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Revista Cubana de Farmacia

versión impresa ISSN 0034-7515versión On-line ISSN 1561-2988

Rev Cubana Farm v.41 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 2007

 

Historia de la Farmacia

Instituto de Farmacia y Alimentos
Universidad de La Habana

Los estudios de farmacia en Cuba desde 1833 hasta 1863

Pilar Marchante Castellanos1 y Francisco Merchán González2

Resumen

Se exponen los aspectos esenciales sobre la enseñanza de la Farmacia que asumió y puso en práctica en Cuba la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia en la etapa comprendida entre la desaparición del Real Tribunal del Protomedicato, en 1833, hasta la incorporación de los estudios de esa especialidad en el Plan Estudios de la Real Universidad de La Habana, en 1842. Los conceptos aplicados en la enseñanza de la Farmacia durante esta etapa pueden considerarse como precursores de lo que constituyó el primer plan de estudios de la carrera de Farmacia en Cuba. Se presenta este primer plan, así como los requisitos para la obtención de los diferentes grados universitarios de la especialidad y los datos de algunas tesis presentadas en opción del grado de Doctor en Farmacia. Aunque formando parte de la Facultad de Medicina, y bajo la dirección del mismo decano, la carrera de Farmacia estuvo asociada con el nombre de Facultad y dirigida por un Consiliario hasta la reforma general de la enseñanza que tuvo lugar en la Isla en 1863, mediante la cual nace con identidad propia la Facultad de Farmacia en la Real Universidad de La Habana.

Palabras clave: Estudios de Farmacia en Cuba 1833-1863; Primer Plan de Estudios de Farmacia en la Universidad de La Habana.

En un artículo se presentaron, en apretada síntesis, los antecedentes y orígenes de la enseñanza de la Farmacia en Cuba, con énfasis en lo más significativo de la situación imperante en la Isla antes del surgimiento de su primera universidad en 1728.1 Esta institución no incorporó inicialmente la carrera de Farmacia en su Plan de Estudios, por lo que el Real Tribunal del Protomedicato, que había sido establecido por la corona española desde 1634, se continuó encargando, entre otros asuntos, de evaluar y autorizar a los boticarios a ejercer como tales hasta que, en 1833, fue sustituido por la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia. Esta Junta asumió, con una concepción más dinámica y moderna, las funciones de preparación y evaluación de los aspirantes a ejercer la profesión farmacéutica hasta que en 1842, al producirse la secularización de la Universidad, se decide incluir la enseñanza de la Farmacia en su Plan de Estudios.

En este trabajo se ofrece en principio una breve información sobre el modo en que la Real Junta Superior Gubernativa concibió la enseñanza de la Farmacia, lo cual sirvió de base para diseñar la primera carrera universitaria de esta especialidad en Cuba. A continuación se exponen el plan de estudios de esta, los requisitos para la obtención de los grados de Bachiller, Licenciado y Doctor en Farmacia, y los datos de algunas de las tesis presentadas en opción a este último grado, hasta que en 1863 se produjo una nueva reforma de la enseñanza en la Isla.

La Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia

Por Real Cédula de 9 de enero de 1830 se dispuso que, en lugar del Real Tribunal del Protomedicato, se establecieran en La Habana dos Juntas Superiores: una de Medicina y Cirugía y otra de Farmacia, que funcionarían independientes entre sí y de las existentes en España, lo que significó la separación definitiva de la especialidad farmacéutica de las de Medicina y Cirugía y la regularización de los estudios a ella correspondientes.2

El Reglamento para el funcionamiento de la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia fue aprobado el 21 de octubre de 1833 y el 24 de diciembre del propio año quedó establecida esta última conformada por tres vocales, y un secretario.3 El mencionado Reglamento se imprimió en La Habana, en 1834 en la Oficina de Don Pedro Martínez de Almeida.4

