familia que ha predominado mucho tiempo, que son los Vicet, son unos cuantos, eso era un chorro lo que había ahí, todos hicieron las casitas juntas también, cuando yo los conocí vivían ya todos juntos, creo que todos vinieron al mismo tiempo. Después crecieron con los hijos, los nietos y lo que han hecho es un familión y están ahí. Ellos son de piel mulata. Los hijos siguieron haciendo las casas cerca, pegadas a las que ya estaban Del Valle de Caujerí vino otro grupo, esos no vinieron en manada, vinieron poco a poco pero vino una gran cantidad, también eran familia, entre esos está la familia de Raúl Fuentes, está Silvano, que es pariente de Raúl, vivían cerca allá y vinieron a dar aquí juntos, se le agregaron aquí los Gamboa, los Terrero y los González, que también bajaron de esa vuelta, esa mezcla vino de El Valle y todos fueron haciendo sus casitas cerca unos de otros (Urbano)
La construcción de la identidad colectiva y su relación con la formación de la comunidad
El estudio en Palmira, permitió la comprensión, no solo de la percepción de "la comunidad como un buen lugar para vivir" expresada por sus vecinos, desde las nociones de tranquilidad, la solidaridad y la sociabilidad; sino también se demuestra el fuerte sentido de pertenencia y las relaciones de colaboración, lo que indica un proceso de formación de la identidad colectiva, como sostén de cohesión comunitaria.
los que vinieron de otros municipios eran fundamentalmente personas del campo, usted sabe que las personas del campo son más, como le diría, más nobles, más honestas, más sociables que las personas de la ciudad. Muchas de las personas que viven ahí mismo, en un edificio, no se conocen, a veces son vecinos y no se conocen o casi no se tratan, no conversan. Aquí todo el mundo se conoce unos a otros, eso es característico en Palmira, yo no veo diferencia entre las personas que vienen de un lugar o de otro, ya le digo no importa de dónde haya llegado la gente, ni cuándo llegó, aquí todos somos palmireños y no hay diferencias, y si es porque somos del campo, menos diferencias, porque yo creo que las costumbres de todas las gentes del campo son las mismas, y si no son las mismas se parecen, y tú no notas diferencias incluso la gente que viene de la ciudad, se adaptan enseguida a la vida del palmireño (Urbano)
Las dinámicas relacionales y de interacción social contenidas en el proceso de formación de la identidad colectiva (comunitaria), se construyen desde dentro, como protección frente a la dinámica urbana que impone celeridad, individualización y des-identización.
El proceso de formación del sentido de lo comunitario como expresión de identidad colectiva en Palmira transita desde el asentamiento inicial de varias familias de orígenes residenciales diferentes -en una primera etapa- y la formación inicial de conglomerados familiares o de parentesco y estructuras poli-residenciales contiguas.
En una segunda etapa, que puede clasificarse como de expansión o crecimiento, se amplían estos grupos o conglomerados familiares por el efecto llamada a otras personas y familias del propio lugar de origen (relaciones de vecindad o paisanaje), en un proceso de fusión (incorporación). Esta etapa constituye la base para la formación de la comunidad, aunque no significa un momento de consolidación de la identidad comunitaria, pues el sentido de pertenencia se circunscribe a los grupos o conglomerados familiares y paisanaje.
Luego sucede un proceso de fisión (separación)(16), dando lugar a una tercera etapa, crucial en la formación del sentido comunitario, en la que se tornan difusos los límites de los grupos o conglomerados familiares y paisanaje, catalizado por la formación de nuevas familias por matrimonios mixtos -de orígenes diferentes- y los nacimientos.
Por último, en una cuarta etapa, definitiva en el reconocimiento de la identidad colectiva, ocurre un nuevo proceso de fusión, mayormente caracterizado por la integración, de todos los grupos iniciales y su estructuración como comunidad. En esta etapa, los límites de los grupos o conglomerados familiares y de paisanaje, que distinguían el relacionamiento social en el barrio en sus dos primeras etapas, y se tornaban difusos ya en la tercera etapa, ahora quedan borrados completamente ante la formación de una identidad colectiva, en su dimensión comunitaria.
