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Revista Cubana de Endocrinología

versão On-line ISSN 1561-2953

Rev Cubana Endocrinol v.18 n.1 Ciudad de la Habana jan.-abr. 2007

 

Hospital Ginecoobstétrico Docente “América Arias”

Anticoncepción en la adolescencia

Dr. Jeddú Cruz Hernández,1 Dra. Marelis Yanes Quesada,2 Dra. Ariadna Isla Valdés,3 Dra. Pilar Hernández García4 y Dr. Alejandro Velasco Boza5

Resumen

En la actualidad, 2 de los problemas medicosociales más importantes que afectan a la juventud son el embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual, y el uso de métodos anticonceptivos puede servir como solución para ambos. Si bien muchos de estos métodos son conocidos por los adolescentes, la mayoría no los utiliza debido a la falta de información adecuada, a la vergüenza de adquirirlos, y a la carencia de servicios de salud y consejería que les garanticen una privacidad y confidencialidad merecidas. En nuestro trabajo realizamos una revisión de los métodos anticonceptivos disponibles en la actualidad, haciendo énfasis en cómo pueden usarse durante la adolescencia, sus ventajas y desventajas, en relación con su uso en esta etapa de la vida.

Palabras clave: Anticoncepción, adolescencia.

A pesar de los progresos en la tecnología contraceptiva y de que se dispone cada vez de más medidas para el control de la natalidad, muchas adolescentes quedan embarazadas sin una planificación previa y sin haber usado nunca antes anticonceptivo alguno. En Estados Unidos, se reporta que solo aproximadamente 66 % de las adolescentes sexualmente activas utilizan algún método anticonceptivo.1 En Colombia, 70 de cada 1 000 adolescentes se convierten en madres cada año, mientras que el 12 % de las adolescentes urbanas y el 16 % de las rurales requerirían de servicios de anticoncepción, porque ya han tenido un hijo y siguen siendo adolescentes.2 Asimismo, en España, se producen 18 000 embarazos anuales en adolescentes, 7 000 de las cuales deciden interrumpirse la gestación y 800 tienen entre 11 y 15 años.3 Entre 1985 y 1990 la tasa de fecundidad de las adolescentes cubanas era de 8,5 hijos por 1 000 mujeres, con una proporción de nacimientos en este grupo de 23 %. Esta cifra ha ido disminuyendo paulatinamente; no obstante, se mantienen cifras que se consideran todavía elevadas, con 16 % de proporción de nacimientos en este grupo poblacional.4

Sin que se postule una revolución sexual vigorosa, existen diversos factores que explicarían la gran fecundidad de las adolescentes. Ha disminuido gradualmente la edad de la menarquia durante el último siglo, de modo que ahora sobreviene después de los 12 años; al llegar a la edad de 17,5 años, el 94 % de todas las chicas son totalmente fecundas, lo que parece estar relacionado con una mejor nutrición. Además, el mundo actual ofrece menos restricciones a la mezcla de los sexos a edades muy tempranas, lo que incrementa el riesgo de actividad sexual precoz. Por otra parte, se ha producido una prolongación simultánea del período de la adolescencia por la tendencia a seguir dependiendo, desde el punto de vista económico, de los padres, mientras se prosigue con la educación, lo mismo que por la tendencia a contraer nupcias más tarde.5-7

Es utópico pensar que la adolescente que ha experimentado un embarazo indeseado ha aprendido la lección. En general, la adolescencia es un período de incertidumbre, en el que la proyección o entendimiento de lo futuro es aún incipiente, lo que impide la posibilidad de anticipar consecuencias. El desarrollo emocional es todavía incompleto, y existe un escaso desarrollo de las habilidades de comunicación interpersonal, lo que dificulta, en cierta forma, el negociar con la pareja situaciones vinculadas con las relaciones sexuales y el uso de métodos anticonceptivos. La adolescencia es también una etapa de transición de la dependencia hacia la independencia, y el embarazo puede aparentar ser una manera de alcanzar esta independencia.8-10

Por todo ello, la anticoncepción ha devenido necesidad de salud en los adolescentes, y los médicos que se encargan de atender a este grupo deben estar familiarizados con las diversas medidas contraceptivas y lo adecuadas que estas pueden ser para las personas de este grupo de edad. El profesional de salud debe estar preparado también para participar en su educación sexual y ofrecer consejos, o enviar a los adolescentes al lugar adecuado donde puedan recibirlos, cuando estos presenten problemas sexuales.