Identificado con la profesión farmacéutica, Martínez de Almeida fue el impresor de la Real Junta de Farmacia desde su instauración y figuró como decano de los impresores de La Habana. En su Oficina también se imprimieron la tarifa de los precios de los medicamentos, la instrucción de los subdelegados,3 así como el Petitorio de la Junta, firmado y arreglado a la última edición de la Farmacopea Española, que en 1834 reglamentó las visitas a las boticas de la isla.4

La Real Junta de Farmacia otorgaba los grados de Bachiller, Licenciado y Doctor en la especialidad a los que ostentaban tales títulos de universidades de otros países y autorizaba se impartieran cursos teóricos y prácticos en Cuba. Después se exigió a los que aspiraban al título de Licenciado, la asistencia, en dos cursos, a una cátedra de Botánica creada por la Junta Gubernativa en 1834, la cual obtuvo de inicio por oposición Don Pedro Alejandro Auber. Las primeras lecciones de esta clase se dieron en el Jardín Botánico y más tarde en el mismo edificio de la Universidad donde existía un pequeño jardín que la Junta consideraba útil para el estudio de la Botánica aplicada a la Farmacia. Adicionalmente, los alumnos debían asistir a la clase de Química. Durante el segundo año recibían la clase de Farmacia Experimental y Práctica y, de nuevo, las correspondientes a Botánica y Química.3

En 1837 se crearon las cátedras de Química y Farmacia Teórica, las que se confirieron por oposición a Don José Lusi Casaseca y Antonio Benadi Serra, respectivamente, lo cual fue aprobado el l9 de julio de 1838. La toma de posesión se efectuó el 5 de marzo de 1839, lo que coincidió con la inauguración de la Cátedra de Farmacia Teórica en el Seminario de San Carlos de La Habana.

Con posterioridad, algunas cátedras se trasladaron a la casa sita en la Calzada de Galiano esquina a Neptuno, en la que permanecieron hasta el año 1842, año en que el inmueble, que había sido adquirido por la Junta, entró a formar parte de los fondos de la Universidad.

La Junta también estableció que los alumnos debían cursar un primer año de práctica o pasantía, en el que debían repetir la asistencia a la clase de Farmacia Experimental y también un segundo año para asistir a la cátedra de Materia Médica y Arte de Recetar. Los estudiantes de Farmacia podían graduarse de Bachiller después de vencer esos cuatro años de estudio y práctica y, de Licenciado, al vencer un quinto año adicional.3

Según García Hernández y Martínez-Fortún y Foyo,3 la Junta Superior Gubernativa de Farmacia se distinguió por sus esfuerzos de desterrar la rutina e ignorancia de los farmacéuticos de aquellos tiempos, con la circunstancia notable de que sus miembros servían sin devengar sueldo del Estado ni recibir emolumentos de ninguna clase. Según los propios autores, a lo largo de esos años se recibieron 128 licenciados en Farmacia y 34 doctores, aunque cabe destacar que, en la “Memoria acerca del Estado de la Enseñanza en la Universidad de La Habana, Curso 1864-1865. Anuario 1865 -1866”, se reportan solo 22 doctores recibidos en igual período.5

Incorporación de la Farmacia como enseñanza universitaria en Cuba

En el primer artículo se hace referencia a la fundación de la primera universidad en Cuba en 1728 y los aspectos que caracterizaron sus 114 años de existencia bajo la dirección de los dominicos.1 Aunque generalmente conocida como Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, nombre utilizado en no pocos documentos oficiales, cabe señalar que fue fundada con el de Real y Pontificia Universidad del Máximo Doctor San Gerónimo de La Habana. Igualmente se atribuye a una bula6 del Papa Inocencio XVIII, lo que realmente fue un breve,7 mediante el cual se autorizó a los dominicos a fundar ese centro de estudios en el Convento San Juan de Letrán.

