Introducción
En la era del conocimiento, el desarrollo local está relacionado directamente con la capacidad de los territorios para responder a los desafíos en un contexto mundial globalizado y competitivo. La innovación social es una de las formas importantes mediante la cual se manifiesta dicha capacidad, que se basa primordialmente en el uso de los recursos endógenos (Pérez González & Lutsak Yaroslava, 2017).
La innovación social cada vez se integra con mayor fuerza en los discursos y en las agendas políticas, determinando las estrategias de desarrollo local (Pérez González & Lutsak Yaroslava, 2017). Estos hechos apuntan a que, en primer lugar, existe el interés de los investigadores en este dominio del conocimiento, caracterizado por su fuerte implicación práctica, determinante para su potencial científico en el futuro cercano.
En este sentido, la innovación social es entendida como aquellos comportamientos, percepciones o actitudes que se traducen en nuevas prácticas sociales creadas a partir de acciones colectivas orientadas a generar cambios sociales, a regenerar la economía local y a mejorar la calidad de vida de las personas (Nijnik et al., 2019).
En el centro de las reflexiones y discusiones sobre el futuro económico y social de los países, siempre ha estado la innovación debido a su importancia para el desarrollo. Los modelos de innovación desde la perspectiva territorial son el objeto de una amplia variedad de estudios en la literatura científica.
Según Hernández Ascanio et al. (2023), en espacios híbridos entre la sociología y la economía se ha prestado especial interés a la temática de la innovación, tal y como se puede comprobar en aportaciones realizadas por autores como Weber, Pareto, o el propio Marx, autores en los que la economía adquiere rango de estructurante social. Precisamente será desde estos enfoques donde se hagan los principales avances en los estudios de innovación.
La innovación social ha demostrado ser eficaz para satisfacer las necesidades sociales, en tanto ha logrado impulsar procesos de transformación, a partir de los cuales se ha avanzado en la generación de estructuras comunitarias inclusivas y participativas, y en procesos colectivos de planeación estratégica. De ahí que, ha adquirido especial importancia como un enfoque necesario para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030 (Ortega Hoyos & Marín Verhelst, 2019).
Pérez González y Lutsak Yaroslava (2017) definen que los principales estudios sobre el tema, a nivel mundial, apuntan a que los retos del contexto contemporáneo exigen los cambios fundamentales en la organización económica, pero de manera especial se espera un cambio en la organización social y de comportamiento donde la innovación social, a nivel local, puede generar las experiencias positivas necesarias hacia esa dirección.
A nivel internacional, las iniciativas que priorizan la integración de la innovación en las relaciones sociales tienen una especial relevancia y efectividad a nivel local y comunitario con la integración de la sociedad civil como un nuevo actor, que durante décadas ha sido excluida. Mientras que, en Cuba, las estructuras de organización social y mecanismos de integración creados constituyen una fortaleza, como una innovación social preestablecida, que constituye una ventaja para el diseño e implementación de políticas, sin embargo, requieren del desarrollo de capacidades para ser más adaptativas a los demandantes cambios del entorno socioeconómico.
Entre los retos que Cuba tiene, se encuentran: identificar las necesidades e intereses de conocimientos en las estructuras que forman los sistemas de innovación y crear capacidades adaptativas para potenciar la creatividad y la eficiencia, de acuerdo con las exigencias de los nuevos mercados en los marcos extraterritoriales sin desproteger los territorios y los grupos más vulnerables de la población.
A partir del análisis de los elementos expuestos por Ortega Hoyos y Marín Verhelst (2019), así como por Franch León (2017), se reconoce que, en estos procesos de innovación social, desempeñan un papel fundamental las metodologías participativas que promueven la participación activa de la comunidad como principal agente en los procesos de transformación y cambio social. Para ello se requiere movilizar la acción colectiva y generar capacidad para actuar, así como implementar estructuras de poder horizontales y mecanismos de colaboración y creación de redes y alianzas estratégicas.
De igual forma, se coincide con estos autores y con el enfoque del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2013) sobre la necesidad de generación de iniciativas locales a partir del intercambio de conocimientos (aspecto este que se corresponde con el principio de innovación abierta) y donde juegan un papel decisivo las Instituciones de Educación Superior.
