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La lesión iatrogénica de la vía biliar principal (VBP) es una grave, mórbida condición, con una frecuencia que indica, lejos de una “falsa” estabilidad, un problema en ascenso. Internacionalmente su incidencia ha aumentado desde la introducción de la colecistectomía laparoscópica a cifras de 3 a 6 casos por 1000 procederes realizados, con una frecuencia de lesiones mayores de 0,17 a 0,22 %, igualándose con los procederes convencionales a pesar del perfeccionamiento de los cursos de entrenamientos, simuladores, tutores, y riguroso control de la curva de aprendizaje.1) En Cuba se adolece de datos que nos permitan conocer de la incidencia y frecuencia de estas lesiones a nivel nacional, no obstante, no son pocos los casos que llegan con esta complicación a centros especializados. Hace apenas unos años, se intentó realizar un censo a nivel nacional y solamente se recogieron los datos de 6 instituciones, no reflejándose el verdadero dilema.2
El impacto social de esta iatrogénica complicación es devastador, constituye una carga para los sistemas de salud, refiriéndose internacionalmente el uso en esta entidad de servicios de emergencias en un 10 % y de reingresos de un 5 - 7 % de los casos, exponiéndose a los pacientes, afectos a numerosas intervenciones quirúrgicas, ingresos hospitalarios y a una mortalidad perioperatoria no despreciable.3
Basados en lo anterior, sociedades internacionales de cirugía y especialidades afines, se han reunido tratando de definir consensos con el objetivo de adoptar una actitud de seguridad centralizados en el proceder de la colecistectomía, conceptualizados en la frase “Cultura de seguridad en la colecistectomía”.4,5
Por todo lo anterior, se impone en nuestro medio, además de establecer la declaración obligatoria de esta complicación que faculte su control estadístico, identificación de costos, perfeccionamiento de la organización de sus niveles de atención, optimizar la divulgación de un sistema de prevención que permita soslayarla, lo que formaría parte del tratamiento ideal de esta desastrosa eventualidad.
Sugerimos satisfacer las demandas de capacitación de estos desafíos a través, de algunas de las formas organizativas de nuestra educación de postgrado, desde una mayor profundización y perfeccionamiento de nuestro programa de especialización. En estos contenidos, a la realización de actividades de superación profesional, cursos, entrenamientos, diplomados y hasta puntualmente actividades de formación académica, académicamente controlados por nuestras universidades médicas, con el propósito de actualizar conocimientos e incorporar aspectos teóricos - prácticos de la prevención de la lesión iatrogénica de la vía biliar principal, lográndose la realización de la colecistectomía dentro de los márgenes de seguridad aceptados internacionalmente.
Estas actividades tomarían en cuenta:
Anatomía relevante, referencias, variaciones.
Mecanismos de la lesión vascular/biliar (incorrecta identificación, inflamación).
Predictores preoperatorios e intraoperatorios de difícil colecistectomía.
Reconocimiento de errores y trampas durante la disección.
Interpretación adecuada y logro de la visión crítica de Strasberg.
Uso de imágenes intraoperatorias.
Estrategias alternativas.
