Introducción
Los sistemas agroforestales (SAF) constituyen una alternativa ante la problemática de los monocultivos; permiten desplazarlos debido a que implican la combinación de árboles forestales con otros cultivos, o con animales domésticos, o ambos. Optimizar la producción por unidad de área mientras que al mismo tiempo se respeta el principio de obtener rendimientos sostenibles según Torres y otros., (2015). Por medio de la integración de árboles en las fincas y paisajes agrícolas, se diversifica y sustenta la producción para incrementar los beneficios sociales, económicos y ambientales de agricultores de todos los niveles Mata, (2012). El estudio del cultivo de cacao en asociación con árboles de sombra tiene mucha importancia, ya que en el Trópico de América Latina los sistemas agroforestales con cacao son muy comunes y aproximadamente el 70 % de la producción de cacao proviene de pequeños agricultores. Álvarez, Rojas y Suárez, (2012).
La especie Theobroma cacao L. es originaria de los bosques húmedos neotropicales de América y constituye una de las contribuciones más importantes a la agricultura de los trópicos De la Cruz y otros., (2015). En el Ecuador, el cultivo de cacao tiene una historia relevante en la economía nacional y es la base de la economía familiar campesina, de la Costa y en las estribaciones de la Cordillera de los Andes. Es el producto que genera el mayor ingreso, pues un 60 % de las economías de las familias campesinas proviene de la comercialización del cacao y es un rubro importante dentro de la balanza comercial del país. Sin embargo, lo más importante del sector es sin duda el «capital social», el cual representa la mayoría de las huertas, fincas y parcelas campesinas en el país. Un elemento destacable es que la producción de cacao en el Ecuador está dominada por unidades productivas entre pequeñas (20 hectáreas o menos) y medianas (de más de 20 a 50 hectáreas). El 88 % del total son unidades productivas agropecuarias (UPAs) y el 73,4 % del área cultivada pertenece y se ubica en esas categorías. CEPAL, (2015).
Entre las investigaciones realizadas en la provincia de Los Ríos, se encuentran trabajos que tratan del diagnóstico bio-socio-económico de los sistemas de producción prevalentes a nivel de pequeñas fincas en la zona central del litoral ecuatoriano; fueron estudiados el uso y manejo de los sistemas agroforestales tradicionales del sector Mocache y Palenque, basados en la descripción y análisis de la rentabilidad de los sistemas agroforestales tradicionales con base en el cultivo de cacao en la zona sur del área de influencia del cantón Quevedo y se realizó el estudio de la biomasa de hojas caídas en sistemas agroforestales con cacao, en la zona de Quevedo. Barragán, (2008).
El valor de la producción de los sistemas agroforestales con cacao de los pequeños y medianos productores en la parroquia El Vergel del cantón Valencia, provincia de los Ríos, depende de los factores productivos y las condiciones socioeconómicas; las mismas constituyen limitantes para el buen desarrollo de estos sistemas. Estos factores actúan como restricciones en la maximización del valor de la producción agropecuaria, meta final del proceso productivo. En tal sentido, la investigación tiene como objetivo evaluar los factores de producción y las condiciones socioeconómicos de los sistemas agroforestales con cacao fino de aroma de exportación en la parroquia El Vergel del cantón Valencia, de la provincia de Los Ríos.
Materiales y métodos
El trabajo de investigación se realizó en la parroquia El Vergel perteneciente al cantón Valencia, en la región central del Litoral, provincia de Los Ríos, con ubicación geográfica en las coordenadas 0º 57' 9'' de latitud Sur y 79º 20' 54'' de longitud Oeste; tiene una extensión aproximada de 987 km2, siendo su altitud de 60 msnm. Presenta un clima de sabana tropical con abundantes precipitaciones, con un registro promedio de 2000 a 2400 mm. anual. La temperatura promedio oscila entre 22º C y 34º C y la humedad relativa va del 72 al 80 % (Plan de desarrollo y ordenamiento territorial 2012 2016; GAD, (2012).
