SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.34 número1Dermatoglifos en la enfermedad de WilsonPerfil inmunológico de enfermedades inflamatorias del intestino índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista Cubana de Medicina

versión impresa ISSN 0034-7523versión On-line ISSN 1561-302X

Rev cubana med v.34 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 1995

 

Hospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras"

Surco en lóbulo de la oreja y cardiopatía isquémica

Dr. Emilio Buchaca Faxas,1 Dr. Alfredo Vázquez Vigoa,2 Dr. Alberto Toruncha Chuckram,3 Lic. Rebeca Rodríguez Valdés4 y Lic. Humberto Seijas Fariñas5

  1. Especialista de I Grado en Medicina Interna.
  2. Especialista de II Grado en Medicina Interna.
  3. Especialista de II Grado en Cardiología.
  4. Licenciada en Cibernética.
  5. Licenciado en Matemáticas.

RESUMEN

Se estudiaron 144 pacientes que acudieron a realizarse una coronariografía a nuestro centro. De ellos el 58,2 % presentó una afección coronaria. Se demostró una alta sensibilidad y especificidad entre la presencia del surco en el lóbulo de la oreja y el resultado del estudio angiográfico coronario, esta relación fue más estrecha al aumentar la bilateralidad del signo. Se relacionó el surco del lóbulo de la oreja con otros factores de riesgo, se puso de manifiesto la mayor significación de su presencia como indicador de probabilidad para padecer de una enfermedad de arteria coronaria.

Palabras clave: CORONARIOPATIA/radiografía; OIDO EXTERNO/anatomía & histología.

INTRODUCCION

La cardiopatía isquémica se debe casi siempre a la estenosis de las arterias coronarias, la que por lo general suele deberse a aterosclerosis. La importancia de esta afección en nuestra sociedad se equipara con la de otros países que han logrado un alto nivel de vida y desarrollo en materia de salud pública y esto se expresa en el alto número de pacientes afectados por la misma. En los Estados Unidos de Norteamérica se reportó, hasta el año 88, el diagnóstico de 5,4 millones de individuos por año1 con una mortalidad de 500 000 por enfermedad de arteria coronaria (EAC).

Sin embargo, en los últimos 25 años, se ha venido percibiendo una disminución del número de muertes por EAC y, según la hipótesis de algunos autores como Kuller,2 esto se debe a los programas de tratamiento de factores de riesgo modificables como serían el tabaquismo, la hipercolesterolemia y la hipertensión arterial sistémica1 que influiría en una disminución del proceso de aterosclerosis, el cual se manifiesta en un grupo de personas que constituyen cerca de la décima parte de la población mundial total.3 El estudio de Framinghan en EE.UU. fue el primero en describir los factores de riesgo primarios y secundarios para la EAC.4 La relativa importancia de estos factores de riesgo varía en diferentes poblaciones aunque la hipertensión arterial, la hiperlipidemia y el tabaquismo son universalmente aceptados.

En 1973, Frank comunicó por primera vez la observación de un surco diagonal en el lóbulo de la oreja (SLO) en pacientes con EAC5 y posteriormente, muchos han sido los estudios para precisar esta asociación donde se ha puesto de manifiesto la controversia que aún se mantiene sobre el tema.1,6-8

En estudios post mortem del lóbulo de la oreja en pacientes afectos de EAC con dicho surco, se encontró estasis vascular agudo así como esclerosis significativa de pequeñas arterias, ruptura de fibras elásticas, engrosamiento de la pared prearteriolar y degeneración de la elastina, lo cual podría afectar paralelamente los vasos coronarios.7,9 El examen físico de pacientes con EAC puede ser normal y en ocasiones, revelar algunos indicadores de aterosclerosis como son arcos corneales10 y xantelasmas.

Tomando como base estas apreciaciones nos propusimos determinar cómo se comporta este signo en nuestra población y su asociación con otros factores de riesgo.

MATERIAL Y METODO

Estudiamos 144 pacientes que acudieron a realizarse coronariografía, independientemente de la causa de dicha indicación, entre los meses de abril de 1987 y enero de 1989. Todos los pacientes fueron evaluados por interrogatorio y examen físico para determinar la presencia de SLO. La coronariografía fue realizada por el método de Judkins por vía arteria femoral y las lesiones fueron divididas de acuerdo con el grado de estenosis del diámetro vascular en: no significativas: menor del 50 % y significativas: mayor del 50 %.