¿Por qué, en ocasiones, la anticoncepción es rechazada por el adolescente?

En realidad, en este rechazo son determinantes las características psicológicas propias de esta edad:9,11

  • Atención centrada en el presente, por lo que no tienden a planificar por adelantado o prevenir las consecuencias de sus acciones a largo plazo.
  • Desarrollo emocional incompleto y escasa percepción del riesgo, en el tema que nos ocupa específicamente, de quedar embarazada y de los grandes problemas que pueden presentarse cuando sucede a esta edad.
  • Escasas habilidades de comunicación interpersonal, lo que impide, en gran medida, llegar a acuerdos con su pareja, en relación con lo que sería más conveniente para ambos, en cuanto a la planificación de embarazos y uso de anticoncepción.
  • Fuerte necesidad de buscar y afirmar la propia identidad, diferenciándose de los padres y otras figuras de autoridad. La relación formal de pareja que incluye las relaciones sexuales −“ya me debo a mi pareja y no a mi familia”− y el embarazo, pueden ser maneras de alcanzar la independencia deseada.
  • Pertenencia a un grupo, con expectativas y creencias religiosas y culturales propias y comunes a sus integrantes, que ejerce influencia y presión sobre el adolescente. La opinión de este grupo es la más importante y mejor valorada, y puede, en ocasiones, no ser la más adecuada en relación con las cuestiones de salud reproductiva.
  • Creencia particular de que “el físico”, el cuerpo, es lo más importante en la valoración integral de una persona. La búsqueda de identidad los lleva a experimentar con su cuerpo, que es lo que, con frecuencia, pueden ofrecer con más facilidad, para conocer los límites de sus capacidades.

Pero también, por otro lado, existen trabas objetivas, y son las dificultades a las que se enfrentan los adolescentes y jóvenes para poder acceder a los servicios de anticoncepción y educación sexual. En general, la mayoría de los servicios de planificación familiar no están diseñados para atraer a los jóvenes, y mucho menos, están adaptados a sus características y necesidades. A esto se agregan dificultades de transporte en algunos casos, y en otras, económicas, lo que puede impedir el acceso a estos servicios y la adquisición de anticoncepción.8,9,12,13 Sin embargo, aunque se reconocen todos estos problemas, muchas veces su solución se hace imposible por razones disímiles. Así, un análisis somero de la situación, basta para comprender que en el caso de los adolescentes no es suficiente con poner la anticoncepción a su disposición, sino que también es necesario convencerles de su uso.

Anticoncepción en la adolescencia

Cuando se analiza la selección del método anticonceptivo que se va a indicar a un adolescente, debemos tener en cuenta 2 aspectos fundamentales:4,9,14

  • Peligros médicos del embarazo a esta edad.
  • Ventajas y desventajas, efectos secundarios y peligros, del uso de los anticonceptivos en la adolescencia.

Sobre la base de los problemas prevalentes que tenga el adolescente, en este caso específico, la adolescente, la vamos a clasificar en 3 grandes grupos:4

  1. Nuligesta, adolescente con vida sexual activa, pero sin historia de embarazo previo.
  2. Primigesta, adolescente con antecedente de aborto espontáneo o provocado, pero que todavía no es madre.
  3. Primigesta, madre adolescente.
Conductas generales para la elección del método

