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Revista Cubana de Farmacia

versión impresa ISSN 0034-7515versión On-line ISSN 1561-2988

Rev Cubana Farm v.42 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 2008

 

HISTORIA DE LA FARMACIA

 

 

Desarrollo de las ciencias farmacéuticas: su expresión dialéctica en Cuba

 

Development of pharmaceutical sciences: its dialectic expression in Cuba

 

 

Eduardo Fernández-Sánchez

Doctor en Ciencias Farmacéuticas. Profesor Consultante. Instituto de Farmacia y Alimentos. Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

Se analizan los distintos períodos de desarrollo de la ciencia y se enmarcan las ciencias farmacéuticas en particular. Se expone cómo la práctica farmacéutica en el siglo XIX abandona su utilidad social para convertirse en una actividad mercantil, que deriva en el siglo XX en la aparición de consorcios transnacionales, todo lo cual va incidiendo en los países menos desarrollados, y de hecho en sus instituciones universitarias. Las universidades se vuelven dependientes de las economías imperantes, y estas a su vez condicionan un nivel correspondiente a los intereses clasistas. Se aborda la aparición de la enseñanza universitaria en Cuba antes de 1959, donde no constituye una excepción del resto de Latinoamérica. Se preconizan serias transformaciones en la Universidad de La Habana, a partir de la introducción del nuevo proyecto social cubano.

Palabras clave: Universidad, sociedad, enseñanza, dialéctica marxista, ciencias farmacéuticas, industria farmacéutica, monopolios, transnacionales, mercantilismo.


ABSTRACT

The different periods of the development of science are analyzed, making emphasis on the pharmaceutical sciences in particular. It is exposed how the pharmaceutical practice in the XIX century left its social usefulness to become a trading activity that gave rise in XX century to the appearance of transnational consortia, which influenced on the least developed countries and in their university institutions. The universities began to depend on the dominating economies, which at the same time conditioned a level corresponding to the classist interests. The appearance of the university teaching in Cuba before 1959, which was not an exception to the rest of Latin America, was dealt with. Serious transformations in the University of Havana were praised, starting from the introduction of the new Cuban social project.

Key words: University, society, teaching, marxist dialectics, pharmaceutical sciences, pharmaceutical industry, monopolies, transnationals, mercantilism.


 

 

"Hemos hecho la Revolución Social para hacer la Revolución Científico Técnica"

Fidel Castro Ruz

 

INTRODUCCIÓN

La ciencia es el medio por el cual se obtiene un dominio consciente sobre la naturaleza y la sociedad. De acuerdo con F. Engels, "el fundamento mas esencial y mas próximo del pensamiento humano es, precisamente, la transformación de la naturaleza por el hombre, y no la naturaleza por sí sola, la naturaleza en cuanto a tal, y la inteligencia humana ha ido creciendo en la misma proporción en que el hombre iba aprendiendo a transformar la naturaleza ".1

La ciencia estudia no solo aquellos objetos con los cuales el hombre tiene que ver en su actividad práctica cotidiana, sino además, los diversos objetos que aparecen durante el desarrollo de la propia ciencia, de ahí el carácter de la transformación dialéctica de cualquier especialidad científica.

No obstante, el progreso de la ciencia no es simplemente la acumulación de verdades, la filosofía de la ciencia tiene que nutrirse de la historia y la historia de la ciencia tiene que hacerse filosófica. La actividad que denominamos ciencia se desenvuelve en el contexto de la sociedad, de la cultura e interactúa con sus más diversos componentes.2,3

La ciencia como fenómeno social y componente esencial del proceso de reproducción social, está condicionada en última instancia por la contraposición productiva del hombre con la naturaleza exterior. Así ella, es el resultado del poder consciente de la actividad práctica del hombre.

Las innovaciones científicas han tenido como punto de partida la práctica, especialmente de la producción material, y a su vez encuentra su realización en la práctica. La ciencia penetra cada vez más profundo en la regularidad, sujeta a leyes de la naturaleza, de la sociedad y el pensamiento, así posibilita, tanto la previsión de los acontecimientos, como la transformación de la realidad de acuerdo con los intereses de la sociedad.