Aunque fundada en 1728, los Estatutos aprobados en 1734 establecieron las enseñanzas que se impartirían en la Real y Pontificia Universidad,6 las cuales realmente estaban lejos de constituir un plan sistematizado como se concibe en la época actual. En ellos solo se precisaban los años que se debían cursar para obtener los diversos grados en las cinco facultades que se constituirían. Esas enseñanzas, asumidas como el Plan de Estudios de 1728, permanecieron prácticamente inalterables durante toda la existencia de la Universidad en su etapa pontificia, lo que provocó que hasta su s ecularización por Real Orden del 24 de agosto de 1842, experimentara una lamentable decadencia y una considerable pérdida de prestigio como máxima institución docente. Los intelectuales más destacados opinaban que la Universidad no representaba más que un anacronismo inútil y numerosas voces exigían la inmediata secularización de esta, para proceder a una reforma radical de sus planes de estudio, eliminar la influencia del clero más reaccionario y posibilitar la introducción de los adelantos de la época. La Universidad había entrado en franca contradicción con el avance de la ciencia y la técnica de los inicios del siglo XIX y, particularmente, con la eficiencia del plan de estudios del Seminario de San Carlos, fundado en las postrimerías del siglo XVIII, el cual había cobrado nueva vida con el impulso renovador del gobierno de Don Luis de las Casas auspiciado por la Sociedad Patriótica y se había convertido en un peligroso competidor de la Universidad.

La oportunidad tan anhelada de despojar a los dominicos del monopolio de su arcaica universidad se presentó inicialmente en 1837 cuando se acometió una reforma de la enseñanza en España y sus posesiones en ultramar.8 En consecuencia, el Príncipe de Anglona, en aquellos tiempos Gobernador y Capitán General, nombró en 1840, la “Junta de Arreglo de los Estudios Superiores en la Isla”, inicialmente integrada por el Oidor de la Audiencia Pretorial de La Habana, el Fiscal de la Real Hacienda y el Doctor en Medicina José de Lletor y Castroverde, más adelante Decano de esa Facultad. Posteriormente integró también la Junta el Doctor Gaspar Palacios.9 Esta elaboró un detallado informe sobre el arcaico sistema de enseñanza que caracterizaba a la Real y Pontificia Universidad.8

El nuevo Gobernador y Capitán General, enviado a Cuba para sustituir el mismo año al Príncipe de Anglona, el General Gerónimo Valdés Noriega, remitió al gobierno de la metrópoli las conclusiones de la Junta, que recomendaban la inmediata secularización de la Universidad, para proceder a modificar sus estatutos y planes de estudios.8 En consecuencia, el 15 de febrero de 1842 se publicó el Plan General de la Enseñanza elaborado por la Junta, se suspendió el otorgamiento de grados y habilitaciones por la Universidad para ejercer profesión alguna y se informó a la población sobre los cambios que se realizarían en esta última. El contenido del proyecto de reorganización de la Universidad se remitió a la Corona y se aprobó con ligeros cambios en la Real Orden del 24 de agosto de 1842, donde se estableció el traspaso de la Universidad al Estado, la redacción de nuevos estatutos y la elaboración de un nuevo plan de enseñanza.

Tanto el nuevo Plan de Estudios, que incluía por primera vez los estudios de Farmacia, como el Reglamento Universitario quedaron definitivamente aprobados por Real Orden del 27 de octubre de 1844 y se publicaron al mismo tiempo tanto en Cuba como en Puerto Rico, únicas colonias que quedaban en el continente americano, por la Imprenta del Gobierno en 1846. A pesar de la secularización, la Universidad mantuvo su sede en el antiguo Convento de San Domingo (anteriormente San Juan de Letrán), pues unos años antes todas las propiedades de los dominicos habían sido expropiadas por la Corona española.9

Según la nueva organización de la enseñanza en la isla, además de la secularización de la Universidad, quedaban incluidos en su Plan de Estudios, los niveles de enseñanza primaria y secundaria, todos sujetos a inspección del Gobierno,3 y se mantenía incorporado a esta, el antiguo Bachillerato en Artes, desde ese entonces Bachillerato en Filosofía, que representaba la enseñanza media superior.10 La dirección de la Universidad, fue entonces encomendada a un Rector de Real nombramiento, 3 cargo ocupado desde el 15 de octubre de 1842 por el Sr. José María Sierra, quien actuó como tal hasta el 19 de junio de 1844. A partir de ahí los sucesivos rectores actuaron por períodos de cuatro años, con algunas pocas excepciones.9 En octubre de 1841 se había elegido el último rector de la etapa pontificia.

