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Cultivos Tropicales

versão impressa ISSN 0258-5936

cultrop vol.33 no.1 La Habana jan.-mar. 2012

 

Investigación participativa con enfoque de género. Logros de las mujeres de la Provincia Mayabeque en el desarrollo local de sus patios y fincas.

 

Participatory research with a gender perspective. Achievements of women inthe province Mayabeque in the local development of their yards and farms.

 

 

M.Sc. Bárbara Benítez,I M.Sc. María E. Dominí Cuadra,I Dra.C. Maríade los A. Pino Suárez,I M.Sc. Loracnis Hernándezy,I M.Sc. Ania Yong Chon,I M.Sc. Laura R. Medina García,II M.Sc. Dagmara Plana Ramos,III M.Sc. Francisco Dueñas Hurtado,III

I Departamento de Fitotecnia, Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, San José de las Lajas, Mayabeque,Cuba, CP 32700.
II Aspirante a Investigador del departamento de Biofertilizantes y Nutrición de las Plantas, Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, San José de las Lajas, Mayabeque,Cuba, CP 32700.
III Departamento de Genética y Mejoramiento Vegetal, Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, San José de las Lajas, Mayabeque,Cuba, CP 32700.

 


RESUMEN

Desarrollar estrategias del desarrollo local con enfoque de género, constituye un objetivo de trabajo en el campo del desarrollo local. Partiendo de este concepto, el presente trabajo se desarrolló en el Municipio de San José de las Lajas “CCS Orlando Cuellar” y amas de casa de los poblados de San José y de la Comunidad de Tapaste y en dos Municipios de la Provincia Mayabeque: Santa Cruz del Norte “CCS José Castellanos y Batabanó “CCS 9 de Abril”, con el objetivo general de Implementar actividades participativas con enfoque de género, que permitan el desarrollo de la mujer dentro de los contextos agrícolas en estudio. Para ello se realizaron Talleres de: Sensibilización, Capacitación e intercambio entre productores, utilizándose técnicas del diagnóstico participativo con enfoque de género, que permitieron identificar las necesidades sentidas de hombres y mujeres, determinar los roles, la división sexual del trabajo, las limitantes en la producción agrícola, dificultades para la comercialización, etc. También en los talleres de sensibilización, se construyeron los indicadores de equidad a través del Método de Evaluación de indicadores y Dimensiones de equidad de género; como estrategia a seguir en el estudio, siendo seleccionados diecisiete indicadores. El resultado de este estudio arrojó que la mayoría de los indicadores tuvieron diferencias estadísticas significativas entre sí, excepto los indicadores “Mujeres logran ingresos a partir de sus producciones” y “Mujeres y hombres con acceso a ventas de productos”, resultados que se vieron reflejados cuando se agruparon estos indicadores en dimensiones de género, donde todas las dimensiones en estudio mostraron un salto cuantitativo respecto a la etapa inicial del estudio.

Palabras clave: desarrollo de la comunidad, fincas experimentales, género, participación de la mujer.


ABSTRACT

Develop local development strategies with a focus on gender is an objective of work in the field of local development. From this concept, this work was developed in the Municipality of San José de las Lajas "CCS Orlando Cuellar" and housewives in the villages of San Jose and the Commonwealth of Tapaste and two municipalities of the province Mayabeque: Santa Northern Cross "CCS Batabano “Jose Castellanos” and "CCS April 9," with the overall objective of Implementing participatory gender-sensitive, allowing the development of women within the contexts of agricultural study. This will involve workshops: awareness, training and exchange between farmers, using participatory appraisal techniques with a focus on gender, which helped identify the felt needs of men and women, to determine the roles, the sexual division of labor, limiting the agricultural production, marketing difficulties, and so on. Also in the sensitization workshops were built equity indicators through the method of assessment indicators and dimensions of gender equity, and strategy in the study, being selected seventeen indicators. The result of this study showed that most of the indicators were statistically significant differences among themselves, except the indicators "Women earn income from their production" and "Women and men with access to sales of products."

Key words: community development, pilot farms, gender, women's participation.


