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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.9 no.1 La Habana ene.-abr. 2021  Epub 01-Abr-2021

 

Artículo original

Cuba: participación social y prácticas juveniles en tiempos de COVID-19

Cuba: Social Participation and Youth Practices in Times of COVID-19

Ana Isabel Peñate Leiva, Dra.1  * 
http://orcid.org/0000-0001-7498-7379

Giselle Armas Pedraza, MSc. 1 
http://orcid.org/0000-0002-7643-9533

Marta Rosa Muñoz Campos, Dra.1 
http://orcid.org/0000-0001-7020-6635

Danay Díaz Pérez, MSc1 
http://orcid.org/0000-0002-9988-4314

Sofía Porro Mendoza, Dra.1 
http://orcid.org/0000-0002-2872-0670

1Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Universidad de La Habana, Cuba

RESUMEN

El presente artículo da cuenta de algunas experiencias llevadas a cabo por adolescentes y jóvenes cubanos durante los primeros meses de la pandemia de la COVID-19 (marzo-agosto 2020), a partir de su integración en organizaciones juveniles instituidas, como la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS); otras vinculadas con organizaciones que actúan en el ámbito comunitario, como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), y un tercer grupo de carácter más espontáneo. Para todos los casos se realiza una lectura de los aprendizajes aportados por estas prácticas. Asimismo, se ofrecen resultados preliminares de la investigación: Trayectorias y prácticas juveniles en tiempos de la pandemia de la COVID-19, que forma parte de un proyecto de carácter regional, en el que participan varias unidades académicas de FLACSO en América Latina y el Caribe. Entre estos se destaca la participación activa de las poblaciones jóvenes en el enfrentamiento a la pandemia, así como los cambios y ajustes que han tenido que realizar en sus prácticas cotidianas.

Palabras clave: participación social; prácticas juveniles; Cuba; COVID-19

ABSTRACT

This article deals with some experiences developed by Cuban adolescents and young people during the beginning of the COVID-19 pandemic (march-august 2020) from their integration into youth organizations such as the Union of Young Communists, the University Student Federation and the Hermanos Saiz Association; other community organizations such as the Committees for the Defense of the Revolution and the Federation of Cuban Women, and a third group of a more spontaneous nature. There is in every case a reading of the lessons learned from these practices. Likewise, preliminary results of the research are offered: Youth trajectories and practices in times of the COVID 19 pandemic, which is part of a project in which several academic units of FLACSO in Latin America and the Caribbean are participating. Among the main results of the study is the active participation of young populations in the cooling to the pandemic, and the changes and adjustments they have had to make in their daily practices.

Keywords: social participation; youth practices; Cuba; COVID-19

INTRODUCCION

La COVID-19 ha supuesto una ruptura en las trayectorias de vida de adolescentes y jóvenes, obligándolos a rediseñar sus prácticas en diferentes esferas de su cotidianidad, las que sin dudas están signadas por las experiencias personales vivenciadas en este período. Se ha hecho necesario repensar otras maneras de ser, sentir, estar y actuar, desde la condición juvenil; en muchos casos se han convertido en protagonistas de proyectos y prácticas diversas que trascienden lo individual, y están en función de lo grupal y lo social. Mujeres y hombres que más allá de su edad cronológica, reafirman su condición de sujetos sociales, con una alta capacidad creativa, de transformación y resistencia.

Para las Ciencias Sociales también ha significado un reto, en aras de poder identificar y profundizar los impactos de la pandemia en las poblaciones juveniles, que les permita producir y socializar conocimientos científicos que contribuyan a visibilizar a estos grupos «en sus complejas, dinámicas, contradictorias y multidimensionales trayectorias y relaciones con la sociedad» (Reguillo, 2008, p. 12) en tiempos de pandemia. Al respecto, el presente artículo adelanta resultados de la investigación: Trayectorias y prácticas juveniles en tiempos de la pandemia de la COVID-191, específicamente lo que corresponde al caso cubano.

El artículo ha sido estructurado en dos acápites. El primero de ellos ofrece una mirada a algunas de las experiencias de participación juvenil en el período de aislamiento por la COVID-19, recogidas en medios de prensa, portales digitales y canales oficiales de las organizaciones instituidas y comunitarias. Se alude a experiencias institucionalizadas llevadas a cabo desde el sistema de organizaciones políticas y sociales existentes en el país, y experiencias juveniles comunitarias, instituidas y espontáneas. En todos los casos se hace una caracterización, según objetivos y alcance de las mismas, en cuanto a grupos poblacionales y territorios, además de los aprendizajes derivados de cada uno de los modelos puestos en práctica. Se realza el voluntariado juvenil y su compromiso con los valores sociales que Cuba promueve.

Un segundo acápite refiere experiencias, vivencias y proyecciones de adolescentes y jóvenes de La Habana durante la pandemia de la COVID-19, resultados obtenidos a partir de las entrevistas en profundidad realizadas a sujetos entre 15 y 29 años, a los que se llegó a través de la técnica de bola de nieve. Fueron pesquisados aspectos como el cuidado personal y familiar, la significación del aislamiento físico, las estrategias de sobrevivencia desplegadas, las manifestaciones de violencia, el manejo del tiempo, el ocio y el acceso y uso de las tecnologías. Se inquirió, además, sobre la percepción de desigualdades sociales, miedos, pérdidas, aprendizajes y proyecciones individuales y colectivas futuras. El artículo concluye con un cuerpo de conclusiones y la bibliografía referenciada en su desarrollo.

Experiencias de participación social juvenil en tiempos de la COVID-19

Los canales de participación social juvenil fundamentales en el período de la pandemia fueron las asociaciones, instituciones, organizaciones políticas, sociales y comunitarias, que han existido históricamente y que cuentan con altos niveles de adscripción de los jóvenes, a las cuales se sumaron iniciativas comunitarias voluntarias, individuales y colectivas, que emergen en este contexto concreto, las que conceptualmente se han agrupado en Experiencias Juveniles Institucionalizadas y Experiencias Juveniles Comunitarias.

Experiencias Juveniles Institucionalizadas

Las experiencias juveniles institucionalizadas se encuentran ubicadas en los distintos sistemas del orden institucional cubano, de ahí la diversidad de identidades y alcance de sus acciones. Se identifican dos grupos en los que estas experiencias desarrollaron su actuación, por un lado, las organizaciones y asociaciones que tienen como base y sujetos a las juventudes y, por otro lado, las integradas por varios grupos etarios en las que estas participan. Cada sistema del orden institucional (político, económico, civil, ideocultural, jurídico y familiar) movilizó a sus adolescentes y jóvenes en torno a la solución de problemas surgidos o acrecentados en la pandemia. La participación estuvo dirigida, fundamentalmente, a la actividad científica, la producción alimentaria y el apoyo a la actividad sanitaria.