El 19 de noviembre del propio año 1842, en ocasión del cumpleaños de la Reina Isabel II, se inauguró solemnemente la nueva Universidad Real, que pronto comenzó a llamarse popularmente Real y Literaria. Esta última denominación, aunque no oficial, fue tan arraigada en la población que llegó a figurar en el membrete de los documentos oficiales universitarios.10

El gobierno de la Universidad quedó bajo el patronato del Gobernador y Capitán General y sujeto a un personal directivo totalmente reorganizado. El personal facultativo se amplió de un modo notable con la creación de nuevas cátedras para nuevas enseñanzas.

Aunque la secularización representó un gran salto cualitativo desde el punto de vista estrictamente académico al intentar acercar la enseñanza universitaria en Cuba al avance científico del siglo XIX, no posibilitó el acceso a ella de las grandes mayorías populares. Se mantuvo la exigencia de los documentos (debidamente acreditados y firmados por testigos) de la legitimidad del matrimonio de los padres y el de pureza de sangre; del certificado de buena vida y arraigadas costumbres; del grado de Bachiller en Filosofía y del pago del primer plazo de la matrícula. Por tanto, el traspaso de la Universidad al Estado, no posibilitó el acceso de ciudadanos de la raza negra o mestiza a sus aulas y la hizo más inalcanzable porque los derechos por matrícula, exámenes, otorgamientos de títulos y grados experimentaron un notable aumento de los precios.3

En el Plan de Estudios implantado con la secularización se vio reducido el número de facultades al quedar excluidos del currículo de la nueva Universidad aquellos de contenido puramente eclesiásticos. Así, las facultades que conformaron en un inicio la Real Universidad de La Habana fueron las de Filosofía, Jurisprudencia y Medicina. En esta última se incluyeron los estudios de Farmacia, de cuyo claustro pasaron a formar parte los hasta entonces profesores de la Real Junta Gubernativa.3

Con motivo de las modificaciones de 1842 a la instrucción pública, el 31 de octubre fue nombrado el licenciado Juan Pinet y Planas, catedrático de Farmacia Experimental y Práctica y Principios de Química aplicada a la Medicina y Farmacia. Por su parte, el licenciado José Joaquín Gibón obtuvo la Cátedra de Farmacia Elemental y Teórica y la de Botánica con aplicación a la Farmacia, nombramiento aprobado por Real Orden de 14 de enero de 1843. En 1849 la Facultad contaba con estos 2 catedráticos a número y 19 subdelegados de farmacia quienes desarrollaban su labor en diversas ciudades y pueblos de la isla.3

El doctor José de Lletor y Castroverde dirigió la Facultad de Medicina desde 1842 hasta que solicitó su jubilación por problemas de salud en 1859.11 Como Decano tuvo bajo su responsabilidad las carreras de Medicina, Cirugía y Farmacia, las cuales en la práctica funcionaban como facultades independientes y eran conocidas como facultades médicas.

En la nueva Universidad se mantuvieron los títulos y grados de Bachiller, Licenciado y Doctor y se aprobaron, entre otros, los grados de Bachiller, Licenciado y Doctor en Farmacia.

En los expedientes de los estudiantes matriculados en el período 1842-1863, no aparecen los planes de estudios detallados, con las asignaturas a cursar en cada año de la carrera, sino la solicitud para realizar los exámenes y las calificaciones obtenidas en cada uno de ellos. Se hizo necesaria la revisión minuciosa de varios expedientes correspondientes a ese período, para poder obtener una información bastante aproximada acerca de la conformación del plan de estudios vigente en el período de 1842 a 1863.12 Los resultados de esa revisión coinciden con lo reportado por García Hernández y Martínez-Fortún y Foyo3 y revelan que los estudios de Farmacia estaban divididos en teóricos y prácticos y que se debían aprobar las siguientes asignaturas para la obtención del grado de Bachiller en Farmacia:

  • Primer año
    • Elementos de Farmacia Teórica
    • Química Aplicada a la Medicina y la Farmacia
  • Segundo año
    • Farmacia Experimental y Práctica
    • Botánica
  • Tercer año (práctica)
    • Pasantía y asistencia a clases de Farmacia Experimental
  • Cuarto año (práctica)
    • Práctica de Cátedra de Materia Médica y Arte de Recetar

Los primeros dos cursos se impartían en la Universidad. Sin embargo, a causa de la escasez de farmacéuticos en la isla, en ocasiones se dispensaba a los estudiantes del último año de práctica o se les permitía simultanear los 2 años de estudios, lo que daba también lugar a la habilitación de las prácticas. Como se puede apreciar, el Plan de Estudios constaba de pocas asignaturas y tenía en su cuarto año asignaturas coincidentes con las de Medicina.

El grado de Bachiller se podía obtener u na vez vencidos los 4 cursos y abonado el importe que se debía pagar para optar por él. En algunos casos este grado se obtenía por oposición cuando se presentaba una oportunidad especial (mayoría de edad de la Reina por ejemplo) aun cuando no se habían concluido los estudios correspondientes al último curso. En 1844 se presentó esta última situación y el estudiante José María Lastayo Méndez (único aspirante) obtuvo el grado de Bachiller en Farmacia por oposición, con una disertación sobre el tema: “La Historia Natural, la Física Experimental y la Química son indispensables para el estudio de la Farmacia”.12 La selección de este tema para la disertación del aspirante al grado, demuestra la importancia que se pretendió dar a la formación del farmacéutico, tras la secularización de la Universidad en 1842.

Para obtener el grado de Licenciado, se debía cursar un quinto año, consistente en una práctica en una botica, bajo la enseñanza y supervisión de un Preceptor, quien debía dar fe por escrito del aprovechamiento del estudiante. Con posterioridad se debían aprobar los ejercicios establecidos ante un Tribunal, presidido por el Rector, y en el que participaba el Decano de la Facultad de Medicina (“facultades médicas”). Tales ejercicios eran:

  • Examen, ante el claustro, sobre todas las asignaturas.
  • Disertación ante el claustro sobre temas indicados.
  • Disertación sobre un tema elegido al azar que debía ser preparado en 24 horas en total incomunicación.8

Por otra parte, para la obtención del grado de Doctor, exigido para ocupar cátedra universitaria, se debían cursar además las asignaturas Historia de la Farmacia y Materia Farmacéutica y realizarse los siguientes ejercicios:

  • Una disertación de una hora ante el claustro.
  • Examen público sobre materias señaladas por el reglamento.
  • Examen público de una hora sobre métodos de enseñanza y bibliografía de la ciencia.5,8,9

Los primeros graduados universitarios de Farmacia en Cuba

Los primeros graduados de la carrera de Farmacia en la Real Universidad de La Habana fueron estudiantes de origen español que matricularon desde 1840 los cursos correspondientes al Plan de Estudios definitivamente aprobado en 1844.

En el libro de graduados de Licenciados en el período 1847 a 1864,13 que continúa en orden (falta el intermedio) al Libro Primero de Doctores y Maestros de la IL Universidad de San Gerónimo de La Habana (La Havana en el original),14 se encuentran las anotaciones correspondientes a las diversas Facultades y aparecen las de la Facultad de Farmacia separadas de las de Medicina y Cirugía. También constituyen una muestra de que esta Facultad funcionaba de manera casi independiente los expedientes de los estudiantes de esa época. Un ejemplo, es el de José Sarrá, en el cual hay un certificado del Secretario de la Universidad, Don Pedro Sanjurjo, donde autorizó la matrícula de ese estudiante en la Facultad de Farmacia en 1844. En el expediente de Francisco de la Paz Hava y Valdés hay un documento firmado por el Secretario de la Universidad que hace constar que este cursó el primer año de la Facultad de Farmacia en el curso 1850-51.