 

 

INTRODUCCIÓN

El enfoque de género intenta resolver el problema de las relaciones de poder entre los dos sexos y no únicamente los problemas de las mujeres; su objetivo es suscitar el interés por las cuestiones de equidad de género para implicar a todos los actores concernidos en la construcción de una sociedad equilibrada y para promover la equidad de género en todas las actividades y en todos los sectores (1).

La emergencia del enfoque de género en las últimas décadas no es casual y su inicio se ubica a mediados de la década del 70, resultante de la confluencia del movimiento feminista, de los movimientos sociales, del debate conceptual y de las propuestas políticas (2).

En Cuba, en los últimos años se ha venido desarrollando una fuerte corriente dedicada a los estudios del género y el papel de la mujer en la sociedad (3, 4, 5, 6 y 7). Los temas relacionados con la perspectiva de género dentro de la agricultura son asumidos como una herramienta de ayuda para documentar y entender los distintos roles, prioridades y responsabilidades de las mujeres y los hombres en el uso y beneficio de los recursos naturales, pues aún en condiciones de aparente igualdad en cuanto a condiciones de vida y trabajo entre hombre y mujeres, las realidades que viven muestran características diferentes.

En nuestro país, su participación es mucho más activa. En encuestas realizadas anteriormente a diferentes entidades agrícolas (8), se pudo comprobar que principalmente las mujeres en este sector se encuentran vinculadas a labores productivas, preferentemente al cultivo de plantas ornamentales y flores, producción de posturas en casas de cultivos y en el trabajo de servicio y oficina. No obstante, aún se observa que se encuentran en menor número que los hombres, ya que en el caso de la mujer, el trabajo y la familia siempre están vinculados entre sí, y gran parte de sus labores no son retribuidas monetariamente, aún cuando sean tareas productivas. Por su parte, el hombre suele desempeñar un papel marginal en las labores domésticas, ya que, en teoría, es a él a quién le corresponde realizar el trabajo retribuido fuera del hogar.

En los últimos años se ha trabajado por incorporar en los proyectos un enfoque de equidad de género y a través de ellos se han identificado una serie de principios, condiciones, estrategias, acciones y procedimientos que han facilitado las iniciativas de desarrollo e impactar sobre las relaciones intergenéricas al interior de las familias y de las comunidades en busca de la equidad (9). El sector agrícola no se encuentra ajeno a esta problemática y las mujeres juegan hoy un rol decisivo en el desarrollo de la agricultura tanto tradicional como convencional, siendo muchas veces mayor la brecha entre hombres y mujeres, donde la labor de esta no es visualizada de forma correcta y muchas veces se convierte en invisible.

Entre los esfuerzos por alcanzar estos objetivos, se encuentra el Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), de gran prestigio e incuestionables resultados a lo largo del país. A partir de los antecedentes que llevaron al desarrollo de este programa, se observó la necesidad del trabajar con enfoque de género, en pos de visualizar la labor de la mujer dentro del sector agrícola del país. Esta demanda de nueva visión del rol de las mujeres en el sector agrícola, conllevó al desarrollo de proyectos pilotos de género, los que trabajan desde hace 4 años con mujeres vinculadas de forma familiar o productiva a la agricultura, dentro del marco de la agricultura urbana y la agricultura rural en Cuba.

Bajo este escenario, surgen los objetivos del presente trabajo, los cuales fueron: Implementar actividades participativas con enfoque de género, que permitieran el desarrollo de la mujer dentro de los contextos agrícolas en estudio; Generar capacidades y utilizar habilidades ya existentes en estas, que permitieran su incorporación a las labores productivas y con ello a la obtención de nuevas fuentes de ingresos familiares y el mejoramiento de la alimentación, así como: Potenciar de manera general, una mayor participación e impacto femenino en el funcionamiento de la comunidad. Todos ellos, se acompañan de un cambio de actitud en lo relativo a la situación de las mujeres y el rol que juegan en la sociedad y en la familia.

Los resultados fueron evaluados a través de indicadores de equidad, que según describe (10), no son más que señales o signos que nos ayudan a "tomar el pulso" de la equidad entre mujeres y hombres en un lugar determinado; los cuales van a jugar a jugar un papel de observatorio permanente para ver cómo se avanza o se retrocede en ese sentido (11) y nos permite darnos cuenta como se encuentran las cosas en relación con algún aspecto de la realidad que nos interesa conocer.