El desarrollo del país, en particular de los municipios, pasa inevitablemente por un fuerte proceso de creación de capacidades, donde el conocimiento y la innovación son ingredientes fundamentales. Lo anterior evidencia la necesidad de desplegar de forma inmediata un sistema de acciones en función de la creación de capacidades de innovación en los actores individuales y colectivos, que intervienen en la dinámica local para generar valor agregado y público, en función de satisfacer las necesidades y expectativas de seguridad de nuestra población de forma sostenible y en correspondencia con las prioridades definidas por el Programa Nacional de Desarrollo y las estrategias de desarrollo territorial.
Pero, ¿por qué abordar el tema desde el campo de la creación de capacidades de innovación?
Precisamente, para que estos actores sean capaces de generar e incentivar iniciativas para transformar la realidad con potencial innovador, a partir de la adaptación a los cambios constantes del entorno, se requiere convertir las capacidades existentes en capacidades dinámicas. De igual forma, deben ser capaces de facilitar el intercambio de conocimientos y el empleo del conocimiento situado (innovación abierta) para diseñar e implementar políticas sociales efectivas.
En la literatura científica, a nivel mundial y nacional, se encuentran varias publicaciones e investigaciones, entre las que destacan Hernández Ascanio (2020), Hernández Ascanio et al. (2023), Núñez Jover et al. (2023) y Fernández González et al. (2023), realizadas desde diferentes sectores y perspectivas, demostrando un gran interés por intentar modelar la innovación social y entender qué son las capacidades de innovación, cómo se pueden medir, identificar el tipo y nivel de las mismas y cómo impactan en la competitividad.
De todas ellas, se deduce una definición de las capacidades de innovación como un grupo de características propias de las organizaciones, entendidas como capacidades o habilidades mediante las cuales se puede lograr un mejor desempeño competitivo, a través de su correcta gestión, lo que aplicado al contexto cubano se traduce en capacidades para desarrollar nuevos o mejorados productos, procesos, servicios, etc., mediante el desempeño eficiente y creativo de los actores locales para generar valor agregado y público en su gestión, con un impacto en la calidad de vida de la población.
Sin embargo, se considera que existe poca ciencia construida en cuanto a la creación de capacidades en un contexto de innovación social para el desarrollo local y, por lo tanto, existe necesidad de un proceder práctico metodológico que permita su sistematización para un desempeño eficiente y creativo de los actores locales.
Según la red de Gestión Universitaria del Conocimiento y la Innovación para el Desarrollo Local (Gucid) y las instituciones rectoras del desarrollo en Cuba, constituye una prioridad la investigación científica que contribuya al desarrollo de capacidades que faciliten el desempeño eficiente y creativo de los actores locales en los diferentes escenarios, sustentados en el principio de que capacidades es mucho más que ofrecer capacitación vía cursos u otras variantes. En todo caso, lo que se necesita es crear espacios interactivos de aprendizajes vinculados directamente con la práctica social, así como de intercambio y cooperación entre actores diversos.
De igual manera, existen problemáticas en el flujo de información ministerial y de los directivos del territorio sobre las estructuras locales, dinámica territorial, facultades otorgadas al Municipio y gestión a nivel municipal, así como aspectos de interés relativos al desarrollo económico, político y social de la provincia y los municipios, que se pueden utilizar para el desarrollo de capacidades dinámicas. Es importante señalar que este aspecto se corresponde con el resultado de estudios realizados en otras provincias del país (Basto et al., 2019; Martínez Martínez, 2019).
Como resultado de este diagnóstico, el objetivo del trabajo se orienta a: Diseñar un procedimiento de sistematización de creación de capacidades para el desarrollo local, contextualizando las principales capacidades a desarrollar en correspondencia con los problemas a resolver en la implementación de la Estrategia Municipal de Desarrollo del municipio Morón para lograr un desempeño eficiente y creativo de los actores locales, individuales y colectivos.
Materiales y métodos
Para el estudio se asume como premisa epistemológica la metodología investigación-acción-participación, ya que la misma se convierte en un proceso sistemático de aprendizaje, al implicar que las personas realicen análisis críticos de las situaciones (reuniones de trabajo, procesos o sistemas) en las que están inmersos, induce a que las personas teoricen acerca de las prácticas y exige que las acciones y teorías sean sometidas a prueba. La misma se desarrolla como se muestra en la figura 1:
Las principales técnicas utilizadas fueron revisión de documentos a través de fuentes primarias y un grupo focal con especialistas para el diseño de la herramienta de derivación de los contenidos de las capacidades a desarrollar.