Entre las organizaciones propiamente juveniles, destaca la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Las actividades realizadas por esta organización en el período se enfocaron al apoyo de las instituciones en el enfrentamiento de la pandemia y a los programas de necesidad nacional, como la producción de alimentos y el ahorro de energía. En el primer caso, sus miembros trabajaron en la divulgación sobre los síntomas de la enfermedad y las medidas higiénico-sanitarias para evitar su propagación en las comunidades. Se sumaron a labores de mensajería a personas vulnerables y en riesgo de contraer la enfermedad. Prestaron asistencia en los centros de aislamiento para pacientes sospechosos o positivos, al tiempo que participaron en investigaciones y proyectos relacionados con la COVID-19. Por otro lado, actuaron en la práctica consciente en el enfrentamiento individual y colectivo a la pandemia, lo cual generó cambios en la percepción acerca de la vida, sus intereses y prioridades.

Dentro de las organizaciones estudiantiles sobresale la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), que en este período reafirma la vocación social y extensionista de la «educación superior cubana a través de la actividad comunitaria, el cumplimiento de tareas de impacto social y la participación desde el estudio u otras tareas en la solución de problemas de la sociedad» (FEU, 2020). Esta organización aportó, según los perfiles y ámbitos del conocimiento, a disminuir los efectos sociales del SAR-COV-2. Algunas de las iniciativas fueron:

  • Las Universidades de Ciencias Médicas movilizaron más de 52 000 educandos para participar en el pesquisaje comunitario2 para la detección temprana de los casos y el control epidemiológico, sobre todo en los municipios de mayor riesgo de infección, por características socioeconómicas, conducta social, condiciones de vida, entre otros indicadores (FEU, 2020).

  • Los estudiantes de las Facultades de Matemática, de la Universidad de La Habana (UH), y los de Ingeniería Informática, de la Universidad de Ciencias Politécnicas (CUJAE), así como los de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), apoyaron el diseño de modelos pronósticos para el seguimiento probabilístico del comportamiento de la enfermedad. También trabajaron en la base de datos de la aplicación Pesquisador Virtual, que colaboró con el nivel de atención primaria de salud. Por su parte, los de la Facultad de Geografía (UH), elaboraron cartografías para ilustrar la incidencia de casos en el territorio nacional.

  • Los estudiantes de la Facultad de Comunicación y el Instituto Superior de Diseño (ISDI), de la Universidad de La Habana, se enfrascaron en el diseño e implementación de campañas educativas a la población, a la vez que se insertaron en los telecentros, emisoras de radio y redes sociales, para contribuir a su difusión. Mientras que los de la Facultad de Psicología brindaron atención y orientación psicológica mediante grupos de WhatsApp constituidos para tales efectos.

Otras de las acciones estuvieron dirigidas a envasar soluciones de cloro para su distribución en las farmacias locales, confección de mascarillas y otros medios de protección, participación en los centros de aislamiento, donaciones de sangre, producción de alimentos, construcción de viviendas para su entrega por subsidio, organización del transporte público para garantizar el distanciamiento físico dentro y fuera de los ómnibus, apoyo al comercio electrónico e iniciativas en las redes sociales para ayudar a la familia en el ámbito cotidiano.

Por su parte, la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la cual agrupa «de manera selectiva y a partir de un criterio de voluntariedad a los más importantes escritores, artistas, intelectuales y promotores de toda Cuba, jóvenes de hasta 35 años» (AHS, 2020), ha promovido productos culturales de forma no presencial mediante conciertos online, recitales de poesía, teatro y galerías virtuales, con el objetivo de contribuir a minimizar los efectos negativos del confinamiento prolongado. Asimismo, la reflexión crítica fue generada a partir de foros-debates online para problematizar acerca del papel de la cultura en tiempos de pandemia.

Organizaciones y asociaciones sociales en las que las juventudes participaron en el enfrentamiento al virus SAR-COV2

Son varias las organizaciones que representan a sectores específicos de la sociedad, de carácter masivo y nacional, donde también se insertan y participan los jóvenes. Tal es el caso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la cual ha funcionado como mecanismo organizativo, además de brindar acompañamiento a la diversidad de experiencias laborales frente a la COVID-19. Entre estas experiencias se destacan, con amplia participación juvenil, la producción de conocimientos científicos sobre el virus SAR-COV2 (investigaciones, acciones de asistencia, promoción, producción de medicamentos, implementación de estrategias y políticas de seguridad social); la utilización por profesionales de los medios de novedosas formas comunicativas, lo que ha propiciado un aumento de las visitas a los sitios informativos online como Cubahora, Cubadebate, sitio web del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), entre otros.

Los trabajadores sociales brindan asistencia a los núcleos familiares vulnerables, gestionan soluciones a las dificultades encontradas en familias con bajos ingresos, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidad; mientras que los trabajadores por cuenta propia proponen nuevos productos y ofrecen servicio a domicilio para contribuir al distanciamiento social. Emergen iniciativas de orientación psicológica y soporte emocional con utilización de espacios virtuales -Psico Grupos de WhatsApp, redes sociales y páginas de Facebook-3 y líneas telefónicas de atención a la población.

A la asistencia social comunitaria se sumaron jóvenes reubicados, interruptos,4 trabajadores por cuenta propia y voluntarios que laboraron en centros de aislamiento y en instituciones para la atención a las personas con conductas deambulantes. Se logró un trabajo integrado con los distintos actores comunitarios, los jóvenes hicieron un levantamiento de los hogares e individuos vulnerables que aún no habían sido incluidos en la asistencia social y controlaron los recursos asignados a este sector de la población ante posibles hechos de corrupción y malversación. Por su parte, los trabajadores por cuenta propia generaron nuevas formas para mantener el ingreso económico.5

El ámbito religioso mantuvo su rol asistencial y espiritual en este período. Aunque no estuvieron permitidas las reuniones, se logró conservar la comunión de las iglesias y prácticas de fe con los creyentes a través de otras iniciativas (grupos de WhatsApp, boletines, llamadas telefónicas). La iglesia articuló a jóvenes practicantes y voluntarios en la ayuda a la población vulnerable, mediante su incorporación a las iniciativas comunitarias y estatales.