MATERIALES Y MÉTODOS

El trabajo se desarrolló en los Municipios de San José de las Lajas, Batabanó y Santa Cruz del Norte de la provincia Mayabeque; comenzando en el año 2008 y hasta el 2010.

Se realizaron 6 talleres de Sensibilización y Capacitación y 10 talleres de Intercambio entre productores; en los 3 Municipios mencionados anteriormente, que permitieron desde los primeros momentos facilitar cambios de aptitud en hombres y mujeres con relación al reconocimiento y aceptación de que los roles son determinados por la historia, la sociedad y la cultura y, por tanto, son modificables; además de caracterizar las diferentes unidades productivas en que se ejecutó el trabajo, realizar la actividad de transversalización de género a través del Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL) y realizar actividades de capacitación tanto a activistas de género de la ANAP Municipal, como a productoras y miembros del equipo de trabajo en temáticas afines a sus necesidades sentidas.

La metodología utilizada fue el método de diagnóstico participativo con enfoque de género, que consiste en un proceso sistemático que sirve para reconocer una determinada situación y el por qué de su existencia, donde la construcción del conocimiento se hace con la intervención y opiniones diferenciadas de las personas que tienen que ver con esa situación (9); sin embargo, las personas no son vistas en esta metodología como un grupo homogéneo, sino que se reconoce que mujeres y hombres tienen necesidades, percepciones y realidades diferentes según su género/sexo, edad y visibiliza también las relaciones de poder al interno de la comunidad.

El diagnóstico brindó la posibilidad de participar tanto a mujeres como hombres de diferentes procedencias y niveles educacionales en las decisiones a tomar de acuerdo a sus intereses y posibilidades reales de la comunidad para acometer las diferentes actividades. Las técnicas utilizadas con este fin fueron: Técnicas de presentación para el comienzo de la actividad, (Organicémonos; Me siento como un(a); Se busca…,.); Técnicas para identificar los objetivos propuestos en el taller, como son: Técnica ¨Quien busca encuentra… Lluvia de aspiraciones, ¿De quién son las cosas y por qué?, Aprender haciendo, Manuelito, Manuelito, Técnica de la votación, etc. (9).

Para evaluar el impacto del trabajo se utilizó el Método de Evaluación de indicadores y Dimensiones de equidad de género (9).


Los indicadores de equidad de género tienen la importante función de señalar los impactos o cambios cuantitativos o cualitativos en las relaciones entre las mujeres y los hombres a través del tiempo, además son insumos importantes para la planificación, ejecución y evaluación de proyectos de desarrollo rural y se pueden agrupar para medir su eficiencia en dimensiones o grandes áreas donde generalmente se puede ver reflejada o expresada la (in)equidad de género.

Fueron evaluados 16 indicadores con enfoque de género a una muestra conformada por 7 mujeres y un hombre del Municipio de San José de las Lajas (tabla I).


Los datos fueron ponderados en una escala del 1-10, en dos momentos: Al comienzo de la actividad del proyecto (Antes) y en la actualidad (Después). (Escalante y Peinador, 1999).
Los datos obtenidos fueron analizados a través del procesador estadístico SPSS, versión 15.00 utilizando la prueba no paramétrica “T” de Datos Pariados.

A partir de los indicadores seleccionados anteriormente, se construyeron 5 dimensiones de género (Tabla II), agrupando los indicadores según corresponden con la dimensión. Los datos fueron promediados y se construyó un gráfico radial para comparar los resultados al comienzo de la investigación (Antes) y al finalizar la misma (Después).


RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En la figura 1, se presentan las cifras de participación de mujeres, hombres, técnicos, decisores de política, estudiantes y población en general, en las diferentes actividades desarrolladas desde 2008 hasta Junio de 2010. Se observa que en todas las actividades convocadas, las mujeres se encuentran en un mayor número que los hombres. Esta situación puede estar asociada a que en este Municipio el Programa de Innovación Agraria Local (PIAL) ha abierto espacios que no existían para la innovación (Ferias de diversidad y Festivales de Innovación Agraria Local), donde las mujeres, al igual que los hombres, pueden participar de manera espontánea en busca de alternativas alimentarias para sus familias; exhibir los resultados de sus innovaciones en los mismos escenarios de los hombres, intercambiar experiencias con otros y otras y vender, por primera vez, los productos desarrollados por ellas a la comunidad o lugar donde se desarrollan dichas actividades. Resultados como estos concuerdan con (12), quien plantea que, por ejemplo las Ferias de diversidad permite la participación no solo de hombres, sino también de mujeres y recientemente se logra la incorporación de la familia, como jóvenes e infantes.

A través de las técnicas utilizadas en los talleres de Sensibilización llevados a cabo en San José de las Lajas quedan visualizados principalmente los roles de mujeres y hombres, las necesidades prácticas y estratégicas de la comunidad y la división sexual del trabajo. Es importante destacar que en la medida que estas actividades se desarrollaron en la comunidad, mujeres y hombres de otras CCS, personas pertenecientes a la Agricultura Urbana del Municipio y amas de casa, se interesaron por este trabajo y se incorporaron al mismo desde sus inicios, participando de forma activa en las acciones realizadas. En la actualidad existen 28 productoras y productores vinculados, siendo 8 mujeres y 2 hombres líderes en estos procesos, los cuales alcanzan resultados concretos en sus actividades agrícolas, donde las acciones positivas desarrolladas han contribuido de manera satisfactoria al desarrollo de las mujeres en el Municipio. Dentro de las actividades fundamentales desarrolladas por los productores se encuentran la producción de plantas ornamentales (4%), la conservación de alimentos (46%), como actividad fundamental, la artesanía (30%), la atención a los huertos familiares (11%) y la elaboración de condimentos secos (8%), representando la mujer el 80% en estas actividades.

Resultados similares han sido encontrados por otros autores (13), en la comunidad de Jibacoa, Provincia de Villa Clara, donde se obtuvo que el 64 % de las mujeres prefieran la conservación de alimentos y la cría de animales, el 15 % la atención a huertos, el 13 % a la artesanía con el trabajo de semillas y un 8 % la dedicación a ornamentales. Se destaca que los hombres se dirigen más por la selección de semillas y el cultivo de las mismas en fincas o patios.

La figura 2 muestra la incorporación de mujeres y hombres, en cada municipio en estudio, se destaca el Municipio de San José de las Lajas en la incorporación paulatina de mujeres en las acciones de género, pues de 4 mujeres que se encontraban incorporadas en el año 2008, se cuenta hoy con un total de 13, incorporándose 32,5% de mujeres en el proceso, lo que estuvo asociado a que la mayor actividad se centró en este municipio.


En el caso de los Municipios de Batabanó y Santa Cruz del Norte, se alcanzó el 13,3 y 6,6% de incorporación, respectivamente, debido a que en estas regiones la actividad de transversalización fue paulatina y a partir de las experiencias adquiridas en el Municipio de San José, el cual fue tomado como estudio de caso. Si se toma en cuenta la escala de evaluación de indicadores de equidad, descrita por (1), la cual plantea que valores que oscilan entre de 0-10% es catalogado de “malo”; de 20-30%, bueno y de más de 30%, es excelente; entonces podemos aducir que el indicador incorporación de mujeres y hombres al proyecto en el Municipio de San José se cataloga de excelente, no obstante se debe continuar trabajando por lograr una mayor participación e incorporación de las mujeres en estas actividades.

La evaluación de los indicadores (tabla III) mostró diferencias estadísticas significativas, siendo los de mayor impacto los indicadores “Mujeres y hombres que elevaron su Autoestima”, “Mujeres y hombres son apoyados por organizaciones e instituciones”

No menos importante es el producto logrado a partir del resto de los indicadores evaluados y que mostraron diferencias significativas, por ejemplo: en el caso del indicador “Mujeres y hombres incrementan la diversidad de sus productos” se ha logrado un aumento paulatino de la diversidad en las fincas y patios, lo que se ha visto reflejado en el aumento del número de especies de plantas ornamentales (al menos 20 variedades),
Conservas de alimentos (de 1 mujer que realizaba esta actividad, ya hoy lo hacen 8), otras mujeres han trabajado en la elaboración arreglos florales (ninguna mujer se dedicaba a esta actividad y en la actualidad 9 tienen los conocimientos y de ellas 7 lo ejercen). Resultados similares han sido alcanzados por autores (14), y han sido exhibidos principalmente a través de las ferias de diversidad y del intercambio con otros productores e instituciones científicas asociadas al proyecto, lo que ha propiciado además un aumento y un mayor conocimiento de especies.