De lo anterior se deduce, que para el estudio de la ciencia hoy día ha cobrado gran importancia el empleo del enfoque activo sobre el objetivo de elaborar una comprensión de la ciencia que sirviera de base a una estrategia de desarrollo científico, en otras palabras, en la medida en que la teoría de la ciencia pasó a ser una necesidad práctica. El enfoque activo intenta sintetizar diferentes esferas de la actividad humana, productiva, económica, político-social, ideológico-educativa, científico-técnica y cultural-formativa.4

Partiendo del hecho que la ciencias farmacéuticas se definen hoy día, con las leyes y principios propios que la conforman, y dentro de ello, la enseñanza universitaria de ella constituye una expresión de su desarrollo, el objetivo del presente ensayo, es analizar mediante la aplicación del enfoque activo, la interrelación de los fenómenos sociales en el desarrollo histórico y científico de las ciencias farmacéuticas y establecer las formas de respuesta que la enseñanza universitaria ha brindado al proceso revolucionario en nuestro país, lo que contribuye de este modo al desarrollo armónico de la sociedad cubana.

 

DESARROLLO HISTÓRICO-SOCIAL DE LAS CIENCIAS FARMACÉUTICAS

Los antecedentes más concretos de la práctica farmacéutica en el mundo, se remontan al segundo milenio a.n.e., en las antiguas civilizaciones de Babilonia y Egipto. Los descubrimientos de píldoras arcillosas, así como la descripción en los largos papiros, constituyen la primera información en cuanto a preparación de medicamentos. En el desarrollo del conocimiento de toda ciencia, la primera etapa se caracterizó por la no diferenciación de las ciencias, o sea, la existencia de una sola ciencia no diferenciada que tenía en sí un carácter filosófico.5

La segunda etapa, adquiere su desarrollo en la Grecia antigua, lo que da lugar a una profunda diferenciación en el interior de las ciencias naturales, se inicia un período centrado en el problema de descubrir y conocer las leyes concretas de los distintos campos del mundo exterior, con el fin de su utilización práctica. La misma práctica humana llamó a la vida a las ciencias naturales particulares. Es precisamente en esa etapa que se define el surgimiento de la medicina, la cual constituye la propia génesis de las ciencias farmacéuticas.6

Durante el Renacimiento, la medicina rompió los marcos rígidos de la escolástica clerical. Un año posterior al descubrimiento de América por Colón, nació en una aldea suiza, quién habría de convertirse en un médico iconoclasta que aportógran influencia a la práctica farmacéutica, Paracelsus, como se llamara a sí mismo, introdujo la idea del cuerpo como un laboratorio químico, enfrentándose así a las autoridades de su época. A través de sus seguidores, se inició una etapa significativa, donde los procesos de la alquimia se utilizaron ampliamente en la farmacia. Se comenzó a emplear sustancias químicas para la terapia interna, y la extracción vegetal de sustancias biológicamente activas se convirtió en un objetivo de por sí.6,7

El progreso de la ciencia no ha sido uniforme ni en tiempo ni en lugar, los períodos de auge y estancamiento, así como los centros de mayor actividad se han desplazado continuamente y han estado relacionados casi siempre con los núcleos principales de actividad comercial e industrial

El avance de la farmacia como ciencia particular y sus condicionantes socio-económicas, propicia que en el siglo XVIII, comiencen a extenderse por Europa las instituciones académicas que impartían estudios farmacéuticos universitarios, fundamentalmente, en Italia, Francia y Alemania. No obstante, los manuales farmacéuticos y trabajos de referencia surgidos en el siglo XVI, ya habían dado lugar a la reglamentación de los criterios oficiales de la profesión. Aparecieron normativas oficiales para diferentes ciudades, hasta que en 1618, aparecióla Pharmacopeiae Londinense, que constituyó la primera normativa de carácter estatal, tal como se ha mantenido hasta nuestros días, con el nombre de British Pharmacopeia. A principios del siglo XIX, la farmacia comienza a mostrar su independencia de la medicina, desapareció la práctica médica de las tiendas públicas de medicamentos, y estas se transformaron en centros privados, principalmente en los Estados Unidos de Norteamérica.6

Es precisamente en los finales del siglo XVIII y principios del XIX, donde ocurren una serie de hechos que marcan un hito en el desarrollo científico de las ciencias farmacéuticas. En 1798, la práctica farmacéutica denota ya una consolidación que reclama el surgimiento de la primera publicación científica farmacéutica: el Journal der Pharmazie, de Thommadorff, en Austria. Posteriormente en 1825 comienza a imprimirse el American Journal of Pharmacy, en EE.UU., y en 1889, se inicia la publicación del Journal de Pharmacie et de Chimie, en Francia. En 1820, ocurre un hecho notable, ve la luz la primera edición de la United States Pharmacopoeia, y en 1852, se funda la Asociación Americana de Farmacia.7