Debe significarse que la construcción de la identidad colectiva en su dimensión comunitaria, como sentido de pertenencia y cohesión comunitaria, es excluyente e incluyente al mismo tiempo, los nuevos vecinos de la comunidad, independientemente de los lugares de origen, son acogidos como miembros de la comunidad, por asimilación (incorporación), como lo describe el nuevo caserío formado al interior de Palmira, entre el 2012 y el 2015, que fue nombrado por los propios vecinos como El Tiradero. Con respecto a estas personas, tanto el líder comunitario como los residentes de la comunidad los consideran como palmireños, integrándose a la dinámica y funcionalidad relacional de la comunidad, aun cuando su situación residencial no está legalizada. Sin embargo los residentes de los edificios construidos por el Estado en terreno ubicado dentro de los límites del barrio no son considerados de la misma forma.
La significación social y cultural de los movimientos migratorios clasificados como espontáneos - no controlados
La alta significación social de las migraciones internas y su impacto en el desarrollo social han suscitado múltiples intentos por definir modelos teóricos que ofrezcan orientaciones y proposiciones básicas para su interpretación, así como de los procesos a ellas vinculados. A su vez han contribuido a que las instituciones gubernamentales proyecten acciones y medidas en materia de políticas de migración interna en las direcciones más convenientes para el proceso de desarrollo a escala territorial.
En este contexto el estudio de los procesos migratorios internos, específicamente los desplazamientos desde áreas rurales hacia las ciudades, ha venido cobrando importancia en las últimas décadas, sobre todo por la necesidad de comprender sus consecuencias en el orden socio-estructural y sociocultural, tanto para el desarrollo a escala territorial, como para la calidad de vida y la subjetividad de los inmigrantes.
En Cuba se han realizado intentos institucionales por establecer estrategias de inserción para la protección social de las poblaciones que desplazan su residencia a escala nacional o territorial, desde estructuras político administrativas de menor desarrollo hacia otras de mayor desarrollo (Ciudades Capitales). Sin embargo, aún persisten limitaciones tanto en las acciones gubernamentales como en las desarrolladas por los científicos sociales para comprender la dinámica de la inmigración urbana, y en consecuencia aplicar medidas efectivas para la inserción social de los inmigrantes.
Dichas limitaciones pueden ser resumidas en la invisibilidad de la problemática de los inmigrantes urbanos y de las comunidades urbanas no planificadas, la no contemplación de estas en los planes de crecimiento infraestructural de la ciudad y la visión estigmatizada de que los inmigrantes, específicamente los que responden a la clasificación de espontáneos no controlados, constituyen una carga para la ciudad, y son responsables de la formación desordenada de dichas comunidades y de sus consecuencias medioambientales e infraestructurales. Aún no se concibe la problemática desde sus matices de integración, desde las ventajas y oportunidades que puedan resultar de la relación entre inmigración (incluyendo la espontánea no controlada) y la ciudad.
En el caso cubano, los inmigrantes internos no necesariamente enfrentan el desafío de asimilación en torno a las identidades étnicas, o las culturas regionales y locales, pues las variaciones en este sentido no suelen ser significativas entre regiones del país, mucho menos dentro de una misma provincia. De esta forma los inmigrantes son portadores de marcadores identitarios comunes a las personas que habitan la ciudad de destino. En cambio sí enfrentan los desafíos de la asimilación desde las dinámicas de la estratificación social, donde las categorías sociales en las que se encuentran ubicados están sujetas a modificación como resultado de las interacciones sociales en la ciudad de destino (Rubio, 2011).
Con frecuencia las comunidades urbanas no planificadas son representadas, desde la visión institucional y desde el imaginario popular, como el lugar de asentamiento de las personas que proceden del "campo". En cambio la investigación realizada en la comunidad Palmira demuestra que alrededor del 48% de sus habitantes se desplazan desde diferentes áreas residenciales de la propia ciudad. Esto nos lleva a observar la problemática social con mayor inclinación hacia la periferia urbana que hacia los propios inmigrantes: ser inmigrante no necesariamente constituye un problema, pero residir en una comunidad urbana no planificada, en condiciones de precariedad, definitivamente conduce a varias problemáticas sociales asociadas.
Estas comunidades usualmente son representadas como extensiones "no legales" de la ciudad, cuya situación residencial se caracteriza por el déficit o ausencia de las infraestructuras básicas. No poseer vivienda dificulta las posibilidades de inserción al igual que la posesión o edificación ilegal de las mismas, en condiciones constructivas deficientes.
La mirada estigmatizada sobre los inmigrantes los hace "responsables" de la llamada ruralización de la ciudad(17), proceso que se hace más evidente en los años críticos del período especial (1991-1996) como consecuencia de la crisis económica y su impacto en la producción de alimentos.