El grupo de trabajo estuvo compuesto por trece especialistas: nueve del Gobierno del municipio Morón, cuatro de la Universidad de Ciego de Ávila y uno del Centro Universitario de Morón. Para ello se circuló la propuesta de los contenidos de las capacidades a partir del diagnóstico realizado y, además, fue explicada detalladamente la necesidad de establecer un procedimiento para la sistematización de la creación de capacidades, dando la oportunidad a los presentes de expresar su criterio como especialistas al respecto. Para ello, fue evaluada la estructuración de los componentes de los contenidos de las capacidades que se muestran en la figura 2.
Para validar las propuestas, se escogió un municipio del centro de Cuba, específicamente el municipio Morón, ubicado al norte y centro de la provincia de Ciego de Ávila, con una población total de 70 595 habitantes, residiendo en 19 asentamientos concentrados, de los cuales dos son urbanos y 17 rurales. Exhibe un contexto socioeconómico dinámico con niveles altos de movilidad social por la incidencia de dos fenómenos esenciales: el envejecimiento poblacional con el 18.1% de los habitantes con 60 años y más, lo que muestra la importancia de insertar a este grupo poblacional cada vez más a la vida activa de la comunidad y las migraciones internas con una tasa que manifiesta un crecimiento estable.
Este municipio constituye el segundo de importancia en la provincia por su cercanía al polo turístico Jardines del Rey, a la vez cuenta con 20 nuevos actores económicos y 23 proyectos de desarrollo local. Varios de esos proyectos con alto impacto en la población. Asimismo, cuenta con la única estrategia de desarrollo actualizada en la provincia.
Resultados y discusión
El desarrollo local en Cuba es una disciplina sustentada en disímiles experiencias que definen el trabajo en las comunidades, y sus estudios están siendo registrados y monitoreados por varias instituciones docentes y, a su vez, es asesorada por la Red Gucid, el Instituto Superior de Diseño Industrial, el Centro de Estudios Demográficos y las Facultades de Comunicación y Derecho de la Universidad de La Habana, así como por el Centro de Estudios de Gerencia, Desarrollo Local y Turismo.
El contexto cubano actual está marcado por la nueva constitución, que reconoce la autonomía municipal, además de otras decisiones que se relacionan directamente con el municipio y que los ratifican como instancia fundamental. Esto requiere su fortalecimiento como eslabón básico, para lo cual los procesos en curso requieren mayores capacidades y, en particular, un camino definido para su desarrollo sostenible.
Con este propósito, en el marco del ordenamiento jurídico que desarrolla el país, entra en vigor, el Decreto 33/2021 del Consejo de Ministros: Para la Gestión del Desarrollo Territorial, donde se definen los principios fundamentales que rigen la implementación de este modelo de desarrollo socioeconómico en el país.
Martínez Martínez (2019) plantea que "existe un desconocimiento de aspectos relacionados con el desarrollo local que trae como consecuencia el cumplimiento de algunas de sus funciones de manera ineficiente y el incumplimiento de otras". Todo esto influye en la falta de integración de todos los actores para el logro de objetivos comunes que culminen en una mejor calidad de vida para los habitantes del territorio en cuestión.
El desarrollo del país, en particular de los municipios, pasa inevitablemente por un fuerte proceso de creación de capacidades. Los procesos de descentralización y transferencia de competencias, la soberanía alimentaria, la transformación de la matriz energética, el mejoramiento del hábitat, el ejercicio de la democracia y el fortalecimiento del poder popular, por citar algunos de los procesos imprescindibles para el desarrollo, demandan de capacidades fortalecidas. El conocimiento y la innovación son ingredientes fundamentales de esa dinámica de creación de capacidades (Paz Enrique & Núñez Jover, 2021).
La innovación se ha estudiado a lo largo de los años a través de multitud de conceptos y desde diferentes puntos de vista, se asocia a cambios positivos en diversas ramas como la tecnología, la economía, las empresas, la sociología, las artes o las múltiples ramas de la ingeniería.
Se coincide con González Crespo et al. (2022), al considerar que Schumpeter, además de introducir varias clasificaciones de innovación dentro de las que se sitúa la innovación de productos, es considerado el precursor del tema y destaca, además, el concepto de cambio que conlleva la misma, así como el impacto social que supone.
Se debe definir que la innovación -entendida como generación de cambios o novedades de cierta relevancia- tiene lugar desde siempre en todas las esferas de la vida del ser humano. Sin embargo, las capacidades para innovar dependen de no pocos factores; algunos de ellos se localizan en ciertos tipos específicos de prácticas y, otros, se relacionan con rasgos culturales generales, actitudes y valores prevalecientes. Por ello, resulta fundamental el establecimiento de políticas que incentiven y apoyen la generación de acciones novedosas.
Al inicio del presente siglo, se concluyó que los modelos territoriales de innovación carecían de los conceptos claros y coherentes analíticamente, por lo cual este campo requeriría del desarrollo de las teorías con suficiente poder explicativo. Desde entonces y como resultado de la construcción teórica, no solo se ha fortalecido la noción conceptual de los modelos territoriales, sino que se ha incorporado un nuevo tipo de innovación -de carácter social- (Moulaert et al., 2013) que repercute directamente en el desarrollo.
Una revisión bibliográfica sobre el tema permitió determinar que, como resultado de investigaciones realizadas, mediante la utilización de la técnica de análisis bibliométrico, Pérez González y Lutsak Yaroslava (2017) identifican cuatro grupos temáticos para explicar cómo se produce la innovación social y cómo esta contribuye al desarrollo territorial. Los mismos están referidos a -Economía Social, Gobierno Local, Fortalecimiento de las capacidades territoriales y Desarrollo Teórico de la Innovación Social y Territorio-.
A su vez, definen que los retos del contexto contemporáneo exigen los cambios fundamentales en la organización económica, pero de manera especial se espera un cambio en la organización social y de comportamiento donde la innovación social, a nivel local, puede generar las experiencias positivas necesarias. En tal sentido, es muy importante destacar la necesidad de que las innovaciones sean asumidas desde las particularidades de cada territorio (Núñez Jover et al., 2023).
En este contexto, se habla de creación de capacidades para el desarrollo, pero ¿qué significa exactamente la categoría? Al crecer su popularidad, también parecen haber crecido ciertas confusiones al respecto. El tema ha sido ampliamente abordado desde diferentes disciplinas científicas, que se resumen en el siguiente cuadro:
Psicología | Pedagogía | PNUD | Fao |
---|---|---|---|
Vygotski (1995): |
En el proceso de construcción de la competencia en la formación profesional, lo esencial es controlar cuándo, cuáles y cómo utilizar los recursos personales y contextuales en función de las exigencias de la tarea y esto supone el uso consciente de estrategias (Pozo & Monereo, 1999). | El desarrollo de capacidades es el proceso mediante el cual las personas, organizaciones y sociedades obtienen, fortalecen y mantienen las aptitudes necesarias para establecer y alcanzar sus propios objetivos de desarrollo a lo largo del tiempo (PNUD, 2022). | Es el proceso mediante el cual las personas y organizaciones obtienen, mejoran y conservan las habilidades, conocimientos, herramientas, equipos y otros recursos necesarios para hacer su trabajo de manera competente. Permite a las personas y organizaciones rendir a una mayor capacidad (mayor escala, mayor audiencia, mayor impacto, etc.) (Fao, 2016). |
Rubinstein (1986): |
Fuente: Elaboración propia
Como se puede apreciar, la concepción definida por el PNUD incluye elementos de las demás y ha identificado tres puntos en los que crece y se nutre la capacidad: un entorno favorable (es el amplio sistema social en el que operan las personas y las organizaciones), las organizaciones (se refiere a la estructura, políticas y procedimientos internos que determinan la efectividad de una organización y que deben estar alineados con el entorno) y las personas (lo conforman las aptitudes, experiencias y conocimientos de cada persona que permiten su desempeño). Estos tres niveles se influyen recíprocamente de manera fluida: la fortaleza de cada uno depende de la fortaleza de los demás y también la determina.
A partir del análisis de estos principios, los autores asumen el enfoque integrado del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2022), hacia el desarrollo de capacidades, innovación y conocimiento, que se define en torno a tres áreas prioritarias:
Optimización del intercambio abierto de conocimientos
Fomento de la capacidad para utilizar y aprender de la experiencia innovadora y las metodologías más recientes
Apoyo al desarrollo de capacidades, con un creciente énfasis en la ampliación de las funciones y los mecanismos de colaboración y creación de redes
Por lo tanto, se asume como definición de capacidad, teniendo en cuenta que resume los elementos expuestos anteriormente, la que se entiende como […] la habilidad que tienen los individuos, grupos, instituciones y sistemas para identificar y resolver sus problemas y para desarrollar e implementar estrategias que les permitan conseguir sus objetivos. Esta habilidad está dirigida a dar respuesta a las necesidades y responsabilidades del desarrollo de una manera sostenible (Costamagna & Larrea Aranguren, 2017, p. 91).
Si se tiene en cuenta que la creación de capacidades de innovación tiene que ocurrir fundamentalmente en el proceso de aprender haciendo, en el territorio, con la participación de formadores habilitados para ello y que la creación de capacidades es un proceso continuo que en principio no culmina nunca y es mucho más que dar capacitación, los autores determinan que las actividades a realizar para su creación y desarrollo se denominen actividades dinamizadoras de creación de capacidades (ACC).
A partir de estos elementos, se pueden definir como principios y premisas los planteados en la propuesta del Programa multinivel de fortalecimiento de capacidades para la gestión estratégica del desarrollo territorial, donde se establece:
En el proceso de capacitación-superación-creación de capacidades en los municipios, combinarán las potencialidades humanas, tecnológicas, cognitivas endógenas y las que pueden ser aportadas por las provincias y el nivel nacional, a través del diálogo multinivel.
Las actividades deben seguir la metodología o enfoque de capacitación-acción capacitación participativa, sobre la base del trabajo en equipos, de manera que los necesitados a preparar aprendan haciendo, muy vinculados a su práctica social; lo que nos lleva a recomendar también el acercamiento del desarrollo de las actividades de capacitación a los contextos-campos de acción y escenarios esferas donde actúan los mismos. Las experiencias más favorables de diversos municipios aconsejan la creación de grupos encargados de la gestión cotidiana del proceso de creación de capacidades.
La capacitación y asesoría deben orientarse a la obtención no solo de conocimientos actualizados, habilidades y competencias, sino también de productos tangibles ajustados al contenido y tipología de la acción que se realice, con particular énfasis a la gestión de los recursos necesarios y de relaciones entre los actores intervinientes.
Las acciones de creación y desarrollo de capacidades deben orientarse a la transformación de los modos de actuación de los receptores, por ello deben estar acompañadas de instrumentos que permitan evaluar estos cambios y que permitan comparar el antes y con el después de haber recibido la influencia de las actividades ejecutadas, que oriente el diseño de las fichas de los procesos estudiados y los procedimiento e instrucciones, alineadas a los modos de actuación de los actores participantes como parte del sistema de gestión de la calidad, identificando los estándares a alcanzar, alineados a las metas del plan estratégico.
En un estudio realizado por González Crespo et al. (2022), se realiza un análisis desde los diferentes enfoques en la creación de capacidades y, a partir de ellos, se propone, asumiendo una postura epistemológica desde la innovación social en el desarrollo local, la creación de capacidades dinámicas de innovación a partir del desarrollo de las mismas en tres dimensiones fundamentales: personal, funcional y organizacional.
Tomando como base este estudio y los criterios de Paz Enrique y Núñez Jover (2021), a partir de estudios realizados en Cuba, las principales características que se definen en el proceso de creación de capacidades son las siguientes:
La construcción de capacidades para el desarrollo local debe entenderse como una estrategia que supone la investigación-acción-participación en el proceso de aprendizaje, negociación y colaboración.
Hay que crear capacidades personales (individuales) y funcionales (colectivas), las que incluyen algunas intangibles, tales como: formación, organización, conductas, valores, interacciones y aprendizajes de los actores locales, las redes de confianza y colaboración que pueden promover entornos favorables para cooperación interempresarial, intersectorial e interinstitucional.
Creación de capacidades demanda espacios de ciudadanía activa, involucramiento de las personas en los proyectos colectivos, lo que frecuentemente exige la creación de nueva institucionalidad local.
