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Revista Cubana de Farmacia

versión impresa ISSN 0034-7515

Rev Cubana Farm vol.48 no.1 Ciudad de la Habana ene.-mar. 2014

 

HISTORIA DE LA FARMACIA

 

Evolución histórica de las farmacias en Santiago de Cuba en la primera mitad del siglo XX

 

Historical development of drugstores in Santiago de Cuba during the first half of the 20th century

 

 

MSc. Clara Aurora Zúñiga Moro

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba, Cuba.

 

 


RESUMEN

Se expone la evolución de las farmacias en Santiago de Cuba durante la primera mitad del siglo XX, con sus características, auge y desarrollo; la organización del Colegio de Farmacéuticos de la ciudad; así como la participación en la vida social y política de los farmacéuticos en el territorio. Se mencionan las farmacias que prestaban servicio de guardia en caso de urgencias y se ofrece información sobre algunas dirigidas por graduadas de la especialidad en ese período, durante el cual la actividad farmacéutica en Santiago evolucionó, desde las farmacias iniciales al estilo colonial, hasta alcanzar un desarrollo superior vinculado con servicios de dispensario, patentes de medicamentos, atención a domicilio y horario de guardias nocturnas.

Palabras clave: historia de la farmacia, farmacias de Santiago de Cuba, farmacias dirigidas por mujeres.


ABSTRACT

This paper presented the evolution of the pharmacies in Santiago de Cuba during the first half of the 20th century, with its characteristics, peak period and development; the organization of the school of pharmacists of the city, as well as the participation of the pharmacists in the social and political life in the territory. The pharmacies that rendered service for emergencies were stated. Some pharmacies managed by female pharmacists during the first half of the century were also described. The pharmaceutical activity in Santiago de Cuba evolved from the initial colonial styled pharmacies to higher stage of development related to dispensary services, drug patents, home care and night service.

Keywords: history of the pharmacy, pharmacies in Santiago de Cuba, pharmacies managed by women.


 

 

INTRODUCCIÓN

Cuando en 1772 Fray Gerónimo de la Concepción, religioso del Colegio Belemita, "pone botica para vender el sobrante de las medicinas, después de resuelto el mejor servicio del hospital, cuyo administrador era el farmacéutico don Miguel Benítez de Lugo", según se reseña en las Crónicas, de Emilio Bacardí,1 se dieron los primeros pasos para la fiscalización de la actividad farmacéutica con el nombramiento de un protomédico en la ciudad, encargado de fiscalizar su labor y velar por los aranceles de los medicamentos.2

Más tarde el siglo XIX marcó el auge de las farmacias en la ciudad Santiago de Cuba, cuando arribaron a ella más profesionales farmacéuticos. Las boticas o farmacias devinieron cuerpo de atención a lesionados de primera urgencia y los farmacéuticos desempeñaron una función importante en la vida médica y pública de la ciudad.

Durante toda la época colonial las boticas mantuvieron su carácter plural, es decir, el expendio de todo tipo de productos, pues solo en la última década del siglo XIX dejaron de ser establecimientos mercantiles de amplio surtido no vinculado con la salud de la población. También se mantuvo hasta bien entrado el mencionado siglo, el intrusismo profesional, amparado por las prácticas curanderiles, el desconocimiento de los habitantes y la escasa cantidad de farmacias que existía en todo el Departamento Oriental.3

Según los anuncios que se publicaron en un diario de la época, la farmacia y droguería "El Comercio" fue fundada en 1858 en la calle Marina baja No. 43 esquina a Factoría en la ciudad Santiago de Cuba, con un laboratorio químico farmacéutico que era el mejor organizado y el más reconocido en la región. Esta droguería-farmacia tuvo siempre gran venta de mostrador de productos farmacéuticos que incluían perfumería, inyectables, tabletas y granulados, además de efectos dentales y representaciones de casas extranjeras, fundamentalmente de los Estados Unidos de América.4