No obstante, los inmigrantes contribuyen al sostenimiento económico de la ciudad al fortalecer la producción de alimentos en los proyectos de agricultura urbana, desde sus prácticas con animales, frutas, vegetales, plantas medicinales, etc.; así contribuyen a la cultura alimenticia y gastronómica de los residentes urbanos, al tiempo que incorporan diversos registros lingüísticos y comunicativos, habilidades sociales y comerciales propias de la dinámica urbana.
La observación sistemática de estas prácticas posibilitaría el desmontaje de las representaciones estereotipadas que se tejen desde el imaginario social, al considerarlas como prácticas únicamente portadas por los inmigrantes de origen rural, pues muchas personas residentes autóctonos de la ciudad las asumieron como alternativa de supervivencia en los años del "período especial" y aún la mantienen, incluso se incorporan nuevos practicantes por sus ventajas económicas.
Conclusiones
Los procesos de inmigraciones espontáneas no controladas en la ciudad de Guantánamo, ocurren preferentemente hacia las comunidades urbanas no planificadas, ya establecidas por procesos migratorios anteriores, y hacia las áreas cultivables próximas a la periferia de la ciudad. La lógica observada con respecto al establecimiento residencial, luego del desplazamiento de estos inmigrantes urbanos, está asociada a patrones de procedencia común, de sociabilidad y parentesco, observándose la tendencia en el desplazamiento entre asentamientos de similares jerarquías político-administrativas, con similitudes infraestructurales y socioeconómicas.
El impacto cultural de la inmigración urbana, tanto para los inmigrantes como para los residentes autóctonos de la ciudad puede ser diverso, incluso teniendo en cuenta la categoría social en que se ubique el inmigrante, por ello la relación entre inmigrante y ciudad no suele tener la misma significación cuando observamos inmigrantes urbanos que responden a la clasificación de migración dirigida o espontánea controlada, que cuando observamos a los inmigrantes espontáneos no controlados, siempre que estos últimos sean estigmatizados como los principales contribuyentes en la formación y crecimiento de comunidades urbanas no planificadas.
A partir de los registros etnográficos logrados en la comunidad Palmira, se constata el uso de estrategias de adaptación e inserción al nuevo escenario de interacción a partir de la formación de conglomerados de paisanaje (personas conocidas o vecinos de procedencia común) o a partir de relaciones familiares o de parentesco), lo que les permite a los inmigrantes reproducir sus prácticas en la comunidad de acogida sin grandes riesgos, mientras que interactúan con otras familias, grupos de otros orígenes, con el entorno general de la comunidad y con el entramado de relaciones urbanas que propone la ciudad. Con ello incorporan nuevos atributos identificativos.
La situación del inmigrante espontáneo no controlado, categorizado como ilegal, de bajos recursos culturales y económicos, limita las posibilidades de redimensionamiento de la identidad cual recurso de integración hacia la ciudad; vista esta última como contexto más amplio y dinámico, más allá de lo que ofrece la comunidad como colectividad, o los conglomerados familiares y de paisanaje, formados en la etapas iniciales de la llegada a la comunidad de destino, como sub-colectividad. De esta forma las pertenencias que resultan visibles y expresadas están relacionadas con la familia, el lugar de origen y la comunidad.
No obstante, los registros obtenidos durante el trabajo de campo en la comunidad Palmira indican que tanto la concentración residencial en conglomerados familiares y de paisanaje, como la reproducción del relacionamiento social anterior, terminan por ceder ante el proceso de consolidación de la comunidad y la construcción de la identidad colectiva como factor de cohesión comunitaria, en la que se establecen nuevas formas de relacionamiento e interacción social.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Comas D´ Argenir, D. &Pujadas Muñoz, J. J. (1991). Familias migrantes: Reproducción de la Identidad y del sentimiento de pertenencia. Papers. 36, 33-56.
Espronceda Amor, M. E. (2001). Parentesco, Inmigración y Comunidad. Una visión de caso haitiano. Guantánamo: Editorial El Mar y La Montaña.
Montes Rodríguez, N. (2008). Distribución espacial y migraciones en Cuba: fin de un siglo y comienzo de otro. Revista Temas, 56. 78-84.
Morejón Seijas, B. (2007). Características Diferenciales de los Migrantes Internos en Cuba.Revista Especializada en Temas de Población, 3 (6). Disponible en http://www.cedem.uh.cu/Revista/portada.html.