Son años plenos de descubrimiento farmacéutico. La ergotamina se introduce en 1787, la morfina se descubre en 1805, la quinina en 1820, y un farmacéutico en 1828 revoluciona la química orgánica a través de la síntesis de la urea. En 1832, se descubre la codeína, y así sucesivamente surgen nuevas sustancias hasta la fecha cumbre de 1893, que corresponde al descubrimiento por A. Eichengrün y F. Hoffman, del fármaco más universalmente utilizado y estudiado, la aspirina.8

Este vuelco de la práctica farmacéutica, nos remonta a lo definido por K. Marx, "al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian de modo de producción, y al cambiar el modo de producción, la manera de ganarse la vida, cambian todas sus relaciones sociales".9

De hecho el siglo XIX, constituye un punto de giro, el cual marcará el posterior desarrollo histórico-social de las ciencias farmacéuticas, ya que paralelamente comienza a surgir el "mercado farmacéutico", amparado en la creación de consorcios industriales para la producción y exportación de medicamentos. Se define una característica de la época, donde la producción de medicamentos, alejándose cada vez más de su función médico-social, es parte intrínseca de las corrientes capitalistas imperantes y se consolida de este modo uno de los sectores más estrechamente vinculados a los principios y leyes del mercado capitalista.

La sociología marxista ha formulado el concepto de formación económico-social, como el conjunto de relaciones históricas concretas, en el cual las relaciones sociales de producción son las determinantes. El marxismo entiende, pues, a la sociedad como un sistema de relaciones históricamente determinadas, como un organismo social íntegro en constante desarrollo y movimiento.10 Por el modo determinado de interrelación y condicionamiento mutuo entre sus elementos componentes, la estructura social posee sus leyes generales y específicas. En este sentido el concepto de estructura social de la sociedad, posee una universalidad indiscutible. De esta forma, la significación metodológica fundamental de la categoría estructura social, radica en que al definir los elementos objetivos que articulan las múltiples relaciones entre los diversos fenómenos y planos de la realidad social, integra teóricamente en el análisis filosófico y sociológico las situaciones generales con las particulares, y explica el dinamismo real y la dirección de los procesos socioclasistas.11

A mediados del siglo XIX, la ciencia se convierte en un eslabón decisivo del sistema ciencia-técnica-producción. Se acelera su conversión en fuerza productiva directa. Aparecía un fenómeno nuevo: la revolución científico-técnica.

El siglo XX, depara una agudización del fenómeno. Las compañías farmacéuticas de la década de los 30 difieren substancialmente de las compañías de hoy día. En dicha década, las industrias farmacéuticas producían y vendían un amplio rango de todos los medicamentos que el farmacéutico necesitaba para formular las prescripciones multiingredientes ordenadas por el médico. El costo de los productos terminados incluían un 60 a 75% a partir de las materias primas, y los gastos de investigación eran escasos a nivel mundial.12

Según expresaba V.I. Lenin, "la base económica más profunda del imperialismo es el monopolio. Se trata de un monopolio capitalista, esto es, que ha nacido en el capitalismo y se halla en el ambiente general de este, en el ambiente de la producción mercantil, de la competencia, de una contradicción constante e indiscutible de dicho ambiente general". Como señalara Lenin: "como todo monopolio capitalista engendra inevitablemente una tendencia al estancamiento y descomposición". Esa crisis interna se supera con artificios económicos, o sea, "la posibilidad de disminuir los gastos de producción y de aumentar los beneficios implantando mejoras técnicas que obran en favor de las modificaciones".13

Estudios económicos realizados por expertos internacionales, sobre el fenómeno de las transnacionales, plantean que: "las ventas mundiales de los productos farmacéuticos se hallan concentradas en un pequeño número de firmas. Dos tercios de las ventas farmacéuticas totales, se concentran en 50 de los más grandes consorcios farmacéuticos.12

En la VII Cumbre de los Países No Alineados, Fidel Castro, cuando analizó la problemática de nuestro tiempo, en relación con la crisis económica y social del mundo, al referirse al fenómeno transnacional planteaba: "A los países subdesarrollados, se les impuso un modelo de desarrollo transnacionalizado, consistente en transformarlos en plataformas exportadoras de productos manufacturados para el mercado mundial". Además señalaba: "representa una fuente de crecimiento económico hipertrófico y, por ende, inestable, pues las empresas pueden trasladarse hacia otros lugares se cualquier momento en correspondencia con los intereses de la casa matriz internacional".14