La investigación realizada fue de tipo descriptivo; el trabajo se basó en los lineamientos de la investigación de campo tipo aplicada. Se recolectaron los datos en forma lógica y sistemática mediante encuestas que se aplicaron directamente por Salgado y otros., (2007); Ramírez, (2012); Jadán, y otros., (2016). Con el propósito de obtener información para elaborar las encuestas, se acudió a técnicas específicas como la observación, las entrevistas. Para ello, se realizó una reunión con los líderes del sector, se investigó en instituciones como el centro agrícola del cantón Valencia, Municipalidad del cantón Valencia, la Unión de Organizaciones Campesinas de Quevedo (UOCQ); se revisaron trabajos de investigación, tesis de grado, revistas agroforestales, páginas web, libros, entre otros.
Para determinar la muestra para la encuesta, se recurrió a los registros del censo catastral, en el Departamento de Avalúos y Catastros del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) del cantón Valencia (2012), donde se determinó un total de 445 productores agropecuarios, en la parroquia El Vergel. De ellos, 190 productores tenían sistemas agroforestales con cacao; de esta población fueron seleccionadas aleatoriamente 35 unidades de producción agropecuarias (UPAS) con sistemas agroforestales, con cacao fino de aroma para la exportación Lanz y Granados, (2009). Para la evaluación, se empleó la observación directa a través de las visitas y la aplicación de encuestas a los 35 pequeños agricultores de la parroquia El Vergel. Los resultados obtenidos de las encuestas fueron analizados, donde se utilizó el programa estadístico, SPSS 17 (Statistical Package for the Social Sciencies).
Variables evaluadas
Se evaluaron las variables productivas: conocimiento de los sistemas agroforestales, sistemas agroforestales, área que disponen para el cacao fino de aroma; las variables sociales: características del hogar (género, edad, estado civil, nivel de escolaridad) y las variables económicas: actividad económica principal, ingreso y gasto mensual en el hogar.
Resultados y discusión
Los resultados sobre el reconocimiento de tenencia de la tierra y con respecto a si los productores conocen sobre los SAF se observa que el 71,4 % de los productores reconoce que tienen la tierra con estos sistemas y el 28,6 % no considera que tengan SAF en sus tierras. Por otra parte, el 17,1 % del total de los productores encuestados reconoce que sí tienen conocimientos sobre los sistemas (SAF), mientras que el 82,9 % dice que no los conoce. (Figura 1).
Estos resultados muestran que, a pesar de que más del 70 % sí reconoce que manejan sus tierras con los SAF con cacao fino de aroma, más del 80 % reconoce que no tienen suficientes conocimientos al respecto, lo que no permite un desarrollo sostenible de estas áreas y dificulta el cumplimiento de lo indicado por López y Musálem, (2007) sobre los SAF, que consideran que los mismos son una forma de uso de la tierra en donde las plantas leñosas perennes interactúan biológicamente en un área con cultivos y/o animales; el propósito fundamental es diversificar y optimizar la producción, respetando el principio de la sostenibilidad.
Dentro de los factores de producción, se encontró que los agricultores poseen pequeñas fincas dedicadas a los SAF, con cacao fino de aroma, que varían entre 0,63 hasta 10 hectáreas; en ellas, solo cuatro pequeños agricultores contratan la mano de obra (jornal) para las labores de sus cultivos agroforestales con cacao fino de aroma, y los restantes, 31 pequeños agricultores, realizan sus actividades agrícolas con la ayuda de sus familiares. (Figura 2)
Todos los productores encuestados reconocen que tienen el 100 % de sus áreas de producción sembradas y el 100 % cultiva el cacao fino de aroma como cultivo principal y también los cultivos secundarios como el cultivar cacao CCN51 (11,4 %), plátano (34,3 %), especies forestales (48,6 %) y maíz (5,7 %) como complemento para incrementar sus ingresos (Figura 3). Los cultivos más representativos en estos sistemas agroforestales con cacao fino de aroma son las especies forestales, seguido por el cultivo del plátano; mientras que el cultivo de cacao CCN51 se está incluyendo e incrementando con el objetivo de sustituir al cacao fino de aroma, debido a su baja productividad ya que las plantaciones son muy viejas y no existen las atenciones agrotécnicas que exige el cultivo para obtener altas producciones.