Rubio Méndez, D. (2011). La fuerza del capital simbólico en la inserción social de inmigrantes urbanos. En Contribuciones en las Ciencias Sociales, Artículo en línea, disponible en http://www.eumet.net/rev/cccss/16/drm.html.
ENVIADO: 08/03/2016
ACEPTADO: 20/06/2016
MSc. David Rubio Méndez. Facultad de Educación a Distancia, Universidad de La Habana, Cuba. Correo electrónico: drubio@fed.uh.cu
NOTAS ACLARATORIAS
1. Inmigrantes espontáneos no controlados. Esta clasificación responde a una tipología de migrantes cuyas características están condicionadas socio-estructuralmente, pues no poseen los recursos económicos y culturales necesarios para establecer su residencia de manera estable en la ciudad escogida como destino. Entre las características fundamentales se relacionan: el desplazamiento en grupos familiares y el asentamiento en áreas periféricas de la ciudad donde ya se han establecido grupos con características similares, proceden fundamental-mente de asentamientos rurales y el promedio de escolaridad oscila entre el 6to y el 9no grado regularmente. El término no controlado obedece a que en la mayoría de los casos no coincide la dirección expuesta en su carné de identidad y el registro de OFICODA con la dirección de la residencia actual. Todo ello como consecuencia de que estas personas, al fijar sus residencias en comunidades emergentes, construyen sus viviendas con escasos recursos, al margen de las regulaciones urbanísticas; esto dificulta el proceso de legalización de las mismas y por ende la legalización del cambio de domicilio. Esta clasificación nos permite superar otras denominaciones como la de ilegales, que han contribuido a la construcción de un etiquetaje social negativo en torno a los migrantes internos, muchas veces expresadas en las prácticas institucionales.
2. En el presente estudio se introduce la noción de Comunidad Urbana no Planificada, para designar los asentamientos que surgen de manera espontánea en la periferia de la cuidad, aparejados fundamentalmente a procesos de inmigración. Esta misma realidad es clasificada por el Instituto de Planificación Física como barrios precarios. A los efectos, la Dirección de Urbanismo del Instituto de Planificación Física, establece que estos pueden agrupar más de 50 viviendas; no se conforman a partir de regulaciones urbanas y arquitectónicas, pues surgen de manera informal; su calidad ambiental resulta marcadamente inferior a la del contexto urbano más próximo, al que no pertenecen, ni se vinculan de manera funcional.
3. En el 2015 se registran en Palmira unas 725 viviendas, más unas 200 no registradas que constituyen el nuevo caserío levantado al interior de la comunidad, y que responde al nombre de "El Tiradero"; sumando en total unas 925 viviendas. En cuanto a la población registrada hasta el 2015 es de 3236 habitantes, sumando unos 1200 habitantes aproximados, no registrados, asentados en "El Tiradero", procedentes en un 68% de los asentamientos rurales del municipio El Salvador. Un 20% de los asentados en El Tiradero responde a personas nacidas en la Comunidad, que buscan espacio para construir una vivienda propia y hacer sus familias; el restante 12 % responde a los desplazamientos ocurridos desde la propia Ciudad de Guantánamo hacia Palmira. En total la población de Palmira suma en el 2015 unos 4436 habitantes aproximadamente.
4. Los inmigrantes haitianos se asentaron fundamentalmente en las áreas rurales de la provincia con relativa desventaja socio estructural con respecto a la población autóctona y a otros grupos de inmigrantes por poseer capital cultural reducido, muchos de ellos analfabetos, no podían aspirar a mejor empleo que el de braceros "... aunque el haitiano al igual que otros inmigrantes caribeños viene a Cuba bajo la concepción de braceros, los definió su casi dedicación al trabajo agrícola y en menor cuantía a algunos oficios como carpinteros, albañiles, domésticos, etc. De mínima significación encontramos casos aislados de maestros e ingenieros, los que, a la voz de mejoras económicas, intensificaron el proceso migratorio que se produjo durante el siglo XX
" (Espronceda, 2001:23). Muy pocos de estos inmigrantes se asentaron en la ciudad, específicamente en los barrios de San Justo y Loma del Chivo, luego sirvieron de red de apoyo para el desplazamiento a la ciudad de muchos de los asentados, al inicio de la migración, en la zona rural.
