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Revista Cubana de Pediatría

versão impressa ISSN 0034-7531versão On-line ISSN 1561-3119

Rev Cubana Pediatr v.74 n.3 Ciudad de la Habana jul.-set. 2002

 

Artículos originales

Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Calixto García”

Intervención educativa para la disminución de la agresividad en la conducta infantil

Dra. Regla Cruz Segundo,1 Dr. Nilo Valentín Noroño Morales,2 Lic. Odalys Fernández Benítez3 y Lic. Rosario Cadalso Sorroche3


Resumen

Se reporta que después de realizar un estudio diagnóstico previo con caracterización de los familiares y el medio, de los niños con conductas agresivas, se pasó a una segunda etapa, donde se elaboró y ensayó un conjunto de influencias educativas que contribuyeron a modificar algunas variables psicosociales del medio familiar en una variante de Escuela de Padres. Teniendo en cuenta los resultados obtenidos se concluyó en que a partir de la implantación de este conjunto de influencias educativas se verificaron modificaciones significativas en los modelos agresivos de los niños objeto de estudio, según ellos mismos refieren.

DeCS: TRASTORNOS DE LA CONDUCTA INFANTIL/psicología; VIOLENCIA DOMESTICA; RELACIONES FAMILIARES; ESTUDIOS DE INTERVENCION.

La existencia de influencias negativas que perjudican el desarrollo armónico de la personalidad de algunos niños es constante preocupación por nuestra sociedad. En este período pueden aparecer alteraciones sistematizadas y estables en la conducta que provocan la inadaptación del niño a su medio social, lo que se conoce como trastorno de conducta.1

La agresión ...es una expresión del deseo del niño de llevar a la práctica su plan de acción. La finalidad que persigue el niño con conducta agresiva es dominar una situación, vencer un obstáculo o destruir un objeto. Se puede expresar mediante actos, por medio de palabras o pensamientos.2

Se ha comprobado en investigaciones realizadas, que la agresión exagerada es una respuesta a la excesiva sobreprotección de los padres, que en ocasiones esconde un rechazo encubierto y se estimula por el uso excesivo del castigo físico.3

Una situación familiar estable bien estructurada es la primera fuente de conocimiento de la cual se nutren los niños, para conformar los patrones de cultura primaria que rigen la actividad de éstos.4

Los padres van inculcando en sus hijos todo un conjunto de valoraciones y concepciones no solo a través de lo que expresan, sino también de sus actitudes y manifestaciones conductuales que de una forma u otra éstos asimilan y contribuyen de forma decisiva con su estabilidad y salud afectiva.5

Estas actitudes deben formarse con una adecuada orientación especializada, labor que se realizó y sirve de contenido a este trabajo y que tiene como objetivo demostrar la efectividad del trabajo de orientación a padres, en la eliminación o disminución de aptitudes agresivas, en un grupo de niños del municipio Habana Vieja (anexos 1 al 4).

 

 

 


Métodos

Se efectuó un programa de intervención educativa que consistió en ensayar un grupo de influencias educativas, con el objetivo de incidir en los modelos negativos agresivos en la familia, que pueden influir en la conducta de los niños y propiciar éstas. Dichas influencias se estructuraron partiendo del diagnóstico inicial y se trató de enfatizar en aquellos aspectos del medio familiar que propiciaban la conducta agresiva de los niños. Este trabajo se realizó en un período de 4 meses, 2 secciones al mes, desde marzo hasta julio de 1999, en el Departamento de Psicología del Policlínico “Tomás Romay”, del municipio Habana Vieja.

La estrategia de intervención tuvo como objetivo sensibilizar a los padres sobre las conductas agresivas familiares y su influencia en el comportamiento agresivo de los niños comprendidos entre 9 y 11 años, y a partir de esta toma de conciencia, lograr enriquecer las opiniones, informaciones, valoraciones, concepciones de los padres, sobre su papel como modelo educativo, a partir de sus propias reflexiones y análisis e influir para lograr modificar algunas concepciones y valoraciones erróneas que conducen a la presencia de modelos educativos agresivos en la familia identificados previamente.6

Para cumplir estos objetivos se diseñaron 8 secciones de trabajo grupal con los padres, que se efectuaron con un tiempo promedio de 1 h cada sesión. El trabajo se realizó de forma grupal para que se aprovecharan las vivencias y experiencias de los padres, a manera de la tradicional Escuela de Padres, y donde se trabajó en las siguientes temáticas:

  • Se busca trabajo como padre ® rol de padre.
  • ¿Cómo es mi hijo y por qué? ® Comprensión y aceptación del hijo.
  • ¿Cómo educar a mi hijo en mi hogar? ®Educación familiar.
  • Divorcio y hogar. Agresividad en la familia.
  • Dramatizaciones.
  • Influencia de la agresividad en las relaciones padre/hijo.
  • ¿Cómo ser un buen padre?
  • Papel de los padres en la formación de los niños.

