INTRODUCCION
Características geográficas favorables de Cuba para el desarrollo del turismo
La República de Cuba está constituida por la isla de Cuba -la mayor de las Antillas-, la isla de la Juventud y más de 2000 pequeñas islas que rodean por el norte y el sur a la principal, por lo que presenta una amplia variedad de recursos naturales e histórico-culturales de gran valor para el desarrollo del turismo (Fig. 1). Su extensión es de 110 922 km2 y tiene una población de 11,3 millones de habitantes (ONEI, 2019). Su posición geográfica cerca del trópico de Cáncer, la insularidad y la evolución geólogo-geomorfológica particular, condicionan una gran diversidad y complejidad de los paisajes del archipiélago. Su privilegiada ubicación en el Caribe Insular y Centroamérica ha propiciado que, desde la etapa colonial española, se le conozca con el sobrenombre de la Llave del Golfo. La significativa importancia geopolítica que ha tenido el país a través de su desarrollo se ha manifestado con mayor trascendencia durante los últimos 60 años, con respecto a América Latina, por sus históricas y contradictorias relaciones con su cercano y poderoso vecino del Norte: Estados Unidos de Norteamérica; a la vez, esto ha propiciado, de alguna manera, el interés de los ciudadanos estadounidenses por visitarla.
Entre los recursos turísticos de mayor interés, se pueden mencionar en sus litorales las numerosas y bellas playas de gran extensión -más de 400 km-, con arenas blancas y finas que se combinan con sectores costeros abrasivos (acantilados) y biogénicos (manglares); además de una extensa plataforma marina de 70 000 km2, con aguas cálidas y transparentes, y espectaculares fondos marinos y extensos arrecifes coralinos. Otros atractivos naturales son la presencia de fuentes de agua y fango minero-medicinales, numerosas cavernas de gran tamaño y belleza, y un sistema de áreas protegidas bien conservadas y con gran endemismo en su flora y fauna, los cuales representan el 17 % del territorio nacional. Estos recursos contribuyen a aumentar la diversidad paisajística y permiten desarrollar variadas actividades recreativas, tanto en la tierra como en el mar. A este patrimonio natural se agregan las ricas y variadas manifestaciones de la cultura cubana, su fecundo acervo histórico, sus ciudades y centros históricos patrimoniales de la época colonial, pero, sobre todo, se destacan los valores intrínsecos del pueblo cubano: alegre, sociable, solidario y hospitalario (Salinas, Mundet & Salinas, 2018).
DESARROLLO
Breve análisis socioeconómico de Cuba en la actualidad
La tabla 1 refleja, en términos generales, la compleja situación existente en la economía cubana durante 2018 y 2019, resultado de dificultades internas estructurales propias de la economía del país, que están en proceso de transformación paulatina, y de otras externas, que dependen de la situación de los mercados internacionales y de las “tensas” relaciones con Estado Unidos, las cuales se manifiestan en la esfera de la finanzas, el comercio y otros ámbitos de la economía y la sociedad, y que tienden, como resultado, a frenar el desarrollo económico de la Isla.
Leyenda: P: plan elaborado antes de la pandemia; E: estimados realizados durante la pandemia; MTM: millones de toneladas métricas; MM USD: miles de millones de dólares estadounidenses.
Fuente:Rodríguez (2020) y Rodríguez y Odriozola (2020).
Descripción del turismo en Cuba y su desarrollo
En Cuba, el inicio de los viajes con un sentido turístico tuvo su origen en la presencia de manantiales minero-medicinales en ciertos sitios geográficos, y el desplazamiento de españoles y criollos hacia esos lugares para mejorar su salud, ya desde la época colonial. En el siglo xix y la primera mitad del xx el desarrollo del turismo de Cuba estuvo en correspondencia con la historia económica y político social, caracterizada por avances y retrocesos en determinados períodos, hasta que, en 1957, llegó a constituir el principal destino turístico del Caribe Insular, con 272 263 visitantes, de los cuales el 85 % eran estadounidenses (Salinas, 2013). El desarrollo del turismo en Cuba, hasta 1959, se puede caracterizar por “[…] una falta de previsión en la dirección y administración, bajos ingresos por turista, estadías cortas, y una pobre oferta basada esencialmente en el juego, el vicio y la prostitución” (Villalba, 1993, p. 104).
