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Revista Cubana de Medicina General Integral

versão impressa ISSN 0864-2125versão On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.22 n.3 Ciudad de La Habana jul.-set. 2006

 

Miasis cutánea forunculoide: un caso diagnosticado en Cuba

Kárel Durán Marrero,1 Isora Montenegro Valera2 y Aida Iris Uribe-Echeverría Delgado1

Resumen

En este trabajo se presenta un caso de miasis cutánea forunculoide diagnosticado en el Servicio de Dermatología del Hospital Universitario “Comandante Faustino Pérez” de la ciudad de Matanzas. La paciente adquirió esta dermatosis en Costa Rica, pero desarrolló el cuadro clínico típico en nuestro país, donde recibió tratamiento médico. Se describen las características de las miasis cutáneas y de los agentes que las producen, así como su distribución geográfica y las opciones terapéuticas ante estos casos. Este trabajo tiene especial interés para los médicos internacionalistas que brindan sus servicios en países donde estas enfermedades son frecuentes.

Palabras clave: Miasis, infestación, forunculoide, dermatosis.

La miasis es la infestación de los tejidos del cuerpo humano o animal por larvas de insectos del género de los dípteros. Por su parte, las miasis cutáneas incluyen las afecciones de la piel y el tejido celular subcutáneo provocado por dichas larvas. Esta enfermedad puede ser clasificada de varias formas desde el punto de vista clínico y entomológico.

Entomológicamente las miasis pueden ser:

  • Obligatorias: cuando el paso del estado de larva al de parásito ocurre en el cuerpo del animal o del hombre.
  • Facultativas: usualmente la larva se desarrolla en carnes putrefactas o en material vegetal, pero puede infestar heridas.
  • Accidentales: los huevos de la larva se ingieren con comidas y bebidas contaminadas provocando una miasis intestinal.1

Desde el punto de vista clínico se clasifican en:

  • Miasis cavitarias: el ataque de larvas tiene lugar, preferentemente, en la extremidad cefálica (senos paranasales, conducto auditivo externo). Dotadas de gran voracidad, las larvas destruyen cartílagos y huesos, ocasionando procesos mutilantes y complicaciones serias, e incluso mortales, de acuerdo con la región afectada. A la perforación de los huesos del cráneo puede seguir la invasión del tejido meníngeo y encefálico causando meningoencefalitis y hemorragias.
  • Miasis cutáneas: con 3 formas clínicas:

- Forma forunculoide: se presentan en la piel lesiones con franco aspecto forunculoso que contiene la larva en   su interior, saliendo esta en 2 ó 3 semanas al exterior.
- Forma lineal rampante: la larva al emigrar bajo la piel va dibujando los más caprichosos trazos.
- Forma subcutánea con tumores ambulatorios: se forman tumefacciones profundas y dolorosas que a los    pocos días se atenúan y desaparecen, pero que luego pueden aparecer a poca distancia. Este proceso se    repite unas 10 semanas hasta que la última tumoración se ulcera dejando salir la larva.1-3

Las moscas cuyas larvas producen este tipo de lesiones habitan en países tropicales de América Central, América del Sur y África. El orden de los dípteros y el suborden de los ciclorrafos agrupan a estas moscas, y es el grupo de los estridos el que por sus características provoca las miasis cutáneas. Estas características relacionan la reducida longevidad de los adultos, que contrasta con el dilatado período vital de las larvas para completar su evolución en el hospedero que de forma obligada las albergan. Dentro de este grupo tenemos las moscas siguientes: Dermatobia cyaniventris, Lucilia macellaria, Hypoderma bovis y Cochliomya homonivora.3,4

Nuestro país no constituye hábitat para este tipo de moscas, no obstante la presencia de nuestros médicos internacionalistas en países donde son frecuentes estas enfermedades o la llegada de visitantes de otras zonas del planeta a Cuba, nos pone ante la posibilidad de enfrentarnos al diagnóstico y tratamiento de una miasis cutánea, por lo cual nos sentimos motivados a presentar este caso.