Las experiencias culturales de artistas jóvenes, no afiliados a la AHS, fueron diversas. Por ejemplo, Guiños desde casa y Teatro Tuyo trasladaron el teatro a los hogares para promover mensajes de bien público. Surgió también la experiencia Cine Cubano en Cuarentena, una página en la red social Facebook, donde diferentes cineastas y jóvenes realizadores cubanos han colocado algunas de sus producciones y archivos cinematográficos para su disfrute gratuito.

Aprendizajes de las Experiencias Juveniles Institucionalizadas:

  • Las organizaciones juveniles institucionales, como entidad socializadora de las propuestas definidas en el sistema, articuló el enfrentamiento a la COVID-19 con los intereses y estrategias de país. Las experiencias en este ámbito se caracterizaron por el alcance nacional de sus contribuciones y la homogeneidad de las actividades realizadas. La participación juvenil se encauzó -básicamente- a la actividad científica, la producción alimentaria y el apoyo a la actividad sanitaria.

  • Las experiencias que se trabajaron a nivel local, con sus órganos o grupos de base, permitieron movilizar actores juveniles en las propias comunidades, según las necesidades existentes. La identidad y apropiación de las juventudes con las necesidades sentidas por la comunidad es una fortaleza que la pandemia permitió apreciar.

  • Los grupos institucionales se transformaron con iniciativas juveniles que emergieron de la propia práctica social, lo que permite llenar de nuevos contenidos y objetos estas experiencias. Por su parte, las instituciones no estatales construyeron redes y alianzas con entes gubernamentales para cubrir necesidades alimenticias y de asistencia social.

Experiencias Juveniles Comunitarias

Las experiencias juveniles comunitarias las conforman el conjunto de organizaciones de bases, colectivos, asociaciones y grupos en donde las juventudes participan y trabajan por el desarrollo comunitario. Se identifican dos expresiones: instituidas (órganos de base de las organizaciones de masas, proyectos comunitarios) y espontáneas (iniciativas ciudadanas, experiencias formativas y culturales, medios de comunicación independientes).

Experiencias Comunitarias Instituidas

Los órganos de base de las organizaciones de masas tuvieron un desempeño comunitario, en específico, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). En el contexto de la pandemia, trabajaron de manera articulada para llevar las estrategias nacionales del enfrentamiento a la COVID-19 al espacio local. Los jóvenes fueron llamados a ser protagonistas del diseño y ejecución de actividades en el territorio. Para ello se conformaron 8526 destacamentos juveniles, caracterizados por un voluntariado con vocación humanista, que prestaron servicios de mensajería a personas en riesgo, la incorporación al Sistema de Atención a la Familia (SAF), el tratamiento de las dificultades presentadas por grupos vulnerables, el apoyo al sistema de salud en el nivel de atención primaria -que mantuvo la protección a embarazadas y a infantes menores de un año- y la participaron en la organización de la distribución de gotas homeopáticas, alimentos subsidiados y módulos a los adultos mayores, particularmente los que viven solos7, a las embarazadas y a las personas con discapacidad.

Las jóvenes también respondieron a las acciones promovidas por la FMC para acompañar a sus congéneres a mitigar los impactos sociales de la enfermedad. En las comunidades, generalmente las mujeres son las que asumen el cuidado de las personas dependientes debido a la cultura patriarcal, por ello se realizaron acciones para promover la corresponsabilidad en los cuidados domésticos. También se apeló a las denuncias de situaciones de violencia de género, junto a iniciativas generadas a nivel nacional8 y en la atención social a las mujeres en situación de vulnerabilidad y riesgo ante la enfermedad.

En paralelo, han tenido lugar, iniciativas, individuales y colectivas, en los espacios comunitarios que demuestran las potencialidades del poder popular. Entre estas múltiples experiencias se encuentran los proyectos comunitarios, los que al decir de Nydia González «(…) implican la expansión de capacidades humanas, individuales y colectivas, en el proceso de transformación social, soñado, planificado, conducido, ejecutado y evaluado por la propia comunidad» (González, 2010, p.144). Se citan los proyectos: Claustrofobia Promociones Literarias, en Santiago de Cuba; Voces del Audiovisual, en Gibara, Holguín; Akokán, en la comunidad habanera de Los Pocitos y el proyecto AfroAtenas, de la comunidad Pueblo Nuevo, en la provincia de Matanzas.

A la experiencia anterior se le suman proyectos comunicativos y educativos que fueron desarrollados por jóvenes, los cuales adecuaron sus métodos y objetivos para responder a las necesidades inmediatas que impuso la COVID-19. En el caso de la comunicación, varios medios periodísticos independientes (La Tizza, Postdata.club) crearon blogs, aplicaciones y artículos periodísticos que cubrieron diariamente el avance del SAR-COV2 en el país. También otros medios y sitios web como IPS Cuba y Semlac Cuba, recogieron los impactos sociales generados por la enfermedad en distintos grupos sociales como mujeres, infantes y adultos mayores. Por su parte, los proyectos educativos tuvieron la peculiaridad de trasladar sus experiencias formativas presenciales al espacio virtual, lo que constituyó todo un reto metodológico, pedagógico y tecnológico. Realizaron talleres virtuales dando continuidad a cursos presenciales, se trataron temas acuciantes en el periodo de la pandemia como el análisis del patriarcado, el feminismo, las desigualdades sociales y el capitalismo.9

Por su parte, el Centro de Intercambio y Referencia Iniciativa Comunitaria (CIERIC), coordinó el espacio virtual Jóvenes ante la COVID-19 (#JAC-19), para dar cabida a diversas iniciativas de jóvenes latinoamericanos, las que han tenido un elevado impacto en sus comunidades durante los meses de pandemia. Las acciones desplegadas incluyen desde la elaboración y distribución de alimentos, hasta la producción artesanal de medios de protección, desinfección de espacios físicos, o el acompañamiento psicológico y emocional. Entre los grupos destinatarios de estas iniciativas predominan aquellos considerados en desventaja social o más vulnerables, como las personas con discapacidad o ancianas que viven solas, las niñas y los niños y las familias de comunidades más distantes o aisladas (CIERIC, 2020)

Experiencias Comunitarias Espontáneas

Las experiencias comunitarias espontáneas aglutinan al conjunto de iniciativas que se desarrollan fuera de las organizaciones, asociaciones y estructuras del sistema de poder local. Estas poseen un carácter espontáneo, voluntario y objetivo de realización a corto plazo. En la etapa de la pandemia por COVID-19 estas agrupaciones realizaron un fuerte activismo comunitario para la entrega a domicilio de alimentos y medicamentos, así como el apoyo en cualquier gestión que implicase a personas vulnerables salir del hogar. El voluntariado juvenil se articuló al Sistema de Atención a la Familia (SAF) en la distribución de alimentos a ancianos y a otros grupos de riesgo en los territorios, iniciativa que luego fue incorporada por organizaciones juveniles como la UJC y FEU. Realizaron importantes aportes en el levantamiento de personas y núcleos familiares vulnerables en los territorios, al tiempo que controlaron que los recursos asignados a este sistema de atención social llegaran a sus beneficiarios. También ayudaron en la limpieza e higienización de los Hogares de Ancianos y en el cobro de las chequeras de personas mayores que viven solas. Asimismo, desarrollaron servicios de mensajerías de medicamentos y alimentos a estas personas.