Una de las características manifiestas en dicho informe a la VII Cumbre, se refiere a que: "no hay esfuerzo de adaptación al medio nacional ni tampoco estímulo para el desarrollo científico y tecnológico, pues la investigación y la decisión sobre las tecnologías a emplear se centralizan en el país sede de la empresa transnacional. Como es natural esto permite que la mayor parte del proceso pueda realizarse con fuerza de trabajo no calificado, con lo cual las posibilidades de formación profesional se limitan al dominio de una pocas tareas concretas".14

En este sentido los fenómenos económicos se concatenan con los procesos educacionales. Según K. Marx y F. Engels: "las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes de cada época; o dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad, es al mismo tiempo, su poder espiritual dominante".15

Si hasta el momento los centros universitarios de avanzada se habían encontrado en Europa, en el pasado siglo se fueron desplazando hacia Estados Unidos, y la enseñanza farmacéutica a nivel mundial comenzó a establecer una diferenciación marcada, entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo.

La educación en sociedades dominantes del consorcio monopolista farmacéutico, conformaban planes de estudio con corrientes avanzadas de la ciencia y la tecnología. Los países en vías de desarrollo, víctimas de una división de la práctica farmacéutica impuesta por leyes económicas, caracterizaba su actividad por meros laboratorios de reenvase y una red comercial de venta de medicamentos. Tenían pocas exigencias científicas para el desempeño de la profesión, de ahí, que graduarse en la universidad solo constituía la oficialización en la mayoría de los casos de pertenecer al comercio farmacéutico. Poco restaba al desarrollo de formulaciones y tecnologías de carácter endógeno, los procesos que se elaboraban eran generados y transportados desde la empresa foránea que monopolizaba su comercialización.

Esto en resumen, caracterizaba el panorama de las ciencias farmacéuticas a fines de la década de los 50, en Latinoamérica, las universidades de la región eran a su vez un reflejo fiel de las leyes capitalistas imperantes, y Cuba en el año 1958 no constituía una excepción.

 

ANTECEDENTES PRE-REVOLUCIONARIOS DE LA EDUCACIÓN DE LAS CIENCIAS FARMACÉUTICAS EN CUBA

En 1842, ciento catorce años después de la fundación de la primera universidad en Cuba, se creó la carrera de Farmacia. Anteriormente la preparación de boticarios y farmacéuticos había estado a cargo de entidades oficiales establecidas por la corona española, pero ajenas a la universidad, en las cuales los estudios de Farmacia fueron evolucionando paulatinamente. Al surgir como carrera universitaria en 1842, la enseñanza de la Farmacia quedó bajo la dirección de la Facultad de Medicina a la cual se mantuvo integrada hasta que por Real Decreto de 15 de julio de 1863 se estableció un nuevo plan de estudios universitarios. Por virtud de ese decreto, fueron segregados de la Universidad todos los estudios que no correspondían a los de Facultad y surgió con vida propia la primera Facultad de Farmacia en la universidad cubana.16-18

Durante la época pseudorepublicana, los hechos no fueron notablemente mejor para los estudios de esta profesión, que en su manifestación en la etapa colonial. Los planes de estudio no vinculaban el ejercicio docente con las formas didácticas de la enseñanza práctica como elemento fundamental de la educación universitaria. La introducción de novedosas temáticas y disciplinas, diferenciadas o especializadas, no se abordaban en los diferentes planes de estudio propuestos y ensayados. La base científica, necesaria para desarrollar un profesional con habilidades e inquietudes creadoras, no constituían el centro estructural de los estudios farmacéuticos en el país. De hecho, la investigación farmacéutica no existía, y el egresado universitario respondía a una formación acorde con las escasas posibilidades socio-profesionales de la época.

La enseñanza farmacéutica, conformada en 1958 por un esquemático plan de estudios de 17 asignaturas semestre, no respondía ni a las corrientes más avanzadas de otras áreas de la propia Universidad de La Habana. El contexto social para el profesional farmacéutico, se caracterizaba por una pobre vinculación al trabajo creador, la profesión respondía cada día más a los intereses comerciales y las oportunidades de empleo se hacían mínimas. Estos aspectos pasados, superados hoy día por nuestra sociedad, aún persisten en la realidad de muchos egresados de las universidades de Latinoamérica;19 entre ellos los que se orientan al perfil farmacéutico.

