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Revista Cubana de Farmacia

versión impresa ISSN 0034-7515versión On-line ISSN 1561-2988

Rev Cubana Farm v.40 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2006

 

Conferencia

Bioética en la formación del profesional farmacéutico

Ruth Daisy Henríques Rodríguez1

Resumen

La renovación y actualización de los planes de estudio en la formación de profesionales es tarea fundamental que le corresponde a las universidades. La entrada en el siglo XXI y el desarrollo científico-técnico que antecedió a este exige de profundas reflexiones. El objetivo del presente trabajo fue valorar la importancia de la bioética como disciplina en la formación de estos profesionales, a partir de las experiencias acumuladas acorde con los cambios y nuevos enfoques producidos en el desarrollo de las ciencias biomédicas y la revolución farmacológica de las ultimas décadas y de las preocupaciones manifestadas por organismos internacionales que tienen responsabilidad con la salud del hombre y su bienestar.

Palabras clave: Bioética y formación farmacéutica, bioética farmacéutica, bioética y formación universitaria.

El debate actual sobre los aspectos económicos del medicamento incluido su alto precio, así como las consecuencias negativas de su uso irracional y sus implicaciones, entre ellas las éticas, son elementos de importancia e interés para los que tienen la responsabilidad de la atención de la salud humana.

El aumento del conocimiento científico en estos tiempos sin saber cómo manejarlo, como expresara Van Renssembert Potter, padre de la bioética, induce a reflexionar sobre aquellos aspectos que permiten garantizar el futuro del bienestar humano. Este ilustre oncólogo de la Universidad de Wisconsin definió la bioética como un puente para unir ciencias y humanidades.

En el trabajo se analiza la función de las universidades en la formación del personal farmacéutico y de la investigación científica referida a la salud humana y sus implicaciones, así como la importancia de la formación bioética de estos profesionales. El mundo farmacéutico, su proyección y desarrollo vertiginoso en los últimos 50 años, no han estado exentos de peligros y daños para la salud del ser humano siendo la investigación científica y la terapéutica, entre otras, objetivos fundamentales de esta nueva disciplina.1

Algunas reflexiones sobre nuevas exigencias a la formación profesional y la investigacion científica2

La ciencia contemporánea, en primer lugar la biología y la medicina modernas, han dado una nueva dimensión al combate del hombre sobre sí mismo. La formación bioética por su esencia humanista debe evitarle inducir daños.

La bioética o ética de la vida puede ser considerada como la ciencia de la moral aplicada a las ciencias de la vida. De ahí su necesidad como disciplina o puente de unión entre las ciencias de la vida y los valores humanos.

Las nuevas tecnologías médicas inciden sobre conceptos y valores que se hallan en la base misma de la comprensión del hombre. Estos avances tecnológicos tocan la naturaleza humana en toda su dimensión.

Todos estos antecedentes y la necesidad de orientar los procesos del conocimiento de forma armónica y organizada de manera que posibiliten soluciones certeras, exigen una importante función de las universidades. La revolución científico-tecnológica y su impacto económico y social, imponen a los centros de educación superior un reto: conciliar nuevos componentes que garanticen la preparación de profesionales acorde con estas nuevas necesidades, asegurando satisfacer las crecientes expectativas del desarrollo científico, económico, social y cultural.

La investigación científica se desarrolla en un contexto histórico fijando sus objetivos primordiales acorde con las demandas de su tiempo. Es sistémica y sistemática requiriendo cooperación y coordinación. En la actualidad el modelo de desarrollo económico y social viene dado por relaciones mercantiles desempeñando estas una función determinante entre los estados e incluso entre los individuos.

Ello impone contradicciones éticas a la investigación científica en el presente siglo como las siguientes:

  1. Esencia humanista vs . exigencias del mercado.
  2. Lógica del conocimiento vs . utilidad económica.
  3. Desarrollo humano vs . desigualdad de beneficios.

Si bien la investigación científica no puede estar ajena a los procesos económicos, no debe por imperativo moral someterse a las leyes ciegas del mercado. Dentro de los retos éticos para la investigación científica en salud son puntos de partida tener en cuenta3 consideraciones primordiales: la persona, la relación terapéutica y la justicia.

Caben destacarse aquellos aspectos en la investigación biomédica, clínica, epidemiológica, farmacéutica y socia l que independientemente de sus elementos diferenciados, tienen como componentes comunes: el hombre y su bienestar.

La función de las universidades en la formación académica y educación moral de los profesionales farmacéuticos, así como su creciente responsabilidad con la educación posgraduada y la investigación científica e innovación tecnológica, exigen incorporar a sus contenidos elementos de la bioética que les permitan participar en el debate contemporáneo y cumplir a plenitud sus obligaciones y responsabilidades sociales.