Entre 1960 y 1980, Cuba prácticamente desapareció como destino turístico internacional por diferentes causas políticas. En 1962, el Gobierno estadounidense estableció la prohibición de viajar a Cuba a sus ciudadanos -que constituían el principal mercado emisor (+ 80 %)-. Se estimuló, entonces, el turismo nacional con la prioridad de dar a conocer a Cuba a los cubanos. No fue hasta finales de la década de los años 80, con la implantación del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía, que se estableció una estrategia para recuperar el turismo internacional como fuente de divisas.
La caída del campo de países socialistas de Europa Oriental, y la posterior desintegración de la Unión Soviética representó un duro golpe para la economía cubana, que perdió el 80 % de sus exportaciones e importaciones y tuvo un descenso brusco del 35 % del PIB, lo que obligó al Gobierno cubano a considerar al turismo como una alternativa para la recuperación y reactivación económica. En las difíciles condiciones socioeconómicas de los años del denominado “Período Especial en Tiempo de Paz”, se realizó un amplio proceso de construcción de nuevas capacidades hoteleras, de servicios extrahoteleros -gastronomía y centros recreativos diversos, entre otras-, y de infraestructuras de apoyo al turismo: aeropuertos, carreteras, suministros energéticos y de agua potable, comunicaciones y transportación, y una fuerte campaña de mercadeo. Además, se fomentó la participación cada vez mayor del capital extranjero en este sector. Todo esto permitió un constante crecimiento del número de visitantes (Tabla 2).
Fuente: A partir de datos de ONEI (2016), ONEI (2019), MINTUR (2018), Perelló (2016), Cubadebate (2018) y Marrero (2018).
Particularidades del Plan de Desarrollo del Turismo para 2030
Este plan, centralizado y controlado por el Estado, se fundamenta en los rendimientos económicos obtenidos de las inversiones realizadas en este sector, a lo largo de los últimos diez años, y de la aplicación de los principios de sostenibilidad ambiental (MINTUR, 2020).
Las prioridades generales consideradas en el Plan Desarrollo del Turismo para 2030 son las siguientes:
Las nuevas inversiones se ejecutarán siguiendo las condiciones de una economía de escala, en aquellos destinos turísticos más exitosos, según su porcentaje de ocupación, ingresos y rentabilidad (Fig. 2).
Las nuevas inversiones requieren estudios detallados y aprobados acerca de los posibles mercados y de su factibilidad económica, ambiental y social, los cuales deben corresponderse y estar insertados en los planes de desarrollo integral de los territorios.
Las inversiones turísticas que se ejecuten en los centros históricos de las ciudades patrimoniales deben tener un rendimiento económico superior al actual.
Como principio de trabajo, deben priorizarse las acciones para la captación de inversionistas y capital extranjero, y -de ser posible- la obtención de créditos externos, a cumplimentar a mediano y largo plazos, para el desarrollo preferencial de estas inversiones.
Incidencias de la COVID-19 en el turismo (marzo-octubre 2020)
En enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud confirmó la existencia de un nuevo coronavirus causante de una peligrosa y contagiosa infección respiratoria. Entonces se aprobó por el Gobierno cubano un Plan para la Prevención y el Control de la COVID-19, que abarcaba a todos los sectores de la sociedad. La prioridad de este plan fue la salud de la población, la protección social de los trabajadores, tanto los del sector estatal como no estatal, y la atención a la actividad económica (MEFC, 2020).
Antes del comienzo de la pandemia, en los meses de enero y febrero, el arribo de visitantes ya se había contraído en un 16,5 %. A partir de finales de marzo, el cierre de fronteras motivó que los visitantes internacionales se redujeran prácticamente a cero. La reapertura parcial del país, a partir de la segunda quincena de septiembre, significó la primera etapa de la recuperación del turismo internacional en Cuba.(tabla 3)
Según predicciones de la Organización Mundial del Turismo, así como de publicaciones en prestigiosas revistas, se espera para los próximos meses que la tendencia a la llegada de pasajeros no residentes hacia destinos turísticos, entre ellos Cuba, estará condicionada, esencialmente, por la evolución mundial de la pandemia y la disponibilidad de una vacuna efectiva para el coronavirus, que restaure la confianza de los viajeros a vacacionar sin temor a contagiarse, así como de la recuperación de la actividad económica en los países emisores.
De igual forma, incidirán positivamente las disposiciones contempladas en el plan de recuperación, anunciado por el Gobierno cubano, que contienen la implementación de estrictos protocolos sanitarios de bioseguridad en los establecimientos de servicios de alojamiento turístico, tanto estatales como privados.