Presentación del caso

Se trata de una paciente del sexo femenino, de 75 años de edad, de la raza negra, con antecedentes patológicos personales y familiares de salud. Acude a nuestra consulta refiriendo que aproximadamente 6 semanas atrás, mientras realizaba una excursión por zonas montañosas de Costa Rica había sufrido 3 picaduras de una mosca en el brazo y antebrazo derechos. Esto le originó ronchas en el punto de la picadura y cierta picazón, a lo cual no prestó mucha atención.

Una vez en Cuba (después de transcurridas 4 semanas) notó cómo de forma gradual se le iban inflamando las zonas de punción, formándose unos “granitos” que posteriormente se abrieron, de donde salió una secreción amarillenta o rojiza, y notó que algo se movía dentro de ellos. Esto le causaba dolor moderado.

Después de realizado el interrogatorio se le practica un examen físico, el cual arrojó:

  • Piel: lesiones de aspecto forunculoide, redondeadas, de tamaño variable, que hacen relieve sobre la superficie cutánea, de centro exulcerado por donde sale una secreción serosanguinolenta abundante, en número de 3, localizadas en tercio inferior del brazo derecho y antebrazo del mismo lado.
  • Al observar el centro de la lesión se aprecia la parte posterior de una larva que se mueve constantemente, y que al tocarla con una pinza se esconde hacia el interior.
  • Al determinar los antecedentes epidemiológicos de la paciente y estudiar el cuadro dermatológico se llega a la conclusión de que se trata de una miasis cutánea. Se revisa la bibliografía y se clasifica como una forma forunculoide por las características clínicas, y entomológicamente como una forma obligatoria de miasis cutánea, pues la larva requiere del hospedero para llegar al estado adulto.

Se impuso tratamiento médico a la paciente, utilizándose en este caso fomentos oclusivos de permanganato de potasio (1 x 20 000) para de esta forma, al impedir la respiración de la larva, obligarla a salir al exterior, y además para evitar la sobreinfección secundaria y desinflamar la piel. Entre los 6 y 10 días posteriores a la aplicación de los fomentos las larvas salieron de cada uno de los orificios (3 en total) y fueron recolectadas por la paciente. Evolutivamente disminuyó la secreción y la inflamación de las lesiones hasta su desaparición, de lo cual quedó solo una cicatriz residual.

Las miasis cutáneas son enfermedades frecuentes en países tropicales de América Central, del Sur y de África. Afectan mayormente al ganado y a los pastores, aunque también pueden afectar a animales domésticos y eventualmente a personas que visitan áreas rurales donde habitan las moscas del grupo de los estridos. Los animales intensamente infestados muestran una notable reducción en el peso y en la producción láctea, y sus pieles son dañadas por las perforaciones, por lo que pierden su valor comercial.

En general los adultos de estas moscas no tienen un aparato bucal funcional, por lo que viven pocos días, dedicándose al apareamiento y reproducción con lo que aseguran así un hospedero idóneo para sus larvas.1-6

Las formas de infestación son varias:

  • Depositan los huevos sobre los pelos del hospedero y al nacer las larvas penetran a través de la piel.
  • Dejan fijados los huevos al abdomen de ciertos mosquitos, quienes son los encargados de, al picar al hospedero, introducirlos en su piel.