En 1894 la mencionada farmacia-droguería fue adquirida por el licenciado Prisciliano Espinosa en sociedad con Juan Dotta. Desde ese año hasta 1911 figuró bajo esa sociedad, cuya dirección fue reestructurada con la incorporación del licenciado Luis Mestre Díaz, hasta que en 1935 quedó organizada como "Droguería Mestre y Espinosa S.A." y fue destinada a la venta al por mayor de medicamentos. Su directiva estuvo constituida por los licenciados Luis Mestre Díaz y Prisciliano Espinosa, además del joven doctor Luis Augusto Mestre y Abel Mestre Espinosa. Tanto Luis Augusto Mestre como Prisciliano Espinosa se destacaron en la sociedad santiaguera de la época. El primero fue concejal del Ayuntamiento y el segundo, alcalde municipal. Ambos formaron parte posteriormente de la directiva del Colegio de Farmacéuticos de Santiago de Cuba.4

La farmacia insignia de Santiago en esa época fue la "Farmacia Bottino", fundada en junio de 1887 y ubicada en la calle San Basilio esquina a Santo Tomás, dos céntricas calles de Santiago, bajo la dirección de Luis Carlos Bottino y Duzán, licenciado en Farmacia en noviembre de 1873. Bottino no solo se destacó por su actividad comercial, sino por la introducción de novedades científicas y tecnológicas, ejemplo de lo cual fue la instalación de la primera planta eléctrica de la ciudad el 28 de junio de 1887. Luis Carlos Bottino falleció el 5 de diciembre de 1894. En 1943 la farmacia era dirigida por el doctor Miguel A. Miyares Catasús, farmacéutico graduado en la Universidad de La Habana en 1921. La farmacia continuó activa hasta finales del siglo XX, cuando fue cerrada para su reparación.4

Al culminar la Guerra Hispano-cubano-norteamericana, los farmacéuticos santiagueros aprovecharon la coyuntura política para establecer su Colegio de Farmacéuticos y, con tal propósito, efectuaron su primera reunión el 24 de octubre de 1898. La iniciativa había sido de los licenciados Francisco Durruty Lee y Luis Mestre Díaz y fueron once los fundadores.5

 

LOS FARMACÉUTICOS EN SANTIAGO DE CUBA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

El 23 de julio de 1912 la farmacia "La Especial", de Eduardo Berenguer, estableció, por primera vez para este tipo de establecimiento en la ciudad, el servicio de entrega de los pedidos de medicamentos a domicilio.

El licenciado Prisciliano Espinosa Julivert ocupó la Alcaldía Municipal, en diciembre de 1912 y se constituyó la Junta de Educación, de la que fue electo presidente el también farmacéutico doctor José Armando Guerra, originario de Manzanillo.6

El 10 de enero de 1913, el Colegio de Farmacéuticos de Santiago de Cuba eligió una nueva directiva encabezada por el doctor José Camacho Padró, como presidente, e integrada por el doctor Eduardo J. Beltrán, como secretario; el licenciado Luis Mestre Díaz, como tesorero; y los doctores Juan María Ravelo Ascencio y Federico Grimany, como vocales.6

El 20 de marzo de 1913 arribó a la ciudad Santiago, proveniente de los EE. UU., el doctor en Farmacia Desiderio Arnoz Alberni, quien revalidó su título de licenciado en la Universidad de La Habana, ejerció la profesión hasta 1920 y se dedicó luego a la política.6 Otro farmacéutico, también graduado en EE. UU., fue Federico Pérez Montero quien regresó a Cuba el 10 de Junio de 1915 y asumió la dirección de la farmacia y droguería "Santa Rita", situada en la calle Calvario frente al parque Aguilera.6

Con fecha 24 de julio de 1913 fue nombrado Inspector de Farmacias para Oriente y Camagüey el doctor Manuel Cotilla Villalón.6