En las sesiones de trabajo participaron la psicometrista y los médicos como observadores o registradores con previa aceptación del grupo de padres, dirigidos por las psicólogas.

Ya en una etapa final, la cual tenía como objetivo valorar si se habían producido modificaciones o no en el modelo educativo agresivo familiar y en las conductas agresivas de los niños, se utilizaron las mismas técnicas empleadas en el diagnóstico inicial.

Los datos obtenidos de la historia clínica psicosocial se archivaron en hojas de cálculos del tipo Microsoft Excel del paquete Microsoft Office para Windows 95, a partir del cual se obtuvieron tabulaciones, gráficos e indicadores que resumen los resultados. Se utilizó el paquete estadístico S.PSS, que permitió determinar si las modificaciones ocurridas después del período de intervención eran significativas.

Resultados

La tabla 1 muestra que el divorcio hacia los niños es del 30 %. La irresponsabilidad en la educación y atención, de 20 %, las manifestaciones de agresividad, de 40 % y el rechazo a los hijos de 20 %.

Tabla 1. Comparación entre resultados del diagnostico inicial (DI) y final (DF)

 
Divorcio hacia los hijos
Irresponsabilidad por educación y atención
Manifestaciones agresivas
Rechazo hacia los hijos
Niños
 
         
Fem.
Masc.
Total
DI
70,0 %
50,0 %
90,0 %
60,0 %
12
18
30
DF
30,0 %
20,0 %
40,0 %
20,0 %
12
18
30

Fuente: Historia clínica psicosocial individual.

El cuidado, educación y atención de los niños por la figura paterna fue del 80 % (tabla 2). En la tabla 3 se puede observar que la función educativa de la familia fue positiva, con el 73,3 %. La tabla 4 refleja los trastornos referidos por los niños en relación con su familia, y donde se muestra agresividad en el 40 %; alcoholismo, 23,3 %; impulsividad, 60 % y rechazo a los hijos, 20 %.

Tabla 2. Distribución de los niños, según las personas responsables de su educación y cuidado al diagnóstico final

Responsable de educación y cuidados
Niños
Niñas
Total
 
No.
%
No.
%
No.
%
Figura materna
8
44,4
5
41,7
13
43,3
Figura paterna
3
16,7
2
16,7
5
16,7
Figura paterna y materna
3
16,7
3
25
6
20,0
Abuelos
3
16,7
1
8,3
4
13,3
Otros miembros
1
5,5
1
8,3
2
6,7
Total
18
100
12
100
30
100

Fuente: Historia clínica psicosocial individual.

 

Tabla 3. Función educativa de la familia al diagnóstico final

Función educativa
Niños
Niñas
Total
No.
%
No.
%
No.
%
Buena
1
5,5
2
16,7
3
10,0
Regular
12
66,7
7
58,3
19
63,3
Mala
5
27,5
3
25,0
8
26,7
Total
18
100
12
100
30
100

Fuente: Historia clínica psicosocial individual.

Tabla 4. Algunos trastornos referidos por los niños en relación con su familia al diagnóstico final

Incidencia en la familia
Niños
Niñas
Total
No.
%
No.
%
No.
%
Agresividad
7
38,8
5
41,7
12
40,0
Alcoholismo
5
27,7
2
16,7
7
23,3
Impulsividad
11
61,1
7
58,3
18
60,0
Rechazo a los hijos
4
22,2
2
16,7
6
20,0
Familias disfuncionales
11
61,1
7
58,3
18
60,0
Total
18
100
12
100
30
100



Discusión

Si comparamos los resultados del estudio anterior con este trabajo vemos que el 70 % de la muestra presentó variaciones después del período de intervención. El divorcio hacia los niños descendió considerablemente, a pesar de que se mantenían como características de estos, medios familiares con problemas de la vivienda, el hacinamiento, el hecho de vivir en ciudadela, y las familias incompletas, y esta situación continuaba generalmente en los hogares cuyos padres no asistieron a las sesiones de trabajos. Muchos estudios coinciden en que las manifestaciones de agresividad están asociadas con condiciones inadecuadas de viviendas.7,8