Investigamos la relación existente entre la presencia del SLO y los siguientes factores: antecedentes familiares de cardiopatía isquémica (CI), edad, sexo, raza, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, hipertensión arterial, tabaquismo, antecedentes de infarto agudo del miocardio y de angina de pecho.

Para inferir la particularidad de cada observación se utilizó el método de chi-cuadrado con la corrección de Yates.

RESULTADOS

La distribución según los grupos etarios y el sexo se expresa en la tabla 1. En la tabla 2 se muestra cómo se comportó la relación entre la presencia del SLO y el resultado de la corona riografía. Fue evidente la relación positiva entre la ausencia del signo con la negatividad del estudio angiográfico, con una especificidad del 78 %. También se obtuvo una relación aceptable entre la positividad del SLO y la presencia de lesión de al menos una de las arterias coronarias principales para una sensibilidad del 74,1 %. Estos valores fueron altamente significativos (p < 0,0001).

En la figura 1 se plasma la distribución de los pacientes de acuerdo con la edad y la presencia del SLO, donde se observa un aumento de dicha presencia según avanza la edad.

La relación entre la presencia del signo y el número de vasos afectados, se muestra en la tabla 3. El porcentaje de pacientes afectados aumentó a medida que se hacía bilateral el signo. Además, el número de vasos afectados también aumentó significativamente, con la bilateralidad del signo (p < 0,001).

En la figura 2 se observa cómo se comportó el hallazgo de afectación coronaria en pacientes con el SLO (unilateral o bilateral), distribuidos por grupos etarios y el incremento de dicha alteración a medida que aumenta la edad, el daño de 4 vasos solamente se encontró en los mayores de 50 años.

En la tabla 4 se aprecia que la presencia del SLO fue un marcador más sensible y específico en el sexo femenino. La relación entre el SLO y varios factores de riesgo coronario se muestra en la tabla 5. El antecedente de infarto del miocardio fue el de mayor sensibilidad (p < 0,0022). Igualmente, el antecedente de haber sufrido ataques anginosos mostró una relación significativa (p < 0,0455), no así el resto de los factores estudiados.

DISCUSION

Desde que Frank describió en 19 de 20 pacientes la asociación del SLO y la presencia de al menos uno de los factores de riesgo coronario, muchos han sido los estudios que han tratado de precisar esta relación y, hasta el momento, no existe claridad en cuanto a aceptarlo como un signo físico de EAC.8

De los 144 pacientes estudiados, 85 presentaron afectación aterosclerótica de algunos de los vasos principales para el 59 %, pero aumentó a 74,1 cuando se relacionó con el SLO, lo cual se acerca a los datos recogidos en otros estudios.5,7,9

La angiografía coronaria ha sido utilizada como criterio de cardiopatía y, por lo menos en 5 estudios, han sido relacionados sus resultados con la presencia del SLO. El realizado en la Clínica Mayo fue el que, hasta 1984, obtuvo una correlación más fuerte con p < 0,0001 y menos de 1 % de falsos negativos en la presencia del SLO.11

Nuestro estudio muestra una correlación con un valor significativo (p < 0,0001) en una cifra igual de pacientes. Sin embargo, tuvimos un mayor porcentaje de coronarias anormales con ausencia del SLO (32,4 %). Los datos reflejaron una alta sensibilidad (74,1 %) y especificidad (78 %). Se demostró la poca prevalencia en pacientes con coronarias normales y el signo fue más frecuente a medida que aumentaba la extensión de la lesión y viceversa, lo cual coincide con los datos de otros autores como Lichstein12 y Kaukola.6 Estos resultados fueron altamente significativos por ello pensamos que puede ser utilizado en la práctica clínica para estimar la probabilidad de EAC en pacientes antes de realizar otros test diagnósticos, sobre todo cuando el signo es bilateral, lo cual coincide con lo reportado por otros autores.13

El criterio de que la sensibilidad del SLO aumenta con la edad ha sido reportado por varios autores5,9,14,15 y en nuestro estudio también se demuestra esta correlación. Sobre esa base se ha planteado que dicha asociación refleja los cambios prematuros de envejecimiento vascular que se producen tanto en las arterias coronarias como en los vasos del lóbulo de la oreja.7,16

El signo fue más sensible y específico en las mujeres como indicador de EAC, lo que es contradictorio con lo reportado en otros estudios.7

Ninguno de los factores de riesgo coronario mostró relación significativa con la presencia del SLO, excepto la edad. Algunos autores han reportado dicha asociación, como Kristensen que demostró relación entre la bilateralidad del signo y la hipertensión arterial,17 así como Lichstein que demostró su asociación significativa con el tabaquismo.14 Sin embargo, el antecedente de infarto del miocardio y angina de pecho tuvieron relación significativa, lo cual refuerza aún más el criterio de la asociación del signo en la CI.