En el folio número 1 relativo a la “Facultad de Farmacia” aparecen los primeros 12 graduados. Estos son:

  • Leushsenring D. Enrique Alejandro

2 de julio de 1844

  • Lastayo D. José María

24 de septiembre de 1844

  • Donoso D. Carlos
18 de enero de 1845
  • Nocedo D. Miguel

17 de julio de 1845

  • Sarrá D. José

22 de julio de 1845

  • Aenlle D. Joaquín Fabián

23 de enero de 1847

  • Cánudas D. Pedro

15 de abril de 1848

  • Hita D. Ramón María de

4 de mayo de 1849

  • Marcarf D. Narciso

21 de diciembre de 1849

  • Losada D. Sabino

9 de febrero de 1850

  • Costas y Martorell D. Manuel

7 de febrero de 1852

  • Márquez y Márquez D. Miguel María

28 de julio de 1852

Procede señalar que al finalizar esta relación de doce graduados aparece una nota, en la cual se expresa: “Los graduados que preceden constan anotados entre los de Medicina y Cirugía”.

En ese mismo folio, se recomienza la relación con el número 13 y, a partir de aquí, hay para cada graduado un párrafo firmado por el Secretario de la Universidad, Licenciado Laureano Ferur de Cuevas, donde se registra el nombre del graduado, lugar y fecha de su nacimiento, fecha en que realizó los ejercicios de grado y la calificación otorgada, fecha en que se le confirmó el grado de Licenciado y dice por la Facultad de Farmacia, por el Rector de la Universidad y se hace constar que realizó el juramento de costumbre y certifica el Secretario de la Universidad. Las cuatro calificaciones que aparecen para los ejercicios de grado son: Sobresaliente, Aprovechado, Aprobado y Aprobado Capaz.

Hay que señalar también la ausencia del graduado número 16 y la existencia de una anotación al margen del folio 1 con el nombre del graduado al que se le asignó el número 18. Adicionalmente, en este Libro, pero en el folio 9 de la Facultad de Farmacia, dice en la parte superior: Plan 1863, apareciendo asentados 5 graduados. Sin embargo, estos graduados, tres del año 1863 y dos del 1864, realizaron sus estudios por el plan de 1842, que había estado vigente hasta ese momento.

Las cifras de graduados por año se comportaron como sigue:

Año

Graduados

1844

2

1845

3

1847

1

1848

1

1849

2

1850

1

1852

2

1853

1

1854

5

1855

1

1856

3

1857

5

1858

3

1859

1

1860

3

1861

3

1862
Anotado al margen

4
1

Primeras tesis de doctorado en Farmacia publicadas y registradas en la Universidad de La Habana

Las primeras tesis de doctores, leídas y sostenidas en la Facultad de Farmacia de la Real Universidad de La Habana fueron las siguientes:

1848

Discurso (sin título). Publicado en la imprenta Faro Industrial de La Habana. Habana 11, 12, 13, 14 de Abril de 1848.
Autor: Ldo. D. Joaquín Fabián de Aenlle.
Graduado de Licenciado el 23 de enero de 1847. En 1866 fue catedrático numerario de la Facultad de Farmacia de la Real Universidad de La Habana de la asignatura Farmacia Químico-Inorgánica y Decano de la Facultad.

1858

Tesis “Sobre la necesidad en que está el farmacéutico, en el estado actual de la ciencia, de estudiar la Química Toxicológica”. Aula Magna, 23 de noviembre de 1857. Habana, Imprenta del Tiempo, 1858, 8 ° 31p.
Autor: Ldo. D. José Francisco Gibón.
Graduado de Licenciado el 14 de noviembre de 1856.

1863

Tesis “Entre las plantas de la familia Papa Veráceas, la más notable por la diversidad de productos que suministra a la medicina, como por la acción enérgica de estas es sin disputa el Papaver sumnifarum”. 22 de diciembre de 1863, La Habana , Imprenta de Félix J. Barcina 8 ° 21p, Facultad de Farmacia de La Habana.
Autor: Ldo. D. Juan Estrada Márquez
Graduado de Licenciado el 8 de noviembre de 1857.