Pero una nueva etapa social se inició en Cuba en el año 1959, sociedad y universidad, se someterían a las leyes dialécticas, y de esa unidad sistémica, surgiría otro pensamiento creador, nuevas metas se irían planteando, y mejor aun, nuevas realidades devendrían un hecho posterior.

 

CONCLUSIONES

El transcurso de las ciencias farmacéuticas, desde sus inicios en las civilizaciones ancestrales hasta nuestra época, constituye un objeto propio del desarrollo dialéctico de la sociedad. América Latina y Cuba no podían estar ajenas a esas leyes universales, y de una forma u otra, su enseñanza universitaria de las Ciencias Farmacéuticas, era expresión de ese estadio social. La manifestación del desarrollo posterior al año 1959 en Cuba, será analizado en otras publicaciones, a fin de identificar la realidad de la ciencia y la universidad durante este período posterior al triunfo de la Revolución.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Engels F. Dialéctica de la naturaleza. Selección de textos. Tomo 1. La Habana: Ed. Ciencias Sociales; 1972. p. 213-4.

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3. Bernal J.D. La ciencia en la historia. México DF: Dirección General de Publicaciones. UNAM; 1954.

4. Núñez Jover J. Ciencia, tecnología y sociedad. La Habana: Ed. Félix Varela; 1994. p. 83-116.

5. Kedrov BM. Clasificación de las ciencias. Tomo 1. , La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1974. p. 12-4.

6. Remington´s Pharmaceutical Sciences. 18th edition. Philadelphia: Mack Publishing Company; 2000. p.12-4.

7. Thomas K. Drugs and their dosage forms. Drugs Made in Germany. Vol. XI. Basilea: Editorial Kasel-Barger; 1968. p. 124.

8. Meyer, P. La revolución de los medicamentos: mitos y realidades. Madrid: Ed. Espasa-Calpe; 1986.

9. Marx K. Miseria de la Filosofía. Selección de textos. Tomo 2. La Habana: Ed. Ciencias Sociales; 1973. p.159.

10. Rojas I. Estudio acerca de las categorías estructura social, estructura socio-clasista y estructura interna de la clase. Revista Científica Metodológica del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona. 1984; 3:187.

11. Ravenet M, Rojas I, Hernández J. Algunos aspectos del desarrollo de la estructura social del campo en la edificación del socialismo en Cuba. Revista Santiago. 1979;16:39.

12. Transnational Corporation and the Pharmaceutical Industry. ST/CTC/9. New York: United Nations Centre on Transnational Corporation; 1979. p. 3-44.

13. Lenin V. El imperialismo fase superior del capitalismo. La Habana: Ed. Editorial Política; 1963. p. 111.

14. Castro Ruz F. La crisis económica del mundo. Informe a la VII Cumbre de los países no-alineados. La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado; 1983. p. 148-51.

15. Marx K, Engels, F. La ideología alemana. Selección de textos. Tomo 2. La Habana: Ed. Ciencias Sociales; 1973. p. 219.

16. Marchante Castellanos P, Merchán González F. Orígenes de la enseñanza de la Farmacia en Cuba. Rev Cubana Farm, sep.-dic. 2006;40(3). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75152006000300011&lng=es&nrm=iso&tlng=es

17. Marchante Castellanos P, Merchán González F. Los estudios de farmacia en Cuba desde 1833 hasta 1863. Rev Cubana Farm. ene.-abr. 2007;41(1). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75152007000100011&lng=es&nrm=iso&tlng=es

18. Marchante Castellanos P, Merchán González F. Enseñanza de la Farmacia en la Real Universidad de la Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1863-1871. Rev Cubana Farm, may-ago. 2007;41(2). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75152007000200012&lng=es&nrm=iso&tlng=es

19. Tedesco, J.C. Tendencias y perspectivas en el desarrollo de la Educación Superior en América Latina y el Caribe. Cuadernos sobre la Educación Superior. Caracas: UNESCO; 1981. p. 3-39.

 

 

Recibido: 9 de noviembre de 2007.
Aprobado: 10 de diciembre de 2007.

 

 

Dr. C. Eduardo Fernández-Sánchez. Instituto de Farmacia y Alimentos. Universidad de La Habana. Avenida 23 No. 21425 e/ 214 y 222. La Coronela, La Lisa, La Habana, CP 13600, Cuba. Correo electrónico: eduardo.fdez@infomed.sld.cu

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