En el caso del indicador “Mujeres y hombres se capacitan” se ha logrado que los conocimientos adquiridos a través de las capacitaciones hayan sido replicados por los productores, quienes se han convertido en capacitadores de otros, ya sea en sus Municipios de residencia, otras provincias del país, así como en actividades de Intercambio de carácter Internacional. Un resultado de estos procesos, ha sido la elaboración de un recetario de alimentos elaborados a partir de las propias iniciativas de los productores, el cual ha servido para intercambiar con otras personas y ha sido la base de la creación de un espacio en la televisión Local del Municipio de San José de las Lajas, donde cada semana se presenta una receta de éste documento. Otras opciones como las ferias culinarias desarrolladas en la comunidad “Las Terrazas”, Artemisa, son espacios creados para que las personas echen a volar su imaginación y elaboren platos con los recursos disponibles en la comunidad; lográndose en las mismas la incorporación de familias campesinas, sus tradiciones y su rica diversidad y facilitándose el intercambio de conocimiento y experiencia entre todos los presentes (15).

Al analizar el indicador “Mujeres se empoderan”, el mismo no mostró diferencias estadísticas significativas. Partiendo de que la calificación usada como base para este análisis era otorgada por los participantes en el taller (véase Materiales y Métodos), se pudiera considerar que los bajos valores adjudicados a este indicador pudieran deberse a que las mujeres no reconocen aún el cambio de rol que han jugado dentro de sus comunidades, lo que conlleva a que las mismas no se percatan que son dueñas de sus productos de innovación y de la contribución que han tenido en la economía de sus familias.

De manera similar, ocurrió para el indicador “Mujeres logran ingresos de sus producciones”, donde no se encontraron diferencias estadísticas significativas. A pesar de ello, ha ocurrido apoyo por parte de las organizaciones políticas y de gobierno (OLPP, PCC, CITMA) y se han permitido espacios para la comercialización de los productos de la innovación, lo que ha repercutido en ingresos para las familias campesinas.

En estudios realizados por (16), se define que el verdadero empoderamiento es logrado por las mismas personas involucradas, mediante su genuina participación en los procesos que definen sus oportunidades de vida y, sobre todo, en un proceso democratizante, donde el logro de relaciones equitativas entre los géneros sea una prioridad. Esta conceptualización, así como los resultados alcanzados en el taller para estos indicadores, conllevan a la planificación de acciones futuras a desarrollar por el proyecto en este sentido, a fin de repensar las estrategias para lograr un mayor reconocimiento del rol de las mujeres en esta comunidad.

Esta estrategia de acción, se fortalece por lo obtenido por el indicador “Mujeres son reconocidas en la comunidad”, que aunque mujeres y hombres no demuestran estar reconocidos totalmente, sí han disfrutado de espacios públicos, donde han mostrado sus capacidades intelectuales, como son: Exposiciones, Festivales de Innovación Agraria Local, Ferias de Agrodiversidad, eventos Nacionales e internacionales, la capacitación a otros, Participación en talleres, etc. Estos resultados concuerdan con los sugeridos por (11), en su artículo sobre indicadores de equidad, quien planea que los indicadores de equidad no son más que señales que sirven para tomar el pulso de la equidad entre mujeres y hombres en un lugar determinado; ya sea el mundo, un país, una región, una provincia o una comunidad. Además, nos permiten ver en qué formas se manifiesta la equidad o la inequidad entre los géneros.

En el caso del indicador, “Mujeres participan en Eventos”, se aduce que no se alcanzan los mismos resultados, debido a que no todas las personas encuestadas han tenido la oportunidad de participar en eventos nacionales e internacionales, siendo solamente 2 mujeres de las encuestadas las que han participado en eventos de productores con carácter Internacional y ninguna en Eventos Nacionales.