En este período se desarrollaron varias iniciativas ciudadanas e individuales dirigidas al pueblo cubano que fueron desde la creación de etiquetas por redes sociales con mensajes de exhortación a quedarse en casa para evitar el contagio de la enfermedad, hasta creaciones artísticas compartidas desde ventanas y balcones.

Aprendizajes de las Experiencias Juveniles Comunitarias

  • Lo local y las comunidades se reafirman como el espacio más importante para la prevención y el desarrollo social. Los órganos de base de las organizaciones de masas y políticas y las experiencias comunitarias espontáneas, compartieron la misma motivación: proteger la salud de las personas en riesgo de contraer la enfermedad y las personas en aislamiento en los territorios.

  • Algunas de las características comunes de estas experiencias son: el aumento del activismo comunitario, heterogeneidad de iniciativas para asistir a personas en condiciones de vulnerabilidad y riesgo ante el virus, articulación entre los distintos actores comunitarios e instituciones para aumentar el alcance de las iniciativas, fuerte voluntariado juvenil, esfuerzo endógeno, solidario y cooperativo de la comunidad.

  • El sujeto juvenil ha podido participar en la lucha contra la COVID-19 porque estaban creados los instrumentos que canalizaron las intencionalidades, no solo institucionales sino también las autogestionadas. Las experiencias espontáneas que desarrolló la juventud en los territorios con personas vulnerables, fueron asumidas por las organizaciones políticas y de masas para ser realizadas a nivel nacional.

Experiencias, vivencias y proyecciones de adolescentes y jóvenes de La Habana durante la pandemia de la COVID-19

Características sociodemográficas de adolescentes y jóvenes entrevistados

Fueron aplicadas un total de 64 entrevistas a sujetos comprendidos entre los 15 y los 29 años de edad10 (Ver Tabla 1), con un predominio del grupo etario de 20 a 24 años. Por sexo, destacan las muchachas (44 mujeres y 20 hombres); por color de la piel, las personas que se declaran blancas (52); respecto al estado civil, los solteros con pareja (33), mientras que, por ocupación, resaltan los estudiantes (Ver Tabla 2).

Tabla 1 Distribución de adolescentes y jóvenes según grupos de edades. 

Fuente: Elaboración de las autoras según resultados de la aplicación.

Tabla 2 Distribución de adolescentes y jóvenes según color de la piel, estado civil y ocupación. 

Fuente: Elaboración de las autoras según resultados de la aplicación.

Una lectura a la ocupación ubica a los estudiantes en las enseñanzas universitaria (32), media superior (4), en sus modalidades de preuniversitario (2), Facultad Obrero Campesina (1) y Enseñanza Técnico Profesional (1), y 2 adolescentes en la enseñanza media. Entre quienes trabajan, predominan los del sector estatal de la economía (22); solo 3 se desempeñan en el sector no estatal (trabajo por cuenta propia) y 4 sujetos combinan el estudio con el trabajo.

Respecto a la zona de residencia, se reportan sujetos en 13 de los 15 municipios con que cuenta la capital: Diez de Octubre (16), Plaza de la Revolución (11), Habana Vieja y Habana del Este, 6 cada uno, Boyeros y Playa con 5 respectivamente, Cerro (4), Marianao y Centro Habana con 3 cada caso, 2 aporta La Lisa, mientras que Arroyo Naranjo, Cotorro y Guanabacoa tributan a la muestra con un sujeto por cada territorio.11

La mayoría de los adolescentes y jóvenes entrevistados percibe el estado de sus viviendas entre bueno (37) y muy bueno (16). Para 8 sujetos sus viviendas están regular, mientras que 3 afirman vivir en malas condiciones (2 de La Habana Vieja y 1 de Plaza de la Revolución).

La convivencia que revelan tener los adolescentes y jóvenes da cuenta de la diversidad de familias que ofrece hoy la sociedad cubana, en cuanto a composición, estructura y tipología. A la vez, refuerza la complejidad del fenómeno de la vivienda, que influye en que varias generaciones tengan que compartir el mismo inmueble, con las consabidas implicaciones que esto conlleva. Hay un predominio de las familias nucleares completas (26),12 seguido de las nucleares incompletas o monoparentales (13),13 fundamentalmente por vía materna. Otros tipos de familia son las extendidas, completa (12) e incompleta (12), llamadas así cuando, además de los padres, viven con otros parientes como abuelos, tíos, suegros, cuñados, sobrinos. Un joven declaró vivir solo, hecho que -para el caso cubano- no es frecuente en estas edades.

En lo referido a las prácticas religiosas, la mayoría (44) declara no profesar ninguna creencia. Entre los 20 sujetos que sí lo hacen, el comportamiento es de la siguiente manera: yoruba (12), cristiana evangélica (4), santería (2), judaísmo (1) y católica (1).

Impactos de la pandemia en diferentes ámbitos de la vida cotidiana

Al indagar acerca de lo que han hecho para cuidar su salud y la de su familia, sus respuestas sugieren conocimiento y puesta en práctica de las medidas higiénicas sanitarias que deben tomarse para evitar el contagio. En este sentido refieren: distanciamiento y aislamiento social, uso del nasobuco cuando se sale de la casa, acciones de higienización (lavado frecuente de manos con agua y jabón, hipoclorito o alcohol al 70%; lavado de ropa y desinfección de bolsos, jabas y otros aditamentos cuando se regresa de la calle; limpieza de las superficies con hipoclorito; colocación de una frazada de piso con cloro a la entrada de la casa para la limpieza de las suelas de los zapatos). También aluden a mantenerse informados sobre la situación epidemiológica del país y al cumplimiento de las medidas orientadas por el gobierno y el Ministerio de Salud Pública. Es importante destacar que algunos jóvenes refieren extremar las medidas, debido al trabajo que desempeñan, ya que tienen que interactuar con otras personas (trabajadores de la salud, oficial de aduana, trabajador de una tienda).

No obstante, el llamado gubernamental a quedarse en casa, casi la totalidad de los adolescentes y jóvenes (62 de 64) reconoció haber salido durante el tiempo de aislamiento. Las razones mayormente referenciadas fueron: para comprar alimentos y productos de primera necesidad, por trabajo y para visitar y ayudar a familiares en condiciones de vulnerabilidad. Estas razones dejan entrever la asunción de responsabilidades que implican ciertos riesgos para la salud, pero a la vez, compromiso con los ámbitos familiar y social. Con menor frecuencia se citan otras causales como la de realizar la pesquisa activa para detectar casos de COVID-19 en las comunidades (principalmente estudiantes de Medicina), visitas al médico por embarazo o problemas de salud de hijos pequeños, visitas a amigos, realizar trámites diversos y practicar deportes, esto último prohibido para la etapa de confinamiento y evidentemente incumplido.

Es un hecho que la convivencia ha estado a prueba en estos tiempos de pandemia. Las dinámicas familiares han sufrido cambios, ajustes y desajustes que mucho tienen que ver con los recursos personológicos y económicos que poseen las personas para que la armonía al interior de este ámbito no se rompa. Reconforta que, a nivel declarativo, más de la mitad de la muestra la perciba en positivo, con mayor interrelación y hasta «redescubrimientos» de todo lo que juntos pueden hacer, sin que ello signifique dar una visión idílica de la misma:

Con mis padres la convivencia ha sido agradable, nos hemos podido comunicar más y hemos podido pasar más tiempo juntos, aunque ha habido momentos de tensión por el encierro y las necesidades a las cuales la familia cubana en general y la mía se han tenido que enfrentar, sobre todo los problemas para adquirir alimentos y productos de aseo. (Adolescente mujer)

Durante este periodo las relaciones se han visto puestas a prueba debido a la interacción constante durante un tiempo muy prolongado. Hubo malos momentos como todo, pero en general la convivencia con la familia ha sido bastante armónica, ha aumentado la comunicación entre nosotros y el trabajo en grupo. Hemos distribuido las tareas de la casa entre todos y las discusiones no han pasado de intercambios de palabras sin mayor repercusión en la dinámica el hogar. (Adolescente mujer)

Para otros adolescentes y jóvenes, la convivencia se percibe: regular, complicada, desafiante, difícil, estresante, abrumadora, variable, un poco averiada, más o menos, entre otros calificativos. El periodo de confinamiento ha generado una ruptura en sus vidas cotidianas. El tiempo de socialización, antes compartido con otras áreas del desarrollo, como la escuela, el trabajo, la recreación, ahora se reduce al hogar, y a la convivencia familiar. Esta situación se experimenta con altas cuotas de malestar y tensiones, debido a la persistencia de conflictos intergeneracionales, fallas en el sistema de comunicación entre los convivientes, distribución desigual de tareas domésticas, transgresión de los espacios personales de los más jóvenes, entre otras cuestiones. Algunas de estas vivencias pudieran haber estado presentes en las dinámicas antes del inicio de la pandemia, sin tener toda la visibilidad que han alcanzado en estos momentos. Con amigos y otros familiares se han mantenido relaciones mediante las redes sociales o por vía telefónica.

Al inicio de este periodo era muy criticada por dormir hasta tarde y supuestamente no ayudar en la casa (como siempre) a pesar de fregar, lavar, limpiar y hacer cualquier cosa que me pedían; me criticaban porque no lo hacía en el tiempo que ellos querían, con la disposición que ellos querían y siempre me hacían sentir mal por no hacerlo a su manera. (Adolescente mujer)

La convivencia en algunas ocasiones se tornó complicada, tanto tiempo en casa sin mucho que hacer nos provocó más discusiones de las normales. Por otra parte, estar todo el tiempo ahí, sin poder salir a ningún sitio porque no te quieres enfermar provoca estrés y eso puede llegar a provocar inconformidades e incomodidades con las personas que tienes a tu alrededor cada día. Definitivamente el hecho de no poder tener cada uno su espacio, su privacidad, su momento a solas, hizo que muchas discusiones se dieran. (Mujer joven)

La etapa de confinamiento ha exigido que adolescentes y jóvenes readecuen sus trayectorias y busquen alternativas que les permitan continuar, aunque de otra manera, con su cotidianidad. Ello muestra potencialidades y fortalezas de estas poblaciones en el enfrentamiento a un fenómeno que ha dado un gran vuelco a sus vidas presentes y a sus proyecciones futuras. Por ejemplo, para su recreación y esparcimiento, aluden haber accedido a las tecnologías y a las redes sociales, no obstante lo elevado de sus costos, las que también le han proporcionado la interacción con el grupo de amigos, vital en estas edades, y la familia; han visto gran cantidad de películas, series y audiovisuales (ya sea por la televisión o por los productos del paquete semanal14), han leído libros, dedicado tiempo a los videojuegos y a los juegos de mesa, con el valor añadido de una interacción mayor con otros miembros de la familia, han desarrollado habilidades manuales y culinarias, practicado ejercicios físicos para el cuidado del cuerpo y la mente, escuchado música, han ido a la playa cuando se decretó la Fase 1 en La Habana,15 han pasado más tiempo con las mascotas (perros, gatos), realizado videos cómicos, dibujado, han dedicado tiempo para dormir y descansar, bañarse en la piscina de la casa, cultivar verduras, formar un dúo musical con un amigo.

Aprendí a diagramar libros; seguí desarrollando mis habilidades en hacer manualidades, que es a lo que me dedico en mi tiempo libre; arreglé mi cuarto; hice mucha repostería; muchos juegos de mesa; compré los datos móviles de ETECSA para comunicarme con mis amistades y copiar el paquete semanal, para poder ver series y películas. (Mujer joven)

He leído muchísimo, he terminado 6 libros. He visto películas de todos los géneros, series de todo tipo, programas de televisión. He utilizado los servicios de internet de ETECSA, a pesar de las deficiencias e irregularidades en el servicio: redes sociales, sitios de noticias e institucionales pues siempre me gustaba informarme, claro por fuentes oficiales y de información confiable. He visto la televisión cubana que ha estado más variada que de costumbre. He intentado fallidamente hacer alguna actividad física, dormir, comer, oír música. (Hombre joven)

También refieren realizar otras actividades en el orden de la superación personal y profesional como estudiar, prepararse para las pruebas de ingreso a la universidad, avanzar en la tesis, cursos on-line, estudiar idiomas, participar en eventos virtuales, pesquisar (estudiantes de Medicina) y trabajar (de manera presencial o a distancia). Han estado imbuidos en otras acciones entre las que sobresalen las reparaciones en la casa (pintura, arreglos, organización, decoración), labores domésticas y de cuidado (a hijos, hermanos menores, sobrinos) y conseguir productos básicos (compras online o presenciales). Es de destacar que no se aprecian diferencias en las actividades de ocio y recreación, pero sí se percibe una división sexual del trabajo que reproduce roles y estereotipos de género; las mujeres son quienes mayormente refieren empleo de su tiempo en actividades hogareñas y cuidado de otras personas.

En este periodo las actividades que más he realizado son: trabajo presencial con la frecuencia antes descrita y en la casa en la modalidad de a distancia; interacción con las redes sociales y páginas de compras online; visualización de novelas y series; preparación individual en idioma; labores de la casa. (Mujer joven)

En cuanto a los planes o metas que la COVID-19 ha impedido concretar a los sujetos entrevistados, la mayoría (40 de 64) alude a la culminación del curso escolar.16 Quedaron pospuestas las defensas de tesis de Licenciatura y graduaciones para los estudiantes universitarios; aquellos que cursan la enseñanza media (preuniversitario) no han podido realizar los exámenes de ingreso a la universidad o terminar sus prácticas pre-profesionales en el caso del estudiante de Técnico Medio. Otros planes que han quedado sin efecto han sido los viajes y excursiones (a otras provincias del país y al extranjero); compartir con pareja, familiares y amigos; celebraciones de bodas y cumpleaños; trámites legales; asistencia a oficios religiosos, eventos artísticos y consultas médicas. Hubo quien perdió opciones de trabajo y posibilidades de superación profesional; y quienes se vieron impedidos de ahorrar dinero y realizar arreglos en su vivienda.

Pasar unas buenas vacaciones, perdí un viaje al extranjero que tenía planificado hacia un tiempo. (hombre joven)

Salir con mis amistades y otras cosas que tenía planeado comprarme, pero ahora con esto no se puede estar pensando en lujos. (Hombre joven)

La COVID-19 ha hecho mucho más complejo el panorama social, familiar y personal. Los adolescentes y jóvenes identifican como los principales problemas que han tenido que enfrentar la escasez de productos de necesidad (alimentos y aseo) y las colas que deben hacer para acceder a los mismos. En segundo lugar, mencionan el encierro y el distanciamiento físico de seres queridos, lo cual les ha provocado estados depresivos o estresantes, pues su movilidad y sociabilidad en grupos se han visto altamente restringidas.

Con menos frecuencia se citan la convivencia, el miedo a enfermar y que se contagien los familiares más vulnerables, la suspensión de servicios (transporte, consultas médicas, trámites), el estrés y el cansancio laboral, el ajuste de las rutinas cotidianas, el teletrabajo, la incertidumbre con la situación epidemiológica y la reanudación de las clases, la disminución de ingresos y la pérdida de familiares allegados, situaciones de estafa, falta de agua y corriente.

Las colas, sobre todo. Es lo peor de la situación, conseguir la comida. (Mujer joven)

El transporte porque he tenido que salir muy tarde y esto me cansa tener que ir a la casa caminando (Hombre joven)

A criterio de la mayoría de los sujetos entrevistados (45 de 64), la actual situación ha hecho mucho más visible la existencia de desigualdades sociales. Destacan aquellas asociadas con la adquisición de productos básicos -alimentos y aseo fundamentalmente- donde una minoría de la población tiene acceso a tiendas en moneda libremente convertible, mejor abastecidas que las tiendas en CUP y en CUC.17 Aunque esta ha sido una medida temporal que adoptó el gobierno para la recaudación de divisas, ante la crisis económica provocada por la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo económico por la administración norteamericana, se considera un factor que ha ampliado las brechas de acceso a productos de primera necesidad.

Otras desigualdades identificadas se relacionan con el estado constructivo y/o de hacinamiento de la vivienda y las condiciones para quedarse en casa, la posibilidad de seguir trabajando o no, y el acaparamiento de oportunidades de unos pocos con relación a la mayoría de la población, traducida en la reventa de productos a altos precios. También se perciben diferencias entre el tratamiento que se le ha dado a los trabajadores del sector estatal de la economía con respecto a los trabajadores del sector no estatal, estos últimos con menos garantías laborales.

Se citan, además, desigualdades que experimentan grupos vulnerables como adultos mayores, personas con discapacidad, madres solteras y embarazadas, quienes no siempre cuentan con ayuda; desigualdades en la percepción de riesgo, donde muchos cumplen las medidas y colaboran en distintos ámbitos como voluntarios, pero otros muestran comportamientos irresponsables; familias que no tienen todas las condiciones para que sus hijos accedan a las teleclases o al repasador virtual; desigualdades en la movilidad, donde solo los que tienen auto privado pueden trasladarse a otros lugares; personas que pueden disfrutar de hoteles en Varadero y otras que no, personas con privilegios que disfrutaban de la playa y lo publicaban en sus redes sociales cuando aún La Habana no estaba en Fase 1; y los cayos, destinados solo para turistas extranjeros. Por último, también se expresan las desigualdades entre países en el enfrentamiento a la pandemia y algunos comentan que en algunas naciones los más afectados son los pobres e inmigrantes.

En estos tiempos de pandemia y confinamiento lamentablemente he sido testigo de comentarios racistas, de abuso de poder, de la fácil e inmediata manipulación de la información a través de las redes sociales y también del aprovechamiento de muchas personas de esta terrible situación para la venta de productos y servicios, por lo general al doble o triple de su costo, con la excusa de que "todo está perdido" y por tanto es más caro.