El mundo farmacéutico y sus tendencias actuales3

Los medicamentos son utilizados de forma masiva tanto por los médicos como por la población en aquellas regiones del mundo donde se ha alcanzado accesibilidad a ellos. Es un bien de consumo no sólo costoso sino peligroso; su uso irracional y excesivo es una práctica extendida con independencia del poder adquisitivo de los individuos

Son los medicamentos las sustancias terapéuticas de mayor valoración por el mundo contemporáneo, aunque han constituido dimensiones culturales de la medicina tan antiguas como la humanidad.

No obstante ello, ninguna de las epidemias que azotaron a la humanidad fue resuelta por el uso de medicamentos. Se puede inferir que el mecanismo causal de las enfermedades tiene determinantes económicas, sociales, ecológicas y culturales, lo que evidencia que el desarrollo humano ha elevado más la esperanza de vida que las acciones de la medicina y los medicamentos.

Todo ello explica que muchos sectores de la población han comenzado a comprender el valor de los estilos de vida saludables, como hábitos alimentarios higiénicos, práctica de ejercicios, no consumo de alcohol y tabaco y el control del estrés, que son muy importantes para la salud individual y colectiva. Sus cambios positivos están relacionados también con acciones sociales como la solidaridad, el entorno ambiental y la erradicación de la pobreza.

A pesar de lo anterior, se sigue hiperbolizando el efecto de la medicina moderna atribuida al uso de medicamentos y no se comprende el bienestar y la calidad de vida sin analgésicos, antiinflamatorios, antiácidos, etc., con independencia de su efecto “silencioso” que no aparece en las estadísticas de morbilidad y mortalidad.

Debe además señalarse que dos tercios del gasto en salud en los países están implicados en el consumo de bienes y servicios terapéuticos, producidos por un poderoso complejo industrial con enormes ganancias. Esta industria mundialmente consume una parte importante del esfuerzo económico de las sociedades (entre el 6 y 14% del PBI). La necesidad de políticas farmacéuticas adecuadas capaces de encontrar el equilibrio entre calidad y equidad de acceso a los medicamentos, evitaría afectaciones del bienestar de una sociedad tanto en el orden social como económico.

En las últimas 4 décadas se ha puesto de manifiesto un importante conflicto sanitario: los mercados no protegen debidamente a los consumidores de medicamentos. Desde la catástrofe de la talidomida hasta el presente, se han producido problemas con el uso de los medicamentos que van desde la inaccesibilidad a un bien indispensable, hasta los inconvenientes generados por un uso excesivo e indicaciones incorrectas.

Alternativas como la Lista de Medicamentos Esenciales y la utilización de genéricos, están convirtiéndose en una preocupación de la poderosa industria farmacéutica.4

En la cultura contemporánea, se perciben los medicamentos como representante de la empresa terapéutica convertidos en la actualidad en objetos de “vigilancia especial” cuya valoración responde a su eficacia, riesgo/beneficio y costo/beneficio.

La posibilidad en la práctica médica de ser utilizados incorrectamente y su alta potencialidad de modificar funciones fisiológicas y bioquímicas, hacen mayores los efectos iatrogénicos, lo cual exige control social en los procesos de producción, comercialización y utilización.

Los medicamentos y sus regulaciones multilaterales (Acuerdos sobre derechos de la propiedad industrial, OMC) merecen atención. La existencia de acuerdos de ampliaciones de producción y consumo de medicamentos, también en relación con las patentes de invención (Acuerdo TRIPS) inciden sobre los medicamentos. Las justas demandas de los países pobres ya tienen fuerza sobre el derecho de la propiedad intelectual con respecto al comercio.5

Bioética en la formación del profesional farmacéutico

Dentro de los profesionales de la salud, el farmacéutico debe ser uno de los pilares fundamentales en el equipo de salud junto al médico y la enfermera, con su presencia y activa participación en el enfoque multidisciplinario de la atención a la salud de las personas.

Entre sus funciones en los servicios farmacéuticos, la dispensación constituye una fundamental, independientemente de otras (administración, fabricación, suministro de medicamentos, etcétera).

Por su formación y preparación son funciones inherentes al farmacéutico las referidas al registro y regulación de medicamentos; están dentro de sus responsabilidades las exigencias de normas y control de los productos (inocuidad y eficacia probadas).

Además este profesional en su responsabilidad con la salud, tanto en los establecimientos de farmacia como en la comunidad, deberá procurar el bienestar de los pacientes. Su amplio conocimiento sobre las propiedades y manejo de los medicamentos lo aproximan tanto al médico, como a los pacientes en la comunidad; en el primer caso, como fuente de información de alternativas terapéuticas y sus consecuencias, y en el segundo caso, no solo como dispensadores, sino por la información de todo lo relacionado con la salud y la utilización de medicamentos.