En la figura 3 se observa el impacto de las dimensiones de género evaluadas, donde se puede constatar que la dimensión “Relaciones entre género”, que abarca los indicadores:”Mujeres se empoderan”, Influencia sobre otras personas fuera del proyecto” y “Mujeres y hombres elevan su autoestima” alcanza los mayores valores. Dentro del alcance de esta dimensión, no se entiende el empoderamiento de las mujeres en la comunidad en términos de dominación sobre otros, sino como el incremento por las mujeres de su autoestima, sus capacidades, su educación, su información y sus derechos, lo que conlleva a que puedan influir en los procesos de su desarrollo personal y comunitario.


Es importante resaltar que con el proceso de transversalización se logró aumentar el número de mujeres que elevaron su autoestima, alcanzando valores de 8,63 de un total de 10 en la escala ponderada. Este resultado viene dado por la motivación que ha causado la incorporación de éstas mujeres y hombres en las actividades convocadas, logrando socializar sus ideas e iniciativas con otras y otros, en espacios públicos. Estos resultados coinciden con los encontrados en un estudio realizado (17) sobre los logros del Programa de Innovación en relación a la autoestima y el empoderamiento alcanzado por los productores y productoras de cuatro Provincias del país, donde se realizó la investigación.

En esta dimensión se evidencia que ellas y ellos logran empoderarse, tanto en lo social como en lo psicológico. Ellas demostraron tener sentido de fuerza interna y confianza para enfrentar la vida, derecho a escoger, adquirieron poder para controlar las relaciones dentro y fuera del hogar, y la capacidad para influir en la dirección del cambio social. Se demostró que las mujeres fueron capaces de solicitar cursos para su preparación, de organizarse para aprender, socializar el conocimiento en la asimilación de actividades productivas para aumentar su propia autonomía, para hacer valer su derecho independiente a tomar decisiones y para controlar los recursos que les ayudarán a cuestionar y a eliminar su propia subordinación.
La dimensión “Metodologías con enfoque de género”, la cual abarca los indicadores: “Mujeres y hombres dan valor agregado a sus producciones”, ”Mujeres son reconocidas en la comunidad”, ”Mujeres y hombres con acceso a la venta de sus producciones”, Mujeres y hombres apoyadas por organizaciones e instituciones”, Mujeres y hombres aumentan la diversidad de sus producciones”, e “Ideas innovadoras”, fue la que mostró el mayor aumento. Este salto cualitativo tan elevado se debió principalmente al proceso de capacitación desarrollado, donde los facilitadores, así como los productores, aprendieron y desarrollaron metodologías y herramientas con enfoque de género, concibiendo la investigación–acción como elemento vinculante entre la ciencia y la práctica, donde las actividades desarrolladas combinaron la investigación social, el trabajo educacional a través de la capacitación y la acción conducente a lograr en las familias, la asunción de sus propios destinos con sus propios recursos.

Esta situación permitió trazar una estrategia para la transversalización que incluyó a nivel nacional los diagnósticos participativos con enfoque de género. Se diseñó e implementó el plan de acción participativo con éstas familias para atender las necesidades evidenciadas al construir los indicadores.

El incremento en esta dimensión está dado por las iniciativas de los miembros de las familias de aportar valor agregado a sus innovaciones, como son: las conservas, condimentos y demás alimentos producidos en sus patios y fincas.

También surgen nuevos productos y manuales de capacitación, se incrementa la diversidad y se aumentan las actividades productivas no sólo de los hombres y mujeres, sino también de las familias, en al menos dos opciones por cada una.

Los resultados para esta dimensión permiten comprobar, además, que en la medida que las familias participaban, compartían más el poder en la toma y ejecución de las decisiones, implicándose y esforzándose más en la solución de los problemas detectados al sentirse más valoradas. O sea, se logró corroborar la relación indisoluble entre esfuerzo (lo que se requiere para hacer algo, esencialmente la voluntad humana) y el impacto logrado (dado por la importancia de solucionar el problema para la comunidad), es decir: a mayor esfuerzo, mayor impacto y viceversa.