Estos resultados coinciden con lo planteado por De La Cruz-Landero, (2015), que señala que el 90 % de los productores en México posee plantaciones viejas lo cual incide directamente en la producción. La edad de las plantaciones permite determinar el desarrollo fisiológico de las plantas; una planta de cacao se considera vieja a partir de los 30 años; desde ese momento su producción comienza a declinar, por lo que el productor debe ir realizando renovaciones de las plantas viejas. Pero esta renovación no siempre es realizad; en ciertos casos por desconocimientos de tipo técnico, en otras prevalece un sentido cultural de apego, lo que dificulta esta renovación. Sin embargo, los productores han ido renovando y rehabilitando las plantas viejas para tener una mejor productividad y así aumentar su producción.
Dentro de las características sociales, cuando se encuestaron a las familias de los 35 productores, se identificó que están conformadas en un 49,5 % por el género masculino y 50,5 % del género femenino; la mayor parte de los agricultores y agricultoras son jefes y jefas de hogar en unión libre, con edades que fluctúan entre los 45 a 54 años, representadas en 22 %, es decir, que en este rango de edad existe la mayor cantidad de personas en las familias que se dedican a la producción agrícola, mientras que, en la edad de 15 a 24, son los jóvenes los que representan el 18 % del total y que, en su mayoría, se dedican al estudio y no al trabajo de la agricultura (Tabla 1). Las personas de edad avanzada poseen, casi todas, algún grado de educación formal y muy pocas han recibido capacitación en las tareas que requiere el cultivo.
Dentro de la población económicamente activa, considerada desde los 18 hasta 65 años de edad, esta está entre el rango de los 15 a 65 y se encuentra representada por el 72 % del total de los miembros de las familias, sin embargo, en la producción agrícola solo trabaja el 37,4 %, lo que constituye una limitante para el desarrollo socioeconómico de la Parroquia el Vergel, dedicada a la actividad agrícola con los SAF, con cacao fino de aroma de exportación.
De La Cruz-Landero y otros., (2015) obtuvieron resultados en México en SAF con cacao, donde más del 50 % de los productores encuestados tenían más de 50 años de edad. Este aspecto social afecta directamente la producción de cacao, debido a que este cultivo requiere mucha mano de obra y la mayoría de las prácticas realizadas son a mano, por lo que una avanzada edad limita el desarrollo de las actividades que se deben realizar. En la actualidad, la producción de cacao se concentra en pequeñas propiedades que pertenecen a los productores mayores. Estos productores de más edad necesitan contratar personal adicional para las prácticas agrícolas como la poda y el control de malezas, y estas prácticas se deben realizar periódicamente y requieren más esfuerzo físico; estas prácticas, en última instancia, aumentan el costo de la producción. El acoplamiento de esta situación con beneficios económicos escasos ha llevado al abandono de las plantaciones.
Con respecto al nivel de escolaridad de cada uno de los miembros del hogar, de los 35 hogares encuestados, se observa que el 56,1 % de los agricultores tiene formación primaria, el 30,8 % de los agricultores, estudios secundarios, el 10,3 % corresponde a escuela para adultos, que son aquellos agricultores que, debido a su edad, asisten a una alfabetización, y el 2,8 % restante son agricultores que han estudiado técnica sin secundaria y son los agricultores graduados en academias artesanales, tales como mecánica, corte y confección. En general, el 56,1 %, que alcanza una escolaridad de primaria, pertenece a los que se dedican a la agricultura como su actividad económica principal, donde el 37,4 % se dedica a la producción en el campo. (Tabla 2)
Este es otro punto crítico, el bajo nivel educativo de los productores de cacao; este bajo nivel educativo repercute negativamente en la gestión y planificación de los recursos. Por ejemplo, en un estudio realizado por Boza y otros., (2016) sobre actitudes hacia los programas de apoyo público de microempresarios rurales, en la zona central de Chile, se determinó que el grupo con menor grado de escolaridad fue escéptico a los programas de apoyo público. En SAF, con cacao en México, se determinó que el 98 % de los productores de cacao posee algún grado de educación formal; este aspecto es importante conocerlo debido a que sirve para planificar adecuadamente actividades de asistencia técnica que permitan capacitarlos en áreas referidas al manejo del cultivo y labores postcosecha, tomando en cuenta la heterogeneidad en el nivel de estudios que poseen. De La Cruz-Landero y otros., (2015).