5. "
comienza a observarse un aumento evidente de la inmigración hacia la capital, del orden de más de 40 mil personas por año, que se traduce en los incrementos ya mostrados de su saldo migratorio interno, que alcanza en 1994 la cifra de 17 mil personas y en 1996 la de 28 mil personas, valores más altos observados desde 1963 a la fecha." (Morejón, 2007:34)
6. En este período, específicamente en el año 1997, se aprueba el Decreto Ley 217 (Contravenciones de Régimen de Regulaciones Migratorias para la Ciudad de La Habana); sus acciones reguladoras sobre el proceso migratorio interno contribuyen a la disminución de las corrientes migratorias hacia la ciudad capital en períodos siguientes a su implementación., aunque no logran revertir el proceso.
7.
el efecto de la emigración sobre una población como la de Guantánamo, más pequeña en tamaño demográfico que las restantes, explica que se convierta en el territorio con mayor carácter emisor del país, expresado por el valor de su más alta tasa de saldo negativo." (Morejón, 2007:36)
8. "Parecen ser entonces, las cabeceras provinciales las situadas en el nivel preferente en relación con el volumen de recepción de los movimientos migratorios del período, especialmente en las provincias centrales y orientales" (Montes.2008:82)
9. "Barrios precarios en la Ciudad de Guantánamo". Estudio realizado por especialistas de la Dirección Provincial de Planificación Física (DPPF) en Guantánamo.2008.
10. Según estudio realizado por especialistas de la DPPF en el año 1993, y que responde al título de Análisis Urbano de la ciudad de Guantánamo, en este período se propone la erradicación de los barrios Palmira y Pueblo Mocho, excepto 19 viviendas en Palmira que por su ubicación, tipología y estado constructivo debían mantenerse; también del barrio Km. 28, de nueva creación, que por su ubicación en el nodo del kilómetro 28 del ferrocarril no permite su incorporación a la trama urbana.
11. El plan director de la ciudad de Guantánamo del año 1986, consideró la erradicación de los barrios 15 Sur, Carretillero, Raposo, Palmira, Pueblo Mocho, Confluente, Aserrío, Detrás del Pediátrico y Montesano. Datos aportados por Odalis Columbié Rivera, directora de la DPPF de Guantánamo, en el año 2008.
12. Entrevista a Urbano, líder de la Comunidad Palmira. 25 de marzo 2015.
13. Datos obtenidos a partir de la encuesta sobre los orígenes de los desplazamientos en la comunidad Palmira, aplicada en el año 2011.
14. Conglomerados familiares y de paisanaje, este concepto es aportado por Joan Josep Pujadas y Comas D´ Argemir, (1991), a partir de los estudios realizados en los barrios periféricos de la Ciudad de Tarragona. Designa la fusión de varios grupos domésticos, cuyas estructuras y funciones se asemejan al de las familias extensas, Su dinámica se muestra como una red de parientes que contribuye a solventar las dificultades y las crisis que sufren los inmigrantes durante el proceso de inserción y adaptación al cambio.
15. Las estructuras poli-residenciales contiguas designan la derivación o desprendimiento residencial a partir de una casa madre, donde los miembros del grupo de parentesco sobreviven como unidades de interdependencia funcional, en diferentes hogares interrelacionados espacialmente; sea a partir de la construcción de nuevas viviendas o por la partición de una vivienda, en forma de habitaciones separadas físicamente, pero funcionalmente unidas.
Estas fueron conceptualizadas por María Eugenia Espronceda (2000; 2001), a partir de las observaciones realizadas durante el trabajo de campo en las poblaciones descendientes de haitianos y jamaicanos en Guantánamo y Santiago de Cuba, a propósito de sus estudios en torno a las relaciones de parentesco como forma de vínculo social.
16. Los procesos de fusión y fisión, son descritos por Pujadas y Comas (1991), este último (fisión) ocurre cuando los lazos sociales que se forman como consecuencia de los conglomerados familiares (fusión) comienzan a obstaculizar las aspiraciones de movilidad social de las nuevas familias. En el estudio de la comunidad Palmira, a diferencia de lo que describen Pujadas y Comas (en el caso de Tarragona), esta fisión no ocurre fuera de los límites comunitarios, sino al interior de la propia comunidad.
17. Como evidencia de este proceso de ruralización en la ciudad de Guantánamo se tienen algunas prácticas como la crianza de caballos, ovejas y cerdos; los oficios de cocheros, la venta ambulante de verduras y frutas, etc. En la actualidad, es común observar caballos y ovejas pastando libremente en áreas urbanizadas, alejadas del centro de la ciudad como el Reparto Caribe, Reparto Obrero, San Justo, Ciudad Deportiva, Norte-Los Cocos y Reparto Pastorita, entre otros.