1863

Tesis “La Teoría que admite que en las materias grasas que existen formados los ácidos oleico, esteárico, margárico y la glicerina, parece lo más aceptable por cuanto acerca los productos de estas materias el grupo de los éteres”. 20 de noviembre de 1863. La Habana, Imprenta Viuda de Barcina y Cía., 1863, 8 ° 16p. Facultad de Farmacia de La Habana.
Autor: Ldo. D. Fernando Páez González.
Graduado de Licenciado el 6 de diciembre de 1857.

1864

Tesis “Envenenamiento por arsénico”. 17 de diciembre de 1863. Habana, Imprenta del Tiempo, 1864. 8 ° 20p., Facultad de Farmacia de La Habana.
Autor: Ldo. Carlos Donoso y Lardier.
Graduado de Licenciado el 18 de enero de 1845
Fue catedrático de la asignatura Farmacia Químico Inorgánica y posteriormente de la asignatura Farmacia Químico Orgánica.
Miembro de la Secretaría de Farmacia en la Academia de Ciencias.

1865

Tesis “El cultivo, el clima la posición topográfica del terreno y la composición del mismo, ejercen una influencia marcada en la constitución de la planta”. 15 de diciembre de 1865. La Habana , imprenta de la Viuda de Barcina y Cía., 1865, 8 ° 17p. Facultad de Farmacia de La Habana.
Autor: Ldo. Justo Rafael de Figueroa y Velis
Graduado de Licenciado el 22 de agosto de 1862

En 1863 se aprobó una nueva reorganización de la estructura de la Universidad, mediante la cual se crean nuevas facultades. Estas son: la Facultad de Ciencias (Exactas, Físicas y Naturales) y la de Farmacia, la cual a partir de este momento contó con Decano propio y comenzó a funcionar con independencia de la de Medicina y Cirugía. La Facultad de Filosofía pasó a ser de Filosofía y Letras.

Consideraciones finales

Al no estar contemplados los estudios de Farmacia en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana y cesar sus funciones el Real Tribunal del Protomedicato, los estudios de Farmacia, el control de las boticas y otras actividades relacionadas con el ramo se asumieron por la Real Junta Gubernativa de la Facultad de Farmacia, durante el período 1830-1842. Los cursos teóricos y prácticos establecidos por esta para la formación de los aspirantes a ejercer la especialidad farmacéutica pudieran ser considerados como precursores de lo que más tarde pasó a ser el primer plan de estudios de la carrera de Farmacia en la Real Universidad de La Habana, inaugurada en 1842 tras la secularización de la hasta entonces Real y Pontificia Universidad.

Desde 1842 y hasta 1863 los estudios de Farmacia estuvieron dirigidos por un consiliario que hacía las funciones de decano para esta carrera que prácticamente funcionaba como facultad independiente dentro de la Facultad de Medicina, Esto último se puede apreciar en los expedientes académicos de los estudiantes correspondientes a este período en los que la documentación hace referencia a la Facultad de Farmacia, como si funcionara con identidad propia. En la nueva Universidad comenzaron a otorgarse los grados de Bachiller, Licenciado y Doctor en Farmacia.

El plan de estudios que se aplicó en la carrera de Farmacia se ha debido inferir a partir de la revisión de los expedientes de los primeros graduados, en los que no aparecen las asignaturas que cursaron en cada año de la carrera, sino la solicitud para realizar los exámenes respectivos y las calificaciones obtenidas en cada uno de ellos.

Como consecuencia de la reforma de la enseñanza que se aprobó para la isla de Cuba en 1863, la Facultad de Farmacia se separó de la de Medicina y comenzó a funcionar con decano propio en la Real Universidad de La Habana.