Grupo 1

  • Es el más conflictivo.
  • La elección del método “idealmente” debe ser hecha con la pareja para informar, instruir y educar, en relación con la sexualidad y la responsabilidad individual.
  • Los métodos ideales son los de barrera masculinos, combinados con espermicidas y cálculo de período fértil para aumentar la eficacia.
  • La segunda prioridad corresponde a los métodos hormonales orales combinados con baja dosis de estrógeno, o a los métodos hormonales orales de solo progestina en dosis continua.
  • Este grupo, por sus características, necesita instrucciones en el método poscoital de emergencia.
Grupo 2
  • Grupo que presenta alto riesgo de un nuevo embarazo, independientemente de si el aborto fue espontáneo o provocado.
  • Desde el punto de vista biológico, la elección del método anticonceptivo es semejante a la de la mujer adulta.
  • Debe recomendarse el uso del condón masculino, si no como método único, sí como método acompañante (método doble de anticoncepción).
  • Si el método que se va a indicar es un dispositivo intrauterino (DIU), aplicar el mismo criterio que para el grupo 3, y hacer un seguimiento de control más frecuente. Si no existe contraindicación, lo ideal es insertar un DIU en el posaborto inmediato o en los primeros 15 días posaborto, cuando todavía el útero no ha involucionado totalmente.
  • Valen para este grupo las mismas recomendaciones que para el grupo 3.

Grupo 3

  • Aplicar los mismos criterios que en la mujer adulta.
  • Es válido también para estos casos la recomendación dada para el grupo 2, en lo que se refiere al uso del método doble.
  • Si la mujer está lactando, puede recomendarse el uso de preparados hormonales inyectables del tipo de la Depo-Provera (DMPA), por su alta eficacia y no interferencia con la lactancia.
  • Si el DIU es el método seleccionado, es indispensable una histerometría o un examen ginecológico acucioso para determinar el tamaño uterino, y si este fuera igual o menor que 6 cm, el DIU que se deberá indicar es el multiload mini.
  • Se debe tener un criterio permisivo para su atención, sin cerrar el caso en el período puerperal, y facilitar así el control (deben ser seguidas con más cuidado las que no tengan ningún método anticonceptivo) y la eventual solicitud de servicios de anticoncepción.

No se recomiendan para las adolescentes nuligestas (grupo 1) y premigistas no madres (grupo 2) los métodos siguientes:

  • Inyectables de tipo DMPA de 3 meses de duración.
  • Inyectables mensuales por sus altas dosis de estrógeno.
  • DIU en la nuligesta.
  • Anticoncepción hormonal, cuando existe historia de menarquia tardía, sin valoración integral hecha por un especialista.
  • Anticoncepción hormonal, ante la presencia de signos de androgenización.
  • Anticoncepción de algún tipo, cuando existen contraindicaciones para su uso específico en estos casos, que aparecen reflejadas en las normas generales.
Consideraciones sobre algunos métodos anticonceptivos y su uso por los adolescentes

No existe un método anticonceptivo ideal para uso en la adolescencia, como tampoco existen razones médicas para negar el uso de algunos basándose solo en razones de edad. El mejor método será aquel que la adolescente y, en el mejor de los casos, ambos miembros de la pareja, escojan, una vez que hubiesen recibido una completa y detallada información, y hayan sido interrogados exhaustivamente sobre cuestiones inherentes a su sexualidad y derecho reproductivo, lo que facilitará, finalmente, que se produzca el acuerdo entre el proveedor de salud y la pareja. Deberán tomarse en consideración también a la hora de la selección del anticonceptivo, los hallazgos del examen físico general y de la esfera reproductiva, así como aspectos no médicos, pues estos no solo van a cumplir una función de prevención del embarazo, sino también la no menos importante de prevenir el contagio de una infección de transmisión sexual (ITS).1,4,15,16

Abstinencia

Es el método más eficaz para prevenir el embarazo y las ITS y no tiene efectos orgánicos nocivos para la salud ni psíquicos, siempre y cuando la renuncia o postergación de la relación coital sea algo aceptado por el individuo y no impuesto. Para alcanzar un adecuado nivel de aceptación de este concepto, es básica y fundamental la correcta educación sexual, que debe iniciarse desde la infancia y desde el seno de la familia.1,4