En reunión efectuada el 28 de diciembre de 1913 algunos de los dueños de farmacias de la ciudad acordaron que, en lo adelante, sus establecimientos cerrarían a las siete de la noche, con excepción de una farmacia que permanecería de guardia. Formaron parte de ese acuerdo, los dueños de las farmacias: Los Ángeles, La Fe, Maceo, La Especial, La Luz, El Comercio, La Estrella, El Cristo, La Esperanza, Bottino, Belén, Doctor Catasús y El Carmen. Hasta ese momento, recoge Carlos E. Forment en sus crónicas de Santiago de Cuba, las farmacias cerraban a las 10:00 p.m., por lo que todas tenían que atender pedidos hasta esa hora. El acuerdo aprobado implantó cuatro turnos o guardias, a semejanza de lo establecido en las farmacias norteamericanas.6

Sin embargo, como algunos establecimientos farmacéuticos incumplían lo acordado en cuanto a la hora de cierre, el 9 de enero de 1914 los dueños de las farmacias santiagueras decidieron extender el horario de atención hasta las ocho de la noche.6 En realidad, los servicios farmacéuticos eran bastante requeridos por la población de la ciudad, la cual ya contaba con 61 513 habitantes en esos momentos.6

En 1914 llegó a la ciudad el doctor José Armando Guerra, en posesión de su título de doctor en Farmacia. Más adelante adquirió la propiedad de la antigua y conocida "Farmacia Ramírez", ubicada en las calles Pío Rosado y Sánchez Hechavarría. Culminaron también sus estudios en la Universidad de La Habana, los doctores Antonio Meléndez García y Juan Lageyre Rosell.6

En 1916 el Colegio de Farmacéuticos de la ciudad reestructuró su directiva y eligió, como presidente, al doctor José Camacho Padró. En julio del propio año falleció el doctor Federico Grimany Durruthy, farmacéutico santiaguero fundador de la droguería y farmacia "Santa Rita".6

El 5 de enero de 1917, los miembros del Colegio de Farmacéuticos eligieron como presidente de este al licenciado Luis Mestre Díaz, quien estuvo acompañado en la directiva, entre otros, por los licenciados Juan Ravelo Ascencio y Vicente Macía Gil, como vocales. Una nueva renovación tuvo lugar exactamente un año después en virtud de la cual el licenciado Juan Ravelo Ascencio ocupó la presidencia.6

Ya en 1919 ejercían la profesión en la ciudad Santiago de Cuba un total de 38 farmacéuticos. En marzo de este año los propietarios de farmacias acordaron establecer una farmacia de turno en cada barrio para ventas de urgencias. Entre las escogidas estuvieron: La Especial, La Central, El Cristo, la del doctor Curneaux y la del doctor Fernández Rubio.6

En la segunda década del siglo XX, se crearon algunas nuevas farmacias en la ciudad como la del doctor Ambrosio Aguilar en 1923, la cual pasó a ser la "Compañía Farmacéutica Guerra S.A." en 1938, integrada por los doctores Luis Agilar, Miguel Miyares, Ambrosio Aguilar y Armando Guerra. Estaba ubicada en la calle Bartolomé Masó No. 411 esquina a Calvario y en su laboratorio se preparaban especialidades farmacéuticas de gran aceptación popular como el Vino tónico y reconstituyente del doctor Armando Guerra.4

En esta misma década se graduaron en la Universidad de La Habana farmacéuticos que se incorporaron al quehacer de la profesión en Santiago como el antes mencionado doctor Miguel A. Miyares Catasús (graduado en 1921) y la doctora Ana Rosa Sánchez Sánchez (1927). Otras mujeres orientales graduadas en esta etapa fueron las doctoras Juana Núñez Jaen (1922), de Sagua de Tánamo, y Vicenta Revuelta de la Rúa (1928), de Bayamo.4

La tercera década del siglo XX se caracterizó por intensas luchas políticas en todo el país contra la dictadura machadista y por acciones en Santiago de Cuba en las que se vieron involucrados algunos farmacéuticos, encabezados por el doctor Antonio Guiteras Holmes y entre los que se encontraba el doctor Miguel A. Parladé, quien participó en la acción del asalto y toma del Cuartel de San Luis el 29 de abril de 1933.7