Recuperación del turismo en Cuba después de la COVID-19
En enero de 2020 desde China se recibieron las primeras noticias sobre los avances de la epidemia existente, que comenzaba a tener un incremento significativo en ese país. Por parte del Gobierno cubano y sus instituciones de salud se estableció un seguimiento permanente de la evolución de la enfermedad y las medidas necesarias para el cuidado de la salud de la población. En este sentido, se puede señalar el importante desempeño de la ciencia cubana y los sustanciales aportes en el combate contra la pandemia de la COVID-19. Esto es resultado de la estrategia científica establecida -a partir de 1959- dirigida a orientar la integración interdisciplinaria de las investigaciones y la concepción del trabajo científico como un bien público al servicio del pueblo, fundamento de la política científica cubana durante décadas (Díaz-Canel &Núñez, 2020).
El plan de acciones establecido desde principios de 2020 y su implementación han repercutido de manera beneficiosa en el enfrentamiento y control de esta peligrosa enfermedad en el país, apoyado en la existencia de un sistema de salud fuerte e inclusivo y una industria biofarmaceutica nacional que ha aportado novedosos medicamentos para la atención y cura de la COVID-19 -se incluye el desarrollo actual de cuatro candidatos vacunales nacionales, en fase de experimentación en humanos-. Cuba parte de estas condiciones favorables, en lo científico y sanitario, para aplicar estrictos protocolos de bioseguridad y control en las instalaciones turísticas, y con ello brindar una imagen de seguridad médico-epidemiológica que agradecen los visitantes, las líneas aéreas y los turoperadores extranjeros.
Todo ello crea condiciones favorables para la recuperación del turismo internacional -segunda fuente de divisas del país-, que seguirá un camino largo y escabroso, lleno de dificultades internas y propias de un país pequeño en extensión, carente de recursos naturales valiosos -salvo el proveniente de su capital humano calificado-; además de otras dificultades externas -no menos complejas de superar-, como parte del histórico juego político de Estados Unidos contra la integridad de Cuba como nación.
Entonces resulta difícil realizar un pronóstico de cuánto durará este proceso de recuperación, en medio de una fuerte recesión de la economía mundial y las dificultades que afrontará Cuba para lograrlo; aunque es posible señalar que la promoción internacional deberá basarse en presentar al país como seguro. Destacar la buena calidad de los servicios prestados y promocionar la seguridad han sido elementos clave para los turistas -en el período de post-pandemia-, al decidir cuáles destinos visitar.
Los países de América Latina y el Caribe requieren medidas que alivien los pagos de los servicios de su deuda externa. A su vez, acudirán a las instituciones financieras internacionales para solicitar préstamos al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, entre otras instituciones crediticias, con vistas a salir de este período de crisis económica y social, y con esos capitales invertir en la recuperación económica, entre ellos del sector del turismo (CEPAL, 2020a). En este difícil escenario debido a esta pandemia, América Latina y el Caribe, como región, presentan una fuerte contracción económica (-9,1 %) y del comercio (-14 %) (CEPAL, 2020b).
El caso cubano resulta totalmente diferente: ninguna de estas instituciones financieras manejadas por Estados Unidos le ha prestado ni un centavo a la Isla en los últimos sesenta años. Se debe recordar que Cuba está sometida a un bloqueo económico, financiero y comercial que comenzó desde la presidencia de J. F. Kennedy, bloqueo multidimensional que se recrudeció con nuevas medidas de aplicación extraterritoriales durante la presidencia de Donald Trump, las cuales ya habían perjudicado a Cuba con disminuciones en los turistas internacionales recibidos en 2018 y 2019. El descenso sustancial del turismo internacional por la COVID-19 se estima implique una disminución de los ingresos en divisas, en 2020, de más de 1800 millones USD (Observatorio Turístico, 2020).
CONSIDERACIONES FINALES
La crisis derivada de la pandemia por COVID-19 ha impactado de forma directa y significativa a la economía cubana. El país, como uno de los principales destinos turísticos de la región del Caribe Insular, es de los territorios más afectados por el cierre total de sus fronteras al turismo internacional, desde marzo hasta septiembre de 2020, con el objetivo de controlar la propagación de la epidemia y proteger a la población nacional -que se cumplió.
Los próximos años resultarán muy difíciles para la recuperación de la economía cubana post-pandemia, en particular la del turismo. Grandes dificultades y carencias de todo tipo se avecinan para la población, a pesar de las acciones tomadas por el Gobierno y que van dirigidas no solamente a este sector, sino a lo que se considera más importante, asegurar -a corto plazo- la seguridad alimentaria de la población.