Summary

Synercidâ: a combination of streptogramins A and B for the treatment of grampositive multiresistant pathogens

The essential aspects about Pharmacy teaching, adopted and implemented by the Royal Higher Board of Directors of the Faculty of Pharmacy in Cuba since the Royal Board of the Protomedicate disappeared in 1833, until the studies of this specialty were included in the Curriculum of the Royal University of Havana, in 1842, are exposed. The concepts about the teaching of Pharmacy applied during this stage could be considered as predecessors of the first curriculum of Pharmacy in Cuba. This first curriculum, as well as the requirements to obtain the various university degrees of this specialty and the data on some theses submitted to obtain the Doctor in Pharmacy degree, are presented. As part of the Faculty of Medicine, and under the direction of the same Dean, the Pharmacy course was associated with the name of the Faculty and headed by a Counselor until the general reforms in education were applied in Cuba, in 1863, when the Faculty of Pharmacy acquired its own identity in the Royal University of Havana.

Key words: Studies of Pharmacy in Cuba 1833-1863: First Curriculum of Pharmacy in the University of Havana.

Referencias bibliográficas

  1. Marchante Castellanos P, Merchán González F. Orígenes de la enseñanza de la Farmacia en Cuba. Rev Cubana Farm. 2006;40(3). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/far/vol40_3_06/far11306.htm
  2. Santovenia E. El Protomedicato de La Habana. Cuadernos de Historia Sanitaria No. 1. La Habana : Publicaciones del Ministerio de Salubridad y Asistencia Social; 1952. p.5-11.
  3. García Hernández M, Martínez-Fortún y Foyo, S. Apuntes históricos relativos a la Farmacia en Cuba. Cuadernos de Historia de La Salud Pública Número 33. La Habana : Publicación del Consejo Científico del Ministerio de Salud Pública; 1967. p. 21-6, 39, 55-9.
  4. Dihigo y Mestre, JM. Bibliografía de la Universidad de La Habana. La Habana: Imprenta Librería y Papelería “ La Propagandística ”; 1936.p. 258-70.
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  7. Carreras Cuevas DJ. Brevísima cronología de la Universidad de La Habana: 1670-1987 (apuntes personales donados por el autor, localizados en la Biblioteca Central “Rubén Martínez Villena”, de la Universidad de La Habana. Referencia FC 378 Crr B). La Habana , 1988.
  8. De Armas R, Torres-Cuevas E, Cairo Ballester A. Historia de la Universidad de La Habana. 1728-1929. Tomo I. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1984. p.133-8.
  9. Memoria Anuario de la Universidad de La Habana. 1900-1901. Universidad de La Habana. Breve reseña histórica desde su fundación hasta la época actual. La Habana : Manuel Ruiz, S. en C.; 1901. p. 6, 9-10.
  10. González Jacomino JJ. Síntesis histórica de la Universidad de La Habana y su Facultad de Ciencias Médicas durante la época colonial. Colección “ La Juventud en la Historia ”, La Habana : Secretaría de Trabajo Ideológico, Comisión Nacional de Historia, UJC; 1978. p. 71-75, 79.
  11. De Lletor y Castroverde J. Expediente Administrativo. Archivo Central de la Universidad de La Habana.
  12. Expedientes de los graduados según Plan de Estudios de 1842: José Lastayo Méndez, Lino Villamar y López, Carlos Donoso Lardier, Joaquín Barnet y Ruiz, Luis Pablo Domínguez Pascual, Fernando Páez González, José de Jesús Rovira Barreiro. Archivo Central de la Universidad de La Habana.
  13. Libro de Grados de Licenciados 1847-1864 (13-1-1). Archivo Central de la Universidad de La Habana.
  14. Libro Primero de Doctores 1728-1823. Archivo Central de la Universidad de La Habana.

Recibido: 11 de octubre de 2006. Aprobado: 17 de noviembre de 2006.
Dr. C. Pilar Marchante Castellanos. Instituto de Farmacia y Alimentos. Universidad de La Habana. Calle 23 No. 21425 entre 214 y 222, La Coronela, municipio Playa, La Habana, Cuba. Correo electrónico: pilarmc2003@yahoo.es

1Doctora en Ciencias Químicas. Profesora Titular.
2Doctor en Farmacia. Profesor Titular. asesor Metdológico.

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