La sistematización de la creación de capacidades en un contexto de innovación social para el desarrollo local implica el desarrollo de capacidades dinámicas, que permitan adaptarse a los constantes cambios del entorno, por lo tanto, incluye el desarrollo de capacidades personales y funcionales como conjunto de conocimientos, herramientas, aptitudes, valores y habilidades para relacionarse, gestionar recursos, coordinar mecanismos de integración, administrar riesgos y gestionar el cambio para impactar en la capacidad organizacional de los actores locales, lo que implica un cambio de mentalidades y aptitudes en interacción con el entorno para transformar su desempeño con impacto directo en el desarrollo local.
A partir del análisis de los datos recogidos y el diagnóstico realizado, se determina que todavía prevalece el principio de los procesos de capacitación y desarrollo, como se establecen en la Gestión de Capital Humano, los que solo contribuyen a la idoneidad demostrada, en cuanto a la preparación requerida para el cargo, prevaleciendo modos de formación que no se corresponden con la dinámica cambiante del actual contexto y las demandas competitivas de un entorno en constante desarrollo. Determinando la necesidad de incorporar en la práctica actividades que contribuyan al desarrollo de capacidades y, por lo tanto, se procedió a partir del siguiente procedimiento:
1. En el municipio Morón, como objeto de estudio, se identificaron las principales capacidades a desarrollar en correspondencia con los problemas a resolver en la Estrategia de Desarrollo Municipal y, en particular, en las líneas y programas de desarrollo del municipio. A partir de la creación de un grupo de trabajo de creación de capacidades en el municipio y los especialistas seleccionados en correspondencias con las capacidades a crear y desarrollar, se identifican las principales capacidades a desarrollar en el municipio Morón:
Capacidad estratégica para el desarrollo. Diseño y gestión de Estrategia de Desarrollo Municipal
Sistema de Gestión de Gobierno/Empresarial basado en la ciencia y la innovación
Gestión jurídica local
Diseño y gestión de proyectos y del desarrollo local y empresarial
Innovación de productos turísticos locales
Capacidad para la gestión del Programa de Soberanía y Seguridad Alimentaria
Capacidad para la participación y control popular en la gestión de la vulnerabilidad de los barrios/comunidades
Producción local de materiales de la construcción
2. Se convoca a un grupo focal con especialistas para definir en una primera aproximación los componentes de los contenidos de las capacidades identificadas, utilizando una herramienta didáctica para derivar e integrar los contenidos a desarrollar, ejemplificada en la figura 2.
Es necesario destacar que los especialistas consultados consideran que esta propuesta cumple los elementos para ser efectiva y existen posibilidades reales de su aplicación. Además, contiene elementos que la hacen superar el tradicional concepto de capacitación, dinamizando las capacidades para adaptarse a los cambios del entorno.
3. Sistematización de la creación de capacidades. Se orienta según la secuencia representada en la figura 3.
3.1. Definición del ciclo de vida de la capacidad a desarrollar. Se define el nivel alcanzado, la necesidad e importancia de la capacidad identificada y/o a desarrollar en una escala de 1-5. Si se asocia la capacidad a un producto, servicio, tecnología o proceso, se precisa por el grupo de trabajo y los expertos convocados en qué etapa de ciclo se encuentra: introducción, crecimiento, madurez o declive. En gran medida permite el punto de partida y secuencia a desarrollar en la creación de capacidades.
3.2. Diagnóstico. Se precisa para qué y por qué crear y desarrollar la capacidad. Se identifican las oportunidades, obstáculos, actores participantes y contextos asociados a la capacidad objeto de estudio. El grupo de trabajo y expertos convocados realizan análisis documentales, derivados de informes, controles, balances, información estadística, etc., de observaciones realizadas, encuestas, entrevistas, etc. Los contextos pueden ser: económico (CE), sociocultural (CS), ambiental (CA), tecnológico (CT), de mercado (CM), entre otros.
3.3. Definen fuentes de conocimientos y se generan ideas. El grupo de trabajo identifica las fuentes de conocimientos internas y externas que pueden aportar el conocimiento necesario y la experticia para desarrollar los diferentes componentes en las actividades de creación de capacidades. Dentro de las fuentes, figuran la Universidad, el Cum, los Centros de Investigación, Expertos y los actores que acumulan conocimientos situados reconocidos. Se construye un mapa de conocimientos.