Al relacionar dichos factores de riesgo y la presencia del signo en el resultado de la coronariografía se comprobó que el SLO logró los valores más elevados de sensibilidad y especificidad, se confirmó su inestimable valor para diagnosticar la CI y como un indicador de probabilidad de la enfermedad, independientemente de otros factores, en concordancia con el estudio de Elliot7 y otros autores.18,19

La relación entre los cambios vasculares en el lóbulo de la oreja y los de las arterias coronarias no fue objeto de este estudio, aunque existen reportes sobre este aspecto.20

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. Braunwald E. Heart disease: A texbook of Cardiovascular Medicine. 3 ed. Philadelphia; Saunders; 1988;1153.
  2. Kuiler CH. Controllin Coronary Heart Disease: Where we will stand by the end of tnis decade? Presp Lipid Dis (en prensa).
  3. Brauawald E. Tratado de Cardiología. La Habana: Editorial Científico-Técnica 1985;1355 (Edición Revolucionaria).
  4. Kannel WB, Gordon T. The Framinghan Study. An Epidemiological investigation of cardiovascular disease, section 30. Some characteristics related to the incidence of cardiovascular disease and death. 18 -year follow -up. Washington D.C., Dept of Health, Eduction and Welfare, publication No. 2 (NIH) 74-599,1974.
  5. Frank SI. Aural sign of corornary artery disease. N Engl J Med 1973;289:327.
  6. Kaukola S. The diagonal ear-lobe crease, a physical sign associated with coronary heart disease. Acta Med Scand 1978;619 (supl):1.
  7. Elliot WJ. Ear lobe Crease and Coronary Artery Disease: 1 000 patients and Review of the literature. Am J Med 1983;75:1024.
  8. Silverman ME. Inspection of the patient. En: Hurst JM, ed. The Heart. 5 ed. New York: Mc Graw--Hill, 1982:173.
  9. Pasternac A. Predictive value of the ear crease sign in coronary artery disease. CMA Journal 1982;126:645.
  10. Roseman RH. Relation of corneal arcus to cardiovascular risk factor and the incidence or coronary disease. N Engl J Med 1974;291:1322.
  11. Sternlieb JJ. The ear crease sign in coronary artery disease (Abstr) Circulation 1974;50 (supl 3):152.
  12. Lichstein E. Diagonal ear lobe crease and coronary artery sclerosis. Ann Intern Med 1976;85(3):337.
  13. Diamond GA. Analysis of probability as an aid in the diagnosis or coronary artery disease. N Engl J Med 1979;300:1350.
  14. Lichstein E. Diagonal ear lobe crease: prevalence and implications as a coronary risk factor (C). N Engl J Med 1974;290:615.
  15. Mehta J, Hamby RI. Diagonal ear lobe crease as a coronary risk factor (C). N Engl J Med 1974;291:260.
  16. Pasternac A. Correlation, between dermal degenerative change and coronary atherosclerosis. (Abstr). Clin Res 1979;27:193A.
  17. Kristensen B. Ear lobe crease and vascular complication in essential hypertension. Lancet 1980;2:265.
  18. Scott M. Ear crease, heart disease and smoking. (Letter). N Engl J Med 1974;290(21):1205.
  19. Sondel PM. Ear crease, heart disease and smoking (carta). N Engl J Med 194;290(21):1205.
  20. Kaukola S. Ear lobe crease and coronary atheroesclerosis. Lancet 1979-22(20):1367.

Recibido: 20 de septiembre de 1994. Aprobado: 20 de octubre de 1994.

Dr. Emilio Buchaca Faxas. Hospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras". San Lázaro No. 701, entre Belascoaín y Marqués González. Centro Habana, Ciudad de La Habana, Cuba.

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons