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Revista Cubana de Estomatología

Print version ISSN 0034-7507

Rev Cubana Estomatol vol.50 no.4 Ciudad de La Habana Sept.-Dec. 2013

 

EDITORIAL

 

Una antorcha que necesita mantenerse en alto

 

A torch that must be kept lit up

 



Recientemente la Sociedad Cubana de Estomatología, en el marco del Simposio Nacional «Visión Salud Bucal», celebró el II Taller sobre Cáncer Bucal, en saludo al 5 de diciembre, declarado internacionalmente por la Federación Odontológica Latinoamericana (FOLA) como día de lucha contra esa entidad patológica en toda esta región. Se hizo coincidir esta fecha con la del onomástico del ilustre científico cubano Dr. Julio César Santana Garay, en reconocimiento a toda la labor desplegada por él en este campo.

Un conjunto de factores contextuales le ha permitido a Cuba abordar la prevención de esta enfermedad de manera integral, y dirigirla tanto a grupos seleccionados, como a la población en general.

En primer lugar, desde la década de los años sesenta (siglo XX) el sistema cubano de salud pública brinda atención médica y estomatológica gratuita, accesible y universal mediante una red nacional coordinada de servicios primarios, secundarios y terciarios. Esta atención continua está garantizada por la constitución cubana, y protege el derecho de las personas a recibir una atención médica y estomatológica adecuada.

Segundo, el enfoque cubano de salud se basa en el principio de que la prevención de enfermedades permite un uso más efectivo de los recursos que el tratamiento de ellas una vez que se manifiestan. En Cuba se han desarrollado programas y campañas masivas, pero el éxito ha estado en la participación popular y pueblo somos todos. Por lo general, estos programas y campañas tienen enfoque biosicosocial, y no solo epidemiológico, de manera que consideran un conjunto de factores que crean vulnerabilidad y riesgos, como en el caso del cáncer bucal.

Por último, la voluntad política del Ministerio de Salud Pública y del gobierno cubanos, permite el establecimiento de programas interdisciplinarios e intersectoriales que resultan fundamentales para el logro y el mantenimiento de la salud de la población.

Con este fin se creó el Programa Nacional de Prevención del Cáncer Bucal, y la intención es que funcione, pero para esto se precisa la sensibilización, no solo de estomatólogos, sino de cada
directivo, de toda organización e institución que sea capaz de llevar adelante la obra como una importante misión.

Transmitir información, aclarar los aspectos que puedan inquietar a las personas, trabajar en proyectos de intervención comunitaria que lleguen de manera sencilla y accesible a los actores locales y a los decisores, hacer viable el manejo de algunos elementos técnicos básicos para quienes desean trabajar con seriedad y rigor en este campo, quizá no sea tarea fácil para quien se encuentre derrotado antes de intentar tan noble labor. Por el contrario, quien reconozca la obra que otros como el doctor Santana han comenzado, quien tenga la ética profesional y los principios humanistas para realizar esta digna tarea, no dejará que se apague la antorcha.

La promoción de salud, las tareas de prevención, la pesquisa activa, la creación de materiales educativos, la inclusión y priorización del tema en diversos espacios familiares y sociales, la identificación de problemas, el diseño de estrategias, y la evaluación de las mismas, no pueden dejarse en terreno de nadie, como tampoco deben pesar solamente sobre un par de hombros.

Es momento de saltar hacia un escalón superior, donde la verdadera ciencia llegue a la población y se realice dentro de ella con regia comprensión y extensa participación de expertos y de afectos. Es momento de propiciar que lo dinámico supere a lo estético, y que la totalidad lleve implícita la participación de todas las partes. Es necesario que la ciencia no deje detrás a la formación ni a la investigación, como lo humano no debe olvidar al apoyo y el acompañamiento.

No existen recetas ni respuestas fáciles, pero el Programa de Detección del Cáncer Bucal (PDCB) y su metodología ponen a Cuba en una posición ventajosa ante aquellos países con falta de voluntad política para la solución de los problemas de salud, con acceso inadecuado a servicios de prevención y tratamiento, y en general con una infraestructura inadecuada y desequilibrada.

El hecho de ser un referente en Latinoamérica constituye un reto, y para enfrentarlo necesitamos identificar evidencias en cuanto a la patogénesis, realizar más acciones preventivas, intercambiar opiniones en cuanto a la marcha del Programa en nuestro país, emprender estrategias en la busqueda de una mayor efectividad, y asimilar experiencias que nos hagan crecer un poco más en dirección al éxito.

 

Dr. JORGE LUIS BÉCQUER ÁGUILA