La generación de ideas está asociada a determinar los requerimientos de los clientes-usuarios (RC-U) y de la población en general, vinculadas al producto, servicio o proceso que sustenta la creación de la capacidad objeto de formación. Se pueden utilizar diferentes instrumentos y herramientas para saber qué quiere y qué demanda la población y sus niveles de satisfacción. Las especificaciones de los productos y posibles soluciones (EP-PS) forman parte de las condiciones y exigencias a concretar en los productos, servicios o procesos desde las valoraciones a realizar para diseñar una oferta orientada a la satisfacción de las demandas identificadas.
3.4. Actividades dinamizadoras para la creación de capacidades. El contenido de las ACC se nutre de las fuentes de conocimientos identificadas y de la generación de ideas con marcada influencia de los contextos más ponderados en la capacidad a desarrollar, teniendo en cuenta las oportunidades, obstáculos y actores participantes.
El desarrollo de las ACC más efectivas en el caso de Morón estuvo vinculado a las actividades de entrenamiento en el puesto de trabajo (AEPT), con particular énfasis en las actividades de los talleres aprender-haciendo (ATAH) con un enfoque de capacitación-acción-capacitación participativa, sobre la base del trabajo en equipos, de manera que aprendan haciendo, muy vinculados a su práctica social-desempeño en el puesto de trabajo.
En la creación de capacidades es preciso influir en cada uno de sus componentes, según se resume: Los valores se sistematizan y modifican en la creación de capacidades (CC) y en el desempeño; los rasgos personales se aprenden a administrar; las habilidades se aprenden en la práctica y en el desempeño; los conocimientos se aprenden estudiando y en el desempeño; las actitudes se modifican de acuerdo con la motivación; las interacciones se contextualizan según necesidades de interactividad, encadenamiento y colaboración y se gestionan y usan los recursos, herramientas, equipamientos, infraestructura, financiamiento, etc., según disponibilidad y necesidad.
Las actividades dinamizadoras, a su vez, contribuyen a cumplir con los requerimientos de la población objeto de estudio y las especificaciones de los productos, servicios y procesos que se articulan.
3.5. Generación de valor a las cadenas identificadas con la capacidad a crear y los resultados/transformaciones a lograr.
Cuando se crea y desarrolla una capacidad se define la intencionalidad a alcanzar y lleva implícito el valor agregado que se debe aportar a la cadena vinculante; en el caso de los municipios puede orientarse a la gestión pública y a las cadenas productivas y de servicios que se expresen en cada escenario estudiado. Dicho valor agregado forma parte de los resultados y transformaciones a lograr, que en la mayoría de los casos se convierten en productos, servicios o procesos nuevos o mejorados y de esta manera nos aproximamos a una innovación local.
3.6. La socialización: forma parte de la estrategia de comunicación organizacional del municipio, con especial vigilancia de los contextos, actores implicados y los resultados-transformaciones, orientados a potenciar el cumplimiento de los objetivos y metas propuestos en la Estrategia de Desarrollo Municipal, alineados a las líneas y programas estratégicos definidos. La socialización facilita la evaluación de la pertinencia del desempeño-productos-servicios antes, durante y después en la medida que se ejecutan las actividades dinamizadoras en la creación y desarrollo de las capacidades identificadas.
3.7. Evaluación de la pertinencia del desempeño-productos-servicios. Se orienta fundamentalmente a conocer los niveles de satisfacción de la población, la eficacia y eficiencia en el desempeño a partir de las necesidades identificadas en el diagnóstico; en correspondencia con el ciclo de vida de los productos y servicios estudiados se pondera su posición en la creación y desarrollo de capacidades. La evaluación constituye una dimensión transversal en el proceso de CC y se realiza antes, durante y después, definiendo la trazabilidad-trayectoria de comportamiento de los actores individuales y colectivos implicados.
3.8. Implantación del sistema de gestión de la calidad (SGC). Se procede a elaborar la ficha de los procesos y subprocesos objetos de estudio, los procedimientos e instrucciones que orientan el cómo hacer, el desempeño y forma parte de los resultados a alcanzar desde las ACC. Con frecuencia se utiliza lo establecido en la ISO 9001:2015. El SGC garantiza la continuidad del proceso CC, su mejora continua y contribuye a la institucionalidad del desarrollo territorial-local en una instancia o nivel determinado. Con frecuencia se utiliza la herramienta de la Casa de la Calidad para articular los requerimientos de la población y especificaciones de los productos y servicios ofertados, como resultados de las ACC realizadas.