La responsabilidad en la educación y cuidado del niño aumentó en más del 50 % relacionado con el diagnóstico inicial; de igual manera se redujeron las manifestaciones de agresividad en el medio familiar. Disminuyó el número de hijos que se siente rechazado por su medio familiar, los padres tomaron conciencia de que constituían un modelo educativo negativo y agresivo para sus hijos, que estaban dañando el desarrollo de su personalidad y que tenían que buscar soluciones para cambiar esta situación.

El problema de las familias disfuncionales no se resolvió, pues solo se trabajó con los padres y no con todas las familias y porque existen muchas causas que gravitan sobre esta situación.

Al hacer un análisis comparativo entre las tablas que se refieren a la respon-sabilidad de la educación y cuidado de los niños del diagnóstico inicial, se observa un ascenso, pues un tanto por ciento elevado de padres volvieron a hacerse cargo de la educación de sus hijos.

En relación con la función educativa de la familia al comparar con el diagnóstico inicial donde la totalidad era de regular y mala, se observó que hubo un cambio positivo, ya que el 70 % de estos niños se insertó en un ambiente donde la función educativa se catalogó según sus experiencias entre buenas y regulares. Al valorar la permanencia de actitudes que existían en la familia de algunos aspectos negativos, tales como agresividad, rechazo hacia los hijos, familias disfuncionales, se ve cómo todos estos parámetros disminuyeron después del período de intervención, con lo que se cumple el objetivo del trabajo realizado.

En conclusión podemos decir que a partir de la implementación del conjunto de influencias educativas elaboradas para la Escuela de padres, se demuestra que ocurrieron modificaciones positivas en los modelos familiares; este grupo de influencias educativas que se utilizaron fueron efectivas y permitieron modificar los modelos educativos agresivos en el medio familiar, y que influyeron positivamente en la eliminación de la agresividad, en los rasgos de conducta de los niños atendidos.

Se recomienda continuar este trabajo con la agresividad y desarrollar sesiones con los niños atendidos y otros miembros de la familia, de manera que se reduzcan en ellos las manifestaciones agresivas establecidas en su conducta personal.

Summary

After conducting a previous diagnostic study with characterization of the relatives and of the environment of the children with aggressive behavior, work on the second stage was started to prepare and test a group of educative influences that contribute to modify some psychosocial variables of the familiar environment in a Parents’ School variant. Taking into account the results obtained, it was concluded that starting from the introduction of this series of educative influences, significant modifications were observed in the aggressive patterns of the children under study, as it was expressed by themselves.

Subject headings: CHILD BEHAVIOR DISORDERS/psychology; DOMESTIC VIOLENCE; FAMILY RELATIONS; INTERVENTION STUDIES.

Referencias bibliográficas

  1. Álvarez M. La Familia Cubana: Cambios, actualidad y retos. Ed. Habana; FNUAP, 1996:1-60.
  2. Luna E. Problemas de conducta infantil. Rosario, Argentina: Ed. Biblioteca Popular, 1973.
  3. Parent P, Gennet C. Los escolares con problemas. Barcelona: Ed. Vicens-Ives; 1996:41-53.
  4. Mauco G. Educación del carácter y la efectividad en el niño, Barcelona: Ed. Nova Terra, 1973:12.
  5. Ares P. Mi familia es así. La Habana: Ed. Ciencias Sociales, 1990:42.
  6. Concha Villar E. La familia. Periódico “El Espectador”, 1996, martes 30 de julio:4.
  7. McCoy G, Cancio H. Trastorno de la conducta en el niño. Ciudad México DF: El Manual Moderno, 1981:52-221.
  8. Chalata CA. La Salud de los niños en las américas: Un compromiso con nuestro futuro. Washington: OPS; 1995:33-5.

Recibido: 11 de diciembre del 2001. Aprobado: 3 de marzo del 2002.
Dra. Regla Cruz Segundo. Calle Sur No. 13925, entre 5ta. y 7ma, reparto Mañana, Guanabacoa, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Especialista de I Grado en Pediatría.
2 Especialista de I Grado en Medicina General Integral.
3 Licenciada en Psicología. Instructora.

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