La evaluación de esta dimensión evidenció la real participación de las mujeres en el trabajo de la comunidad, desarrollando en ellas y en todos los actores sociales involucrados, conocimientos y habilidades. Su protagonismo, autonomía y responsabilidad en lo que decidieron, dejaron huellas de sentido de pertenencia, de identidad y de compromiso social en la comunidad.

En relación a la dimensión “Educación-Capacitación” que incluye los indicadores: “Mujeres y hombres se capacitan”, Participación en Ferias de Diversidad”, “Participación de mujeres y hombres en Festivales de Innovación”, “Mujeres participan en eventos”; “Capacitación a otras y otros productores” e “Intercambio de experiencias” esta alcanzó valores elevados en relación con el momento “Antes”, lo que está dado por los resultados de las acciones de capacitación e intercambio desarrolladas. Al respecto, se capacitaron un grupo de mujeres en diferentes temáticas afines a sus intereses y necesidades, formándose algunas como promotoras de género y líderes femeninas del conocimiento de la comunidad, lo que les permitió un mayor empoderamiento y un mejor desarrollo de sus capacidades. Las mismas intercambiaron experiencias con otras mujeres y hombres de la comunidad, lo que les ha permitido sentirse reconocidas en la comunidad al exponer sus resultados en espacios públicos.

Resultados equivalentes fueron revelados por (18 y 19), en estudios realizados en la comunidad “Las Caobas”, Holguín, y en el Municipio La Palma, Pinar del Río; donde evidenció un aumento en el número de mujeres y hombres capacitados en temas diversos, lo que ha repercutido en la generación de nuevos alternativas para acceder a fuentes de ingreso o aumentar la producción a nivel familiar y en términos del proceso, se ha logrado la diversificación de variantes de la innovación agropecuaria a nivel local.

Los indicadores que componen esta dimensión permitieron diagnosticar la realidad de la comunidad con mirada de género, determinando un salto de una etapa a otra con relación a los procesos de aprendizaje y apropiación de la perspectiva de género por parte de los involucrados, lo que se traduce en acciones y resultados concretos en la transversalización.

Una valoración global de las dimensiones de equidad evaluadas, evidencia que se pudo demostrar como a nivel individual, a través de la participación enfocada al género, se dieron los primeros pasos para desarrollar fuentes de ingreso informales a las mujeres involucradas, lo cual posibilitó su independencia económica y social, permitiéndoles alcanzar la soberanía alimentaria a escala doméstica y un reconocimiento social por su actividad.

A nivel comunitario, se favoreció el desarrollo de fuentes locales de alimentos y plantas ornamentales, permitiendo la ampliación de las fuentes de empleo y, de forma integral, el desarrollo de modelos de mujeres empoderadas, con mayor participación e impacto en el funcionamiento de la comunidad.

La utilización de los diagnósticos participativos con enfoque de género, demostraron ser una herramienta útil para revelar las inequidades de género que prevalecían en el contexto en estudio, las cuales hasta ese momento eran consideradas como naturales por las propias familias. Por otro lado, la construcción de indicadores elaborados participativamente en las comunidades permitió diseñar acciones para capacitar a mujeres y hombres y revertir la situación existente, disminuyendo las brechas entre géneros, permitiendo que las mujeres recibieran reconocimiento público de la comunidad, a la vez que los hombres brindaron mayor apoyo físico y moral a las mujeres, tanto en los roles productivos como reproductivos y comunitarios; estos aspectos se vieron reflejados también al hacer un análisis por dimensiones de género, donde se pudo constatar que en todas ellas se logró visualizar un avance cuantitativo en todos los indicadores evaluados.

Por todo lo anterior expuesto, se considera que se deben realizar y extender las acciones de sensibilización y capacitación según las necesidades específicas de los beneficiarios a los que van dirigidas, a otras comunidades rurales y periurbanas del municipio de San José de las Lajas.


REFERENCIAS

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Recibido 8/10/2010, aceptado 23/09/2011

 

 

M.Sc. Bárbara Benítez, Especialista del departamento de Fitotecnia, Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, San José de las Lajas, Mayabeque,Cuba, CP 32700. Email. bbenitez@inca.edu.cu

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