En la creación y desarrollo de la capacidad de innovación de los productos turísticos locales se corroboran las regularidades antes expresadas cuando se estudia un producto en crecimiento -Parque Humedal Grande-, donde la secuencia en la CC parte del estudio de oportunidades y obstáculos con énfasis en los contextos de mercado, ambiental y económico, ponderando la proyección de las relaciones con clientes potenciales y definiendo el perfil de los mismo hasta concluir con la evaluación de la pertinencia con el análisis de presupuesto de consumo diario.
Cuando se analiza un producto en madurez con tendencia al declive -Rancho Palma-, se parte entonces de la evaluación de la pertinencia de dicho producto con particular énfasis en la satisfacción de los clientes y se revisa posteriormente el perfil de los clientes que visitan actualmente, con la necesidad de ponderar los clientes rusos y nacionales, mientras que en las ACC se enfatizó en los costos de la oferta y la promoción, la competencia en el servicio y de los mercados, con el surgimiento de nuevas propuestas de negocios no estatales.
Por lo tanto, la definición de los componentes de los contenidos de las capacidades contribuye a la sistematización de la creación de capacidades ya que organiza todos los componentes de forma interrelacionada, estableciendo jerarquías y organizando el proceso con enfoque de sistema, lo que permite que se mantenga su aplicación en el tiempo y su adecuación para ajustarse a las demandas del entorno.
Como se puede apreciar a través de los elementos expuestos, la propuesta del programa multinivel de fortalecimiento de capacidades para la gestión estratégica del desarrollo territorial, a partir de los elementos definidos por la Fao (2016) y el PNUD (2022) ofrecen un marco para definir el enfoque de creación de capacidades, asumido en el presente estudio. De igual forma se definen los principios que fundamentan la necesidad de sistematizar la creación de capacidades de innovación para el desempeño de los actores locales, tanto individuales como colectivos, en el desarrollo local.
La herramienta de derivación e integración de contenidos para la definición de los componentes de las capacidades a desarrollar, que fue corroborada por criterio de especialistas y que se propone, constituye un aporte a esta área que se encuentra en crecimiento en el país.
Por otra parte, el procedimiento para sistematizar la creación y desarrollo de capacidades en un contexto de innovación social para el desarrollo local demuestra la necesidad impostergable de conectar creación de capacidades, conocimiento e innovación.
Cabe preguntarse entonces: ¿Cómo desarrollar en los actores locales las capacidades para responder y adaptarse a estos cambios constantes y competitivos del entorno? La respuesta a esta pregunta pasa indudablemente por la comprensión de que se demanda, no solo un proceso de creación de capacidades, sino de creación de capacidades de innovación, que permita a los actores locales, tanto individuales como colectivos, generar ideas novedosas para ofertar nuevos o mejorados productos, procesos y/o servicios, con un impacto reconocido en la calidad de vida de la población, lo que resulta un aporte a la creación de capacidades para el desarrollo local, desde la innovación social.
En este proceso juega un papel relevante la gestión del conocimiento, como plantean Núñez Jover et al. (2023), como resultado de las experiencias prácticas en Cuba:
"El conocimiento relevante para el DT será preferentemente el conocimiento situado. Todo el conocimiento puede ser útil para impulsar el desarrollo local, pero debe ser "aterrizado" a la realidad de cada territorio, que como se vio no es un espacio inerte que se "llena" con insumos externos, sino un sujeto del desarrollo que tiene sus propias peculiaridades geográficas, edafológicas, culturales, tradiciones, vocaciones productivas, conocimientos tradicionales, estrategias de desarrollo, etcétera".
En consecuencia, crear capacidades de innovación demanda: actores fortalecidos, interacciones y bases institucionales apropiadas (Núñez Jover et al., 2023). En este proceso juegan un papel fundamental las Instituciones de Educación Superior y el papel activo de la comunidad para lograr movilizar la acción colectiva en función de un cambio social, con significación e impacto en la calidad de vida de la población.