En 1932 Santiago de Cuba contaba con 103 525 habitantes. En febrero de ese mismo año ocurrió uno de los terremotos más violentos que han sacudido la ciudad, el cual afectó el 50 % de las edificaciones públicas y particulares de la misma con un saldo de 13 muertos y 200 heridos.4 Posteriormente se fundaron nuevas farmacias como la del doctor en Farmacia Fernández Besse (1933), conocido por el preparado tónico reconstituyente Ferroquinol. Este establecimiento, ubicado en la Avenida 24 de Febrero (conocida como Trocha) y la calle Corona, presta servicios en la actualidad. Otros establecimientos farmacéuticos de la ciudad fueron adquiridos por nuevos dueños como la farmacia "Los Ángeles", fundada por el doctor Rafael Carbonell en 1904 y comprada por el doctor Raúl Medina Maceira en 1937.4

A este grupo se sumó la "Farmacia Ricardo S.A.", en 1938, de la que formaban parte los doctores en Farmacia Ambrosio Aguilar y Norberto Machirán y, como técnico y gerente de esta, el doctor Miguel Ricardo Batlle quien con 25 años de experiencia se encontraba al frente del establecimiento desde su fundación. La farmacia estaba asociada a la cámara Mercantil Farmacéutica y contaba con un gran surtido de patentes medicinales, con especial atención al despacho de fórmulas médicas o recetas preparadas con productos químicos de primera calidad, suministrados directamente por las mejores droguerías nacionales y extranjeras.4

Al asumir la alcaldía de la ciudad Santiago Justo Salas Arzuaga en 1940, se mejoró el aprovisionamiento de medicinas e instrumental en el Hospital de Emergencias con el incremento de productos disponibles en la Farmacia Municipal en más del 40 ­%. El dispensario y la farmacia fueron trasladados a un local más amplio y se inauguró el Laboratorio Municipal para atender la realización de análisis bacteriológicos. En 1942 en el dispensario médico se prepararon y entregaron 33 910 recetas médicas y 3 201 ámpulas para el tratamiento de la sífilis, pues en el mismo también funcionaba un servicio antisifilítico, único en la república en esa época.4

En 1940 funcionaban 25 farmacias en la ciudad, acogidas a la planificación de guardias para la atención y venta nocturna de medicamentos, según se anunciaba en la prensa local de la época.8,9

 

LAS FARMACÉUTICAS EN SANTIAGO DE CUBA

Una de las primeras mujeres graduadas de licenciatura en Farmacia en la Universidad de La Habana, fue Adela Tarafa Acosta, natural de Santiago de Cuba y de 24 años de edad, quien recibió su título el 22 de agosto de 1890.10

En la tercera década del siglo XX surgieron las primeras farmacias en la ciudad dirigidas por mujeres cuyo número se incrementó en los años siguientes. Entre las que ya ofrecían sus servicios en 1943 se encontraban las que se relacionan a continuación:

- Farmacia Gelabert: Ubicada en la Calle Santo Tomás No. 2 y dirigida por la doctora Esperanza Gelabert, propietaria de esta, quien la adquirió en 1937 y dedicó al despacho de las recetas, medicinas y patentes de droguerías nacionales y extranjeras. Los productos elaborados en la farmacia incluían el anticatarral Gelabert, restaurador de la mujer y otras especialidades de su propio laboratorio. La doctora Gelabert se graduó en la Universidad de La Habana en 1930.4

- Farmacia de la Dra. Sánchez: fundada en 1939 por la doctora Ana Rosa Sánchez Sánchez, graduada en la Universidad de La Habana en 1927. En 1942 figuró como tesorera del Colegio de Farmacéuticos de Santiago de Cuba.4

- Farmacia de la Dra. Roberts: ubicada en Martí y San Joaquín, en uno de los barrios más populares de la ciudad. La doctora Roberts fue su propietaria y directora técnica. Contaba con un área de despacho de recetas médicas, aunque también ofertaba artículos de perfumería. Tenía un competente servicio de mensajería.4


Otras farmacéuticas ejercían la profesión en diferentes farmacias de la ciudad, como la doctora Minerva Noa Alliegro quien prestaba sus servicios en la del doctor Núñez Molina, ubicada en la calle Diego Palacios No. 125 esquina a Padre Pico.4

En el resto de la provincia de Oriente también dirigían farmacias las doctoras:

