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Revista Cubana de Cirugía

versión impresa ISSN 0034-7493versión On-line ISSN 1561-2945

Rev Cubana Cir v.36 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 1997

 

Lenguaje Científico

El lenguaje es el estilo de hablar y de escribir de cada uno en particular.

El lenguaje científico es más díficil expresarlo por escrito que en forma verbal. Una cosa es concebir con claridad un pensamiento y otra es expresarlo con idéntica precisión. En el primer caso las ideas acuden a la vez a la mente, la expresamos y se esfuman, en el segundo caso se deben exponer sucesivamente con exactitud, coherencia, claridad y además de la forma más precisa posible y no existen métodos específicos que con sólo aplicarlos resuelvan nuestras dudas, y pasado un tiempo se puede negar lo hablado (si no fue grabado) pero no lo escrito. Se ha dicho que al no poderse enseñar un buen estilo, el diccionario constituye el instrumento de la buena escritura.

La exactitud es la primera condición que tiene que reunir el artículo científico para convencer totalmente al lector, de la velocidad de lo que expone el autor o de los hechos demostrados en la publicación por los autores citados por él.

Los artículos científicos no son cestos que contienen hechos sin conexión entre ellos, como los directorios telefónicos; son instrumentos de persuación y contienen una serie coherente de razones y hechos establecidos, destinados a mantener o establecer puntos de vista.

La escritura científica se debe redactar en un lenguaje sencillo y directo, que le permita al autor exponer sus ideas con mayor claridad y unidad y permitan un estudio agradable. No se deben emplear frases dramáticas o sensacionales por bien redactadas que estén. La verborrea es una falta grave en la escritura científica que conduce a confusiones. La escritura brillante puede tener mérito literario pero no científico; son los hechos que se exponen los que interesan y no las palabras para expresarlo.

En medicina han existido brillantes escritores como Arthur Conan Doyle, William C. William y Somerset Maugham, pero no escribiendo artículos médicos sino obras literarias.

La extensión de un artículo científico estará condicionada por el tipo de artículo y el tema objeto de la publicación.

En general, son pocos los artículos con poca calidad porque resultan cortos y la brevedad en la escritura oscurece el lenguaje por falta de coherencia. Sin embargo, son muchos los que pierden valor y calidad por ser demasiado largos.

De una parte son muchos los artículos que contienen numerosas palabras, frases, cláusulas y hasta párrafos enteros que se pueden suprimir sin alterar el contenido del artículo. La supresión de párrafos innecesarios, casi siempre aclara los conceptos, mejora la gramática, facilita la lectura y beneficia el estilo. De otra parte, hay autores que tienen la obsesión por incluirlo todo sin olvidar nada, lo cual no prueba que se dispone de una información ilimitada, sino que se carece de capacidad de discriminación.

Estos autores olvidan que cuando un artículo científico es bueno, si es breve, es doblemente bueno.

Dr. Juan Rodríguez-Loeches

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