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Revista Cubana de Cirugía

versión impresa ISSN 0034-7493versión On-line ISSN 1561-2945

Rev Cubana Cir v.47 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2008

 

IN MEMORIAM

 

 

Dr. Amaranto Borges Alfonso

 

 

El viernes 4 de mayo del 2001 la medicina camagüeyana se vistió de luto ante la pérdida irreparable de uno de sus profesionales más queridos y admirados, el Dr. Amaranto Borges Alfonso, cirujano del Hospital Universitario «Amalia Simoni», quien no pudo superar una grave y refractaria insuficiencia cardíaca. Contaba al morir 80 años.

Había nacido el 5 de septiembre de 1920 en Sagua la Grande, antigua provincia de Las Villas. Era de origen muy humilde y fueron sus padres Francisco Borges y María Alfonso, quienes residían en el poblado El Santo, en la parte norte de la provincia. El Dr. Amaranto Borges cursó sus primeros grados escolares en su ciudad natal y el bachillerato, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara. Aprendió el oficio de tabaquero en su juventud, y no pudo olvidar nunca su origen y la situación económica precaria que atravesó su familia y que mucho tendría que ver con los esfuerzos y privaciones que debió sortear desde joven.

Fueron varios hermanos y todos, como Amaranto, tenían el nombre de una flor (Gladiolo, Amapola, Dalia, Nardo, etc.). En 1943 inicia la carrera de Medicina en la Universidad de La Habana, pero pronto se produce el cierre de la casa de estudios que lo lleva a matricular Enfermería en el antiguo Hospital de Dementes de Mazorra, donde llegó a graduarse y trabajar. Reinicia sus estudios en la Universidad y con los conocimientos que contaba consigue trabajo y albergue en el antiguo Sanatorio Antituberculosos «La Esperanza», donde es atraído desde un inicio por la cirugía torácica que allí se practicaba. Primero participó como observador, luego se introdujo en el quirófano como instrumentista y más tarde como ayudante, hasta llegar a actuar incluso en ocasiones como cirujano, cuidando y atendiendo a los pacientes en el pre y postoperatorio, y adquirió una bastísima experiencia.

Su interés por la cirugía y las necesidades económicas que logra de esta forma mitigar lo hacen despreocuparse un tanto de concluir su propia carrera de medicina, y la va postergando y supeditando a los avances en el apasionante campo de la cirugía pulmonar. Tanto fue así, que cuentan quienes lo conocieron en aquella época que se oía decir «ese alumno es tan bueno como algunos médicos». Allí es ayudante de los mejores cirujanos torácicos de la época y con frecuencia debe trasladarse junto al equipo médico al antiguo Sanatorio Antituberculoso de «Topes de Collantes», en Trinidad, en largas y extenuantes jornadas de trabajo.

No es hasta el 21 de abril de 1962, después del triunfo de la Revolución, que culmina sus estudios y se gradúa de Doctor en Medicina. Un año después no vaciló en ocupar la plaza que le ofrecieron como médico general en el recién inaugurado Hospital Antituberculoso «Amalia Simoni», en Camagüey, en función de cirujano torácico. Al reclamo de la Revolución y ante el éxodo masivo de médicos, allí es nombrado Jefe del Servicio de Cirugía.

Desde esta época y durante toda su trayectoria, el Dr. Borges mantuvo una posición firme y consecuente con los postulados y principios de la Revolución y se destacó como gran trabajador y seguidor de los lineamientos trazados en cada etapa. En diversas oportunidades fue elegido Trabajador de Avanzada, Mejor Trabajador en su categoría y Vanguardia, fue cederista y se incorporó a la defensa de la patria desde muy temprana fecha.

El 20 de febrero de 1970 se le ofreció la muy merecida posibilidad de presentarse a un Tribunal Estatal Nacional y obtener el título de Especialista de I Grado en Cirugía General, cuestión muy formal dado el caudal de conocimientos que atesoraba. Su categoría docente se vio frenada pro la irregularidad de su carrera de medicina y descuidó, por así decirlo, su currículum académico. Es en marzo de 1983 que se le nombra Instructor de Cirugía: aunque siempre estuvo vinculado a la docencia y desde hacía tiempo ya todos lo llamaban Profesor, Máster, Maestro, Padre, o más sencillamente, «el Papa».

Muchos especialistas, residentes e internos aprendieron o se recalificaron a su lado, especialmente en el manejo de la cirugía torácica pleuropulmonar y mediastínica, en la que, sin dudas, era un «fuera de serie», con la seguridad y la destreza añadidas con que manejaba el postoperatorio de sus pacientes. Asimismo, se ocupó de la docencia de pregrado tanto en Medicina como en Enfermería, aunque consideramos que la Dirección Provincial de Salud no supo aprovechar al máximo esta posibilidad y potencialidad que desinteresadamente siempre brindó.

Fueron varios los trabajos de terminación de residencia que asesoró e incontables los trabajos científicos y mesas redondas en las que participó, así como incontables son los trabajos que publicó en revistas nacionales y extranjeras. En nuestro medio fue pionero de la vía de abordaje axilar para la cirugía pulmonar y propició el tratamiento quirúrgico del denominado síndrome del estrecho torácico superior, primero por la vía posterior y luego por la transaxilar.

Su experiencia en el tratamiento quirúrgico de la tuberculosis pulmonar, el cáncer de pulmón, los tumores del mediastino, el neumotórax irrespansible, el empiema pleural, etc., le granjearon respeto y admiración dentro y fuera de nuestra provincia. Fue miembro de las Sociedades Cubanas de Cirugía y Neumotisiología, y obtuvo diversas órdenes y condecoraciones en su vida laboral. Fue siempre un trabajador ejemplar y disciplinado; nunca llegó tarde al trabajo y entre sus cualidades más envidiables como educador y hombre de ciencia además de sus vastos conocimientos y experiencia, están a nuestro entender, su modestia, sencillez, optimismo y valor a toda prueba.

Sirvan estas breves líneas para rendir tributo, homenaje y recordación a nuestro Maestro y Amigo, el Dr. Amaranto Borges Alfonso, quien quizás nunca imaginó el vacío que dejaría tras su partida, ni las ocasiones en que hemos necesitado su presencia, dentro y fuera del quirófano.

 

Dr. Bárbaro Agustín Armas Pérez

 

I Especialista de II Grado en Cirugía General. Profesor Consultante.

Hospital Clinicoquirúrgico Docente «Amalia Simoni», Camagüey. Cuba.

 

 

Dr. Bárbaro Agustín Armas Pérez. Calzada B, ním. 94, Reparto Lenin. Camagüey, Cuba.
Correo electrónico:baap@finlay.cmw.sld.cu

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