Los que brindan servicio de anticoncepción, también pueden ayudar a los jóvenes a adquirir las aptitudes necesarias para hacer frente a las presiones de los grupos de pares, y cuando conozcan que se ha iniciado la relación coital, deben tratar de disminuir lo más posible el “tiempo de riesgo” (definido como el tiempo transcurrido entre el comienzo de las relaciones coitales y la utilización de un método anticonceptivo seguro). La abstinencia requiere mucha motivación y autocontrol; la comunicación y cooperación de la pareja son esenciales para que esta pueda sustentarse.1,4

Métodos naturales

Dentro de este grupo se incluyen el método del ritmo, el del moco cervical, el de la temperatura basal y el sintotérmico. Aunque para algunas parejas de adolescentes pueden ser la única opción disponible, se considera, en general, que las adolescentes no son las idóneas para usar estos métodos, pues ellas, frecuentemente, carecen de información adecuada sobre el ciclo menstrual o padecen trastornos en este sentido, lo que condiciona una reducción importante de la eficacia anticonceptiva de los métodos naturales, y, además, estos no ofrecen protección contra las ITS.1,4,15

Métodos de barrera

Son los ideales para los adolescentes, pues son accesibles, baratos, seguros y solo en muy raras ocasiones producen efectos indeseables (alergia al látex). Otras de sus ventajas son la eficacia inmediata y el control por el propio usuario, así como el hecho de que su uso se inicia y descontinúa con facilidad, además de que algunos protegen contra las ITS. La eficacia anticonceptiva de los métodos de barrera es alta, cuando se usan sistemática y correctamente, y son los ideales para las relaciones sexuales casuales y esporádicas propias de los adolescentes.1,4,15,17

Los métodos de barrera incluyen el condón masculino y los métodos femeninos (condón femenino, capuchón cervical, diafragma y espermicidas). Estos pueden usarse solos o combinados entre ellos, o con otros métodos anticonceptivos que no sean de barrera, como por ejemplo, las píldoras.18 En general, el más utilizado es el condón masculino (de látex o de poliuretano, para los alérgicos al primero), cuyo uso se ha incrementado actualmente por el miedo a infectarse con el VIH.18,19 Debe explicársele a los usuarios que debe ponerse antes de cualquier contacto genital, desenrollarse sobre el pene en erección, retirarse antes de que el miembro se torne flácido y verificarse su integridad tras haber concluido su uso. 18 Su tasa de fracaso en la población adolescente es de aproximadamente 14 %, aunque con su uso correcto esta puede disminuir a 3 %.20

El diafragma, que puede ser un dispositivo eficaz cuando hay motivación, está “gozando” a nivel mundial, de popularidad creciente, en especial, en adolescentes mayores con educación avanzada. Cuando se combina con cremas o geles espermicidas (que contengan, por ejemplo, nonoxinol-9) su eficacia anticonceptiva aumenta. El diafragma ofrece también cierta protección contra algunas ITS, aunque no contra el VIH.18,20

El condón femenino es otra de las opciones disponibles de este grupo, si bien su uso es muy reducido todavía. Puede ser controlado por la propia paciente y ofrece protección contra las ITS.20

Anticonceptivos orales

Ocupan la segunda posición entre los métodos recomendados para ser utilizados por los adolescentes, y algunos autores consideran que si se guardan las precauciones adecuadas, puede ser el método anticonceptivo más idóneo para usar en esta etapa. Son muy seguros para las jóvenes y presentan varias ventajas: no interfieren con el acto sexual y pueden usarse sin la intervención de la pareja, son muy eficaces para prevenir el embarazo, cuando se usan sistemática y correctamente (tasa de embarazo inferior a 1 %), producen escasos efectos secundarios y ofrecen beneficios no relacionados con la anticoncepción, como, la regulación de los ciclos menstruales, reducción del acné, disminución de la frecuencia de dismenorrea y quistes ováricos, así como protección contra el embarazo ectópico, la enfermedad fibroquística benigna de la mama, el cáncer de ovario y el endometrial, y la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI).20-22 El bloqueo precoz del eje hipotálamo-hipofisario no tiene repercusiones negativas comprobadas en el organismo ni parece afectar el pico de masa ósea. Los anticonceptivos orales tampoco son responsables del aumento mantenido de peso, y el incremento del cáncer de mama detectado en mujeres que usaron preparados diferentes y de altas dosis de estrógeno en su adolescencia, no se ha demostrado con las formulaciones actuales.20