Por otro lado considero que en la capital, la provincia más afectada por la pandemia, se procedió muy pronto al desescalamiento, lo que generó no solo un rebrote de la enfermedad debido a indisciplinas sociales (las que tienen que ver con otros factores de nivel de conciencia, y socioeconómicos), sino también, un retroceso en la encomiable labor que se llevó a cabo de conjunto con el trabajo de médicos, enfermeros/as, técnicos de la salud en general, científicos, policías, periodistas, cuadros, el Estado cubano, y todas las personas que laboran en todo este tiempo para manejar la situación lo mejor posible. (Mujer joven)

De los entrevistados, 45 jóvenes expresan que su mayor preocupación en este período ha sido la pandemia en sí misma, la posibilidad de enfermar y de contagiar a su familia. El resto refiere la situación económica, la escasez de alimentos y productos de primera necesidad, la pérdida de trabajo y de ingresos, el transporte y la culminación del curso escolar.

La percepción de pérdida tiene su expresión en áreas de la vida que son vitales para la etapa del desarrollo por la que transitan: sentimientos de incertidumbre en la continuidad de los estudios, resquebrajamiento de los espacios de socialización con coetáneos, disminución de los ingresos por la pérdida-temporal o transitoria del trabajo, aplazamientos de proyectos (de estudio o de planes reunificación familiar, etc.).

Si bien el confinamiento tiene una valencia negativa para adolescentes y jóvenes, también se percibe como un período de oportunidades y aprendizajes que ha modificado su jerarquía de valores. En este último aspecto, expresan una toma de conciencia acerca del valor de la familia y los amigos, así como sobre la responsabilidad individual en el cuidado de la salud de esos otros significativos. A su vez, refieren que en este período han transformado su percepción del tiempo, reconocen la importancia de una adecuada planificación temporal, tanto para el disfrute de la vida, como para la consecución de sus planes y proyectos.

Con menor frecuencia aludieron al aprendizaje de nuevas habilidades y conocimientos como estudiar más solo, aprender idiomas, incursionar en la cocina, superarse profesionalmente, trabajar desde la casa, adquirir cultura cinematográfica y televisiva, estrategias de ahorro y planificación de la economía y hábitos de higiene. También se mencionaron otros elementos asociados a valores como crecerse ante la adversidad, ser más solidarios, disciplinados, responsables, humanos y empáticos, tener paciencia, cumplir con las medidas orientadas por las autoridades de salud, autorregular las emociones, enfrentar los problemas desde otra perspectiva, valorar la libertad y la unidad para vencer esta terrible enfermedad, valorarse uno mismo como profesional, admitir que se es vulnerable y se está expuesto a riesgos, la confianza en Dios, lo insignificante de las cosas materiales y disfrutar de las experiencias de la vida. Por último, se apuntó a lo devastadora que puede ser esta pandemia, la relatividad de las cosas, cómo pueden cambiar de un día para otro (antes de la pandemia éramos felices y no lo sabíamos) y el nivel de locura de este planeta, donde es más importante un misil que prepararnos para una epidemia como esta. Una joven universitaria refirió al respecto:

Creo que este virus se debería tomar por parte de la humanidad como una advertencia a lo mal que estamos gestionando nuestra vida en el planeta. Debemos dedicar más tiempo a hacer el bien y pasar cada minuto que podamos dedicar con nuestros seres queridos. Pero, sobre todo, cuidar el mundo un poco más, para tener bienestar y calidad de vida.

Se reconocen entre las mejores experiencias vivenciadas en este período, el tiempo compartido con familiares y amigos (ya sea de manera presencial o a través de las redes sociales). Otras se sitúan en los ámbitos laboral (nuevo trabajo, teletrabajo, otorgamiento de un vehículo, ser productivo) y escolar (pesquisar, hacer guardias con la tutora, la tesis, la graduación, ser voluntaria en el hospital Covadonga). Se reconocen, además, la unidad en tiempos de crisis, disfrutar el embarazo, hacer nuevas amistades, haber permanecido sanos, encontrar la paz con uno mismo, sacar el lado más humano que tenemos, conocer a las personas en tiempos difíciles, cumplir con las medidas sanitarias, haber estado en la Fase 1, vivir en un país maravilloso. Así mismo, citan experiencias lúdicas y de esparcimiento.

Por otra parte, las peores vivencias se relacionan con las colas y la escasez de productos básicos, el contagio o sospecha de que familiares tengan el virus (ya sea que residan en Cuba o en el exterior), la muerte de un ser querido, la separación de personas importantes (padres, pareja), el encierro durante tanto tiempo, las discusiones y la tensión en la convivencia, así como el retroceso en la situación epidemiológica de La Habana. En menor medida señalan las guardias nocturnas (médicos y estudiante universitario), las pesquisas y el rechazo de las personas al pasar por sus casas; la sensación de impotencia, la pérdida de ética y valores en las personas, la situación devastadora a nivel internacional y nacional, el ingreso de la esposa en un Hogar Materno, tener sexo con una persona desconocida, incertidumbre y el deseo de rehacer la vida diaria.

Se establece un vínculo entre lo que más quisieran hacer y lo primero que harán, toda vez que culmine la etapa de aislamiento. Destaca la necesidad de normalizar la vida cotidiana, retomar los espacios de socialización, formales o no, los planes pospuestos y algo distintivos en la idiosincrasia del cubano, el contacto físico, como expresión de su calidez humana.

La proyección de sus vidas para los próximos 5 años se enfoca, para la mayoría, en las siguientes áreas: crecimiento profesional (graduados, en el ejercicio de la profesión, realizando estudios de postgrado -maestrías y doctorados-, en otros niveles de enseñanza, principalmente en la Educación Superior), conformación de familia propia y emancipación de la familia de origen, a través de la adquisición de una vivienda y/o empleo (estatal o por cuenta propia) con altos ingresos económicos, que le aseguren estabilidad y proyectos de reunificación familiar y de pareja. Sin embargo, en 14 jóvenes se evidencia una pobre jerarquía y baja elaboración de proyectos, solo expresados a modo de deseos de un futuro mejor, cumplir con metas y aprender nuevas cosas

CONCLUSIONES

La contemporaneidad y sus complejidades exigen repensar la condición juvenil, sus fortalezas y potencialidades para enfrentar, como generación o en articulación con otras generaciones, situaciones inusuales. El enfrentamiento a la COVID-19 ha sido muestra de ello; los adolescentes y jóvenes se han reafirmado como sujetos activos en el proceso de transformación social. En la medida que fueron conscientes de su rol en la sociedad crearon, ejercieron y evaluaron iniciativas a favor de las personas en riesgo de contraer el virus.

Las necesidades impuestas por este contexto ampliaron la participación más allá de los mecanismos de gobierno y de gestión instituidos, pues incorporaron a otros actores que no están dentro de los mecanismos oficiales que ofrece el sistema político para participar, pero que pudieran contribuir, desde sus espacios, a la profundización del poder popular. En este sentido, las iniciativas y experiencias juveniles, institucionales y comunitarias, contribuyeron a fusionar la realización individual con las necesidades del proyecto social cubano, pues supieron conciliar la vocación humanista de este con la ética y los valores morales de la población juvenil involucrada.