Los habitantes de estas regiones llaman a estas moscas “tórsalos”, y a las larvas “bernes” o “gusanos macacos”.7-11 Las lesiones suelen ser extremadamente dolorosas, con reacción inflamatoria a su alrededor, acompañándose de linfangitis y linfoadenopatías regionales.1-5

Con relación al tratamiento se conoce del empirismo de los indígenas que ocluyen la lesión con pasta de tabaco, tocino o fomentos de albahaca. Resultados similares pueden ser obtenidos con aceites minerales, petrolatos o mantequilla, que impiden la respiración de larva obligándola a salir.10-12

Puede emplearse la extracción mecánica, previa aplicación de éter o tolueno, y la inyección de lidocaína por debajo del nódulo puede ser suficiente para que la larva salga.10-12 En la forma lineal rampante puede utilizarse la cauterización con galvanocauterio o la crioterapia en el lugar donde se sospeche que se halla la larva, así como el tratamiento con antiparasitarios como mebendazol, tinidazol o tiabendazol. En algunos casos los especialistas recomiendan el tratamiento quirúrgico.10-13

FIG. 1 y 2. Paciente con lesiones de miasis cutánea forunculoide.

FIG. 3. Moscas que provocan las miasis cutáneas.

FIG. 4. Larva que penetra la piel y causa las lesiones.

Summary 

Furunculoid cutaneous myasis: a case diagnosed in Cuba

A case of furunculoid cutaneous myasis diagnosed at the Dermatology Service of "Comandante Faustino Pérez" University Hospital , in the city of Matanzas , is reported. The patient acquired this dermatosis in Costa Rica , but she developed the typical clinical picture in our country, where she received medical treatment. The characteristics of cutaneous myasis and of the agents producing it are described, as well as its geographical distribution and the therapeutic options to treat these cases. This paper has a special interest for the internationalist doctors that work in countries where these diseases are common.

Key words: Myasis, infestation, furunculoid, dermatosis.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Castanedo Pardo C, Díaz de la Rocha J, Mederos E. Dermatología para el médico práctico. Ciudad de La Habana: Dpto. de Relac. Nacionales del MINSAP; 1965:82.

2. Gay Prieto J. Dermatología. 7ma. ed. Barcelona: Editorial Científico-Médica; 1971.p.253-4.

3. Martínez R, Blanco N, González M. Diccionario terminológico de biología. 4ta. ed. La Habana:Editorial Científico-Técnica; 1989.p.168.

4. Fernández Hernández-Baquero G. Dermatología. La Habana: Editorial Científico-Técnica; 1987.p.249.

5. Braun-Falco O, Plewig GH, Wolff HK, Wilkelmam R. Dermatología. 6ta. ed. Madrid; Springer; 1997.p.178-86.

6. Llop Hernández A, Valdés-Dapona Vivanco MM, Zuazo Silva JL. Microbiología y parasitología médica. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2001.p.3-111.

7. Fitzpatrick T. Dermatología en medicina general. 5ta. ed. Buenos Aires: Editora Médica Panamericana; 2001.p.2297-338.

8. Wilkinson D, Rook A, Ebling J. Textbook of dermatology. 6th. ed. Oxford:Blackwell Science; 1999.p.1097-179.

9. Howard BJ. Clinical and pathogenic microbiology. 2nd. ed. Washington, DC:Mosby; 1994.p.3-35.

10. Gatty JC, Cardama JE.Manual de Dermatología. 11na. ed. Buenos Aires: El Ateneo; 1993.p.243.

11. Ferrández Foraster C. Dermatología clínica. 4ta. ed. Barcelona: Mosby; 1997.p.19-28.

12. Farreras R. Dermatología en medicina interna.14ta. ed. Ed. Harcourt; 2000. Disponible en: http://www.harcourt.es .

13. Manzur Katrib J, Díaz Almeida J, Cortés M. Dermatología. La Habana:Editorial Ciencias Médicas; 2002.p.179-99.

Recibido: 15 de abril de 2004.    Aprobado: 7 de diciembre de 2004.
Dra. Kárel Durán Marrero. Hospital Universitario “Faustino Pérez,” Matanzas, Cuba. E mail: karelduran.mtz@infomed.sld.cu

1Especialista de I Grado en Dermatología.
2Especialista de I Grado en Medicina General Integral y Dermatología.

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