Hay que tener en cuenta que el efecto anticonceptivo de la píldora desaparece con rapidez tan pronto como esta deja de tomarse y que no ofrece protección contra las ITS, por lo que debe usarse en combinación con el condón masculino y femenino, si se pretende evitar el contagio de alguna enfermedad venérea.20,23 Su tasa de eficacia en adolescentes se ve mermada por la necesidad de la consistencia en su uso, y se ha estimado que en Estados Unidos el 20 % de las gestaciones no deseadas en jóvenes son debidas a la toma inadecuada de píldoras anticonceptivas. Se plantea que cuando son usadas por adolescentes hay una media de 3 píldoras olvidadas por ciclos, y que el 50 % de las pacientes que iniciaron el método en un momento determinado, lo han abandonado a los 3 meses.20

Existen 2 tipos de píldoras anticonceptivas orales: los anticonceptivos orales combinados (AOC), que tienen estrógeno y progestina, y las píldoras de solo progestina (PSP).24 Los AOC son, con mucho, los que más se usan en el mundo, a la vez que constituyen el método anticonceptivo que con más frecuencia utilizan las adolescentes, en la gran mayoría de los países.1,9 Se deben recomendar, de preferencia, los que contienen bajas dosis de estrógeno (entre 30 y 35 µg de etinilestradiol), y progestinas de tercera generación, que son menos androgénicas (norgestimato, desogestrel y gestodeno, y más recientemente, nomegestrol y dienogest).20,25-27 Pueden usarse también los de muy baja dosis de etinilestradiol (20 µg o menos), aunque su administración se asocia con una elevada tasa de sangrado (hasta de un 30 %), lo que propicia una alta tasa de abandono, además, la inhibición del eje gonadal que producen es menos intensa que la de los AOC clásicos, por lo que ante el olvido la recuperación de la fertilidad es más rápida, y estamos hablando de adolescentes, que con frecuencia olvidan tomarse de 1 a 3 píldoras en cada ciclo.28 No es necesario limitar el tiempo de uso (“descansar”) de los AOC, ya que hasta ahora no existen evidencias contundentes de que su utilización prolongada aumente el riesgo de sufrir un cáncer de mama.22

Los anticonceptivos orales de solo progestina también son una opción a tener en cuenta para su uso en la adolescencia. Se ha informado que su eficacia anticonceptiva es menor que la de los AOC, y que son menos efectivos para corregir los trastornos menstruales que pueden ser frecuentes a esta edad, e incluso algunos autores refieren que pueden incrementarlos, dado que su acción anticonceptiva la realizan preferentemente a través de un efecto local (espesamiento del moco cervical). No obstante, y aunque parezca paradójico, el hecho de tener poca influencia sobre el eje gonadal, es uno de los argumentos que sustentan la recomendación de su uso a estas edades, ya que, por un lado, aunque esto disminuye su eficacia para corregir los trastornos menstruales, por otro, garantiza que no disminuyan el tenor de estrógenos endógenos, lo cual sería perjudicial para la salud ósea si ocurriese en la adolescencia y juventud temprana, que es cuando se alcanza el pico de masa ósea.29