Las experiencias juveniles, a pesar de diferenciarse por las identidades, las formas organizativas e intereses que representan, conservaron rasgos compartidos: a) su objetivo social se enfocó en contribuir al control de la enfermedad y ayudar a personas vulnerables y en riesgo de contraer la misma; b) la motivación de las juventudes fue la protección de la salud de las personas en riesgo y en aislamiento en los territorios; c) las actividades realizadas giraron en torno a la distribución de alimentos, medicamentos y cualquier encomienda que necesitasen las personas vulnerables y e) la participación juvenil se realizó en el escenario comunitario, mostrándose nuevamente como el espacio propicio de participación para la transformación social.

El período de aislamiento significó una impronta en la vida cotidiana de adolescentes y jóvenes, que les exigió buscar otras formas de ser, pensar, relacionarse y proyectarse el futuro. No obstante, los impactos negativos de la pandemia, la sensación de pérdida, los sentimientos de incertidumbre, el aplazamiento de proyectos, la complejización del día a día y de la convivencia, a nivel de la subjetividad han tenido lugar cambios positivos, que refuerzan valores de solidaridad, orientaciones prosociales, cuestionamientos del sistema-mundo. Los jóvenes perciben cambios en su concepción del mundo, y se ha despertado el interés por el bienestar social, familiar e individual, y se valorizan áreas de la vida que antes estaban naturalizadas o invisibilizadas, como son la salud, la familia, los afectos, el trabajo y el uso adecuado del tiempo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Reguillo, R. (Coord.). (2018). Los jóvenes en México. México: Fondo de Cultura Económica. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. [ Links ]

Notas aclaratorias:

11 Proyecto de investigación regional, liderado por FLACSO Brasil, al que se integran otras unidades académicas de América Latina y el Caribe (Argentina, Chile, Cuba, Ecuador, México y Uruguay).

22 Pesquisaje Comunitario: acción preventiva que se realiza en las comunidades mediante la búsqueda activa de posibles enfermos, coordinada por el Sistema de Atención Primaria de Salud.

33 Se destacan los trabajos desarrollados por la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, la Universidad Central de Las Villas, la Universidad de Oriente, la Universidad de Holguín, la Universidad de Camagüey, la Universidad de Pinar del Río, entre otras. Asimismo, la labor de la sección de orientación psicológica de la Sociedad Cubana de Psicología, la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud, y psicólogos de diferentes organismos e instituciones. Profesores de FLACSO-Cuba han desarrollado intervenciones de apoyo a cientos de familias mediante su participación en la coordinación de los Psico Grupos de WhatsApp de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y se han vinculado a un equipo de investigadoras del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello que analizan, vía WhatsApp, las prácticas cotidianas de la infancia en este contexto de distanciamiento social. La Cátedra del Adulto Mayor ha elaborado diversos materiales educativos trasmitidos por los medios.

44 La situación epidemiológica aprobó medidas laborales que requirió que los empleadores utilizaran en las actividades en que fuera posible la reubicación en otras actividades, incluidas las que necesitó el territorio y cuando no resultase posible la reubicación la interrupción laboral contando con las garantías salariales.

55 Por ejemplo, Cuber Taxi, es una agencia de transportistas privados que mantiene activos a sus empleados utilizando un servicio de mensajería de productos del agromercado y la iniciativa Corona Voluntarios Cuba (CVC), que une al sistema estatal y al privado en un registro para que los jóvenes conecten con quienes requieren colaboración en sus propias comunidades.

66 Dato extraído de la comparecencia del entonces coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Carlos Rafael Miranda Martínez, en el programa televisivo Mesa Redonda 20/5/2020. (www.mesaredonda.cubadebate.cu)

77 Según el entonces coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Carlos Rafael Miranda Martínez, más de 78 000 ancianos viven solos, a los cuales se intentó alcanzar.

88 Estas iniciativas forman parte de la estrategia integral existente en Cuba, que además de la FMC, involucra expertas de la Universidad de La Habana, la Policía, el Centro Nacional de Educación Sexual (cenesex), la Fiscalía General de la República, los Tribunales y las organizaciones de políticas y de masas para trabajar en torno a esta problemática.

99 Experiencias Formativas como La Escuela de Feminismo Popular Berta Cáceres del Proyecto Nuestra América y la experiencia Tips para De-Construirnos.

1010 Los sujetos con edades entre los 15 y los19 años clasifican como adolescentes.

1111 La muestra se obtuvo a partir de la técnica: bola de nieve o cadena y se aplicó a través de WhatsApp.

1212 Cuando conviven con madre, padre y hermano(s).

1313 Cuando falta algunos de los progenitores.

1414 El paquete semanal es una colección de material digital, distribuido aproximadamente desde 2008 en el mercado clandestino de Cuba, como sustituto del Internet de banda ancha y de la propia televisión nacional.

1515 Para la Etapa de Recuperación Post-covid-19 se establecieron fases escalonadas (1, 2, 3) con medidas de diferente alcance y ámbitos sociales para cada una de ellas (turismo, transporte, educación, servicios sociales, comercio, comunicaciones, deportes, cultura, empleo, entre otras).

1616 Muestra mayoritaria de estudiantes.

1717 cup se refiere a la moneda nacional (peso), y cuc al peso cubano convertible.

Received: September 09, 2020; Accepted: October 01, 2020

*Autor para correspondencia anamaryanabel@gmail.com

Las autoras declaran que no existen conflictos de intereses.

Ana Isabel Peñate Leiva: Elaboró la Introducción, participó en la redacción del acápite II y realizó la integración del artículo. Aportó a las conclusiones.

Danay Díaz Pérez: Procesó todas las entrevistas que sustentan el acápite II y participó en la elaboración del mismo. Aportó a las conclusiones.

Gisell Armas Pedraza: Sistematizó parte de la información correspondiente al acápite I y participó en la redacción del mismo. Aportó a las conclusiones.

Sofía Porro Mendoza: Sistematizó la información aparecida en prensa que tributa al acápite I. Participó en su redacción. Aportó a las conclusiones.

Marta Rosa Muñoz Campos: Sistematizó la información aparecida en prensa que tributa al acápite I. Participó en su redacción. Aportó a las conclusiones.

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