- Enriqueta Fonseca Milanés, en Bayamo, quien adquirió su farmacia en 1925, y recibía medicamentos de la "Droguería Mestre" de Santiago de Cuba.4

- Vicenta Revuelta de la Rúa, cuya farmacia se encontraba ubicada en General García No. 17 y 19, en Bayamo, quien se graduó en 1928 y perteneció al Colegio de Farmacéuticos y a la Cámara Mercantil de Farmacia.4

- Juana Núñez Jaen, graduada de la Universidad de La Habana en 1922 y natural de Santiago de Cuba, aunque fundó su farmacia y ejerció la profesión en Cayo Mambí, Sagua de Tánamo. Fue miembro del Colegio de Farmacéuticos.4


Con el decursar del tiempo la visión sobre la participación de la mujer en el ejercicio de la profesión farmacéutica en Cuba se fue transformando, pues se incrementó paulatinamente la presencia femenina en las aulas universitarias y en los servicios farmacéuticos cubanos hasta alcanzar niveles destacados en la segunda mitad del siglo XX.

 

CONCLUSIONES

La actividad farmacéutica en Santiago de Cuba evolucionó desde el surgimiento de las primeras farmacias al estilo colonial, hasta un desarrollo superior de estas vinculado con los servicios de dispensario, patentes de medicamentos, atención a domicilio y horario de guardias nocturnas, organizadas para la atención de urgencias, lo que contribuyó a elevar el prestigio de los profesionales vinculados al Colegio de Farmacéuticos de la ciudad y su impacto en el quehacer social y político de esta. Se destaca en la primera mitad del siglo XX la incorporación de las mujeres farmacéuticas a las actividades de dirección. Además, muchas de estas farmacias continúan prestando servicios en la actualidad.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Bacardí Moreau E. Crónicas de Santiago de Cuba. Tomo I. Barcelona: Tipografía Carbonell Esteva; 1908. p. 182.

2. Delgado García G. Conferencias de historia de la administración de salud pública en Cuba. Cuad. Hist. Salud Pub, Nro. 81. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 1996. p .16. 3. Fleitas Salazar C. La actividad farmacéutica en el Santiago de Cuba colonial. [citado 6 de febrero de 2013]. Disponible en: http://www.uvs.sld.cu/la-actividad-farmaceutica-en-santiago-de-cuba-colonial

4. Cuba Contemporánea: Las seis Provincias en tres tomos. Sección: Término Municipal de Santiago de Cuba. Oriente: Centro Editorial Panamericano; 1943. p. 4, 15, 30, 50-1, 78, 135, 144, 160-1, 176.

5. Ravelo Ascencio J. Memoria leída en la Sesión extraordinaria celebrada en la noche del 28 de febrero de 1899 en Santiago de Cuba. Colegio de Farmacéuticos de Oriente. Santiago de Cuba: Imprenta Juan E. Ravelo; 1899. p. 3-7.

6. Forment Rovira CE. Crónicas de Santiago de Cuba. Era republicana Tomo II. Santiago de Cuba: Ediciones Alqueaza; 2006. p. 23, 75, 81, 121, 141-3, 167, 169, 198, 238, 277, 309, 337, 417, 476, 482.

7. Tabares J. Guiteras. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 2006. p. 128-36.

8. Farmacias de Guardia. Periódico Oriente. Santiago de Cuba. Año 1940 Nov 18; Sec. Anuncios: 3.

9. Farmacias de Guardia. Periódico Oriente. Santiago de Cuba. Año 1940 Dic 20; Sec. Anuncios: 3.

10. Marchante Castellanos P, Merchán F. Las primeras cubanas graduadas de Farmacia. Rev Cubana Farm. 2012 [citado 22 Abr 2013.];46(1). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75152012000100014&lng=es&nrm=iso

 

 

Recibido: 27 de septiembre de 2013.
Aprobado: 13 de noviembre de 2013.

 

 

Clara Aurora Zúñiga Moro. Patricio Lumumba s/n. Santiago de Cuba, Cuba. Correo electrónico: auroraz@cnt.uo.edu.cu