Inyectables e implantes

No se recomendaba su uso sistemático durante la adolescencia porque pueden producir sangrado irregular,1 aunque ya algunos expertos los están proponiendo como de uso seguro en esta etapa. 3 En un trabajo muy reciente de Arribas y otros3 que vio la luz en el año 2004, titulado “Indicación de un método anticonceptivo a una adolescente: implante subcutáneo de gestágeno”, los autores se erigen en defensores de este método para su uso en la adolescencia, y refieren que los países en los que se prescribe un “método doble” de contracepción, como píldora más condón, DIU más condón, o implante más condón, son los que están consiguiendo reducir las tasas de embarazo en la adolescencia y la incidencia de ITS, e invitan a los médicos a cambiar de parecer, en relación con el uso de implantes durante la adolescencia. Además, argumentan, que con este método la adolescente puede despreocuparse, en esencia y por un buen tiempo, del tratamiento, y que como, generalmente, los problemas mayores de salud son escasos (no usar cuando existe hipercolesterolemia familiar, obesidad mórbida o tabaquismo severo), su uso no entraña riesgos mayores.3

Los inyectables y los implantes son muy eficaces, pues las tasas de embarazos son inferiores al 1 % después de 1 año de uso. Otras ventajas son que su uso no depende del acto sexual y no necesitan de administración diaria o consultada necesariamente con la pareja. Además, también producen beneficios a largo plazo que no se relacionan con la anticoncepción; por ejemplo, disminuyen el riesgo de sufrir una EPI, un embarazo ectópico y un cáncer endometrial.30-33

DIU

La OMS solo recomienda su uso en la adolescencia cuando no se dispone de otros métodos o si estos no son aceptados, ya que el riesgo de expulsión en mujeres menores de 20 años es más elevado, sobre todo, en aquellas que no han tenido hijos. Además, se reporta también, con frecuencia, en las usuarias de DIU durante la adolescencia, un aumento de la cantidad de sangrado y duración de las menstruaciones, incremento de los cólicos menstruales y de la aparición de flujo vaginal patológico, así como aumento del riesgo de padecer infecciones genitales bajas y EPI (no ofrecen protección contra las ITS).1,15

No obstante, todo lo dicho con anterioridad, cuando se realiza una correcta selección las adolescentes pueden utilizar los DIU sin peligro, sobre todo, cuando hay antecedentes de parto o aborto.4,15 Asimismo, la nueva generación de DIU ya se está utilizando con mucho éxito en este grupo poblacional, y su mala fama anterior, sobre todo respeto a las EPI, son consecuencia, en gran medida, de un modelo, el escudo de Dalkon, cuyas características especiales, sobre todo del hilo, no tienen nada que ver con la de los DIU actuales.34 Además, los DIU también ofrecen otras ventajas: gran eficacia anticonceptiva (tasas de embarazo inferiores al 1 %), uso independiente del acto sexual y regreso rápido a la fertilidad después de la extracción.35,36 Por otra parte, los DIU medicados con levonorgestrel tampoco están contraindicados en las adolescentes, siempre que se pretenda conseguir una anticoncepción de larga duración.20

Esterilización

No es un método de anticoncepción aprobado para las adolescentes y adultas jóvenes, pues es permanente e irreversible, y a estas edades comienza la vida reproductiva de la mujer. Excepcionalmente, puede recomendarse en estas etapas de la vida, ante la presencia de discapacidad mental o física o enfermedades invalidantes de transmisión genética, contando siempre con la previa autorización del interesado y/o de sus progenitores o tutores.1,4

Anticoncepción de emergencia

Se refiere al uso de anticonceptivos para prevenir el embarazo después de un acto sexual sin protección y sus efectos secundarios son muy escasos.37,38 A pesar de que en muchos adolescentes las relaciones sexuales ocurren de forma imprevista y son esporádicas, pocos tienen conocimiento sobre la opción de la anticoncepción de emergencia.1,39 Esta es un opción válida ante el olvido o accidente en el uso de un método de barrera, olvido en la toma de la píldora, uso incorrecto de un método, en el caso de relaciones sexuales imprevistas sin protección y en las víctimas de violación.39-41 Dado que, como se comentó, las adolescentes sexualmente activas generalmente tienen relaciones sexuales sin protección, especialmente durante los primeros 6 meses de iniciada la actividad sexual, el acceso fácil a la anticoncepción de emergencia puede ser importante para esta población. Además, esta puede ayudar a prevenir un embarazo no planificado y también puede servir como una forma de introducción de la anticoncepción corriente en la joven.42,43