De los treinta y cinco (35) hogares encuestados, respondieron en relación con la actividad económica el 37 % de los integrantes del hogar, los que se dedican a la agricultura; el 34 % corresponde a las cónyuges e hijas dedicadas a las labores del hogar; el 1 % son personas dedicadas a otra clase de actividad económica que labora como mecánico y el 28 % son los hijos, sobrinos, que se encuentran estudiando en escuelas y colegios sin aportar ningún ingreso económico. De los treinta y cinco (35) hogares encuestados, en relación con el estado civil de cada miembro del hogar, se puede observar que el 51 % de los agricultores son de estado civil unión libre, mientras que el 38,3 % son solteros que corresponden a los hijos, sobrinos, nietos de los agricultores; en menor cantidad, contamos con un 8 % de agricultores que son casados y el 3 % restante son separados, divorciados y viudos, con el 1 % respectivamente cada uno. (Tabla 3)
En los indicadores económicos, se determinó que, de los treinta y cinco (35) hogares encuestados, el ingreso mensual principal va desde cero (0) dólares hasta los 488 dólares, donde observamos que el mayor ingreso es de cero dólares con un 64 %, que son las personas que no trabajan y se dedican a estudiar y a las labores del hogar que no le dan un valor económico, por ende, no tienen un ingreso mensual; con un 13 %, los ingresos entre ciento ochenta y tres y doscientos treinta y tres dólares, que son los agricultores jefes de hogar, que su ingreso lo obtienen a través de sus terrenos; con un 9 %, los ingresos entre 183 y 233 dólares de aquellos agricultores dedicados a los sistemas agroforestales con cacao. Los gastos mensuales de los agricultores fluctúan desde los $101,00 hasta los $500,00, observándose que el 31 % gasta entre $151,00 y $200,00, mientras que el 28 % de los agricultores gasta entre $201,00 y $250,00 y el 14 %, entre 251 y 300 dólares americanos mensuales. (Tabla 4)
Gavilanes, (2010) señala que «una política pública es un proceso integrador de decisiones, acciones, acuerdos e instrumentos, adelantado por autoridades públicas con la participación eventual de los particulares y encaminado a solucionar o prevenir una situación definida como problemática. La política pública es parte de un ambiente determinado, del cual se nutre y al cual pretende modificar o mantener», a través de subsidios, etc.; en la práctica, los acostumbrados trámites burocráticos y de corrupción hacen desalentar a los agricultores y optan por las otras formas de financiamiento sin subsidios y que son a la larga más costosas, pero que para ellos son de inmediatas respuestas. Mores, (2014) señala que el sistema económico «tiene por base la estructura económica surgida de la existencia de necesidades humanas que plantean los problemas económicos básicos; las estructuras económicas están delimitadas por la propiedad de los medios de producción los cuales se resuelven a través de las actividades económicas fundamentales, realizadas gracias a la existencia de factores productivos».
En los factores productivos, se comprobó que la mayoría (71,4 %) de los productores encuestados desconoce sobre los SAF y solo el 17,1 % manifestó conocer qué eran estos sistemas.
Los indicadores productivos y sociales analizados no se encuentran en el nivel requerido para lograr el desarrollo sustentable de estos SAF con el cultivo fino de aroma en las condiciones estudiadas.