Todo ello explica que en la formación del farmacéutico, se requieran conocimientos de las ciencias farmacéuticas junto a los que se deben introducir tempranamente, temas del ejercicio de la profesión tales como ciencias del comportamiento, técnicas de comunicación y educación, etcétera.

Tanto el conocimiento de aquellos principios generales del uso racional de medicamentos con recomendaciones a médicos y pacientes, la supervisión de las recetas, notificación de reacciones adversas a los medicamentos e interacciones medicamentosas son también de su responsabilidad.

El desarrollo científico-tecnológico producido en las últimas décadas, no solo ha abierto infinitas posibilidades al mejoramiento de la atención de la salud, sino que también, le ha dado al hombre un enorme poder sobre la naturaleza humana que no bien orientado y utilizado, puede dañarla con consecuencias imprevisibles. Aquí está el fundamento de la necesidad de la incorporación de la Bioética como disciplina en la formación de este profesional, por considerarlo como un puente de unión entre las ciencias farmacéuticas y los valores humanos.

Llama la atención notablemente el hecho de la escasez de personal farmacéutico con formación bioética, lo cual constituye una preocupación de organismos internacionales que tienen que ver con el cuidado de la salud como la OMS y la OPS.

También resulta muy significativo que la poderosa industria farmacéutica no se proponga dedicar dentro de sus cuantiosas ganancias, recursos para el desarrollo de programas que proporcionen la formación y desarrollo bioético de estos profesionales.

En relación con lo anteriormente señalado, se considera que cobra mayor peso la función que deben desempeñar las universidades en la preparación y formación de estos profesionales, ya que las universidades no deben tener en cuenta solo las necesidades del presente, sino su responsabilidad casi exclusiva en considerar las demandas futuras.

Cosideraciones finales

Son las universidades, las instituciones cuya responsabilidad no es solo la formación profesional atendiendo a las necesidades del presente, sino también considerando las exigencias previsibles del futuro. Esta es su misión fundamental.

La investigación científica en salud cada día más, debe vincular la búsqueda de nuevos conocimientos con los valores éticos relacionados con el bienestar y la dignidad del hombre.

La poderosa industria farmacéutica mundial dedica sus mayores inversiones a la búsqueda de nuevos fármacos y la obtención de superganancias, de manera que muestra poco interés en la preparación bioética de sus profesionales.

El uso racional de medicamentos implica, que este bien de consumo indispensable esté disponible en tiempo y forma para quien lo requiera. Esto no se cumple en buena parte del planeta dominado por las leyes ciegas del mercado y la falta de orientación humanista de las transnacionales farmacéuticas.

La inclusión de la Bioética como disciplina en la formación del profesional farmacéutico es una exigencia actual, como también lo es la necesidad de que los valores morales que la sustentan, formen parte de la manera de pensar y actuar de estos profesionales.

Summary

Bioethics in the formation of pharmacy professional

Renewal and updating of curricula for the formation of professionals is a fundamental task of the universities. The advent of 21 st century and the scientific–technical development reached in the previous century demand a thorough analysis. The objective of the present paper was to assess the importance of bioethics as a discipline in the formation of these professionals, on the basis of accrued experience resulting from the changes occured and the new approaches applied in the development of biomedical sciences, the pharmacological revolution of the last decades and on the concerns expressed by international bodies responsible for man´s health and his welfare.

Key words: Bioethics and pharmaceutical formation; pharmaceutical bioethics, bioethics and university formation.

Referencias bibliográficas

1. Henriques RD. El problema medicamento. Revista Juan César García (Ecuador). 1999;8(1-2):23-4

2. Fernández Rañada J. Los muchos rostros de la ciencia. Madrid; Ediciones Nóbel, Colección Jovellanos; 1998.

3. González G. Remedios políticos para los medicamentos. Quito: Ediciones ISALUD;1997.

4. OMS. El papel del farmacéutico en el sistema de atención de salud. Informe de un grupo de consulta. Ginebra: OMS; 1990.

5. Romero A, Henriques RD. Medicamentos, salud, empresas transnacionales y derecho de la propiedad intelectual. Una perspectiva desde los países en desarrollo. En: Bioética y sustentabilidad. La Habana: Publicaciones Acuario; 2002. p. 563-82

Recibido: 29 de mayo de 2006. Aprobado: 30 de junio de 2006.
Dra. C. Ruth Daisy Henríques Rodríguez. Instituto de Farmacia y Alimentos. San Lázaro y L, Vedado, Plaza, Ciudad de La Habana. Cuba. CP 10 400. Correo electrónico: cesbh@matcom.uh.cu

1Doctora en Ciencias (Ph. D). Profesora Titular. Directora del Centro de Estudio de Salud y Bienestar Humano, Universidad de La Habana.

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