Por suerte, en la actualidad, esta alternativa está alcanzando gran difusión entre las adolescentes dado lo sencillo de su uso, su alta eficacia para prevenir el embarazo (98-99 % de los casos) y su fácil accesibilidad. El circuito para su obtención debe presentar las máximas facilidades, y la ocasión de prestación de este servicio debe aprovecharse para brindar el consejo, en relación con el uso de algún anticonceptivo de forma regular.20,43

Métodos de protección doble: contra embarazo e ITS

El término “doble seguridad” es una adaptación informal del término double dutch, acuñado en Holanda, y que realmente quiere decir doble holandés. Conceptualmente hace referencia al doble uso de métodos anticonceptivos (preservativo para el varón y píldora anticonceptiva para la mujer) como doble protección frente a la transmisión de una ITS, por un lado, y de un embarazo no deseado, por otro.22 Esta es una estrategia con un doble enfoque preventivo válida a estas edades, dado el hecho del alto riesgo de contraer una ITS que corren los adolescentes y jóvenes. Pueden combinarse, por ejemplo, la píldora o los inyectables con el condón. Otras combinaciones también son válidas.1,22

Anticoncepción posparto

Todas las adolescentes y jóvenes, ya sea que estén amamantando o no, pueden emplear condones o espermicidas inmediatamente después del parto. Debido a los riesgos de expulsión, los DIU deben ser insertados antes de que transcurran 10 min después del alumbramiento, o dentro de un período de 48 h, después de este, por un profesional capacitado. De lo contrario, la inserción se debe posponer por 6 sem, hasta que el útero haya recuperado su forma natural. El uso del diafragma o del capuchón cervical se debe posponer hasta transcurridas 6 sem después del parto. Las adolescentes que amamantan pueden comenzar a usar el método de la lactancia-amenorrea (MELA) inmediatamente después del parto, cuya tasa de fallo es menor que 2 % si la lactancia es exclusiva las 24 h. Estas adolescentes deben esperar 6 semanas para comenzar a usar métodos solo de progestina de cualquier tipo (PSP, inyectables o implantes, que no producen disminución en el volumen ni en la calidad de la leche materna) o métodos naturales, y 6 meses para poder usar AOC. Las que no amamantan pueden comenzar a usar métodos solo de progestina inmediatamente, pero deben esperar 3 semanas para poder comenzar a utilizar AOC o métodos naturales.1,44,45

Anticoncepción posaborto

Después de un aborto, es imperativo que la adolescente comience a usar la anticoncepción cuanto antes. Si este fue hecho en el primer trimestre, puede comenzar a usar cualquier método anticonceptivo inmediatamente después del proceder, considerando el día de la evacuación uterina como si fuera el primer día de la menstruación. Si, por el contrario, este fue practicado en el segundo trimestre, puede usar la mayoría de los métodos inmediatamente, pero debe esperar 6 sem para comenzar a utilizar el diafragma o el capuchón cervical, y entre 4 y 6 sem para poderse insertar un DIU, a menos que este sea insertado de inmediato después del aborto y no haya infección.1

Consideraciones finales

Aunque los adolescentes y jóvenes no constituyen grupos homogéneos ni uniformes, su comportamiento sexual y reproductivo está influido en la actualidad, en mayor o menor medida, por una serie de factores entre los que cabe mencionar: 46

  • Disminución de la edad de la menarquia.
  • Inicio temprano de la actividad sexual coital.
  • Cambios frecuentes de pareja.
  • Sentimientos de invulnerabilidad por no tener integrada la noción de riesgo.
  • Deficiente educación sexual que conlleva a una escasa, deformada e idealizada información sobre la anticoncepción, la maternidad/paternidad y la sexualidad.
  • Presión del grupo de pertenencia y de los medios de comunicación.
  • Dificultad y acceso a los servicios sanitarios, y falta de habilidad social para conseguir asesoría y anticonceptivos.

Ello deriva en patrones de conducta que contribuyen a aumentar los riesgos a los que están expuestos, en relación con la salud sexual y reproductiva, lo que determina consecuencias adversas de tipo médico, psicológico, educativo y socioeconómico.

La anticoncepción en la adolescencia debe reunir una serie de requisitos por las circunstancias y características especiales de la vida, en general, a esta edad:4,9,46,47

  • Tener en cuenta el grado de maduración biológica y no interferir con el desarrollo y el crecimiento.
  • Reversibilidad, salvo en casos excepcionales.
  • Adecuada a su actividad sexual, valorando su tipo y frecuencia, y la existencia de compañero no monógamo o cambios frecuentes de pareja.
  • De fácil realización.

Cuando se tienen en cuenta la edad y el número de partos de las jóvenes, casi todos los anticonceptivos modernos pueden usarse sin restricción. No existen casos en los que, basándose solo en la edad de la joven, no pueda recomendarse un método determinado o que un método entrañe un riesgo inaceptable.1

En ausencia de un método anticonceptivo ideal, es muy importante poner a disposición del adolescente la gama más amplia posible de métodos anticonceptivos, analizando detalladamente cada uno de ellos, en relación con las variables biológicas, psicoafectivas y socioeconómicas, y los valores del entorno en que se desenvuelven. Por tanto, la edad, la situación familiar, el entorno social, el nivel educacional, las características de la actividad sexual y el grado de maduración psicológica, deben ser evaluados sistemáticamente, e individualizar la indicación anticonceptiva para tratar siempre que el adolescente se sienta partícipe de la elección.

Así, la anticoncepción para cada uno de los adolescentes y sus parejas, generalmente es el resultado de afrontar pequeños retos impuestos por las condiciones de cada uno de ellos y de estas parejas. Es importante, en consecuencia, adaptar a los adolescentes la asesoría en anticoncepción de acuerdo con su desarrollo cognitivo, conocimiento del riesgo de un embarazo a esta edad, actitudes y aptitudes para enfrentarse a ese riesgo, y opciones que prioriza por encima de las demás, de acuerdo con su contexto particular. Sin embargo, es importante trascender más allá de la retórica en el interaccionar mismo del profesional de la salud con los adolescentes, y se impone, como necesidad, un “exquisito” actuar médico, si se quiere lograr disminuir la morbimortalidad asociada al embarazo y las ITS, cuando se presentan a estas edades.

Summary

Contraception in adolescence

At the present time, two of more important medical-social problem affecting youth is the non-desirable pregnancy and sexual communicable diseases, and use of contraceptive methods may be a solution for both. Altough adolescents know many of these contraceptive methods most dont use it because of a lack of proper information, by shame, and lack of health services and advise assuring them the necessesary privacy and confidentiality. In our practice we performed a review of contraceptive methods available at presente time, emphasizing on it use during adolescence, its advantages and disadvantages, with regard to its use in this life stage.

Key words: Contraception, adolescence.

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Recibido: 13 de diciembre de 2006.    Aprobado: 9 de marzo de 2007.
Dr. Jeddú Cruz Hernández. Calle 27 # 856, entre 2 y 4, apto 5, Vedado, municipio Plaza, Ciudad de La Habana, Cuba.

1Especialista de I Grado en Medicina General Integral y Endocrinología. Profesor Asistente del Hospital Ginecoobstétrico Docente “América Arias”.
2Especialista de I Grado en Medicina General Integral y Endocrinología. Profesora Instructora del Instituto Nacional de Endocrinología.
3Especialista de II Grado en Ginecoobstetricia. Profesora Asistente del Hospital Ginecoobstétrico Docente “América Arias”.
4Especialista de II Grado en Laboratorio Clínico. Profesora Auxiliar del Hospital Pediátrico Docente “Marfán”.
5Especialista de II Grado en Ginecoobstetricia. Profesor Auxiliar del Hospital Ginecoobstétrico Docente “América Arias”.

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